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El método Bates para mejorar la vision sin gafas William H. Bates lo original: The Bates method for better eyesight without glasses Publicado en inglés por Henry Holt and Company, Nueva York Traduccién de Victor Abelardo Martinez de Capera Cobierta de M2 José del Rey Pedicién, 1994 1 edicién en la coleccién Paidés Vida y Salud, 2006 ‘Quedan rigurosomente prohibidas, sin lo auorizacién exerita de los tivores del copyright, boo les soncionesestablecidos on las leyes, lo reproduccién lol o parcial de esta obra por cualquier medio. procedimient, comprendids la reprogrfia y el ratamient informatio, y la dstibuciin de cjemplares de ella mediante alquler © préstomo poblicos, © 1940, 1943 by Emily A. Bates © 1968, 1971 by Josephine V. Guffanti @ de la traduccién, Victor Abelardo Martinez de Capera © 2006 de todas los ediciones en castellano, Ediciones Paidés lbérica, S. A., Mariano Cubi, 92 - 08021 Barcelona http://www. paidos.com ISBN-13: 978-84-493-1924-2 ISBN-10: 84-493-1924-2 Depésito legal: B-29.1 45/2006 Impreso en Litografic Rosés, S. A Energia, 11-27 - 08850 Gavé (Barcelona) Impreso en Espaiia- Printed in Spain William H. Bates El método Bates para mejorar la visién sin gafas » PAIDOS Paidés Vida y Salud Titulos publicades G. Vithoulkas - Esencia de la materia médica homeopética M, Hage EI gran libro del dolor de espalda G. Vithoulkas - Las leyes y principios de la homeopatia en su aplicacién préctica T. Bertherat - E/ cuerpo tiene sus razones, Autocura y antigimnasia F. M. Alexander, La técnica Alexander W. H. Bates - El método Bates para mejorar la visién sin gafas de Feldenkrais - El poder del yo. La fransformacién personal a través la espontaneidad .M, El método Bates para mejorar la visién sin gafas Sumario PNAUAWNE . La memoria como ayuda de la visién - Laimaginacién como ayuda dela visisn . . . . . Deslizamiento y oscilacién ... 2.02... . Las ilusiones delavision............. . Visién en condiciones adversas......... . Optimos y pésimos . Presbiopia: sus causas y tratamiento . Estrabismo y ambliopia: sus causas . Estrabismo y ambliopia: su tratamiento . Manchitas flotantes: su causa y tratamiento . . Tratamiento en casa . La verdad sobre la acomodacin .... 2... . La variabilidad de la refracci6n . . Lo que nos hacen las lentes . . Causa y tratamiento de errores de refraccién. . . . Tension .. 2... 2. . Fijacin central El «palmeo» . Tratamiento en las escuelas: métodos que fracasan. . . . . . Tratamiento en las escuelas: un método eficaz . Menteyvision. . 2.2... . Los principios fundamentales del tratamiento . 9 - 109 » 145 157 161 . . 167 «177 - 185 Capitulo 1 La teoria y los hechos La mayoria de los que escriben sobre oftalmologia parecen opinar que se ha dicho la ultima palabra sobre los problemas de refraccién (desviaci6n de las ondas luminosas cuando entran en el ojo) y, segiin sus teorfas, la ultima palabra resulta muy deprimente. En nuestros dias, casi todas las personas sufren alguna forma de error de refrac- cién. Pero se nos dice que para estas enfermedades, que no sélo son inconvenientes, sino que, con frecuencia, resultan fatigantes y peli- grosas, no hay cura, no existe otro paliativo que aquellos artilugios 6pticos conocidos como lentes, y que, en las condiciones de vida mo- dernas, no existen practicamente medidas preventivas. Bien conocido es el hecho de que el cuerpo humano no es un me- canismo perfecto. La naturaleza, en la evolucién de la vivienda hu- mana, ha sido culpable de algunos desajustes. Ha dejado atrés, por ejemplo, algunos trozos molestos de andamiaje, como el apéndice vermiforme. Pero se supone que en ningtin lugar nos ha jugado tan mala pasada como en la construccién del ojo. Los oftalmélogos nos dicen de forma undnime que el érgano visual del hombre jams fue pensado para los usos a los que le sometemos ahora. Milenios y milenios antes de que existieran escuelas, imprentas, luz eléctrica o cinematégrafo la evolucién del ojo ya estaba completa. En aquellos dias, servia perfectamente a las necesidades del animal humano. El hombre era cazador, pastor, agricultor, guerrero. Se nos ll dice que necesitaba principalmente la vision a distancia. Y, puesto que el ojo en reposo esté ajustado para ver de lejos, se supone que la vision tiene que ser de ordinario tan pasiva como la audicién de un sonido, que no requiere accién muscular alguna. Se supone, pues, que entonces la vision de cerca era la excepcién, y que necesitaba un ajuste muscular de tan corta duracién que se realizaba sin colocar peso apreciable alguno sobre el mecanismo de acomodacién (el ajus- te del ojo a diferentes distancias). Parece haberse olvidado general- mente el hecho de que la mujer primitiva fue costurera, bordadora, tejedora, artista en toda clase de trabajos delicados y hermosos. Con todo, las mujeres que vivieron en las condiciones primitivas tuvieron tan buena visién ocular como los hombres. Cuando se aprendié cémo comunicar sus pensamientos a otros por medio de formas escritas e impresas, nuevas demandas recayeron sobre los ojos, afectando al principio sélo a pocas personas, pero gra- dualmente incluyeron a més y més, hasta hoy, cuando, en los pafses més avanzados, la gran masa de la poblacién est4 sujeta a su influencia. Hace unos pocos cientos de afios ni siquiera los principes aprendian a leer y escribir. Ahora se obliga a todo el mundo a ir a la escuela, tanto siel afectado lo desea como si no, e incluso los nifios de corta edad van a los jardines de infancia. Hace unos treinta afios, los libros eran esca- sos y caros. Hoy, por medio de bibliotecas de todo tipo, estaticas o mé- viles, los libros estan al alcance de casi todos. El periddico moderno, con sus interminables columnas de informacién impresa en una cali- dad que deja generalmente mucho que desear, fue posible gracias al descubrimiento del arte de hacer papel utilizando la madera como ma- teria prima; sin duda, algo que pertenece al ayer. Sdlo recientemente ha sido desplazada la vela de sebo por las diversas formas de ilumina- cién artificial que tientan a la mayoria de nosotros a prolongar nues- tras profesiones y aficiones en horas en las que el hombre primitivo se veia forzado a descansar. Mas recientemente atin, el cinematégrafo ha venido a completar el proceso supuestamente destructivo. jEra razonable esperar que la naturaleza hubiera tenido en cuen- ta todos estos desarrollos y que hubiera producido un érgano que 12 pudiera responder a las nuevas exigencias? La oftalmologia sostiene hoy la opinion de que la naturaleza ni pudo ni lo hizo; y que, mien- tras el proceso de civilizacién depende del sentido de la vista mas que de los restantes, el érgano visual est4 mal preparado para sus tareas. Gran numero de datos parecen justificar esta conclusién. Mien- tras que existe la evidencia de que el hombre primitivo padecié poco a causa de defectos de vision, cabe afirmar con seguridad que, entre las personas mayores de veintidn afios que viven en condiciones civi- lizadas, nueve de cada diez tienen una vision imperfecta, y la propor- cién se incrementa a medida que aumenta la edad; hasta que entre las personas que han superado los cuarenta afios de edad es casi imposi- ble encontrar una persona libre de defectos visuales. Estadisticas vo- luminosas prueban estas afirmaciones. Durante més de cien afios la profesién médica ha estado buscan- do algtin método para comprobar los estragos de la civilizacién sobre el ojo humano, Los alemanes, para los que el asunto revistié vital im- portancia militar, gastaron millones de délares para llevar a cabo las sugerencias de los expertos, aunque infructuosamente; y ahora la mayo- ria de los estudiosos del tema admiten que los métodos otrora apoya- dos ciegamente como salvaguardia fiable de la vision ocular de nues- tros nifios han conseguido bien poco o nada. Algunos tienen una vision menos dramatizada del asunto, pero sus conclusiones no son precisamente hijas de los hechos. Al principal método de tratamiento, por medio de lentes artifi- ciales que compensan el error de refraccién del ojo, se le exigia bien poco; tan sélo que esos artilugios neutralizaran los efectos de las di- versas condiciones para las que eran prescritos, como una muleta permite a un cojo caminar. Se crefa que a veces verificaban el progre- so de esas condiciones, pero hoy todo oftalmélogo sabe que su utili- dad para este objetivo es, en el mejor de los casos, muy limitada. En el caso de la miopfa (corto de vista), ya en 1916 algunos oftalmélogos comprendieron que las lentes y todos los métodos ordinarios a nues- tra disposicién «son de escasa o nula utilidad» para prevenir un in- 13

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