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UTSUSEMI

El caparazón de la cigarra
Traducción y adaptación de Fernando Barbosa
G enji, el príncipe Radiante, el hermoso, el irresistible, tiene dieciséis años. Husmeando en
la residencia de un gobernador provincial que lo hospedaba oye, a través de las cortinas,
que dos mujeres hablan de él. Eran ellas la joven esposa del gobernador quien deslumbra
al héroe, y su hijastra. Cuando llega la noche, Genji se desliza hacia la habitación contigua a la
suya en donde reposaban de las mujeres.

La esposa se resiste, llora e implora. Pero la insistencia de Genji termina por inflamar la pasión
en los dos. Al amanecer, al oír el canto del gallo y como era costumbre por aquellos años, se
separan. El amante deja el siguiente poema de despedida:

Debía amanecer.
Pero cómo el gallo
o tal vez tu misma voz,
Se adelantan tanto
para no verme feliz?

Al que ella contesta:

Afligida,
con la pena viva
el canto del gallo
con que irrumpe el día
hace saber de mi infortunio.

Genji regresa a la casa de su legítima mujer. Pero no logra olvidar a su amor pasajero. Insiste en
cotejarla y le envía una carta con este poema:

Añoro ese momento


de nuestro encuentro
que fue como un sueño.
y así pasan las noches
sin poder cerrar los ojos.

La dama trata de evitar a Genji, no contesta y busca desanimarlo. Pero él insiste con nuevos
versos:

Sin saber que el retamo


aparece y desaparece
como tu corazón,

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me apartas del camino
y a la deriva quedo.

Ella, que era de menor condición que el príncipe, no deja de sentirse tentada por el apuesto galán.
Y le escribe:

Qué importa haber nacido


en una casa humilde:
así son la penalidades
y al igual que el retamo
también me desvaneceré.

A pesar de la posición tan renuente de ella, Genji consigue ser invitado de nuevo a su casa.
Llegada la noche se desliza otra vez en su habitación. Al sentir en el ambiente el perfume tan
especial del príncipe, se escurre de su lecho y huye dejando atrás sus vestidos. Pero el amante,
que no se percata, avanza hasta encontrar un cuerpo que resulta ser el de la hijastra a quien
despierta. Ésta, confundida e inexperta, pero ansiosa frente a tan afamado personaje, sucumbe a
sus intenciones.

Parte Genji llevándose las ropas abandonadas por aquella mujer, la única que ha sido capaz de
rechazarlo. No logra olvidarla y le envía una nota con el poema que sigue y diciéndole que
guarda sus vestidos. Estos son asimilados aquí al caparazón vacío que deja la cigarra y que en
japonés se llama Utsusemi, el cual corresponde al nombre con que se conocerá a esta figura del
Genji Monogatari.

Utsusemi, caparazón vacío.


qué distinto a aquel cuerpo
debajo de las raíces del árbol,
el de aquella a quien deseo
y tanto añoro.

Madrastra e hijastra terminan enamoradas de Genji. Utsusemi sabe que debe detener a Genji y se
siente incapaz de responderle el poema con uno suyo. Resuelve, entonces, enviarle estos versos
de Lady Ise, consorte del emperador Uda:

Como las gotas de rocío


en las alas de la cigarra
escondida entre los árboles,
secreta, secretamente
mis mangas se bañan de lágrimas. 

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UTSUSEMI
LA CAPARAZÓN DE LA CIGARRA

WAKIi : un monje viajero


SHITE ii : una mujer en Nakagawa, Kioto
Segundo SHITE : el fantasma de Utusemi

WAKI: Soy un monje que viaja por las provincias. Jamás había visitado la capital y allí he
decidido ir ahora para admirar los santuarios y templos lo mismo que los lugares del
pasado.

Ageutaiii Hasta cuando la promesa de uno sea entendida


nada puede hacerse,
nada puede hacerse.
Recorro el mundo de mala gana,
tengo una miserable almohada para dormir en el camino,
tendido en el campo, atravieso montañas,
pero veo más claro que ayer. Apresuro el paso
y pronto alcanzo la celeste capital,
y pronto alcanzo la celeste capital.

Al llegar a la capital e indagar sobre este lugar, se me dice que es Nakagawa, en el


Tercer Distrito. El jardín, al puro comienzo del otoño, con el adorable efecto del
agua, la cerca de setos que recuerda las casas campesinas,
el canto de los insectos por todos lados,
y los cantos de las cigarras en la copa de los árboles:
¡qué vista tan conmovedora nos presenta!

Y ello me trae a la memoria un poema añoso:


Como rocío sobre las alas
De una cigarra que se esconde
entre los árboles,
las mangas, en secreto,
salpicadas de lágrimas.

El poema debió ser compuesto aquí. ¡Fascinante!

[EL SHITE LLAMA AL WAKI DESDE ATRÁS DEL TELÓN Y LUEGO ENTRA.]

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Mondôiv Si pudiera, hay algo que me gustaría preguntarle a este monje.
SHITE:
¿Me habla a mí? ¿Qué te gustaría saber?
WAKI:
Si puedes rescatar ese sentimiento semejante a gotas de rocío que saltan de la hierba
SHITE: como las hojas de las palabras que recitaste, ¿por qué no declamas el poema del
Radiante Genji?

Simplemente lo recordé por el ambiente y por los cantos de las cigarras en la copa de
WAKI: los árboles. ¿Y qué me dices del poema de Genji?

Detrás del árbol donde la cigarra abandonó sus ropas


aún suspiro por esa mujer que se esfumó.
SHITE:
Eso fue lo que escribió. Las palabras

Las mangas, en secreto,


salpicadas de lágrimas
WAKI:
fueron la respuesta de Utsusemi.

En verdad, es cierto. Aquí mismo fue el lugar del encuentro fugaz de Nakagawa en
donde Genji evitó tomar la dirección de la mala ventura.
SHITE:
Por favor, ora sinceramente, dijo

Ella. Al caer la tarde


CORO: cuando el vuelo de los patos se aferra a la vida,
Ageuta cuando el vuelo de los patos se aferra a la vida,
nadie se pregunta si existe o no
al igual que el mundo de hace tiempo.
Encuentra, por favor, espacio para la compasión.
Un vestigio del pasado en verdad prolonga
los juncos del jardín
en una noche sola y desierta,
en una noche sola y desierta.

En el cerro Kazuraki,
Kuriv el puente de piedra que cruza el sendero de Kume
CORO: se esfumó sin dejar rastro, tal como el mundo del que hablo,
distante como las nubes en el cielo.

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En los días cuando el Radiante Genji era llamado “el Capitán del Medio”,
vi
Sashi
SHITE: La excusa sobre la Divinidad del Centro
llevó a que esta morada en el Río del Medio
se viera envuelta en una secreta pasión.

¡Qué noche tan cruel aquella!


Hasta en los insensibles cielos,
Kusevii hasta para el espectador, la luna
CORO: en el desnudo firmamento estaba pálida
pero visible al abrirse el día.

Antes de que mis reclamos a tu indiferencia


hayan terminado bajo la cruel luz del amanecer

SHITE: terriblemente pronto el canto del gallo nos despierta.


¿De qué sirve prolongar los pesares al partir
para alguien de su rango? Termina la noche
CORO: sin un fin para los lamentos de su ruego
y las ropas de Utsusemi abandonadas como un caparazón
quedaron empapadas de lágrimas.
Ora, por favor, por esos tiempos.

Al oír esta historia del pasado


Mi fe en la Ley divina más se eleva.
Rongiviii Que al pasar Umbral, los lamentos se vacían.
CORO:
El viajero
Con su sombreo de paja se apresura
Sin dar un segunda vistazo, como lluvia pasajera
SHITE: A medida que el sol también desaparece por alguna parte.
Quisiera que permanecieras en esta morada.

El encuentro de las estrellas está cerca,


Como tu hogar, que debe estar aquí.

CORO: Me avergüenzo al decir que esta es

la morada de Nakagawa, en donde


SHITE:
los aleros también han envejecido.

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CORO:
Bien arriba en el soto cuya fama crece,
SHITE: solitaria, al lado del modesto rancho
una cigarra canta. ¿Está Utsusemi allí?
CORO: Cuando miro alrededor
ni un rastro queda en el camino,
ni un rastro queda en el camino.

[ INTERLUDIO ]

Utsusemi, quien ha dejado este mundo atrás, ha reaparecido.


Oraré por ella.
Toda la noche
WAKI: oraré, al humilde amparo de la Ley.
oraré, al humilde amparo de la Ley.
Mis mangas se bañan en la luz de la luna
como este maravilloso sutra que entono
mientras oro por su alma,
mientras oro por su alma.

[ REGRESA EL SHITE ]

Cómo agradezco tus plegarias.


Atraídas por el poder de este sutra,
asombrosa escritura que abraza a todos los seres,
SHITE: concientes e inconcientes, en el mundo de ilusiones,
vacío, como la caparazón de una cigarra,
las hierbas del olvido llevan las semillas de la iluminación.
Estoy, sinceramente, agradecida.

Qué extraño! Muy temprano, bajo la luz insomne del amanecer


se revela la figura de Utsusemi.
¿Es sueño? ¿Es realidad’
WAKI:
Este es un milagro de la Ley.

Y ahora, el baile del santo de la Danza y la Canción.


SHITE:
Tímidamente, como una cigarra
WAKI: cuyo canto también entona los ritos budistas,

SHITE: aletea sus alígeras mangas mientras danza.

[ jo no mai ]x
CORO:

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Al atardecer
cuando las nubes se recuestan en el borde de los cerros,
wakaix
SHITE: si bien ya asomaba,
con ansias se espera a la luna.

CORO: Lejos se avista la esperada luna,

lejos se avista la esperada luna. Hablar


SHITE: con gentes de aquí y allá ajusta
el lazo con la Ley tan prieto
CORO: como los juncos debajo del alero.
El rocío sobre el juncal se dispersan con el viento;
conmovidas, las cigarras cantan al unísono
y un gallo canta
al romper el alba entre los cielos.
Bajo la clara luz de la luna,
sobre el piso de esterilla,
el viento mueve las mangas
recostadas en el descanzabrazos.
Sobre el piso de esterilla, bajo la luz de la luna,
sobre el wind-pillowed arm
termina el sueño
al rayar el día. 

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notas

9
i
Actor secundario.
ii
Actor principal.
iii
Tipo de canción melódica. La más común es la que ejecuta el WAKI a la espera de la entrada del SHITE.
iv
Diálogo cruzado entre el actor principal y el secundario.
v
Canción de cuatro o cinco versos cantada en un registro alto.
vi
Mezcla de canción y recitativo, generalmente relativa a una reminiscencia, se canta a una entrada del SHITE.
vii
Canción larga, narrativa o lírica, que canta el coro. Durante este tiempo el SHITE permanece sentado o baila
estilizadamente.
viii
Canción melódica en forma dialogada. Generalmente se interpreta cuando no está el SHITE.
ix
Poema de 5-7-5-7-7 sílabas. Por lo general los tres primeros versos son recitados por el SHITE y los demás por el coro.
x
Danza instrumental larga interpretada por la flauta (nohkan), el tambor pequeño de hombro (ko-tsuzumi), el tambor grande
de hombro (o-tsuzumi) y algunas veces el tambor de piso (taiko).

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