Con esta evidencia cierra la poeta el interminable debate, que en círculo se abre
y se cierra de manera cíclica, sobre el compromiso social del poeta y con el que estamos
de acuerdo. De este modo, podríamos decir que es imposible, ontológicamente
hablando, vivir en este mundo, el único posible, sin estar en él. Otra cosa es cómo, y
sobre todo el cómo, a partir de este compromiso, construye su poesía Laura Giordani.
Pero es a partir de los estudios que sobre el misticismo realizan diversos autores
de las escuelas estructuralista y constructivista donde se hace evidente que los grandes
místicos que en la historia han sido, lo fueron fundamentalmente por ser maestros de la
palabra y excelentes poetas. Tal es el caso de la española Santa Teresa, del musulmán
andalusí Ibn Arabí o del judío Maimónides.
Muchos son los historiadores que han señalado los numerosos comportamientos
y las actitudes que aparecen con significativa semejanza entre los siglos XVI/XVII
europeos y nuestros días. Escribe Laura Giordani en uno de sus poemas:
Aparte del símbolo bíblico del arca como refugio y a la vez, o por lo mismo,
tabla de salvación y camino hacia otro mundo, nos interesa ahora resaltar la actitud
vital, frente a un subyacente mundo des-hecho ( ruinas de un anterior “hecho”) que es
de rebelión, si, pero no en el sentido revolucionario, sino de huida hacia un mundo
virgen.
Giordani, al menos explícitamente en su poesía, no es una mujer religiosa en el
sentido ortodoxo, pero goza y disfruta de un sentimiento re-ligioso en el sentido
originario que tenia en el latín, de donde procede el sintagma. Su religiosidad, pues, es
una relación (re-ligare) con el mundo, con su entorno, místico-panteísta en el sentido
que señalaba S. Pániker “lo místico es la otra cara de la lucidez, la transexperiencia que
nos hace salir de la condición humana y asomarnos a lo real, reconciliarnos con lo real,
más allá de las antinomias de la razón”. Es, pues, una relación de pertenencia y de amor,
única forma de poder sentir usando el sentimiento para conocer. Como decía
Wittgenstein, en su Conferencia sobre la Ética, “la experiencia mística no es una
experiencia cognoscitiva sino un sentimiento:”, es pues, una peculiar forma de
conocimiento y de relacionarse con la totalidad.
Son numerosos los poemas que tienen como protagonistas a los niños. Sin duda
es uno de los leitmotiv, y aunque en los poemas de Giordani el niño aparece como
sujeto de situaciones, generalmente tristes y como motivo de denuncia, debemos
entenderlo también como un símbolo, el único capaz de, mediante la denuncia de su
situación en la mayor parte del mundo, abrir camino a un mundo más humano y justo.
El niño, pues, simboliza lo no malhecho ni deteriorado todavía, el estado edénico del
hombre antes del pecado original, el estado embrionario de la humanidad, la esperanza,
el futuro.
Pero también el niño simboliza la añoranza del pasado, la huida del mundo
presente con el que se está en desacuerdo y en el que, inevitablemente, se es adulta sin
estar de acuerdo con él, ni en su forma de presentarse, de ser, ni en su manera de
comportarse, es símbolo de infancia, de regresión, de huida hacia atrás, a una época en
la que vivíamos en un mundo, el que conoce el niño, que nos amaba, sintiéndonos
protegidos en el hogar, uno de los elementos claves en la poesía de Laura Giordani.
Giordani rompe así, los paradigmas desde una actitud centrípeta, buscando en sí
misma, en su intimidad, una suave ruptura con ese entorno actual de la aldea global, que
pierde los perfiles y se complejiza a la vez que le produce tristeza y rabia, huyendo
hacia sí misma, ahondando en una visión personal de lo pequeño, de lo más
ontológicamente suyo, en el sentido heideggeriano. La palabra es el talismán que
Giordani propone para salvarse, pese a ser aquélla depósito de tantos desmanes. Son las
palabras que:
Una poesía, pues, la de Laura Giordani que puede resultar incómoda para el
lector despistado, pero muy gratificante para los díscolos que sepan apreciar el valor de
un trabajoso cuidado con la palabra, despojándola del significado usual y revistiéndola
de nuevos y enriquecedores significados.
Obra de Laura Giordani
Antologías
· Antología de Poesía (Alta Gracia 2002), publicada por ECA (Escritores Cordobeses
Asociados.
- Los centros de la calle (Editorial Germanías, 2008) Antología que reúne poemas de
Enrique Falcón, Antonio Crespo Massieu, David González, Laura Giordani, Antonio
Orihuela, Arturo Borrra, Enrique Cabezón y Matías Escalera Cordero.