Professional Documents
Culture Documents
La teoría atómica
En el siglo V a.c. el filósofo griego Demócrito expresó la idea de que toda la materia
estaba formada por muchas partículas pequeñas e indivisibles a las cuales llamó átomos
(que significa indivisible o indestructible). Esta idea no fue aceptada por muchos de sus
contemporáneos, pero logró mantenerse a través del tiempo.
En 1808 un científico inglés, el profesor John Dalton, formuló una definición
precisa de estas unidades indivisibles con las que está formada la materia.
En su libro “Un nuevo sistema de filosofía química”, planteó las siguientes
hipótesis:
1. Los elementos están formados por átomos. Todos los átomos de un elemento son
idénticos, con el mismo tamaño, masa y propiedades químicas. Los átomos de un elemento
son distintos de los átomos de otros elementos.
2. Los compuestos se forman por la combinación de más de un elemento, la relación entre
ellos permanece constante y es un número entero o fracción sencilla.
3. Las reacciones químicas implican combinación, separación o reordenamiento, sin
creación o destrucción de átomos.
El concepto de Dalton es mucho más detallado y específico que el de Demócrito. La
primera hipótesis establece que los átomos de un elemento son diferentes de los átomos de
los demás elementos.
La segunda hipótesis sugiere que para formar un compuesto no solamente son
necesarios los átomos de los elementos correctos sino que debe haber un número específico
de dichos átomos.
La tercera hipótesis es una forma de enunciar la ley de conservación de la masa, la
cual establece que la materia no se crea ni se destruye.
El electrón
Radioactividad
En 1895 el físico alemán Willhelm Röntgen (Físico alemán, Premio Nobel de física
en 1901 por el descubrimiento de los rayos X) observó que cuando los rayos catódicos
incidían sobre el vidrio y los metales, éstos emitían unos rayos desconocidos.
Estos rayos tenían propiedades extrañas: atravesaban la materia, oscurecían las
placas fotográficas y producían fluorescencia en algunas sustancias. Como estos rayos no
eran afectados por campos magnéticos, a diferencia de los rayos catódicos, no estaban
constituidos por partículas. En base a estas propiedades Röntgen los llamó rayos X.
Poco después, Antoine Becquerel y su discípula Marie Curie descubrieron que
algunas sustancias producían los mismos efectos que los rayos X, pero en forma
espontánea. Marie Curie sugirió el nombre de radioactividad para describir la emisión
espontánea de partículas y/o radiación. (Antoine Becquerel recibió el Premio Nobel de
física en 1903 por el descubrimiento de la radioactividad del uranio, y Marie Curie recibió
el Premio Nobel de física por su trabajo sobre la radioactividad en 1903 y en 1911 recibió
el Premio Nobel de química por sus trabajos con el radio y el polonio)
El protón y el núcleo
El neutrón
Todavía quedaba un problema sin resolver. Se sabía que el hidrógeno, el átomo más
sencillo, contenía solamente un protón, y que el átomo de helio contenía dos protones. Por
lo tanto, la relación de masas entre un átomo de Helio y un átomo de Hidrógeno debería ser
2:1 (como los electrones son mucho más ligeros que los protones, no los consideramos).
Sin embargo, ya era sabido que esta relación era de 4:1, por lo que debía haber otra
partícula subatómica en el núcleo. En 1932, el físico inglés James Chadwik, realizó un
experimento bombardeando una lámina de berilio con partículas α, obteniendo una
radiación de muy alta energía. Experimentos posteriores demostraron que estos rayos eran
partículas eléctricamente neutras con una masa ligeramente mayor que la masa de los
protones; a los que llamaron neutrones.
Este hecho explicó el misterio: una partícula de helio tiene en su núcleo dos
protones y dos neutrones, mientras que en el hidrógeno hay un solo neutrón y no hay
neutrones, por lo que la relación es de 4:1.