Foroliterario, 2002.
La entrevista a Laura nos revela una conciencia madura, ecuánime, segura de sus
pensamientos y sus decires, ávida de vivencias, asentada en sus pérdidas, íntima.
Y cierta calma interior. Que se refleja en su poesía, que aquí traemos.
LG- En mis inicios leía a los simbolistas franceses: Baudelaire, Verlaine, Rimbaud y
también me entusiasmaban los surrealistas Breton, Eluard y Aragón. Uno de los
autores que más me ha impactado ha sido Herman Hesse. Especialmente me caló
su Sidharta con esa combinación de literatura y mirada filosófica. A mis dieciocho
años abrió un mundo nuevo: el de la búsqueda de la verdad en los niveles más
elevados como minúsculos de la existencia. Han habido otros autores de los que me
he nutrido –quizás superiores en el oficio literario- pero Hesse significó en esos
años una invitación a explorar la realidad espiritual, un catalizador de esa pasión
por el auto-descubrimiento que siempre me ha acompañado. Movimiento tectónico
interior ante sus palabras que abrían interrogantes y coronaban intuiciones:
LG- La identidad propia es, sin duda, un logro para cualquier escritor. Esta
singularidad está latente en todo ser humano; sólo que en algunos alcanza su plena
estatura.
LG- Creo que existe un “sentir” literario y una sensibilidad especial respecto a la
palabra. En las descripciones más recientes de inteligencia, como la de Gardner se
distinguen distintos tipos: la inteligencia emocional, espacial, motriz, etc. y se
señala la inteligencia “lingüística”. Pero este “sentir” literario va más allá e incluye
ese sentido musical interno que ordena las palabras y la capacidad para tender esos
hilos invisibles y luminosos que son la nervadura de un buen texto.
LG- Claro que sí, al igual que ocurre con otras disciplinas como la música o la
pintura. Existen herramientas de aprendizaje bastante accesibles; talleres de
escritura y foros como éstos en internet.
LG- No tengo una posición deliberada al abordar la escritura. Tampoco suelo elegir
con antelación los temas; éstos se presentan con su propia gravedad. Es como si
un área de la realidad se iluminara y adquiriera una elocuencia que impele al pulso.
Como esas fotos en blanco y negro con algún objeto coloreado. Esto es
especialmente frecuente al escribir poesía. Lo habitual es que con la atención
abierta a lo inesperado, surjan los primeros versos. Es un ritmo, un aire, el
“runruneo metafísico” del que habla Ramón Gaya.
Existe, sin duda, un trasfondo personal que inclina a determinados temas. Desde
hace un tiempo estoy tratando de trabajar el silencio, haciendo un vacío creador
que precipite la palabra justa. Un intento de no imponer el monólogo de la memoria
a la realidad y de auscultar el latido íntimo de las cosas antes de revestirlas de
palabras.
DT- ¿Cómo cree que se vuelca la experiencia de su vida en la obra?
LG- Toda vivencia se vuelca en la obra. Hay una unidad inefable entre el autor y su
obra.
DT- ¿Cuál es su visión del auge de la poesía en Internet? ¿Qué opina del
medio?
Sin embargo, albergo algunas reservas. La poesía requiere una lectura sosegada y
reflexiva y el ritmo de la mayoría de los foros es vertiginoso. Casi imposible
detenerse... a menos que nos sustraigamos a la multitud de estímulos que nos
reclaman.
La velocidad de las autopistas digitales parece colarse en el mundo de las letras. Es
el ritmo de "zapping" que domina nuestra atención algo saltimbanqui e insatisfecha.
Destacar, en este sentido, que Foroliterario ha intentado desde sus inicios fomentar
la calidad y no la cantidad de inserciones.
Otro tema que no está estrictamente conectado con la poesía, pero sí con las
interacciones en la red, es esa impunidad que parece conferirnos un nick.
A veces he sentido deseos de abandonar mi participación en algunos espacios
virtuales por desánimo ante agresiones verbales, multiplicidad de nicks, y otros
escollos al faltar esa dimensión tan importante en al comunicación que es la no
verbal. Es como si en los intercambios en la red se otorgara al "otro" -invisible- una
condición existencial precaria. Quizás sea nuestra conciencia la que tenga que
acelerar el paso para estar a la altura de estas facilidades tecnológicas.
LG- El tiempo libre que me deja mi trabajo en una compañía dedicada a las Artes
Gráficas, suelo pasarlo leyendo, escribiendo y escuchando música. Soy básicamente
una persona de interiores, aunque también disfruto de una buena caminata por la
montaña o la playa.
Me posee una curiosidad vital insaciable; continuamente me entusiasma la vida y
me invita a explorar todos sus recodos.