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INFORME:

EL BULLYING Y SUS IMPLICANCIAS


ACOSO ESCOLAR

Por: Marcos A. Mercado; Cel: 15418784; markosariel@yahoo.com.ar

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ÍNDICE.
I. OBJETIVOS

II. ANTECEDENTES GENERALES

III. CONCEPTO DE BULLYING


 Características para ser considerado bullying
 Tipos de bullying más frecuente
 El bullying en las diferentes edades
 Sus protagonistas
 Las victimas del bullying
1) Pautas para comprender las causas del fenómeno
1.1) La desigualdad, germen de la agresividad
1.2) Visibilidad
1.3) Ausencia simbólica
1.4) “Es un problema estructural”

IV. ACOSO ESCOLAR


 Bullying Homofóbico
1) Las cifras de un fenómeno
2) Las minorías sexuales en las escuelas

V. CIBERBULLYING

VI. MARCO NORMATIVO


1) Internacional
2) Constitucional
3) Legal

VII. RESPONSABILIDAD DE CUSTODIA DE LOS COLEGIOS


1) Generalidades
2) Reglamentos

VIII. RESPONSABILIDAD CIVIL DE LOS PADRES Y COLEGIOS


1) Como prevenir el Bullying desde el jardín de infantes

IX. RESPONSABILIDAD DEL MINISTERIO DE EDUCACIÓN


1) Política de Convivencia Escolar
2) Reclamos
3) Reglamentos

X. EL ROL DEL MEDICO EN EL BULLDING


1) Bullying como modelo de estrés crónico

XI. CONCLUSIONES

XII. ANEXO. MATERIAL DE CONSULTA Y SITIOS WEBS RECOMENDADOS

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I. OBJETIVOS.

El presente informe tiene por finalidad abordar someramente el problema del abuso o acoso escolar, más comúnmente
denominado bullying, principalmente en lo atinente a delimitar las responsabilidades que le incumben a las familias, los colegios, el
Ministerio de Educación y otros agentes relevantes a nivel social (tales como los medios de comunicación) en su prevención,
control y desarrollo.

Es oportuno aclarar desde ya que el bullying es un tópico extremadamente complejo y que, por esa razón, puede ser
revisado bajo un enfoque multidisciplinario, tanto desde un punto de vista psicológi-co, sociológico, educacional y ético como legal.
No obstante, el sentido de este trabajo no es ni puede ser abarcar dichas disciplinas, de modo que solo expondré algunos hechos
para que sirvan de base para un estudio mas complejo.

II. ANTECEDENTES GENERALES.

El bullying ha tenido una creciente notoriedad pública en el último tiempo, sobre todo debido a su exposición mediática, lo
que ha incidido fuertemente en la percepción pública del incremento tanto en su frecuencia como también en el nivel de violencia
asociado a él.

A lo anterior se agrega que las nuevas tecnologías permiten que estos hechos se conozcan de manera más fácil y
expedita, por ejemplo, a partir de las fotografías y filmaciones captadas desde teléfonos celulares o cámaras digitales por los
propios estudiantes, y que se publican en fotologs o en sitios webs para descargas de videos, divulgándose inclusive por medios
masivos como la televisión.
Si bien es cierto que las prácticas de hostigamiento, intimidación y violencia al interior de los recintos escolares han
existido siempre, hay acaso elementos novedosos que se hace indispensable resaltar, tales como el grado más fuerte de
agresividad, la transversalidad de sexos y clases sociales, las diversas expresiones o variantes del mismo como el ciberbullying,
etc. Por otro lado, como contrapartida ha ido formándose gradualmente una conciencia en la sociedad que simplemente ya no
tolera estas situaciones, ni las considera como “normales” o “propias de la etapa de crecimiento”.
Sus causas -al igual que sus elementos facilitadores- son múltiples y complejas, pero baste decir por ahora que incluyen
problemas de autoestima, carencia de afecto, malos ejemplos de los padres, falta de disciplina, ausencia de supervisión en los
colegios, entre otras.

III. CONCEPTO DE BULLYING.

La expresión "bullying", aplicada al ámbito de las relaciones que se producen al interior de los colegios y otros
establecimientos educacionales, alude principalmente a la idea de acoso o maltrato entre estudiantes (niños y adolescentes).
Se sostiene asimismo por algunos que en vez de bullying es más correcto en nuestro idioma llamarlo acoso y violencia
escolar, aunque -si bien en general se desarrolla dentro del colegio- igualmente puede extender sus alcances fuera de dicho
espacio.
Ahora bien, el término bullying proviene del vocablo inglés "bull", que significa toro. Se asocia este animal a una figura de
fuerza y superioridad, que aparentemente se traduce en la circunstancia de poder ejercer un predominio sobre los demás.
Se ha señalado que el bullying, entonces, se caracteriza por una "asimetría o desbalance de poder: lo que implica que el
núcleo de una situación de intimidación siempre tiene a la base el hecho que uno o varios alumnos tienen más poder sobre uno o
varios alumnos (sic). Esta asimetría se puede dar por un tema de superioridad física, (…) social (tener más amigos, ser más
popular), (…) en la edad, e incluso (…) en la red de contactos al interior del colegio (…)".
El bully (vocablo que designa al agresor) justamente pretende provocar un efecto intimidatorio en la víctima,
aprovechándose de su debilidad o timidez, de modo que ésta se vea amedrentada y deba seguir sufriendo las humillaciones, y
además que no tenga valor para enfrentarlo o siquiera acusarlo.
Por eso suele hablarse indistintamente del bully como matón, aunque en estricto rigor el "matonismo" se define según el
Diccionario de la Lengua de la Real estudiante contra otro, al que escoge como víctima de repetidos ataques"".
Sin embargo esta noción es bastante acotada o reducida en contraste con lo que en la actualidad queda abarcado dentro
del bullying.
A nivel normativo, la Ley para No Dejar a Ningún Niño Atrás (No Child Left Behind Act, conocida como "NCLBA" por sus
siglas en inglés, dictada en los Estados Unidos de América en el año 2001), describe al acoso escolar como "aquellas conductas
relativas a la identidad de un alumno, o a la percepción de esa identidad, concernientes a su raza, color, nacionalidad, sexo,
minusvalía, orientación sexual, religión o cualesquiera otras características distintivas que fueren definidas por las autoridades
regionales o municipales competentes, siempre que: a) Se dirijan contra uno o más alumnos; b) Entorpezcan significativamente
las oportunidades educativas o la participación en programas educativos de dichos alumnos; c) Perjudiquen la disposición de un
alumno a participar o aprovechar los programas o actividades educativos del centro escolar al hacerle sentir un temor razonable a
sufrir alguna agresión física".
Sobre la base de las definiciones anteriormente expuestas, para los efectos de este informe podemos conceptualizar al
bullying, en términos genéricos, como las conductas, tratos y prácticas, generalmente reiterados, consistentes en agresiones
verbales, físicas o sicológicas, o bien en intimidación o inclusive abusos sexuales, o bien en ofensas, vejaciones, chantajes,
escarnios o burlas, o bien –finalmente- en acciones de discriminación, segregación o exclusión, que se realizan en el ámbito
escolar por parte de uno o más alumnos en contra de otro que es víctima de su hostigamiento, sustentándose en un sentimiento
de superioridad.

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Llamo a notar que si bien en este informe se hablará de bullding entre pares, no es raro ni poco frecuente que el alumno
sea victima de los que en definitiva deberían “protegerlo”; sus maestros, profesores, educandos en general.
Es pertinente añadir que este sentimiento o actitud de superioridad puede fundarse en la fuerza física, en un carácter
dominante, en la actuación en grupo, en la pusilanimidad o debilidad del agredido, en su baja autoestima o inestabilidad
emocional, en alguna discapacidad o defecto físico del acosado, entre otros motivos.

Características para que una agresión se considere bullying:

• Debe existir un hostigador y un hostigado


• El bullying es contra una persona concreta y no contra un grupo. Si fuera así, sería considerado una pelea
entre pandillas
• Generalmente es un grupo el que ejerce el hostigamiento, dirigido por un líder quien idea las acciones, aunque
no siempre sea él el que las ejecuta.
• Tiene que haber disbalance de poder o de fuerza
• El hostigamiento tiene que ser repetido y sostenido en el tiempo

Una pelea ocasional o por un tema puntual no es bullying.

Tipo de Bullying es más frecuente:

El hostigamiento puede ser diferente según las edades, el género, el entorno, la reacción de los demás, la condición
socioeconómica, etc.
El bullying puede ser:

• Físico: pegarle, tirarle las cosas, hacerle zancadillas, robarle tareas o útiles, tirarle objetos, ensuciarlo, atarlo,
etc.
• Verbal: ponerle sobrenombres, insultarlo, poner en evidencia defectos físicos, menospreciarlo, etc.
• Exclusión social: ignorarlo, hacerle el vacío, inventar historias falsas, contar intimidades, no invitarlo a
reuniones, no sentarse con él, etc.
El bullying físico es mucho mas frecuente entre los varones y la exclusión social entre las mujeres.

No ser amigo de alguien NO es bullying.


No querer pasar tiempo con alguien NO es bullying.
Armar una estrategia para que nadie se acerque a alguien SI es bullying.

El Bullying a las diferentes edades

Las estadísticas indican que la edad más frecuente de que aparezca bullying es entre los 7 y 14 años. Sin embargo hay
conductas que aparecen en niños más pequeños, pero son difíciles de medir por falta de métodos específicos.

En Jardín de infantes y Preescolar

En niños más pequeños (sala de 3-4 años) generalmente la agresión es física y por motivos concretos.
Hay menos estrategia, y si la hay, no siempre se puede sostener en el tiempo.
Un niño a esa edad puede tener una conducta de hostigamiento por un motivo un día y al siguiente olvidarse que eso
ocurrió si no aparece el mismo estímulo.
Sin embargo, podría considerarse a estas conductas “probullying”, que cuando son reforzadas por el entorno o no son
interrumpidas por la maestra, se consolidan como modelo de éxito. Esto es lo que aplicará más adelante cuando pueda organizar
su conducta hasta llegar a una situación real de bullying.
En edades tempranas el bullying más frecuente es el físico directo (pegar, empujar) y el social directo (no dejarlo jugar).
Las formas indirectas (hacer que los demás no jueguen con él) necesitan mas planeamiento y ya empiezan a observarse
en el preescolar.

En la primaria y secundaria

Entre los varones el desarrollo físico tiene un rol fundamental y entre las mujeres las habilidades comunicativas.
En los primeros grados se forman los subgrupos: el líder, los seguidores, los que no se meten, los que intentan defender, los que
sufren el hostigamiento.
A medida que los niños son más grandes y entran en la adolescencia la sexualidad juega un rol importante entre los pares.
El peor hostigamiento para una mujer adolescente es que la traten como una chica “rápida y fácil” y para los hombres como que
no saben “levantarse a una chica”.

Los protagonistas del bullying

• El hostigador: el “bulero”. El que idea el hostigamiento y no siempre es el que lo ejecuta. Es el que decide
cuales son las reglas y quienes quedan fuera de ellas.
Es el líder del grupo (el capito, el top, el popular) y tiene necesidad de demostrar fuerza y poder.

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• El hostigado: el “buleado”. Si no puede defenderse ya sea física o verbalmente seguirá siéndolo hasta que otro
tome su lugar o hasta que pueda haber una intervención de un adulto.

• Los seguidores: los que apoyan al líder. Son los que soportan el hostigamiento, los que muchas veces lo
ejecutan y los que festejan todas las acciones del líder. Sin ellos el bullying no tendría sentido para el líder (para ser popular tiene
que haber otros que lo idolatren)

• Los espectadores: pueden tomar distintas actitudes: los que miran sin decir nada (la mayoría silenciosa), los
que se ríen de lo que pasa, y los que intentan detener el hostigamiento ya sea directamente o reportándolo. Los integrantes de
este último grupo son los de mayor riesgo a ser los próximos hostigados, siendo este el motivo por el cual son muy pocos los que
se atreven a delatar lo que pasa (de hacerlo serían catalogados de buchones).

• El personal de la escuela: los maestros, los preceptores, los directores, el conductor del micro, etc. Son los que
deben detectar el bullying e intervenir inmediatamente.

• Los padres: son los responsables de detectar cambios en sus hijos y conversarlo con las autoridades del
colegio.

Las víctimas del bullying

Algunos autores consideran víctima al hostigado y victimario al hostigador.


Todos los que participan en el bullying en alguna medida son afectados por el mismo; es decir que las víctimas son todos los
que están involucrados.
El niño hostigado tiene más riesgo de padecer enfermedades psíquicas y físicas tales como depresión, fobia escolar,
ansiedad, trastornos de aprendizaje, cefalea, dolor abdominal, etc.
Pero se observó que el hostigador también puede padecer cuadros de ansiedad, trastornos de conducta y baja
autoestima.
Un niño hostigado puede transformarse en hostigador, y este es el que tiene peor pronóstico. Hay niños que son
buleados en un medio; y en forma reactiva buleadores en otro ambiente. Esto se da con niños maltratados por sus padres o
hermanos, que en la escuela son hostigadores.
Por otro lado, los espectadores también pueden padecer cuadros psiquiátricos si lo que ven es muy grave y no tienen
posibilidad de frenarlo.

1. PAUTAS PARA COMPRENDER LAS CAUSAS DEL FENÓMENO

1.1) La desigualdad, germen de la agresividad

El diagnóstico desde distintas disciplinas arroja que los contrastes socioeconómicos son determinantes. El rol de los
medios de comunicación en el aumento de la violencia cotidiana.
“El hombre es el lobo del hombre”, decía a mediados del siglo XVII el reconocido filósofo inglés Thomas Hobbes, al
analizar la sociedad y ver el perpetuo peligro de una guerra de todos contra todos. Hoy, 250 años después, distintos intelectuales
dedicados a estudiar el fenómeno de la violencia mantienen vigente su pensamiento y denuncian a un sistema que acrecienta las
brechas sociales y contribuye así a la agresión.
“Los hombres no son absolutamente buenos, pero no es que ahora sean más malos, sino que casi nadie se respeta ni a
sí mismo y, como correlato, menos aun se valora al otro”, puntualizó Juan Pegoraro, sociólogo y director de la revista “Delito y
Sociedad”.
Distintos análisis arrojan que, en términos prácticos, hoy no se buscan caminos alternativos para arreglar los conflictos en
forma pacífica, y se acude a la violencia. “El fenómeno tiene que ver con que no hay valores instaurados: cosas mínimas, como el
respeto, se han perdido”, según Denise Gómez, trabajadora social y especialista en el tema.

1.2) Visibilidad

“Los noticieros generan una naturalización de la violencia en el sentido de que uno siempre espera que haya un caso
todavía peor”, opina Pegoraro. No obstante, el sociólogo afirma que la violencia mediatizada tiene un costado positivo: la
visibilidad que hoy posee genera un mayor cuestionamiento sobre el accionar de los hombres. Este cuestionamiento ha
posibilitado que se hable más del tema. Pero, para Gómez, “esto no alcanza para desandar el problema, y, en cambio, ha
acrecentado la agresividad”.
En tanto, Pegoraro coincide en que la violencia interpersonal ha aumentado: “Quizás, cuantitativamente, no se pueda
medir el crecimiento de la violencia, pero sí se lo puede evaluar en forma cualitativa; de ese análisis surge que hay una tremenda
degradación personal. Hoy impera el 'no valgo nada', que crece a la par de la exclusión social”.

1.3) Ausencia simbólica

Para Nora Leal Marchena, presidenta del Capítulo Violencia Social y Salud Mental de la Asociación de Psiquiatras
Argentinos, ser violento es no pensar en el otro. “Alguien tiene una molestia y reacciona con un golpe. Si quiere algo –completó-,
en lugar de actuar desde lo lingüístico, lo toma a la fuerza”.
Según Marchena, los orígenes se sitúan en el auge de la TV: “Los chicos se forman, hoy, delante de la televisión, donde
hay poca coherencia lingüística”, justificó. “Cuando se despliega poco desarrollo del lenguaje, también hay poco desarrollo del
pensamiento simbólico y, así, los deseos y los impulsos no se mediatizan, se actúan”,

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1.4) “Es un problema estructural”

La defensora del pueblo de La Matanza, Silvia Caprino, sostiene que el origen de la actual situación se corresponde con
“la falta de respeto por el orden establecido”; pero la evaluación nunca puede ser completa debido a que “no hay estadísticas ni
trabajos exhaustivos sobre el tema”,
Ante este panorama, la Defensoría decidió encarar un proyecto, en conjunto con un grupo de docentes de La Matanza,
que posibilite un relevamiento de las situaciones de violencia que se generan en las escuelas, para así poder tipificarlas y buscar
soluciones concretas para cada caso.
Otra causa recurrente en esta dependencia municipal son las disputas entre vecinos que no logran ponerse de acuerdo.
“La violencia surge por los pocos niveles de tolerancia que tiene la gente; por eso, a veces, tenemos que intervenir en casos que
serían muy simples de resolver”

IV. ACOSO ESCOLAR

El 15 por ciento de los niños y adolescentes argentinos sufrió o ejerció acoso escolar. El hostigamiento prolongado por
parte de los compañeros de colegio puede llevar al suicidio o la venganza feroz. Algunas claves para prevenirlo y detectarlo.

Los investigadores afirman que el acoso escolar tiene 3 elementos esenciales:

El comportamiento del acosador es agresivo y negativo, se reitera y ocurre en una relación desigual de poder entre las
partes implicadas.

Tipos de acoso escolar

Se han descrito hasta 8 modalidades de acoso escolar, con la siguiente incidencia entre las víctimas.

1. Bloqueo social (29,3%)


2. Hostigamiento (20,9%)
3. Manipulación (19,9%)
4. Coacciones (17,4%)
5. Exclusión social (16,0%)
6. Intimidación (14,2%)
7. Agresiones (13,0%)
8. Amenazas (9,1%)

Bloqueo social

Agrupa las acciones de acoso escolar que buscan bloquear socialmente a la víctima. Todas ellas buscan el aislamiento
social y su marginación impuesta por estas conductas de bloqueo.
Son ejemplos las prohibiciones de jugar en un grupo, de hablar o comunicar con otros, o de que nadie hable o se
relacione con él, pues son indicadores que apuntan un intento por parte de otros de quebrar la red social de apoyos del niño.
Se incluye dentro de este grupo de acciones el meterse con la víctima para hacerle llorar. Esta conducta busca presentar
al niño socialmente, entre el grupo de iguales, como alguien flojo, indigno, débil, indefenso, estúpido, llorica, etc. El hacer llorar al
niño desencadena socialmente en su entorno un fenómeno de estigmatización secundaria conocido como mecanismo de chivo
expiatorio. De todas las modalidades de acoso escolar es la más difícil de combatir en la medida que es una actuación muy
frecuentemente invisible y que no deja huella. El propio niño no identifica más que el hecho de que nadie le habla o de que nadie
quiere estar con él o de que los demás le excluyen sistemáticamente de los juegos.

Hostigamiento

Agrupa aquellas conductas de acoso escolar que consisten en acciones de hostigamiento y acoso psicológico que
manifiestan desprecio, y falta de respeto y desconsideración por la dignidad del niño. El desprecio, el odio, la ridiculización, la
burla, el menosprecio, los motes, la crueldad, la manifestación gestual del desprecio, la imitación burlesca son los indicadores de
esta escala.

Manipulación social

Agrupa aquellas conductas de acoso escolar que pretenden distorsionar la imagen social del niño y “envenenar” a otros
contra él. Con ellas se trata de presentar una imagen negativa, distorsionada y cargada negativamente de la víctima. Se cargan
las tintas contra todo cuanto hace o dice la víctima, o contra todo lo que no ha dicho ni ha hecho. No importa lo que haga, todo es
utilizado y sirve para inducir el rechazo de otros. A causa de esta manipulación de la imagen social de la víctima acosada, muchos
otros niños se suman al grupo de acoso de manera involuntaria, percibiendo que el acosado merece el acoso que recibe,
incurriendo en un mecanismo denominado “error básico de atribución”.

Coacción

Agrupa aquellas conductas de acoso escolar que pretenden que la víctima realice acciones contra su voluntad. Mediante
estas conductas quienes acosan al niño pretenden ejercer un dominio y un sometimiento total de su voluntad.

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El que la víctima haga esas cosas contra su voluntad proporciona a los que fuerzan o tuercen esa voluntad diferentes
beneficios, pero sobre todo poder social. Los que acosan son percibidos como poderosos, sobre todo, por los demás que
presencian el doblegamiento de la víctima. Con frecuencia las coacciones implican que el niño sea víctima de vejaciones, abusos
o conductas sexuales no deseadas que debe silenciar por miedo a las represalias sobre sí o sobre sus hermanos.

Exclusión social

Agrupa las conductas de acoso escolar que buscan excluir de la participación al niño acosado. El “tú no”, es el centro de
estas conductas con las que el grupo que acosa segrega socialmente al niño. Al ningunearlo, tratarlo como si no existiera, aislarlo,
impedir su expresión, impedir su participación en juegos, se produce el vacío social en su entorno.

Intimidación

Agrupa aquellas conductas de acoso escolar que persiguen amilanar, amedrentar, apocar o consumir emocionalmente al
niño mediante una acción intimidatoria. Con ellas quienes acosan buscan inducir el miedo en el niño. Sus indicadores son
acciones de intimidación, amenaza, hostigamiento físico intimidatorio, acoso a la salida del centro escolar...

Amenaza a la integridad

Agrupa las conductas de acoso escolar que buscan amilanar mediante las amenazas contra la integridad física del niño o
de su familia, o mediante la extorsión.

Entre los grupos con mayor índice de acoso los más buleados son los chicos con sobrepeso (tienen cinco veces más
riesgo que alguien con peso normal), con anteojos, el judío en un colegio católico, los chicos con anormalidades físicas, los bajitos
(tienen el doble de riesgo de alguien con estatura promedio) y en términos generales cualquier chico que no tiene capacidad de
reacción para decir basta o para renunciar.
“El bullying puede llevar a la muerte por tres razones: suicidio, homicidio o lesiones graves por palizas o accidentes que
exigen hospitalización –explica el doctor argentino Jorge Srabstein, director de la Clínica de Problemas de Salud Relacionados
con el Bullying, del Hospital Nacional de Chicos de Washington-.
Srabstein que participó del congreso en Buenos Aires y sorprendió a su audiencia al revelar unas cifras llamativas: en la
Argentina habría 240.000 adolescentes que sufren bullying y que, por ende están bajo riesgo de ausentismo escolar, lesiones
graves, fuga del hogar, intento de suicidio y abuso de alcohol, drogas y cigarrillo.
De esos, 22.885 sufrirían lesiones severas, 41.193 faltarían al colegio para evitar el acoso y 16.140 intentarían suicidarse
por el acoso permanente.

El chico que es víctima del acoso escolar va perdiendo de a poco su autoestima.

1. LAS CIFRAS DE UN FENOMENO

El 99% de los alumnos reconoce que tiene algún compañero en la escuela del que todos se burlan; sin embargo, apenas
el 2% de este tipo de problemas llega a los equipos interdisciplinarios escolares, y cuando los docentes ya no pueden manejar la
situación.
“Danonino vencido”, “Jirafa humana”, “Flaca escopeta” ... son algunos de los apodos que utilizan los chicos para
ridiculizar al compañero. El 59% de los sobrenombres hace referencia al aspecto físico. El 13% de los apodos (que se observan
en chicos de 11 y 12 años) están referidos a su sexualidad: “marica”, el más común. El 4% están referidos a nombres de políticos
(“Menéndez legisladora”) y el 9% son de orden racial (“le dicen Baltasar porque es negro”). El 54% de los que sufren bromas
pesadas son los varones.
1 de cada 3 adolescentes de entre 12 y 16 años se ve involucrado –como agresor o como víctima- en situaciones de
abuso.
En Estados Unidos, el 40% de los niños y adolescentes estuvo vinculado a casos de bullying (como agresores o
agredidos, o ambas cosas).
En España, lo padece un 25% y es más frecuente entre los niños de primaria. Y un 16% de los encuestados reconoce
haber acosado a compañeros.
Afecta a niños de ambos sexos, aunque es algo más frecuente entre niños varones (27 % frente a 21%).
En el Reino Unido se calcula que anualmente un mínimo de 16 niños asediados por compañeros eligen suicidarse.
La manera de actuar y el estilo educativo de padres y educadores son primordiales tanto en la prevención como en la
detección precoz y freno de dicho fenómeno.
En el momento en que se produzca cualquier situación de maltrato hay que actuar con rapidez y contundencia, siguiendo
un plan prefijado que involucre a toda la comunidad educativa, incluidas las familias y otros agentes externos como trabajadores
sociales, psicólogos.
Es necesario diseñar actividades dirigidas a la víctima, a los agresores, a los espectadores, con el grupo, con las familias
y con la comunidad educativa.
Una encuesta nacional publicada a fines de 2008 por el Observatorio Argentino de Violencia en las Escuelas,
dependiente del Ministerio de Educación de la Nación, arrojó resultados significativos con respecto a la violencia escolar: el 10,8
por ciento de los alumnos afirmó hacer recibido amenazas por parte de un compañero; el 8,3 por ciento, golpes y lastimaduras; el
6,2 por ciento, amenazas o lesiones de patotas; y el 4,9 por ciento, robo.
Según el Ministerio de Seguridad bonaerense, durante 2008 y solo en la Provincia de Buenos Aires, se cometieron 250
mil delitos, de los cuales 3.596 fueron protagonizados por menores: un 16 por ciento más que en 2007.
En Argentina los dos casos de mayor repercusión fueron el de "Pan triste" ocurrido en el año 2000 - cuando un estudiante
al que sus compañeros apodaban "pan triste", baleó a dos alumnos en la puerta en la puerta de su escuela ubicada en Rafael

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Calzada - y, el aún más trágico ya citado de Carmen Patagones. La causa judicial de Junior, que se abrió luego de los asesinatos
ya fue cerrada y el menor permanece en un neuropsiquiátrico, su identidad continúa siendo reservada. Uno de sus compañeros y
amigo, DANTE, de quien se sospechó en un momento que había sido cómplice de la matanza, cambió su identidad y no se
conoce su paradero. En el caso de "Pan triste" la Justicia lo declaró inimputable y fue internado en un neuropsiquiátrico.
En el caso de Carmen de Patagones, por ejemplo, hasta ahora la comunidad discutió cómo afectó a los alumnos, a los
familiares de las víctimas y sobre si es justo o no que Junior no haya recibido condena penal, sin reflexionar sobre el
hostigamiento que recibía "Junior". Tampoco hubo, desde el Estado, ese tipo de reflexión.
En septiembre de 2005, a un año de la tragedia de Carmen de Patagones, los diarios publicaron declaraciones de los
padres de las víctimas y de alumnos sobrevivientes de la tragedia. Las palabras de los miembros de la comunidad eran de total
repudio a lo que JUNIOR había hecho y la discusión giraba entorno al castigo judicial que merecía el victimario. Pero ninguno de
ellos reflexionaba sobre lo que había pasado en la escuela antes de los asesinatos ocurridos en septiembre de 2004. JUNIOR
había sido una víctima de sus hijos, pero la comunidad no podía verlo más que como un "loco".
Además de "Pan triste" y "Junior", en Argentina se registraron más casos de violencia en las escuelas. A modo de
ejemplo podemos mencionar el caso ocurrido el 30 de noviembre de 2001 en Bariloche. Allí, un adolescente que trataba de
defender a una compañera que estaba siendo golpeada por otras, fue baleado por el grupo de agresoras. Otro hecho similar
ocurrió en abril de 2003, en Catamarca, cuando un estudiante que era buleado, apuñaló a un compañero en su escuela. También
se recuerda la historia de Katherine Méndez de 11 años. En septiembre de 2005, Katherine, alumna de la escuela Nº 9 de Villa
Lugano, fue golpeada por un grupo de compañeras que le fracturaron la clavícula además de lastimarle la boca y el cuello. Las
agresoras no fueron expulsadas ni sancionadas por las autoridades educativas.

"Libre, libre. Mis ojos seguirán aunque paren mis pies" - Jokin Seberio, septiembre de 2004, antes de suicidarse.

2. MINORIAS SEXUALES EN LAS ESCUELAS

La discriminación aparece con la ruptura de los roles de género, que con mecanismos como la injuria y el uso de términos
peyorativos sobre la masculinidad y la feminidad están teniendo el efecto de delimitar los comportamientos aceptables en nuestras
escuelas.
La homofobia y el sexismo se combinan y construyen mutuamente, de manera que se acosa e intimida a los chicos y
chicas más vulnerables: por una parte, se persiguen todas las rupturas de género y sexualidad de todos, independientemente de
su orientación sexual y género. Por otra parte, se recuerda a los chicos y chicas gays, lesbianas, transexuales y bisexuales que
han de esconderse, que han de ocultar partes significativas de sus vidas y que si se muestran tal cual son, pueden ser objeto de el
rechazo, aislamiento, burla y acoso.
Muchos de estos procesos de intimidación se sirven de una persona o personas que obliga a otra u otras a conformar
unas normas de género y sexualidad que se entienden como dominantes; con este argumento, estoy llamando vuestra atención
sobre una forma de acoso, el ‘bullying homofóbico’. Cuando un chico no es tal y como el ideal de varón tiene que ser, se le
etiqueta como nena, maricón, o cualquier otra cosa que permita deshumanizarle, y de hecho da igual que sea gay o no,
simplemente vale con que el matón piense que lo es o lo pudiera ser. Cuando una chica no tiene interés por la belleza e imagen
estereotípica que se atribuye a las adolescentes, no pierde la cabeza por los chicos de la forma que se espera de ella o
simplemente, tiene otros intereses o hobbies, recibe el insulto de marimacho, chicazo, bollera, etc. Sigue dando igual que le
gusten las chicas o no, recibe el castigo apropiado para aquellas chicas que rompen con las reglas, de manera que todos y todas
saben cuál es el precio de no pertenecer a las normas dominantes.
Algunos elementos específicos del bullying homofóbico frente a otras formas de acoso escolar son la invisibilización de la
educación formal en el sistema educativo; el rechazo familiar o la falta de apoyo específico y explícito ante las sexualidades
minoritarias; el contagio del estigma, no sólo para lesbianas, gays, transexuales y bisexuales sino para quienes les apoyan; y la
normalización de la homofobia, que provoca una interiorización negativa del autoconcepto.
Deberíamos seriamente preguntarnos ¿hasta qué punto se habla abiertamente de la sexualidad, y concretamente de las
homosexualidades, en secundaria?; ¿se siguen invisibilizando las sexualidades no normativas o vivimos un momento de
cambios?; ¿existe un entorno social propicio para la libre expresión de las identidades sexuales o siguen existiendo tácticas de
control social?
Entre los jóvenes entrevistados en 2006/7, que estaban realizando o ya han terminado sus estudios de secundaria y que
tenían entre los 17 y los 22 años, existe una percepción de que está habiendo un proceso de cambio en torno al tratamiento de la
sexualidad en la educación secundaria. Sin embargo, definen su propia experiencia alrededor de la educación afectivo-sexual y de
la orientación sexual en los colegios e institutos en torno a dos ejes explicativos: la invisibilidad de las sexualidades no normativas
y la precaria educación sexual recibida. Ellos afirman claramente que la “educación sexual era un tema absolutamente vetado en
las clases”, denuncia su inexistencia como una materia más del currículum educativo. La sexualidad como tema tabú, del que se
huía de las aulas.
Desde mi propia experiencia como gay y activista en cuestiones políticas y sociales, explicito que tal invisibilidad tenía
como sustento la presunción de lo que denomino “heterosexualidad dictatorial”; es decir, el entendimiento de que la educación en
torno a las formas plurales de vivir la sexualidad era innecesaria, puesto que se defendía implícitamente una única manera válida
de orientar las relaciones afectivosexuales. Por tanto el despliegue de una “mirada heterosexual” generaba discriminaciones
sutiles e invisibles, que llegaban a condenar socialmente y etiquetar negativamente a jóvenes con sexualidades no normativas.
La caracterización de ciertos colectivos como “diferentes” y “separados” de lo que se considera socialmente la normalidad
supone los cimientos de potenciales discriminaciones. De esta forma, un primer elemento destacable de los testimonios recogidos
es la vivencia de la heterosexualidad obligatoria como única forma válida de comportamiento sexual. A ello se une una fuerte
rigidez en torno a los roles de género. No es una cuestión de ser lesbiana o gay, sino en un sentido más amplio comportarse de
forma diferente a lo que dictan los roles tradicionales de género.
La idea de la heterosexualidad obligatoria ha cimentado un modelo de sexualidad monógamo y reproductor, donde la
idea que se ha resaltado es el peligro que potencialmente acompaña a la sexualidad, bajo el velo de criterios religiosos o morales.

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Cuando no hablamos de la diversidad sexual y no reconocemos la discriminación específica de las mujeres, de lesbianas,
gays, transexuales y bisexuales y de otras personas que viven formas concretas de exclusión social, estamos contribuyendo a
mantener la discriminación que permite el acoso escolar.
Se necesitan políticas activas que introduzcan educación sexual en el currículum, que aborden los problemas específicos
que causan tanto la homofobia como el sexismo en todos los ámbitos de la vida y que estas políticas puedan entenderlas de forma
conjunta, analizando y actuando ante el heterosexismo.
En general, en la intervención con chicos, chicas y jóvenes adultos, se ha encontrado con (Platero y Ceto, 2007):

 La necesidad de ofrecer información sobre sexualidad, género y orientación sexual que rompa con los
mitos e ideas erróneas. Utilizan muchos términos cuya definición no siempre conocen, siendo su principal fuente de información e
influencia el grupo de iguales (Por ejemplo, confunden la transexualidad con la homosexualidad y el travestismo).

 Es frecuente encontrar actitudes negativas y/o de resistencia frente a la diversidad del alumnado, que
incluye específicamente todas las formas de homofobia y sexismo. Es común además mostrar una actitud ambivalente frente a la
diversidad, en las que la deseabilidad social hace que los y las adolescentes muestren tanto actitudes de aceptación y al tiempo
de rechazo según sea su contexto más o menos inclusivo.

 Una necesidad de promover una valoración positiva de las diferentes formas de expresión del deseo y
la identidad, como son la homosexualidad, el lesbianismo, la transexualidad y la bisexualidad, así como todos los valores
igualitarios asociados al género y nuevas formas de masculinidad.

 La falta de difusión de los derechos y obligaciones de la comunidad educativas y la ciudadanía en el


ejercicio libre de su sexualidad. No sólo en el contexto de la Educación para la Ciudadanía, sino en todas aquellos ciclos y
contenidos que posibiliten la intervención, por todas las partes implicadas en la comunidad educativa.

 Las necesidades de los equipos docentes y educativos en su labor diaria frente a las instituciones y las
personas jóvenes y adultas con las que trabajan, que carecen de herramientas suficientes para poder responder a todas las
necesidades, incluidas la atención a las minorías sexuales.

 La necesidad de trabajo en red de diferentes profesionales de la educación y la intervención social, con


diferentes enfoques y actuaciones sobre la sexualidad en su trabajo con personas jóvenes y adultas.

Una nota del diario La Nación revela que entre el 70 y el 40 por ciento de los alumnos encuestados a lo largo del país
admitió haber sido discriminado en la escuela de manera verbal, y cerca de un 30 por ciento, de manera física. Los varones
mencionaron mayoritariamente haber sido el blanco de las golpizas.
“A discriminar se aprende” era el slogan de una charla armada en Buenos Aires sobre el tema. La frase es bien cierta, y
nada mejor que ejemplificar con casos de la vida real. Sucedió en Manizales, Colombia. Dos chicas lesbianas de 15 y 17 años del
Colegio Leonardo Da Vinci fueron expulsadas bajo el argumento de indisciplina, pero posteriormente un juez dictaminó que se
habían cometido “flagrante violación de los derechos fundamentales a la diferencia sexual, al libre desarrollo de la personalidad, y
a la igualdad”. Sin embargo, el asunto no se limitó a ser una disputa judicial, sino que además se organizó una protesta en repudio
por la admisión de estas compañeras, en la que participaron todas las alumnas del Da Vinci. No sólo hay rechazo por parte de las
autoridades (que -uno pensaría con demasiada indulgencia- todavía están comprendiendo el “tema nuevo” que representa para
las escuelas la diversidad sexual, y por ende están muy propensos a equivocarse), sino también por parte de sus iguales, sus
compañeros de todos los días. Si bien los directivos aseguraron que la protesta fue “espontánea”, ¿por qué no asumieron su
responsabilidad y la impidieron? ¿Acaso no es la inacción una forma de colaborar también? El asunto es que, más allá de que la
causa hubiera sido o no la indisciplina, las personas implicadas en la protesta manifestaron su rechazo a que “en la calle nos
están diciendo a todas (cerca de 1.500 alumnas) que somos lesbianas”. Por otra parte, después de que el juez autorizara su
regreso, los directivos pusieron como condición que las dos chicas fueran puestas en cursos diferentes...
Basta ver una cifra para comprender la gravedad del asunto: en la provincia de Catamarca, Argentina, el 70% de los
docentes preguntados en una encuesta consideraron que la homosexualidad era una enfermedad. Tan sólo el 17%
estimaron que se trataba de una “elección de vida”. La conclusión es inevitable: tiene que haber un cambio, y en esto creo que
estaríamos todos de acuerdo. El gran interrogante surge cuando nos preguntamos quiénes deben ser los encargados de llevarlo a
cabo.
Algunos grupos de docentes ya están organizando debates sobre el género y la diversidad sexual en el aula. Emiliano
Samar y Florencia Aramayo, de Buenos Aires, Argentina, iniciaron un grupo de discusión en el que se tratan cuestiones como
“¿qué hacer si una chica quiere interpretar a un hombre en un acto?”, o “¿hasta qué punto los contenidos educativos no rechazan
la diversidad al no hablar de ella?”.
Esta última pregunta me parece especialmente interesante. No puedo evitar cuestionarme: ¿Por qué hacer silencio? ¿No sería
menos traumático para los alumnos saber que existe alguien (sobre todo si ese alguien es una figura de autoridad) que reconoce
su sexualidad alternativa? Trato de sondear mi propia experiencia tanto por el colegio primario donde se me negó la posibilidad de
acceder a llevar nuestro estandarte patrio tan solo por haber optado por un anexo educativo no tan “masculino” o en mi
preparación secundaria donde abiertamente una profesora expresó su desagrado por mí identidad sexual así como los directivos.
Si una persona prejuiciosa nos puede enseñar a discriminar, ¿cómo no puede todo un sistema escolar educarnos en la
comprensión y aceptación? En Argentina todavía esperamos la sanción de una ley de educación sexual que incluya la diversidad.
Muchos adolescentes, más allá de las etiquetas que le pueda poner la prensa, están empezando a explorar sus propias
dudas y a preguntarse “¿por qué no?”. Este “¿por qué no?” es una actitud constructiva: no es ni el rechazo de la diversidad ni el
afán de crear escándalos. Es cierto que los diarios son afectos a publicar sólo los relatos más escabrosos, pero, ¿cómo evitar
sentirse reconfortado cuando hace diez años hablar del tema era imposible? Hay quienes dicen que no es el triunfo de la
bisexualidad, sino una nueva forma de confusión. Pero si con esto vamos a crear un ambiente más pacífico y diverso, donde

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ningún varón sea salvajemente golpeado por no jugar al basketball y ninguna mujer deba soportar el rechazo colectivo de todo un
curso, bienvenida sea la confusión.

Los maestros y los padres tienden a minimizar el acoso escolar.

V. CIBERBULLYING.

Hoy en día el bullying tiene múltiples modos de ejecución y, por lo tanto, es un concepto muy amplio que tiende a
englobar prácticamente todas las formas de violencia o intimidación entre los alumnos de un colegio.
En el último tiempo se han ido propagando entre los estudiantes nuevas expresiones de este fenómeno, destacando
entre ellas el ciberbullying, como se denomina al comportamiento que podemos definir como la manifestación del acoso escolar
que se produce mediante plataformas virtuales y herramientas tecnológicas, tales como chats, blogs, fotologs, mensajes de texto
para aparatos celulares, correo electrónico, foros, servidores que almacenan videos o fotografías, páginas webs, teléfono y otros
medios tecnológicos.
Muchas veces estos medios permiten a sus usuarios ampararse en el anonimato o la impunidad, pudiendo publicar
fotografías ignominiosas o trucadas con fines de mofa, enviar amenazas o afrentas por correo electrónico, escribir insultos en
blogs, etc.
Diversos programas mediáticos ponen en evidencia esta situación siendo su único divertimento el triunfo de unos
mediante la expulsión de otros: “Gran Hermano”, “Bailando por un sueño” o “Cuestión de peso” ponen como referencia la
expulsión y la importancia del “ser famoso”. Implementando una lógica que no contempla al “mejor” y al “peor” sino que solo
quedan “los mejores”. Por lo tanto la violencia al interior del ámbito escolar refleja relaciones violentas que no solo pueden ser
reducidas a la llamada inseguridad.
En consecuencia, las mismas actitudes de desdén y violencia características del bullying se encauzan ahora a través de
Internet, teniendo como destinatarios tanto a los mismos alumnos como a terceros.
Analizare sucintamente la pugna o conflicto que puede suscitarse entre el ejercicio de las facultades disciplinarias por
parte de los establecimientos educacionales, en relación con la eventual vulneración del derecho constitucional a la inviolabilidad
de toda forma de comunicación privada, por ejemplo, en caso de que un colegio decida sancionar o prohibir a sus alumnos el uso
de fotologs en que se cometan o difundan acciones de hostigamiento contra otros estudiantes. En otras palabras, se trata de
determinar el límite entre las potestades disciplinarias del establecimiento y la intromisión ilegítima en el ámbito de la privacidad
del alumno.
Sobre este último punto se debe hacer hincapié en el enorme crecimiento que ha experimentado el uso de las formas de
comunicación virtual en general y los jóvenes o niños en edad escolar en particular.

VI. MARCO NORMATIVO.

Se debe anotar que existe una gran cantidad de normas jurídicas, de disímiles rangos y fuentes, que hacen exigibles una
atención preferente, una preocupación prioritaria y una solución integral respecto del bullying, tanto de la sociedad civil como –
fundamentalmente- del Estado, proporcionando a la vez herramientas para la satisfacción de estos objetivos.
Nuestro ordenamiento positivo exige y reclama afrontar este problema y proteger a los niños y adolescentes, porque
están en juego su dignidad y sus derechos fundamentales.
No haremos aquí un recorrido exhaustivo, pero sí resumiremos el panorama jurídico sobre la materia, apuntando
solamente las principales disposiciones que lo componen:

1. En el Derecho Internacional podemos resaltar:

• La Convención sobre los Derechos del Niño que dispone, entre otras cuestiones, que:

 "Los Estados Partes tomarán todas las medidas apropiadas para garantizar que el niño se vea
protegido contra toda forma de discriminación o castigo por causa de la condición, las actividades, las opiniones
expresadas o las creencias de sus padres, o sus tutores o de sus familiares" (artículo 2.2);

 "En todas las medidas concernientes a los niños que tomen las instituciones públicas o privadas de
bienestar social, los tribunales, las autoridades administrativas o los órganos legislativos, una consideración primordial a
que se atenderá será el interés superior del niño" (artículo 3.1);

 "Los Estados Partes se comprometen a asegurar al niño la protección y el cuidado que sean necesarios
para su bienestar (…)" (artículo 3.2);

 "Los Estados Partes adoptarán todas las medidas legislativas, administrativas, sociales y educativas
apropiadas para proteger al niño contra toda forma de perjuicio o abuso físico o mental, descuido o trato negligente,
malos tratos o explotación, incluido el abuso sexual (…)" (artículo 19.1).

Por ende, esta preceptiva internacional obliga al Estado a proveer protección a los menores y a obrar de acuerdo con el
principio del interés superior del niño.

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2. En la esfera constitucional, sobresalen los siguientes preceptos:

Art. 19 Las acciones privadas de los hombres que de ningún modo ofendan al orden y a la moral pública, ni
perjudiquen a un tercero, están sólo reservadas a Dios, y exentas de la autoridad de los magistrados. Ningún habitante de la
Nación será obligado a hacer lo que no manda la ley, ni privado de lo que ella no prohíbe.

Art. 75:
19. Proveer lo conducente al desarrollo humano, al progreso económico con justicia social, a la productividad de la
economía nacional, a la generación de empleo, a la formación profesional de los trabajadores, a la defensa del valor de la
moneda, a la investigación y desarrollo científico y tecnológico, su difusión y aprovechamiento.
Proveer al crecimiento armónico de la Nación y al poblamiento de su territorio; promover políticas diferenciadas que tiendan a
equilibrar el desigual desarrollo relativo de provincias y regiones. Para estas iniciativas, el Senado será Cámara de origen.
Sancionar leyes de organización y de base de la educación que consoliden la unidad nacional respetando las particularidades
provinciales y locales; que aseguren la responsabilidad indelegable del estado, la participación de la familia y la sociedad, la
promoción de los valores democráticos y la igualdad de oportunidades y posibilidades sin discriminación alguna; y que garanticen
los principios de gratuidad y equidad de la educación pública estatal y la autonomía y autarquía de las universidades
nacionales.Dictar leyes que protejan la identidad y pluralidad cultural, la libre creación y circulación de las obras del autor; el
patrimonio artístico y los espacios culturales y audiovisuales

23. Legislar y promover medidas de acción positiva que garanticen la igualdad real de oportunidades y de trato, y el pleno
goce y ejercicio de los derechos reconocidos por esta Constitución y por los tratados internacionales vigentes sobre derechos
humanos, en particular respecto de los niños, las mujeres, los ancianos y las personas con discapacidad.
Dictar un régimen de seguridad social especial e integral en protección del niño en situación de desamparo, desde el embarazo
hasta la finalización del período de enseñanza elemental, y de la madre durante el embarazo y el tiempo de lactancia

CONSTITUCION PCIAL. DEL NEUQUEN:

Art.13: Los habitantes de la Provincia gozan en su territorio de todos los derechos y garantías
enumerados en la Constitución nacional y en esta Constitución, con arreglo a las leyes que reglamenten su ejercicio y de los
Derechos del Hombre sancionados por la Organización de las Naciones Unidas en París en 1948, los que se dan por
incorporados al presente texto constitucional.

Art. 24: La familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y tiene derecho a la protección
del Estado. Los hombres y las mujeres, a partir de la edad núbil, tienen derecho sin restricción alguna, por motivos de raza,
nacionalidad y religión, a casarse y fundar una familia, disfrutando de iguales derechos en cuanto al matrimonio, durante el
matrimonio y en caso de disolución del mismo. La maternidad y la infancia tendrán derecho a la protección especial del Estado.
Todos los niños nacidos del matrimonio o fuera del matrimonio, tendrán derecho a igual protección social; no se considerará
declaración alguna diferenciando los nacimientos, ni sobre el estado civil de los padres, en las actas de inscripción de aquéllos,
ni en los certificados, ni en las copias referentes a la filiación.

Art. 257 Las leyes que organicen y reglamenten la educación deberán ajustarse a las bases siguientes:
b) La educación común tendrá entre sus fines el de formar el carácter de los niños en el culto de las instituciones
democráticas, la solidaridad humana, la familia y los principios de moral que respeten la libertad de conciencia;

Art. 260 La enseñanza se impartirá obligatoriamente en idioma castellano y no se admitirá


discriminación racial ni de ninguna naturaleza.

Art. 276 La acción de la educación debe prolongarse en el sentido social. Los maestros, los
representantes de los consejos escolares y visitadores recorrerán los hogares de los educandos interiorizándose de los
problemas de la madre, alimentación, sanidad e higiene, dando los consejos y directivas que los allanen.

ADEMÁS DE:

DECLARACIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS:

Art.1 Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos, y dotados como están de
razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros.

Art. 3 Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona.

Art. 5 Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes.

Art. 7 Todos son iguales ante la ley y tienen, sin distinción, derecho a igual protección de la ley. Todos
tienen derecho a igual protección contra toda discriminación que infrinja esta Declaración y contra toda provocación a tal
discriminación.

Art. 19 Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de
no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación
de fronteras, por cualquier medio de expresión.
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Artículo 26
2) La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana y el fortalecimiento del respeto a los
derechos humanos y a las libertades fundamentales; favorecerá la comprensión, la tolerancia y la amistad entre todas las
Naciones y todos los grupos étnicos religiosos; y promoverá el desarrollo de las actividades de las Naciones Unidas para el
mantenimiento de la paz.

LEY 2302:
Art.14: Dcho. A la integridad

Art.15: Dcho. A ser oído

Art.16: Dcho. A la igualdad

Art.18: Dcho. A la libre expresión, información y participación

Art.19: Dcho. Al respeto y la dignidad

CARTA ORGANICA DE ZAPALA:

Art. 23: Los habitantes de Zapala gozan en su territorio de todos los derechos y garantías enumerados
en la Constitución Nacional, Constitución Provincial, las leyes de la Nación y de la Provincia y en los tratados Internacionales
ratificados y que se ratifiquen. Estos y la presente Carta Orgánica se interpretan de buena fe. Los derechos y garantías no pueden
ser negados ni limitados por la omisión o insuficiencia de su reglamentación y ésta no puede cercenarlos.

g) derecho a expresarse libremente.


m) derecho reproductivos y sexuales.

Art. 25: Se reconoce y garantiza a todos los niños sin excepción y desde su nacimiento, el derecho a un
crecimiento y desarrollo armónico. Gozarán de todos los derechos, especialmente cuando se encuentren en situación de riesgo
por carencia moral o material, circunstancias de desprotección o discriminación de cualquier índole o bajo el ejercicio abusivo de
autoridad familiar.-

Art. 255: La Municipalidad de Zapala garantiza la implementación de políticas públicas tendientes a


abordar la temática la salud sexual entre los jóvenes y adolescentes con el objeto de:

a) Promover el acceso a la información, orientación, métodos y prestaciones de servicios referidos a la salud sexual y
procreación responsable, potenciando la participación femenina en la toma de decisiones.
b) Reforzar las políticas de educación sexual con el fin de asegurar su vigencia.

VII. RESPONSABILIDAD DE CUSTODIA DE LOS COLEGIOS.

Los colegios, en los que los niños y adolescentes pasan la mayor parte de su tiempo cotidianamente, tienen un rol
esencial que desempeñar. Efectivamente, tienen una función capital en la prevención, control, solución y eventual sanción del
bullying, por cuanto están obligados a brindar protección a sus alumnos cuando se encuentran bajo su esfera de resguardo.
La violencia sucedida frente a una docente pone en evidencia esta situación límite. Observando ese hecho encontramos
el vínculo docente-estudiante atravesado por dos mandatos que generan una bruma en la relación:
Por un lado sostener el espacio de clase desarrollando un ambiente ameno entre los alumnos aplicando un programa
que, en muchos casos, data de la década del 70 y por otro lado intentar manejar los cuestionamientos, los silencios, el desgaste y
demás situaciones que los estudiantes viven cotidianamente. En síntesis, la “hostilidad” del ambiente al que ambos se exponen.
Mantener esa dinámica establecida merece que los estudiantes se encuentren sentados y callados para que podamos seguir
dando clases.
Surge, entonces, las condiciones necesarias para que la hostilidad se exprese. En este sentido se presenta la violencia
en términos generales y el bullying y el cyberbullying en particular. En definitiva, la violencia es la manifestación del desamparo y
de la ausencia de instrumentos con capacidad resolutiva, es el agotamiento de las posibilidades para que los estudiantes puedan
realizarse como tales.
La violencia en el ámbito escolar no es una novedad. Lo que si es una novedad son los cuestionamientos de la institución
secundaria y del rol de la autoridad ambos atravesados por una época de crisis social. Condicionados por esta época los
estudiantes, por su ímpetu, sus confusiones, sus convicciones y sus búsquedas, se presentan como uno de los sectores sociales
más influenciables para personificar los tiempos sociales.
Hoy en día la utilización de las nuevas tecnologías cuestiona el liderazgo clásico del saber frente a un no-saber que se
establecía en la relación docente-estudiante. Ese alumno se ha transformado en un ser sumamente dinámico por los medios que
tiene a su alcance pero abrumado por los mismos.
Trabajar, entonces, con docentes que conocen las herramientas que los estudiantes utilizan como así también la
potencialidad de sus problemáticas permite estar atento a las preocupaciones, angustias y expectativas que ellos siguen trayendo
a las aulas del colegio. Que el colegio comprenda este nuevo momento permitirá implementar sanciones efectivamente
reparadoras. Si la tecnología se utiliza para difundir la agresión, la burla y el daño ocasionado a un compañero (lo que se

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denomina cyberbullying), entonces surge naturalmente la pregunta de porqué no utilizar esa misma herramienta para aplicarla
como aprendizaje. Conociendo así, en el estudiante, nuevas capacidades que hasta ese momento solo eran potencialidades.
En definitiva ¿Cómo los alumnos no van a tornarse agresivos si son ellos los que no pueden –porque no se los
involucra, porque se los aísla- pensar las prácticas cotidianas que enmarcan sus vidas escolares? ¿Cómo no se van a tornar
agresivos si de lo que se trata, en definitiva, es que se callen y se sienten que debemos seguir dando clases?
Institucionalmente el colegio debería, en primer lugar, cuestionarse por la ausencia de un efectivo espacio de convivencia
en el cual los problemas del colegio se diriman a su interior de forma consensuada con la participación de todos los actores
escolares. Y en el caso de que este espacio exista –y aun así surjan los problemas- la tarea fundamental será, entonces, la
discusión de sus condiciones de posibilidad.
Lo importante que puede ofrecer el colegio está en facilitarles herramientas y colaborar en la construcción de los límites y
los alcances que tienen las acciones de ellos. No se trata de penalizar, ni tradicional ni más “duramente” debido a que estas
formas de sancionar, hemos visto, no producen los cambios buscados.
Esta consideración no es meramente filosófica es también profundamente pedagógica y práctica. Es posible sostener un
ambiente de compañerismo y producción, tanto a nivel individual como grupal. Desarrollando junto a los estudiantes un ambiente
de conocimiento y reconocimiento. Pasando de sus particularidades y diferencias al reconocimiento de sus generalidades y
similitudes.
El objetivo de que reconozcan la institución a la que pertenecen como una instancia de formación transitoria. Pero en la
que ellos son parte integrante. Por eso sumado a los equipos de docentes, preceptores y dirección que están atentos al vínculo
que construyen los estudiantes, el colegio debe ofrecerles la posibilidad de que sean ellos quienes se den sus organismos de
referencia (consejos de estudiantes, centros de estudiantes, consejos de convivencia, etc.) a través de los cuales puedan legislar
compartiendo el debate con los demás actores sobre su vida cotidiana en la institución. Deben poder darse la herramienta para
discutir, entre ellos y con los adultos, sobre la normativa y la formación (currícula pedagógica) que constantemente los involucra
como sujetos.
Es necesario posicionarse por construir un compromiso con la acción del estudiante y su entorno. Impulsarlo a pensarse
“haciendo”. Porque en esa búsqueda se encuentra con sus compañeros como interlocutores y así puede expresarse libremente.
(Damián Andrés Melcer (Sociólogo))

Dividiremos el tópico de la responsabilidad de los colegios en diversos ítems:

1) GENERALIDADES.

No basta con establecer castigos severos frente al bullying. Tanto o más importante es prevenir que esos hechos
acontezcan, por ejemplo, aumentando la vigilancia de inspectores en los pasillos y patios, instalando cámaras de seguridad,
estableciendo buzones de denuncia anónima y, sobre todo, fomentando en la enseñanza que se imparte una cultura de respeto
permanente hacia los demás.
El monitoreo y la vigilancia tienen gran impacto, porque se postula que "existe una relación entre lugar del maltrato y tipo
de violencia, en donde las agresiones verbales y sociales suelen darse con mayor preponderancia en la sala de clases, y las
agresiones físicas y extremas (abuso y acoso sexual, amenaza con armas, robos, etc.), en lugares abiertos con poco control de un
adulto".
Los colegios deben apoyarse en el conjunto de la comunidad educativa para que su esfuerzo sea eficaz, consultando la
opinión y requiriendo la colaboración de los profesores, las familias, los Centros de Padres y de Alumnos, los consejos escolares,
etc. Esto quiere decir que se debe abordar la cuestión de manera global, haciendo partícipes a todos los involucrados: el bully, la
víctima, sus padres, los profesores, compañeros, etc.
Asimismo se pueden diseñar y ejecutar campañas anti-bullying al interior de los establecimientos, incluyendo charlas de
psicólogos, abogados u otros expertos; talleres desarrollados por los profesores; la creación de mecanismos de acuerdo y de
solución de conflictos entre estudiantes; afiches, folletos, mensajes radiales, etc. La concientización de los propios menores es, sin
duda, un aspecto indispensable de la prevención.
Hay diversas técnicas y estrategias anti-bullying, entre las que se pueden distinguir los sistemas de intervención
individual, los de apoyo y mediación de pares, y los programas en la totalidad del colegio.
Existe la apreciación de que el sistema escolar está recién empezando a reaccionar frente al bullying. Es más, entrevistas
semi-estructuradas realizadas a profesores e inspectores, han mostrado que en la gran mayoría de los colegios, no existen
procedimientos para intervenir en caso de matonaje, y que los profesionales suelen actuar de acuerdo al sentido común".
En caso de producirse el acoso escolar, dado que la víctima casi siempre es amenazada para que no delate a su
agresor, debe contar con el respaldo y ayuda del colegio mediante canales seguros y confiables que le permitan dar a conocer el
problema, por cuanto "como se trata, en su mayoría, de un acoso invisible para los adultos, los profesores difícilmente tendrán
conocimiento de lo que está sucediendo. El agresor acosa a la víctima en los baños, en los pasillos, en el comedor, en el patio,
reservando sus acciones durante la ausencia de mayores.
En algunos casos, el acoso sobrepasa las paredes del colegio, pasando a ser telefónico e incluso por correo electrónico.

2) REGLAMENTOS.

Ante estos nuevos desafíos, es menester que las normas que rigen la relación entre los diversos actores de la comunidad
escolar se pongan al día. En ese contexto, los Reglamentos de los colegios y escuelas debieran contemplar disposiciones que
ayuden a prevenir y, en su caso, enfrentar y sancionar los casos de bullying, que a la vez comprendan ciertos aspectos básicos:

• Que se reconozcan e institucionalicen las políticas, planes, programas, acciones y estrategias de prevención y
control del acoso escolar;
• Que se regule un debido proceso ante las denuncias de bullying, que resguarde especialmente la privacidad y
la honra de la víctima, y que posibilite una adecuada defensa para ambas partes;
• Que se incluyan medidas específicas para prevenir, controlar y en su caso sancionar los casos de ciberbullying;

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• Que también vele por que se escuche debidamente al supuesto agresor;
• Que incorpore a sicólogos o psicopedagogos, profesores y a los padres, entre otros sujetos;
• Que existan vías preferenciales de solución mediante acuerdo entre las partes;
• Que para el evento de no conseguirse un arreglo, se determinen sanciones justas y proporcionales a la
gravedad de las faltas;
• Que se creen instancias de revisión;
• Que sean suficientemente difundidos y explicados; etc.

Aunque los caminos que se sigan pueden resultar polémicos y es posible además discutir distintas alternativas, al menos
constituye un avance asumir la existencia del asunto, incluirlo en la agenda pública y buscar soluciones.

VIII. RESPONSABILIDAD CIVIL DE LOS PADRES Y COLEGIOS.

Existe en el campo del Derecho Civil –y del Derecho en general- el principio básico de que los daños que se ocasionen a
una persona o a su patrimonio deben ser reparados, y que la obligación de indemnizar recae en quien ha causado los perjuicios o
en otra persona que deba hacerse cargo de éstos conforme a la ley. En eso consiste precisamente la responsabilidad.
En nuestro ordenamiento jurídico existen disposiciones que hacen responsables -extracontractualmente- a los padres por
los daños que han cometido sus hijos, y a los establecimientos educacionales por las conductas agresivas de sus alumnos cuya
ocurrencia han permitido negligentemente. Es prudente enfatizar que esto es independiente de la responsabilidad penal que
puede corresponderle al bully, la cual es siempre personal.
Así, por ejemplo, una víctima de bullying podría dirigirse en contra de los padres del agresor o del colegio al que asiste,
para obtener indemnizaciones por perjuicios patrimoniales (v. g. gastos médicos por lesiones) o morales (por el sufrimiento o
aflicción, pesar sicológico, depresión, etc.).

1) Como prevenir el Bullying desde el jardín de infantes

El jardín de infantes posee una intencionalidad educativa ofreciendo un modelo de prevención donde se intenta
desarrollar patrones de conductas basado en valores.
Detectar situaciones de violencia desde temprana edad es indispensable para la prevención y es aquí donde el papel de
la familia, y más adelante, el jardín, juegan un papel fundamental. El niño “imita lo que ve” con lo cual si está inmerso en un
mundo de situaciones violentas, probablemente su manera de comunicarse sea a través de la agresión. Frente a esta situación, si
no hay intervención del adulto, esta conducta se retroalimenta y puede dar lugar en etapas posteriores a situaciones de Bullying.
Cuando un niño reacciona de manera agresiva es porque reacciona ante un conflicto. Si el adulto reacciona de manera
autoritaria, castigando física y verbalmente expondrá al niño frente a un modelo de reacción violenta y son estas situaciones que
en conjunto con la familia se deben evitar.
El docente debe estar atento ante la aparición de conductas agresivas teniendo en cuenta que estas aparecen frente a
situaciones conflictivas.

¿Cuales serian las ganancias de una conducta agresiva?

• Que le presten atención


• Conseguir lo que desea
• No aceptar normas
• Controlar o someter a los demás
• Que otros cedan, etc.

Estas consecuencias actuarían como reforzadores, lo que hará que el niño repita nuevamente la conducta agresiva si el
adulto no la detiene. Un ejemplo:
Florencia entra a la sala con una muñeca, Carolina se acerca a ella y se la quita. Florencia se pone a llorar, se acerca a
Carolina y pegándole vuelve a recuperar su muñeca.
La maestra les pregunta a las nenas que paso y ambas justifican su accionar
La docente consulta como se sintieron y las invita a pensar que otras formas pueden utilizar para obtener el juguete que
desean.

CUAL FUE LA INTERVENCION?

LA DOCENTE DETECTA LA CONDUCTA AGRESIVA Y REDIRECCIONA LA MISMA INVITANDO A LOS NIÑOS A


REFLEXIONAR SOBRE LO OCURRIDO, TRABAJANDO ASI LA EMPATIA.
HAY QUE TENER EN CUENTA QUE SI EL NIÑO LOGRA LO QUE QUIERE PEGANDOLE A OTRO SIN QUE NADIE LO
CORRIJA APRENDE UN MODELO AGRESIVO DE ÉXITO; ESTO LO VA A REPETIR Y PUEDE DERIVAR EN UN PATRON DE
BULLYING.

Si bien los nenes en esta etapa difícilmente pueden sostener en el tiempo una conducta de hostigamiento, hay ejemplos
en donde se puede visualizar claramente algunas situaciones en las cuales de no mediar intervención del adulto pueden en un
futuro transformarse en Bullying.
Algunas casos…

En una sala de 5 años, Juan siempre quedaba excluido en los juegos de los varones. La maestra reúne al grupo y pide
que lo incluyan. Al día siguiente, jugando a los indios, Juan es sentado en una silla por los niños. Cuando la docente pregunta que
paso los nenes contestan que lo capturaron porque era malo y tiene que quedarse en su prisión.

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Matías es un nene muy tímido. Generalmente se pone a llorar frente a situaciones que no puede resolver. Todos los días
su mama encuentra en la mochila objetos, juguetes, etc., que no son de él provocándole mucha angustia. Un día la docente
descubre que dos niños le sacan a una de las nenas una hebillita de pelo y la meten nuevamente en la mochila de Mati…

La tarea de prevención que ejerce el jardín implica un trabajo conjunto con la familia.
La entrevista inicial que realiza la docente, permite conocer el entorno en el cual vive el niño, y profundizar en cuanto a
aspectos que hacen a la cultura familiar (como se relacionan entre sí, qué lugar ocupa el niño dentro de esa familia, como se
maneja la puesta de límites, etc.)
Las reuniones de padres servirán para establecer una código de comunicación común, informando sobre qué valores
nos manejamos en la institución, que concepto tenemos en cuanto a la puesta de límites y al manejo ante la aparición de
situaciones de agresión.
Muchas veces es necesario convocar a un profesional externo y realizar talleres en donde los padres estén informados
acerca de las características de cada etapa, a fin de evitar frases tales como “son cosas de chicos” y minimizar conductas que sin
la intervención del adulto pueden instalarse como patrón de conducta en el niño.
En cuanto a las actividades de prevención con los niños, el Reglamento de sala es una poderosa herramienta en donde
se establecen normas de convivencia, participando la familia, el niño y la Institución. Desde las salas más pequeñas el niño ira
comprendiendo que todos los actos tienen consecuencias sobre sí mismos, sobre los otros y sobre los objetos.
El cuento es un recurso muy valioso para el docente. Los conecta a los niños con un mundo de realidades en donde
aparece el tema del sentimiento, con lo cual pueden vivenciar el ponerse en lugar del otro, poder comprenderlo y saber que
siente. La docente debe seleccionar cuentos en donde se trabajen sentimientos y lo ideal es que nunca deben tener un significado
univoco o un mensaje explicito, el niño debe descubrir mediante la intervención del docente cual es el mensaje que subyace y
además es posible que existan varias interpretaciones lo cual enriquece el dialogo, y de manera indirecta permite al niño
desarrollar las escucha y tener en cuenta al otro.
Si bien en las salas de 2 y 3 años el aporte visual de láminas es muy importante para captar la atención del niño a medida
que crecen, el narrar cuentos sin ellas permitirá desarrollar la imaginación y potenciar la fantasía.
“Los cuentos en primera persona los hacen pensar. No obstante cuando son narrados siempre existe la posibilidad de
interpretar cada personaje, su modo de hablar y de mostrarse hacia los demás” (Nora Rodríguez, STOP BULLYING 2006).
Los cuentos tradicionales son ideales para trabajar en la sala. Si bien no hacen referencia a la vida actual nos sirven
como instrumento invalorable ya que logran captar la atención de los niños. En ellos las heroínas, o el héroe deben atravesar
varios conflictos para lograr sus objetivos. Además se tratan temas como la solidaridad, la superación, la amistad, la noción de que
hay un tiempo y un lugar para cada situación.-
Otro aspecto muy interesante es que se trabajan los opuestos: el bueno, el malo- lo lindo y lo feo, no para que el niño se
posicione en uno y en otro sino para que pueda apreciar las diferencias, teniendo en cuenta que la mente del niño se polariza en
lo bueno y los malo. Por otro lado la conclusión final es que frente a las dificultades que son inevitables en la vida siempre existe la
posibilidad de una solución.-
Otro instrumento que utiliza la maestra jardinera a la hora de la narración, es el títere. A través del títere el niño
interactúa de manera directa, se recrean escenas de buen humor, se trabajan sobre los sentimientos de los personajes, etc.
En la etapa de educación infantil los títeres son muy valiosos porque permiten expresar ideas y sentimientos así como
representar hechos cotidianos.
Además a través del dialogo y el reflexionar acerca de los hechos, de a poquito iremos desarrollando en los niños la
capacidad de discernir, preguntar, cuestionarse y discutir, con lo cual les estamos ofreciendo encontrar nuevos caminos en torno
al desarrollo de la empatía.
Si los docentes detectan señales de alarma en cuanto a la vinculación de su grupo de pares podrán utilizar el juego, no
solo como medio de expresión, ya que en el mismo se visualizan sus costumbres, sus intereses, su modelo de vinculación, etc.,
sino como medio de intervención a la hora de enseñar.

ENSEÑAR A LOS CHICOS DESDE EL JARDIN DE INFANTES A RESOLVER CONFLICTOS DE MANERA PACIFICA,
OFRECIENDO MODELOS DE CONVIVENCIA EN DONDE ESTEN INVOLUCRADOS LOS NIÑOS, LA INSTITUCION Y LA
FAMILIA ES LA MEJOR MANERA DE PREVENIR FUTURAS SUTUACIONES DE BULLYING.-

IX. RESPONSABILIDAD DEL MINISTERIO DE EDUCACIÓN.

A este organismo estatal le compete emprender y encabezar una enorme tarea respecto del bullying, ya sea en la
formulación de planes y programas que estimulen la inclusión y el respeto entre los estudiantes, la elaboración de políticas sobre
la materia que deban ser implementadas por los colegios, la coordinación y apoyo para los ajustes que deban introducirse a los
reglamentos internos de los establecimientos, la recepción y el adecuado tratamiento de las quejas y denuncias sobre acoso
escolar, la fiscalización, etc.
Se arguye asimismo que las "campañas anuales de sensibilización también pueden funcionar para prevenir el acoso
escolar".

Los puntos más relevantes, a saber:

1) POLÍTICA DE CONVIVENCIA ESCOLAR.

Se debería crear un plan de acción completo, enérgico y efectivo, y que además se materialice a nivel nacional y en todas
las escuelas. Como por ejemplo la entrega de materiales a dichas instituciones para que cambien su "manual de disciplina" por un
"reglamento de convivencia escolar" o capacitado a alumnos para que hagan mediación entre sus pares, y también preparación a
docentes de cada establecimiento para que lideren estos procesos.

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2) RECLAMOS.

Existe una vía de reclamo directa al Ministerio de Educación y Cultura o asesoramiento al Grupo CIDEP: Centro de
Investigaciones del Desarrollo Psiconeurológico, Av Libertador 6049 5to A (1428) - Ciudad de Buenos Aires – Argentina, Tel
(5411) 4781 4379 / 4706 1034 | info@grupocidep.org

3) REGLAMENTOS.

Al menos en el ámbito de los colegios municipales, existe la obligación de dictar reglamentos que regulen lo siguiente:

• Las normas de convivencia en el establecimiento: aquí se pueden insertar disposiciones que promuevan el
buen trato, el respeto, el pluralismo y la tolerancia, y el rechazo a todo tipo de acoso escolar, discriminación o exclusión;
• Las sanciones que origina su infracción: los castigos deben fijarse en proporción a la naturaleza y gravedad
del incumplimiento;
• Los procedimientos por los cuales se determinarán las conductas que las ameritan : deben ser procesos
simples, transparentes, en que se permita a ambas partes intervenir, etc.
• Las instancias de revisión correspondientes: deben existir mecanismos para impugnar las decisiones que
se tomen, que puedan deducirse tanto por el afectado (por ejemplo si cree que la sanción es muy baja) como por el agresor (v. g.
en caso de expulsión).

X. EL ROL DEL MEDICO EN EL BULLDING

El médico tiene un rol fundamental en la detección del bullying, pues muchas veces el cuerpo habla antes que el niño
pueda contar que es lo que le está sucediendo.
Es muy importante que los médicos estén alertados de los signos que dan este cuadro, pues a veces son evidentes y
otras veces hay que buscarlos minuciosamente.
Si consideramos al cuerpo como un “comunicador” de la situación, podemos encontrar signos y síntomas de lo más
variados.
Algunos son ocasionados directamente por la agresión física, otros como respuesta a una agresión psicológica, y otros
como vía alternativa de escape.

Signos físicos directos:

• Rasguños
• Hematomas
• Golpes
• Pinchazos
• Quemaduras
• Lesiones internas
• Dolor
• Contracturas
• Signos de torsión

En general un niño hostigado dice que fueron secuelas de juegos o peleas ocasionales, pues tiene vergüenza de contar
lo que le está ocurriendo.
El hostigador muchas veces pega en lugares del cuerpo que no serán visto inmediatamente por la maestra-
Si un niño le pega a otro un puñetazo en el ojo, inmediatamente será descubierto y las autoridades lo sancionarán. Para
someter a la víctima es mejor pincharlo por atrás del banco ; pegarle por debajo de la mesa ; o hacerlo en el medio de un juego
físico tal como el fútbol o el quemado (un niño denunció que cuando jugaban al “quemado” en el recreo siempre le tiraban a él con
toda la fuerza hasta lastimarlo).
Siempre hay que revisar en forma completa a un niño del cual se sospeche que está siendo sometido a bullying .

Signos y síntomas psicológicos:

• Irritabilidad
• Trastornos del sueño
• Síndrome de fatiga crónica
• Depresión (hasta ideas suicidas)
• Ansiedad generalizada
• Fobias
• Ataques de pánico
• Trastornos de aprendizaje
• Trastornos de conducta

La lista de los signos en la esfera psíquica son muchos y muy variados, pues depende de cada persona y de cómo le
afecta la situación.
Hay que tener en cuenta que el hostigador también es un niño en problemas y muchas veces también presenta signos en
la esfera psíquica.
Muchos niños hostigadores en un ámbito son hostigados en otro.
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Signos “via de escape”:

• Cefalea
• Dolores abdominales
• Cansancio
• Sentirse afiebrado

Se considera dentro de los mismos a los signos que los niños utilizan para no asistir al colegio o para poder escapar de la
situación.
Muchas veces son reales, pues, el bullying es una situación de estrés crónico que impacta en todo el cuerpo dando
múltiples formas de presentación psicosomática.
Es muy común el “síndrome del domingo a la noche” que el niño dice sentirse mal para faltar al colegio.
En un estudio publicado recientemente en el Internacional Journal of Adolescente Medical Health (2006) realizado por el
Dr. Jorge Srabstein en 15686 estudiantes de secundario en USA, se observó que el 15% de los alumnos estaban involucrados en
situaciones de bullying . En este grupo se comprobaron más signos tanto físicos como psicológicos tales como: cefalea, mareos,
dolor de estómago, irritabilidad, tristeza y trastornos del sueño.
Lo interesante es que estos síntomas se manifestaban tanto en los alumnos que hostigaban como los hostigadores, pero
los que presentaban más alto porcentaje de morbilidad son los hostigadores/hostigados.

1) Bullying como modelo de estrés crónico

Estrés: algunos conceptos

Respuesta fisiológica, psicológica y conductual de un organismo que busca adaptarse a las demandas del medio interno
o externo.
Conjunto de relaciones particulares entre la persona y la situación, siendo esta valorada por la persona como algo que
agrava o excede sus propios recursos y que pone en peligro su bienestar personal.
El estrés se produce cuando una situación particular amenaza el logro de una meta.
Si el estresor es muy intenso, no se puede predecir, y pone en riesgo el bienestar del paciente se puede generar un
cuadro de estrés postraumático.
Estresor es todo estímulo real o imaginario que genera una respuesta de adaptación.
Según Selye el estresor no es solamente un estímulo físico, puede ser de origen psicológico cognitivo o emocional
(miedo, ira, amor, pensamientos, etc.)
Selye también describe que el estrés está constituido por un mecanismo tripartito que se denomina síndrome general de
adaptación (SGA) y que tiene las siguientes etapas:

1. Reacción de alarma: reacción del organismo cuando es expuesto repentinamente a diversos estímulos a los que no
está adaptado. Esta etapa tiene dos fases “fase de choque” que constituye la reacción inicial e inmediata al agente nocivo. Los
síntomas típicos de esta fase son la taquicardia, la pérdida del tono muscular, la disminución de la temperatura y la presión
sanguínea. La fase de contrachoque es una reacción es una reacción de defensa contra el choque con las siguientes
características: agrandamiento de la corteza suprarrenal con signos de hiperactividad, aumento de corticoides, involución rápida
del sistema timo-linfático, y signos opuestos a la fase de choque tales como: hipertensión, hiperglucemia, hipertermia, diuresis,
etc.

2. Etapa de resistencia: Ningún organismo puede mantenerse en la fase de alarma. En esta etapa se produce
adaptación del organismo al estresor junto con la consecuente mejora y desaparición de los síntomas. Se caracteriza por
resistencia aumentada al estresor que produce esta reacción, pero menor resistencia a otros estímulos. Desaparecen los cambios
morfológico y bioquímicos presentes en la fase anterior.

3. Etapa de agotamiento: Si el organismo continua expuesto al estresor prolongadamente pierde la adaptación adquirida
anteriormente. Reaparecen los síntomas de la reacción de alarma y puede sobrevenir la muerte.

Este primer concepto de Selye fue desarrollado por muchos autores, agregando variables y sobre todo tomando en
cuenta que cada individuo puede reaccionar de distintas maneras al mismo estresor.
De acuerdo a otro modelo, el estrés implica un conjunto complejo de variables que funcionan a distintos niveles y que
interaccionan entre sí.

En este modelo el estrés puede dividirse en siete etapas (adaptado del Manual de Belloch):

1. Demandas Psicosociales: se refiere a los agentes externos causales primariamente del estrés. Aquí también se
pueden incluir agentes ambientales naturales y artificiales.

2. Valoración (evaluación cognitiva) Los sucesos vitales y los acontecimientos diarios ejercen demandas sobre el
organismo que son valoradas por éste (evaluación primaria, secundaria y procesos de reevaluación). Depende de cómo sea esta
valoración se producirá la respuesta de estrés. Si el individuo no considera que hay amenaza, no se produce estrés. Según
Lazarus hay dos vía de valoración. En primer lugar, el proceso de valoración puede ser deliberado y en gran medida consciente.
En segundo lugar puede ser intuitivo, automático e inconsciente, Para que se de una es importante las circunstancias en el
momento de la valoración. Algunas veces una valoración requiere una búsqueda deliberada y lenta de información para decidir el
modo de reaccionar y como manejar la situación. Otras veces se precisa una valoración inmediata. Si ya estuvimos en contacto

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con el mismo estresor, no necesitamos hacer todo el proceso de valoración para hacer una valoración rápida, de novo, cada vez
que valoramos. Si disponemos de alguna experiencia previa del mismo tipo de problema, una señal mínima puede provocar la
reacción al estrés y el proceso asociado a ella sin necesidad de reflexión o aprendizaje nuevo. La valoración no es más que una
evaluación de las opciones de manejo. Cuando el individuo piensa que no podrá manejarlo, ahí se produce el estrés. Por ejemplo
el acto de cruzar la calle para cualquier persona no es considerado amenazante, pero esto se puede complicar en una persona
con trastornos de la marcha.

3. Respuesta de estrés: Incluye en primer lugar el complejo de respuestas fisiológicas, tales como las neuroendócrinas y
las asociadas al sistema nervioso autónomo. También se incluyen las respuestas psicológicas, tales como las respuestas
emocionales; con sus componentes cognitivos y motores.

4. Estrategias de Afrontamiento (coping): Se refiere a los esfuerzos conductuales y cognitivos que emplea el sujeto
para hacer frente a las demandas concretas valoradas como graves, así como también para suprimir el estado emocional del
estrés.

5. Variables disposicionales: Pertenecen a este nivel variables tales como personalidad, factores hereditarios, entorno
cultural, raza, sexo, etc.

6. Apoyo social: El apoyo social puede amortiguar el efecto de las demandas estresantes.

7. Estatus de salud: No es una fase del proceso de estrés sino el resultado de la respuesta al mismo.
Si tomamos el estrés como una respuesta del organismo a un estresor, es lógico esperar que los niños hostigados tengan
signos y síntomas que corresponden solamente a una respuesta de estrés.
Por este motivo el cuadro puede manifestarse con una morfología muy variada según el paciente, y su punto vulnerable.
Ej: Un niño que es asmático seguramente presentará más episodios cuando este sometido a hostigamiento crónico.
Pero hay que aclarar que no todos los niños que son hostigados van a responder de la misma forma, y que solo un
pequeño porcentaje va a presentar signos físicos y signos, dependiendo de múltiples variables personales y del entorno (apoyo
del grupo).
Para que se de un cuadro de bullying el hostigamiento tiene que ser crónico, es decir que siempre tiene que ser elegido el
mismo alumno. No todos los chicos responden igual a una agresión y de acuerdo a esto se perpetuarán los ataques o se irán
extinguiendo. Es decir, que de acuerdo a la respuesta que se de a esta situación será la posibilidad de salir de la cadena de
ataques.
Entonces, si lo comparamos con el cuadro de Belloch sobre etapas del estrés, podemos decir que el afrontamiento
(copping) adecuado es fundamental en la presentación o no de un cuadro psicopatológico. Cuadro
Hay distintos tipos de afrontamiento exitosos: responder sientiéndose más fuerte que el atacante, dejarlo en ridículo, ser
irónico, no darle importancia, escapar, contar a las autoridades que es lo que ocurre, buscar protección en sus pares, etc. Para
cualquiera de estas posibilidades se necesita diseñar una estrategia de afrontamiento, y no todos los chicos están en condiciones
de hacerlo.

Causas de afrontamientos inadecuados

• No puede contar
• No es escuchado
• Es escuchado pero no le dan importancia
• No se modifica la situación desde el colegio
• La solución que le dieron fue más perjudicial
• Responde torpemente

Tenemos que tener en cuenta que si un alumno es “buleado” es porque no puede defenderse y no porque no quiere.
Cuando el afrontamiento no es exitoso viene la próxima etapa que es donde aparecen los signos de estrés.
El niño siente que haga lo que haga la situación no va a cambiar y entra en un cuadro de “desesperanza aprendida”,
donde ya no encuentra salida a la situación y solamente la sobrelleva como puede.
Se acostumbra al hostigamiento y es parte del sistema; no protesta, piensa que él seguramente hace algo mal y por eso
se la agarran con él. Cree que ya no hay nada para hacer, y entra en la última etapa: la de agotamiento con signos más graves,
tanto físicos como psíquicos.
El estrés crónico trae aparejado muchas consecuencias orgánicas, y el impacto a nivel cerebral muchas veces es
irreparable.
Si consideramos al bullying como una situación de estrés crónica pero con estresores que varían tanto en la intensidad y
en la frecuencia; que varían su modo de presentación y aparición, y que son inesperados; podemos comparar a este cuadro con
uno de Estrés Postraumático (PTSD), pero sostenido en el tiempo.
En estos casos denominaremos al cuadro Estrés Postraumático Complex.

Signos comunes del Bullying y el PTSD

• Hipervigilancia
• Ansiedad
• Ataques de ira
• Flashbacks
• Trastornos del sueño: pesadillas, insomnio.
• Sentimientos de culpa

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• Conductas evitativas
• Pérdida del interés, anhedonia
• Poca concentración, trastornos en la memoria
• Contracturas musculares, fatiga crónica
• Embotamiento
• Baja Autoestima
• Depresión

Si este cuadro continúa puede sobrevenir la etapa de “colapso por estrés” donde el paciente tenga un cuadro similar a un
episodio psicótico con características paranoides. Estos pacientes muchas veces son tratados como cuadros psiquiátricos
primarios, medicándolos y alejándolos del grupo, sin investigar los motivos que tuvo para llegar a este estadío.
Si un chico llega en este estadío de agotamiento, es un fracaso del colegio, de los padres y de los médicos, pues
seguramente se presentaron muchos signos de alarma anteriormente que fueron pasados por alto.
Por esta razón es muy importante conocer que: El bullying existe, que se puede prevenir, y que los médicos sonuna pieza
muy importante tanto en la prevención, en la detección y en la intervención terapéutica.

Cuál es el rol del médico en el Bullying?

Prevención
En toda consulta médica el pediatra debe investigar:

1) Red de pertenencia y de referencia del niño


2) Factores de riesgo
3) Factores de protección

Detección
En toda consulta médica se debe investigar posible hostigamiento

1) Directamente preguntado al niño


2) Indirectamente por signos y síntomas que presenta

Intervención
Si se detecta bullying el médico debe:

1) Informarle a los padres


2) Evaluar el impacto del bullying
3) Diseñar estrategias de intervención individual
4) Dar información a los padres para que lleve al colegio
5) Informar al colegio

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XI. CONCLUSIONES.

A partir de lo precedentemente expresado, se puede concluir, en síntesis, lo siguiente:

1. El bullying es un problema real, objetivo y cada vez más habitual entre los estudiantes, y que por ello requiere
ser enfrentado integralmente por todos los actores sociales relevantes. No se puede tolerar como una "conducta normal" o una
"práctica tradicional", sino que ha de rechazarse categóricamente.

2. Hay muchos conceptos distintos sobre el bullying, pero lo esencial que se puede concordar parece ser:

• Que se trata de un sistema, esto es, que se realiza y puede permanecer debido a fallas e insuficiencias
atribuibles a diversos sujetos e instituciones en distintos grados: familias, autoridades escolares, profesores, "testigos", Gobierno,
medios de comunicación, etc.
• Que se puede ejercer de múltiples formas (violencia física, sicológica, sexual, exclusión, ciberbullying, etc.);
• Que el agresor se aprovecha de su posición relativa de superioridad física, sicológica o de otra índole respecto
de la víctima;
• Que se lleva a cabo, por regla general, mediante actos repetidos en el tiempo;
• Que cruza todas las clases sociales, tipos de escuelas y sexos; y
• Que la víctima usualmente es amenazada para no delatar al bully, o que por su carácter tímido simplemente no
tiene coraje para enfrentarlo o denunciarlo.

3. Es imperioso que los profesores, las autoridades escolares y especialmente las familias estén alertas para
detectar los casos de bullying, observando los "síntomas" de la víctima y haciéndole sentir confianza para que exteriorice lo que
está viviendo.
4. Respecto de las familias, éstas tienen una doble responsabilidad:

• Frente al actual o eventual agresor: brindar afecto y protección, prestarle atención y preocuparse por los
procesos que está experimentando, conversar abiertamente con él, dar buenos ejemplos, y en caso de percatarse que el hijo
efectivamente es bully, hacerle saber que su conducta es seriamente reprobada y a la vez ayudarlo para que la abandone;
• En cuanto a la víctima, el entorno más cercano debe estar preocupado para detectar posibles situaciones de
acoso escolar y, en caso de confirmarse, prestarle todo el apoyo y acompañarla para que logre revertir el problema.

5. Los colegios, en tanto, quizá son la pieza principal del "engranaje". Como los niños y adolescentes pasan
mucho tiempo diariamente ahí, pueden aplicar varias especies de medidas:

• Mayor vigilancia por inspectores o mediante cámaras de seguridad;


• Programas y campañas anti-bullying;
• Promoción de valores como el respecto y la tolerancia dentro de la comunidad educativa;
• Coordinación con los padres, profesores, etc.;
• Proveer mecanismos expeditos de denuncia anónima o de control del bullying;
• Establecer en sus reglamentos internos procedimientos para hacer frente y si procede sancionar el acoso
escolar y el ciberbullying;
• Denunciar oportunamente a los organismos públicos respectivos (policías, fiscalías, etc.) la comisión de delitos
que afecten a los alumnos

6. Asimismo los padres de los agresores y los colegios pueden incurrir en responsabilidad civil. Se debe tener
presente que, especialmente para los establecimientos educacionales, tomar cursos de acción resulta cada vez más necesario,
habida cuenta de que los Tribunales están comenzando a condenar a los colegios al pago de indemnizaciones por no adoptar
medidas preventivas o de control de la violencia escolar.

7. En punto al Ministerio de Educación y Cultura, le compete entre otras cosas:

• Recibir y resolver las consultas y reclamos de los estudiantes sobre el bullying;


• Desarrollar políticas de información, capacitación, prevención y resolución del acoso escolar;
• Estimular o exigir, según el caso, las modificaciones y adecuaciones necesarias de los reglamentos de los
colegios, etc.
8. Igualmente los medios de comunicación poseen un papel delicado frente al bullying, debiendo tener un
especial cuidado sobre qué y cómo informan, así como transmitir campañas anti-bullying, ofrecer una programación que realce el
valor del respeto, la integración y la diversidad, etc. Más aún, los administradores de sitios webs y otros espacios virtuales no
pueden eludir la gran responsabilidad que tienen en no sustentar ni facilitar la difusión de videos, imágenes o en general
contenidos sobre violencia escolar.

9. Hay otros agentes sociales y grupos intermedios que pueden colaborar, cada uno en su área, para hacer
frente a este desafío.

10. En suma, es tarea de todos conocer y tratar de manera idónea el bullying, a través de acciones y medios
concertados, y recalcando sobre todo la fase preventiva del acoso escolar, que es la más efectiva y viene exigida por un deber
ético de toda la sociedad.

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ANEXO. MATERIAL DE CONSULTA Y SITIOS WEBS RECOMENDADOS

1. Center for Safe and Responsible Internet Use:


http://www.csriu.org/cyberbully

3. Federación de Instituciones de Educación Particular: www.fide.cl

4. Guía Infantil sobre Acoso Escolar (España), en


http://www.guiainfantil.com/educacion/escuela/acosoescolar/prevencion.htm

5. LECANNELIER, Felipe: Bullying, Violencia Escolar: ¿Qué es y cómo intervenir?, Unidad de Intervención
Temprana, Facultad de Psicología, Universidad del Desarrollo. Disponible en
http://www.udesarrollo.cl/cursos/scl/8005S/Otros2007/008.pdf

6. Manual Formativo sobre Promoción de la No Violencia entre Niños, Niñas y Adolescentes, en


http://www.puc.cl/psicologia/buentrato/pdf/est_inv/conviv/ce_manual.pdf

7. Observatorio de Violencia Escolar:


http://www.observatoriodeviolenciaescolar.cl

8. Grupo CIDEP: Centro de Investigaciones del Desarrollo Psiconeurológico

9. Bullying: el acoso escolar;


Williams Voors; Editorial Oniro: 2006

10. Conductas de acoso y amenazas entre escolares


Dan Olweus; Ed Morata: 1998

11. Estrés y Emoción


Richard Lazarus; Ed Descleé: 2000

12. Morbidities associated with bullying behaviors in adolescents.


Dr. Jorge Srabstein y cols. Int . Journal Adolesc. Med. Health 2006 (18) 4:587-596

13. Stress: Injury to health trauma and PTSD.


Bully online: website of UK Worplace Bullying Advice Line

14. Raquel Platero Méndez “La construcción del sujeto lésbico en el estado español”
Regiones, suplemento de antropología...Número 39, Octubre-noviembre-diciembre de 2009

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