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1

José
Acosta
Territorios extraños
Premio Nacional de Poesía “Salomé Ureña de Henríquez”
1993-1994, República Dominicana

BIBLIOTECA
DIGITAL DE
AQUILES
JULIÁN

Muestrario de
MUESTRARIO DE POESÍA 53 – TERRITORIOS EXTRAÑOS – JOSÉ ACOSTA

Biblioteca Digital Poesía 53


2

Territorios extraños
José Acosta, República Dominicana
Edición digital gratuita de

Muestrario de Poesía 53
Editor: Aquiles Julián, República Dominicana.
Coeditores asociados:
José Acosta New York

Primera edición: Enero 2010


Santo Domingo, República Dominicana
Muestrario de Poesía es una colección digital gratuita que se difunde por
la Internet y se dedica a promocionar la obra poética de los grandes
creadores, difundiéndola y fomentando nuevos lectores para ella. Los
derechos de autor de cada libro pertenecen a quienes han escrito los textos
publicados o sus herederos, así como a los traductores y quienes calzan con
su firma los artículos. Agradecemos la benevolencia de permitirnos
reproducir estos textos para promover e interesar a un mayor número de
lectores en la riqueza de la obra del autor al que homenajeamos en la
edición.

Este e-libro es cortesía de:

Libros de
Regalo
EDITORA DIGITAL
Sol Poniente interior 144, Apto. 3-B, Altos de Arroyo Hondo III, Santo
Domingo, D.N., República Dominicana. Tel. 809-565-3164
BIBLIOTECA
Se autoriza la libre reproducción y distribución del presente libro,
DIGITAL DE siempre y cuando se haga gratuitamente y sin modificación de su
AQUILES contenido y autor.
Si se solicita, se enviarán copias en formato PDF vía email. Para pedirlos,
JULIÁN enviar e-mail a librosderegalo@gmail.com, aquiles.julian@gmail.com

MUESTRARIO DE POESÍA 53 – TERRITORIOS EXTRAÑOS – JOSÉ ACOSTA


3

Contenido
Mangú de palabras en la tierra del corn flake / Aquiles Julián 5
Introito 9

Primera Puerta 10

Esta ventana 11
Detrás de las teclas quizás un ave 12
Transformación 13
Nombrar 14
Formas del azar 15
Este viaje 16
Enciendo un fósforo 17
Lo que ha entrado a la noche 18
Buscaremos la puerta 19

Segunda Puerta 20

Y de repente 21
Naufragio 22
Somos reales sólo 23
Posada 24
La tortuga 25
Debajo del vino 26
La manzana 27
El fuego 28
El ave existe en una jaula de plumas 29
La noche cuelga de la luna 30

Tercera Puerta 31

Un niño para estas mariposas 32


En la llama 33
Esta forma lejana de ser hombre 34

MUESTRARIO DE POESÍA 53 – TERRITORIOS EXTRAÑOS – JOSÉ ACOSTA


4

Hoy tan solo hoy 35


La niñez nos parece ahora 36
Existe un espacio 37
Cuando ya no eres tu espalda 38
Más allá del retorno 39
Inmensamente joven 40
Pregunto 41
De este lado 42
La nostalgia 43
Los dedos manchados 44

Última Puerta 45

El relámpago 46
Y entonces… 47
No decir 48
Tras mí, el espejo 49
Ignoto no, humano 50
Nos duele que la sola presencia 51
Allá abajo 52
Aunque esté completo 53
Siempre he temido 54
Silueta del día 55
Al final de tus dedos 56
En un día que nunca viviré 57
Mis paredes infinitas 58
Antes de abrir la puerta 59
Quiero 60

Entrevistas
José Acosta: Hondura y Emoción / Rosa Silverio 61
Entrevista al poeta José Acosta / Fausto Leonardo Henríquez 65
“El poeta es un analfabeto ilustrado” / Juan Manuel Parada 70

José Acosta / biografía 73

Con el poeta Víctor Villegas


MUESTRARIO DE POESÍA 53 – TERRITORIOS EXTRAÑOS – JOSÉ ACOSTA
5

Mangú de palabras en la
tierra del corn flake

Por Aquiles Julián


José Acosta me honra con permitir que este modesto esfuerzo
editorial digital amplifique y lleva a los lectores de Muestrario de
Poesía su libro Territorios Extraños, ganador del Premio
Nacional de Poesía “Salomé Ureña de Henríquez” 1993-1994, de
República Dominicana.
Periodista y escritor, navegante de las grises y nerviosas aguas de
New York, nuestra Meca, viviendo en la presión de la cuartilla y el
desarraigo, deambulando en una sociedad compartimentada,
excluyente y racista, en que la soledad golpea inmisericorde y la insolidaridad es
una cultura, José Acosta vive del trasiego de las palabras. Su talento se encabrita
y se desata de la crónica diaria para sumergirse en los territorios extraños de la
imaginación y emerger con poemas, cuentos, ensayos que le permiten escapar a
un mundo gris, obtuso y aplastante.
Los escritores dominicanos han ido forjando un espacio relevante en los Estados
Unidos. Ya tenemos nada menos que un Premio Pulitzer. Y junto a Junot Díaz
tenemos a una escritora igual de prestigiosa y reconocida: Julia Álvarez.
Díaz y Álvarez asumen el inglés como su lengua principal y en ella han forjado su
obra. Desarraigados prematuramente del lar nativo, la isla fue construyéndose
míticamente en los relatos hiperbólicos, prodigiosos y distorsionados de
familiares, amigos y conocidos. Esas experiencias, sumadas a las visitas al
terruño antillano, han nutrido una materia prima que les permitió tejer historias
que cautivaron al lector norteamericano, dejándolo sorprendido, pasmado.
Junto a ellos, también contamos con una amplia cantidad de escritores que por
diversas razones, económicas sobre todo, pero también de proyección y
superación personales, cuando no de necesidad de escapar a un ambiente
estrecho, sórdido y mezquino, se han radicado en los Estados Unidos y allí han
continuado su obra.
Autores como Norberto James, Miguel Aníbal Perdomo, Miriam Ventura, Evan
Lewis, José Alejandro Peña, Médar Serrata, Aurora Arias, León Félix Batista,
Orlando Alba, Tomás Modesto Galán, Franklin Gutiérrez, Jorge Piña, César
Sánchez Beras, Silvio Torres Saillant, Fernando Valerio Holguín, René Rodríguez
Soriano, Diógenes Abréu, Ligia Minaya, Daisy Cocco de Filippis, entre muchos
otros talentosos y meritorios escritores dominicanos, radican en “los países” y
han originado una literatura que, aunque calificada como “de la diáspora”, es tan
dominicana y propia como cualquier otra.

MUESTRARIO DE POESÍA 53 – TERRITORIOS EXTRAÑOS – JOSÉ ACOSTA


6

Uno es lo que es y partir de lo que es, escribe. Borges es intensamente argentino,


igual Cortázar. Uno escribe a partir de una cultura y esa cultura se sorbió con la
leche materna, inflamó nuestra carne, nos contaminó sus esplendores y horrores.
Cuando leí “La fiesta del Chivo” no pude menos que entender que esa novela
no pudo escribirla un dominicano. Vargas Llosa no lo es, y su novela es un
episodio dominicano visto y relatado por un peruano, tal como las crónicas de la
caída de Trujillo debidas a periodistas norteamericanos amplificaron medias
verdades de una sociedad que ha hecho de la mentira un rito y del chivo
expiatorio una tradición. Así, Julia Álvarez y Junot Díaz pueden escribir en inglés
o en swahili, pero no pueden dejar de pensar y escribir como dominicanos (y por
razones de mercado, es inteligente hacerlo en inglés).
Algo semejante le sucedió a Juan Luis Guerra, que intentó hacer una versión
aplatanada de Manhattan Transfer y se encontró en el proceso con algo inusual,
inesperado y desconcertante: 4-40, nuestro sabor, nuestra cultura y nuestra
tierra. Eso y no lo otro, le dio trascendencia y proyección internacional.
Cuando un escritor expresa su cultura y su sangre, abre una ventana por la cual
podemos asomarnos a conocer un poco de una manera de vivir, de padecer y de
gozar la vida. Cada país produce un tipo de manera de escribir, unos temas
queridos, una manera de convivir con las palabras…
Y no importa hacia dónde se viaje ni dónde uno se radique, ese país que formó
nuestros primeros años y que pobló de santos, espíritus, demonios, terrores y
esperanzas nuestra infancia, emergerá una y otra vez en cualquier lengua y nos
definirá y singulizará.
Creo que tenemos que sentirnos enormemente orgullosos de gente como José
Acosta y demás escritores dominicanos radicados en los Estados Unidos.
Una imagen superficial nos presenta como pueblo de bachateros, comberos,
peloteros y prostitutas; de mulas y narcotraficantes, de mano de obra ilegal y
semianalfabeta, de políticos corruptos y venales, matones entorchados, de
catástrofes naturales y playas soleadas. Somos todo eso…, pero somos más.
También somos la tierra de Oscar de la Renta, Juan Luis Guerra, Julio Sabala,
Charitín Goico, Ramón Oviedo, Michael Camilo, Zoé Saldaña, Marcos Díaz,
Carlos Piantini, José Antonio Molina, de científicos y profesionales relevantes…
Somos un país pequeño en extensión y en cantidad de habitantes, con una
historia desventurada y triste, llena de errores propios y abusado de diversas
maneras por países más poderosos y grandes, a los que también nos hemos
sabido enfrentar con hidalguía y arrojo. Pero también somos un pueblo con
valores sorprendentes, con una solidaridad abrumadora, con una alegría
despampanante, con una idiosincrasia sólida; con baja autoestima, sí, pero con
mucho de que enorgullecerse.
Y parte de ese mucho son estos valiosísimos escritores radicados en los Estados
Unidos y otros países, que contribuyen con su obra a demostrar que somos más
que esa imagen de postalita que nos vende como un gran resort y dos o tres
aldeas pintorescas con sexo barato y fácil.
Gracias a José Acosta y a tantos por ser nuestros reales y verdaderos embajadores
y representantes, por dignificar con su trabajo y sus vidas nuestra nacionalidad.

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José Acosta

Territorios Extraños

Premio Nacional de Poesía


“Salomé Ureña de Henríquez”
1993-1994

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8

A mi madre
que nunca ha amado
la poesía

Blog de José Acosta:


http://www.acostajose.blogspot.com

Blog de los escritores de Santiago:


www.escritoresdesantiago.blogspot.com

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9

INTROITO

VISIONES:

(Habrá que encender una vela para mirar el sol)

Yo no hablaré de lo increíble que al tocarnos de repente abre ranuras en nuestra


solidez humana. Simplemente me asomo con sigilo a unas aberturas extrañas en
el muro que separa mi incredulidad de mi creencia. Observo al otro lado el
espacio que compone “lo que no creo”, y comprendo que he aislado la parte
esencial de lo que busco: miro el color arrepentido de subir a la rosa, una mujer
perdida en alguna parte de su deseo, y el vino que nunca quisimos beber,
desatando las palabras de un dios.
Sé que somos una mezcla de mundos y que hemos cerrado siempre la
puerta a lo irracional, a lo que no alcanza la altura de lo verosímil, y que, sin
embargo, llena de roturas el círculo de la existencia.
Pero al final de las sombras estaremos siempre nosotros, como un
monumento a la dualidad de esta forma hundida en los espejos, y aquella,
lejanamente cerca, que desconocemos pero al mismo tiempo admitimos.
Y heme aquí, delante de estas aberturas, frente a algo extrañamente cierto;
quizás frente a mí mismo, creyéndome.

El autor.

MUESTRARIO DE POESÍA 53 – TERRITORIOS EXTRAÑOS – JOSÉ ACOSTA


10

Primera Puerta

Jamás se alcanza el horizonte,


salvo cerrando los ojos

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11

Esta Ventana

Esta ventana está abierta hacia sí misma:


anillo entre dos sombras,
túnel por donde regresan mis ojos
a mi rincón de sangre.
Esta ventana no está abierta a nada,
no hay un chorro de humanidad
hirviendo entre sus párpados,
ni un camino rodando en su distancia
ni el olor a presencia de algún pájaro.
Esta ventana no está abierta a todo,
no tiene un hombre hundido en su estatura
no tiene una lámpara empujando las tinieblas
no tiene un gato dormido en su misterio
ni una voz trepando los espacios.
Esta ventana está abierta hacia su ventana
hacia su solitaria humanidad
en la pared de un algo.
Esta ventana está abierta hacia sí misma
hacia la inocente realidad de su existencia.

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12

Detrás de las teclas quizás un ave

Quizás algo terrible pasó aquel día


que lo olvidamos todo.
Quizás este planeta no es la tierra
que nos prometieron.
Quizás morir sea la única forma
de negarlo todo.
Quizás el mal sea el esquicio real
de lo humano; y el bien, el modo de admitir
que no somos de este mundo.
Quizás nunca lleguemos a encontrar
lo que buscamos. Quizás
no valga la pena el pensamiento.

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13

Transformación

He escrito la palabra profundo


y ha nacido un pozo en mi papel
donde cabe el mundo. Cruzo el
lindero de la palabra y ya profundo
es una mancha donde se pierde la mirada.
Escribo agua y bebo. Sangre y lloro.
Hoy todo lo escrito ha buscado su efigie
su osadía de ser, su forma.
Y he aquí escribo hombre
y surge alguien que me besa.
Escribo Dios y algo se esconde
y mi papel simplemente tiembla.

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14

Nombrar

Nombrar
es ponerle tamaño al infinito.
Digo 2 y lo reduzco a 2
ignorando su universo.
Disminuyo a campana la campana
y olvido que en ella flotan
eternos los sonidos.
Digo Tierra y desaparecen los planetas.
Amor, orquídea, tumba,
y los sepulto en la osamenta de sus nombres.

He aquí el arcano, la razón eterna


de que Dios olvide
la verdadera dimensión del hombre
y lo reduzca a hombre.

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15

Formas del azar

No hubiera sido necesario que naciera


la rosa para creerla. Ni que asomara
su cabeza encendida por algún espacio
del mundo. Aunque no hubiera llegado
nunca, algo, quizás una piedra, tendría
el nombre de rosa para crear el enigma
de su inexistencia. Y estoy seguro
que alguien pintaría su forma metafísica
como algo nuevo, y así poseería
la eternidad misteriosa de las cosas
creadas sin haber nacido.

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16

Este viaje

Este viaje no tiene distancia, sólo vida.


No tiene caminos, sólo huellas;
y sólo se compone de sueños. Este viaje:
terrible el punto de regreso
cuando aún no hemos llegado
y más, el punto de partida, regresando.
Este viaje no es del hombre hacia el mundo
sino del mundo hacia el hombre:
(pozo hecho hacia el cielo,
niño pariendo a su madre) este viaje
tiene la verdadera esencia del Todo,
sin horizontes perece
donde comienza la vida
y nace en el mismo instante de la muerte.
Este viaje no tiene viaje
sólo hombres.

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17

Enciendo un fósforo

Enciendo un fósforo y nace mi mano.


Sobre el fondo una moneda flota o quizá
la redondez luminosa del ojo de un gato.
Hago ascender mi mirada arañando las tinieblas
y se hace libre allá, a lo lejos, en la cima
de todos los quejidos.
Es que estás a mi lado y aún no lo sabía
es que viajan en mí todos los pueblos
y ahora, precisamente, llaman a mi puerta.
Enciendo un fósforo y nace
tu cuerpo tejido con la noche.
Todo está tan cerca a veces, a un frágil dolor
de distancia
pero en verdad tememos horriblemente
saberlo.

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18

Lo que ha entrado a la noche

La noche
y toco las paredes húmedas de un grito.
En su dimensión caben una ciudad desplomándose,
el alado jardín que es la luciérnaga
y la sangre que regresa del abrazo.
Lo que termina en el grito es la piel que recorro
los habitantes del patio, la desnudez horrenda
de una mosca, y el pájaro que en este instante
dentro de sí mismo vuela.
Exploro campanas, cristales quebrán-
dose, raíces creciendo. Rescato
pared a pared la memoria del llanto
el final del silencio el origen el dolor quizás
de lo que realmente muere.

MUESTRARIO DE POESÍA 53 – TERRITORIOS EXTRAÑOS – JOSÉ ACOSTA


19

Buscaremos la puerta

Buscaremos la puerta por donde


entró la oscuridad.
El espacio interior de los dedos lleno
de mágicas llaves que abren las figuras.
Tal vez sea esto una habitación
o el mundo,
una abertura en qué creer,
frutas de luz, el temor del jardín
frente a la noche.
Una puerta, un grifo derramando
la oscuridad a chorros.

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20

Segunda Puerta

Quizás esta lluvia no baje del cielo


sino de la memoria.

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21

Y de repente
(Aún hay un árbol en mi niñez
que siempre quise trepar)

Y de repente encontrar en mi memoria


el misterio de una puerta
que una vez no quise abrir.
Trasponerla y descubrir del otro lado
el otro destino que nunca tomé.
Verme, entonces, bajo la lluvia
de una ciudad desconocida
ignorando el amor de este perro
que silencioso sigue tras de mí.
Y sentir en mi inconsciente que esta calle
me conoce, y que, tras otra puerta que ahora
me detiene frente a sí, pueden estar
los objetos amados de otra casa mía
o el espanto de hallar de nuevo
la realidad del lugar donde siempre
he permanecido.

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22

Naufragio

Con un abrazo
se le rompe la superficie
al hombre que se ahoga.

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23

Somos reales sólo

Somos reales sólo en el pensamiento de un gusano


con alas de papel y patas horribles.
¿Cuándo empezamos a existir en su cerebro
y a qué hora la creación nos hizo de vanos
materiales cerca del humo y la piedad?
El ojo del gusano de abre en el vacío y busca
algo firme donde apoyar nuestra forma.
Rueda entonces un rostro sobre un muro
también imaginado. Cae la razón de la
sonrisa y luego la sonrisa. Cae
la razón de la mirada y luego la mirada;
y ciegos sólo podemos ver la mano del amor
los espejismos rotos del amos, y a lo lejos
un alado gusano que siempre confundimos
con una mariposa.

MUESTRARIO DE POESÍA 53 – TERRITORIOS EXTRAÑOS – JOSÉ ACOSTA


24

Posada

Posada, la mariposa duerme


su porción de siglo.
Se extravía en su materia
en el orificio que es.
De pronto, un intento brusco de regreso
de salir de ella hacia este día;
torpes revoloteos en la nada
sólo sus alas están en el presente.

MUESTRARIO DE POESÍA 53 – TERRITORIOS EXTRAÑOS – JOSÉ ACOSTA


25

La tortuga

La tortuga es un reloj diminuto


en las arenas. Morir para que sea el tiempo.
Ella crece bajo un huevo marrón
y una esfera cuadrada. Para que sea
el tiempo respira y se abandona
en el ciclo de las piedras y las patas.
La tortuga, si muere, sostiene el infinito
sobre su espalda eterna.

MUESTRARIO DE POESÍA 53 – TERRITORIOS EXTRAÑOS – JOSÉ ACOSTA


26

Debajo del vino

Debajo del vino, la pequeña tortuga


que soporta el infinito nos hace creer
en el amor. Ella, en vez de piedra
es un agujero celeste donde una lámpara
inunda de olores luminosos las paredes
profundas. Si tocamos sus bordes
el precipicio se torna de cristal
y el recipiente, del que hemos bebido,
penetra más allá de los ojos
derramándose en alguna grieta
de nuestro dolor. Creer en el amor
y en nuestras manos que apenas nos sujetan
a un pedazo del tiempo.

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27

La manzana

La manzana es atravesada por un sueño enorme


mana sangre de su materia imaginada
luz de su origen flotante, y mana
toda ella de sí misma.
Jugoso reino. Aposento roja y partida
donde beben ríos sus otras dimensiones de estar
y de existir.
La flecha en el vuelo no existe
olvidada la mano ella aún no es
a un instante de una manzana rota.
Entrar y morir en la perpetua posición
del cuchillo. Un pedazo rueda al fondo
del cerebro y crea al otro.
La manzana Es entonces
y huele a eternidad.

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28

El fuego

El fuego sólo pudo derramarse


hasta el final de una fruta.
No pudo derribar el muro que nos
separa de las madres
ni apagar la luz de su torrente.
Vino de atrás, de donde Dios
nos teme.

MUESTRARIO DE POESÍA 53 – TERRITORIOS EXTRAÑOS – JOSÉ ACOSTA


29

El ave existe en una jaula de


plumas

El ave existe en una jaula de plumas.


En el fondo de su muerte, allá abajo
vuela haciéndose cierta en lo irreal.
También tú si mueres dejas algo real
en lo irreal. En algún lugar de tu vacío
donde solo el pensamiento te creó, existes.
A lo largo de tu muerte hay ranuras
horribles por donde la vida pasa
como una luz presentida.
Si crees en el ave, tú serás el ave
y al nacer en otro horizonte del dolor
querrás volar también
dentro de tu jaula de plumas.

MUESTRARIO DE POESÍA 53 – TERRITORIOS EXTRAÑOS – JOSÉ ACOSTA


30

La noche cuelga de la luna

La noche cuelga de la luna y la


tormenta arrastra vestigios de miedo
hasta tu puerta.
La casa es un niño mojado.
Abres la sábana como un viejo portón
y entras a ese espacio
donde siempre crees que vas
sin saber que regresas;
donde sales, entrando;
donde no sientes la lluvia
mientras llueve.

MUESTRARIO DE POESÍA 53 – TERRITORIOS EXTRAÑOS – JOSÉ ACOSTA


31

Tercera Puerta
No dejes que tu infancia, esa infinita
lealtad de los celestes, sea revocada por el destino;
incluso al preso, que lóbrego se pudre en la mazmorra
le asiste en secreto hasta el final.

Rainer María Rilke

MUESTRARIO DE POESÍA 53 – TERRITORIOS EXTRAÑOS – JOSÉ ACOSTA


32

Un niño para estas mariposas

Si aún no te he creado, huella,


¡por qué guías ansiosa mi retorno!
Ando mendigando un latido
y procuro mis alas.
Busco al sexo que acarició mi cadáver
y mi silencio quiere escalar
su sollozo escarpado
hasta
caer
de bruces
al baúl de todos los sonidos.

Me faltó a la cita el aliento


y los únicos lienzos que pintó mi luz
se los llevó la noche
bajo el brazo.

El tropel de la existencia
no me atropelló atropellándome.
La era me negó el hospedaje
y me abandonó
cuando apenas me ataba
las sandalias rotas del tiempo.
Procuro mis alas
y mendigo un latido
para devolver la sonrisa
al único ser
que se ahogó con mi sombra.
Huyendo de la nada
traigo en mis hombros la alegría,
¡denme un latido para devolverla!
Porque tras el umbral de unas rosas
unos ojos me sueñan
correteando brioso
a las tenues mariposas.

MUESTRARIO DE POESÍA 53 – TERRITORIOS EXTRAÑOS – JOSÉ ACOSTA


33

En la llama

En la llama
hay otro planeta
que sólo las mariposas conocen.

MUESTRARIO DE POESÍA 53 – TERRITORIOS EXTRAÑOS – JOSÉ ACOSTA


34

Esta forma lejana de ser hombre

Que esta gota de agua sea mamá


eternamente sola
rodando por mi cuerpo.
Que sea yo lo que piensa una ventana
la luz inmensa de una piedra
o simplemente el túnel que une a un niño
a mis palabras.
Quiero por fin
empezar a saber lo que es un gato
o un pedazo de mariposa
traído por el viento.

MUESTRARIO DE POESÍA 53 – TERRITORIOS EXTRAÑOS – JOSÉ ACOSTA


35

Hoy tan sólo soy

Hoy tan sólo soy un poco de mí.


Anclado a una mariposa mi espacio sin límite
vacío está de mi complejo sacrificio.
Un pedazo se fue en el beso que inventó un planeta
otro en el abrazo que tejió mares
y allá en el sueño mis cinco rostros desatados
de mis cien edades.
No creo aún que exista
soy un algo hoy tirado entre las aguas
un pedazo de ser en los labios de los peces.
Ya ves, este espacio mío me es tan grande
que apenas puedo sujetarme de una rosa.
Ya ves, he crecido tan poco en mi estatura
que sólo soy una gota de humanidad
en el espacio infinito de un hombre.

MUESTRARIO DE POESÍA 53 – TERRITORIOS EXTRAÑOS – JOSÉ ACOSTA


36

La niñez nos parece ahora

La niñez nos parece ahora como haber llegado


de un sueño. Lejana, como todo lo esperado,
como si vivir siempre en sus rincones
fuera una promesa ineludible.
Y ya todos sus artificios, que fueron reales
en nuestra visión, se desmoronan
como objetos de arena. Y llegamos a descubrir
que aquella casa de cartón, construida con
nuestra alegría, ha perdido de repente
el misterio de sus paredes y su ubicación
en nuestros sueños. Que el carro de hojalata
(por el que tanto peleaba mamá) se desaparece
en alguna abertura del recuerdo;
y que aquella ventana, donde amamos
la sombra de una mujer,
se ha ido cerrando, en una calle
por donde ya no creemos
que anduvimos.

MUESTRARIO DE POESÍA 53 – TERRITORIOS EXTRAÑOS – JOSÉ ACOSTA


37

Existe un espacio

Existe un espacio en mí mismo


un túnel de espejos y voces
donde las dimensiones no se ponen de acuerdo.
Vacío de donde un dios me expulsa
y me obliga a existir.

MUESTRARIO DE POESÍA 53 – TERRITORIOS EXTRAÑOS – JOSÉ ACOSTA


38

Cuando ya no eres tu espalda

Lo que fue es una escalera por donde


subimos todavía.
Un abismo de tiempo donde la vida se desprende
y se nos va vaciando algo
como de una botella sobre el aire.
Lo que fue es un trayecto hondo
por donde sólo retorna el pensamiento;
un pozo, y en el fondo
aún está una mujer, pariéndonos.

MUESTRARIO DE POESÍA 53 – TERRITORIOS EXTRAÑOS – JOSÉ ACOSTA


39

Más allá del retorno

Te veo y no sé de dónde me nace


este afán de inexistencia
este retorno por el pasadizo del tiempo
más allá de tu vientre
escalar tus raíces, tu volver
en los pasos del olvido
por el túnel de la creación.
Este regresar al origen del mundo
a tu Eva y más allá
a las sienes de Dios a borrar mi nombre
del libro de la vida.
No sé por qué te veo mamá
y me dan ganas de haber nacido
primero que Dios.

MUESTRARIO DE POESÍA 53 – TERRITORIOS EXTRAÑOS – JOSÉ ACOSTA


40

Inmensamente joven

Inmensamente joven, este hombre, perdido


en su juventud como dentro de una habitación
cuya única puerta sólo da a la vida.
Con su pasado tan pequeño aún como una
naranja; y su presente inmenso, pleno, desbordante.
Su presente es su cuerpo, la fortaleza
de su sonrisa, los muros firmes para apoyar
sus sueños. Y tiene manos este hombre para
tocar su dicha y atar a la enorme atmósfera de
su tiempo el amor de los que aún no han perecido:
como este día, o el cuerpo roto de las palabras
que todavía no le ha proferido su madre.
Su futuro sin embargo es esta puerta hacia
la existencia. La abre, y se mezcla
con nosotros.

MUESTRARIO DE POESÍA 53 – TERRITORIOS EXTRAÑOS – JOSÉ ACOSTA


41

Pregunto

Pregunto si tiene usted disponible algún


pedazo de su cuerpo para mi fortuna.
Es que no encuentro lugar para tanto ser
en la extensión de mí mismo. Vaciado en mí
esta agua inunda el último agujero
de mi rostro. Ser tan enorme para el ser
crecer más de lo debido en tan poca materia
en tan poco dolor y en tan poca muerte.
¿Habrá en su sonrisa lugar para la mía?
¿Tendrá su pecho espacio para mi corazón?
Hoy soy tan inmenso, que de mi propio cuerpo
me derramo.

MUESTRARIO DE POESÍA 53 – TERRITORIOS EXTRAÑOS – JOSÉ ACOSTA


42

De este lado

Quizás nacer fue equivocar el rumbo


un ir al lugar donde nunca
hemos querido estar
abrir un espacio en el azar
o un agujero inocente en la creación.
Quizás nacer fue la única forma
de romper nuestro pacto con la eternidad.

MUESTRARIO DE POESÍA 53 – TERRITORIOS EXTRAÑOS – JOSÉ ACOSTA


43

La nostalgia

La nostalgia es un despojo que secretamente


amamos. La puerta que da a algún lugar
del pasado donde algo de nosotros se quedó
y aún vive y se rehace.
La hermosa muñeca de nuestra hermana mayor
de la que nos enamoramos
bajo la cama grande de papá.
El primer ataúd que entró al centro de la casa
llenando las paredes de vacíos
y la muchacha que nos albergó
una noche en su miedo.
Porque hay un refugio en algún lugar
donde somos todavía realmente nosotros
ignorando lo que somos ahora.

MUESTRARIO DE POESÍA 53 – TERRITORIOS EXTRAÑOS – JOSÉ ACOSTA


44

Los dedos manchados

Los dedos manchados de polvo de la mariposa


que bate su figura y extiende el espiral de su boca
hasta el pozo dulce que es mamá.
La lámpara existe más allá de su luz.
Alguien limpia con un trapo el sueño de mi rostro
y lo tira sobre el sillón donde el viejo
solía leer las alas de los insectos.
Es muy de noche en la muerte
que solo papá vive.
Es tarde para empezar a amar
el mundo.

MUESTRARIO DE POESÍA 53 – TERRITORIOS EXTRAÑOS – JOSÉ ACOSTA


45

Última Puerta

El cielo es una desaparición.

MUESTRARIO DE POESÍA 53 – TERRITORIOS EXTRAÑOS – JOSÉ ACOSTA


46

El relámpago

El relámpago nace y no tiene tiempo


de recordarse a sí mismo.
Rasga el rostro del cielo, y no llega a comprender
que es la única herida de la nada.
¡Quién pudiera escalar
su esquelética forma de raíz
para mirar por sus rendijas
el escondite de Dios!

MUESTRARIO DE POESÍA 53 – TERRITORIOS EXTRAÑOS – JOSÉ ACOSTA


47

Y entonces...

La mancha indecisa del aire pende


vuela ingrávida y va cayendo..., cae
y entonces es sangre.
Adquiere forma tamaño color, es sangre.
Riachuelo por donde el dolor se desliza
y se vuelca el sudor verdadero del alma.
Es sangre lo que ha creado el cuchillo
con ser en su inocencia
cuchillo solamente. Sangre
que una vez fue en la sangre un pájaro
tormenta, el empujón brutal
que tiembla entre los hombres.

MUESTRARIO DE POESÍA 53 – TERRITORIOS EXTRAÑOS – JOSÉ ACOSTA


48

No decir

No decir nada es contarlo todo.


Grumo donde el silencio se explica con su multitud
de llamas apagadas.
Cuando el símbolo se revela ya no es símbolo
y el ojo deja de existir con la mirada.
He aquí el laberinto donde nadie ha nacido
para poder ser, y aún siendo no será nunca.

MUESTRARIO DE POESÍA 53 – TERRITORIOS EXTRAÑOS – JOSÉ ACOSTA


49

Tras mí, el espejo

Ese ser que me traspone


no soy yo siendo yo mismo.

Mis huellas colecciona


y buscarme es su condena.
Inexiste sin mí, yo sin él
dejo de ser luz infinita.

Ese ser que me traspone


algún día quebrará el cristal
me seguirá sin seguirme
y será yo, cuando sea nadie.

MUESTRARIO DE POESÍA 53 – TERRITORIOS EXTRAÑOS – JOSÉ ACOSTA


50

Ignoto no, humano

Un borrón tal vez es un verso buscándose.


Abriendo en el olvido sus ojos muertos
y extendiendo su noser a lo que será algún día.
(Embriagado quito; pongo: del otro lado del vino.
Tacho muerte; escribo: alma sin mí.
Alegría quizás, no!, agua que me crea.)
Detrás de lo borrado tiembla
ansiosa de brotar, la palabra enorme
la palabra viva; el misterio que llena
el único vacío de lo indescifrable.

MUESTRARIO DE POESÍA 53 – TERRITORIOS EXTRAÑOS – JOSÉ ACOSTA


51

Nos duele que la sola presencia


(Lo que duele no es la soledad
es el espanto de no encontrarnos solos
en nosotros mismos)

Nos duele que la sola presencia


de los pies nos ate tanto
a la tierra. Que estemos pensando
en algo perdido al final de nosotros:
en el dolor lejano de una uña o el
temor de encontrar un vacío en el
camino blando del sueño.
Nos duele este no sentir sintiendo
este tocarnos y de repente
no dar con nosotros, esta nada horrenda
habitándonos. Nos duele
despertar en cualquier momento
y descubrir cerrada la puerta
de lo que somos.

MUESTRARIO DE POESÍA 53 – TERRITORIOS EXTRAÑOS – JOSÉ ACOSTA


52

Allá abajo
(Hoy es un buen día para morir)

Abrí una puerta extraña al final


de lo pensable. Una ranura
en las paredes que encierran lo vivido.
Y no fue un sumergirme
en la región donde el sueño nos anida
porque no hubo barcas ni mariposas tangibles
y ni siquiera el carruaje desnudo
de una mujer amada. Fue un cruzar
las barreras del recuerdo
hacia el lugar donde nunca hemos sido.
Fue un llegar al borde de la vida
a mirar, allá abajo
el enorme vacío que algún día
seremos.

MUESTRARIO DE POESÍA 53 – TERRITORIOS EXTRAÑOS – JOSÉ ACOSTA


53

Aunque esté completa

Aunque esté completa, con todas sus partes


en el justo lugar de su origen,
la diminuta caja de música ya jamás
dejará caer sus cristales por mi oído.
Algo se liberó de mi estatura y se apartó a mi sueño,
primero los pasos para hallar sus huellas
y luego la mirada para encontrar sus ojos.
Aquel dolor distante que nunca llegó
alcanza mi otro dolor ubérrimo de alas.
Todos los hilos de la marioneta se han roto
y en la casa ahora aparte del quejido
dentro de un ataúd hay otro ataúd
enormemente vacío.

MUESTRARIO DE POESÍA 53 – TERRITORIOS EXTRAÑOS – JOSÉ ACOSTA


54

Siempre he temido

Siempre he temido que este puente se


desprenda. Que de repente se precipiten
de mi cuerpo la sonrisa, la mirada
y el abrazo. Que vaya todo lo que
me habita a parar en el vacío.
Que yo sólo sea algo roto, un escombro
de todo lo vivido, un artefacto disperso
en la dimensión de la carne.
Siempre he temido que estos cimientos
cedan a tanto polvo acumulado,
que esta vigas se corroan con
tanto querernos; que esta calle
que somos, por donde pasa a veces
desnudo nuestro amor, de pronto
sucumba y se desplome junto a todo
lo que siempre nos olvida
en la memoria.

MUESTRARIO DE POESÍA 53 – TERRITORIOS EXTRAÑOS – JOSÉ ACOSTA


55

Silueta del día

Puedo derribar la mañana y extender


infinitamente la noche
con sólo cerrar esta ventana.
Puedo subir por el día a tientas y caer
en otras tinieblas y desvestir el espacio
con sólo cerrar este artefacto de luz.
Puedo incluso dejar de existir en este
sueño y volver a lo profundo de ser
eternamente sombra.
Puedo hacerlo ahora
pero hay un pájaro volando tras su cristal
que lleva en su silueta
el misterio de la vida.

MUESTRARIO DE POESÍA 53 – TERRITORIOS EXTRAÑOS – JOSÉ ACOSTA


56

Al final de tus dedos

No sé en qué parte del cuchillo


inventa la muerte sus rumores
o si este dolor cabe en el silencio
o si es tan vacío este retorno hacia la nada.
Sólo sé que me has hundido en tus ojos
y que al final de tus dedos está
ya intangible, la noche.

MUESTRARIO DE POESÍA 53 – TERRITORIOS EXTRAÑOS – JOSÉ ACOSTA


57

En un día que nunca viviré

Yo soy inocente de esa música


de ese lirio roto sobre el aire
de estos ojos cerrados para siempre.
Yo no soy el que navega en este espacio
no soy el que crea en este instante
esta forma horrenda del silencio.
Ahora abren otras cosas que a las puertas
olvidan: Abren manos
en las huellas del deseo y abren
mi rostro en un cuerpo diferente.
Yo soy inocente de este abismo
de este azul erguido en el misterio
yo no estoy ahora en esta rosa.

MUESTRARIO DE POESÍA 53 – TERRITORIOS EXTRAÑOS – JOSÉ ACOSTA


58

Mis paredes infinitas

He puesto con cuidado los ladrillos del día


frente a todos mis espacios.
Se ha marchado la sombra ladrillo a ladrillo
de mi laberinto terrestre.
Sé que hay un sol como un túnel solitario
detrás de éste tan caliente
y una rosa, tras este otro, que flota en un perfume.
Y estoy seguro que tras este ladrillo trémulo
que apenas se sostiene en la columna
hay un pájaro trepando el pulmón del mundo.
Todo ante mí es de barro esculpido
excepto aquella ventanilla distante
dentada con barrotes
donde la otra realidad se disuelve
en un fascinante atardecer fugaz
sobre todo lo terrible de la existencia.
Venid a verme hombres de la tierra
antes que se desplomen mis paredes infinitas.

MUESTRARIO DE POESÍA 53 – TERRITORIOS EXTRAÑOS – JOSÉ ACOSTA


59

Antes de abrir la puerta

Antes de abrir la puerta


ya sabía que los pájaros se suicidaban
en la lejanía de su cárcel
porque un camino de cruces en el cielo
me llevó los ojos por sus rendijas.
Y sabía que unos labios me esperaban
mordiendo la luna
y tragándose las oscuridades en su esfera;
que un ataúd absorto se mordía los labios
y que el sepulcro me esperaba
con su boca abierta.
Antes de abrir la puerta
yo lo sabía todo.
Pero desnudé su sombra
y ahora camino como un sonámbulo
detrás del sonido de una campana lejana
que me dice terriblemente que estoy vivo.

MUESTRARIO DE POESÍA 53 – TERRITORIOS EXTRAÑOS – JOSÉ ACOSTA


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Quiero

Quiero ocupar el lugar de mi sombra


abrirme paso en la niebla
hasta tropezar con la orquídea.
Minar el último laberinto del cristal
donde las miradas se pierden
y tienen que retornar a sus abismos.
Quiero sencillamente cantando
penetrar por los ojos absortos
de dos espejos que se miran.

MUESTRARIO DE POESÍA 53 – TERRITORIOS EXTRAÑOS – JOSÉ ACOSTA


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José Acosta: Hondura y Emoción

Entrevistado por Rosa Silverio


José Acosta es uno de los escritores dominicanos contemporáneos más destacados. Su escritura, honda y reflexiva,
emocionada y misteriosa como una puerta secreta, ha cautivado a sus lectores y se ha ganado el respeto de la crítica literaria.
Empezó como poeta, pero luego diversificó su escritura e incursionó en otros géneros como el cuento y la novela.

Acosta nació en Santiago de los Caballeros en 1964. Escritor, agrónomo y reportero del rotativo neoyorquino El Diario/La
Prensa. Ha publicado varios poemarios dentro de los que cuentan Territorios Extraños (Premio Nacional de Poesía, 1993), En
el secreto llamado (Primera mención de honor Concurso “La Porte des Poétes” en Francia, 1994), Destrucciones (Premio
Internacional de Poesía “Odón Betanzos Palacios” de New York, en 1998), El evangelio según la Muerte (Premio Internacional
de Poesía “Nicolás Guillén” en México, 2004). Además, publicó el libro de cuentos “El efecto dominó” (Premio Nacional
Universidad Central del Este) y la novela “Perdidos en Babilonia” (Premio Nacional de Novela, 2005).

Pero José Acosta no sólo es un escritor muy premiado y prolífico, sino que también es un promotor de las letras de su pueblo,
ya que hace un tiempo abrió el blog Escritores de Santiago desde el cual difunde junto a otros colegas, la obra de otros
escritores de su ciudad natal.

ROSA SILVERIO: Escribes poesía, cuento, ensayo y novela, ¿cuál de esos géneros te gusta más trabajar?
JOSÉ ACOSTA: Hasta 1998, yo era sólo poeta y me sentía bien siéndolo. Pero una tarde un amigo me dijo: Pero, ¿por qué no
escribes cuentos? Escribí un cuento, se lo mostró a los pocos días, a él le gustó y entonces me convertí en cuentista. Luego,
como era natural, pasé a la novela, que se convirtió en la gran ladrona del poeta y cuentista que había en mí. Hoy día, me
siento ser un prisionero de ese género. Cada vez que pienso en escribir, se me presenta ante mí un capítulo para engordar a
la ladrona: la novela.

RS: El proceso de selección de temas y de creación en cada autor es distinto, ¿cómo se da en ti?
JA: Al principio es una madeja enredada; muchas historias saltan como cabras locas en mi cabeza, hasta que logro atrapar
una, temblorosa aún, entre mis manos. Es el hilo de la madeja que después iré desenredando. No bien tengo la punta del hilo,
que siempre resulta ser una frase, a veces confusa, como por ejemplo, ¿qué harías si te quedaras solo en el mundo?, voy y la
consulto con algunos de mis amigos, los escucho y a las pocas semanas me pongo a escribir.

RS: Eres un escritor de provincia, como yo, ¿eso ha significado un handicap en tu carrera literaria o acaso has
sabido utilizar tus raíces pueblerinas en tu beneficio?
JA: Creo que todo escritor es escritor de provincia. ¿Dónde está situada esta provincia? En la tierra de su imaginación. Sin
ella, no se sería escritor. La India que nos revela Forster en su celebrada Pasaje a la India, además de ser la India verdadera,
es la India de su imaginación. Uno no sabe dónde empieza una y termina la otra. ¿Que Conrad era un polaco que se
comunicaba en perfecto francés pero escribía en inglés, idioma que aprendió después de los 20 años de edad? Quien lee El
corazón de las tinieblas, Lord Jim, o El pirata, se dará cuenta que su 'provincia' era el mar, y más que el mar, su imaginación.

RS: ¿Piensas tú como otros autores que los escritores de provincia son marginados en República Dominicana?
JA: Antes habría que hacerse unas cuantas preguntas, ¿marginados de qué? ¿De la Literatura Dominicana? Y si es así,
¿quién los margina? Soy de los que creo que ningún escritor, ni nadie, tiene el poder de marginar a otro escritor, ya sea de
provincia o de cualquier lado. Quien margina al escritor es su propia obra; en otras palabras, el escritor se margina a sí mismo.
¿Cómo? Muy sencillo. Por más promoción que haga un escritor de sus libros, por más que aparezcan en revistas locales o
internacionales, por más que se presente en televisión, en teatros, en conferencias, si el libro no tiene calidad, el tiempo se
encargará de darle el puesto que se merece: el zafacón. Pero si la tiene, por más que en una época específica se empeñen en
ocultarlo, el libro se elevará y se colocará en el lugar que le corresponde. Todavía hay quien piensa que fue Max Brod quien, al
no destruir los manuscritos de Kafka, como éste le pidió en vida, salvó a Kafka del anonimato. No; quien colocó a Kafka en el
mapa de la literatura mundial, fueron sus libros. Si la obra de Kafka hubiera sido pobre en términos literarios, hasta el mismo
Max Brod habría desaparecido de la faz de la tierra, y hoy nadie lo recordara.

MUESTRARIO DE POESÍA 53 – TERRITORIOS EXTRAÑOS – JOSÉ ACOSTA


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Para ilustrártelo con una anécdota, te cuento que en la Primera Feria del Libro Dominicano en Nueva York de 2006, un escritor
vino de República Dominicana a presentar su primera novela. En el programa la actividad suya se asignó a un salón con
capacidad para unas 30 personas, en el segundo piso de la escuela que servía de sede al evento. Cuando el escritor
inspeccionó el espacio, pegó el grito en el cielo. Para evitar escándalos, se le armó un salón, junto a unas exhibiciones de
artesanías, con más capacidad de público. Pero el asunto no quedó ahí; el amigo trajo consigo todo un pliego de exigencias,
tipo artista de Hollywood. Pidió la bandera dominicana a sus espaldas, que antes de empezar la puesta en circulación se
tocara el Himno Nacional; que al lado suyo se sentara algún dignatario, el Cónsul Dominicano en Nueva York, si era posible.
En fin, después de que casi lo mandaran a la mierda, empezó el acto. Llevó a su hermano para que leyera su biografía y éste,
antes de leerla, contó durante media hora anécdotas de la infancia del escritor, tan conmovedoras, que a mí casi me sacan las
lágrimas. Una señora tuvo que salir del salón con un pañuelo, llorando a moco tendido. Después habló uno de esos críticos de
bolsillo, creando tal expectación sobre la novela, que todos nos comíamos las uñas, ansiosos por escuchar la lectura de algún
capítulo. Para coronar el acto, se levantó el autor, y, con semblante contrito, pero ufano, antes de leer fragmentos de la obra,
recordó a los presentes lo bien que la crítica de España, Alemania y otros países había recibido la novela. Hizo una pausa
para dejar crecer el suspenso, abrió el libro y empezó a leer. Minutos después, el aire de expectación se transformó en
desencanto. ¡Con qué "prosa" más plana, árida, vacía, el amigo narraba unos acontecimientos carentes de interés, fríos, sin
gracia! Por más de hora y media el autor había salvado su obra, pero su obra no pudo salvarlo a él.

RS: ¿De dónde surgió la idea de abrir el blog Escritores de Santiago? ¿Acaso es una manera de reivindicar a los
autores de tu ciudad?
JA: Me hallaba en el Festival Internacional de Poesía de Nicaragua, cuando charlando con un amigo sobre la literatura de mis
amigos de Santiago, me encontré con la dificultad de no poderle dar ejemplos de lo que hacían. Así que decidí, con la ayuda
de Máximo Vega, Ramón Peralta, Puro Tejada y Pedro José Gris, crear un blog con la finalidad de, primero, dar a conocer
esta literatura tan singular y fascinante, y, segundo, para no quedar mal con la gente, y poderles decir, muy bien, ¿deseas
conocer nuestras cosas?, pues visítanos en este portal.

RS: Eres uno de los autores dominicanos más premiados, tanto dentro como fuera del país. ¿Qué han significado
esos reconocimientos en tu carrera literaria? ¿Han servido para algo más que engrosar el currículo?
JS: Han servido para pagar las cervezas en reuniones de mis amigos, una excusa para charlar sobre nuestros intereses
comunes. Servirán para que, cuando mis hijos crezcan, puedan decir: "Mi papá ganó tres veces el Premio Nacional de
Literatura de su país", aunque ellos hayan nacido aquí, en Estados Unidos, y su lengua materna sea el inglés. Y han servido
para obtener grandes satisfacciones, entre las más recientes, la inclusión de un cuento mío en la antología Las palabras
pueden, de Inicef, donde aparecen más de 200 escritores de renombre internacional, como Vargas Llosa y Saramago. Y esta
semana, una editorial brasileña me compró los derechos del cuento "El efecto dominó", para una antología panamericana de
cuentos.

RS: Cuando publicaron tu novela Perdidos en Babilonia, con la que ganaste el Premio Nacional del año 2005, no
quedaste satisfecho con la edición que hizo la Editora Nacional. ¿Qué opinión te merece el trabajo que realiza este
organismo, la calidad de sus ediciones y sus mecanismos de distribución?
JA: Lo de Perdidos en Babilonia fue un problema de control de calidad. Soy amigo personal de León Félix Batista y me niego a
creer que hubiera manos oscuras detrás de la publicación. Lo que sucedió fue lo siguiente: la noche de entrega de premios,
León, muy amablemente, me entregó las galeras de la novela para que yo las revisara. Al llegar a Santiago, desde que
empecé, me di cuenta de inmediato de los innumerables errores que cometieron los "correctores", errores garrafales, como
quitarle el guión del diálogo a los diálogos y ponérselo a las acotaciones. Llamé de inmediato a León y le expliqué el problema.
León me prometió que iba a publicar la novela tal y como yo se la mandé. Pero, cuando salió, era la versión de los errores, no
la original. Yo me quejé y ahí quedó todo.

Con relación a la calidad de las impresiones, me parece muy profesional; sobre la distribución no puedo hablar, porque
desconozco los mecanismos que usan.

No sé si sabrás que mi novela alimentó por un tiempo el cotilleo literario de la capital. Hubo un escritor que se dedicó a
difamarme, vendiendo la idea disparatada de que Perdidos en Babilonia yo se la había plagiado a él. A mí me sorprendió
mucho, más que el chisme, la gran imaginación del escritor de marras, porque, a la sazón, la novela era inédita, no había sido
publicada, por lo que se suponía que sólo los tres miembros del jurado y yo la conocíamos. Como el disparate que dejó correr
se le cayó de la mata, dejó correr otra bolita, más maravillosa todavía; dijo, según me contaron de fuente oficial (hasta el
secretario de Cultura me lo dijo), que yo le había robado la idea para escribir la novela, y no sólo eso, que yo era un ladrón de
ideas; que todo lo que yo he escrito, estoy escribiendo y escribiré, provienen de la fuente inagotable de ideas de ese escritor.
Vaya, me dije, de verdad que admiro al tipo, ¡qué obesa vanidad! Y sabes qué es lo que más me agrada de su último
fogonazo, que en literatura, eso de "robar" ideas es una gran verdad. Cada vez que un escritor sale a la calle, escucha algo
que le llama la atención, o ve algo que zarandea sus instintos, está "robando" algo de alguien. Recordemos la llamada
memoria vicaria. Uno de los "ladrones" de ideas más extraordinarios que ha dado la literatura universal es Shakespeare, como
todo el mundo sabe. Ni qué decir de Cervantes, y hasta el mismo Unamuno: su novela Niebla destila trozos de Calderón y

MUESTRARIO DE POESÍA 53 – TERRITORIOS EXTRAÑOS – JOSÉ ACOSTA


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Descartes. Ahora bien (y aquí está lo malicioso del tipo), querer vender la idea (que muchas mentes anémicas se creyeron en
la capital, sin siquiera pedir pruebas) de que todo lo que yo he hecho y estoy haciendo proviene de la fuente inagotable de
ideas del señalado escritor, desborda la ficción y pasa al terreno de los cuentos de camino. Quien lea Perdidos en Babilonia se
dará cuanta de que la novela no está armada con una idea, ni con diez, sino como miles de ideas, muchas de ellas (me agrada
decirlo) tomadas de amigos, de desconocidos y hasta de mi padre, a quien, por haber sido oficial de las Fuerzas Armadas, le
debo la atmósfera soldadesca que envuelve a uno de los personajes principales.

A los que actúan bajo el dicho de "Difama que algo queda", les regalo esta frase del Quijote: "Nos ladran, Sancho, nos
ladran... señal de que estamos avanzando".

RS: ¿Y quién fue ese escritor que te acusó de plagio? ¿Bajo cuáles argumentos se amparaba?
JA: Es uno que hoy día ocupa un puesto muy importante en la Secretaría de Cultura, que no voy a mencionar pero sé que
cuando lea la entrevista se reconocerá en lo que digo. Era una persona de dos caras. Delante de mí se vendía como el gran
amigo, pero por detrás era todo lo contrario. En una ocasión, incluso, siendo Pedro José Gris jurado del Premio Nacional de
Poesía, y como yo le había comentado que se rumoreaba que el premio se lo iban a conceder a un libro mío, éste señor llamó
a Pedro José Gris (que en ese tiempo era como su hermano, pero después lo traicionó) y le dijo que convenciera al jurado de
no darle el premio a José Acosta, porque José Acosta lo había plagiado. El pobre Gris, sin pedirle pruebas, se lo creyó, y el
premio se lo dieron a otra persona.

Como te expliqué, como el tipo goza de mucho prestigio en el mundillo literario dominicano, su palabra es ley y él se aprovecha
de eso. Difama sin aportar pruebas y la gente de tonta no las exige.

RS: ¿Has leído su obra o él ha comentado contigo sus proyectos literarios como para que pueda deducir algo
semejante?
JA: Como éramos amigos, yo leía sus textos y él los míos, tal y como hacen dos buenos colegas del oficio (te recuerdo a
Borges y Casares, guardando las distancias). A veces yo le contaba alguna anécdota, a él le gustaba para un cuento, y a mí
no me importaba que él la tomara. Pero en una ocasión en que él me contó una anécdota a mí, que a mí me interesó para
escribir un cuento, después de insistirle que escribiera un cuento sobre ella por unas dos semanas sin que me hiciera caso,
yo tomé la anécdota y la incluí en un texto, pensando que a él no le iba a importar. Cuando se lo dije, su reacción fue explosiva,
digna de un estudio psiquiátrico. Tomó la anécdota, escribió un cuento y no contento con ello, le compró el derecho de autor y
lo publicó en una lista de Internet, para que quedara constancia de quién era el verdadero dueño. Yo lo tomé a risa (todavía
éramos amigos) y terminé eliminando la versión mía del texto que había escrito. De ahí en adelante, pese a que tenemos más
de siete años que no nos dirigimos la palabra, todo lo que escribo y sale a la luz, este tipo sale diciendo que son ideas de él,
que yo soy el ladrón de sus ideas, sin aportar una sola prueba. Todavía no he encontrado a nadie que me haya demostrado
que un texto mío se parece ni siquiera en una línea a un texto de este señor.

RS: ¿En qué manera eso te ha afectado?


JA: Para serte franco, en nada en lo absoluto. Si lo que él buscaba era que yo dejara de escribir, que abandonara mi carrera
literaria, se equivocó de estrategia. Si lo cuento, si a todos los amigos que tengo le hago la advertencia de la doble cara de este
señor, es con la intención de prevenirlos. Muchos de los que he prevenido contra él no me lo han creído, hasta que este señor
no le ha hecho una de las suyas. Su técnica (si podría llamársele así) es ésta: se te acerca, te ofrece su amistad con gran
cordialidad y hasta se atreve a hacerte grandes favores; pero cuando él ve un asomo de talento en ti, que pueda de algún
modo hacerle sombra a su carrera, entonces busca la manera de darte el golpe por la espalda.

RS: Actualmente vives en New York y quería preguntarte qué tan grande es para ti el peso de la nostalgia por tu
pueblo y si como le pasa a algunos inmigrantes que ya tienen mucho tiempo residiendo fuera, te sientes dividido
entre dos tierras. También me gustaría saber si todo eso ha influido en tu visión como autor.
JA: Ahora se habla mucho de escritores de la diáspora dominicana. Particularmente, no me siento a gusto con el cartelito, por
una sencilla razón: cuando llegué a Nueva York, ya era escritor, ya llevaba pantalones largos. Me considero un escritor
dominicano que por razones económicas se estableció en esta urbe. Y como viajo todos los años a mi patria, no le dejo
espacio a la nostalgia. Cada día, antes de empezar a trabajar, leo los periódicos dominicanos, y antes de acostarme veo el
noticiero de mi país. ¿Ha influido mi condición de emigrante en mi literatura? Claro que sí. Como ser viviente, todo lo que me
rodea entra en mis sentidos por ósmosis, y lógicamente tiene que aparecer en mis obras.

RS: ¿Tienes planeado regresar definitivamente al país? ¿Cuándo?


JA: Un día de estos, ya lo verás. Ya tengo mi casa allá y ahora pienso comprar un apartamento para instalar mi biblioteca
personal. Palito a palito se teje el nido.

RS: ¿Qué le recomiendas a un escritor incipiente además de que “crea en sí mismo”?


JA: Que lea sin parar, en el baño, en la iglesia, en el parque, en el café y hasta en la casa de la novia. Yo viví durante cinco
años en San José de las Matas, donde trabajaba hotelería en la Mansión. En la biblioteca del pueblo tenían la colección
completa de los Diálogos Socráticos de Platón, unos libros inmensos que inspiraban miedo. Como me propuse leerlos, todas

MUESTRARIO DE POESÍA 53 – TERRITORIOS EXTRAÑOS – JOSÉ ACOSTA


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las tardes, al salir del trabajo, me sentaba en la pequeña biblioteca, cuyas grandes puertas de dos hojas se abrían hacia el
poblado, desde la colina en que estaba situada. Cerca de un año después, cuando ya era muy conocido en el pueblo, muchas
personas me contaron que sobre mí se había tejido una especie de leyenda; me llamaban el Tipo Loco que Leía unos Libros
Enormes, y no pocos dudaban de que anduviera mal de la cabeza.

Otro consejo: que escriban con sinceridad, que es el grado más alto de la autenticidad. Y, sobre todo, que no crean en vacas
sagradas.

RS: ¿Cuáles han sido tus influencias literarias y cuáles autores dominicanos son para ti indispensables?
JA: De todos los escritores que he leído, he aprendido algo. La enumeración sería larga y tediosa. Pero si, estando a punto de
morir, me concedieran unas horas para leer, no dudaría en bajar de mi anaquel Los Miserables de Hugo, un puñado de
cuentos de Bosch, Díaz Grullón, Máximo Vega, Manuel Llibre Otero, Noé Zayas, René del Risco Bermúdez; Tiempo muerto
de Stanley, unos versos de Wislawa Szymborska, la Ifigenia Cruel de Reyes y, al final, Eternidades de Ramón Peralta, Las
Voces de Pedro José Gris, la obra completa de Mieses Burgos, la Invención del Día de Mármol, y Banquetes de aflicción de
Cayo Claudio Espinal.

RS: Perteneces a la Generación de los 90, ¿qué piensas de los demás escritores de esta época? ¿crees que
realmente han hecho un aporte significativo a nuestro acervo literario?
JA: Todos sabemos que una generación literaria es un grupo de escritores que, nacidos en fechas cercanas y movidos por un
acontecimiento de su época, se enfrentan a los mismos problemas y reaccionan de modo semejante ante ello. ¿Qué
acontecimiento realmente importante nos marcó? Esto daría para un libro de ensayos. Creo, empero, que a la generación del
90 y a la que viene por ahí, le ha tocado ver primero con asombro, para luego aceptarla y formar parte de ella, la llamada "era
de la comunicación". Son los escritores de la velocidad, de la red cibernética, los invasores del ciber-espacio; con ellos
desaparece el género epistolar, que tanto jugo se le sacó en siglos pasados, para dar paso a los mensajes fugaces, a esos
ripios cibernéticos que llamamos correos electrónicos, que ya empiezan a deformar el idioma. ¿Cómo hemos reaccionado
literariamente ante ello? Eso lo veremos después, cuando consigamos sensibilizar (o humanizar) ese alud que se nos viene
encima cada día a través de la Internet, y que aceptamos y del cual formamos parte. A la inocencia perdida hay que
contraponer una nueva inocencia, así sea inventada. Como hemos crecido literariamente a la par de esta corriente, hemos
sabido de cuando en cuando recalar en la orilla, encender una fogata y escribir un manojo de libros que quedarán en la
Literatura Dominicana y Universal.

RS: Y la literatura de los jóvenes, ¿la conoces? ¿qué te parece?


JA: He leído muy poco a los jóvenes. Uno que otro libro, textos sueltos, poemas y cuentos que me envían. Siento un
alejamiento total del sentido filosófico, neobarroco, que caracterizó a la generación de los 80; y a ese aire de nostalgia, de
melancolía, que nosotros le imprimimos a la poesía en los 90, ellos le agregan una suerte de atrevimiento, de desafío: la frente
ceñuda del toro a punto de embestir. Dentro de este grupo hay que mencionar a Rubén Sánchez Féliz, Osiris Vallejo, Valentín
Amaro, Augusto Bueno, Víctor Saldaña, Ramón Gil, Yaniris Espinal, Sandra Tavárez, Johanna Díaz, Altagracia Pérez,
Gregorio Espinal, y muchos de los jóvenes del Taller de Narradores de Santiago, del Taller del Centro de la Cultura, y de los
movimientos literarios Interiorista y Contextualista, cuyos frutos ya se están viendo.

RS: ¿En cuáles proyectos estás trabajando actualmente y hasta dónde llegan tus aspiraciones literarias?
JA: En noviembre terminé un poemario y una novela y ahora en enero empecé otra. ¿Mis aspiraciones literarias? Seguir
cultivando la pasión de mi vida: la literatura. Un día feliz para mí es aquel en el que logro una buena cuartilla, charlo con un
amigo en un café, y al llegar a casa, entre el jolgorio de los niños y la nobleza de mi mujer, tomarme una copa de vino,
pensando en el porvenir sin desesperanza.

miércoles 16 de mayo de 2007

MUESTRARIO DE POESÍA 53 – TERRITORIOS EXTRAÑOS – JOSÉ ACOSTA


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Entrevista al Poeta Jose Acosta


Por Fausto Leonardo Henríquez

Nueva York, 12 de Febrero de 2004. Eran las cuatro


de la tarde, en un restaurante del Bronx, a unos
pasos de la Corte Suprema de Justicia, al término
de degustar una comida con sabor criollo, tuvo lugar
la siguiente entrevista con el poeta y escritor
dominicano José Acosta.

1. EL HOMBRE

F.: José, Dinos algo del hombre que eres, algo de tu


vida cotidiana.

J.A.: Soy un hombre normal, en el buen sentido de la palabra. Tengo dos niños que adoro, de cinco y tres
años. A quienes apodo los “churumpunes”. Cada uno de ellos se pone un nombre. Uno es Supermán
Montruo, y otro Supermán Sopa. Tengo doce años de casado con mi esposa. Una vida de pareja normal.
Yo divido la vida mía en varias cosas: en mi trabajo, mis hijos, mi hogar y también la literatura.

F.: No has dicho nada de tu país, familia, padres y hermanos.

J.A.: Nací en Santiago de los Caballeros, República Dominicana. Tengo dos hermanas y un hermano. Él
trabaja para la empresa Verizon en Santo Domingo. Una de mis hermanas es secretaria y otra es
enfermera aquí en Nueva York.

2. EL PROFESIONAL

F.: Háblanos del hombre profesional.

J.A.: Soy graduado en agronomía, duré cinco años es esa profesión. Un señor, que tenía problemas
cardíacos, -tenía el corazón grande- una vez me dijo: “Mira, en la vida tú no sabes de qué vas a vivir”.
Poco después el señor murió. Y con el tiempo me daba cuanta de es verdad, que uno no sabe de qué va a
vivir, porque después que yo me gradué duré cinco años ejerciendo la profesión, pasé a trabajar hotelería.
Yo nunca lo imaginé. Ahí duré cinco años. Trabaje de gerente de recepción en un hotel de montaña La
Mansión, que queda en San José de Las Matas, [Santiago, R. D.] Entonces en San José de Las Matas
conseguí la residencia norteamericana y vine aquí y empecé a trabajar en una zapatería.

F.: ¿En qué año aconteció esto?

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J.A.: Era el año 1995. En la zapatería me asocié con un cubano -muy buena persona- que también estaba
recién llegado y pusimos una bodega. De la bodega, entonces, compramos un video, y del video pasé a
trabajar periodismo. Ya te puedes imaginar todos los saltos que yo he dado. Aquí ejerzo el periodismo,
pero no sé si yo voy a vivir de eso toda la vida, porque los planes míos son ahorrar suficiente dinero para
poner un negocio en mi país.

F.: ¿Cuánto tiempo llevas ejerciendo el periodismo?

J.A.: Tres años, en el Diario La Prensa.

3. EL ESCRITOR

F.: Háblanos del escritor.

J.A.: El escritor que es José Acosta, es un escritor muy meticuloso, muy exigente. Al punto de que hay
muchas cosas que yo he rechazado que quizás para otras personas pueden ser buenas. Yo recuerdo que
cuando escribí mi primer libro “Territorios Extraños”… Dentro de ese libro hay poemas que seleccioné de
una mascota llena de poemas. Es decir, yo escribía una mascota de poemas durante equis período de
tiempo, varios años, leía la mascota y quizá había un poema que me gustaba, entonces sacaba ese. Lo
otro lo tiraba a una pira y lo quemaba. Así que tú puedes imaginar lo exigente que soy yo en ese sentido.
Me considero una persona que, con el tiempo comprendí, quizás no era esa la mejor manera de
seleccionar mis poemas. Era una manera demasiado gráfica. Pero también me dije que una persona
cuando va a publicar un libro tiene que lanzar lo mejor, porque ya después que sale ese libro no es tuyo,
es del mundo. Y el mundo va a verte a ti reflejado en ese libro. Lo que diga ese libro, lo que representa
ese libro, es lo que se va a ver de ti. Y, gracias a Dios, ese libro [Territorios Extraños], ganó el Premio
Nacional –fue mi primer libro-, entonces yo me di cuenta, al ganar el premio nacional, que había otra
gente que cría que ese método que yo utilizaba también era bueno. Aunque ya no implemento ese
método.

F. ¿Puedes darnos tu punto de vista sobre la creación del cuento?

J.A.: El cuento, a diferencia de la poesía, yo creo que es algo que no necesita de la inspiración del escritor.
Necesita más bien de la creación del escritor, de ese poder de la imaginación que tiene el ser humano. La
poesía te nace en un momento y es como un impulso que tú tienes que plasmar en una página. Un cuento
no, un cuento surge como una idea que se va desarrollando. Empieza con algo. Puede nacer, incluso,
hasta de una frase o de una imagen que tú veas en la televisión. Yo tengo cuentos que han nacido de una
imagen que he visto en la televisión o de una frase que yo he escuchado, o de una historia que alguien ha
contado. Entonces, ese tipo de cosas tú las vas adornando con palabras. La poesía, como te dije, es más
bien relumbrón. El relámpago de pronto nace no se sabe dónde. Y tiene la necesidad de salir de ahí,

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porque si te quedas con eso estás cerrando la puerta a tu propio ser.

F.: ¿Tú te sientes poeta o cuentista?

J.A.: Yo creo que cuando nació el cuentista, se murió un poco el poeta. Es decir, antes yo recuerdo, que
cuando escribía tenía unos momentos fabulosos. La poesía me llenaba. A veces me estaba bañando y
tenía que salir del baño todo mojado porque tenía que escribir un poema. Ya eso no me pasa. Eso
desapareció inmediatamente yo empecé a escribir narrativa. La narrativa es una cuestión que tú necesitas
pensar, que tú necesitas unir pedazos dentro de tu cerebro, a armar cosas para luego tú sentarte a
escribir, porque también el cuento no funciona cuando te llega la idea. Tú tienes que tener el cuento hecho
antes de tú sentarte a escribir. Porque si te sientas a escribir sin tener el cuerpo hecho, lo que te va a salir
son pequeñas frases deshilachadas. La poesía no, la poesía es precisamente esas frases deshilachadas,
pero que tienen un sentido. Un sentido que quizá uno se lo da, no con palabras, sino en un sentido
espiritual.

F.: ¿Tu experiencia en la narrativa te ha llevado más allá del cuento, por ejemplo, a escribir novela?

J.A.: Sí. Yo tengo dos novelas terminadas. Estoy en una tercera, en una tercera versión que complementa
a esas dos novelas, porque hubo un personaje de una que saltó hacia la otra. Es una cosa increíble. Tengo
dos novelas terminadas, completas, pero hay una tercera que mezcla a una con otra, porque, como te
dije, hubo un personaje que aparecía en una novela poco definido. Yo me di cuenta de que ese personaje
era uno de los personajes de la otra novela. Entonces yo me dije: yo tengo que reescribir esto, me salga
bien o me salga mal. Así nació mi tercera novela, que es la reflexión definitiva de las otras dos donde ya
ese personaje está bien definido y se mezcla con los otros personajes con mucha armonía.

F.: ¿Qué autores han influido en ti o te han ayudado a comprender por dónde debes caminar como
escritor?

J.A.: Cuando yo escribí mi primera novela cometí un grave error, que fue que yo me propuse no escribir
con poesía, es decir, eliminar todo lo que era poesía y lo que escribí fue algo muy seco, algo que no tenía
gracia, algo que no tenía ese espíritu que le proporciona a un texto largo, narrativo, la poesía. En la
segunda, entonces, yo me propuse ser más yo, más poeta, más dinámico. Eso me resultó mejor. Pero,
qué pasa, yo recuerdo que cuando empecé a escribir poesía, escribí un par de cuentos que leí a varios de
amigos míos (Ramón Peralta, Puro y esos muchachos). Y lo que hicieron fue que se rieron, porque eran
unos cuentos que parecían unos chistes. Entonces yo dije: no, yo no sirvo para esto, es decir, estos
cuentos como que son muy “funny” [cómicos, chistosos]. Y abandoné el cuento y me quedé tranquilo con
mi poesía. Pero después, con el tiempo, leyendo a autores como Gunter Grass y Ambrose Bierce, yo me di
cuenta de que hay un género de narrativa que es así, que es eso. Yo creo que espiritualmente mi dirección
iba hacia ese principio de narrador, es decir, narrador con cierto humor negro, con esa picardía. Entonces,
lo que hice fue que cuando descubrí estos autores que escriben así, yo dije: aquí es que yo estoy como
narrador, de ahí es que yo tengo que partir. Y por eso, entonces, surgen, por ejemplo, varios personajes

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que están dentro de mis novelas que son eso, personajes sumamente reales –en el sentido de que son
verosímiles-, pero a la vez, cuando el lector los lee se los encuentra graciosos en situaciones sumamente
terribles. Entonces yo creo –no se si todavía lo he logrado, pues es una novela que aún no ha salido al
público que me lo diga-, que de la manera que yo la leo para mí, yo creo que encontré para mí mi
dirección en cuento a la narrativa que es el humor negro, la picardía, la picaresca de la tradición
básicamente española (Cervantes, Lazarillo de Tormes) o la narrativa de La Familia de Pascual Duarte que
llevó a su autor al Nobel, que es un tipo de novela sumamente dura, en el sentido propio de la palabra,
porque toca temas muy duros, pero cuando la gente la lee hasta se ríe porque los personajes son
sumamente graciosos.

F.: En poesía hay autores que te hayan servido de plataforma en tu trayectoria como creador.

J.A.: Mira, yo digo que todo escritor tiene varias etapas, todos, por lo menos todos los de esta generación.
La primera etapa es la adolescencia al leer a Neruda, porque yo leí todo lo que era Neruda, hasta los libros
póstumos. Después la segunda etapa es César Vallejo. Cuando yo descubrí a César Vallejo leer a Nerura
era para mí hasta repulsivo. Es decir, leía algo de Neruda y no me gustaba porque había superado esa
etapa. Entonces pasé a la etapa de César Vallejo, pero qué pasa, César Vallejo te abre a ti un abanico de
posibilidades. A través de él tú puedes conocer a la vanguardia francesa, a los españoles del Siglo de Oro.
César Vallejo es como una vía para que a ti te empiece a gustar ese tipo de literatura que está en otro
plano. Autores dominicanos como Franklin Mieses Burgos, Manuel del Cabral, que tienen otra dimensión,
entran, para mí, en la etapa de César Vallejo.

F.: ¿Qué autores de tu generación te inspiran simpatía?

J.A.: Hay un cuentista –Máximo Vega- de mi ciudad natal que, para mí es uno de los mejores, y la gente
debiera leerlo, porque la literatura que él hace es una literatura que –eso es lo más difícil de lograr-
cuando tú terminas de leer sus textos, tú te quedas pensando. En poesía Ramón Peralta y en narrativa
larga Pedro Antonio Valdez. Pedro está haciendo un trabajo que yo creo que les va a abrir muchas puertas
a los narradores dominicanos.

F.: ¿Cuál es tu punto de vista sobre el Movimiento Interiorista?

J.A.: Yo creo que es uno de los movimientos más serios que hay en la República Dominicana. Es una labor
alta, prácticamente religiosa la de Bruno Rosario Candelier. La última vez que yo me reuní con ellos me di
cuanta que Bruno no ha perdido el tiempo, que hay un grupo realmente de poetas que para mí son lo
mejor que hay ahora mismo en la literatura dominicana con un talento extraordinario. Yo no sé como él ha
logrado eso. Ha aglutinado realmente a muchos nombres que son los que van a llenar las páginas de la
literatura del país.

F.: En Norteamérica hay un tipo de literatura hispana o castellana. ¿Qué papel tienen los dominicanos en
ella?

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J.A.: Yo creo que aquí en Nueva York van a salir grandes voces, principalmente en narrativa y en el
cuento, porque hay unos muchachos que están escribiendo una clase de narrativa corta que cualquiera se
sorprende. Me refiero, por ejemplo, a Osiris Vallejo y a Rubén Sánchez y otros muchachos que andan por
ahí como José López. Esa gente está escribiendo unos cuentos que, cuando los críticos o la gente amante
de la literatura se sienten a leerlos, se van a sorprender. Realmente son personas jóvenes que están
escribiendo literatura universal.

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DOMINGO 25 DE NOVIEM BRE DE 2007

ENTREVISTA A JOSÉ ACOSTA: “El


poeta es un analfabeto ilustrado”

POR JUAN MANUEL PARADA, 20/11/2007.

José Acosta, dominicano (1964), es poeta y narrador de dilatada trayectoria, galardonado por sus libros en

Francia, Venezuela, USA, México y República Dominicana. Su logro más reciente es el VI Premio Internacional

de Poesía "Nicolás Guillén", el cual obtuvo con su poemario El evangelio según la muerte, libro de poesía en

prosa donde la luz se diluye en sombras y la vida se desdibuja en imágenes contundentes.

¿Qué te seduce tanto de la muerte?

La muerte es una mujer de espaldas que, una vez te acercas, se te pierde en la oscuridad, dejándote los ojos

abiertos.

Oscuridad y sombras... Veo en El Evangelio según la muerte un permanente juego con estos elementos.

Yo estuve al lado de mi madre cuando moría, eso me tocó muy vivamente, y me hizo revalorar lo que había

alrededor: amigos, vecino, el patio de la infancia, el camino por donde anduvimos alguna vez y que ya la maleza

se traga... y el olvido. Fue una manera de aprender a ver, un modo de despertar de esta ilusión que llamamos

vida. La sombra es un velo de la luz.

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Eres un hombre exitoso y sin embargo dices: Incluso al final de la carrera, al romper la cinta de la meta (…)

fracasaremos, y esa es la verdad.

Yo creo que el fracaso y el triunfo van de la mano, están más cerca que las dos imágenes de una misma moneda.

Cuando me levanto cada mañana sé, estoy seguro, que más allá de la puerta está agazapado, como un amigo, el

fracaso.

Sino es comprender, ya que según tú es inútil, la intención de este libro, entonces ¿qué buscas con él?

Cuando escribo un libro no lo hago con una intención concreta: mi única intención, por llamarlo de algún modo,

es sacar de mi interior algo que ya no quiere estar dentro. Liberar la fiera... o el ángel ¿quién sabe? Escribir es

una descarga que nos hace más humanos, nos ayuda a mirarnos sin rencor en el espejo.

Un exorcismo...

Exacto. Solo que el demonio se queda para siempre a nuestro lado: el libro.

Sin embargo has logrado muchos éxitos con ellos, premios importantes...

Es cierto. Premios para el ego del escritor. El que escribe se libera y se va, y de lejos ve los colmillos babeantes

del que recoge los premios.

¿Entonces crees en la teoría del poeta como médium?

Es muy cierta. La poesía es un acto de sinceridad, de la más pura sinceridad. Sin esa sinceridad no hay poesía,

hay frases hechas, hay técnica plana, vacía. Por eso no se escribe poesía cuando uno quiere sino cuando ella

viene a uno y pide salir de quién sabe dónde.

¿Y los recursos técnicos del lenguaje?

Una vez un profesor amigo puso a unos niños de tercer grado a escribir un poema. Uno de ellos escribió: "La luna

es redonda y rota". Un verso bellísimo. Te aseguro que el único recurso de lenguaje que este niño tenía era su

modo de ver el mundo, cómo el mundo salía de él a través de la poesía. El poeta es un analfabeto ilustrado. No

quiero decir con ello que el escritor no debe conocer su herramienta de trabajo, que es la lengua.

¿Y cómo has hecho para enriquecer esa herramienta?

Autodidacta, en su mayoría. Me atrevo a afirmar que todo escritor lo es. A saber: ninguna universidad te enseña

a escribir un buen poema. ¿No lo crees? te pueden dar las herramientas que facilitan la tarea, pero lo otro, ese

ángel que te hace ir más allá, sólo te lo da el camino... las vivencias y muchas veces tu capacidad de pensar, de

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imaginar.

¿Pero sí es importante obtener recursos técnicos?

Importantísimo, sin ello, tendría serias limitaciones, pero el conocer el idioma no te hace poeta. La poesía está

más allá del lenguaje. Es hundir la mano en la oscuridad y sacar una orquídea.

Hundir la mano en la oscuridad y sacar una orquídea. Tu poesía está llena de imágenes ¿alguna influencia

plástica o cinematográfica?

Puede ser. Me gusta el cine pero no tengo muy buen gusto. Famosas películas me aburren y algunos "clavos" me

divierten. Creo que las imágenes en mi poesía llegan de manera natural. Cada poema pide su lenguaje, como

cada cuento o novela perfila su técnica.

¿Y alguna influencia de otros poetas?

De todos los que he leído: Huidobro, Neruda, Vallejo, Celán, Mallarme, Reyes, Mieses Burgos...

¿Te han servido de algo tus esfuerzos universitarios?

Sí, me ha enriquecido mucho. Soy agrónomo graduado con honores académicos en el Instituto Superior de

Agricultura de la República Dominicana, hice estudios de hotelería en Córdoba, España, en 1994, a través de la

cadena hotelera Occidental Hoteles, para la cual trabajaba como gerente de recepción en ese entonces. Luego

en Nueva York, donde resido actualmente, hice estudios de Literatura en SUNY, y de ahí pasé a trabajar como

periodista en el Diario La Prensa de esta ciudad, el periódico hispano de mayor circulación en EEUU. Un laberinto

¿no crees?

Imprescindible para el artista...

Exacto. Todo lo que he escrito viene de esas fuentes tan variopintas. Tengo una novela que se desarrolla en un

hotel, y en otra unos niños salen a conocer el mar a través de territorios montañosos de mi país. Como ves, son

escenarios que domino por los diversos trabajos que he ejercido.

¿A ver José, qué opinas de los premios literarios?

Son buenos, pero ocultan algo de crueldad. De 600 novelas que participan en, por ejemplo, el Planeta, siempre

hay 10 que merecerían ganar, y uno se pregunta, ¿qué pasa con las otras 9? Pues bien, unas tal vez encuentren

mercado, pero yo sé que hay una (o muchas en ese paquete) que acaso nunca verán la luz y tal vez ésa sea la

gran novela del siglo en que vivimos. Es una realidad.

MUESTRARIO DE POESÍA 53 – TERRITORIOS EXTRAÑOS – JOSÉ ACOSTA


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Has ganado tantos premios importantes que uno se pregunta ¿hasta dónde llegará José?

Yo, como escritor, tengo dos sueños: vivir algún día de mis libros, de modo que me pueda dedicar enteramente a

escribir; y crear un centro de asistencia al escritor en mi país, una especie de casa, con cafetería, habitaciones,

patios floridos, donde el escritor, al entrar, pueda decir: este es mi hogar en la literatura. Un sitio donde, por

ejemplo, un escritor de escasos recursos, que desee leer toda la obra de Víctor Hugo, pueda durar una semana

hospedado con todas las facilidades y donde se le atienda como a un rey, sólo por tenerle amor a la literatura.

Es decir, volver a tu país y no morir en Nueva York… como dice tu poema.

No quiero morir en Nueva York.

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José Acosta / biografía


(Santiago de los Caballeros, República Dominicana,
1964).
Escritor y agrónomo, reportero del rotativo neoyorquino
EL DIARIO/LA PRENSA. Con su primer libro Territorios
extraños, ganó el Premio Nacional de Poesía de su país en
1993.
Con su poemario En el secreto llamado, obtuvo la
primera mención de honor del Concurso Internacional “La
Porte des Poétes”, en París, Francia, en 1994.
Ese mismo año le fue otorgado el Voto de
Reconocimiento del Ayuntamiento de Santiago y el
Premio al Comunicador del Año, Renglón Poesía, de la
Unión de Comunicadores Católicos, en la República
Dominicana.
En 1998 gana la Mención de Poesía de la Bienal Latinoamericana de Literatura "José
Rafael Pocaterra", en Valencia, Venezuela.
Con Destrucciones obtuvo el Premio Internacional de Poesía "Odón Betanzos Palacios"
de Nueva York, en 1998.
En 2000, a su libro de cuentos El efecto dominó se le otorgó el Premio Nacional
Universidad Central del Este.
En 2001 ganó el premio único de cuentos, en el Concurso Internacional de Cuentos de
Pecx, una organización colombiana de Nueva York.
En 2003 ganó la Mención de Honor del Premio Internacional de Poesía Revista Hybrido,
de Nueva York.
En 2004, su poemario El evangelio según la Muerte obtuvo el Premio Internacional de
Poesía "Nicolás Guillén", de México.
Ese mismo año, otro poemario suyo quedó finalista del Premio Internacional de Poesía
"Miguel de Cervantes", de Armilla, en España.
En 2005, ganó los premios nacionales de novela y cuento que otorga anualmente el
gobierno dominicano a través de la Secretaría de Estado de Cultura, con las obras
Perdidos en Babilonia y Los derrotados huyen a París.
En 2007, un cuento suyo fue incluido en una antología de ensayos, cuentos y poemas que
preparó UNICEF.
En 1999, el gobierno dominicano reunió su obra poética en la Colección Fin de Siglo.
En el 2010 su libro Territorios extraños fue publicado en Muestrario de Poesía, colección
digital.

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Muestrario de Poesía
1. La eternidad y un día y otros poemas / Roberto Sosa 30. El adivinador de hojas y otros poemas / Odysseas
2. El verbo nos ampare y otros poemas / Hugo Lindo Elytis
3. Canto de guerra de las cosas y otros poemas / Joaquín 31. Las ventajas de aprender y otros poemas / Kenneth
Pasos Rexroth
4. Habitante del milagro y otros poemas / Eduardo 32. Nunca de ti, ciudad y otros poemas / Czeslaw
Carranza Milosz
5. Propiedad del recuerdo y otros poemas / Franklin Mieses 33. El barco en llamas y otros poemas / Jaroslav
Burgos Seifert
6. Poesía vertical (selección) / Roberto Juarroz 34. Uno escribe en el viento y otros poemas / Gonzalo
7. Para vivir mañana y otros poemas / Washington Rojas
Delgado. 35. El animal que llora y otros poemas / Antonio
8. Haikus / Matsuo Basho Gamoneda
9. La última tarde en esta tierra y otros poemas / Mahmud 36. Los andamios del mundo y otros poemas / Ledo Ivo
Darwish 37. Dominican Style y otros poemas / Alexis Gómez
10. Elegía sin nombre y otros poemas / Emilio Ballagas Rosa
11. Carta del exiliado y otros poemas / Ezra Pound 38. Poesía francesa actual / Muestra de 40 autores
12. Unidos por las manos y otros poemas / Carlos 39. Número equivocado y otros poemas / Wislawa
Drummond de Andrade Szymborska
13. Oda a nadie y otros poemas / Hans Magnus 40. Desde la república de la conciencia y otros poemas
Enzersberger / Seamus Heaney
14. Entender el rugido del tigre / Aimé Césaire 41. La tierra giró para acercarnos y otros poemas /
15. Poesía árabe / Antología de 16 poetas árabes Eugenio Montejo
contemporáneos 42. Secreto de familia y otros poemas / Blanca Varela
16. Voy a nombrar las cosas y otros poemas / Eliseo Diego 43. Tal vez no era pensar y otros poemas / Idea Vilariño
17. Muero de sed ante la fuente y otros poemas / Tom 44. Bajo la alta luz inmerso y otros poemas / Mariano
Raworth Brull
18. Estoy de pie en un sueño y otros poemas / Ana Istarú 45. Las ocupaciones nocturnas / Jorge Enrique Adoum
19. Señal de identidad y otros poemas / Norberto James 46. La gruta de las palabras y otros poemas / Vladimir
Rawlings Holan
20. Puedo sentirla viniendo de lejos / Derek Walcott 47. La vida nada más, la sola vida y otros poemas /
21. Epístola a los poetas que vendrán / Manuel Scorza Gastón Baquero
22. Antología de Spoon River / Edgar Lee Masters 48. El futuro empezó ayer / Luis Cardoza y Aragón
23. Beso para la Mujer de Lot y otros poemas / Carlos 49. Los errores necesarios y otros poemas / Joaquín
Martínez Rivas Giannuzzi
24. Antología esencial / Joseph Brodsky 50. Jardín de Piedra / Fernando Ruiz Granados
25. El hombre al margen y otros poemas / Heberto Padilla 51. Hablar desde la inseguridad / Rafael Cadenas
26. Réquiem y otros poemas / Ana Ajmátova 52. El hombre acorralado y otros poemas / Luis Alfredo
27. La novia mecánica y otros poemas / Jerome Torres
Rothenberg 53. Territorios Extraños /José Acosta
28. La lengua de las cosas y otros poemas / José Emilio
Pacheco
29. La tierra baldía y otros poemas / T.S. Eliot

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Colección
Muestrario de
Poesía
2010

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