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Sol, déjame decirte que me ha parecido el cuento más entretenido que

has publicado. Sólo para comenzar uno de mis mejores amigos se llama
Andrés Peña :D El tema de los estereotipos es fantástico, nosotros con
dos millones de indios, entre los cuales me cuento y ellos con sus estrellas
de cine.

Trasladando el concepto a tiempos de tecnología, pasa y ahora mucho


más frecuente. Gente como el estudiante que se dedica a entusiasmar a
otros con las palabras, gente que sale herida, presunciones y celos
ocasionados por el no verse, y finalmente los amores no correspondidos.

El tono irónico en que Rojas escribe el cuento es genial, muy bien


caracterizado. Que te diré, me encantó. Buen comienzo del año! A seguir
leyendo y a seguir escribiendo! Me iré poniendo de a poco al día con los
posts.

mi también me gustó mucho el cuento. Un tono entretenido, rápido, lo cual considero


que no es muy común en lo poco que he leído de literatura ecuatoriana. Me parece
interesante ver que los amores por cartas no difieren mucho de los que se dan hoy por
Internet. Quizás esos amores se intensificaban por la espera del correo, me imagino a
las personas con la ansiedad de recibir unas letras del ser idealizado, mientras los
pajaritos y corazones bailaban por sus ojitos : )

Muy bueno el tema del estereotipo. Y qué bien que mi cuento del amor no
correspondido como que va por esta línea irónica. Tengo que revisarlo, todavía no he
tenido tiempo de leer la corrección : (

También me recuerda a mi cuento sobre la amistad, donde relataba como, a través de


una persona, trataba de desquitarme por mis malas experiencias con las amigas. El
narrador de este cuento aprovecha la situación para la venganza de las clases aunque
para mi es realmente una manera de cubrir su frustración.
Este cuento del Sr. Ángel Felicísimo Rojas ha sido impactante para mí, es el primer cuento de
la literatura ecuatoriana que me ha llamado la atención, se los recomiendo porque no es largo.
La historia es interesante, habla de un muchacho de escasos recursos económicos, oriundo de
Loja, que está en un programa para aprender inglés, que consiste en intercambiar correo  cada
semana con una chica que está aprendiendo español. Al principio no entendía bien de que se
trataba, luego comprendí que se trataba de amores lejanos, que se gustaban y expresaban sus
sentimientos  por medio de cartas mal escritas, y la desesperación de Andrés Peña por recibir
una carta; me causó mucha gracia las cartas que Jacqueline escribía al principio, porque no sabía
escribir bien el español, al final el termina diciendole una sarta de mentiras y ella que es una
niña de clase social alta, experimenta su primera descepción. Me dio mucho coraje, porque no
se juega con los sentimientos de nadie.
Así haya sido porque él se quería vengar, aunque no tenía ningún motivo valedero, de que ella
pensara que toda la vida iba a tener todo. Pienso que no tenía valores porque alguien con
principios no hace eso, y dice la verdad desde el principio. La vida enseñará a Jacqueline que no
podemos tener  todo, no era necesario que el hiciera eso.
Aunque me parece que es la realidad, que algunas personas se vengan de otras personas de
clases sociales altas, solo por el hecho de no tener los mismos bienes, que quizás  las personas
que los poseen las obtuvieron con mucho esfuerzo, quizás esas personas deberían enfocar ese
tiempo en superarse y obtener los mismos bienes.
Para leer el

Un idilio bobo
Publicado el 21/Septiembre/2003 | 00:00

Para él había un momento clave en su existencia y era exactamente ese que


marca el límite entre la vigilia y el sueño. El piensa que, cuando era niño, ese
momento era de una pureza y de una soledad absolutas. Para él, este
momento ya no tiene nada de misterioso y tampoco es de una soledad
absoluta. Como miles de seres humanos en el planeta, se duerme ,
exactamente cuando el control remoto del televisor, desde donde alguien le
hablaba, se cae al suelo. Se sobresalta y lo apaga. A veces se acuerda de las
últimas imágenes que ha visto. Pero como tiene la manía del zapping, no le
sirven mayormente para contar lo que ha visto. Sin embargo, él piensa que, a
veces, estos fragmentos, si los relaciona entre sí, le sirven para escribir.
El veía ayer un programa en la televisión española acerca de los japoneses que
aprenden castellano. Una de las preguntas era qué palabra le significaba más.
Un viejo embajador japonés respondió que la palabra "sosiego", un muchacho
dijo que "coherencia", y una chica que "afectuoso". Cuando ellos razonaban
sobre el por qué de su elección, él podía leer la profundidad y la sutileza de las
diferencias culturales. Entonces se puso a relacionar este juego, con algunos
hechos, que había visto en los noticieros y que por ser públicos, le parecían ser
parte de la política nacional, en busca de una palabra que los sintetizara. El
había mirado toda esta teatralidad amatoria, en el proceso de reconciliación de
la pareja presidencial, y se preguntó si todo ese formato telenovelesco, se
debía a la perversidad de los periodistas o estos no hicieron nada más que
retransmitir algo de por sí melodramático, a lo que le vendría bien el título con
el que Angel F. Rojas denominó a un bello cuento del que toma el nombre su
libro de relatos Un idilio Bobo. Cuando se le ocurrió este título, él pensó si este
caería dentro de alguno de los numerales de la nueva ley contra el chisme y el
rumor o si debía presentar este texto ante un alto oficial, que dijo que los
periodistas debían mostrar los textos antes de publicarlos o delatar a sus
fuentes.
Claro que se asustó un poco, porque él pensaba escribir que ese título de "Un
idilio bobo", se podría proyectar también a la relación entre ciertos militantes de
Sociedad Patriótica y el poder. Y tuvo un cierto escalofrío porque el coronel Villa
le confesó a Jorge Ortiz, que había viajado a China hasta con su nieto para
compartir experiencias de movilización social. El pensó en los Guardias Rojos o
en la Revolución Cultural de Lin Piao y se preguntó si acaso de este
desplazamiento a los tiempos históricos nació la idea de capacitar a los guardias
privados de seguridad, ya que se tiene experiencia en capacitación en
seguridad alimentaria y microempresas.
Cuando relee lo que escribió, estos raros escalofríos que le atraviesan le han
llevado a tomar una decisión. No relacionar las cosas vistas en horas de vigilia y
grabar los "Idilios bobos" más significativos.

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