PLASMA MARINO
LA TEMPERATURA DE LOS SERES VIVOS
Según Quinton, cuando aparecen los reptiles y se desarrollan reina sobre la Tierra una temperatura cálida y constante: 44 °C. Hoy en las regiones ecuatoria les pervive todavía un poco aquella situación.
Luego, al enfriarse la Tierra, la vitalidad de estos seres decae, pues se acomodan mal a las temperaturas más bajas, y como resultado aparece en ellos su letargo invernal.
Ante la nueva situación surgen otros animales que tratan de mantener su cuerpo a la temperatura original, buscando su plena actividad celular, creando calor por encima del ambiente: las aves. Por aquel entonces las aves alcanzarían esa óptima temperatura de 44 °C, mientras que batracios y reptiles ya no conseguirían llegar a ella.
Así sucesivamente irían apareciendo animales que se defendían de la disminución de temperaturas, volviendo a la temperatura de los orígenes, óptima. Ello permite ordenar la aparición de las especies animales empleando la temperatura como indicadora de la fecha de su aparición, considerando los últimos organismos aparecidos como los que poseerían la temperatura más próxima a la original de 44 °C.
Pero al confeccionar minuciosas tablas con cada especie animal, Quinten descubre que apuntan a un esquema completamente diferente al considerado como válido: el hombre no es el último eslabón de la evolución, y los mamíferos son anteriores a la mayoría de las aves (era a finales del siglo XIX). Por aquel entonces se creía que la temperatura de las distintas especies de mamíferos oscilaba entre 37y 39 °C, y la de las aves entre 41 y 44 °C.
Según las tablas de Quinton, confeccionadas con los datos conocidos hasta entonces, aquéllos deberían partir de 25 oC y éstas de 37 °C.
LEY DE LA CONSTANCIA TÉRMICA
Quinton realiza numerosas mediciones de la temperatura sobre animales que nunca antes nadie había hecho, y lo corrobora hallando que el ornitorrinco tiene 24 oC y el ápterix 37,2 °C. A partir de esta ley de la constancia térmica deduce que cuando un organismo se encuentra mal, elevándose artificialmente la temperatura se produce una aceleración de la vitalidad, y dice que la fiebre aparece para dar a las células el máximo de actividad en su lucha contra la enfermedad.
Esto lo demuestra la experiencia de Jolyet: un conejo resiste perfectamente sin caer enfermo si