Vamos a exponer otro de los motivos para eludir la aplicación de la Ley Urbanística Valenciana (LUV).
Las viviendas unifamiliares aisladas.
Una de las principales modificaciones que introdujo la LUV sobre la anterior y ya derogada Ley Reguladora de la Actividad Urbanística (LRAU) fue la protección de las viviendas unifamiliares aisladas. La LUV establece: LUV. Art. 29.1. “Cuando en un sector existan edificaciones previamente consolidadas que por su tipo, ubicación y uso sean compatibles con la ejecución de la urbanización, los planes que los desarrollen podrán prever, para las parcelas vinculadas urbanísticamente a cada una de ellas el régimen de actuaciones aisladas y su clasificación como suelo urbano. Será obligatorio este tratamiento cuando se trate de viviendas unifamiliares aisladas en uso o en condiciones de ser habitadas."
En cambio, el Plan General que aprobó el Ayuntamiento de Peñíscola dice en la letra
pequeña de cada uno de los sectores (Normas Urbanísticas, pág. 355 y sgtes): “El Plan Parcial deberá valorar la posibilidad de reconocer, en el caso de resultar compatible con los objetivos y criterios de ordenación, las viviendas existentes.”
El informe del Arquitecto municipal.
Cuando se señala esta incongruencia el Arquitecto municipal informa: “El mismo Art. 29.1 LUV invocado, establece expresamente que en estos supuestos, “los planes que los desarrollen, - los sectores donde se ubiquen estas edificaciones -, podrán prever, para las parcelas vinculadas urbanísticamente a cada una de ellas, el régimen de actuaciones aisladas y su clasificación como suelo urbano.” De esta forma, el propio texto legal establece claramente que deberán ser los planeamientos de desarrollo, - en suelo urbanizable, Planes Parciales -, excediendo esta posibilidad del planeamiento general. Se propone por tanto desestimar las alegaciones presentadas.”
Es decir, el Arquitecto cita la LUV, pero se “olvida” de que esta clasificación es
obligatoria para viviendas unifamiliares aisladas. Y en la letra pequeña se deja esta obligación que marca la ley en la mera voluntad del agente urbanizador de turno, con la acostumbrada aquiescencia municipal.
(Vea los artículos ya publicados en www.camivell.blogspot.com)