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EL URUGUAY
ARQUITECTURAS HISTORICISTAS
Las respuestas formales de esos años van a plantear un lineal historicismo ajustado en
cada caso a su respectiva carga semántica y que dominara el parque construido
montevideano por más de un siglo y medio y condicionará su futuro. Es posible detectar
diferentes vinculaciones con la historian más o menos profundas, más o menos
inmediatas, más o menos directas en cada una de las manifestaciones arquitectónicas
valorables de la ciudad.
Los diversos técnicos actuantes adoptan el lenguaje (le la época para consolidar en estas
lejanas latitudes la unidad del poder imperial. Esta búsqueda para, a partir de las formas
de la antigüedad, lograr una convalidación significativa del mensaje a dar se retomará
también en los primeros años de la República.
Neoclasicismo colonial
El otro poder presente, el militar, caracteriza la ciudad fortaleza de esa primera etapa a
través de la obra de los ingenieros militares que por cierto, no se reduce a las obras de
defensa, incursionando con un neoclasicismo de corte heterodoxo en realizaciones
civiles y religiosas. El neoclasicismo colonial es una evocación directa de las fuentes
clásicas, de las cuales los diferentes técnicos extraen los principios de composición en
un marco de austeridad propio de la arquitectura del contexto.
Neoclasicismo republicano
Teatro Solís
Una vez declarada la independencia el acentuado sentimiento anti-español, sumado a la
creciente influencia ideológica francesa, configura una arquitectura que,
paradojalmente, retoma el lenguaje neoclásico a los efectos de enaltecer la naciente
República con una respuesta expresiva con claras referencias al imperio napoleónico.
Las principales realizaciones de este primer periodo republicano no reflejan
directamente el poder político o religioso pero conforman Ambitos públicos de fuerte
carga semántica como el principal espacio de intermediación entre la ciudad colonial y
el ensanche oficial o edificios de reconocimiento para la población como el Teatro de
Solís.
Es una arquitectura que, por lo tanto, presenta pautas comunes de resolución formal con
sus precedentes pero propone una mayor riqueza ornamental, directamente
condicionada por el mensaje a difundir y los referentes adoptados. Es una arquitectura,
al mismo tiempo, de una ciudad abierta que comienza a combinar modos de crecimiento
y que drásticamente a partir del sitio de Montevideo se refugia y concentra en un
recinto. Es también una arquitectura que traduce la confrontación y el crisol ideológico
que significa la Guerra Grande en la historia del país.
La base filosófica del espiritualismo puede rastrearse en nuestro medio a mediados del
siglo XIX con De la Pefia, y continuada por Plácido Ellauri de fuerte incidencia en la
Universidad. Base que confiere a la historia una amplitud diferente, no concebida a
partir de un espectro intencionadamente reducido, con diversidad de referencias y una
aplicación decididamente operativa.
Victor Cousin en alguna de sus clases sobre la historia de la filosofía decía: "La historia
señores, no tiene edad de oro, comienza en la edad de piedra con las diferencias y las
contradicciones del tiempo y del momento... No olvidéis en que si todas esas épocas
excelentes en sí mismas pero incompletas - se destruyesen entre sí, habría aún algo que
les ha precedido v que les sobrevive, a saber: LA HUMANIDAD. La humanidad abarca
todo, se aprovecha de TODO, y siempre AVANZA, a través de todo." (*1)
Esa aparente libertad expresiva da lugar a una arquitectura con sutiles variaciones que
plantea pautas comunes, con una similar lógica de asociación y que caracteriza la ciudad
decimonónica. La obra además de presentar referencias explícitas a ejemplos europeos
contempla en todos los casos el contexto y el rol que el edificio debe cumplir en la
realidad urbana, ya sea como elemento primario, o como parte del tejido en áreas
consolidadas o periféricas.
Existe, por otro lado, un proceso de emulación de las clases medias a las alias,
complementado por un proceso similar de los constructores a los profesionales. Los
constructores, verdaderos protagonistas de la edificación de la ciudad, adoptan
diferentes soluciones tipológicas pero reiteran la definición del elemento de relación con
el exterior.
Un spiritu urbis que se evidencia en ejemplos como los Barrios Reus o el Conjunto
Peñarol, donde en la periferia se reconstruye una lógica propia de las áreas centrales,
que permite en el rápido crecimiento urbano, una ajustada definición de unidades
ambientales. Rúben García Miranda
ARQUITECTURAS PROTOMODERNAS
Parque Capurro
Desde los últimos años del siglo XIX se desarrollan arquitecturas que comienzan a
presentar un vínculo más dinámico con las diversas teorías arquitectónicas. Estas
posturas, que empiezan a cobrar importancia en las primeras décadas de nuestro siglo,
se explican entre otras consideraciones por una incipiente capacitación nacional, coma
así también por preocupaciones crecientes de atender las posibilidades y aspiraciones
del medio.
Modernismo
Es importante señalar que con esta formación nacional, con un reducido cuerpo docente
y una serie de materias técnicas ingenieriles, la primera generación de arquitectos
produce en su mayoría un lenguaje distinto, si se quiere atenuadamente despegado del
historicismo de sus antecesores.
Esta región, por cierto, no proyecta una respuesta modernista propia, como pueden ser
las diversas modalidades europeas, sino que la limita a la adopción ornamental sin la
predominancia de alguna línea. No existe en estas latitudes una obra arquitectónica que
asimile e integre elementos modernistas con una actitud decididamente antihistoricista.
La actitud generalizada es adoptar el Art Nouveau con una postura ecléctica que
introduce por ejemplo detalles modernistas en obras clasicistas e incluso llega a
proponer distintas modalidades combinadas con ordenamientos formales historicistas, lo
que Buschiazzo, de acuerdo a su enfoque, llama el "art nouveau impuro".
Neocolonial
Las ideas europeas derivadas del positivismo fueron la base intelectual de la generación
del ‘900, hasta que en las primeras décadas del siglo se replantea la cuestión de la
identidad cultural. Las búsquedas que son propias de todo el ámbito latinoamericano se
traducen en la arquitectura en la definición de un estilo apropiado al decir de Alejandro
Christophersen para formular una respuesta que con múltiples transformaciones desde
sus orígenes musulmanes a las interprelaciones de los jesuitas, tiene un espectro amplio
de referencias
Según R. Amargós: "ese colonial que ya es americano, llegará por este amoldarse a
nuestro siglo, por esta evolución necesaria de adaptación inteligente, a constituir un
nuevo estilo que entonces si será propio y característico, aunque para crearle hayamos
tenido que abandonar un poco el criterio arqueológico de conservar la pureza de las
formas antiguas." (*2)
Los distintos componentes de la producción -patios, galerías, aleros- serán los motivos
de inmediata aplicación por parte de la arquitectura popular, dando lugar a nuevas artes
en herrería y uso de cerámicas que se superponen a los tipos consagrados.
Pero a esta primera aplicación, directa v mecánica de los constructores se agregan obras
que adaptan integralmente ese carácter hispanista como las múltiples realizaciones de
Alberto Muñoz del Campo, con un cuidado manejo de los espacios de intermediación y
de la relación de vanos y llenos. Un caso mucho más trascendente es el de varias de la
obras de Julio Vilamajó donde la búsqueda de una identidad arquitectónica se torna
evidente.
ARQUITECTURAS MODERNAS
Los primeros años del siglo encuentran una Facultad de Matemáticas y Ramas Anexas
que cuenta en los cursos de Arquitectura con la naciente labor del maestro José P. Carré,
egresado de la Escuela de Bellas Artes de París, que deja una impronta de una
formación académica de varias generaciones de técnicos nacionales.
Con un pensamiento muy específico y a la vez muy amplio, Carré sostenía: "lo que
constituye la belleza en arquitectura es el empleo juicioso de los elementos de la
construcción, la proporción en función de la resistencia, la armonía de todas las partes
en relación con el conjunto, la buena distribución del organismo interno, del color, de
los valores, el orden, el ritmo racional. De modo que el hecho de haber puesto o
suprimido decoración, no puede entrar demasiado en cuenta para formar nuestro juicio
sobre el valor de un edificio. Debemos analizar si tiene o no las cualidades
indispensables para constituir una obra de arte." (*3)
En este sentido el que tuvo más importancia, a mi modo de ver fue Le Corbusier. Pero
su arquitectura era muy audaz. A pesar de ser un verdadero maestro, resultaba
inaceptable en nuestro medio y en aquel momento. Además uno luchaba dentro de ese
medio y no tenia fuerza suficiente como para imponer algo nuevo. (*4)
Sin duda esos años heroicos de la renovación distan mucho en el medio montevideano
de una relación lineal y de un trasiego trivial de los lineamientos europeos. Es
posiblemente a partir de la segunda postguerra donde a través de un radical cambio en la
producción de la vivienda popular se observa una mayor dependencia con las
resoluciones urbano arquitectónicas de la reconstrucción europea aplicadas en las
unidades de habitación propuestas por el Plan Director para la ciudad (Buceo, Cerro,
Casavalle, Malvín) o en los conjuntos construidos por otros organismos públicos.
Estas diferencias entre el discurso y la praxis a los ojos de un pensador ortodoxo como
el maestro Carlos Gomez Gavazzo resultan totalmente inaceptables: "¿Cómo se
desarrolla la Arquitectura Moderna en nuestro medio? Todo se construye para el
profano y muchas veces para el sabio en nombre de la arquitectura moderna.
Nuestra ciudad presenta en ese sentido el aspecto franco y decidido de un niño inocente,
que lejos de ocultar su travesura, pregona con candidez pasmosa aquella falta que cree
no haber cometido jamás." (*5) La diversidad figurativa va a resolver con solvencia los
ya numerosos tipos edificatorios en altura que se desarrollarán en las áreas centrales o se
sobrepondrá a los tipos consagrados de la ciudad decimonónica.
A este importante cambio formal, además, se le agrega un cambio tipológico. Los tipos
introvertidos son sustituidos aceleradamente por tipos extrovertidos a partir de
preocupaciones higienistas formalmente establecidas en la Ley de Higiene de la
Vivienda de 1928.
A pesar de los cambios formales, a pesar de las sustituciones tipológicas, con distintos
requerimientos funcionales e higiénicos, con diferente ocupación del suelo, la inserción
de esta arquitectura no significa la ruptura irreversible entre dos realidades. En un hecho
excepcional la arquitectura moderna uruguaya construye ciudad, enriqueciendo tejidos
consolidados o recreándolo en áreas intermedias.
Una de las posibles soluciones consideradas es, por lo tanto, conferir a las obras una
nueva forma, manteniéndose en un marco moderno, para contemplar posibles
intencionalidades.
Arquitectura institucional
La relación de la arquitectura moderna uruguaya con los posibles países centro se basa
en una aceptación crítica donde mantiene contactos permanentes con la tradición, según
Julio Vilamajó: "la tradición no es la relación fria que cataloga las obras, las encasilla en
las diferentes épocas del tiempo pasado, sino la presencia actual de conceptos y
soluciones racionales que fueron puestos en práctica por otras generaciones."
La arquitectura moderna no asume en sus primeros años el control de las obras públicas
más significativas, que se continúan realizando, más allá del discurso oficial, en un
nítido eclecticismo historicista o en un lenguaje radicalmente heterodoxo.
A mediados y finales de la década del 30 el marcado mejoramiento económico conlleva
a transformaciones en el modo de vida de los habitantes y un nuevo empuje en la
construcción pública. Es por vez primera que los lineamientos modernos se
institucionalizan en un claro mensaje de reformulación, por vez primera es oficial y
como tal debe presentar una carga semántica propia. Para ello se recurre a una
arquitectura de síntesis de lenguajes que aparecen, en una lectura inicial, como
contradictorios. No son, por cierto, meros tratamientos superficiales sino verdaderas
reformulaciones críticas en lo que se refiere tanto al lenguaje como a los tipos
empleados.
Las distintas obras establecen una clara vinculación con el ordenamiento clásico en la
resolución volumétrica y en la regulación de fachada que se replantea en términos de
una abstracción radical propias de ciertas vertientes modernas. Redefinen tipos que
posibilitan, en la mayoría de los ejemplos un juego dialéctico introversión-extroversión
y que, simultáneamente, clarifica el funcionamiento, contemplando los problemas de
higiene.
Existe una voluntad explícita de establecer puntos de contacto con la ciudad, que
complementariamente evidencie el rol de monumento.
Arquitectura apropiada
En los inicios de la segunda mitad del siglo se consolidan en el ámbito académico las
pautas del movimiento moderno y al mismo tiempo la búsqueda de una mayor relación
con el medio físico y la sociedad. Estas inquietudes que conllevan, necesariamente, una
paradoja implícita entre el universalismo del Movimiento Moderno y los enfoques
localistas, derivan en la formulación de un nuevo plan de estudios que modifica
sustancialmente la formación profesional.
Visiones similares con una mayor explicitación de sus objetivos, condicionan la obra de
M. Payssé Reyes. Payssé propone objetivar la adecuación al medio, y para ello detalla el
seguimiento de rígidos principios que consideran las particularidades climáticas, el
porcentaje de vanos de una fachada, el uso racional de les materiales, un rigor
geométrico y la integración de las artes plásticas en la arquitectura.
Hay en él una voluntad por obtener una arquitectura adecuada: "tendremos mejor
arquitectura en nuestro país cuando se entienda que la sencillez como en otros casos, es
la principal virtud de la buena arquitectura y que los valores funcionales espaciales son
los primeros en considerar en nuestras obras sin pretender otra clase de originalidades
que no conducen a nada positivo sino a tergiversar los verdaderos propósitos y malograr
los resultados..." (*7)
Existe, por esos años, una voluntad de obtener una obra propia a partir de una
convalidación por parte de la sociedad, una obra que tienda a apropiarse de códigos
exógenos pero que por el tipo de materiales utilizados y por la formalización de los
mismos, pretenden establecer vinculaciones con las técnicas y materiales del lugar. Esta
vía indirecta de lo propio a través de la apropiación, plantea en numerosos casos una
referencia lineal de ejemplos extranjeros.
Con objetivos acotados, con una sensibilidad extrema Dieste extrae las mayores
posibilidades de una técnica, considerando, además, el valor de los detalles que
confieren una calidez especial a sus obras.
En nuestro medio se verifica una tardía revisión crítica de la mayoría de los preceptos
del llamado Movimiento Moderno.
En el ámbito profesional existe una preocupación por sentirse partícipes del proyecto
moderno, que se entiende vigente. Pero, por otro lado, más allá de las explicaciones,
aparecen posiciones discordantes que parten de la generalización de las crisis en los 70
y 80, de la constatación de la inviabilidad de la ciudad alternativa moderna.
Posiciones que contemplan el patrimonio existente como algo más que datos
planimétricos, con una incidencia real en la planificación urbana. Una planificación
además que deja de lado las visiones totalizadoras, las ciudades ideales, para dar cabida
a la intervención parcial, atendiendo las particularidades de cada sector. El inicio de
estas inquietudes puede rastrearse en la aprobación de la normativa especial para el
centro histórico y la creación de una comisión especial permanente de seguimiento en
1982.
Por lo tanto una de las primeras aproximaciones que pueden detectarse es la postura de
la rehabilitación urbana. La misma toma como punto de partida una forma condicionada
plenamente por la realidad, una forma que no pretende sustituirse, y que proyecta, en
cambio, habilitar de nuevo reafirmando sus valores potenciales. Complementariamente
diversas realizaciones proponen un mantenimiento o una reinterpretación de los tipos
consagrados.
Ese relacionamiento con el pasado también se plantea en el plano del lenguaje bajo un
aspecto muy amplio. Desde resoluciones fuertemente condicionadas por el contexto,
con ciertos componentes miméticos que se explican por su ubicación particular como en
el Callejón Mitre, a otras que pueden ser asociadas con principios de composición
propios de la historia en general o directamente de las reformulaciones ya resueltas en
los 40 de un sincretismo entre la arquitectura moderna y la tradición decimonónica
retomadas inteligentemente en la actualidad como por ejemplo en el conjunto Yacaré‚.
Relaciones con el significado
Por otro lado comienzan a tomar importancia actitudes que proponen entretejer un
tejido disperso o dañado diseñando de acuerdo con los elementos constitutivos de la
arquitectura de la ciudad. Un ejemplo saliente, sin duda, es el Conjunto Habitacional
Rambla donde, con un lenguaje próximo a realizaciones precedentes en materia de
vivienda pero con un mayor cuidado en sus detalles y en las posibles combinaciones de
materiales, re-definen la estructura amanzanada con un depurado estudio de los
diferentes volúmenes y su ubicación relativa en el conjunto.
» http://www.rau.edu.uy/uruguay/cultura/histori.htm
ARQUITECTURAS HISTORICISTAS
Hospital Italiano
El tardío proceso fundacional de Montevideo, en las primeras décadas del siglo XVIII,
condiciona las formalizaciones arquitectónicas aplicadas en su suelo, diferentes, por
cierto, a las realizadas en las restantes capitales americanas. Las primeras concreciones
fueron producto fundamentalmente de la
necesidad de abrigo, en una limitada tradición
de formas ordenadas en una inhóspita península
y que no han dejado improntas relevantes salvo
por la traza fundacional.
Las respuestas formales de esos años van a plantear un lineal historicismo ajustado en
cada caso a su respectiva carga semántica y que dominara el parque construido
montevideano por más de un siglo y medio y condicionará su futuro. Es posible detectar
diferentes vinculaciones con la historian más o menos profundas, más o menos
inmediatas, más o menos directas en cada una de las manifestaciones arquitectónicas
valorables de la ciudad.
Neoclasicismo
Cabildo de Montevideo
Los diversos técnicos actuantes adoptan el lenguaje (le la época para consolidar en estas
lejanas latitudes la unidad del poder imperial. Esta búsqueda para, a partir de las formas
de la antigüedad, lograr una convalidación significativa del mensaje a dar se retomará
también en los primeros años de la República.
Neoclasicismo colonial
Neoclasicismo republicano
Teatro Solís
Eclectisismo
Club Uruguay
La base filosófica del espiritualismo puede rastrearse en nuestro medio a mediados del
siglo XIX con De la Pefia, y continuada por Plácido Ellauri de fuerte incidencia en la
Universidad. Base que confiere a la historia una amplitud diferente, no concebida a
partir de un espectro intencionadamente reducido, con diversidad de referencias y una
aplicación decididamente operativa. Victor Cousin en alguna de sus clases sobre la
historia de la filosofía decía: "La historia señores, no tiene edad de oro, comienza en la
edad de piedra con las diferencias y las contradicciones del tiempo y del momento... No
olvidéis en que si todas esas épocas excelentes en sí mismas pero incompletas - se
destruyesen entre sí, habría aún algo que les ha precedido v que les sobrevive, a saber:
LA HUMANIDAD. La humanidad abarca todo, se aprovecha de TODO, y siempre
AVANZA, a través de todo." (*1)
Existe, por otro lado, un proceso de emulación de las clases medias a las
alias, complementado por un proceso similar de los constructores a los
profesionales. Los constructores, verdaderos protagonistas de la edificación de la
ciudad, adoptan diferentes soluciones tipológicas pero reiteran la definición del
elemento de relación con el exterior.
Un spiritu urbis que se evidencia en ejemplos como los Barrios Reus o el Conjunto
Peñarol, donde en la periferia se reconstruye una lógica propia de las áreas centrales,
que permite en el rápido crecimiento urbano, una ajustada definición de unidades
ambientales. Rúben García Miranda