Professional Documents
Culture Documents
Revista de estudio e
investigación en Antropología
ANTHROPOLOGIKA 1
2 ANTHROPOLOGIKA
CENTRO DE ESTUDIOS E INVESTIGACIÓN EN ANTROPOLOGÍA
CLUB DE LA SERPIENTE
Arequipa, Noviembre de 2007
ANTHROPOLOGIKA 3
4 ANTHROPOLOGIKA
ANTHROPOLOGIKA
ANTHROPOLOGIKA 5
6 ANTHROPOLOGIKA
ΛΝΤΗRΘPΘLΘGΙ
ΚΛ
Revista de estudio e investigación
en Antropología
ANTHROPOLOGIKA 7
ANTHROPOLOGIKA
Revista de estudio e investigación en Antropología
Centro de estudios e investigación en Antropología
CLUB DE LA SERPIENTE
Arequipa, Noviembre del 2007
Comité editor:
Responsable
Aleixandre Duche Pérez (editor en jefe)
Miembros
Miguel Abril Carrera
Miguel Atencio Ticona
Foto de carátula:
ALGUNOS QUE PARECEN ZURDOS DE
LAS DOS MANOS
Propiedad de http://www.grita.org
Correspondencia:
Av. Lima 310 Yanahuara, Arequipa, Perú. • Telefax +51 54 270238 •
Email: anthropologika@hotmail.com
8 ANTHROPOLOGIKA
INDICE
AGRADECIMIENTOS 13
____________________________________________________________
PROLOGO 15
____________________________________________________________
INTRODUCCIÓN
ANTHROPOLOGIKA 9
____________________________________________________________
ESTUDIOS Y TEMAS
10 ANTHROPOLOGIKA
SOPORTE BIBLIOGRÁFICO
Cultura popular:
de la épica al simulacro. 225
Néstor García Canclini
(Universidad Autónoma Metropolitana –
Iztapalapa. Ciudad de México, México)
____________________________________________________________
CONVERSACIONES
Mi país. 251
E. M. Cioran
____________________________________________________________
AUTORES
259
ANTHROPOLOGIKA 11
12 ANTHROPOLOGIKA
AGRADECIMIENTOS
ANTHROPOLOGIKA 13
escrito. A nuestros amigos Julio (Julito) y Jorge (Yorch), las gracias
eternas para ustedes dos.
Los editores
14 ANTHROPOLOGIKA
PROLOGO
ANTHROPOLOGIKA 15
16 ANTHROPOLOGIKA
INTRODUCCIÓN
ANTHROPOLOGIKA 17
carrera profesional como son: el nivel académico de los profesores,
la disponibilidad de material bibliográfico, la limitada
infraestructura de la que se dispone, el tipo de alumnos que desean
ser antropólogos, etc. y que es conocida por la “comunidad”
antropológica nacional ya que en cada uno de los Congresos
realizados en diversas partes del país incluida Lima se ha informado
al respecto y de la cual todo lo acordado no ha merecido el esfuerzo
de los integrantes por comenzar a superar estas limitaciones.
18 ANTHROPOLOGIKA
contenido encontramos temas totalmente desarticulados unos de
otros y ninguno encaminado a darle instrumentos o herramientas
básicas para su formación y desenvolvimiento profesional de los
profesores y de los alumnos.
ANTHROPOLOGIKA 19
comunes cuando se utilizan dentro de trabajos concretos.
Continuamos con Aleixandre Duche que nos presenta dos nuevas
concepciones de ver la cultura y la sociedad, y de éstas bases
teóricas que él propone da una nueva visión en los análisis de la
cultura en micro grupos-sociales. También tenemos a disposición un
artículo de Rodrigo Montoya titulado Ideología y Cultura:
Deformación interesada e invención de la realidad, pues recurriendo
a su experiencia como docente e investigador nos plantea
didácticamente la diferencia que se debe conocer de estos dos
conceptos básicos para el estudio de los comportamientos humanos
y los aportes que la antropología dio a los marxistas tal como lo
hiciera tiempo atrás Angel Paler en su obra Antropología y
marxismo. Carlos Reynoso, no podía dejar de estar presente más
aún cuando sabemos de sus aportes que hace en la discusión de
paradigmas teóricos de la Antropología después de la década de los
60 del siglo XX, en su obra titulada Corrientes contemporáneas de la
antropología. Hoy nos presenta El lado oscuro de la descripción
densa. 10 daños después; en donde nos da un resumen de las
diversas críticas que se hace al antropólogo norteamericano Clifford
Geertz como integrante de la corriente simbólica , cognitiva y aún
post moderno, utiliza las expresiones de antropólogos con quienes
compartió o integro los planteamientos de dichas corrientes, dicho
antropólogo mostrándonos dentro de estas críticas lo cuidadosos
que debemos ser cuando revisamos sus trabajos sobre Bali,
Marruecos, etc., Un último artículo de esta sección lo presenta Jorge
Rojas Runciman, estudiante del 8vo Semestre de la EPA. de la
UNFV del Perú, titulado La Antropología y la Historia: el amor en
tiempos de Cólera (1920_1950) trabajo a través del cual nos presenta
los entredichos que se han dado entre la Antropología y la Historia,
proceso que se ve ilustrado por el desenvolvimiento teórico de la
antropología y que a pesar de ello para la Antropología Social en el
periodo entre guerras, nunca aceptó este trabajo conjunto de estas
dos grandes campos del conocimiento.
20 ANTHROPOLOGIKA
La cultura popular, espacio a través del cual nos habla de esta
variante de la antropología referida a lo popular teniendo como base
los cambios que se van dando a nivel global y en donde los procesos
de homogeneización de la sociedad humana sigue estando en el
tapete.
ANTHROPOLOGIKA 21
22 ANTHROPOLOGIKA
APUNTES DE
CLASE
ANTHROPOLOGIKA 23
24 ANTHROPOLOGIKA
PASOS PARA EL ESTUDIO Y LA
EXPOSICIÓN DE UN TEXTO
ANTROPOLÓGICO*
Esteban Krotz
Universidad Autónoma Metropolitana – Iztapalapa.
Ciudad de México, México
kroqui@prodigy.net.mx
I. Premisas
*
Este texto se publicó originalmente en la revista estudiantil Hoja de V iento (Ed.
Departamento de Antropología, Universidad Autónoma Metropolitana-
Iztapalapa), año 1, abril de 1987, n. 3, pp. 1-4.
ANTHROPOLOGIKA 25
3. La ciencia antropológica es un proceso de discusión no acabado.
Esto significa que cualquier enunciado suele estar en algún tipo de
relación explícita o implícita con otros enunciados, otras obras, otros
autores. Por consiguiente, para una comprensión y explicación cabal
de un enunciado es imprescindible encontrar y explicitar este tipo
de relaciones entre el texto en cuestión y otros textos.
II. Procedimientos
26 ANTHROPOLOGIKA
que no está de acuerdo y que quiere refutar; puede ser útil anotar
este tipo de comentarios aquí (recuérdese el inciso I-3).
ANTHROPOLOGIKA 27
Aquí hay que recordar nuevamente que a menudo uno
estudia/ expone un texto no porque interese en su totalidad, sino
porque es relevante con respecto al estudio o la discusión de un
fenómeno determinado, un modelo particular, una discusión
conceptual específica, etc. Es decir recuérdense nuevamente los
incisos I-3 y I-4 , uno estudia/ expone el texto de acuerdo con un
interés o una pregunta particular. Cuanto más claro se tenga este
interés, esta pregunta, tanto más fácilmente se podrá distinguir
entre los elementos que deben seleccionarse aquí y los que por el
momento no son relevantes.
(En caso de no tenerse tal interés o pregunta, uno puede
guiarse por la misma pregunta del autor de la obra; véase inciso II-
2).
28 ANTHROPOLOGIKA
textos estudiados en otros cursos sobre temas relacionados y obras
utilizadas en una investigación constituyen materiales adecuados
para tal confrontación.
ANTHROPOLOGIKA 29
en notas a pie de página en los textos a tratar; así uno se hace, como
producto secundario, con el tiempo, de un catálogo bibliográfico,
hemerográfico y documental propio acerca de las temáticas en las
que uno está interesado, ahorrándose muchísimo tiempo en
investigaciones posteriores.
4. Finalmente hay que recordar que notas escritas son para ser
consultadas y exposiciones para ser escuchadas.
Con respecto a lo primero hay que enfatizar que notas que
después ya ni entiende quien las escribió o no las puede encontrar
cuando las necesite, carecen de todo sentido. Esto lleva a
consideraciones de otro tipo, por ejemplo, las formas de organizar
archivos, etc.
Con respecto a lo segundo hay que recordar que una
exposición siempre debe elaborarse pensando en el auditorio: su
conocimiento previo del tema, sus dificultades de comprender una
discusión en la que el expositor lleva ventaja, el tiempo disponible
para la exposición. Entre los elementos para atender estos
problemas están:
30 ANTHROPOLOGIKA
organización de la exposición (incluyendo un ensayo previo
con medición del tiempo).
Al final de estas notas vale la pena destacar que ni esta parte del
trabajo científico de todo antropólogo ni ninguna otra podrá
realizarse con éxito sin una clara y consciente planeación del
tiempo y que, tanto en este caso como en todos los demás, el avance
de cada quien dependerá en buena medida de la autoevaluación
sumamente crítica que debe hacerse una y otra vez.
ANTHROPOLOGIKA 31
GUIA DE TRABAJO
COMO PREPARAR UN BUEN TRABAJO
ESCRITO (TERM PAPER)
Sonia Ruiz
Universidad de Puerto Rico, Puerto Rico
sruiz@uprm.edu
32 ANTHROPOLOGIKA
preguntarnos ¿Qué es un sistema? ¿Quiero o puedo describirlo?
¿Qué es comunicación? ¿Me estoy refiriendo exclusivamente al
lenguaje verbal o estoy incluyendo comunicación no verbal o ruidos
significativos? ¿Quienes son mis sujetos? ¿Cómo defino a un
sordomudo?
ANTHROPOLOGIKA 33
computadora portátil) en cuanto nos ahorra esfuerzo y dolores de
cabeza, para organizar, manipular y conservar nuestros datos.
34 ANTHROPOLOGIKA
4. Construir un diseño tentativo de las partes en que estará
organizado nuestro proyecto . Ahora podemos rotular las tarjetas de
acuerdo a estas categorías. Así, si al comenzar a analizar los datos
encontramos que es necesario alterar el orden, o crear nuevas
categorías, las tarjetas pueden ser reorganizadas de acuerdo al
nuevo orden.
Apellido, Nombre
año Título del artículo en (editor o autor del libro) Título del libro
págs...,lugar: editorial.
ANTHROPOLOGIKA 35
En general, las posibles variaciones en la presentación de las
referencias están reglamentados por convenciones internas en cada
profesión; por lo tanto el mejor modelo lo encontrará cada
estudiante, revisando las revistas y publicaciones de su
especialidad.
7. Bibliografía Básica
Turabian, Kate L.
1937 A Manual for Writers of Term Papers, Thesis & Dissertations
.Chicago: The Univ. of Chicago Press.
36 ANTHROPOLOGIKA
Universidad de Puerto Rico
1973 Manual para la preparación de informes y tesis, dirigido por
Irma García de Serrano, Escuela de Administración Pública, U.P.R.
Editorial Universitaria.
ANEXO
ANTHROPOLOGIKA 37
al." in text citations of 3 or more authors. In References Cited, spell
out all names. In in-text citations (author/date), use colon between
year and page number instead of comma. For instance, use
Waterman 1990:3-7 instead of Waterman 1990, 3-7 (exception to
Chicago). Don't use state name with city of publication unless city is
obscure or there are several with that name. Where state name is
used, use two-letter postal code. Do not use ibid. for repeated
references. Place text citations as near the author's name as possible;
place quotation citations after the quote. When citing an author, put
the year in parentheses, but when citing a work, put the year (and
page numbers, if applicable) in the running text. Newspaper names
used as authors in citations are italicized, but as authors in
references they are roman. Cite a specific volume of a referenced
work by inserting the volume number after the year (e.g., Waterman
1990, 2:3-7). If only one volume of the work is cited in article,
reference only that volume and don't include volume number in
citation.
Ejemplos:
Castles, Stephen
1984 Here for Good. London: Pluto Press.
C. Varios autores
38 ANTHROPOLOGIKA
Gallimore, Ronald
1983a xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx.
1983b xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx.
Spindler, George
In press In Pursuit of a Dream: The Experience of Central
Americans Recently Arrived in the U.S. Stanford: Stanford
University Press.
Spindler, George
n.d. Education and Reproduction among Turkish Families in
Sydney. Department of Education, University of Sydney,
unpublished MS.
Rohlen, Thomas P.
1981 Education: Policies and Prospects. In Koreans in Japan:
Ethnic Conflicts and Accommodation. C. Lee and George DeVos, eds.
Pp. 182-222. Berkeley: University of California Press.
Price, T. Douglas
1993 Issues in Palaeolithic and Mesolithic Research. In Hunting
and Animal Exploitation in the Later Palaeolithic and Mesolithic
of Eurasia. Gail Larsen Peterkin, Harvey M. Bricker, and Paul
Mellars, eds. Pp. 241-244. Archeological Papers of the American
Anthropological Association, 4. Arlington, VA: American
Anthropological Association.
ANTHROPOLOGIKA 39
I. Articulo en revista (If page numbering does not continue
throughout volume, include issue number in parentheses after
volume number.)
Moll, Luis C.
1986 Writing as Communication: Creating Strategic Learning
Environments for Students. Theory into Practice 25:102-108.
Rutherford, Danilyn
1996 Of Birds and Gifts: Reviving Tradition on an Indonesian
Frontier. In Resisting Identities. Theme issue. Cultural
Anthropology 11:577-616.
K. Libro en series
Bartlett, H. H.
1973 The Labors of the Datoe and Other Essays on the Batak of Asakan
(North Sumatra). Michigan Papers on South and Southeast Asia,
15. Ann Arbor, MI: University of Michigan.
M. Review
Trueba, Henry T.
1986 Review of Beyond Language: Social and Cultural Factors in
Schooling Language Minority Students. Anthropology and
Education Quarterly 17:255-259.
N. Reporte
40 ANTHROPOLOGIKA
Kamehameha Schools
1977 Results of the Minimum Objective System, 1975-1976.
Technical Report No. 77. Honolulu, HA: Kamehameha Schools,
Kamehameha Elementary Education Program.
O. Tesis doctoral
D'Amato, John
1986 "We Cool, Tha's Why": A Study of Personhood and Place in a
Class of Hawaiian Second Graders. Ph.D. dissertation, University
of Hawaii.
P. Paper
Shimahara, Nobuo K.
1983 Mobility and Education of Buraku: The Case of a Japanese
Minority. Paper presented at the Annual Meeting of the American
Anthropological Association, Chicago, November 18.
Q. Reprint/translation
Gennep, A. van
1960[1908] The Rites of Passage. M. Vizedom and M. Caffee,
trans. Chicago: University of Chicago Press.
R. Ediciones posteriores
Gallimore, Ronald
1986 Qualitative Methods in Research on Teaching. In Handbook of
Research on Teaching. 3rd edition. M. C. Wittrock, ed. Pp. 119-162.
New York: Macmillan.
Reinhold, Robert
1986 Illegal Aliens Hoping to Claim Their Dreams. New York
Times, November 3: A1, A10.
ANTHROPOLOGIKA 41
T. Comuniaciones personales (e-mail, listserv, y newsgroup
messages)
U. Court case
V. Documento de Internet
Use this format (the "URL") for documents obtained at FTP or Telnet
sites (ftp://...), WWW sites (http://), and gopher sites (gopher://):
Rheingold, Howard
1992 A Slice of Life in My Virtual Community. Electronic
document. ftp://well.sf.ca.us/serv/ftp/pub/eff/papers/cyber/
retrieved Jan 5, 1997.
42 ANTHROPOLOGIKA
EL TRABAJO DE CAMPO
ANTROPOLÓGICO. ESTUDIO DE LOS
AYMARAS EN EL ALTIPLANO PERUANO*
Ted Lewellen †
University of Richmond, Virgninia
1) Decidiendo el lugar
a) Un sacerdote Maryknoll en la Universidad de Colorado me
contactó con el Instituto Aymara en Chucuito, Peru.
• The Aymara
a) Alrededor de 2 millones de aymaras viven en los Andes. La
mayoría de ellos en Bolivia.
b) Alrededor de 200,000 aymaras viven en la cuenca del lago Titicaca en el
sur del Perú a 12,500 pies de altura.
*
Traducido del ingles por Aleixandre Duche
ANTHROPOLOGIKA 43
• Un corte transversal de los Andes
2) Revisión de la literatura
4) El propósito de la investigación
a) Fueron necesarios dos propósitos para esta investigación: el
primero fue para mi comité de disertación y el otro para soporte
financiero de los misioneros Maryknoll.
b) Una revisión de la literatura
44 ANTHROPOLOGIKA
c) Una descripción del proyecto
d) Una presentación de la teoría y las hipótesis
e) Una descripción de los métodos de investigación
f) Un presupuesto detallado
g) Planes para la publicación
6) Trasladándose al campo
a) La isla de Soqa se encuentra a 15 km de caminata de la carretera
mas cercana.
Haciéndose conocer ante el pueblo
a) Cirilo me presento ante la comunidad.
b) En agradecimiento a su hospitalidad, prometí ayudarlos con
asuntos sobre salud.
Participando….
- Enseñando en los dos colegios
- Padrino de un partido de fútbol
Observando…
7) Estructurando la teoría
a) A principios del siglo XX, el sociólogo Max Weber teorizó que “El
espíritu del Capitalismo” conllevó al capitalismo.
ANTHROPOLOGIKA 45
b) Tal vez la mayoría de campesinos empresarios se convirtieron al
Protestantismo para evadir el costoso sistema de fiesta de los
católicos.
• Formulando hipótesis
a) El sistema de fiesta católico es lo suficientemente costoso para
motivar la conversión religiosa a favor de acumular dinero para la
inversión.
b) Protestants will be more likely than Catholics to invest surplus
capital back into the means of production.
• Luego de la prueba…
a) Se hicieron re-entrevistas tres meses después.
b) Entrevistas personales a todos los recién convertidos al
protestantismo en tres comunidades.
• Comenzando a reformular….
a) Las fiestas no son muy costosas y...
b) los protestantes no tuvieron mucho mas capital o son mas
adinerados que los católicos.
c) Por qué entonces los protestantes son una elite política?
46 ANTHROPOLOGIKA
b) Pero no hay una historia escrita, esto requiere extensivas
entrevistas.
• Escribiendo y publicando...
a) La investigación es inservible y tiene poca validez si no se
comparte con una comunidad académica o intelectual.
b) Esta investigación dio como resultado:
- Un libro.
- 5 artículos en revistas especializadas.
- 9 presentaciones en eventos especializados.
- Una deserción doctoral
*
El autor hace referencia a que es importante saber leer y escribir para poder
conocer a dios, por medio de la lectura de la Biblia. (N. del T.)
ANTHROPOLOGIKA 47
48 ANTHROPOLOGIKA
ESTUDIOS Y
TEMAS
ANTHROPOLOGIKA 49
50 ANTHROPOLOGIKA
LAS BASES MATERIALES DE EXISTENCIA
ANTHROPOLOGIKA 51
Pero ¿A que nos referimos exactamente con la denominación de
“bases materiales de existencia”? Y ¿Por qué esta denominación?,
¿Cuáles son sus bases epistemológicas y complementos teóricos? Y
¿Cómo se relaciona con otros componentes de la realidad? Estas son
algunas de las preguntas que puntualmente pretendemos responder
en el presente artículo, para lo cual recurriremos -por fines
prácticos- a las dos “estrategias” de investigación de las que se
desprende directamente el concepto: el materialismo histórico y el
materialismo cultural. Con esta finalidad revisaremos brevemente lo
que Carl Marx y Marvin Harris nos dicen al respecto, tratando de
respetar la secuencialidad cronológica. Luego esbozaremos desde
nuestra perspectiva las implicancias y consideraciones sobre estas
“Bases materiales de existencia”. Y culminaremos con una breve
reflexión el posible uso teórico del concepto.
52 ANTHROPOLOGIKA
permita una adecuada objetivación del hecho social: una dimensión
social más “concreta”, si se quiere, que por sobre todo permita al
observador un registro material apreciable y mejor analizable (si
cabe el término). Para él, la producción y reproducción de la vida
social cumple, mejor que ninguna otra, con estas características, y
por consiguiente será el lente a través del cual mirará la sociedad:
2
Ob.Cit., p. 183
ANTHROPOLOGIKA 53
de los procesos evolutivos y/o históricos de las sociedades
humanas3. Con los precedentes teóricos de sus antecesores y
contemporáneos antropólogos Marvin Harris finalmente desarrolla
su estrategia Materialista cultural, partiendo para sus análisis con la
base epistemológica de la separación entre fenómenos de tipo etic y
fenómenos de tipo emic4. Según Harris: “Las preposiciones emic se
refieren a sistemas lógico-empíricos cuyas distinciones fenoménicas o
‘cosas’ están hechas de contrastes y discriminaciones que los actores
mismos consideran significativas, con sentido, reales, verdaderas o de
algún modo apropiadas”, mientras que “Las proposiciones etic dependen de
distinciones fenoménicas consideradas adecuadas por la comunidad de
observadores científicos… Las proposiciones etic quedan verificadas cuando
varios observadores independientes, usando operaciones similares, están de
acuerdo en que un acontecimiento dado ha ocurrido”5. En otras palabras
lo emic implica la perspectiva de interpretación cultural del actor o
de los actores sociales de un hecho, fenómeno o fenómenos dentro
de una sociedad determinada en un espacio-tiempo específicos. Y lo
etic es más bien la perspectiva de interpretación –también cultural-
que el observador científico realiza sobre un hecho, fenómeno o
fenómenos dentro de un espacio-tiempo relativos. La diferencia que
hacemos entre espacio-tiempo específicos y relativos en cada uno, se
debe fundamentalmente a los alcancen puntuales de la primera (mi
perspectiva y la de mis pares en nuestro propio espacio y tiempo) y
las pretensiones generalistas de la segunda (las regularidades
existentes más allá de espacios y tiempos específicos). Por esto, en
las propias palabras de Harris, “Para los materialistas culturales, el
punto de partida de todo análisis sociocultural lo constituye sencillamente
la existencia de una población humana etic situada en unas coordenadas
espaciales y temporales de tipo etic”6
3
Como los distinguiera M. Sahlins en su distinción entre evolución especifica y
general, en determinados casos algunos autores igualan evolución con historia
(por ejemplo Murdock o Steward con su idea de evolución multilineal) y en otros
reservan el primero para lo general y el segundo para lo específico (como
Kroeber o White), en Paul Bohannan y Mark Glazer, Antropología. Lecturas,
McGraw-Hill, Madrid, 1993, p.388
4
Harris hace referencia a que los términos en sí fueron acuñados por Kenneth
Pike por analogía con fonética y fonémica, cuya tradición hace comenzar con
Sapir. En Marvin Harris, El desarrollo de la teoría antropológica. Historia de las
teorías de la cultura. Siglo XXI editores, Madrid, 1985, p. 492
5
Ob.Cit., p. 493 y 497
6
Marvin Harris, Materialismo Cultural, Alianza Universidad, Madrid, 1985, p.
63
54 ANTHROPOLOGIKA
Ahora, para explicar cada uno de sus dominios, Harris agrupa los
fenómenos sociales en cinco “categorías conductuales etic”: el modo
de producción, el modo de reproducción, la economía doméstica, la
economía política y la superestructura conductual. Esquema que es
reductible a tres componentes sintéticos: La infraestructura (modos
de producción y reproducción), la estructura (economías domestica
y política) y la superestructura. La relación entre cada uno de sus
componentes esta marcada por la preponderancia de los factores
infraestructurales en la construcción de estrategias conductuales etic
de adaptación a dichos factores y en su correspondiente
componente emic, esta relación constituye lo que denominó
determinación infraestructural. En otras palabras las tecnologías y
prácticas que buscan incrementar o reducir la producción de energía
y población determinan la forma en que estas interrelacionan a las
personas de un grupo social a partir de procesos simbólicos y actos
lingüísticos correspondientes a dichos fenómenos en el marco de la
pertenencia a un todo fenoménico más amplio, que viene a ser –de
manera general- el mundo natural tanto tiempo alejado, por las
teorías, del mundo social. Esto en palabras de Harris se sintetiza en
lo siguiente:
ANTHROPOLOGIKA 55
propios actores sociales. La ciencia –al igual que todas las otras
formas de conocer las realidades- es una forma de conocimiento
cultural, por esto el papel de lo intersubjetivo resulta tan importante
en el observador científico, como en el actor social, para la
conformación de su propia perspectiva. Pero sobre esto hay mucho
por decir y no es la intención del presente artículo profundizar en el
tema, por lo cual dejaremos este tema para una ocasión posterior.
56 ANTHROPOLOGIKA
al papel de la reproducción en el análisis de los fenómenos sociales,
pero aunque su intención parece ir por hablar de una reproducción
en un sentido completo (de la vida biológica y social) finalmente
acaba remitiéndose a la reproducción poblacional.
ANTHROPOLOGIKA 57
correspondiente conciencia social (que no es otra cosa que la
ideología) también juegan un papel importante. En Marx el término
Infraestructura tiene un definición ambigua y lo suele reservar para
todo aquello que ha quedado fuera de las definiciones anteriores
(condiciones medio-ambientales, etc). Este esquema aun obedece a
la separación clásica entre fenómenos sociales y fenómenos de la
naturaleza.
58 ANTHROPOLOGIKA
reestructuración de esa realidad objetiva. Las formas de adaptación
tecno-ambientales de un grupo humano en una región o territorio
dado se encontraran en estrecha y evidente relación con las formas
de dicho territorio, su distribución y recursos presentes, a través del
tiempo. Allá donde la ecología lo facilitó se desarrollo agricultura o
ganadería o pesca o industria o caza-recolección, etc como las
principales actividades de subsistencia; se formaron bandas, clanes,
tribus, gens, familias extendidas o nucleares; se permitió la escasa o
la gran concentración de personas en un mismo espacio; se fomento
la poca o la mucha procreación; se construyeron unos símbolos y no
otros; se establecieron unos comportamientos y o no se presentaron
o desecharon otros. Utilizando otras palabras nos atreveremos a
decir que estas bases materiales de existencia son todas las condiciones
ecológicas, tecnológicas, metodológicas, demográficas, territoriales
y temporales de acción humana.
ANTHROPOLOGIKA 59
Hemos omitido el uso de los conceptos de producción y
reproducción de manera intencional, con la finalidad de –
tomándolos en un sentido amplio- afirmar que existe tanto
producción como reproducción de la cultura, de la estructura-
acontecimiento y de las bases materiales de existencia. Esto es que
además de producir y reproducir economía, tecnología y población,
también producimos y reproducimos ideología, corpus político-
jurídico, lengua, artes, etc.; relaciones sociales y ecológicas y hasta
nuestro propio hábitat. En otras palabras producimos y
reproducimos nuestra realidad objetiva. Y el grado efectivo en que
la cultura, la estructura-acontecimiento y las bases materiales de
existencia influyan en la conformación de tales o cuales fenómenos
de la realidad objetiva dependerá de la relación puntual de sus
respectivos componentes.
Esto significa, como lo expone Marc Augé, que existe una triple
exigencia para el antropólogo: Elegir un terreno, aplicar un método
y construir un objeto. La cuestión aquí radica en establecer el tipo de
relación entre terreno, método y objeto. El mismo Auge al hablar de
la relación entre antropología e historia, dice puntualmente:
.
“Si el espacio es la materia prima de la antropología, se trata aquí
de un espacio histórico, y si el tiempo es la materia prima de la
historia, se trata de un tiempo localizado y, en ese sentido, un
tiempo antropológico”10
60 ANTHROPOLOGIKA
Es en ese sentido si elegimos un espacio o un tiempo o ambos, estos
estarán simbolizados en relación a referencias organizadoras de lo
mental y material antes de ser concebibles. En nuestro caso el
terreno abarca ambas coordenadas y sus posibles desplazamientos a
través de las mismas, si hemos hablado de unas bases materiales de
existencia y las hemos conceptualizado como todas las condiciones
ecológicas, tecnológicas, metodológicas, demográficas, territoriales y
cronológicas de acción humana, entonces estas constituyen el propio
terreno.
Para finalizar los dejaré con una última frase: No pocas veces lo
evidente es lo más difícil de ver.
Bibliografía:
ANTHROPOLOGIKA 61
Engels, Federick. Carta a Joseph Bloch. En C. Marx y F. Engels,
Obras escogidas, Editorial Progreso, Moscú. P. 181-185
Recursos de Internet:
http://es.wikipedia.org/wiki/Materialismo_dial%C3%A9ctico
62 ANTHROPOLOGIKA
El objetivo de este texto es proporcionar algunos conceptos
generales alrededor de lo intercultural: cultura, identidad,
multiculturalismo e interculturalidad.
CULTURA
ANTHROPOLOGIKA 63
Por otro lado, usamos el término también para definir elementos
propios de grupos humanos particulares, así hablamos de una
cultura andina, una cultura amazónica, una cultura Inca, Chavín,
etc.
Dentro de las ciencias sociales, son los antropólogos los que se han
preocupado desde muy temprano en el siglo XX del concepto de
cultura, que es indisociable de la tradición académica de algunas
escuelas en antropología (particularmente la americana, a su vez
derivada de la alemana). El término ha sido largamente debatido y
discutido por décadas, y hay múltiples definiciones de la cultura.
Hay quienes afirman que para la antropología el concepto es algo
así como la historia de un éxito y de un fracaso al mismo tiempo. Un
éxito, porque lograron convertir un término científico, de uso
limitado, en un término popular en el habla cotidiana. Un fracaso
porque en dicha operación, se perdió la claridad de la definición.
64 ANTHROPOLOGIKA
En cualquier caso, el enfoque más utilizado en las discusiones sobre
interculturalidad asume la primera acepción pero se desarrolla
sobre la segunda. El supuesto básico es que “cultura” corresponde a
una comunidad, a una colectividad distinguible de las otras, con
rasgos característicos.
ANTHROPOLOGIKA 65
significa simplemente “gente”, y el runa simi, su lengua significa “la
lengua que habla la gente”.
IDENTIDAD
66 ANTHROPOLOGIKA
espacios más o menos amplios de indefinición, en los que una cosa
pertenece o puede pertenecer a dos o más ámbitos diferentes; es un
concepto diferente al de límite, que separa claramente un ámbito del
otro.
ANTHROPOLOGIKA 67
propios, aquellos que los grupos eligen o consideran distintivos de
si mismos, marcadores de su identidad, aquellos que son
reconocidos por propios y extraños, sobre los que existe relativo
consenso, al menos al interior de los grupos. Finalmente, hay un
tercer nivel, de alguna manera derivado del anterior, cuando un
grupo decide movilizar algunos marcadores de identidad con la
finalidad de producir un efecto público o político (Cf. Diez 1999)
68 ANTHROPOLOGIKA
expresar la esencia de las culturas y para mostrar una identidad
única y particular.
MULTICULTURALISMO
ANTHROPOLOGIKA 69
La crítica cultural preocupa a los conservadores porque la
celebración de la diferencia socava los valores comunes y amenaza
la coherencia nacional. La identidad cultural va de la mano con la
política. En una sociedad multicultural se debe respetar, incluso
alentar, la diferencia cultural pero choca con otra idea desde la
misma perspectiva, basada en que todos los ciudadanos son iguales
ante la ley.
70 ANTHROPOLOGIKA
El problema no está en la defensa de los derechos individuales sino
de los colectivos (porque justamente interfieren sobre los primeros).
Las dificultades para la definición de derechos culturales colectivos
se expresan particularmente en el paso de lo público a lo privado y
también en el camino inverso.
ANTHROPOLOGIKA 71
asegurando iguales condiciones de trabajo, educación y salud para
todos con respeto a las diferencias.
INTERCULTURALIDAD:
72 ANTHROPOLOGIKA
meta a alcanzar, la interculturalidad debería ser entendida
como un proceso permanente de relación, comunicación y
aprendizaje entre personas, grupos, conocimientos, valores
y tradiciones distintas, orientada a generar, construir y
propiciar un respeto mutuo, y a un desarrollo pleno de las
capacidades de los individuos, por encima de sus
diferencias culturales y sociales” (Córdova, Paula,
Interculturalidad y dialogismo, en: Heise 2003).
ANTHROPOLOGIKA 73
El meollo de las relaciones interculturales está en la percepción
diferenciada y los diferentes códigos de comunicación que emplean
para comunicarse quienes provienen de culturas diferentes. En una
situación intercultural, cada uno de los interlocutores interpreta los
actos y palabras del otro en sus propios códigos, generando de
alguna manera, una comunicación distorsionada o una falsa
comunicación. La primera barrera para la comunicación
intercultural es la distancia cultural entre los interlocutores, que sólo
puede salvarse por la comprensión cultural del otro: sólo es posible
entender a mi interlocutor si conozco mínimamente su cultura (por
lo que detrás de la interculturalidad positiva, hay un reto
educacional).
74 ANTHROPOLOGIKA
1. Elementos descriptivos: a) ¿Cuál es la situación intercultural en la
que nos encontramos? ó la búsqueda de la comprensión de la
situación de contacto cultural; b) ¿Cuáles son los factores o rasgos
culturales relevantes en las relaciones cotidianas?; c) ¿Cuál es la
situación y capacidad real de acción de los diversos grupos
culturales identificados?, ¿es la misma?
BIBLIOGRAFIA
ANTHROPOLOGIKA 75
Kuper, Adam. Cultura. La versión de los antropólogos. Barcelona,
Paidós, 2001.
Aleixandre Duche
Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa
76 ANTHROPOLOGIKA
aleixandrebrian@gmail.com
Clifford Geertz
A modo de introducción
ANTHROPOLOGIKA 77
construye tejidos sociales que en mayores niveles nos dan grupos
sociales mucho mas grandes como distritos enteros, ciudades,
países, etc.
Sociedad
Lo que propongo es una visión mas detallada de lo qué es, del cómo
funciona la sociedad y de cómo ésta está en una constante
reestructuración.
78 ANTHROPOLOGIKA
que nos convertimos en seres sociales, nuestra sociabilidad empieza
ahí. Desde la sociabilidad familiar nos conducimos a niveles mas
individuales y personalizados de sociabilidad.
Como hemos visto, cada vez que hacemos nuevas relaciones sociales o
volvemos a las relaciones sociales comunes estamos reestructurando
continuamente nuestro tejido social. El imaginario de esta visión se
refleja en un Cubo de Rubik, los diferentes colores representan a
ANTHROPOLOGIKA 79
cada individuo y el movimiento continuo y sin fin fijo, a las
diferentes interacciones sociales que hacemos.
Cultura
80 ANTHROPOLOGIKA
son principios definidos o reglas que las
personas deben cumplir.
La historia y la cultura
ANTHROPOLOGIKA 81
un pasado, presente y futuro comunes: la historia de Arequipa. Pero
en la Arequipa de hoy los jóvenes no comparten la misma historia y
cultura14 que sus padres y estos a su vez con sus antecesores.
Inclusive y sin ir tan lejos todos los jóvenes de la misma edad no
comparten una misma vida en común y por ende tampoco un
pasado. La migración es un proceso tan común que ya ha
desaparecido su sentido estricto en especial en contextos sociales y
culturales como el de nuestro país. ¿Pero que hay con respecto a
nuestro historia nacional común, el tahuantinsuyo, la conquista, la
colonia, el proceso de independencia, etc.? Citando a Flores Galindo
(1988): “reconocer un pasado no significa admitirlo” lo que implica que
no todos aceptamos tener la misma historia ya sea local, distrital,
regional y/o nacional común. Cada uno posee su propia historia e
identidad teniendo como base la cultura y la vida social de cada
uno.
14
En el sentido común del termino.
82 ANTHROPOLOGIKA
• Los discursos culturales incluyen: a) los artefactos culturales o
cultura material.
b) la interacción lingüística
directa.
c) la acción e interacción
social: conciente o
inconsciente.
• No existen dos o mas personas que posean la misma cultura,
sólo se puede llegar a tener ciertos patrones socio-culturales
comunes o afines a otros individuos, que no necesariamente
tienen que vivir dentro de un mismo contexto social.
• La cultura no es la misma en cualquier tipo de contexto o en la
interacción social. No somos los mismos en casa que en el
Central Park o el palacio de Buckingham.15
Para concluir
ANTHROPOLOGIKA 83
Una de las primeras cosas que el hombre trato de entender fueron
los hechos naturales: ¿Por qué sale el sol?; ¿Por qué existen las
estrellas?; ¿Por qué a veces llueve y a veces hace un calor extremo?;
¿Por qué caen las hojas de los árboles? ¿Por qué nos enfermamos?
etc. Desde el comienzo se ha intentado dar explicación a los hechos
de la naturaleza; respuestas hay por miles de millones, aferrarse a
una respuesta: la religión por ejemplo. Este intento de explicar es
una acción simbólica: lo simbólico existe siempre y cuando
queramos dar sentido propio o común a algo. Pero dentro de esta
simbolización existen dos formas diferentes de ella: la simbolización
conciente y la inconsciente. La primera tiene una base cultural y
puede ser tanto particular como publica. Por ejemplo la cruz de
madera en la puerta de cualquier iglesia cristiana simboliza la fe e
Historia del cristianismo. La insignia que portan los alumnos del
colegio X es simbolizable a) concientemente para los alumnos,
familiares y personal docente y administrativo como el emblema
que representa las cualidades y características de lo que el colegio
es. Por otro lado b) para cualquier otra persona que desconozca la
existencia de dicho colegio, al ver la insignia podrá –si se da el caso
y el contexto especifico- afirmar que lo que ve o tiene en sus manos
es una insignia de algún colegio tal (quizás mencione el nombre) sin
brindarle mayor importancia de la que él quiera darle.
Simbolización inconsciente. Pero esta segunda forma de
simbolización no tiene que ser necesariamente directa. No todos al
ver sal derramada exclamamos: ¡quien ensucio el piso!, otros
pueden decir ¡quien será el envidioso que quiere hacer daño!
84 ANTHROPOLOGIKA
comprensión entre las normas sociales y las culturales. Y por ultimo
la religión sirve de balanza entre el entendimiento de la existencia y
la incomprensión de fenómenos socio-culturales y los naturales.
ANTHROPOLOGIKA 85
A, b, c, d, e, f, g, h, etc. son los P S-C del individuo X, cada uno de
ellos representa una característica especifica de su pensamiento,
ideas y comportamiento, es decir, representa un rasgo distintivo de
su cultura. Pero cada P S-C es activado de acuerdo al contexto en que
el ser humano se encuentre.
86 ANTHROPOLOGIKA
La vida social del hombre lo lleva a poder por una parte hacer show
de su cultura y por otra, a reconocer que posee afinidad con otros
individuos, lo que genera el tejido social del individuo.
ANTHROPOLOGIKA 87
compatibilidad; y los triángulos son aquellos en donde la
compatibilidad es mínima.
88 ANTHROPOLOGIKA
Luego la comparación de micro grupos sociales con otros micro
grupos sociales nos mostrara dos cosas: por una parte nos dará a
conocer como dos grupos sociales se pueden juntar o unir de
acuerdo a ciertas circunstancias sociales y/o culturales y pueden
formar un solo grupo. Y segundo la unión de varios micro grupos
sociales forman un grupo social a niveles de mediana escala y macro
sociales.
ANTHROPOLOGIKA 89
III. VENTAJAS Y DESVENTAJAS
Ventajas
Desventajas
90 ANTHROPOLOGIKA
IV. REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
ANTHROPOLOGIKA 91
Ideología y Cultura. Deformación Interesada e
Invención de la realidad
Rodrigo Montoya
Universidad Nacional Mayor de San Marcos
rodrigo.montoya@terra.com.pe
92 ANTHROPOLOGIKA
En buena parte de eso que se llama “tercer mundo”, una parte de la
iglesia se sitúa de ambigüedad del lado de los vencidos y explotados
y ya es común saber que en las guerrillas de numerosos países,
luego de los combates, curas guerrilleros celebran misas. La fuerza
atribuida a los dioses parece ser mayor de la que se suponía.
ANTHROPOLOGIKA 93
impase. Hoy, cunado una grave y lamentable tragedia lo tiene
encerrado en un hospital, quisieron indicar aquí mi deuda con esta
contribución. Mas allá de sus errores corresponde a Althusser el
merito de abrir una nueva etapa en el pensamiento marxista
contemporáneo. El ha puesto el tapete la importancia de eso que se
llama superestructura y ha contribuido con elementos valiosos para
pensar el problema de otro modo.
94 ANTHROPOLOGIKA
deuda de Engels con Morgan para escribir el Origen de la Familia, la
Propiedad Privada y el Estado es bien conocido.
ANTHROPOLOGIKA 95
se trata de identificarlos y, finalmente, sugerir un modo posible de
usar ambos dentro de un mismo razonamiento teórico.
I. Concepto de cultura
1. Cultura y antropología
96 ANTHROPOLOGIKA
estudio del hombre suponía por eso la investigación de su
naturaleza y súper orgánica (pre-historia, paleontología), la
lingüística y la antropología social-cultural-etnología, se
convirtieron e fines del siglo XIX y los primeros veinte años de
nuestro siglo en los cuatro grandes campos para la formación
profesional de Antropólogos.
ANTHROPOLOGIKA 97
crean para satisfacer sus necesidades expresan las normas y el
espíritu (Ethos) de una sociedad.
CULTURA:
hábitos
comportamientos
aprendido,
compartido
transmitido.
Comunicación:
SIMBOLIZACION,
LENGUAJE
Transmisión: acumulativa
de una generación a otra
98 ANTHROPOLOGIKA
Malinowski, (1944/1968) propuso una “teoría científica de la
cultura” no tenida en cuenta por Kroeber y Kluckhohn. Su análisis
“funcional” considera la cultura como un instrumento para
satisfacer necesidades básicas y derivadas, como un compuesto de
instituciones, pues la cultura seria el mismo tiempo un triple
aparato: material (técnica), humano (biología) y espiritual (valores).
Las instituciones, coordinadas y relativamente autónomas serian
regidas por leyes que definen la organización y el marco de la
nacionalidad de la cultura.
2. Cultura y marxismo
ANTHROPOLOGIKA 99
La editorial Progreso de Moscú ha reunido un conjunto de textos de
Lenin, publicados con el titulo “La Cultura y la Revolución
Cultural”. (2)
“Sin comprender con claridad que solo se puede crear esta cultura
proletaria conociendo con precisión la cultura que ha creado la
humanidad en todo su desarrollo y transformándola, sin
comprender eso, no podremos cumplir esta tarea. La cultura
proletaria no surge de fuente desconocida, no es una invención de
los que llaman especialistas en cultura proletaria. Esa es pura
necesidad. La cultura proletaria tiene que ser el desarrollo lógico de
hacer conocimientos conquistados por la humanidad bajo el yugo de
la sociedad capitalista, de la sociedad terrateniente, de la sociedad
burocrática … Solo se puede llegar a ser comunista cuando se
enriquece la memoria con todo el tesoro de la ciencia acumulado por
la humanidad”.(p. 129-130)
100 ANTHROPOLOGIKA
puede ser obra de ignorantes y6 que APRA ello hace falta algo mas
que nociones rudimentaria. No basta con comprender lo que es la
electricidad, hay que saber como aplicarla… esa es la tarea que tiene
planteada cada comunista consciente… debe comprender que
solamente sobre la base de la instrucción moderna podrá crear esta
sociedad y que si carece de esa instrucción, el comunismo no será
mas que un deseo”.(p. 130-135)
Los textos citados son suficientes para concluir que para Lenin la
cultura era sinónimo de instrucción, educación, conocimientos,
técnica y ciencia.
“Se debe de hablar de la lucha por una nueva cultura; es decir, por
una vida normal nueva que no pueda dejar de estar íntimamente
ligada a una nueva percepción clara de ka verdad de la vida hasta
que esta intuiciones convierte en un modo original de sentir y ver la
realidad, íntimamente connatural con las probabilidades artísticas y
la posibilidad de arte de obrar”. (Formación de los intelectuales,
1967: 109-110)
ANTHROPOLOGIKA 101
“Hay que perder la costumbre y dejar de concebir la cultura como
saber enciclopédico en el cual el hombre no se contempla mas que
bajo la forma de un recipiente que hay que llenar y apuntalar con
datos empíricos… La cultura es cosa muy distinta. Es organización
disciplina del yo interior, apoderamiento de la personalidad propia,
conquista de superior conciencia por la cual se llega a comprender el
valor histórico que tiene, su función en la vida, sus derechos y sus
deberes” (Socialismo y Cultura. En antología 1974: 15)
102 ANTHROPOLOGIKA
antropológica y va mucho mas allá del contenido que identifica la
cultura con la ciencia o el saber y nada mas.
ANTHROPOLOGIKA 103
“dos valores de uso … ocupan toda la vida social: son valores todas
las cosas materiales e inmateriales que respondan a las necesidades
del hombre social e individual precapitalista, son también aquí
valores de uso sus diferentes hábitos alimenticios, sus utensilios e
instrumentos colectivos, pero también y del mismo modo sus
medios de manifestar sus ideas científicas, sus creencias(sus
sacrificios rituales y sus oraciones) sus medios de satisfacer sus
emociones de resolver sus problemas familiares y sociales”. (1974:
5).
En el socialismo,
104 ANTHROPOLOGIKA
de cambio desaparecerá la contradicción social/individual, en el
plano espacial la oposición ciudad/campo y los espacios colectivos
llamados “colectivo” y “privado”, etc. Visto así el socialismo es muy
diferente a lo que ha sido reducido por la social democracia, el
economicismo y la experiencia de Europa Oriental: un capitalismo
sin capitalistas”. (1974: 14).
ANTHROPOLOGIKA 105
de formalización y objetivación en la medida en que es capaz de
producir sus propios intelectuales. Sobre la condición indispensable
de la escritura en India y Asia, las grandes culturas alcanzaron a
crear sus propios intelectuales, lo que no ocurrió con los Mayas,
Aztecas e Incas en América. Con la preocupación sobre las
tendencias de cambio entre las diferentes culturas peruanas,
(Quijano, 1981: 47-116) adelanto una hipótesis sobre la aparición y
desarrollo de un proceso de Cholificación como una alternativa
diferente a la simple modernización y a la aculturación.
1. Ideología y marxismo
106 ANTHROPOLOGIKA
contenidos diferentes. Con el propósito de demostrar el
razonamiento de los nuevos filósofos alemanes escribieron el libro
“La Ideología Alemana”(1946/1968) que sigue siendo el texto
marxista fundamental para comprender el concepto de ideología. En
los textos marxistas clásicos posteriores es posible distinguir, con
nitidez, tres acepciones:
ANTHROPOLOGIKA 107
dominantes. El “bello engaño” resulta de los intereses objetivos de
la clase dominante y de ahí su empeño en reproducir y extender la
dominación de la clase dentro de toda la formación social. En este
contexto tiene todo su sentido la frase clásica “la ideología
dominante de una época es ideología de la clase dominante”.
IDEOLOGIA
religiosas
jurídicas
filosóficas
- Relaciones
sociales de
producción. vida material reflejo de
la “fantasma”
- nivel de vida material “espectro”
desarrollo de “visión”
las fuerzas “ilusión”
productivas “bello engaño”
“mentira”
“conciencia falsa”
“alucinación”
108 ANTHROPOLOGIKA
3. Ideología como concepción del mundo.
ANTHROPOLOGIKA 109
considerar al marxismo como una ideología y concepción del
mundo. Para él el materialismo histórico es la ciencia de la historia
y, en consecuencia, no puede ser considerado como una “conciencia
falsa” o falsedad de la realidad.
110 ANTHROPOLOGIKA
ideología es usado en su acepción doctrina política y no ha recibido
una atención particular para definirlo y para desarrollarlo.
RELACION REAL
Conciencia falseada
deformación de la realidad
ANTHROPOLOGIKA 111
Ya he señalado como los sociólogos han incorporado la noción de
cultura. La acepción de ideología como “conciencia falsa” o “bello
en gaño” es usada con toda frecuencia para referirse a la ideología
burguesa de los enemigos del socialismo. Particularmente Arnoldo
(19759 considera que todo momento al marxismo soviético como
una ciencia y descarta toda posibilidad de admitir que dentro de
Rusia pudiera existir una deformación interesada de la realidad
puesto que él, al igual que todos los funcionarios, esta convencido
que el partido comunista “representa los intereses de todos los
trabajadores y todo el pueblo en general”. En una acepción como esa
es imposible admitir que ciertos grupos pueden tener sus intereses
propios y disfrazados con el interés general de todos los obreros del
“Estado obrero”.
112 ANTHROPOLOGIKA
estudio sobre el pluralismo, permite desmontar las bases de un
pensamiento no marxista.
ANTHROPOLOGIKA 113
la verdad, mientras la actitudfiducial se relaciona con la creencia. Se
trata, por tanto, de dos campos no solo diversos, sino antagónicos”.
2. Ideología y antropología
“todo análisis sobre una realidad social debe saber distinguir entre
el nivel ideológico (sistema de valores y creencias) y en nivel
empírico (o de las acciones)”. (1973: XI).
Agrega:
114 ANTHROPOLOGIKA
secundarios, etc.) y el nivel empírico estaría dado por la realización
o no realización de aquellas normas en la practica; es decir, por las
acciones mismas de los individuos que se ajustan o no se ajustan a
las normas”. (1973: XXVIII).
ANTHROPOLOGIKA 115
acepción restringida de deformación interesada de la realidad y
descartar las otras dos. La simple doctrina política es un contenido
demasiado pobre para construir con él una teoría de lo que
gruesamente se llama la “superestructura ideológica y política”.la
acepción “concepción del mundo” no rescata toda la importancia
de la deformación interesada de la realidad. Si mi lectura de “La
ideología Alemana” y otros textos marxistas es correcta. Resulta
fundado considerar que parea los clásicos ha sido la noción de “
conciencia falsa” mejor formulada como “deformación interesada de
la realidad”), la mas importante y significativa. Es ahí donde es
posible encontrar la potencialidad teórica del concepto ideología 1.
ESQUEMA 5
116 ANTHROPOLOGIKA
A partir de mi opción (ideología deformación interesada de la
realidad), tal como aparece plenamente visible en el esquema, los
conceptos de ideología y cultura cubre universos distintos. Hasta
donde sé, nunca en diversas corrientes antropológicas se ha tocado
el problema de los interese de clases-grupo-individuo en función de
los cuales los hombres deforman su realidad para justificar sus
situaciones de desigualdad. Por esta razón me parece fundamental
no tomar cultura e ideología como sinónimos, aun en la noción
amplia de ideología 2 la identidad aparente de los dos conceptos
no es posible , puesto que para Altuhusser la deformación
interesada de la realidad es parte de la concepción del mundo y para
la antropología no.
Por lo expuesto, creo que es fácil inferir que los conceptos de cultura
e ideología son necesarios y puede, en consecuencia, sostenerse que
en toda la formación social existe una estructura cultural-
ideológica. Ni solo cultural, ni solo ideológica sino ambas, al mismo
tiempo.
ANTHROPOLOGIKA 117
que todo es deformación interesada de la realidad. La misma
noción de ciencia carecería de sentido. En consecuencia. Debe
quedar claramente establecido que, en mi razonamiento, el proceso
de deformación interesada de la realidad es solo una parte de las
relaciones entre los hombres y nada más.
118 ANTHROPOLOGIKA
HOMBRES HOMBRES
NATURALEZA
Relaciones sociales
De producción;
Gobierno –Estado
-Poder.
Conocimiento
Interés:
- individual filosófico
Tecnológico
- de grupo científico
- de clase (objetivación-
Formalización del
Saber intelectuales)
IDEOLOGIA CULTURA
Uso ideológico
de la cultura
ANTHROPOLOGIKA 119
Es pertinente aquí considerar un tema y un problema muy
espinoso: el de las sociedades sin clases y las sociedades de clases.
Esta dicotomía aparece común lugar común, como una premisa
fundamental para clasificar a las sociedades. La teoría marxista
clásica de la ideología como “conciencia falsa” ha sido formulada
reduciendo prácticamente la noción de la ideología a las sociedades
de clases, (“la ideología dominante de una época es la ideología de
la clase dominante”). La pregunta teórica que me aparece inevitable
sobre este problema es la siguiente: ¿el proceso de deformación
interesada de la realidad existe solo en las sociedades de clases? La
respuesta aparentemente sencilla, desde los clásicos hasta
Altuhusser, es, si. Marx y Engels formularon las bases del
materialismo histórico en combate contra la clase burguesa. Por eso,
la atención prestada a la ideología como fenómeno de clase.
Altuhusser, señala que las sociedades de clases el propósito de la
ideología es justificar las relaciones de explotación y desigualdad y
que en las sociedades sin su función es asegurar el bien común de la
colectividad. En el primer caso la ideología es deformación
interesada de la realidad mientras que en el segundo la deformación
carecería de sentido. (Este es uno de los puntos visibles de la
ambigüedad y la confusión en la tesis de Altuhusser). El mito del
“buen salvaje”, como expresión de la “mala conciencia” de los
pensadores de occidente ha servido de base para imaginar una
sociedad sin clases como un utópico paraíso de igualdad. A la luz de
los trabajadores de la Antropología y particularmente la
Antropología marxista francesa (Meillassiux, 1964, 1975, 1977;
Terray, 1971, 1973, 1976 entre otros), la supuesta igualdad
generalizada en las sociedades primitivas tiene que ser
cuestionada. Es evidente que los intereses del hermano mayor y los
hermanos menores entre los Guro DE LA COSTA DE marfil son
diferentes y opuestos. (meillassoux, 1964). Si existen relaciones de
explotación al interior de las sociedades primitivas resulta
teóricamente inevitable admitir que dentro de ellas se produce el
fenómeno de deformación interesada de la realidad 1.
120 ANTHROPOLOGIKA
capas medias y grupos organizados que no son ni tienen porque ser
clases. No es aventurado sostener que dentro de las llamadas
“sociedades primitivas” y “tradicionales” existen grupos
diferenciados. (Si son o no clases es otro problema que aquí no
interesa). Además conviene rescatar para el análisis, el pero de los
individuos como tales. Reducir la noción de individuo a la sociedad
y no verlo como una individualidad seria seguir cayendo en un
viejo sociologismo que teóricamente no nos lleva a ninguna parte.
Mas allá de las determinaciones sociales de las que resultan y en las
que viven los individuos, hay diferencias reales entre los individuos
2. Este es un asunto en mi opinión muy importante que conduce,
obligadamente, a un encuentro entre el materialismo histórico y los
aportes de la psicología por parte de los mal llamados marxistas,
comienza ya a ser un asunto del pasad. (El articulo de Altuhusser
sobre Freddy Lacan (1965/1976) toca el grave desencuentro
aparente entre marxismo y psicoanálisis) y es un texto importante
para descongelar la aparente incompatibilidad entre ambos).
ANTHROPOLOGIKA 121
montaña- por el agua recibida – las venas, la sangre del Dios que da
la vida a sus hijos- y ofrecen una ofrenda para esperar el agua
suficiente para el nuevo ciclo agrícola, deforman alguna realidad?
Evidentemente no. (Montoya, Lindoso y Silveira 1979). Ocurre
simplemente que los hombres inventan los dioses y pasan a
depender de ellos. Aquí aparece con todo su sentido la noción
marxista de alineación. Como la vida humana solo se es posible en y
dentro de la naturaleza, tratar de entender lo que esta es, tratar de
responder a algunas y viejas y universales preguntas (de donde
venimos, que somos, a donde vamos)es un asunto inevitable. No
hay sociedad alguna en el mundo que no haya producido mitos de
origen. Las relaciones sociales reales constituyen el punto de partida
para imaginar que los hombres necesitan para vivir. Para los
hombres y mujeres de occidente la luna es solo un satélite inerte que
gira alrededor de la tierra y nada más. Para los habitantes de una
vieja sociedad caribe la luna “es” una mujer que amaba al sol y que
luego de los golpes que este le dio después de una disputa
conyugal, tiene aun las huellas en su rostro, que todos podemos ver.
Desde entonces, la luna, profundamente herida y resentida, se
esconde del sol y este la busca desesperado, sin éxito. Los hombres
fueron “creados” por un dios cristiano o hechos de barro, piedra o
maíz. El espíritu religioso es, en esencia el mismo pero en religiones
diversas. El desamparo de los primeros hombres, hace miles de año,
para enfrentar y apenas sobrevivir heroicamente en una naturaleza
durísima y hostil, ha creado la necesidad de explicar no solo el
mundo sino también de apelar a las fuerzas de la naturaleza para
sobrevivir y vivir. La magia supone el ritual para obtener la gracia
de las fuerzas del bien y contrarrestar las fuerzas del mal que pesan
contra uno. Mito, magia y religión son el fruto de esta invención de
la realidad que no puede ser confundida con la deformación
interesada de la realidad. Es posible proponer entonces que todo el
universo de los mitos, la magia y la religión –como invención de la
realidad- son un componente del concepto cultura.
122 ANTHROPOLOGIKA
camino para explicar lo que la simple invención no puede hacer y
para distinguir la apariencia y la esencia de las cosas 1. Hasta tanto
la ciencia
ANTHROPOLOGIKA 123
ellos para imponer y justificar su respectiva dominación. “Dios,
patria y familia!, exclama la burguesía cuando ve sus intereses en
peligro. Si los campesinos siervos se levantan contra el señor “se
condenaran” dicen los grandes terratenientes. En otro texto
(Montoya: 1980: 185-233) he mostrado el ejemplo extraordinario
narrado por arguedas en su novela “Los ríos profundos”. El cura de
Abancay convenció a los siervos de Patizamba a devolver la sal que
habían tomado por su cuenta recordándoles que si no lo hacían
“perderían el cielo” porque el cielo esta reservado a los que sufren.
“Condenarse” significa perder el cielo y una grave sanción social”.
(Arguedas, 1959)
124 ANTHROPOLOGIKA
NOTAS
ANTHROPOLOGIKA 125
ideólogos lucidos de la derecha francesa: “la ideología es la idea de
mi adversario”
BIBLIOGRAFIA
ALTHUSSER, Louis
126 ANTHROPOLOGIKA
1974 Por Marx. Siglo XXI Editores. México.
1976 Para leer el Capital. Siglo XXI Editores. México
1973 Escritos. Editorial Laia. Barcelona. España
1974 Positions. Editores sociales. Paris
Responsable a Jhoon Lewis. Máspero. Paris. Elements d
´autocritique. Paris
AMIR, Samin
1975 Eloge du socialismo, en Revue L´Homms et la societé
anthropos. Paris
Nº. 31-32 Editions
ARNOLDOV, A.
BETTELHEIM, Charles
1977Questions sur la chine aprés la mort de Mao Tse Tung.
Maspero. Paris
KHAN, José
1976 Editor. El concepto de la cultura: textos fundamentales.
Editorial Anagrama. Barcelona. España
KLOSKOWSKA, Antoanina y otros
1975 Cultura, Ideología y sociedad. Antología de estudios
marxistas sobre cultura. Editorial arte y literatura. La
Habana. Cuba.
KROEBER Y KLUCKHOHN
ANTHROPOLOGIKA 127
1952 Culture: a critical review of concepts and definitios: papers
of the Peabody Museaum of American Archeology and
Ethnology, harvard University. Vol XLVII. Nº 1.
Cambridge. Massachusetts. (Una traducción de las 161
definiciones, al castellano esta publicada a mimeógrafo por
Rodrigo Montoya. UNMSM. LIMA).
KUDO, Toshiro
1981La cultura popular y los intelectuales: notas para un debate.
Revista Queahcer. Desco, Nº 8. Lima.
LAUER, Mirco
1977 Introducción a l pintura peruana del siglo XX. Mosca Azul
Edit. Lima
1980 La mutación andina. Arte y Sociedad en el Perú entre 1960
y 1980. Revista Sociedad y Política.
LENIN
1976 La cultura y la revolución cultural. (Antología de textos).
Editorial progreso Moscú.
LUCKACS, George
Historia y conciencia de clase
MALINOWSKI, Bronislaw
1944A cientific theory of culture and other seáis, the University of
North Carlina Press. (una traduccion francesa fue publicada
por Maspero en 1968. Paris.)
MANHEIHM, Karl
Ideologia y utopia
128 ANTHROPOLOGIKA
1944/196 El frente unido en el trabajo cultural. Obras escogidas. III
Pekín
MEILLASSOUX, Claude
1963 Anthropoloe Economique des Guro de Cote D´Ivore.
Ediciones Mouton. Paris La Havé
1975 Femme greniers et capitaux. Maspero. paris
1977 Terrains et theories. Editions Antrthropos. Paris
MONTOYA, Rodrigo
1980 capitalismo y no capitalismo en el Perú. Mosca Azul
Editores. Lima
1978 Con Lindoso-Silveira. Producción parcelaria y universo
ideológico. Mosca Azul Editores. Lima
1972 Con Molina y Roncagliolo. Detrás del mito de la educación
peruana Cuadernos DESCO. Lima.
1972 El objeto de la antropología en el Perú. Revista Proceso.
Universidad de Huancayo Nº 1.
1969 Es la antropología una ciencia social? Texto
mimeografiado como lectura en Dpto. Antropología de la
UNMSM.
MURRA, Jhon
1975 Formaciones económicas y políticas del mundo andino.
IEP. Lima
OSSIO, Juan
1973 Editor. Ideología mesiánica del mundo andina. Edición de
Ignacio Prado pastor. Lima. Perú
ANTHROPOLOGIKA 129
QUIJANO, Anibal
1981 Dominación y cultura: Lo cholo y el conflicto cultural en el
peru. Mosca Azul Editores. Lima
TERRAY, Emmanuel
1971El marxismo ante las sociedades primitivas. Editorial
Lozada. Buenos Aires. Argentina
VADEE, Michel
1972 L´ideologie. Presses Universitaries de france. Dossiers
Logos. Paris
WACHTEL, Natahn
1973 Sociedad e ideología. Instituto de Estudios Peruanos.
Lima Perú
130 ANTHROPOLOGIKA
EL LADO OSCURO DE LA DESCRIPCIÓN
DENSA. - DIEZ AÑOS DESPUÉS*
Carlos Reynoso
Universidad de Buenos Aires, Argentina
carlosreynoso@filo.uba.ar
1. Introducción
ANTHROPOLOGIKA 131
una cadena explicativa o cuando prevalece una descripción
adjetivada. En este sentido todo el mundo escribe en prosa y tal vez
la mayor parte de ese mundo es, con la mayor naturalidad,
geertziana. O quisiera serlo, mejor dicho.
a) Críticas convencionales
132 ANTHROPOLOGIKA
menzamos a contar desde la fecha de publicación de La
Interpretación de las Culturas (1973). No es que anteriormente no se
hayan hecho escuchar objeciones, como las que plantea Harris, por
ejemplo, en El Materialismo Cultural. El inconveniente con las críticas
anteriores a (digamos) 1984, es que son tan episódicas y
coyunturales como las propias fórmulas de Geertz que se ponen
alternativamente en cuestión. Antes de esa fecha sólo encontramos
un puñado de juicios sintéticos y lapidarios, apurados por quienes
creían acabar la cosa rotulándolo de idealista, de parsonsiano o de
etnógrafo incompetente. Incluso una profesional tan lúcida como
Sherry Ortner (1984), por citar un ejemplo usual, creía promover
sombras de duda sobre el programa interpretativo aduciendo que
éste dejaba de lado instancias materiales no reducibles a símbolos:
una forma de crítica muy común pero nula de toda nulidad, pues
aún en las ciencias más espantosamente duras, en una formulación
teorética cada quien es libre de incluir o excluir lo que le venga en
gana. No es de extrañar entonces que, ante la ligereza de las ideas
que se le opusieron y a despecho de su propia languidez, la antropo-
logía interpretativa haya venido para quedarse.
ANTHROPOLOGIKA 133
pocas articulaciones esenciales: a saber, el problema de la evaluación
de las diferentes interpretaciones posibles, la pérdida de sustancia y
riqueza del interpretativismo en el trabajo de la etnografía concreta
y la falta de consistencia entre las interpretaciones geertzianas obje-
tivamente dadas y las promesas del programa interpretativo. El se-
gundo objetivo, no menos substancial, es el de poner al descubierto
que existía un consenso implícito, pero multitudinario, referido a lo
que aquí he llamado el lado oscuro de la descripción densa.
134 ANTHROPOLOGIKA
lo visto, el propio Geertz quien ha establecido el propósito y quien
ha admitido como legítimo el problema de las dimensiones de valor,
ni duda cabe que se trata de una buena pregunta.
ANTHROPOLOGIKA 135
(alega Shankman) es que todo lo que Geertz tenía que decir sobre el
trance termina en este punto. Se describen brevemente los trances,
se formulan algunos interrogantes, pero no hay ni rastros de lo que
se entiende por un análisis o una explicación del fenómeno.
Cualquier lector, en efecto, puede comprobarlo, a menos que se
sienta satisfecho con la enumeración de un manojo de generalidades
que dibujan cualquier cosa excepto un orden, una pauta o un sis-
tema.
136 ANTHROPOLOGIKA
El segundo caso analizado por Shankman se refiere al “estado tea-
tral” caracterizado por Geertz en Negara (1980a). En este texto Ge-
ertz encara lo que él llama un aborde semiótico, fundado en una
poética del poder, más que en una mecánica del poder. Tengamos
en cuenta, además, que en la misma época Geertz desarrollaba el
mismo contraste entre las metáforas humanistas y los modelos me-
cánicos en su artículo de American Scholar sobre la confusión de los
géneros; aprovechemos también para llamar la atención sobre la
curiosa idea del carácter no humano –o inhumano– de los símiles
mecánicos, como si las máquinas fueran parte de una naturaleza que
nos excluye. Tal como lo percibe Shankman, Geertz ofrece una vez
más una pintura evocativa y fascinante de un fenómeno cultural
exótico; pero aunque su retrato del negara es estimulante, se trata de
una visión descriptiva y analítica, más que de una explicación en el
sentido estricto de la palabra.
ANTHROPOLOGIKA 137
Al margen de sus cuestionamientos centrales, que ya hemos expues-
to, Shankman recupera observaciones críticas referidas a Geertz que
fueron formuladas con anterioridad por otros autores; por ejemplo:
• Stephen Foster piensa que no está para nada claro cómo es que
llega Geertz a sus conclusiones, es decir, “cuál es el camino que
va desde los datos hasta los significados que les atribuye”. Ade-
lantemos que ésta no es en absoluto una crítica originada en una
exigencia “positivista”: la mayoría de los antropólogos inter-
pretativos está de acuerdo en que las interpretaciones de Geertz
son brillantes pero caprichosas, y en que el sendero que va de los
hechos consignados a las interpretaciones es lóbrego y tortuoso.
138 ANTHROPOLOGIKA
interpretaciones de Geertz son inconsistentes con sus propias
descripciones etnográficas, y no pocas de estas descripciones, a su
vez, son exageradas y engañosas. Aunque personalmente la etno-
grafía de Bali nos interese poco, vale la pena considerar la casuística
sustantiva que ella aporta por lo que implica para la
implementación de un programa interpretativo:
(b) Geertz aduce que durante el trance “los actores sufren una am-
nesia tal que luego no recuerdan nada” de lo sucedido. Connor
refuta esta afirmación, garantizando que si se hubieran ad-
ministrado entrevistas orientadas verdaderamente hacia los
actores culturales, las conclusiones serían muy distintas. No
podemos menos que maravillarnos –dice– de que un escritor tan
interesado en las formulaciones de sistemas simbólicos
“orientados al actor” haya desperdiciado la oportunidad de reali-
zar prolijas y pacientes entrevistas que hubieran puesto al
descubierto importante información sobre la conciencia de los
poseídos balineses, desde luego más interesantes que las afirma-
ciones sobre la amnesia. Connor menciona las conocidas en-
trevistas de Jane Belo, publicadas en papers de dominio público,
que registran palabra por palabra el enorme rango de emociones
y percepciones experimentado por los actores durante el trance.
(c) Geertz consigna que nadi es el término que utilizan los balineses
para referirse al trance. Para Connor, esta afirmación da una idea
de lo defectuosa que es la base etnográfica geertziana y la canti-
dad de matices que se pierden en la descripción densa: ella ha re-
gistrado más de trece términos balineses distintos para hacer
referencia a fenómenos de trance, y con seguridad existen
muchos más. Nadi está restringido a un área particular y designa
no al trance sino a una fase de determinado tipo de trance. Más
aún: no existe ninguna palabra balinesa para el trance en general.
Los términos que lo denotan diferencian el rango social de quien
lo experimenta, el tipo de tiempo o espacio exterior en que se
manifiesta, el tipo de ceremonia, el estatus del agente posesivo, si
ANTHROPOLOGIKA 139
el sujeto que lo sufre está o no ritualmente consagrado, el
propósito del trance, etc. Empobrecida por un prejuicio
infundado contra las técnicas de elicitación de campo (y si-
lenciando en el trámite el inventario de los recursos que ella mis-
ma homologa) la descripción densa es incapaz, a juzgar por los
resultados, de recuperar para la etnografía datos esenciales para
la representación del contexto.
140 ANTHROPOLOGIKA
no es un criterio válido de elección, ni es el único; (e) Geertz pro-
porciona argumentos poderosos contra el cientificismo.
La respuesta de Shankman a estas consignas interpretativas es e-
jemplar. Los partidarios de la ciencia interpretativa –dice– conside-
ran que evaluar a Geertz conforme a criterios científicos no es jugar
limpio, porque ser científico no es su objetivo. Esta afirmación es
irrelevante. En la ciencia social convencional, la adecuación de una
descripción y la verificación de una explicación se pueden determi-
nar independientemente de la intención de un autor.
*
Entre paréntesis, podríamos agregar que éste era caso hasta ese entonces; con
el cuarto capítulo de El Antropólogo como Autor, de 1988, Geertz se involucra por
primera vez en la discusión con escritores vivientes; asimismo, algo más tarde,
quebrando una pauta de toda la vida, ha respondido a las objeciones de
Michael Carrithers (1990) en el Current, afirmando que nunca participó de la
idea de que la antropología no es ni puede llegar a ser una ciencia.
ANTHROPOLOGIKA 141
naturaleza humana, a cuestionar las nociones heredadas sobre el
papel del hombre y de la mujer. La condena sumaria de la ciencia
convencional corre el riesgo de ser, consiguientemente, una imper-
donable frivolidad.
142 ANTHROPOLOGIKA
Sahlins: la vida como una afable sinfonía de significados
compartidos.
ANTHROPOLOGIKA 143
Entre fines de los años 70 y comienzos de los 80 la antropología
norteamericana experimentó una avalancha de etnografías marro-
quíes. Todas ellas ofrecían innovaciones formales, más o menos
radicales, que después se reconocieron propias de una “etnografía
experimental” afín a los ideales del posmodernismo. Es fácil
advertir el nexo existente entre las etnografías marroquíes de esa
época y los textos geertzianos sobre Marruecos que salpican la
introducción de La Interpretación de las Culturas o que se publicaron
por esos mismos años, como ser Islam Observed: Religious
Development in Morocco and Indonesia, de 1968, o Meaning and Order
in Moroccan Society, de Clifford Geertz, Hildred Geertz y Lawrence
Rosen. No puede negarse que los etnógrafos de Marruecos
sufrieron, en un principio, una considerable influencia geertziana, y
que hasta procuraron sin demasiado éxito imitar su estilo. Las más
importantes y conocidas de esas etnografías, en las que se
encuentran aguijonazos anti-geertzianos, son Reflections on Fieldwork
in Morocco, de Paul Rabinow (1977), Tuhami. Portrait of a Moroccan,
de Vincent Crapanzano (1980: x, 16, 87, 145) y Moroccan Dialogues, de
Kevin Dwyer (1982: 260-264, 271)*.
*
Las luchas intestinas debieron ser feroces; Rabinow, quien años más tarde
desafiará a Geertz por no poseer una metodología cabal, había sido dirigido por
él junto con Nur Yalman y Milton Singer en su disertación de 1970 (“Mid-east
Morocco: The social history of a Moroccan village”) cuyo título mismo copiaba
el de un antiguo libro geertziano (“The social history of an Indonesian town”,
de 1965).
144 ANTHROPOLOGIKA
Fe, Paul Rabinow afirma que las interpretaciones geertzianas no son
genuinamente hermenéuticas. El trabajo presentado originariamente
por Rabinow en ese Seminario fue “Powerful Autors: Fantasia of the
Library”, y en él la crítica a Geertz era todavía más frontal. Pese a
que Rabinow acomete más bien en contra del papel jugado por
James Clifford en la antropología reciente, lo que él rechaza en
general es la meta-antropología textualista; las elaboraciones
estéticas y literarias del textualismo, en su opinión, ocultan la
dimensión institucional y la dinámica de lo que él llama
“comunidades interpretativas”. Y el textualismo, sin duda alguna,
nace con Geertz.
ANTHROPOLOGIKA 145
embargo, es que en el seno mismo del movimiento interpretativo
uno de los protagonistas de primera línea ha encontrado motivos
para poner en tela de juicio la imagen de sus antiguos dirigentes.
146 ANTHROPOLOGIKA
aldea balinesa o de la riña de gallos, pero van generando una
convergencia entre el autor y, en este caso, sus lectores.
Todo esto edifica una complicidad de un orden más alto, más noto-
ria y más estructurada entre el autor y el lector de lo que es el caso
entre el autor y los balineses. “El y sus lectores –escribe Crapanza-
no– se sitúan al tope de las jerarquías de la comprensión”. En otras
palabras, Geertz y sus lectores establecen una relación de com-
plicidad que relega a un segundo plano (en tanto la objetiviza) la re-
lación de comprensión entre el etnógrafo y los actores culturales.
Geertz admite que al comienzo los nativos los trataban con una es-
pecie de “estudiada indiferencia” y parecían mirar a través de ellos,
como si no existieran. El y su mujer eran, para los balineses, “no per-
sonas” y “hombres invisibles”. Hay algo de estereotipado, tieso y
ficticio en ese relato. Para Crapanzano, existe una inconsistencia
entre la “no existencia” a que se vieron relegados los Geertz y la “in-
diferencia artificiosa” afectada por los balineses; la insinuación es
que estas caracterizaciones son sólo recursos literarios introducidos
por Geertz con alguna finalidad retórica, para dramatizar el sentido
de lo que vendría luego.
ANTHROPOLOGIKA 147
simpatía de los locales, que dejaron de mirarlos como si fueran
transparentes*.
*
Este episodio ha sido comentado con mucho más detenimiento del necesario
por George Marcus (1998: 105-131) en un capítulo crepuscular y decadente de
Ethnography through thick and thin. Como de costumbre, no queda claro si está a
favor o en contra; o en tal caso, de qué.
**
Crapanzano remite a sus propias críticas sobre los trabajos marroquíes de los
Geertz y al review de Jonathan Lieberson (1983) a propósito de Conocimiento
Local.
148 ANTHROPOLOGIKA
tarnos ¿sobre qué base atribuye Geertz a los balineses esos senti-
mientos, cualquiera sea su significado? Además, a qué balineses en
concreto se los atribuye? ¿a todos? ¿a algún balinés en particular? A
todas luces, el objetivo de Geertz es tornar vívido el momento que
describe; pero el problema es que, además de eso, él pretende estar
poniendo al descubierto el tejido de los significados subjetivos.
Hacia el final del ensayo, Geertz compara las riñas de gallos con un
texto, “una historia que los balineses se narran a sí mismos”, “un
metacomentario”, que es una forma de decir algo sobre algo; este
metacomentario requiere que el antropólogo penetre en él de la
misma forma en que un crítico penetra en el significado de un texto
ANTHROPOLOGIKA 149
(1987: 370). Pero un texto es un producto histórico y cultural suma-
mente peculiar; más aún un texto que es como una novela o una
obra de teatro. Crapanzano no cree ni en la prolijidad ni en la
eficacia de la metáfora del texto: por más que ciertos críticos
refinados sepan muy bien que se trata de una abstracción –observa–
si hemos de ser sinceros la fuerza de la metáfora descansa en el
carácter concreto y tangible de los textos.
150 ANTHROPOLOGIKA
senciar muchas riñas de gallos, nunca describió una riña de gallos
específica. A pesar de la preocupación declarada de Geertz por el
punto de vista de los nativos, su ensayo es menos una disquisición
sobre la riña de gallos balinesa (objetiva o subjetivamente com-
prendida) que una lectura o interpretación ejemplar, paradigmática,
de hechos culturales arquetípicos.
ANTHROPOLOGIKA 151
contesté, pues es así más o menos como se pronuncia en Bali y
porque en la comunicación intercultural conviene omitir las
preposiciones. La respuesta que siguió fue la más predecible en este
mundo globalizado: “¿Arguentina? Maradona...”. Los balineses cir-
cunstantes, lamentablemente no en coro como en Deep play o en las
películas de Monty Python, pero sí de a uno, fueron aportando sus
granos de arena: “Batistuta”, “Ortega”, “Piojo López” y luego otros
nombres de los que yo, indigno de mi patria, no había oído hablar
jamás. Así fue como se estableció el rapport, sin necesidad de
invisibilizar a una Señora Geertz, de sumergirme émicamente en el
corazón de las tinieblas, o de llamar a la policía.
152 ANTHROPOLOGIKA
Description”), expresa precauciones metodológicas y demuestra
familiaridad con el campo temático bajo estudio.
Dice Watson que el medio por excelencia que Geertz despliega para
limpiar los datos de la contingencia de su construcción consiste en
postular un orden que debe descubrirse. El orden, es, por supuesto,
el resultado de la acción de ordenar; pero en “Deep Play” abundan
las referencias a estructuras, tipificaciones y comunes denomi-
nadores dispuestos en un presente atemporal. El orden parecería ser
para Geertz una propiedad inherente al mundo; uno de los objetivos
de la antropología –escribe– es “descubrir el orden natural en la con-
ducta humana”.
ANTHROPOLOGIKA 153
ser consistente con una escritura etnográfica convencional, pero se
halla en contradicción con el programa declarado de la antropología
interpretativa, que había jurado ser visceralmente reflexiva.
154 ANTHROPOLOGIKA
nectados, como ‘cuantos’ estéticos. Sea lo
que fuere lo que dice la riña de gallos, lo
dice a borbollones (1973: 445; 1987: 366).
ANTHROPOLOGIKA 155
constancia de la misma aprehensión, sumada a una condena de la
reificación geertziana de los significados culturales.
c) Críticas extradisciplinarias
156 ANTHROPOLOGIKA
ductiva de relacionar lo innato del ser humano con las vicisitudes de
la conducta particular. Hay una curiosa simetría entre Rabinow y
Pecora; lo que le preocupa a éste no son tanto las ideas antropológi-
cas de Geertz, a las que no analiza como tales, sino la influencia que
el pontífice del interpretativismo ha tenido en las corrientes de la
“nueva historiografía” y en la crítica literaria (Jonathan Goldberg,
Stephen Greenblatt), asumiendo de oficio la representación de la an-
tropología.
ANTHROPOLOGIKA 157
cas, sin que importen sus reclamos acerca de haber alcanzado una
mayor especificidad.
En este sentido, Geertz subraya que los hombres que llevan sus
gallos a la riña intuyen que están tratando con “los poderes de las
tinieblas”, que las riñas son sacrificios con cantos rituales y
oblaciones para los demonios. Sin embargo,
158 ANTHROPOLOGIKA
(1) “En la riña de gallos, el hombre y la bestia, el bien y el mal, el
yo y el ello, el poder creativo de la virilidad excitada y en
poder destructivo de la animalidad desatada, se funden en un
sangriento drama de odio, crueldad, violencia y muerte”.
(2) [La riña de gallos] recoge estos temas: muerte, virilidad, furia,
orgullo, pérdida, beneficencia, azar”.
(3) “Inspirándose en casi todos los niveles de la experiencia
balinesa [la riña de gallos] une temas: el salvajismo animal, el
narcisismo masculino, el juego competitivo, la rivalidad entre
jerarquías, la excitación masiva, el sacrificio sangriento”.
Cada una de las listas, observa Alexander, contiene temas que las
demás no contienen. Si una designa con precisión los temas
recogidos por la riña de gallos, entonces las demás no lo hacen. Esta
es la primera vaguedad. Pero hay otra, mucho más importante: se
trata, simplemente, de que cada lista es sólo una lista. Y una lista no
involucra una interpretación de los temas interactivos de la vida
cultural (Alexander 1989: 259-260).
ANTHROPOLOGIKA 159
identificación del status de los informantes, la determinación
genuina del estado del problema) han dejado moralejas que para los
interpretativos merezcan su lugar bajo el sol.
160 ANTHROPOLOGIKA
el conocimiento local después que se reconoce por un lado la
necesidad de una ciencia interpretativa y por el otro la pertinencia,
por lo menos parcial, de todos los cuestionamientos que ya se han
revisado, y que sólo representan una muestra irrisoria de las críticas
posibles.
Creemos que, a la luz de sus resultados en la investigación sus-
tantiva del propio autor y de sus seguidores, el crédito actual de la
antropología geertziana es exiguo; lo seguiremos creyendo hasta
tanto alguien consigne al menos una interpretación debida a Geertz
cuyo proceso constructivo, desde la selección de los datos hasta la
consumación definitoria (pasando por el tratamiento de las hipótesis
alternativas), resulte mínimamente aceptable según algún canon que
alguien especifique y sea, al mismo tiempo, imposible de lograr en
términos de las concepciones convencionales del método. No es que
no haya nada valioso en las mil páginas que Geertz dio a la
imprenta. El problema es más bien, parafraseando a Churchill, que
Geertz es un autor original e imaginativo, pero jamás simultáneamente.
Fuera de un estilo poderoso, lo que hay de nuevo en él no es tanto ni
está sólidamente fundado, y los ocasionales aciertos no alcanzan a
ser novedosos.
ANTHROPOLOGIKA 161
con ellos de la batida policial”; los dientes de los niños se liman
“para diferenciarlos de las bestias”, etc (O’Meara 1989). Urge
devolver a la etnología su memoria y su sensatez. No hay nada de
peculiar en estas interpretaciones que las haga diferir de las que ha
venido dando hasta hoy la antropología, que resulte intrínsecamente
novedoso o que esté más allá del alcance metodológico de un
periodista del National Geographic.
162 ANTHROPOLOGIKA
tratarla con mayor profundidad. Pero en la página siguiente olvida
sus dudas metodológicas y sus juramentos de hondura, y sin que
ningún material sustantivo lo apoye afirma lo siguiente:
ANTHROPOLOGIKA 163
Es muy frecuente que Geertz afirme en un artículo lo que niega en-
fáticamente en otro. El caso que sigue es asombroso: en la página 39
de La Interpretación de las Culturas Geertz deplora el uso antropoló-
gico de la ingeniería computacional (?) y de otras “formas
avanzadas de pensamiento”, reputándolas de “alquimia”. En la
página 51, por el contrario, pondera los avances de la cibernética y la
teoría de la información, porque han dado a ciertas ideas de la an-
tropología “una enunciación más precisa” y “un grado de apoyo
empírico que antes no tenían”.
En diversos artículos, Geertz promueve abandonar los símiles me-
canicistas en beneficio de las metáforas sacadas de las humanidades
(1980b; 1983); en otro, afirma que la cultura se comprende mejor
164 ANTHROPOLOGIKA
el mismo punto en que lo había encontrado:
a la deriva. Los comentarios, como señaló
Gertrude Stein, no son literatura (Geertz
1987: 37).
Geertz afirma, por una parte, que el concepto de cultura que pro-
pugna es esencialmente un concepto semiótico; el análisis de la cul-
tura ha de constituir, entonces, no una ciencia experimental en busca
de leyes, sino una ciencia interpretativa en procura de signifi-
caciones. De inmediato estipula que para los antropólogos la
empresa interpretativa consiste en una especulación elaborada en
términos de “descripción densa”. Aquí viene el célebre ejemplo de
los guiños, que revelan una compleja estructura multifoliada de
significados. Este análisis (que se confunde sin solución de
continuidad con dicha “descripción”) se asemeja a la tarea del crítico
literario, pues en ambos casos lo que se persigue es desentrañar
estructuras de significación.
ANTHROPOLOGIKA 165
miótica, Thomas Sebeok, comparó en un pequeño libro muy
apreciado la abducción peirceana con los métodos detectivescos de
Sherlock Holmes. Mediante una prolija purga contextual, en que se
excluyen las fundamentaciones lógicas que el propio Peirce otorga
al concepto, Sebeok acaba caracterizando la inferencia abductiva
como “la más sorprendente casi de las maravillas del universo”, “un
privilegio divino”, “un relámpago” y “el más alto de los poderes pu-
ramente intuitivos”.
166 ANTHROPOLOGIKA
La inferencia clínica es el primer tipo de proceso inferencial que ha
sido formalizado y mecanizado, infinidad de veces, bajo la guisa de
los llamados sistemas expertos. Un sistema experto es, en efecto, un
programa de computadora que ejecuta inferencias basándose en
indicios tan heterogéneos e imprecisos como las prácticas culturales
que Geertz refiere. Existen docenas de sistemas expertos operando
en hospitales, instituciones científicas y centros de desarrollo com-
putacional, y hasta se han propuesto taxonomías para clasificar
estos sistemas, que configuran una especie de proliferación
desbordante. Todos los especialistas en diagnosis clínica han oído
hablar de MYCIN, NEOMYCIN, PIP, INTERNIST, CADUCEUS y
otros programas computados que concentran, mal o bien, el saber
sedimentado de los expertos.
ANTHROPOLOGIKA 167
imponderables a los que se alude despiden el tufillo iniciático, el
gesto Zen, que acompaña a quienes se creen depositarios de un ta-
lento interpretativo difícil de transmitir, por cuanto su saber no se
conforma a un método. La competence indiciaria, en suma, es, según
esta idea, prerrogativa de cierta clase de genios. Lo curioso es que
entre quienes la sustentan nadie se ha tomado la molestia de verifi-
carla: lo único que la mantiene en pie es un dictamen autoritario.
Ante una platea a la cual, según los indicios, se presume tan
ignorante como los que hablan sin mirar en torno, los portavoces del
interpretativismo afirman sueltos de cuerpo que la inferencia clínica
se caracteriza por atributos que poco tienen que ver con ella. O nos
equivocamos de cabo a rabo, o en el imaginario interpretativo la rea-
lidad y la única verdad que reposa en ella han dejado de ser perti-
nentes.
168 ANTHROPOLOGIKA
no valga todo. El significado no es algo simple, ni transparente, ni el
recurrir a él redunda invariablemente en una explicación satisfacto-
ria; mucho menos en las interpretaciones monolíticamente etic de
Clifford Geertz, donde rara vez se encuentra un significado que per-
tenezca, documentadamente, al aparato conceptual de los actores
culturales.
Por otra parte, es palmario que el significado nos remite (1) por el
lado del sentido y la connotación, a toda la subjetividad, tanto a la
del etnógrafo como a la de los actores estudiados; y (2) por el lado
de la referencia y la denotación, a todo lo objetivo o a todo lo real.
Como lo plantearon hace ya sesenta años Ogden y Richards (1923),
no está claro qué signifique el significado ni qué beneficios metodo-
lógicos aporte instaurarlo como objeto sin una cuidadosa cualifi-
cación preliminar. En la antropología geertziana, la articulación
entre lo significativo y lo simbólico nunca se especifica; ambas
nociones se dan por consabidas o se resuelven en una ejemplifica-
ción no analizada. En la revisión crítica de Local Knowledge, Lie-
berson sintetiza a este respecto una objeción que ha sido presentida
por numerosos lectores sin llegar a cristalizarse en palabras. Dice
Lieberson:
ANTHROPOLOGIKA 169
Recordemos que lo que Geertz afirma perseguir es un orden inhe-
rente a los fenómenos, un modo de estructuración, alguna regulari-
dad, aunque fuere peculiar a un caso. El problema con el significado
geertziano es que no está verdaderamente estructurado. En Bateson
vamos a encontrar jerarquías de significaciones enmarcadas en tipos
lógicos; en Mary Douglas los significados (aún los implícitos) se
despliegan en una cuadrícula cualitativa; en Goodenough las
denotaciones se ordenarán en árboles y matrices; en Turner veremos
los significados apiñándose en polaridades bien definidas o, si
forman parte de un proceso, escalonándose en una secuencia de
etapas. En Geertz no hay ninguna estructura vertebrante; sus
análisis no nos descubren el orden entre las significaciones parciales,
ni el sistema que presuntamente forman por sí mismas, sino a lo
sumo algún reflejo o correspondencia episódica entre cosas. Su
conocimiento local es tan local que ni siquiera cubre los límites de
un caso.
170 ANTHROPOLOGIKA
“significado” (todopoderoso, determinante, incierto) llenen la boca
de los humanistas. Tal vez sin advertirlo, la inflación geertziana del
significado viola tanto la inclinación mayoritariamente a-semántica
de la semiótica como disciplina constituida, como la exigencia inter-
pretativa (plasmada en forma ejemplar por Gadamer) de la
prioridad hermenéutica de la pregunta. En otras palabras, lo que
hay en Geertz de semiología es prácticamente nulo, y lo que hay en
él de hermenéutica se limita a una diseminación de citas
inorgánicas.
ANTHROPOLOGIKA 171
Como los hechos no hablan a menos que los interrogue una teoría,
como los significados no proliferan a menos que actúe un método
interpretante, no ha habido ninguna diferencia pragmática entre ca-
recer de método y abstenerse de preguntar. El simbolismo no se dió
cuenta que cuando proclamaba la primacía del significado y el
triunfo de la sensibilidad estaba trazando un programa al que algún
día se le exigirían resultados. Por más que se haya buscado disimu-
larlo, fue el resonante vacío de significados aportados a la antro-
pología por el esteticismo (el fracaso metodológico de la thick
description) lo que produjo, hacia mediados de los años 80, la situa-
ción que algunos han llamado “la crisis de la representación”.
Ninguna otra tendencia estuvo en esos años lo suficientemente
activa como para tener ahora que cargar con la culpa.
172 ANTHROPOLOGIKA
de Dostoievski o una obra teatral shakespereana (textos excesiva-
mente emblemáticos, por otro lado, como si se tratara de una pa-
rodia estereotipada de la cultura culta o de una concesión
pedagógica) es un acto interpretativo que se funda en una
constelación de supuestos y que desata un tropel de consecuencias
que ningún geertziano parece haberse detenido a examinar.
ANTHROPOLOGIKA 173
de gallos es en cierto sentido como Macbeth, habría que afinar la
sugerencia bastante más; pues, de no ser así, la heurística inter-
pretativa o bien nos llevaría a una generalización tan gruesa
como “una secuencia de vida es como un drama”, o a una
precisión tan espuria que nos obligaría a preguntarnos cuál es el
análogo balinés de Donalbain.
174 ANTHROPOLOGIKA
una diferencia que en nada favorece a la postura interpretativa: las
ciencias formales saben que reducen la realidad y que la afrontan
con esquemas rígidos, de aristas secas. La rarefacción de sus
modelos es en el peor de los casos una pérdida calculada que, en su
abstracción, se compensa con alguna ganancia descriptiva,
explicativa o (¿por qué no?) interpretativa. La distorsión en el
campo de las analogías estéticas, por el contrario, no puede ser
elaborada casi por definición, pues lo estético es lo esencialmente ine-
fable. También hay una diferencia abismal en lo que respecta al nú-
mero de las herramientas disponibles: en la vertiente formal los
recursos son innumerables, y están lejos de haber sido explorados
con la suficiente intensidad para reputarlos infructuosos; en el
campo interpretativo se nos quiere restringir a una sola posibilidad
metodológica, que es la de la interpretación subjetiva como recurso
y la analogía inverificable como resultado.
ANTHROPOLOGIKA 175
disciplinas humanísticas se han concentrado. Es así que en las inter-
pretaciones geertzianas casi nunca vemos aplicada una
conceptualización humanística cualquiera, porque toda la metáfora
interpretativa se considera consumada apenas una riña de gallos o
un estado despótico son puestos en los moldes de una novela o una
obra de teatro. ¿Son las humanidades, entonces, el sitio en el que se
originan los modelos geertzianos, o son más bien las obras literarias,
las composiciones musicales o las realizaciones artísticas que
aquéllas reclaman como sus objetos?
176 ANTHROPOLOGIKA
después que en sus aspectos claves se parecen a cosas que com-
partimos todos y conocimos siempre? ¿Puede una pregunta que
es un enigma auténtico tener una respuesta que es literalmente
un lugar común?
ANTHROPOLOGIKA 177
1980b; Turner 1974). Ninguno de ellos considera
pormenorizadamente cuáles podrían ser las estructuras de la
metaforización, las articulaciones sintácticas, semánticas o
pragmáticas de la analogía, que posibilitan la comprensión de un
campo en función de categorías pensadas para esclarecer otro, sea
cual fuere el sentido en que históricamente hayan circulado las
heurísticas. Lo que para Max Blak o Paul Ricoeur involucraba
delicadas elaboraciones, para ellos se resume en una estipulación
monológica de un cuarto de página.
178 ANTHROPOLOGIKA
productiva. Independientemente de que la concepción del código
que se tomó al principio no pudiera sostenerse con el paso de los
años en la disciplina de nacimiento, el caso es que una ciencia más
bien dura como la biología se apoyó productivamente en
concepciones construidas en una ciencia más blanda, como a pesar
de las ínfulas de Lévi-Strauss sin duda lo es la lingüística. El resulta-
do de este intercambio fue nada menos que el desciframiento
integral del código de la herencia y una inflexión revolucionaria en
la ciencia biológica que la llevó incluso más allá de las previsiones
más optimistas (o de los augurios más pesimistas, según se
considere). En neurociencia la reciente revolución debe tanto a
técnicas de barrido de alta resolución en tiempo real como PET o
fMRI como a la comprensión del papel de los neurotransmisores,
cuyo papel se comprende en términos de información, por analogía
con la comunicación humana.
Otro caso es aún más ilustrativo y nos toca más de cerca. La más
resonante innovación en materia de estrategias computacionales pa-
ra circuitos de control, servomecanismos, sistemas de producción,
modelos de simulación, modelos generativos e inteligencia artificial
en sentido amplio se denomina algoritmo genético. El nombre es
capcioso, pues la cuna de este algoritmo no es la genética sino la teo-
ría evolucionista, el mismo modelo adaptativo cuestionado y
cuestionable que han abrazado numerosos antropólogos antiguos y
contemporáneos (Diener, Nonini, Robkin, Carneiro, Service).
ANTHROPOLOGIKA 179
búsqueda, aprendizaje y optimización es el algoritmo cultural de
Robert Reynolds, el cual constituye nada menos que un concepto
antropológico rutinariamente utilizado en computación científica.
180 ANTHROPOLOGIKA
ver qué es lo que está sucediendo en ámbitos tan diversos como el
diseño de fractales, la teoría de catástrofes, la neurobiología, la
ciencia cognitiva, la sinergética o la computación en general. Lo que
cuenta, en suma, es la forma de la idea, no su disciplina de naci-
miento. Exigir que las metáforas procedan de la divisoria humanista
puede congeniar con las modas de la época, pero no hay ninguna ra-
zón de peso para establecer entre esas analogías y las que provienen
de las ciencias naturales demarcaciones ontológicas tan poco
sagaces, tan globales y tan poco respetuosas del trabajo ajeno y la
inteligencia del lector.
3. Conclusiones
ANTHROPOLOGIKA 181
nificado“, “el estilo de Geertz es de una belleza sobrecogedora”,
“Geertz es Geertz”, “quién es uno para cuestionar a semejante
genio” o “el ensayo sobre la riña de gallos es redondo”, sin que nos
fuera posible siempre ordenar el debate alrededor de factores meto-
dológicos más precisos.
182 ANTHROPOLOGIKA
• En las formas de ciencia más estándar el truco consiste
en manejarse entre lo que los estadísticos llaman
errores del tipo uno y errores del tipo dos: aceptar
hipótesis que sería más sensato rechazar y rechazar
otras que sería más inteligente aceptar; aquí se trata de
arreglárselas entre la sobreinterpretación y la subin-
terpretación, entre leer más en las cosas de lo que la
razón permite y menos de lo que ella demanda (1983:
16).
• Los sociólogos del conocimiento [...] se han visto
atrapados entre la afirmación de la forma fuerte de la
doctrina (que el pensamiento es un mero reflejo de las
condiciones sociales) en la que nadie, ellos incluidos,
puede creer realmente, y la forma débil (que el
pensamiento se encuentra influenciado en alguna
medida por las condiciones sociales y las influencia a
su vez) que dudosamente diga algo que alguien desee
negar (Geertz 1987)
ANTHROPOLOGIKA 183
El riesgo de renunciar a todo control metodológico para imitar el
deslumbramiento de Clifford Geertz por la Europa culta o, en todo
caso, para tratar de replicar su innegable virtuosismo literario, nos
parece demasiado grande como para correrlo precisamente ahora,
cuando ha de ser el rigor de la ciencia (y no el placer del texto) lo
que reivindiquemos ante quienes desean borrar la antropología de
la currícula a la vista de su creciente irrelevancia.
184 ANTHROPOLOGIKA
propia, que ya es tan vieja. Sabíamos todo eso antes, aunque es
posible que nuestro saber cambiara de manos junto con otros pape-
les de la deuda externa. Redescubrir el brillo de los franceses y
demás europeos por mediación de una consagración americana se
hubiera llamado en aquel entonces dependencia cultural, men-
talidad colonizada, esnobismo. Ignoramos cómo se lo puede
denominar ahora, cuando todos esos epítetos cayeron en desuso sin
que desaparecieran los referentes que denotaban.
Aunque las ideas geertzianas deban ser re-situadas para medir qué
es lo que implica su existencia, lo esencial hasta aquí ha sido su
crítica interna, en términos de las promesas que ellas rubricaron sin
haberlas cumplido y de las piedras que arrojaron sin estar libres de
culpa. Como Geertz a propósito del trance, de la inferencia clínica y
de las metáforas, bien podría estar equivocado, o ser demasiado
apocalíptico cuando lo mejor visto es relajarse y gozar.
Hasta aquí la denuncia de sus ideas. Lo fundamental, en adelante, es
más bien de orden metacrítico: qué hacer, en la docencia y en la
práctica de nuestra disciplina, con algunas cosas que ahora sabemos
acerca de ellas.
Referencias bibliográficas
ANTHROPOLOGIKA 185
Bloch, Maurice. 1977. “The past and the present in the present”.
Man, 12: 278-292.
Carrithers, Michael. 1990. “Is Anthropology Art or Science?”.
Current Anthropology, 31(3): 263-282.
Crapanzano, Vincent. 1980. Tuhami: Portrait of a Moroccan. Chicago,
University of Chicago Press.
Crapanzano, Vincent. 1986. “Hermes' Dilemma: The Masking of
Subversion in Ethnographic Description”. En James Clifford &
George Marcus (compiladores), Writing Culture: The poetics and
politics of ethnography, Berkeley, University of California Press,
pp. 51-76.
D’Andrade, Roy Goodwin. 1995. The development of cognitive
anthropology. Cambridge, Cambridge University Press.
Douglas, Mary. 1998 [1996]. Estilos de pensar. Barcelona, Gedisa.
Dwyer, Kevin. 1982. Moroccan dialogues: Anthropology in question.
Baltimore, Johns Hopkins University Press.
Geertz, Clifford. 1956. “Religious Belief and Economic Behavior in a
Central Javanese Town: Some Preliminary Considerations”,
Economic Development and Cultural Change, 2: 134-58.
Geertz, Clifford. 1973. The Interpretation of Cultures. Nueva York,
Basic Books [Traducción española, revisión y prólogo de Carlos
Reynoso: La Interpretación de las Culturas, México, Gedisa, 1987].
Geertz, Clifford. 1980a. Negara. The theatre state in nineteenth-century
Bali. Princeton, Princeton University Press [Traducción
española: Negara: El estado-teatro en el Bali del siglo XIX, Barce-
lona, Paidós, 2000].
Geertz, Clifford. 1980b. “Blurred Genres: The refiguration of social
thought”. American Scholar, 29(2): 165-179.
Geertz, Clifford. 1983. Local Knowledge: Further Essays in Interpretive
Anthropology. Nueva York, Basic Books [Traducción española:
Conocimiento local: Ensayos sobre la interpretación de las culturas,
Barcelona, Paidós, 1994]..
Geertz, Clifford. 1984. “Anti anti-relativism”. American
Anthropologist, 86.
186 ANTHROPOLOGIKA
Geertz, Clifford. 1987. “The Anthropologist at Large”, The New
Republic, 25 de mayo, pp.34-37.
Geertz, Clifford. 1988. Works and Lives, Stanford, University Press
[Traducción española, El Antropólogo como Autor, Barcelona,
Paidós, 1989].
Geertz, Clifford. 2004. “What Is a State If It Is Not a Sovereign?
Reflections on Politics in Complicated Places”. Current
Anthropology, 45(5): 577-593.
Ginzburg, Carlo. 1983. “Señales. Raíces de un Paradigma
Indiciario”, en A. Gargani (compilador), La Crisis de la Razón.
México, Siglo XXI.
Goodman, Nelson. 1972. Problems and projects. Nueva York, Bobbs
Merrill.
Halliday, Michael Alexander Kirkwood. 1986. El Lenguaje como
Semiótica Social. México, Fondo de Cultura Económica.
Keesing, Roger. 1987. “Anthropology as Interpretive Quest”.
Current Anthropology, 29(2): 161-176.
Lieberson, Jonathan. 1983. “Interpreting the Interpreter”, New York
Review of Books, 15 de marzo de 1984, 31(4): 39-46.
Marcus, George. 1986. “Contemporary problems of ethnography in
the modern world system”, en J. Clifford y G. Marcus
(compiladores), Writing Culture: The poetics and politics of ethno-
graphy. Berkeley, University of California Press, pp. 165-193.
Marcus, George. 1998. Ethnography through thick and thin. Princeton,
Princeton University Press.
Ogden, Charles Kay y Ivor Armstrong Richards. 1923. The Meaning
of Meaning. Londres, Routledge & Kegan Paul [Traducción
española: El significado del significado, 1ª reimpresión, Barcelona,
Paidós, 1984].
O'Meara, J. Tim. 1989. “Anthropology as a Empirical Science”.
American Anthropologist, 91(2).
Ortner, Shelley B. 1984. “Theory in anthropology since the sixties”,
Comparative Studies in Society and History, 26: 126-166.
ANTHROPOLOGIKA 187
Pecora, Vincent. 1987. “The Limits of Local Knowledge”, H. Aram
Veeser (compilador), The New Historian, Nueva York,
Routledge, pp.243-276.
Rabinow, Paul. 1977. Reflections on fieldwork in Morocco. Berkeley,
University of California Press.
Rabinow, Paul. 1986. “Representations are Social Facts: Modernity
and Post-modernity in Anthropology”, en J. Clifford y G.
Marcus (compiladores), Op.cit., pp. 234-261.
Reynoso, Carlos. 1986. Teoría, Historia y Crítica de la Antropología
Cognitiva. Buenos Aires, Búsqueda.
Reynoso, Carlos (compilador). 1991. El Surgimiento de la Antropología
Posmoderna. México, Gedisa.
Roseberry, William. 1982. “Balinese cockfights and the seduction of
anthropology”, Social Research, 49: 1013-1028.
Sebeok, Thomas y Jean Umiker-Sebeok. 1987. Sherlock Holmes y
Charles S. Peirce. El método de la investigación. Barcelona, Paidós.
Shankman, Paul. 1984. “The Thick and the Thin: On the Interpretive
Theoretical Program of Clifford Geertz”. Current Anthropology,
25(3): 261-279.
Silverman, Eric Kline. 1990. “Clifford Geertz: Towards a more ‘thick’
understanding?”. En Christopher Tiller (compilador), Reading
material culture, Oxford, Basil Blackwell.
Spencer, Jonathan. 1989. “Anthropology as a Kind of Writing”. Man,
24: 145-164.
Turner, Victor. 1974. Dramas, Fields, and Metaphors. Ithaca, Cornell
University Press.
Tyler, Stephen. 1986. “Post-Modern Ethnography: From document
of the occult to occult document”. En J. Clifford y G. Marcus
(compiladores), Op.cit. 122-140.
Watson, Graham. 1989. “Definitive Geertz”. Ethnos, 54: 23-30.
Windschuttle, Keith. 2002. “The ethnocentrism of Clifford Geertz”.
The New Criterion, 21, http://newcriterion.com/archives/lead-
article/10/geertz-windschuttle/.
188 ANTHROPOLOGIKA
LA ANTROPOLOGÍA Y LA HISTORIA:
“EL AMOR EN LOS TIEMPOS DE CÓLERA”
(1920-1950)
Introducción
A finales del siglo XIX e inicios del siglo XX, la antropología era para
la historia, un terreno distinto, incógnito y fácil de evitar. Los
archivos eran vistos por los antropólogos como “un umbral oscuro y
peligroso, donde el antropólogo podía fácilmente extraviar la
investigación...Los historiadores, a su vez, no escondían su propia
desconfianza frente a las ambiciones teóricas de la antropología y hasta su
absoluta indiferencia hacia una disciplina que se ocupaba de los pueblos
lejanos y sin escritura...”***
ANTHROPOLOGIKA 189
hecho histórico, sino que en su análisis, la historia toma una plano
secundario y es superado por el análisis estructural*.
190 ANTHROPOLOGIKA
sociedades. Así lo explica Ángel Palerm: “el papel del antropólogo
estaba...relacionado con su capacidad de producir conocimiento objetivos y
utilizables para la administración imperialista”*
*
Ángel Palerm, “Antropología y Marxismo en crisis” en Nueva Antropología
Nª11, México, 1979, ED INI
**
Maurice Godelier, Ob., cit
***
Frazer, La Rama Dorada, México, 1962, F.C.E. El evolucionismo lleva a
considerar nuestra sociedad como el último estadio de desarrollo de las
sociedades humanas.
ANTHROPOLOGIKA 191
embargo, ellos tienen en parte el gran merito de ser los primeros en
sostener que la historia humana posee leyes científicas. Sin embargo
por la falta de pruebas empíricas y etnográficas, sus teorías y
postulados fueron rechazadas por su invalides.
*
S. Nadel, “Fundamentos de la Antropología Social”, México, 1951, F.C.E. (el
subrayado es nuestro).
192 ANTHROPOLOGIKA
estudiar la estructura social, sino que es una respuesta nueva para
una nueva generación de jóvenes antropólogos; los cuales, por
medio del trabajo de campo, niegan toda posibilidad de estudio de
las fuentes y a toda información de la región a estudiar. A pesar de
“que con el pretexto de no malograr la maravillosa intuición que les
permitirá alcanzar, en un diálogo intemporal con su pequeña tribu y por
encima del contextote reglas y costumbres altamente diferenciadas,
verdades eternas sobre la naturaleza y la función de las instituciones
sociales”.
ANTHROPOLOGIKA 193
tuvieron una gran inclinación por la historia. Sin embargo es con la
escuela funcionalista y estructural-funcionalista, desde 1922 y en
posteriores trabajos, contribuyo a fundar, de una manera
completamente radical, una nueva antropología, donde muchos la
definen como la “exclusión de la historia”.
194 ANTHROPOLOGIKA
archivos, ni registros concretos de la cual se puede extraer o
recopilar una historia exacta*.
*
Los funcionalistas entendían que la historia de la sociedad “primitiva” tenía
una mezcla de hecho y fantasía, englobada en el mito. Por ello que era muy
relevante en el estudio de la sociedad que formaba parte.
**
Radcliffe-Brown recibió influencia Alfred Hadom y W. Rivers. Ellos fueron los
que le propusieron la idea de que la generalización inductiva debe hacerse
sobre una base mas amplia, para esto aplican el método inductivo, a través del
trabajo de campo, en sociedades particulares.
***
Inicialmente su trabajo de campo lo inicio entre el año de 1906 y 1908. Sin
embargo es en el año de 1922, al igual que el libro de Malinowski, que termina
su versión final con la influencia de Mauss y Durkheim.
ANTHROPOLOGIKA 195
algo en común, no aplicar los métodos históricos en sus respectivas
teorías y trabajos de campo.
Viazzo también nos dice que “ya durante los años veinte, sobre todo en
contextos declarados polémicos (….) Malinowski habría manifestado una
actitud siempre mas hostil al uso de métodos históricos en antropología, y
en uno de sus últimos trabajos (…) había llegado a sostener la inutilidad de
las fuentes de archivos y de una investigación convencionalmente histórica
para el estudio de la transformación social de los primitivos”**
196 ANTHROPOLOGIKA
estos acontecimientos, esta mezclada entre el hecho y la fantasía, de
allí parte su relevancia en cuanto al estudio de la sociedad que
forma parte. Así mismo el clasifica las fuentes del historiador y
aquella fuentes complejas y “evasivas” que maneja el antropólogo.
ANTHROPOLOGIKA 197
pero las ventajas son mayores, la antropología, indudablemente, revelo un
vasto caudal de hechos nuevos que de otro modo hubieran permanecido
ignorados (…) los fines del antropólogo y del sociólogo son los mismos”17.
17
S.Nadel “Fundamentos de Antropología Social”, Ob cit.
18
Lévi-Strauss nos recuerda que a principios del siglo XX ya se había producido
una confrontación epistemológica análoga entre la sociología y la antropología,
cuestión que se había resuelto a través de la definición metodológica de cada
una de esas disciplinas
19
Será Evans-Pritchards quien reorientara el estudio antropológico. La
importancia que tuvo fue el fortalecimiento y reafirmación de aplicación de los
métodos históricos en los trabajos antropológicos. Afirmamos que es uno de los
precursores de la antropología histórica.
20
Nadel Ob. Cit Pág. 19
21
Una frase que invita a la pasividad. Además presentaba aun mas problemas,
por ejemplo la imparcialidad histórica y de la misma historia como
conocimiento científico y objetivo de análisis del pasado y presente.
198 ANTHROPOLOGIKA
pasado (…)¿Dónde empieza el pasado o donde el pasado “ordinario” se
convierte en pasado histórico? Además cuando un antropólogo escribe un
libro sobre una tribu que estudio hace quince años, ¿lo convierte en
historiador? Evidentemente que no, a menos que la finalidad de su estudio
haya cambiado en aquel periodo de tiempo22; porque el antropólogo escribirá
y examinará su tribu como si existiese aquí y ahora. Y, al contrario, el
historiador no se convierte en sociólogo únicamente porque escribe
acerca de Inglaterra o la Francia actual. La diferencia, pues, estriba en el
aspecto de sus datos que interesa uno a otro. El historiador trata los
acontecimientos bajo el aspecto del pasado y da mayor
importancia a todas las relaciones con el pasado que puedan
descubrirse, caso en el cual no esta el antropólogo, que trata hechos
bajo el aspecto del presente y da mayor importancia a todas las
relaciones validas aquí y ahora (…) Y aquí lo mejor demostrado
parece ser que el historiador mira los acontecimientos y las
secuencias de acontecimientos bajo el aspecto de la singularidad e
individualidad, y que la indagación histórica se satisface con
averiguar y describir completamente dichos ancontecimientos en
sus contextos de tiempo y lugar (ya sean materiales o mentales los
referidos acontecimientos)..PARA EL HISTORIADOR NO HAY
DIFERENCIA ENTRE AVERIGUAR LO QUE SUCEDIÓ Y
AVERIGUAR PORQUE SUCEDIÓ (…) inversamente, en el tipo de
investigación que no es histórica, sino científica, miramos los
acontecimientos bajo el aspectote su reiteración y regularidad, sin tener en
cuenta tiempo ni lugar, y usamos la observación de lo individual y
particular para formular leyes de valides universal…EN DEFINICION
EL OBJETO DE LA HISTORIA NO ES ESTRICTAMENTE
EXACTA”.
ANTHROPOLOGIKA 199
debe reservar el termino “etnología” a aquel estudio que toma el
método histórico y el de “antropología social” al estudio que aplica
el método inductivo.
Este fue una moda intelectual que triunfó en Inglaterra, sin embargo
al otro lado del continente las cosas fueron distintas, ya que otro de
los bastiones de la antropología, Estados Unidos, no se llamaban a si
mismos etnólogos y eras partidarios del método histórico,
encabezados por Franz Boas. Radcliffe-Brown llego a Estados
Unidos en el año de 1931 y dejo una gran influencia, de la que
explicaremos a continuación.
24
Radcliffe-Brown, ob, cit.
25
Radcliffe-Brown a su vez comprendía a la etnología como una disciplina
anticuada y sin ninguna utilidad practica. Por ello su clasificación: la histórica e
inexacta, la etnología, y la inductiva, la antropología social. Va a existir una
relación unilateral (one-sided dependence). La antropología puede o no puede
utilizar a la etnología dentro de su estudio, pero la etnología no puede
“renunciar a ciertos presupuestos de la antropología social”
200 ANTHROPOLOGIKA
¿Y qué hay más allá del charco?: los dinosaurios que todavía
caminan.
26
Si bien es cierto que Boas es clasificado como miembro del difusionismo, su
reacción contra el evolucionismo es directa y sin tregua. Boas sostenía que las
teorías expuestas por Morgan eran meras creaciones imaginarias, elaboradas sin
ninguna base real. La refutación a las propuestas evolucionistas se pueden
entender en el siguiente ejemplo: Varias de las tribus de indios que poblaban las
grandes Llanuras en Estados Unidos, habían cambiado su modo de vida y
productivo. Según las teorías evolucionistas, del salvajismo se pasaría a la
barbarie, sin embargo, los indios que practicaban antes la agricultura y eran
sedentarios, cambiaron por la cacería del Búfalo. Esto como se observará es un
retroceso y no una evolución, e hizo que muchos evolucionistas dejen de lado
sus teorías.
27
El particularismo histórico o también llamado el cuádruple enfoque de Boas,
era comprendida de la siguiente manera. La antropología posee como objeto a
la lengua, la raza y la cultura. Pero a su vez se constituye como una disciplina
integrada por 4 campos. La arqueología, la antropología física, la lingüística y la
antropología cultural. Por medio de estos 4 campos se puede “Reconstruir la
historia primitiva de la humanidad (…)y, allí donde ello sea posible, expresar en
forma de leyes los modos recurrentes del suceder histórico”. Boas comprendía
la historia del hombre como un “árbol de la cultura”.
ANTHROPOLOGIKA 201
sociedades y de cómo estas diferencias se habían desarrollado. Por
ello la fructífera relación entre antropología e historia.
28
Asi nace el libro “Antropología social de las sociedades complejas” Alianza, 1966
España. Este libro es una compilación entre varios autores seguidores de
Radcliffe-Brown, entre los que destacan E.Wolf , J Clyde, Max Gluckman, etc.
202 ANTHROPOLOGIKA
comunidades campesinas29. También Julian Steward comienza a dar
forma a su teoría acerca de las relaciones del medio ambiente y la
organización social, alejándose de aquel enfoque boasiano. George
Murdock, empieza a estudiar el parentesco y las relaciones de
parentela con métodos estadísticos, los que Boas mismo consideraba
dudosos.
A modo de conclusión
ANTHROPOLOGIKA 203
1950), fue completamente rechazada por la antropología social
británica. Herbert Lewis nos dice que “se trata de un mito o de un
fenómeno limitado a la antropología social británica”. Pero a pesar de
esta limitante, la antropología social británica, se configura como un
nuevo método antropológico antes que nada. La influencia de
Radcliffe-Brown y de Bronislaw Malinowski, tanto en Europa y
América fue enorme. Si bien es cierto que el paso de Alfred
Radcliffe-Brown por los Estados Unidos fue corto, su influencia dio
un nuevo enfoque a las jóvenes generaciones, reflejadas en sus
monografías, las cuales no aplican o no tienen “tanta confianza” en
el método histórico como la escuela boasiana32.
204 ANTHROPOLOGIKA
SOPORTE
BIBLIOGRAFICO
ANTHROPOLOGIKA 205
BIBLIOGRAFIA ANTROPOLOGICA
CLASICOS DE LA ANTROPOLOGIA
206 ANTHROPOLOGIKA
Facultad de Antropología de la Universidad
Northern Illinois y de la Universidad de
California, San Diego
mrance@ucsd.edu
Clásicos en antropología
Agar, Michael H.
1980 The Professional Stranger: An Informal Introduction to
Ethnography. Academic Press: New York.
Bateson, Gregory
1958 Naven. Stanford University Press: Stanford
Bateson, Gregory
1972 Steps to an Ecology of Mind. Ballantine Books: New York.
Benedict, Ruth
1934 Patterns of Culture. Houghton Mifflin: Boston
ANTHROPOLOGIKA 207
1968 New Perspectives in Archaeology. Aldine Publishing Co.:
Chicago.
Brunvand, Jan
1972 An Introduction to American Folklore. Prentice Hall: New
York.
Chomsky, Noam
1975 Relections on Language. Pantheon Books: New York.
Clark, G.
1954 Excavations at Star Carr. Cambridge University Press:
London.
Clarke, David
1968 Analytical Archaeology.
D'Andrade, Roy
1984 Cultural meaning systems. IN: Culture Theory. R. A.
Schweder and R. A. LeVine, eds. Cambridge University Press: New
York. 1984.
de Saussure, Ferdinand
Course in General Linguistics.
Dobzhansky, T.
1970 Genetics of the Evolutionary Process. Columbia University
Press: New York.
Douglas, Mary
1966 Purity and Danger. Routledge and Kegan Paul: London.
Douglas, Mary
208 ANTHROPOLOGIKA
1973 Natural Symbols. Barrie and Jenkins: London.
DuBois, Cora
1960 (1944) The People of Alor: A Social-Psychological Study of an
East Indian Island. Torchbooks: New York.
Durkheim, Emile
Elementary Forms of the Religious Life.
Durkheim, Emile
Rules of Sociological Method.
Durkheim, Emile
Suicide.
Evans-Pritchard, E. E.
1937 Witchcraft, Oracles and Magic among the Azande.
Evans-Pritchard, E. E.
1940 The Nuer: A Description of the Modes of Livelihood and
Political Institutions of a Nilotic People. Clarendon Press: Oxford
Firth, Raymond
1951 Elements of Social Organization. Watts: London
Firth, Raymond
1963 We the Tikopia. Beacon Press: Boston
ANTHROPOLOGIKA 209
1957 Man and Culture: An Evaluation of the Work of Bronislaw
Malinowski. Routledge and Kegan Paul: London
Flannery, Kent
1976 The Early Mesoamerican Village. Academic Press: New York
Fortes, Meyer
1949 The Web of Kinship Among the Tallensi. Oxford University
Press: London
Fortune, Rio F.
Manus Religion.
Fortune, Rio F.
Sorcers of Dobu.
Foster, George
1961 The dyadic contract: a model for the social structure of a
Mexican village. American Anthropologist 61:
Fox, Robin
1967 Kinship and Marriage. Penguin: Massachusetts.
Freud, Sigmund
Civilization and its Discontents.
Freud, Sigmund
1900 The Interpretation of Dreams.
Fried, Morton H.
1967 The Evolution of Political Society. Random House: New
York.
Frisancho, A. R.
1979 Human Adaptation. Mosley: St. Louis.
Geertz, Clifford
Religion of Java.
Geertz, Clifford
210 ANTHROPOLOGIKA
1963 Agricultural Involution: the Processes of Ecological Change.
University of California Press: Berkeley.
Geertz, Clifford
1973 The Interpretation of Cultures. Basic Books: New York.
Gellner, Ernest
1985 Relativism and the Social Sciences. Cambridge University
Press: Cambridge.
Goodall, Jane
1986 The Chimpanzees of Gombe: Patterns of Behavior. Harvard
University Press: Cambridge, MA.
Hallowell, A.I.
1955 Culture and Experience. University of Pennsylvania Press:
Philadelphia.
Harris, Marvin
1968 The Rise of Anthropological Theory. Thomas Y. Crowell:
New York.
La Barre, Weston
The Ghost Dance
Labov, William
1972 Sociolinguistic Patterns. University of Pennsylvania Press:
Philadelphia
Langness, L. L
1963 The Life History in Anthropological Science. Holt, Rinehart
and Winston: New York.
ANTHROPOLOGIKA 211
Leach, Edmund
1965 Political Systems of Highland Burma. Beacon Press: Boston
Levi-Strauss, Claude
Structural Anthropology. Basic Books: New York
Levi-Strauss, Claude
The Myth of Asdiwal.
Levi-Strauss, Claude
1964 The Raw and the Cooked. Harper: New York
Levi-Strauss, Claude
1966 The Savage Mind. University of Chicago Press: Chicago
Levy, Robert
1973 Tahitians: Mind and Experience in the Society Islands.
University of Chicago Press: Chicago
Lienhardt, G.
Divinity and Experience
Longacre, William A.
1970 Archaeology as Anthropology: A Case Study. University of
Arizona Press: Tucson
Malinowski, Bronislaw
212 ANTHROPOLOGIKA
1922 Argonauts of the Western Pacific: An Account of Native
Enterprise and Adventure in the Archipelagoes of Melanesian New
Guinea. Dutton: New York
Malinowski, Bronislaw
1938 Coral Gardens and Their Magic (Part I: Tribal Economics and
Social Organization).
Malinowski, Bronislaw
1948 Magic, Science and Religion and Other Essays. Anchor
Books: New York
Marx, Karl
18th Brumaire
Mauss, Marcel
1954 The Gift. Free Press: Glencoe, IL
Mead, Margaret
1928 Coming of Age in Samoa: A Psychological Study in Primitive
Youth for Western Civilization. Blue Ribbon Books: New York
Murdock, George
1949 Social Structure. Macmillan: New York
Nadel, S. F.
1957 The Theory of Social Structure. Free Press: New York
Needham, Rodney
1962 Structure and Sentiment. University of Chicago Press:
Chicago
Obeyesekere, G.
Medusa's Hair.
Polanyi, Karl
1957 Trade and Market in Early Empires: Economics in History
and Theory. Free Press: Glencoe, IL
Radcliffe-Brown, A. R.
ANTHROPOLOGIKA 213
1952 Structure and Function in Primitive Society. Free Press:
Glencoe, IL
Redfield, Robert.
1955 The Little Community: Viewpoints for the Study of a Human
Whole. University of Chicago Press: Chicago
Redfield, Robert
1956 Peasant Society and Culture. University of Chicago Press:
Chicago
Sahlins, Marshall.
1972 Stone Age Economics. Aldine-Atherton: Chicago
Sahlins, Marshall
1976 Culture and Practical Reason. University of Chicago Press:
Chicago
Sahlins, Marshall D.
1961 The segmentary lineage: an organization of predatory
expansion. American Anthropologist 63.
Sapir, Edward
1924 Culture, genuine and spurious. IN: Selected Writings in
Language, Culture, and Personality. D. G. Mandelbaum, ed.
University of California Press: Berkeley. 1985
Sapir, Edward
1938 Why cultural anthropology needs the psychiatrist. IN:
Selected Writings in Language, Culture, and Personality. D. G.
Mandelbaum, ed. University of California Press: Berkeley 1985
Schneider, David
1968 American Kinship: A Cultural Account.
Service, E. R.
214 ANTHROPOLOGIKA
1975 Origins of the State and Civilization: The Process of Cultural
Evolution. Norton Press: New York
Spiro, Melford
Oedipus in the Trobriands.
Spiro, Melford
1968 Buddhism and economic action in Burma. American
Anthropologist 68.
Steward, Julian.
1955 The Theory of Culture Change: The Methodology of
Multilinear Evolution. University of Illinois Press: Urbana, IL.
Trigger, Bruce
A History of Anthropological Thought
Turner, Victor.
1968 The Ritual Process: Structure and Anti-structure. Aldine
Publishing Co.: Chicago
Underwood, J. H.
1979 Human Variation and Human Microevolution. Prentice Hall:
Englewood Cliffs, New Jersey.
Weber, Max
The Protestant Ethic.
ANTHROPOLOGIKA 215
1953 Child Training and Personality. Yale University Press: New
Haven, CT.
Whorf, B. L.
Language, Thought and Reality. J. B. Carroll, ed. MIT Press:
Cambridge, MA
Wilson, Monica
1963 Good Company. Beacon Press: Boston
Wolf, Eric R.
1982 Europe and the People Without History. University of
California Press: Berkeley
216 ANTHROPOLOGIKA
OBITUARIO
ANTHROPOLOGIKA 217
218 ANTHROPOLOGIKA
EDMUND RONALD LEACH*
DAN SPERBER
CNRS, Paris
dan@sperber.com
ANTHROPOLOGIKA 219
adaptación ecológica más que de obediencia a un sistema de
normas.
220 ANTHROPOLOGIKA
políticos de la Alta Birmania, a, Anagrama, 1977) . 1961, Pul Eliya: A
Village in Ceylon. A Study of Land Tenure and Kinship, Cambridge,
Cambridge University Press. 1961, Rethinking Anthropology, Londres,
Athlone Press (trad. esp. Replanteamiento de la antropologia,
Barcelona, Seix Barral, 1971). 1967, A runaway world? The Reith
Lectures 1967, Londres British Broadcasting Corporation, p. 98 (trad.
esp. Un mundo en explosión, Barcelona, Anagrama, 1970). 1970,
Claude Lévi-Strauss, Londres, Fontana (trad. esp. Lévi-Strauss,
Barcelona, Anagrama, 1970). 1976, Culture and communication,
Cambridge, Cambridge University Press (trad. esp. Cultura y
comunicación, Madrid, Siglo XXI, 1978). 1980, L’unité de l’homme et
autres essaís, París, Gallimard, 1982, Social Anthropology, Londres,
Fontana.
ANTHROPOLOGIKA 221
222 ANTHROPOLOGIKA
CATEDRA
MAGISTRAL
ANTHROPOLOGIKA 223
224 ANTHROPOLOGIKA
CULTURA POPULAR: DE LA ÉPICA AL
SIMULACRO
ANTHROPOLOGIKA 225
museos, los comunicólogos para los medios masivos, o los
sociólogos políticos y los dirigentes para dar legitimidad a los
partidos que hablan en su nombre. Con estas atribuciones diversas e
interesadas de lo popular a grupos sociales tan heterogéneos, no
puede armarse ninguna teoría. Lo único que cabe hacer es
desconstruir las estrategias de quienes lo ponen en escena.
226 ANTHROPOLOGIKA
en que esta fisura retórica permite desempeñarse en los conflictos y
las negociaciones.
Ilusiones fundamentalistas
ANTHROPOLOGIKA 227
deben usar los mismos medios por los cuales ellos escuchan lo que
sucede en la ciudad [...] protestan en la plaza pública pero llaman a
la televisión para que su protesta sea vista».
228 ANTHROPOLOGIKA
De la épica al melodrama
ANTHROPOLOGIKA 229
reglas los artesanos tienen dificultades para entender (Good
Eshelman, Gouy-Gilbert).
230 ANTHROPOLOGIKA
creado una intensa hibridación, sostienen que ellos no son menos
mexicanos que de otras regiones. Por el contrario, dicen que los
sesenta millones de cruces de personas por año que ocurren solo
entre Tijuana y San Diego les hacen vivir constantemente la
diferencia y la desigualdad. Por eso, afirman tener una imagen
menos idealizada de Estados Unidos que quienes reciben una
influencia parecida en la capital mexicana a través de la televisión y
los bienes importados. Argumentan que quienes se vinculan con la
cultura estadounidense a distancia, mediante el consumo de
imágenes y objetos desprendidos de las interacciones sociales,
tienen una relación más abstracta y pasiva con la influencia
«gringa». En cambio, quienes negocian todos los días, económica y
culturalmente, están obligados a discernir entre lo propio y lo ajeno,
entre lo que admiran y rechazan de Estados Unidos. Efectivamente,
llama la atención cómo los migrantes populares se organizan en la
frontera, tanto del lado mexicano como estadounidense, de acuerdo
con el grupo étnico y la zona de la cual proceden (Oaxaca,
Michoacán, Guerrero). Pero —a la vez que afirman en espacios y
rituales específicos su identidad originaria— reformulan su
patrimonio cultural adquiriendo saberes y costumbres que les
permiten reubicarse en nuevas relaciones laborales, socioculturales
y políticas. Siguen siendo indudablemente mexicanos (y el racismo
estadounidense se los recuerda a cada momento), pero su identidad
es políglota, cosmopolita, con una flexible capacidad para las
informaciones nuevas y entender hábitos distintos en relación con
sus matrices simbólicas antiguas.
ANTHROPOLOGIKA 231
ordenan —en todos los países— más por estratos de edad y género,
según las estrategias de la radio, la televisión y los vídeos, que por
los rasgos diferenciales de cada nación.
232 ANTHROPOLOGIKA
interacciones sociales por la videopolítica lleva a percibir las
tendencias que ahogan la negociación.
ANTHROPOLOGIKA 233
En este juego de simulacros, una característica común a muchos
líderes que compitieron por la presidencia de sus países en las
últimas elecciones latinoamericanas, es que no quieren parecer
políticos. Fujimori, que no sabe karate, se hacía fotografiar en la
campaña con un kimono blanco y en el acto de partir un ladrillo por
la mitad con la mano derecha: parecía un ángel enojado, observaba
Beatriz Sarlo, un profeta, un karateca, que explotaba su fisonomía
japonesa, cualquier cosa menos un político peruano. Carlos Menem
y Fernando Collor fueron filmados practicando deportes, bailando o
dialogando sobre temas frívolos con gente común. El contacto con la
cultura popular se busca mediante la construcción de iconos
mediáticos, no mediante intercambios de información o el análisis
de los problemas populares. Nada de discursos «intelectuales», ni
de confrontaciones directas, imprevistas, con la conflictualidad
social. En esta etapa pospolítica, en la que se hace como si no
hubiera lucha, parece que tampoco se necesitara negociar; solo se
fotografía. Se filma, se televisa y se consumen esas imágenes (Sarlo).
234 ANTHROPOLOGIKA
negociación. No hay pregunta por la identidad, no se toman en
cuenta las culturas populares o regionales porque no existe un
discurso en relación con algo que se postule como realidad propia:
apenas la sucesión desordenada de imágenes del videojuego, sin
referencias externas a la pseudonarración visual. La videopolítica
solo recurre ocasionalmente, por ejemplo en procesos preelectorales,
a restos fragmentarios del folclor para construir simulacros fugaces
de identificación afectiva con las masas. Es cada vez más difícil que
estos fragmentos dispersos, excepcionales, se sumen en una
memoria, que fue en otro tiempo lo que podía dar continuidad y
cohesión a la cultura popular entre los vaivenes de la modernidad
(Rowe-Schelling).
ANTHROPOLOGIKA 235
apropiadas al carácter multicultural, a los nuevos modos en que
participamos de lo local y lo global (Hall). Se trata de volver a
escribir las culturas populares con minúsculas, y encontrar modos
de narrarlas que les den lugar entre las disputas y las negociaciones,
entre los dramas y no solo entre los simulacros.
BIBLIOGRAFÍA
236 ANTHROPOLOGIKA
Martín Barbero, Jesús y Sonia Muñoz: Televisión y melodrama. Bogotá:
Tercer Mundo Editores, 1992.
ANTHROPOLOGIKA 237
238 ANTHROPOLOGIKA
CONVERSACIONES
ANTHROPOLOGIKA 239
EL MUNDO ACTUAL YA NO ES EL MÍO
ENTREVISTA: CLAUDE LEVI-STRAUSS*
*
Entrevista realizada el 03 de Abril de 2005. Traducción de Cristina Sardoy.
240 ANTHROPOLOGIKA
VERONIQUE MORTAIGNE
V. M. ¿Toda ciudad?
ANTHROPOLOGIKA 241
iniciativas individuales tomadas a lo largo de los siglos. En el Brasil
de los años 30 se podía observar cómo se producía todo el proceso
en unos años. Como yo ejercía la etnografía, los indios fueron para
mí esenciales, pero esa experiencia urbana ocupó un lugar muy
importante, y los dos Brasil coexistían. Novelistas como Euclides da
Cunha —autor del clásico Os SertÉes— describieron
magníficamente a ese Brasil. También conocí muy bien a Mario de
Andrade: musicólogo, poeta, fundador de la Sociedad de etnografía
y folklore de Brasil. Fuimos muy amigos.
242 ANTHROPOLOGIKA
V. M. La rapidez de desplazamiento, la velocidad de propagación
de las culturas, la comunicación, son factores determinantes...
ANTHROPOLOGIKA 243
V. M.¿Volvió a ver a sus amigos, los indios Caduveos, Bororos o
Nambikwaras, que usted había estudiado?
C. L-S. En 1985, Brasilia era una de las etapas del viaje presidencial.
El diario O Estado de Sao Paulo me propuso llevarme a ver a los
Bororos, un viaje que me había costado mucho en 1935, pero que, en
avión, se podía hacer en unas horas. Subimos una mañana a una
avioneta que transportaba solamente tres pasajeros: mi mujer, una
colega brasileña y yo. El avión voló sobre los territorios Bororos,
pudimos incluso divisar algunas aldeas todavía con su estructura
circular, pero cada una tenía ahora una pista de aterrizaje. Y
después de sobrevolarlas, el piloto nos dijo: Podría aterrizar, pero las
pistas son tan cortas que tal vez no pueda volver a despegar. Renunciamos
y regresamos a Brasilia atravesando una tormenta espantosa. Creo
que nuestra vida nunca se había visto tan expuesta, ni siquiera en la
época de mis expediciones. Llegamos apenas a tiempo para que mi
mujer se pusiera un vestido de fiesta y yo un smoking para asistir a
la cena de gala ofrecida por el presidente de Brasil a Mitterrand.
Todo eso mostraba hasta qué punto había cambiado el país. No
volví a ver a los Bororos en carne y hueso, pero sobrevolé el
Bermejo, un afluente del Paraguay que me había llevado varios días
remontar en piragua, y que ahora está bordeado por una ruta
asfaltada.
244 ANTHROPOLOGIKA
tiene el ojo detrás de un objetivo de cámara no se ve lo que pasa y se
comprende menos todavía. Quedaron algunas migajas que en total
hacen más o menos una hora de fragmentos de películas. Las
encontraron en Brasil, donde yo las había abandonado y las
mostraron una vez en el Centro Pompidou. Además, voy a hacerle
una confesión: las películas etnológicas me aburren enormemente.
C. L-S. Una máscara que tiene una función ritual es también una
obra de arte. El enfoque estético no me inquieta en absoluto. El
Museo del Louvre es ante todo un museo de bellas artes. Tiene, por
lo tanto, un espíritu, una función estetizantes. Nunca impidió que la
historia o la sociología del arte se desarrollaran, ni que los
conservadores de ese museo fueran muy buenos estudiosos. El
hecho de suscitar el interés o la emoción del público a través de
objetos bellos no me preocupa para nada. La estética es una de las
vías que le permitirá descubrir las civilizaciones que los produjeron.
Y así algunos se convertirán en historiadores, observadores,
estudiosos que se dedicarán a esas civilizaciones.
ANTHROPOLOGIKA 245
V. M. Usted coleccionó objetos y llegó a comparar los mitos, tema
de sus investigaciones, con "objetos muy bellos que no nos
cansamos de contemplar". ¿Todavía le encantan?
246 ANTHROPOLOGIKA
de la universidad de Campo Grande del Mato Grosso, donde ellos
mismos enseñan. Quisieron, en mi oficina del Collège de France, por
su propia iniciativa, cantar y bailar para mí. Esa es una de las
paradojas en las que vivimos: esos colegas Bororos conservaban
toda la frescura y autenticidad de una música que yo había
escuchado sesenta años antes. Fue muy emocionante. La música es
el misterio más grande que enfrentamos. La música popular
brasileña de mi tiempo era, además, sumamente sabrosa.
ANTHROPOLOGIKA 247
248 ANTHROPOLOGIKA
LECTURAS
LIBRES
ANTHROPOLOGIKA 249
MI PAIS*
El manuscrito extraviado**
*
Traducción efectuada sobre el texto publicado en Rumano y en Francés en
Cioran, Tara Mea / Mon pays, Gallimard, Paris/ Humanitas, Bucuresti,1996.
**
Traducción: Basílica Catofleac
250 ANTHROPOLOGIKA
E. M. Cioran
ANTHROPOLOGIKA 251
vejación, y de vuelta a la actualidad me esperaban los mismos
defectos; algunos deformados, otros conservados intactos. Lo
resolvía sin compasión, y con tan frenético deseo de aprehender en
él otra cosa, que ese frenesí de profunda clarividencia me hacia
infeliz. Entendí que mi país no resiste ante mi orgullo, que,
confrontado con mis exigencias, luce insignificante. ¿Acaso no fue
entonces cuando escribí que hubiera preferido que se uniesen en él
la aventura de Francia y la población de China? ¡Que desvarío! Pero
era un desvarío doloroso, un trastorno nada gratuito, ya que
afectaba mi salud bastante. En vez de dirigir mis pensamientos hacia
una apariencia mas consistente, los até al país, como presintiendo
que él podría ofrecerme el pretexto de una inmolación perpetua,
que, mientras soñara con él, dispondría de un prolífico manantial de
despechos. Había descubierto un inagotable infierno, en el cual mi
vanidad me podía alcanzar la exasperación por mi cuenta. Este amor
se volvía un castigo que yo reclamaba contra mi mismo, y un don
quijotismo cruel. Nos gustaba charlar largo y tendido sobre la
suerte de un pueblo sin suerte,; y me volví un profeta en el desierto,
en el sentido propio de la palabra. De hecho yo no era el único que
divagaba, ni el único afligido. La legitimidad de sus ilusiones,
Éramos un gentío de desesperados en el corazón de los Balcanes.
Predestinados al fracaso; - nuestra única excusa. Que nuestro país
no existía, era para nosotros una certidumbre; que él no tenía fuerza
más que para nuestro desconsuelo, lo sabíamos muy bien.
252 ANTHROPOLOGIKA
desapareció en medio de la ferocidad. Cuando llegue a
experimentar cierta simpatía por esos soñadores sanguinarios, sentí
confusamente, intuí, que no tenían como triunfar, que ni tenían que
triunfar, que encarnaban en una forma ideal, perfecta, el malogro de
mi país, y que el destino de ellos consistía en conferirle a ese
malogro la reciedumbre y la altura que le faltaban. En el fondo yo
había desarrollado una pasión por un doble fracaso. Sin embargo
me hacia falta una pizca de conmoción. Y su rebeldía me la
proporcionaba. El que entre los veinte y los treinta años no suscribe
al fanatismo, a la furia y a la demencia es un imbesil. No se es liberal
sino por cansancio, demócrata, por racionalidad. La desgracia le es
reservada a los jóvenes. Ellos son los que promueven las doctrinas
de la renuencia y las ponen en práctica; ellos son los que precisan de
sangre, de gritos, tumulto y barbarie. En esa época Europa tenia fe
en la juventud, la empujaba hacia la política y los problemas de
estad. Añadan ustedes a esto que el joven es teórico, semi filosofo, y
que requiere, cueste lo que cueste, de algún “ideal” desquiciado. El
nunca se contenta con una filosofía recatada: es fanático, apuesta por
al locura y espera de ella todo.
ANTHROPOLOGIKA 253
propio pasado. Al mirar atrás, él parece recordarme hoy los años de
otro. Es otro aquel cual yo reniego todo lo que significa “yo”, esta
ahora e mil leguas del que era antes.
254 ANTHROPOLOGIKA
cementerios… Borracho de ira contra mis antepasados, no sabia
como matarlos, una vez más, y para siempre. Aborrecía su
mutismo, su ineptitud, y todos aquellos siglos que ellos habían
colmado con sus abdicaciones. Idea era que las tumbas, con sus
osamentas y todo, tenían que ser voladas, que se tenia que profanar
la paz de los difuntos, que nos teníamos que vengar de ellos, de sus
quiebras, desbaratar todo ese “antaño” colectivo, esa eterna nada
nuestra… Mi proyecto, sobra decirlo, no desencadeno ninguna
cruzada. Pero por un tiempo el me enfatizo. Después me dio asco
odiar en vano y me deje invadir por un rencor mas vasto, que
abarcaba a todo el mundo, desde el simple desprecio hacia un
vecino hasta anarquía cósmica. Es claro que yo necesitaba arrebato
así como otros necesitaban razón o dinero. Saber que una cosa existe
o que podría existir sin importarle mi voluntad destructiva, me
provocaba crisis de rabia, me hacia temblar noche tras noche. Y
comprendí entonces porque la maldad del hombre supera a del
animal: porque la nuestra, en su imposibilidad de pasar enseguida
al acto y apaciguarse, se acumula, se intensifica y nos abruma.
Obligada a esperar, gana en vehemencia gracias a la reflexión y se
vuelve inclemente. Ella puede ensancharse y acabar todo lo
existente, mientras la de la fiera, que dura apenas unos instantes, no
se aplica mas que al objeto inmediato, y no llega a replegarse sobre
si misma. Nuestro odio alcanza, por tanto, tales proporciones, que,
al no saber ya quien destruir, “se fija” sobre nosotros mismos. Como
sucedió conmigo: me volví el centro de mi propio odio. Había
odiado a mi país, había odiado a todo el mundo y el universo
entero. Solo me queda odiarme a mi mismo: y fue lo que hice, por el
desvió de la desesperación.
ANTHROPOLOGIKA 255
256 ANTHROPOLOGIKA
AUTORES
ANTHROPOLOGIKA 257
Colaboraron en este numero:
258 ANTHROPOLOGIKA
Alejandro Diez Hurtado
Bachiller en Ciencias Sociales, PUCP, Especialidad de Antropología.
Licenciado en Antropología, PUCP. Doctor en Antropología, Ecole
des Hautes Etudes en Sciences Sociales, Francia. Es autor de Pueblos
y caciques de Piura : siglos XVI y XVII (1988); Las comunidades
indígenas del Bajo Piura : Catacaos y Piura siglo XIX (1992); Comunes y
haciendas : procesos de comunalización en la Sierra de Piura (siglos XVIII
al XX) (1998); Comunidades mestizas : tierras,elecciones y rituales en la
sierra de Pacaipampa (Piura) (1999); Comunidades mestizas : tierras,
elecciones y rituales en la sierra de Pacaipampa (Piura) (2003); Elites y
poderes locales : sociedades regionales ante la descentralización. Los casos
de Puno y Ayacucho (2003).
Aleixandre Duche
Alumno del último año de la E.P. de antropología de la Universidad
Nacional San Agustín de Arequipa y de la E.P. de sociología en la
misma universidad. Es editor en jefe de la revista Anthropologika;
editor y escritor del libro pronto a salir en Diciembre de 2007,
Destruir para construir: hacia un replanteo del pensamiento antropológico
en Arequipa. Es integrante del Centro de Estudios e Investigación en
Antropología ANTHROPOLOGIKA. Sus interés en investigación son
la antropología del turismo y la antropología de la religión.
Néstor García-Canclini
Nacido en Argentina en 1939. Estudió letras y se doctoró en 1975 en
la Universidad Nacional de La Plata y, tres años después, con una
beca otorgada por el Conicet, se doctora en la Universidad de París.
Ejerció la docencia en la Universidad de La Plata (1966-1975) y en la
Universidad de Buenos Aires (1974-1975). Desde 1990, profesor e
investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México,
Unidad Iztapalapa, donde dirige el Programa de Estudios sobre
Cultura. Ha sido profesor visitante de diveras universidades, entre
ellas las de Nápoles, Austin, Stanford, Barcelona, Buenos Aires y
São Paulo. Entre sus libros, traducidos a diversas lenguas, Arte
popular y sociedad en América Latina, Grijalbo, México, 1977; La
producción simbólica. Teoría y método en sociología del arte, Siglo XXI,
México, 1979; Las culturas populares en el capitalismo, Nueva Imagen,
México, 1982; ¿De qué estamos hablando cuando hablamos de lo popular?,
CLAEH, Montevideo, 1986; Cultura transnacional y culturas populares
ANTHROPOLOGIKA 259
(ed. con R. Roncagliolo), Ipal, Lima, 1988; Culturas híbridas.
Estrategias para entrar y salir de la modernidad, Grijalbo, México, 1990;
Cultura y Comunicación: entre lo global y lo local, Ediciones de
Periodismo y Comunicación, La Plata, 1997; Culturas Híbridas
Estratégias para entrar e sair da Modernidade, 2ª ed. Martins Fontes, São
Paulo, 1998; Las industrias culturales en la integración latinoaméricana
(con Carlos Moneta), Eudeba, Buenos Aires, 1999; La globalización
imaginada, Paidós, Barcelona, 1999; Imaginarios Urbanos, 2ª ed.,
Eudeba, Buenos Aires, 1999; Consumidores e cidadaos. Conflitos
multiculturais da globalizacao, Ed. UFRJ, 4. ed., Rio de Janeiro, 1999;
Latinoamericanos buscando lugar en este siglo, Paidós, Buenos Aires,
2002.
Esteban Krotz
Maestro en Antropología Social (Universidad Iberoamericana,
Ciudad de México, 1976) y Doctorado en Filosofía (Hochschule für
Philosophie, Munich, 1993). Actualmente Profesor-Investigador de
la Universidad Autónoma Metropolitana, Iztapalapa en cursos
regulares y especiales a nivel licenciatura y posgrado en diversas
instituciones antropológicas y filosóficas, principalmente sobre:
Teorías Antropológicas, Antropología Política, Antropología
Jurídica, Antropología y Filosofía de la Cultura; y Relaciones
Interculturales. Tiene investigación de campo (formativa y
profesional) en Morelos, Pensilvania, Jalisco, Veracruz y Yucatán.
Sus temas de investigación actuales son: Historia y metateoría de las
ciencias antropológicas; Las "antropologías del sur"; Antropología
del derecho y de los derechos humanos; Filosofía intercultural. Es
autor de libros como Ensayos sobre el cooperativismo rural en México
(1988); Utopía (1988); Kulturelle Andersheit zwischen Utopie und
Wissenschaft. Ein Beitrag zu Genese, Entwicklung und Neuorientierung
der Anthropologie. Ed. Peter Lang (1994); La otredad cultural entre utopía
y ciencia: un estudio sobre el origen, el desarrollo y la reorientación de la
antropología (2002).
Ted Lewellen
Ph.D., retirado en el Verano de 2003 después de 25 años de enseñar
antropología en la Universidad de Richmond, Virginia. Antes de su
muerte en 2005 se encontraba en Grand Junction, Colorado, donde
investigaba los orígenes de la guerra de los Indios Cheyenne Indian
entre 1851 y 1865. Recibió su B.A. en la Universidad Metodista de
260 ANTHROPOLOGIKA
Alaska, su M.A. de la Universidad de New York, y su Ph.D. de la
Universidad de Colorado. Hizo trabajo de campo en Perú y en
Nicaragua. Es autor de Peasants in Transition: the Changing Economy
of the Peruvian Aymara (Westview, 1978),Political Anthropology, 2nd
Edition (Bergin and Garvey,1992), Dependency and Development:
Introduction to the Third World (Bergin and Garvey, 1995), The
Anthropology of Globalization: Cultural Anthropology Enters the 21st
Century (Bergin and Garvey, 2002).
Carlos Reynoso
Es licenciado y doctor en Ciencias Antropológicas por la
Universidad de Buenos Aires, profesor en la misma universidad de
Teorías Antropológicas Contemporáneas y de Lingüística y
Semiótica. Entre sus libros se cuentan Teoría, historia y crítica de la
antropología cognitiva (1986), Paradigmas y estrategias en la antropología
simbólica (1987), El surgimiento de la antropología posmoderna (1991) y
De Edipo a la máquina cognitiva (1993), Apogeo y decadencia de los
estudios culturales (2000).
ANTHROPOLOGIKA 261
Fiction" in M. Marshall, ed. The Science Fiction Miscellany, 15-18.
Mayagüez, Puerto Rico: Recinto Universitario de Mayagüez. Universidad
de Puerto Rico (1979); El método genealógico en la investigación social@
Boletín de la Sociedad Puertorriqueña de Genealogía. Vol.VI, Nums 2, 71-
78. San Juan, Puerto Rico. (1994); ALoida Figueroa Mercado, una mujer
de avanzada@ en Rodríguez Guglielmoni, Linda M. y Miriam González
Hernández, eds. Enlaces, Transnacionalidad -El Caribe y la Diáspora.
Lengua Literatura y Cultura en los Albores del Siglo XXI. NewYork. The
Latino Press, (21-24) (2000); editor, Temas en Ciencias Sociales. Oficina
de Publicaciones. Universidad de Puerto Rico, Mayagüez (2002);
"Enseñando con ayuda de la Internet" Revista Hermes .Nov 2002. Centro
de Enseñanza Complementada por la Internet. Recinto Universitario de
Mayagüez (2004); entre muchos otros textos mas.
262 ANTHROPOLOGIKA
ANTHROPOLOGIKA 263
SE TERMINÓ DE IMPRIMIR
EL 30 DE NOVIEMBRE DE 2007,
EN EL CENTRO DE ESTUDIOS E INVESTIGACIÓN EN
ANTROPOLOGÍA
CLUB DE LA SERPIENTE
AVENIDA LIMA 310 YANAHUARA,
AREQUIPA – PERU
TELEFONO: +51 54 270238
EMAIL: anthropologika@hotmail.com
TIRAJE: 50 EJEMPLARES
264 ANTHROPOLOGIKA