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Preliminares
Hay dos factores determinantes que desencadenan el proceso unficador europeo a partir
de la Segunda Guerra Mundial.
2º) El enfrentamiento entre la Unión Soviética y las democracias occidentales a partir de 1945.
La Rusia soviética sale muy fortalecida de la contienda. Controla buena parte del centro y
Este de Europa y muestra una actitud claramente agresiva y expansionista. Dispone pronto del
arma atómica y sus fuerzas armadas tienen una abrumadora superioridad frente a las naciones
europeas, muy debilitadas por la guerra.
Cae un “telón de acero” entre el Este y el Oeste. El gran peligro ya no viene de Berlín, sino
de Moscú. Los europeos deben unir todas sus fuerzas para hacer frente a la amenaza soviética.
Tanto más cuanto que los problemas en Asia exigen una atención creciente por parte de los
Estados Unidos (Japón, China, Corea, etc.).
Washington, en todo caso, percibe pronto que no puede desentenderse de Europa (1948
Plan Marshall, Puente Aéreo Berlín, 1949 creación de la OTAN), pero presiona a sus aliados para
que asuman mayor protagonismo en el enfrentamiento con Moscú y, en consecuencia, apoya sin
reservas las primeras iniciativas a favor de una Europa unida.
Cabe distinguir tres etapas en el proceso que lleva del Tratado de Roma a la época actual.
1ª) 1950-1972 – La Europa de los Seis. Progresos rápidos (CECA, EURATOM, CEE) –
De Gaulle y el Reino Unido.
La iniciativa del Gobierno francés (Monnet) a favor de un ejército europeo unificado
con inclusión de Alemania fracasa precisamente (en 1954) por la oposición de los sectores
nacionalistas de dicho país con mayoría en la Asamblea francesa. El proyecto tenía el
beneplácito del Benelux, Italia y Alemania.
Más éxito tuvieron desde 1950 a 1957 las iniciativas para crear las tres
comunidades del carbón y el acero (CECA), de la energía atómica (EURATOM) y
especialmente la más ambiciosa (CEE), que suscriben los Seis en Roma en 1957.
Los avances en la construcción de una Unión Aduanera y una Política Agrícola
Común (P.A.C.) son muy rápidos hasta que De Gaulle en 1965 bloquea el proceso (política
de la “silla vacía” – compromiso de Luxemburgo) rechazando las tesis supranacionalistas
predominantes en la época.
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Gran Bretaña se mantuvo en un principio al margen del proceso, pero, preocupada
por los rápidos avances hechos en Bruselas, solicita en dos ocasiones la adhesión al
Tratado de Roma. En ambas ocasiones De Gaulle veta la petición. A su muerte (1968),
Pompidou acepta la entrada del Reino Unido en el Mercado Común y, tras una rápida
negociación, dicho país pasa a ser, junto con Irlanda y Dinamarca, Estado miembro de la
Comunidad en 1972.
3ª) 1986-2005. Las reformas globales del Tratado de Roma – La ampliación al Este –
La Constitución europea
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- Tratado de Maastricht – 1991. El impulso en parte fallido del Acta Única
cobra nuevo vigor en 1991, tras la caída del Muro de Berlín, ruptura de la Unión Soviética y
la guerra del Golfo.
Europa debe asumir el papel que le corresponde. Los esfuerzos se centran en los
ámbitos no resueltos en el Acta Única, especialmente la creación de una Unión Económica
y Monetaria a partir de 1999. Para ello es imprescindible la convergencia gradual de las
políticas económicas y monetarias, la creación de un Banco Central Europeo y una
moneda única al final del proceso (euro).
Parlamento: se amplían sus competencias; de la simple “cooperación” se pasa a la
“co-decisión” en temas importantes.
Consejo: se restringe la exigencia de la unanimidad en las votaciones.
Política exterior (PESC): se debate sobre la necesidad de armonizar posiciones
(Irak, Balcanes). Gran Bretaña se opone a comunitarizar la defensa y apoya el papel de
Estados Unidos. De todas formas, la PESC va a constituir el segundo pilar de la Unión
Europea tras la libre circulación de personas, mercancías y capitales (primer pilar).
La Europa de los ciudadanos: consenso acerca de la inclusión en la Unión
Europea de los temas más próximos al hombre de la calle: justicia, emigración, fronteras,
criminalidad, pasaportes. Estos asuntos se habían tratado en marco intergubernamental
(Grupos Trevi y Schengen). En el futuro constituirán el tercer pilar de la Unión Europea
(espacio judicial y de seguridad).
Valoración: resultados considerables a favor de una Europa unida. Sectores
nacionalistas fueron muy críticos de los progresos “federalistas” en Maastricht.
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La Constitución Europea
BIBLIOGRAFÍA