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JUEGOS TRADICIONALES

Los juegos tradicionales nos hacen recordar aquella época de nuestra infancia
cuando éramos muy pequeños y nos tomábamos de la mano formando una ronda,
girábamos y cantábamos con la alegría que el canto y el juego pueden provocar en un niño.

La maestra que juega con sus alumnos fortalece la relación con ellos, los conoce de
mejor manera, y tiene a su favor la confianza y el amor de sus alumnos que aceptarán
gustosos, después de jugar, trabajar en el interior del aula.
 
Las rondas de juegos infantiles, no sólo dan alegría, lo cual de por sí es ya suficiente
justificativo para que una maestra no deje de realizarlos como parte fundamental en su
trabajo cotidiano,  sino que fortalecen destrezas, habilidades, valores y actitudes que son
muy necesarios para el desarrollo integral de un niño, sobre todo en los primeros siete años
de vida.  Veamos cuáles son éstos:

EXPRESIÓN CORPORAL:
Los juegos permiten que los niños conozcan su esquema corporal, lo interioricen. Cuando
los niños giran, cruzan, caminan de lado, dan una media vuelta y una vuelta entera, están
realizando movimientos que exigen equilibrio, coordinación psicomotriz. Al formar una
ronda aprenden a relacionar su cuerpo con el espacio físico, a ubicarse, guardar distancia.

EXPRESIÓN ORAL:

Al cantar, reír y jugar en las rondas el niño expresa de modo espontáneo sus emociones,
vivencias, sentimientos e ideas, a la vez que se familiariza con los juegos y rondas
tradicionales de su entorno.

EXPRESIÓN MUSICAL:
Otra de las funciones básicas que el niño desarrolla al cantar y mover su cuerpo siguiendo
sonidos y ritmos, con pausas y contrastes, es su aptitud rítmica. El ritmo es tan importante
en el niño porque le permite ejecutar danzas, juegos, canciones, e incluso expresarse
rítmicamente en el lenguaje oral, que luego será escrito. El ritmo estará presente en el
aprendizaje de la lecto-escritura, cuando separe sílabas, cuando forme palabras, cuando
reconozca las sílabas tónicas.

RELACIONES LÓGICO MATEMÁTICAS:

Por ejemplo, cuando el niño juega a la ronda del “Lobo feroz”, trabaja las relaciones lógico
matemáticas cuando le pregunta al lobo (que está lejos) ¿qué estás haciendo lobito?, cuando
el lobo sale a comer el niño sabe que el lobo está más cerca, en la loca carrera por huir del
lobo el niño toma conciencia de nociones espaciales básicas: cerca-lejos, arriba-abajo,
delante-detrás.

IDENTIDAD, AUTONOMÍA PERSONAL Y DESARROLLO SOCIAL:

En las rondas y juegos el niño adquiere confianza y seguridad en sí mismo, se va


conociendo, acepta sus propios fracasos, aprende a perder, aprende a vivir.

LA IMPORTANCIA DE LOS JUEGOS TRADICIONALES

Los juegos tradicionales son aquellos juegos que se transmiten de generación en


generación, pudiéndose considerar específicos o no de un lugar determinado.

Los juegos tradicionales son una forma de rescatar nuestra identidad que pertenecen
a la cultura popular venezolana y constituyen un elemento esencial para fortalecer las
destrezas, habilidades, valores, entre otros como: Expresión corporal, oral, musical,
relaciones lógico matemáticas, identidad, autonomía personal y desarrollo social del ser
humano. Es necesaria una mayor difusión y promoción desde las familias y las instituciones
para volver a popularizar la práctica de los juegos tradicionales, ya que estos son la
reafirmación de los niños y la puerta que abre el conocimiento del mundo que les rodea, el
juego es el puente que les lleva a relacionarse con los otros, desarrollar hábitos de aseo, de
trabajo, aprender a ser ordenado, a esperar su turno, a compartir, a ser grato con los demás,
cosas básicas para toda su vida.

La importancia de mantener la práctica de los juegos tradicionales es la forma de


preservar nuestras raíces, idiosincrasia y el desarrollo integral de la personalidad por los
valores que encierra. Es la satisfacción de las demandas lúdicas tradicionales para los niños,
jóvenes y adultos.

Las modificaciones del entorno sociocultural en donde se realizaban actividades


motrices de índole laboral han producido que se realicen prácticas solo de algunas de ellas,
si bien por el contrario otros han evolucionados y siguen practicándose en el transcurrir del
tiempo y sin haber perdido la esencia fundamental que las caracterizaban.

Es necesaria una mayor difusión y promoción de las familias y las instituciones para
volver a popularizar la práctica de los juegos continuo incremento los espacios fijos y
adecuados, para mantener a éstas personas en zonas tan necesarias para el país, no
olvidando que es lo más importante que nos caracteriza como venezolanos

A través de los mismos podemos transmitir a los niños características, valores,


formas de vida, tradiciones de diferentes zonas, como otros aspectos de los mismos, por
ejemplo qué juego se jugaba en determinada región y de qué manera. Podemos estudiar y
mostrar las diferentes variantes que tiene un mismo juego según la cultura y la región en la
que se juega. Las posibilidades que brindan los juegos tradicionales son múltiples.

Existen diversos juegos y juguetes tradicionales producto de la mezcla de


influencias que actuaron sobre la formación de la cultura criolla de este país; por gran
cantidad de tiempo, algunos tienen orígenes de más de 400 años.
Entre los juguetes más populares se cuentan el trompo, la perinola, el yo-yo, el
garrufio, las metras o pichas, la zaranda y el papagayo, así como las muñecas de trapo.
Con la promulgación de la Ley que prohíbe los Juegos Bélicos en Venezuela, se
busca reforzar según palabras del Presidente Chávez la promoción de juegos tradicionales
como el trompo y el yo-yo…

EL TROMPO

El trompo es un juguete muy antiguo y que fue


permaneciendo vigente a través del tiempo.

Hay rastros de trompos en pinturas muy antiguas y en


textos literarios que citan el juego.

En "La Eneida", Virgilio dedica versos a este elemento.

Se han hallado trompos pertenecientes a la civilización romana, y también en Tebas.


También hay diversos ejemplares de trompos americanos, en México, en Argentina,
Venezuela, que dan testimonio de su permanencia en el tiempo.

El trompo está realizado con una pieza de madera dura en forma cónica (de pera) con una
punta de metal (pico, púa o rejón) sobre el que se lo hace girar. En
la parte superior tiene una especie de cilindro chato o sombrerito,
llamado espiga, que sirve de apoyo para enrollar el hilo.

Para lograr que el trompo gire, se enrolla un piolín o cordel desde


la púa hacia la espiga, y luego se lo lanza al trompo al suelo con
un movimiento brusco, sosteniendo el piolín desde el cabo que
quedó sobre la espiga. Así se desenrosca al llegar al suelo, y
comienza un movimiento giratorio sobre la púa, con un ritmo y
duración que varían según el tipo de trompo, el impulso que se le
haya dado, y la superficie sobre la que está "bailando". Luego comienza a inclinarse hacia
los costados, hasta que pierde su movimiento, y se expresa que el trompo está "muerto".
Hay muchas formas de jugar. Hay quienes realizan el juego en forma grupal, lanzando
varios trompos en la "troya" que es el nombre con que se designa al círculo donde bailarán
los trompos, y de donde no deben salir. A veces se juega a ir chocando y dejando fuera de
juego los trompos rivales. Según las reglas del juego que se establezcan, puede un jugador,
lograr que el trompo de su compañero salga de la troya, o dejarlo muerto de un golpe, y
quedarse así con la pieza ganada. Pero cada grupo establecerá con qué reglas de juego se
manejarán.

Diversas también son las características del trompo en sí, según la región. Se consideraba
que el trompo propiamente dicho medía unos seis centímetros de alto, por unos cuatro
centímetros de diámetro mayor. Pero hay formas y tamaños totalmente variados, y han
llegado a hacerse trompos de todo tipo de materiales y modelos, con luces, musicales, con
resortes internos, etc. pero el tradicional es el de madera y cordel.

"Para bailar me pongo la capa.


Para bailar me la vuelvo a sacar,
porque no puedo bailar con la capa
y sin la capa no puedo bailar"

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