Professional Documents
Culture Documents
El art. 1.2 de la CE afirma que: “la soberanía popular reside en el pueblo español,
del que emanan los poderes del Estado”. Con este artículo el constituyente español
enunciaba el principio de legitimidad democrática.
3. EL DERECHO DE SUFRAGIO.
El derecho a tomar las decisiones políticas y crear las normas jurídicas sería
ejercido directamente por los ciudadanos de acuerdo con el principio de la mayoría. Se
trataría, por tanto, de un ejercicio directo de la soberanía popular, que prescindiría de
mecanismos representativos.
Además de esta experiencia suiza la única digna de mención, ya a finales del siglo,
será la de los EEUU, en donde se iniciará en el tránsito del XIX al XX la incorporación
de instituciones de democracia directa al ordenamiento constitucional, aunque nunca a
nivel federal, sino estatal.
En el resto de Europa la democracia directa se planteará sólo como un
complemento de la democracia representativa, del régimen parlamentario. Se trataría
de intercalar en el funcionamiento del régimen parlamentario el recurso al referéndum
como forma de completar democráticamente dicho régimen.
■ EL REFERÉNDUM:
El art. 23.1 dice: “los ciudadanos tienen derecho a participar en los asuntos
públicos directamente o por medio de representantes…”. El constituyente español
optaría por un sistema casi exclusivo de democracia representativa, reconociendo con
un alcance muy limitado tanto el referéndum como la iniciativa popular.
Éste fue uno de los temas que centro el debate constituyente del anteproyecto
de Constitución que contemplaba el referéndum previendo tres modelos distintos:
- REFERÉNDUM ABROGATIVO: para derogar leyes vigentes.
- REFERÉNDUM LEGISLATIVO: de ratificación aplicable a leyes aprobadas
por las Cámaras pero no sancionadas aún por el Jefe del Estado.
- REFERÉNDUM FACULTATIVO: para decisiones políticas de especial
transcendencia.
En el debate constituyente de la Comisión constitucional del Congreso de los
Diputados desaparecerían los dos primeros tipos de referéndum, quedando
reducido el art. 92 a un solo tipo de referéndum, el consultivo.
Art 92 CE:
2. El referéndum será convocado por el Rey, mediante propuesta del Presidente del
Gobierno, previamente autorizada por el Congreso de los Diputados.
Ahora bien, el hecho de que no tenga efectos jurídicos directos no quiere decir
que en la práctica el referéndum no tenga unas consecuencias decisivas.
Independientemente de lo que diga la CE, una decisión mayoritaria directa del cuerpo
electoral no podrá ser seguida por los órganos representativos de dicho cuerpo
electoral. Pero lo que sí hay que resaltar es que para alcanzar virtualidad jurídica los
resultados de la consulta tendrán que ser ratificados formalmente por el
correspondiente órgano del Estado.
■ LA INICIATIVA POPULAR:
La ruptura con la soberanía del monarca con la fuente de legitimidad del poder
del Estado absoluto para la afirmación de otro tipo de soberanía, en la experiencia
constitucional europea lo será a la soberanía nacional.
Sería de esta decisión del monarca la que pondría en marcha el proceso que
conduciría casi sin solución de continuidad a transformar los ETATS GÈNÈRAUX del
A.R. en la ASAMBLEA CONSTITUYENTE de la que arrancaría el Estado
constitucional.
De aquí se pasaría a la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano
y a la Constitución de 1791, en la que se afirmaría que la soberanía reside
esencialmente en la nación y se prohibiría expresamente el mandato imperativo.
La razón de ser de esta condena es que el Estado tiene que imponerse frente a
la Monarquía Absoluta y debe proceder a concentrar y monopolizar el poder en una
única instancia, suprimiendo los particularismos locales.
Esto es propio del mandato imperativo del Antiguo Régimen, donde la fuente
de legitimidad del poder era el monarca. Los argumentos en los que esta condena se
apoya son:
- incompatibilidad del partido con la propia naturaleza del Estado como poder
político.
- Incompatibilidad del partido con la formación de la voluntad general.
- Incompatibilidad incluso del Estado con el ejercicio del derecho de
asociación, aunque ésta no tuviera un carácter político.
Por lo tanto en esta segunda época los partidos políticos si se dan porque a raíz de
que se extiende el sufragio, la sociedad necesita sintetizarse. Se apoya a los partidos
políticos, que son el vehículo a raíz del cual se va a sintetizar las objeciones de la
sociedad.
C) EL ESTADO DEMOCRÁTICO: EL PARTIDO COMO MAL
NECESARIO.
Con la extensión del sufragio la consiguiente aparición de los partidos con las
tres características que consideramos indispensables para hablar de él: un programa
homogéneo, una organización extendida y un funcionamiento continuo.
La ley arranca del principio de libertad en la creación de los partidos políticos por
parte de los ciudadanos españoles subrayando la peculiaridad de la vertiente política
del ejercicio del derecho de asociación en lo que al momento inicial del mismo se
refiere. El ejercicio del derecho de asociación en su vertiente política sí puede estar
reservado en exclusiva a los españoles en el momento de la creación de la asociación
(art. 1.1 LO 6/2002).
La ley regula las condiciones de ejercicio del mismo estableciendo quiénes tienen
la capacidad para constituirlo, así como el procedimiento a través del cual tiene que
llevarse a cabo su constitución.
La finalidad de esta exigencia es por una parte evitar la competencia desleal y por
otra evitar el fraude de ley.
El partido tendrá que contener una relación detallada de los derechos de los
afiliados. El legislador se limita a garantizar el ejercicio de cuatro tipo de derechos:
Así resulta claro de la propia redacción del art. 9. la ilegalización del partido es
contemplada como un instrumento de defensa democrática. El legislador, pasa a
identificar cuáles son las conductas que pondrían de manifiesto que lo que el partido
en cuestión persigue es acabar con el sistema democrático.
Para tener voluntad y poder la sociedad tiene que escindirse en sociedad civil y
sociedad política, tiene que, sin dejar de ser sociedad civil, constituirse en Estado.
Para que ello sea posible es para lo que es necesaria la formación de los partidos
políticos. El partido político es el primer instrumento de reducción de la complejidad
social, a fin de que la voluntad del Estado pueda constituirse de manera fiable.
A) Sistemas mayoritarios:
Con el sistema mayoritario a doble vuelta se atenúan los efectos del sistema de
mayoría relativa. Es un sistema que permite la representación política de un mayor
número de partidos pero no garantiza con la misma eficacia que el sistema de
mayoría relativa la mayoría de gobierno.
B) Sistemas proporcionales:
Los dos tipos más frecuentes utilizados en el continente europeo son el sistema de
media mayor y el sistema de resto mayor.
Todos los sistemas electorales tienen que partir de la obtención del cociente
electoral resultante de la división del número de votos válidamente emitidos por el
número de escaños a cubrir. Tantas veces como el número de votos de una lista sea
múltiplo de dicho cociente electoral, tantos escaños tendrá asignados
automáticamente.
Ahora bien, lo normal es que los votos obtenidos por las distintas listas no sean
múltiplos exactos del cociente electoral, de ahí la necesidad de realizar nuevas
operaciones.
Las dos variantes más conocidas del sistema de media mayor son:
- HAGENBACH-BISCHOT.
- SISTEMA D’HONDT: en este sistema los escaños se asignan en una sola
operación que se descompone en:
o Se divide el número de votos de cada lista por 1, 2, 3 etc hasta un
número igual al de escaños correspondientes a la circunscripción.
o Se clasifican los cocientes de mayor a menor, atribuyéndose los
escaños por el orden que ocupen en dicha clasificación.
Optar por una fórmula u otra depende de las circunstancias históricas de cada
país. Todo Estado democrático tiene que resolver siempre el problema de cómo
garantizar el gobierno de la mayoría haciendo que las minorías se sientan integradas
en el sistema político.
3. EL SISTEMA ELECTORAL ESPAÑOL.
Art. 68 CE: define casi todos los elementos del sistema electoral del Congreso
de los Diputados. Pero los define de una manera escueta, por eso, hay que acudir a la
LOREG para conocer el sistema electoral. Los cuatro elementos definitorios del
sistema electoral español son: número de escaños, circunscripción electoral y criterio
de distribución de los escaños, barrera legal y fórmula electoral.
a) Número de escaños:
Destacar que este artículo fue resultado de un pacto secreto entre la UCD y PSOE,
pero con la voluntad inequívoca de que el número de diputados quedara fijado en 350,
que era el número establecido en el RDL 20/1977, de 18 de marzo. De esta forma, se
establecía un bipartidismo ya que estaban dificultando la eficacia, la gobernabilidad del
país.
Así, el art. 162.1 LOREG dice: “El Congreso está formado por 350 diputados”. Hay
que mencionar que aunque el número introduce desigualdades en el valor del voto de
los ciudadanos según la circunscripción en la que residan, parece haberse
consolidado, sin que exista ningún proyecto de revisión del mismo con apoyo social.
Pero este número no lo va a modificar nadie porque les interesa a los partidos
políticamente.
Art. 68.2 CE: “la circunscripción electoral es la provincia. Las poblaciones de Ceuta
y Melilla estarán representadas cada una de ellas por un Diputado. La ley distribuirá el
número total de Diputados, asignando una representación mínima inicial a cada
circunscripción y distribuyendo las demás en proporción a la población”.
c) Barrera legal:
El proceso electoral está regulado en la LOREG 5/1985. el art. 81 CE dice que son
leyes orgánicas las relativas al Régimen electoral general, por lo tanto, aquí aparece
un mandato del constituyente para que regule todo lo relativo al proceso electoral.
Art. 68.2 CE: “Las elecciones tendrán lugar entre los treinta y setenta días
siguientes desde la terminación del mandato”. Así pues, desde el momento en que se
procede a la disolución de las Cámaras y a la convocatoria de elecciones generales al
momento de la votación transcurren más o menos dos meses.
La ley electoral tiene que preveer una Administración Electoral, sin la cual la
celebración de las elecciones sería imposible. La Administración electoral es el
instrumento de apoyo indispensable para que la sociedad pueda expresarse
libremente y pueda constituir su voluntad.
a) Administración electoral.
Juntas electorales:
Las Juntas Provinciales son los órganos en los que descansa el desarrollo del
procedimiento electoral. Son las Juntas provinciales las que tienen que soportar el
peso de la Administración Electoral durante los 70 días del período electoral STRICTO
SENSU.
b) El procedimiento electoral:
PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO:
PROCEDIMIENTO JUDICIAL:
Finalmente, la brevedad del plazo en el que hay que resolver este recurso hace
que el mencionado Acuerdo no contemple la apertura del trámite de admisión del
mismo.
El art. 70. 2 CE dice que la validez de las actas y credenciales de los miembros
de ambas Cámaras estará sometida a control judicial.
Art. 69.2 CE: en cada provincia se elegirán cuatro senadores… en los términos
que señale una ley orgánica. Para las provincias insulares el art. 69.3 CE dispone que
Gran canaria, Mallorca y Tenerife elijan tres senadores cada una, asignándose un
senador a Ibiza-Formentera, Menorca, Fuenteventura, Gomera, Hierro, Lanzarote y La
Palma. Ceuta y Melilla serán representados por dos senadores cada uno (art. 69. 4
CE).
Art. 166.1 a) LOREG: los electores pueden dar su voto a un máximo de tres
candidatos en las circunscripciones provinciales… de esta manera se pretende que
ningún partido alcance el 100% de los escaños en cada circunscripción.
Art. 69.5 CE: las CCAA designarán además un senador y otro más por cada millón
de habitantes de su respectivo territorio. El estatuto de cada CCAA designará cómo se
eligen esos senadores.
2. EL RÉGIMEN PARLAMENTARIO.
A. AGENTES CONSTITUCIONALES:
Pero posteriormente, la Jefatura del Estado pasará a ser una magistratura electiva
y la Segunda Cámara pasará a convertirse en una expresión adicional de la sociedad.
La Cámara baja es el único órgano del Estado que tiene siempre una legitimación
democrática directa. El gobierno tiene que depender en todo momento de ella, por lo
que es la única manera en que el gobierno puede tener alguna legitimidad para hablar
como gobierno de la nación.
En las colonias americanas una vez que se rompe el vínculo con la metrópolis, la
Monarquía deja de ser un punto de referencia para la organización del Estado. No hay
monarca al que limitar, lo que se va a organizar es una República en la que la
soberanía popular constituye un axioma político que está por encima de toda
discusión.
4. EL PARLAMENTARISMO ESPAÑOL.
■ ANTECEDENTES HISTÓRICOS:
- Gobierno de legislatura:
- Moción de censura:
- La cuestión de confianza:
El art. 115 exige como requisito que el decreto de disolución fije la fecha de las
elecciones. La disolución para que pueda considerarse como tal ha de estar
ineludiblemente ligada a las nuevas elecciones, que habrán de celebrarse en el plazo
previsto. Con la disolución sin convocatoria de elecciones lo que habría sería un golpe
de Estado.
El requisito de la motivación obligaría a una explicación formal y pública de la
medida, que siempre es deseable en un régimen democrático. En cuanto a las
limitaciones el art. 115 establece dos:
- Responsabilidad penal:
Sistema presidencial:
Sistema parlamentario:
Allí donde la razón y la historia han podido ir juntas, la Jefatura del Estado no ha
tenido cabida. La Jefatura del Estado es una anomalía histórica, que no puede ser
explicada racionalmente. El balance de la investigación efectuada es negativo. De ahí
que al final del trabajo llegue a afirmarse que la institución puede ser explicada como
expresión de la continuidad del Estado. Esta expresión de la continuidad es una simple
función y el Jefe del Estado es un puro funcionario, siendo la naturaleza de la
institución similar a la de la función pública representada por la Administración.
Ésta es la razón por la que a medida que el curso de los acontecimientos ha ido
reduciendo el peso de la historia y aumentando el peso de la razón en la organización
del Estado, la Jefatura del Estado se ha ido difuminando hasta convertirse en una
institución irrelevante para el funcionamiento del sistema político y constitucional de las
democracias parlamentarias.
El título II de la CE lleva por epígrafe “de la corona”, contenido en sus diez artículo
(56 a 65) el régimen constitucional de la Jefatura del Estado tanto en sus aspectos
orgánicos como funcionales.
Los artículos comprendidos en este Título están protegidos por el art. 168 CE.
Sólo por el procedimiento previsto en dicho artículo se pueden modificar los arts. 56 a
65. la misma protección goza el art. 1.3 de la CE. Otras normas constitucionales en las
que existen menciones a las funciones del Rey no están protegidas por esta especial
rigidez.
Cuando la jefatura del Estado es ocupada por un Rey, las normas relativas a la
designación del Jefe del Estado se convierten en las normas relativas al llamado orden
de sucesión a la Corona. La CE reduce la regulación del aspecto orgánico de la
Corona a cinco arts. Del 57 al 61.
En cuanto a las posibles dudas o incluso conflictos dinásticos, éstos tienen que
ser resueltos por las Cortes Generales mediante ley orgánica y no por los Tribunales
de Justicia.
B) LA REGENCIA.
Al Rey de la Constitución de 1978 se le sitúa fuera del juego entre los poderes
del Estado, quedando por completo al margen del proceso político propiamente dicho.
Esto es así porque el constituyente de 1978 no ha podido querer otra cosa que
alejarse del modelo monárquico constitucional español del siglo XIX y de los primeros
decenios del XX.
El Monarca no puede ser poder, sino únicamente órgano del Estado, porque no
hay poder que no pueda no emanar del pueblo. El art. 66.1 de la CE, primero del Título
III, empieza con las siguientes palabras: las cortes generales representan al pueblo
español… esta es la forma en que el constituyente ha querido resaltar que aquí
empieza realmente la parte orgánica de la CE, la parte relativa a la ordenación de los
auténticos poderes del Estado.
La Corona no forma parte del sistema político español. Es un presupuesto de
dicho sistema político. La Corona no debe participar en el proceso político y por eso,
incluso se la debe proteger a través de un procedimiento tan extraordinariamente
rígido como es el del art. 168 CE. La protección de este artículo tiene la finalidad de
poner a la Monarquía más allá de la discusión política.
- Función ejecutiva:
o Propone y nombra al presidente del Gobierno. Aceptar su dimisión.
o Nombra a los ministros a propuesta del Presidente del gobierno.
o Mando supremo de las fuerzas armadas.
o Alto patronazgo de las Reales academias.
o Etc.
- Función judicial:
o La justicia se administra en su nombre.
o Nombra al Presidente del TS a propuesta del Consejo general del
poder judicial.
o Ejerce el derecho de gracia con arreglo a la ley, que no puede
autorizar indultos generales.
- Tribunal constitucional:
o Nombra a los Magistrados del TC.
- CCAA:
o Nombra a los Presidentes de las CCAA.
C) INVIOLABILIDAD Y REFRENDO:
Los actos del Rey serán refrendados por el Presidente del Gobierno y en su
caso, por los Ministros competentes. La propuesta y el nombramiento del presidente
del gobierno y la disolución prevista en el art. 99 serán refrendadas por el Presidente
del Gobierno. Se añade además, de los actos del Rey serán responsables las
personas que los refrenden.
El poder no hay que dividirlo porque ya está dividido. A lo más que se llegará
en los siglos XVI y XVII será a resucitar la teoría del gobierno mixto de la Antigüedad
clásica, mediante la cual se pretendía ordenar la coexistencia yuxtapuesta de
elementos monárquicos, aristocrático-eclesiásticos y protodemocráticos. Puesto que
los poderes ya estaban separados, de lo que se trataba era de ver cómo se establecía
una coordinación mínima entre ellos.
La existencia de los tres poderes del Estado es algo que Montesquieu da por
supuesto como algo evidente. Mediante la primera el príncipe o Magistrado hace las
leyes y corrige o deroga las que están hechas. Mediante la segunda, hace la paz o la
guerra, envía y recibe las embajadas, garantiza la seguridad, previene las invasiones.
Mediante la tercera castiga los crímenes, juzga las diferencias entre los particulares.
Para entender la teoría de Montesquieu hay que tomar como punto de partida
la distinción que él hace entre la facultad de estatuir y la facultad de impedir. Por
facultar de estatuir él entiende el derecho de ordenar o de corregir lo que otro ha
ordenado. Por facultad de impedir el derecho de anular una resolución tomada por
otro.
Esta idea es esencial ya que los poderes no sólo deben estar separados, sino
que deben relacionarse además. El poder legislativo tiene que estar compuesto por
dos Cámaras, una electiva y otra hereditaria representativa de la nobleza. Ambas
deben actuar como cuerpos colegiadotes en todas las materias. La hereditaria puede
ejercer sólo la facultad de impedir. Por lo demás, ambas deben vigilar las leyes que
han dictado han sido ejecutadas.
El poder ejecutivo debe estar en las manos de un monarca, ya que esta parte
del gobierno está mejor administrada por uno que por varios. El poder judicial debe
estar formado por personas extraídas del pueblo en ciertas épocas del año en la
manera prescrita por la Ley.
Una vez establecidos los tres poderes, Montesquieu sienta el principio de que
no hay libertad si alguno de ellos ejerce el otro poder. Es de suma importancia
mantener a todos los poderes separados. En efecto, el poder ejecutivo debe tener la
competencia para decidir la convocatoria de las Cámaras, que no pueden reunirse por
propia voluntad ni decidir constituirse de manera permanente. Tal competencia debe
ejercerla, sin embargo, el monarca convocando a las Cámaras con regularidad, en
intervalos de tiempo cortos. Asimismo el poder ejecutivo debe tener el derecho de veto
sobre los actos del poder legislativo, ya que, de lo contrario, éste será despótico. No
es preciso , sin embargo, lo contrario, ya que la ejecución tiene sus propios límites por
la naturaleza de la función.
La división de poderes tal como opera en el día de hoy en todos los Estados
constitucionales tiene una relación muy remota con la teoría de Montesquie. De donde
arranca la verdadera división de poderes del Estado democrático es de la Revolución
Americana.
■ FUNCIÓN CONSTITUYENTE:
■ FUNCIONES CONSTITUIDAS:
Las funciones constituidas son las funciones clásicas del Estado, contempladas
tradicionalmente en la teoría de la separación de poderes. Aunque subordinadas a la
función constituyente y de reforma y eventualmente sometidas al control de
constitucionalidad, es en ellas en las que reside la vida del Estado.
- Función legislativa:
El órgano a través del cual se ejerce tiene que ser colegida y numeroso, en el
que pueda expresarse la diversidad de la sociedad. Esta es la razón por la que la
función legislativa ha sido confiada a un Parlamento. Es necesario además que ese
órgano actúa con un procedimiento específico, en el que tengan posibilidad de
expresarse la constitución del órgano y tienda a posibilitar el compromiso entre la
mayoría y la minoría en el ejercicio de la función legislativa.
- Función ejecutiva:
- Función judicial:
Todas la dudas que nacen en concreto acerca de cuál es la verdad definida por
la Ley tienen que poder ser resueltas de manera definitivamente vinculante por la
función judicial. Hasta el momento no se ha encontrado mejor sistema para hallar la
verdad en los conflictos sociales que el proceso contradictorio con un árbitro imparcial
sometido únicamente a la Ley. La independencia del juez y el respeto a la Ley y a las
formalidades procesales son las mejores garantías que se conocen en la búsqueda de
la verdad.
La verdad tiene que ser definida por dos órganos judiciales distintos en dos
procesos temporalmente separados. El recurso de casación constituye una garantía
adicional. La garantía para el ciudadano no está sólo en la independencia del órgano,
sino también en la forma en que obtiene la información, la procesa y la traduce en una
decisión.
En casi todos los países europeos a lo largo del siglo XX hemos asistido a
fenómenos de territorialización del poder, tratándose además éste de un proceso que
está todavía en activo y que, en modo alguno, puede considerarse cerrado.
El poder del Estado hay que dividirlo territorialmente para intentar evitar que la
relación mayoría-minoría sea uniforme en todo el territorio del Estado. La mayoría en
el poder central puede ser minoría en determinadas unidades territoriales menores,
con las que tiene necesariamente que entenderse por exigencia constitucional. Esta
distribución territorial del poder, añadida a la división de poderes es un elemento de
garantía de la libertad política que difícilmente puede ser sobreestimado.
La forma en que la distribución territorial del poder afecta a las funciones del
Estado depende de cada Constitución. Se puede decir que la función legislativa en
Estados del tamaño de los europeos y con la cohesión histórica alcanzada en ellos es
bastante resistente a la territorialización, así como también lo es todavía más la
función judicial. Es en la función ejecutiva donde la territorialización opera con más
intensidad, contribuyendo de otra manera a reducir el peso del Estado en la sociedad y
aumentar el peso de las unidades territoriales menores más próximas al ciudadano.
Las Cortes Generales es el único que tiene una vinculación inmediata y directa con
la soberanía popular. Como dirá el art. 66.1 CE las Cortes Generales representan al
pueblo español. Todos los demás poderes del Estado carecen de una vinculación
directa con la voluntad popular, necesitando la mediación de las Cortes para su
constitución y para la legitimación democrática de su actividad.
Las Cortes Generales son las que legitiman día a día democráticamente el Estado.
2. EL BICAMERALISMO ESPAÑOL.
En el art. 66.1 CE se dice que las Cortes Generales están formadas por el
Congreso de los Diputados y el Senado. Esta decisión ha resultado ser una de las más
polémicas por la configuración que le ha dado al mismo y en particular por la forma en
que ha regulado el Senado.
■ EL BICAMERALISMO EN EL ESTADO CONSTITUCIONAL:
Tal modelo bicameral compuesto por una Cámara electiva y otra hereditaria
privilegiada, pudo mantenerse mientras la cámara electiva era también una cámara
oligárquica. Pero es un modelo que no podía sobrevivir a la democratización del
Estado. De ahí la progresiva difuminación política y constitucional de las segundas
cámaras, a las que les ha ido ocurriendo algo parecido a lo que le ha ocurrido a la
Jefatura del Estado. Se han mantenido pero al precio de transformarse en instituciones
irrelevantes.
La decisión del constituyente español respecto del Senado ha sido una de las
partes de la Constitución más criticadas de ahí que siempre que se haga referencia a
ella cuando de la reforma de la Constitución se habla.
Las Cámaras tienen autonomía para dictar sus propios Reglamentos pero no la
tiene para no dictarlos. El Reglamento parlamentario es una norma de producción
ineludible y perentoria, sin la cual ninguna Cámara puede funcionar. Es un
presupuesto indispensable para el ejercicio de las funciones parlamentarias y para la
existencia real y efectiva de las Cámaras como órganos del Estado.
LA MESA:
Las funciones de las mesas son de dos tipos: una función rectora, mediante la
cual dirige los trabajos de la cámara y otra registral, mediante la cual recibe toda la
documentación que va dirigida a la Cámara y ordena la tramitación correspondiente de
la misma.
EL PRESIDENTE:
Sus competencias formalmente reconocidas son fundamentales de
coordinación, de carácter interpretativo y representativo o de policía en el interior de
las sedes.
LA JUNTA DE PORTAVOCES:
Su función es política. Es en ella donde se fija el orden del día del pleno y hasta
la inclusión del orden del día de un determinado asunto aunque no hubiere cumplido
todavía los trámites reglamentarios.
Cada comisión designa una ponencia para cada asunto que debe informar
siendo este informe el texto de trabajo que le sirve a la comisión para elaborar su
dictamen el cual se remite al pleno para su aprobación.
Las sesiones se celebran de martes a viernes, con arreglo a un orden del día
previamente anunciado. Los debates se hallan regulados en los reglamentos con las
distintas posibilidades de turno a favor y en contra, la posibilidad o no de réplicas y
sobre todo la duración en minutos de cada una de las intervenciones.
La adopción de acuerdos por las cámaras es preciso la asistencia de la
mayoría de sus miembros y que el acuerdo sea aprobado por la mayoría de los
miembros presentes.
Una vez proclamados candidatos electos por la junta electoral provincial para
adquirir la condición de parlamentarios los reglamentos de las cámaras han
introducido requisitos formales como la exigencia de jurar o prometer acatamiento a la
constitución. Hay que resaltar que el no prestar juramento o promesa de acatar la
Constitución no conlleva a la pérdida del escaño, sino sólo la no adquisición de la
condición de parlamentario, de tal suerte que el candidato electo puede adquirir la
condición de parlamentario en cualquier momento a lo largo de la legislatura.
Asimismo hay que resaltar que la fórmula para prestar el juramento o promesa
tiene que ser la fórmula ritual prevista reglamentariamente.
Por último, el fuero jurisdiccional en virtud del cual los parlamentarios sólo
pueden ser juzgados ante el TS.
Por lo que hace a sus derechos, el más vip es el de asistir con voto a las
sesiones del pleno y de las comisiones de las que formen parte, así como el de asistir,
aunque sin derecho a voto, a las comisiones de las que no formen parte. El derecho a
percibir una asignación es otro derecho.
Entre sus deberes destacan el de asistir a las sesiones del pleno y de las
comisiones de las que sean miembros, amén del de no divulgar las actuaciones
secretas de la cámara.
Las cortes son libres en la creación de derecho. Tienen el límite negativo de la CE,
pero positivamente no tienen que buscar el fundamento en una norma superior. Los
demás poderes del Estado tienen que remontarse a una norma superior.
Ahora bien, el que las cortes tengan el monopolio de la creación del derecho no
quiere decir que ese monopolio se exteriorice siempre de la misma forma. Por tanto,
tiene que tomar nota de esta diversidad y complejidad.
3. LA LEY ORGÁNICA.
Se trata de la materia más importante de todas. Dos son los problemas que la
redacción de este inciso del art. 81.1 CE plantea: primero, el de qué debe entenderse
por derechos fundamentales y libertades públicas. Y segundo, qué alcance ha de
darse a la expresión relativas al desarrollo.
Para algunos autores por derechos fundamentales y libertades públicas hay que
entender exactamente el contenido incluido en esta rúbrica de la sección primera del
capítulo II del título primero y nada más, para otros no era así, debiéndose definir las
materias reservadas a la ley orgánica por este inciso del art. 81.1 CE no en atención a
la dicción literal de la rúbrica de la sección mencionada, sino a otros criterios: entidad
del derecho o libertad que se trata de proteger.
Este criterio ha sido alterado por la ley orgánica del TC, cuyo art. 28.2 contiene
en su primer inciso una reafirmación del concepto material de la ley orgánica para
pasar en el segundo a una definición exclusivamente formal.
4. LA LEY.
■ CONCEPTO:
■ PROCEDIMIENTO LEGISLATIVO:
La CE apenas regula esta fase, que es dejada casi por completo a los reglamentos
parlamentarios. En el procedimiento legislativo se prevén los momentos siguientes:
- los proyectos de ley son presentado ante la mesa del congreso, la cual
ordena su publicación, la apertura del plazo de presentación de enmiendas
y el envío a la comisión correspondiente.
- El plazo de presentación de enmiendas es de 15 días, pudiendo ser éstas
bien a la totalidad o bien enmiendas parciales. Únicamente en el primero de
los casos se produce un debate de totalidad en el pleno.
- Una vez finalizado el debate de totalidad la comisión nombrará una
ponencia a fin de que redacte un informe en el plazo de 15 días.
- Concluido el informe, comenzará un debate en comisión que finalizará con
la adopción de un dictamen que será elevado al presidente del congreso a
efectos de la tramitación subsiguiente que proceda.
- Tras la deliberación y aprobación en comisión se procede a la deliberación
en el pleno y a la aprobación definitiva del texto por el congreso de los
diputados.
- El texto aprobado por el congreso es remitido por su presidente al del
senado, en donde, con la limitación del plazo de dos meses, se vuelve a
reproducir el mismo proceso que ha vivido el proyecto o proposición de ley
en el congreso.
- El senado puede aprobar el proyecto o proposición de ley o introducir
enmiendas o vetarlo. En el primer supuesto su texto queda fijado con la
votación en el pleno del senado. En el caso de que se hayan introducido
enmiendas, éstas serán objeto de debate y votación por el pleno del
congreso y quedarán incorporadas al texto las que obtengan mayoría
simple de los votos emitidos. En caso de veto, se someterá a votación el
texto mismo la mayoría absoluta de los miembros del congreso. Si no se
consiguiera esta mayoría, bastarían dos meses más tarde la mayoría
simple para que el veto quedara levantado.
Finalmente, la publicación se da porque para que la ley sea obedecida antes tiene
que ser conocida. Empieza a contar desde el momento de publicación de la ley en el
BOE. Este plazo está fijado en el título preliminar del Cc, en el que se fija un plazo de
20 días par la entrada en vigor de la norma, a menos que la propia ley disponga lo
contrario.
■ PROCEDIMIENTOS LEGISLATIVOS ESENCIALES:
a) la ley de comisión:
Las cámaras pueden delegar en las comisiones legislativas permanentes la
aprobación de proyectos o proposiciones de ley con dos limitaciones:
- que el pleno podrá en cualquier momento recabar el debate y votación de
cualquier proyecto o proposición de ley que haya sido objeto de delegación.
- Que no cabe tal delegación en los casos de reforma constitucional,
cuestiones internacionales, leyes orgánicas y de bases y los presupuestos
generales del Estado.
Hay que destacar que toda propuesta de veto tiene que ser ratificada o
rechazada por el pleno del senado. La ley de comisión se incorpora al ordenamiento
en las mismas condiciones que la ley de pleno. Ambas ocupan el mismo lugar en la
jerarquía normativa y las posibles antinomias que puedan producirse entre ellas
habrán de resolverse con base en los criterios conocidos de temporalidad y
especialidad.
b) procedimiento de lectura única:
c) procedimiento de urgencia:
La mesa del congreso de los diputados a petición del gobierno, de dos grupos
parlamentarios o de una quinta parte4 de los diputados puede acordar que cualquier
proyecto o proposición de ley se tramite por el procedimiento de urgencia. La
declaración de urgencia implica que los plazos del procedimiento legislativo ordinario
se reduzcan a la mitad.
■ FUERZA DE LEY:
■ EL DECRETO LEGISLATIVO:
Delegación que hace el titular del poder legislativo al gobierno para que éste lo
sustituya, ocupe su lugar. El sustantivo decreto es el término genérico que cubre los
actos de autoridad del poder ejecutivo. El adjetivo legislativo precisa cuál es la
característica específica de ese acto de autoridad del ejecutivo, a saber: ser un acto
normativo con fuerza de ley.
■ EL DECRETO LEY:
Una norma con fuerza de ley que emana directamente del gobierno y sobre la
que el parlamento sólo se pronuncia a posteriori.
El decreto ley puede ser definido como una disposición legislativa provisional
dictada por el gobierno en caso de extraordinaria y urgente necesidad sobre materias
no expresamente excluidas por la CE.
Son las siguientes: el ordenamiento de las instituciones básicas del Estado, los
derechos, deberes y libertades de los individuos regulados en el título I, el régimen de
las CCAA y el derecho electoral general. El círculo de las materias no susceptibles de
regulación mediante decreto ley pueden ampliarse o reducirse. De ahí la necesidad de
analizar por separado:
La cláusula restrictiva del art. 86.1 de la CE debe ser entendida de modo tal que ni
reduzca a la nada el decreto ley ni permita que por decreto ley se regule el régimen
general de los derechos, deberes y libertades del título I, ni de pie para que por
decreto ley se vaya contra el contenido o elementos esenciales de algunos de tales
derechos.
El TC vincula su interpretación de este inciso del art. 86.1 CE con el art. 81.1 CE,
son leyes orgánicas las que… aprueban los estatutos de autonomía y con la
interpretación del sistema de distribución competencial entre el Estado y las CCAA.. el
sistema normal de distribución de competencias entre el Estado y las CCAA es el
definido en los arts. 147 a 149 de la CE y los instrumentos jurídicos que lo articulan
son la CE y los estatutos de autonomía. A este sistema normal puede adicionarse otro
excepcional de delimitación extra-estatuaria.
El ejercicio de competencias atribuidas al Estado por el art. 149 CE no está vedado
al decreto ley. Tampoco está vedado el uso del decreto ley para establecer las bases o
la legislación básica. Lo que está vedado al decreto ley es regular materia propia del
estatuto de autonomía u operar una ampliación o armonización extraestatuaria de las
competencias de las CCAA.
Esta fórmula no plante ningún problema de interpretación. Por régimen hay que
entender régimen político. En consecuencia, por derecho electoral general ha de
entenderse no sólo el derecho de las llamadas elecciones generales, sino todos los
procesos electorales de alcance general.
2. tramitación parlamentaria: