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EDUCACIÓN CRISTIANA

Muy bien, analizando la necesidad básica que nos atrae la revisión de este grande y
complejo temario, a saber, la educación como FACULTAD y su posterior articulación a través
de la pedagogía, nos vemos casi obligados de retomar una corta pero concisa investigación
de sus verdaderas raíces históricas.

No queriéndonos extender en ninguna de las dos, esta síntesis ni la presentación


anteriormente enviada, omitiremos algunos temarios en ambas, y evitaremos repetir.
Recordando importante para nosotros conocer los tejidos que nos trajeron hasta esta época,
esto es, la historia, y lo más importante a rescatar de ella, la concepción y propósito
originales en los que nacieron los elementos de nuestro interés.

Veremos que contrario al pensamiento común, las bases educativas más antiguas no fueron
precisamente las de Grecia ni Roma, y tampoco fueron las más decisivas e influyentes para
nuestros días. Tomaremos los registros más antiguos pero exactos en todos los campos,
jamás encontrados del hombre-entre ellos la Santa Biblia-para ilustrarnos acerca del impacto
que nuestra importante facultad en éstos generó.

Se aclarará la concepción y el significado tácito y de facto de la palabra religión y su


importante papel en la educación Cristiana.

¿Cómo se llegó a hablar de Educación Cristiana?

Para poder explicar mejor este magno evento, veremos primariamente el trasfondo
necesario para comprender cómo una sociedad completamente estructurada, manejada
mediante la obligatoriedad de sus moradores hacia sus gobernantes, y debida a un sistema
fortísimo “religioso-político”, como la griega y en forma similar, la romana, se llagan a
doblegar de forma tan impactante ante un nuevo sistema de pensamiento, llegado de miles
de kilómetros de distancia, y tan sólo impulsado por los labios de un Judío, quién ajeno a los
deseos de conquista y sin conocer nada a cerca de política, provocaría en tan sólo 50 años, lo
que les hubiese llevado miles de años a otros… crear una nueva y poderosa cultura capaz de
mutar los más profundos y antiguos estratagemas.
Hablamos desde luego de la persona de Jesús, un judío de nacimiento, y quien desarrolló
toda su vida y ministerio en la ciudad de Jerusalén mayormente; ciudad que posteriormente
sería conquistada por Roma. Veremos cómo su vida provocó la institución de una nueva
paideia, para los romanos, y que se conocería más adelante bajo el nombre de Cristopaidea,
afectando finalmente al grueso del mundo conocido de la época.

Luego de la conquista de Jerusalén, y de todo el común intercambio cultural y social que el


término supone, sucesos extraordinarios comenzaron a operarse en la vida de los griegos
(romanos) por parte de los-ahora oficialmente encomendados-discípulos de Jesús, y sus
principales guías, los apóstoles. Pero, ¿por qué ha de ser de nuestro interés este suceso?, por
el grande uso de nuestra común facultad que éste supone. Los lineamientos de la sociedad
judía en cuánto a educación se verían grandemente traspasados a sus pares, los griegos, por
medio de esta grande labor educativa (si me permitiesen el término), la evangelización.

Explicaremos la estructura educacional que habría influido inicialmente en ésta que


reemplazaría la educación clásica griega, a saber, la educación Cristiana, y los rumbos que
más adelante alcanzarían los sistemas educacionales Judío y Cristiano, sin dejar de lado la
paideia clásica griega.

Se lidiará más adelante el énfasis antes cambiado de educación en los infantes, así como la
importantísima estructuración metódica doctrinal Cristiana, como eje fundamental del
modelo de estudiante integral, y permitiéndose la continuación de algunos componentes
antes considerados como “paganos”, conformantes de la paideia clásica griega.

¿Cómo se institucionaliza y adapta finalmente la Educación Cristiana?

Debe ser sabido que los cristianos siendo primeramente llevados prisioneros a Roma y
sufriendo esclavitud durante años, se dejaron casi por completo de sus raíces judías, y,
tornándose de repente mayoría en Roma, y “contagiando” lentamente al grueso de los
griegos, terminarían por ser aceptados e institucionalizada oficialmente su nueva cultura, y
por consiguiente, modelo de educación. Todo esto sucede en un lapsus de 250 – 300 años, y
llevado sobre las cuestas del primer y muy original modelo de educación pedagógica
impuesto por Jesús, la evangelización, y todos sus complejos componentes ratificándola
como más exitoso modelo de educación “multipropósito” de la época.

Como resultado, desde que comenzó este nuevo mover, tenemos a tres cuartos de la
población mundial convertida al Cristianismo, en un periodo de tiempo de medio siglo,
llevada sobre las cuestas, otra vez, de nuestra grande y común facultad. Todo esto se lee
extraño y ajeno a nuestra razón, pues la noción que manejamos actualmente de educación,
muy contraria a la de le época, se ha rebajado a su más simple definición y expresión que
jamás ha tenido; esto haciéndose evidente con la posibilidad de contrastar con la historia, y
comparando fácilmente la definición de estudio que tenían nuestros padres, con la que hoy
se percibe de un niño o joven estudiante actual.

Más adelante en el tiempo, veremos resultados como los que articula Agustín de Hipona,
notable sacerdote del orden de los llamados “teólogos científicos”, y quién por medio de su
labor educativa, didáctico-pedagógica, logra introducir notables requisitos en la educación de
aquel tiempo, que hasta nuestros días se mantienen.

Acercándonos un poco más al hombre considerado pilar fundamental en la Educación


Cristiana de más adelante en el tiempo, vemos que su aporte a la educación se configura
debido a que su filosofía era de carácter educativo, eminentemente hablando. Nacido en el
354 d.C., Tagaste, África Romana, hijo de Patricio, pagano, su madre Mónica, Cristiana. Desde
su niñez fue educado, llegó a ser profesor de gramática y retórica; su única debilidad
conocida durante su juventud eran las mujeres, hasta que a los 32 años empezó asistir al
catecúmeno en Milán y decidido a estudiar las enseñanzas de Jesucristo, se transformó en su
seguidor. En el año 391 se va a Hipona a formar su propio monasterio, he de allí su
denominación, y finalmente muere en el año 430, bajo circunstancias no muy claras.

Dentro de sus postulados que son hechos norma, cabe rescatar lo siguiente respecto a la
educación y conducta Cristiana:

1. Las metodologías de las Ciencias “paganas” (de los paganos) como la aritmética, la
geometría, la gramática, la retórica, la astronomía, la música y la dialéctica, fueron
siguiendo enseñadas como antes, sólo que sin ningún componente mitológico ni
literario clásico. Seles quita el rótulo de “paganas”, se incluyen en un currículum
común, y se ven complementadas por medio de la enseñanza bíblica, artes y
deportes.
2. Se presentó la catequesis, es decir la instrucción Cristiana, como una labor que debía
ser realizada con amor y didactismo, tratando de imitar la conducta amorosa y
paciente con que Jesús enseñó sus discípulos.

Finalmente, y siendo conscientes del gran legado de miles de años que genera esta
educación, nos sería conveniente estudiar, al menos someramente, lo medular del tema, que
a mi juicio, es el impacto en todos los sentidos que nos competa abarcar; pero aún más
importante, cómo ése impacto dio forma a las bases para el desarrollo de las sociedades y
culturas que hoy día nos rodean.

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