You are on page 1of 3

Franz Kafka. En la colonia penitenciaria.

Determinar cuál es el papel del viajero, su percepción de los procesos de condena y


su transformación frente a este tipo de prácticas.

Por Elyana Gutiérrez.

En primer lugar, es necesario realizar una breve reconstrucción del relato para tratar de
determinar desde allí la naturaleza del viajero o explorador y su papel en la narración. El
argumento del cuento es el siguiente. Hay una isla lejana (una colonia francesa según
puede deducirse), en la que hay una colonia penitenciaria. Allí se presentará una
ejecución en torno a la que gira todo el relato. Pero dicha ejecución resulta ser
completamente particular; es la ejecución de un soldado que ha desobedecido a sus
superiores, pero que aunque está a punto de ser ejecutado a pena de muerte, no tiene
conocimiento de ello, pues no se ha hecho un proceso en su contra. Pero lo más
particular es el instrumento con que se lleva a cabo la ejecución. Se trata de una
máquina en la que se acuesta al condenado y gracias a un preciso mecanismo, inscribe
en el cuerpo de la víctima una sentencia relacionada con la falta cometida, por ejemplo,
en el caso del soldado que ha sido condenado, la sentencia que le matará inscribiéndose
en su carne es: Honra a tus superiores. A esta ejecución ha sido invitado un extranjero,
el viajero o explorador a quien se le explican los detalles del funcionamiento de la
máquina y en general de ese procedimiento penal, anclado en los ideales de un antiguo
comandante. Esto, y la precipitación del oficial a cargo de la ejecución, o mejor dicho,
del único que se empeña en proseguir esa forma de justicia, nos muestra que esta
práctica tiene cierto sesgo de ilegalidad; al parecer no es una práctica totalmente
admitida. Por ello el oficial busca la aprobación del explorador creyendo que con ello
puede conseguir que se mantenga su idea de justicia. Pero ante la negativa del
explorador, el relato toma un giro magistralmente aplazado por Kafka, y el oficial
decide liberar al soldado y ejecutarse a sí mismo, pero la máquina falla y éste muere sin
recibir la sentencia dictaminada por él mismo.

Este sería a grandes rasgos el argumento del relato. El personaje del explorador en dicho
relato, es de naturaleza bastante ambigua o enigmática; uno no sabe a ciencia cierta qué
es y qué hace allí, nunca se precisa su oficio o relación con la ley como para determinar
cuál es la importancia de su presencia en la ejecución. Sin embargo, su presencia resulta
determinante, ya sea por su importancia intrínseca o porque el oficial exagera, como

1
ocurre a menudo en personajes de Kafka1, de modo equivocado, el peso que pueda
tener el explorador para su concepción de la justicia y la puesta en práctica de la
ejecución. En el explorador todo es discreto y hecho sin mayores aspavientos, uno diría
casi que sin intervenir. Pero su presencia y su actuación resultan determinantes para el
desarrollo del cuento. El personaje sufre varios momentos. En primer lugar se
caracteriza por su indiferencia ante el oficial, el condenado y la máquina, su
pensamiento y atención están puestos más en cuestiones aparentemente irrelevantes que
en la ejecución misma, pues él, “parecía haber aceptado sólo por cortesía la invitación
del comandante.”2 Tal indiferencia se revela básicamente en sus gestos, aspecto que
resultaría crucial para determinar lo no dicho por los personajes. Pero esa indiferencia
del explorador, va convirtiéndose poco a poco en interés, no frente al oficial ni frente al
condenado, que ni siquiera podría suscitar compasión, sino frente al procedimiento, es
decir, frente al desarrollo de la ejecución que no tiene un proceso. El interés del
explorador aumenta, aunque si revelarse de modo directo, a medida que se especifican
los detalles de la tortura a que será sometido el soldado. Pero ese interés creciente,
aunque sin intervención directa, será determinante para el desenlace del reato, pues
como se dijo más arriba, el oficial sobrevalora la presencia del extranjero y lo que
pueda decir acerca del procedimiento penal. Y el explorador aprovecha esa
sobrevaloración que da el oficial a su presencia para, sutilmente, lograr un viraje en la
ejecución.

El explorador sabe que intervenir de manera abierta no le sería conveniente y lo hace de


manera soterrada con las pistas que el otro le deja en su apresuramiento. Así, cuando el
oficial le revela a modo de confesión lo importante que él considera su presencia allí, el
explorador sabe cómo actuar, le bastaba decir no; “tan fácil era entonces la tarea que le
había parecido tan difícil.”3 El extranjero decide jugar con las armas que le da el oficial
y aunque no era su intención original, pues “viajaba sólo con la mera intención de

1
Efectivamente, esta exageración equivocada de la importancia de un personaje por parte de otro es
natural en varios lugares de la obra de Kafka, por ejemplo, en El proceso, K. a menudo hace recaer una
gran importancia en personajes que no tienen ninguna con relación a su proceso, asimismo, en Ante la ley,
el hombre del campo exagera la importancia del guardián pasando éste a ser más importante que la ley
misma. Del mismo modo, en El castillo, K. intenta su ingreso al castillo relacionándose con personajes
que no tienen verdadera relación con el castillo y por el contrario cada vez se ve más lejos de ingresar en
él. El fondo importante de esta característica tiene que ver con el sentido de imposibilidad que tienen las
búsquedas humanas y con determinar cómo dichas búsquedas descansan no sólo en esa imposibilidad,
sino en un malentendido que las determina.
2
Kafka, Franz, En la colonia penitenciaría. En: La condena. Alianza, Madrid, 1972. P. 113.
3
Ibíd., p. 132.

2
observar, y de ningún modo pretendía modificar los métodos judiciales de los demás,”4
decide intervenir pues, “aquí se encontraba con cosas que realmente lo tentaban a
quebrantar su resolución de no inmiscuirse.”5 Y tras ver la fragilidad de algo que parecía
tan sólido, el explorador da el “no” que decide el destino del soldado, el del oficial y el
de una forma de justicia que, matando a su único ejecutante, muere con él.

De acuerdo a su naturaleza prudente, incluso demasiado mesurada, el extranjero


presencia el alboroto final del oficial que busca cómo ejecutarse tras considerar que no
tiene validez su propio método de justicia. Así visto, el explorador parece un verdugo
implacable que cambia la ley y la justicia de un lugar pero sin proponérselo o sin que
ello aparezca de manera explícita.6 En efecto, no se sabe exactamente qué percibe el
oficial en la actuación del explorador para comprender que ha llegado el fin de su
concepción de la justicia. Pero aun sin saber esto, es claro que la sutileza del explorador
cambia el destino del relato, y él mismo cambia de pura indiferencia hacia lograr
sutilmente un viraje en la ejecución. El explorador pasa por la isla como el testigo que le
basta con hacer un gesto para cambiar la situación.

4
Ibíd., p. 127.
5
Ibídem.
6
Algo similar es lo que ocurre en el relato La condena, en el que el padre de manera implacable, pero
velada, provoca no se sabe exactamente qué sentimiento en el hijo y éste, tras el diálogo con el padre, se
arroja de un puente.

You might also like