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sumario
Director: EDITORIAL
Ángel M. Remis Saucedo

Subdirectora: NARRATIVA
Verónica Moreno Puerto Ensayos 4

Comité Redacción: Consagrados: Mario Benedetti y Julio Cortázar 9


Carlos Castillo Rodríguez, José A. Relatos del lector 11
Garriguet Carmona, Francisco Mar-
En la literatura todos somos pacientes: Andrés Neuman 16
tín Cuéllar, Mª Carmen Moreno Díaz,
Verónica Moreno Puerto, Ana Patricia Entrevista a Andrés Neuman 18
Moya, Michel Pérez Rizzi, Ángel M. Re- Rescate de autores: César Muñoz Arconada 22
mis Saucedo, Rosauro Varo Cobos.
Al- Andalus 24
Corrección de estilo:
Jose Manuel Martín Portales y
Marisa Montes Moreno
POESÍA
Ensayos 26
Edita: Café con Letras®
Poetas Consagrados: Withman y Rimbaud 29
Diseño y Maquetación: Imaginarte. Poesía del lector 30
Córdoba Entrevista a Antonio Rodríguez 33

Imprime: Rescate de autores: Manuel Reina 35

POESÍA VISUAL 38
Depósito Legal:

Productor: José Llamas TEATRO


Reflexiones 40
Prohibida la reproducción total o par- El verso hecho teatro 43
cial del contenido por cualquier medio.
Los textos aquí publicados son en su
Puño y letra 44
totalidad responsabilidad de sus autores.
A título personal 45
Dirigir colaboraciones a:
edicioncafeconletras@gmail.com Biografía: Elena Poniatowska 47
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EDITORIAL
Tiene usted en sus manos, estimado lector, el primer número de la Revista Café
con Letras, compendio de ilusiones, esperanza y arduo trabajo que se hace por fin
realidad tras los grandes esfuerzos personales que cada uno de los integrantes ha
hecho de forma desinteresada y con la sola intención de aportar algo nuevo y de
calidad, pese a las voces interminables que claman la pérdida de esta generación.
Debemos agradecer a todos aquellos que nos han precedido su ejemplo y tesón,
figuras idolatradas en nuestros jóvenes corazones, grandes maestros, guías y
ejemplos de futuro que hacemos nuestros a través de las lecturas de
las obras que forman parte de la Historia de la Literatura, reciente
o clásica, conocida o perdida en la interminable lista del olvido
universal. A todos ellos, gracias por motivar la ilusión que
hoy se ve reflejada en estas páginas.
Intentaremos superar los juicios establecidos como par-
titura inamovible de la técnica, jugar con las formas,
crear, a fin de cuentas, una litera-
tura moldeable, ágil, de giros y
reveses inesperados, sin per-
der el horizonte de la trans-
misión del mensaje y de la
mirada tangible, tan real
como cotidiana.
Hacemos nuestro el
significado de la palabra
Libertad, con las obliga-
ciones que de ella se des-
prenden, aunándola con las de
Respeto. Sabemos que la agre-
sividad a ningún sitio nos
conduce, pero
EDITORIAL

tampoco renunciamos a tratar asuntos que por su dificultad o dolor suelen dejarse
para tratados de psicología que pierden su voz en el viento, sin que nadie se haga car-
go de los mensajes que nos comunican como individuos y como sociedad, por mucho
que apartemos la mirada.
Queremos, además, retratar la realidad social de nuestra generación, cuestionar-
nos, en primer lugar, a nosotros mismos para comprender el mundo en el que nos
desarrollamos y vivimos como piezas individuales de un todo, el mismo que nos en-
vuelve y condiciona, pero que a la vez somos capaces de modificar dentro de nuestros
reducidos espacios personales.
Notará usted en el transcurso de las páginas letras, signos, palabras y párrafos que
construyen composiciones emanadas de lo más profundo de nuestro ser y se erigen en
historias vivas. Nos hacemos visibles a través de nuestros escritos y deseamos since-
rarnos hasta el punto en que la desnudez de nuestras almas sea total, abierta y conoci-
da para todos aquellos que deseen explorar nuestras inquietudes y planteamientos.
Uno de los fines de esta publicación consiste en rescatar autores perdidos en los
tratados de Literatura, terminar con el ostracismo al que se han visto condenados
algunos autores y sus obras por no pertenecer a una corriente o generación determi-
nada, tanto literaria como política.
Como contrapartida, ofrecemos estas páginas a las obras de los autores noveles
que guardan sus escritos en las profundidades de los cajones por la desesperanza que
imprime un medio tan competitivo y feroz. Queremos convertirnos en puente entre el
autor y el público, sin los condicionamientos propios de una determinada
línea editorial; es por ello que lanzamos la invitación a los lectores para
que participen con nosotros enviándonos sus textos, demostrando así
que pese a nuestra juventud esta nueva generación es capaz de evitar
barroquismos inertes y divagaciones verborreicas, alejándonos de la
Literatura de tubo de ensayo y diseño de laboratorio, desligada a
un sentir superior, cotidiano y trascendental
de nuestro presente moldeable.
NARRATIVA
Mª Carmen Moreno Díaz

Pero, más allá de una infraestructura que denota el

C órdoba se viste de andamiajes prolijos que au-


guran la brillantez de una ciudad que fuera en
el pasado colonia patricia y capital del mundo en el
progreso de Córdoba, me preocupa el alma que la com-
plementa, aquélla que tal vez en un futuro propiciará
la cuna de artistas que antaño fuimos, aquélla que pro-
período omeya. Como sabrán ustedes, éste es uno de vocará que las iniciativas organizadas vean aumentado
los principales argumentos que se aducen para defien- el aforo de els quatre gats, ausencias que no conse-
der nuestra candidatura, repetido tantas veces como guiremos incitar a la lectura, entre otras cosas, me-
que Córdoba es Patrimonio de la Humanidad. Con diante acumulaciones de títulos en buzones incluidos,
estas contundentes razones, no apoyar la candidatu- entonces, en ese Gran Teatro del Mundo, duradero o
ra,– que cuenta con seguidores tan magnánimos como perecedero, con una sociedad que marcha en paralelo
el mismísimo Príncipe de Asturias–, impone respeto a las pocas iniciativas culturales organizadas. Porque
y, si se añade que una es cordobesa… ya me planteo el alma es pueblo. Y el pueblo es voz.
seriamente mi ciudadanía. La culpa no va a ser toda nuestra, evidentemente, ya
La historia de la ciudad supone una de nuestras me- que, como señaló el colectivo universitario y cultural,
jores bazas para el turismo que prefiere los destinos muchas de las propuestas culturales incluidas en el
culturales, y si incluimos dentro de cultura el patri- II Plan Estratégico han caído y, con este panorama,
monio de las iglesias fernandinas o los restos de Me- es necesario concienciarnos al menos de la dificultad
dina Azahara, por ejemplo, o la tradición artística de que entraña ponernos en seis años a punto y aunar los
nuestra ciudad, es imposible, objetivamente, negar el esfuerzos culturales (más cuando no hay estructuras
atractivo que alberga el lugar que cobijó a literatos de que sincronicen los proyectos).
la talla de Luis de Góngora o Ibn Hazm, filósofos como
No se me entienda por “proyectos” el mes de la gui-
Séneca o Averroes, y artistas plásticos como Julio Ro-
tarra únicamente, que Córdoba no se acaba en estas
mero de Torres. Igualmente, el esfuerzo por mantener
iniciativas tan patrocinadas que limitan una cultura al
la infraestructura que avala nuestro pasado –que cada
toro y a la bailaora. Con esto no quiero desmerecer a
año pide su dosis de conservación– es ingente y más si
defensores del peor arte contemporáneo se dedican a un arte flamenco que goza de grandes peculiaridades
obligar a Averroes a seguir la moda del graffiti: no hay musicales ni desvariar con asociaciones tópicas, pero
más que ver los celos que ha cogido el Museo Taurino sí es cierto que resumir Córdoba como cultura flamen-
del Museo Arqueológico y, a su vez, la envidia del Zoco ca es bastante injusto y parece que, por parte de la
Municipal, enredo que Ladrillo sabe dónde acabará. administración, se quiere fomentar mayoritariamente
Es cierto que los logros son muchos, sin embargo, esta tendencia, apostando así por la continuidad de la
debemos reconocer que la opción de apoyarse mayori- perspectiva folclórica y tradicional de la Córdoba de
tariamente en conquistas pasadas no implica esfuerzo feria, patios y callejas, algunas disconformes con el
ya que cualquiera de nosotros puede alabar y defen- blanco. Y quien no me crea, que en el decálogo de las
der su ciudad de la misma forma que los políticos. Así razones, vea la foto de la séptima.
pues, proyectos como el Palacio del Sur, la creación Que se entienda por proyecto Cosmopoética (sa-
de la Biblioteca de Lepanto o la construcción –espe- bedora soy de que goza de la pelota estrellada de la
remos– del teatro de la Axerquía, víctima y veterano candidatura), que este año ha contado con Ángel Gon-
en partidismos, deben presentarse como argumentos zález, entre otros, y que, a pesar de lo que digan los pe-
junto con las glorias pasadas, como muestra del desa- riódicos, no hace vibrar a toda la sociedad cordobesa,
rrollo de una ciudad que convive con los dos tiempos bien porque los poetas, encerrados en sus torretas de
de manera armónica. Los cambios son muchos (el anti- marfil, no llegan; bien porque no llega el suelo cotidia-
guo Plan Renfe, el entorno del Guadalquivir…) y, por no. Que se entienda por proyecto Eutopía, festejo mis-
ello, debemos confiar en que las obras futuras serán celáneo que ha agrupado poesía (violadores del verso),
igualmente llevadas a buen puerto. música o artesanía.
NARRATIVA
Mª Carmen Moreno Díaz

Título: “Millenium”

Juntemos esto y al final, mirémoslo no con ese se- culturas? ¿Es solo convivencia cultural el hecho de
nequismo tergiversado que nos caracteriza y que nos que en una mezquita se construyera una catedral?
lleva a satisfacer nuestra vista con todo lo que nos Deberíamos cuestionar la ironía que supone saber a
rodea (qué bonita es mi ciudad, Córdoba, lejana y qué teatro grande es al que vamos. Y ni siquiera nos
sola, de excelso muro y torres coronadas) sino con preguntamos, sociedad de Córdoba, si queremos ser
un criterio náufrago en islas de proyectos con el que actores en el Gran Teatro del Mundo o ciudadanos en
nos preguntaríamos cómo Córdoba es y sigue siendo la ciudad. Ni siquiera preguntamos.
un ejemplo de tolerancia y convivencia, un lugar de Yo, como ciudadana cuestionada de a pie, no me
encuentro; cómo se utiliza un enunciado que en la gustaría que la Córdoba histórica se llevara todo el
práctica flaquea, por ejemplo en las prácticas musul- trofeo de una Capitalidad Cultural que parece haber
manas que no pueden realizarse por deseo expreso de ganado ya, y supongo que ustedes, después de la cam-
los que impidieron a R. Scott rodar en la Mezquita. paña publicitaria tan profusa llevada a cabo, no se
Independientemente de que estemos a favor o en con- conformarán con una victoria de antemano. Pero como
tra, ¿es justo abanderar el lema de la convivencia de todo, Su Majestad escoja.
NARRATIVA
Carlos Castillo Rodríguez

C umbres borrascosas se coló en mi vida un


mes de julio a la orilla del mar. Los páramos
de Haworth y un pueblecito costero del Mediterráneo
andaluz en plena explosión estival, ¡qué mundos tan
alejados! El flechazo fue fatal.
Emily Brontë, una joven genial, arrebatada, creado-
ra de la historia de amor definitiva (nuestros Catherine
y Heathcliff), la virgen inmaculada que da a luz a un
universo demoníaco, salvaje y desgarrador, ¡un espí-
ritu romántico!, dicen algunos críticos. Mil y diez mil
veces, SÍ. ¿Pero es eso todo? ¿Acaso arrancamos los
cinco últimos capítulos y nos los tragamos? ¡Que apro-
veche! Pero, ¿qué hacer con La Granja de los Tordos,
la cruz de Cumbres, su universo de sábana limpia y
césped bien cortado, tan presente en la obra? Desha-
cernos de él no será tarea tan sencilla, no nos valdrá
el desgarrón, tendríamos que aplicar la tijera con la
Foto: Pablo Topolevsky
maestría del censor.
Pero, ¿a qué tanto escándalo? Admitamos que Cum- poético. La historia se nos cuenta en un corto plazo
bres no es nada sin La Granja, que forman dos enti- de tiempo (diciembre de 1801 – septiembre 1802) a
dades complementarias a la espera de disolverse en través de un viajero (Lockwood) totalmente ajeno a la
una síntesis definitiva. Que si la pasión de Heathcliff y historia, que visita las Cumbres. Sus propias investi-
Catherine nos arrebata, la de Hareton y Catherine hija gaciones y especialmente el relato que le hace la Sra.
no nos deja indiferentes. Y lo que es más importante, Dean, ama de llaves de Cumbres durante años, des-
que Brontë, la escritora y su mundo, ha de explicarse velan la historia de dos familias (Earnshaw y Linton)
atendiendo a la totalidad de su obra. desde 1771. Lockwood, por su propia superficialidad, y
Emily, mujer escritora en tiempos victorianos pero Nelly Dean, cada vez más caprichosa conforme avanza
de espíritu hondamente arraigado en el período ante- el relato, nos hacen perder la confianza y van dejando
rior, nadará entre dos aguas, no podrá dejarse llevar paso a una pluralidad de voces narrativas. Así, Brontë
por las efusiones románticas sin dejar de proponer una va quitando los apoyos que servían para comprender
solución a la vida, aquí y ahora. Así, os guste o no, la historia y deja al lector solo ante el peligro, obligado
Cumbres es una novela de final feliz. Por cada suspiro a tomar sus propias decisiones. ¿Pensábamos, quizá,
y lágrima de Heath y Cathy (cada uno de los cuales que esta obra monumental no necesitaba de un profuso
bendigo puntualmente como oraciones sagradas) os andamiaje, que la belleza es ingrávida, que se mantie-
diré: ¿acaso vuestro corazón no saltó de alegría cuando ne en el aire sustentada únicamente por el débil pulso
las ásperas grosellas del jardín fueron sustituidas por de la espontaneidad?
flores fragantes? Si este artículo ha de tener alguna lógica interna,
Dos palabras más, algo acerca de la creación poé- que sea esa línea de pensamiento que complemente la
tica. Furor divino, inspiración sobrenatural, ¡el genio! perspectiva de cierta crítica romántica. Creemos que
Todas cosas muy útiles para empezar a volar, pero de- ésta (a la que no dejamos de reconocer grandes acier-
cidme, ¿no se derriten como la cera si no son impul- tos) no hizo justicia al palpable influjo del espíritu
sadas por las consistentes alas del arte de escribir? victoriano en Cumbres Borrascosas y al extraordinario
Nuestra Brontë es todo un ejemplo de saber hacer oficio narrativo de Emily Brontë.
NARRATIVA
Ángel M. Remis Saucedo

“ ¿Qué es la historia de América Latina


sino una crónica de lo maravilloso en lo
real?”
El reino de este mundo, Alejo Carpentier

E xiste una tendencia generalizada en la que


los lectores menos susceptibles no alcanzan a
acertar qué está sucediendo en el presente de la lite-
ratura, tanto a nivel hispanoamericano como europeo y
mundial. No es de extrañar. No hace falta más que cen-
trarnos en un solo ejemplo para intentar comprender
el contexto. En el caso de la literatura latinoamericana
los grandes maestros, a raíz del descubrimiento de que
el oficio de escritor podía ser también una profesión
bastante rentable, han sabido sacar buen provecho de
los éxitos comerciales. Lejos quedan aquellos años de
la segunda mitad del siglo XX donde los escritores his-
panoamericanos, necesitados de una nueva forma de
expresión, emprendían viajes hacia Europa para enta-
blar contacto directo con el movimiento surrealista.
El descubrimiento de que más allá de los sueños Foto: Misha Gordin
individuales existía una conciencia común, ancestral, dolorosa del continente, de sus guerras civiles, golpes
una herencia plasmada en los códices precolombinos de estado, desfalcos financieros, persecuciones y ge-
mezclados con las crónicas de los conquistadores, re- nocidios. Prueba fehaciente y palpable nos dejan los
legó al surrealismo europeo, surgido en el periodo de juegos con las formas de Cortázar, la inventiva, sen-
entreguerras, al mostrar que era más rico el mundo de sibilidad y denuncia de Benedetti, y los análisis his-
los sueños al mezclarlo con la realidad, dando como tóricos, políticos y sociales de Galeano, por nombrar
resultado lo que hoy llamamos Realismo Mágico. Los algunos.
descendientes nutridos del mestizaje encontraron así Cuando España y el conjunto de Europa atravesa-
una manera propia con la que narrar el presente del ron la etapa de posguerra se encontraron en un nuevo
continente, en un momento en que el auge de las dicta- planteamiento filosófico. El existencialismo que se im-
duras políticas convirtió la palabra en una herramienta puso en el viejo continente tras la contienda mermó los
infinitamente preciada y maleable, de manera que con corazones y las ilusiones de la sociedad. En España
un lenguaje rico y colorista, donde se funde la realidad parecía que toda obra debía pasar previamente por la
narrativa con elementos fantásticos y fabulosos, daba sala de corte y confección para eliminar las rebabas
rienda suelta a la inventiva para saltar por encima de que pudieran quedar a los libros que después se edita-
la censura. ban. América no era tan distinta, pero seguía su propia
Hay que aclarar que en la producción del Boom dirección. Quizá allí resida la respuesta al porqué en
de la literatura latinoamericana no todo es Realismo un momento determinado todo un continente a través
Mágico. Si bien es cierto que los autores que no ex- de la literatura pudo conquistar al público que necesi-
plotan el género están inmersos dentro del auge del taba recobrar la fantasía de los colores del prisma de
movimiento, también es necesario incidir en que sus cristal a trasluz en un ambiente marcado por el gris de
obras son de una narrativa apegada a la realidad más los edificios derruidos.
NARRATIVA
Ángel M. Remis Saucedo

Si hay algo característico de la literatura hispano- zada, donde los temas que priman en el panorama son
americana es que quienes la escriben son primordial- plásticos, fáciles, monótonos, todos ellos enmarcados
mente criollos, al igual que los que comandaron la dentro de la cultura Pop y la literatura digestiva para
independencia de las antiguas colonias y el posterior después del café.
8 sistema económico y político de las respectivas repú- Sin embargo, al mismo tiempo en el norte del conti-
blicas. El sueño bolivariano de la unión continental de nente surge un movimiento distinto conocido como el
América Latina quizá no se haya cumplido en tratados Crack mexicano, la Generación del Crack, que como
internacionales ni en pactos de cooperación, aunque su nombre sugiere es el sonido del rompimiento, esta
existe otro lazo impalpable aún más firme, el de las le- vez con lo preestablecido; ya no se pretende rebuscar
tras, que unidas, han despertado las antiguas músicas regionalismos para exportar, sino tomar como base y
de los dioses muertos para tomar conciencia propia y escuela a los autores precedentes pero sucediéndoles
hablar una lengua común donde reconocerse. sin conformarse con imitarlos.
Pero quizá sea tiempo de dejar de imitar. Cuando a Charles Robert Darwin en El origen de las es-
un lector se le pregunta por un título de literatura his- pecies por medio de la selección natural, expli-
panoamericana no es de extrañar que sugiera al primer caba que a causa de la disponibilidad de alimentos,
intento obras de la Generación del Boom, donde inme- los jóvenes miembros de las especies compiten por la
diatamente se sumerge en mundos fantásticos, desde supervivencia. Los sobrevivientes darán lugar a una
un Aleph bajo la escalera en el sótano de la Argentina nueva generación que incorporará variaciones natura-
de Borges, pasando por las cumbres de las montañas les favorables, que a su vez trasmitirán a través de la
de una civilización que cimentó su cultura sobre las herencia, provocando, en términos adaptativos, la me-
alas del Cóndor que planea entre las corrientes hela- jora de cada generación con respecto a las anteriores.
das de las nubes peruanas, hasta llegar a los campos Ahora queda esperar que el tiempo y la calidad de
yermos de Rulfo. Pero nada más. Quizá la pregunta, las obras de las nuevas tendencias hablen por sí mis-
para evitar repeticiones monótonas de nombres pro- mas. Escuchemos con atención los ecos empujados por
pios y títulos archiconocidos, sería ¿qué está pasando el viento que nos llegan de ultramar y mantengamos la
con la literatura latinoamericana actual? mirada alerta y curiosa, porque desde lo más profundo
La respuesta es complicada por la multiplicidad del continente hermano comienzan a andarse los pri-
de acotaciones que se derivan, pero podríamos decir meros pasos de una nueva era. Es sólo evolución.
que no es muy distinto el panorama del que se vive en
Europa. Afortunadamente nos hallamos en un tiempo
inmejorable para la lectura, donde cada vez aparecen
nuevos títulos y nuevos autores, pero ¿qué nos deja
esta masificación? Indudablemente escritores que uti-
lizan el lenguaje con una capacidad envidiable; inclu-
so, de vez en cuando, buenas historias. Pero, en defini-
tiva, muy poca literatura, lo que incrementa nuestras
ansias de encontrar ese faro guía que nos conduzca
entre los laberintos de las librerías a esos libros que
nos ofrecen un mensaje profundo que nos cuestiona y
que no asimilaremos sin esfuerzo.
Al llegar a las puertas del nuevo siglo dos movi-
mientos elevan sus voces con aliento renovado en esta
nueva era en la que los sentimientos ultrapatrióticos se
difuminan. Cuando a mediados de los noventa Chile se
alejaba a gran velocidad de la dictadura para entrar en
el neoliberalismo desbordado, el movimiento Mc Ondo
apostó por que la literatura dejase de ser un sistema
regulado por el conocimiento para convertirse en un
valor de mercado, donde no importa cuánto se lea
una obra, sino la cantidad de ejemplares vendidos y
la presencia del autor en los medios de comunicación;
tendencia, al parecer, nunca mejor llamada globali-
NARRATIVA
Mario Benedetti

N unca se consideró un exiliado político. Había


abandonado su tierra por un extraño impulso que
se fraguó en tres etapas. La primera, cuando lo abordaron
9

sucesivamente cuatro mendigos en la Avenida. La segun-


da, cuando un ministro usó la palabra Paz en la televisión e
inmediatamente comenzó a temblarle el párpado derecho.
La tercera, cuando entró a la iglesia de su barrio y vio que
un Cristo (no el más rezado y colmado de cirios sino otro
alicaído, de una nave lateral) lloraba como un bendito.
Quizá pensó que si se quedaba en su país se iba a
desesperar a corto plazo y él bien sabía que no estaba
hecho para la desesperación sino para el vagabundeo,
la independencia, el modestísimo disfrute. Le gustaba
la gente pero no se encadenaba. Se entretenía con el Cierto mediodía se enteró de que caminaba por Hel-
paisaje pero al final se empalagaba de tanto verde y sinki porque vio una cabina telefónica que decía PUHE-
añoraba el hollín de las ciudades. Saboreaba las tensio- LIN. Era uno de sus escasos datos sobre Finlandia. Otro
nes metropolitanas pero llegaba un día en que se sentía día sintió un alarmante tirón de hambre en el estómago y
cercado por los imponentes bloques de cemento. extrajo de su morral un poco de queso; cuando masticaba
Así como había vagado por las calles y los caminos con fruición advirtió que se había recostado a una colum-
de su tierra, empezó a vagar por los países, las fronteras na que le trajo el recuerdo de las de mármol pentélico que
y los mares. Era terriblemente distraído. A menudo no había visto en alguna foto del Partenón, y claro, a partir
sabía en qué ciudad se encontraba, pero no por eso se de esa asociación se dio cuenta de que efectivamente es-
decidía a preguntar. Simplemente seguía caminando, y, taba en la Acrópolis. Sí, era terriblemente distraído. En
en todo caso, si se equivocaba, no le importaba salir del una ocasión nevaba y para protegerse del frío se metió
error. Si precisaba algo, ya fuera para comer o para dor- en las galerías comerciales del moderno subsuelo de Les
mir, disponía de cuatro idiomas para buscarlo y siempre Halles. Cuando, un semestre después, emergió de otras
había alguien que lo comprendía. En el peor de los ca- galerías subterráneas en pleno centro de Estocolmo, se
sos, le quedaba el esperanto de los gestos. alegró sinceramente de que ya no nevara.
Viajaba en ferrocarril o en autobús, pero normalmente De vez en cuando iba a los aeropuertos, pero casi
lograba que lo recogieran en algún auto o camión. Inspi- nunca viajaba en avión, entre otras cosas porque, des-
raba confianza. La gente le creía las cosas más absurdas, y pués de presentarse en el mostrador correspondiente y
no se equivocaba, porque todo en él era un poco absurdo. despachar su liviano equipaje, se iba a la terraza a ver
Por lo común andaba solo, y era lógico, ya que ningún cómo despegaban y aterrizaban las grandes aeronaves
hombre ni, menos aún, ninguna mujer, habría sido capaz y no prestaba la menor atención a los altavoces, que
de soportar tanta incuria y tanto desorden. repetían su nombre con insistencia.
Cuando pasaba por una frontera, mostraba el pa- En cierta ocasión, sin embargo, y vaya a saber por
saporte con un gesto displicente o mecánico, pero in- qué extraño mecanismo, permaneció junto a la puerta
mediatamente se olvidaba de qué frontera se trataba. de embarque y subió confiadamente al avión con los
Permanecía poco tiempo en el centro de las ciudades. demás pasajeros. Cuando llegó a destino y mostró su
Prefería los barrios marginales, donde se llevaba bien pasaporte, tan displicentemente como de costumbre,
con los niños y los perros. un funcionario de emigración lo miró con atención y
A veces surgía algún detalle que le servía de orien- le dijo: <Venga conmigo.> Él lo siguió mansamente
tación. Pero no siempre. Una mañana se halló junto a un por un corredor desierto. Cuando llegaron a una puerta
canal y creyó que estaba en Venecia, pero era Brujas. con un letrero Prohibido el paso, el funcionario la abrió
Confundir el Sena con el Rin, y viceversa, le ocurrió por y lo conminó a entrar. Así lo hizo desprevenido. Pensó
lo menos en tres ocasiones. No llevaba brújula sino que acercarse a una mesa que había en el centro de la ha-
se orientaba por el sol, pero cuando le tocaban días tor- bitación, pero de improviso no vio nada. Alguien, desde
mentosos, de cielo oscuro, no tenía la menor idea de dón- detrás, le había colocado una capucha. Sólo entonces
de quedaba el norte. Y eso tampoco lo afectaba, ya que no comprendió que, de puro distraído, se encontraba de
tenía preferencia por ninguno de los puntos cardinales. nuevo en su patria.
* Editorial Alfaguara. Cuentos Completos. Mario Benedetti. 2005
NARRATIVA
Julio Cortázar

10

T rabajo desde hace años en la UNESCO y otros


organismos internacionales, pese a lo cual con-
servo algún sentido del humor y especialmente una
notable capacidad de abstracción, es decir, que si no
me gusta un tipo lo borro del mapa con sólo decidirlo,
y mientras él habla y habla yo me paso a Melville y
el pobre cree que lo estoy escuchando. De la misma
maneta si me gusta una chica puedo abstraerle la ropa
apenas entra en mi campo visual, y mientras me ha-
bla de lo fría que está la mañana yo me paso largos
minutos admirándole el ombliguito. A veces es casi
malsana esta facilidad que tengo.
El lunes pasado fueron las orejas. A la hora de en-
trada era extraordinario el número de orejas que se
desplazaban en la galería de entrada. En mi oficina espectador de la llegada de centenares de bolsas lle-
encontré seis orejas; en la cantina, a mediodía, había nas de una papilla grisácea, resultante de la mezcla de
más de quinientas, simétricamente ordenadas en do- corn-flakes, café con leche y medialunas. En la can-
bles filas. Era divertido ver de cuando en cuando dos tina vi cómo una naranja se dividía en prolijos gajos,
orejas que remontaban, salían de la fila y se alejaban. que en un momento dado perdían su forma y bajaban
Parecían alas. uno tras otro hasta formar a cierta altura un depósito
El martes elegí algo que creía menos frecuente: blanquecino. En ese estado la naranja recorrió el pasi-
los relojes de pulsera. Me engañé, porque a la hora llo, bajó cuatro pisos y, luego de entrar en una oficina,
del almuerzo pude ver cerca de doscientos que sobre- fue a inmovilizarse en un punto situado entre los dos
volaban las mesas con un movimiento hacia atrás y brazos de un sillón. Algo más lejos se veían en análogo
adelante, que recordaba particularmente la acción de reposo un cuarto de litro de té cargado. Como curioso
seccionar un bife. El miércoles preferí (con cierto em- paréntesis (mi facultad de abstracción suele ejercer-
barazo) algo más fundamental, y elegí los botones. ¡Oh se arbitrariamente) podía ver además un bocanada de
espectáculo! El aire de la galería lleno de cardúmenes humo que se entubaba verticalmente, se dividía en dos
de ojos opacos que se desplazaban horizontalmente, traslúcidas vejigas, subía otra vez por el tubo y luego
mientras a los lados de cada pequeño batallón horizon- de una graciosa voluta se dispersaba en barrocos re-
tal se balanceaban pendularmente dos, tres o cuatro sultados. Más tarde (yo estaba en otra oficina) encon-
botones. En el ascensor la saturación era indescrip- tré un pretexto para volver a visitar la naranja, el té y
tible: centenares de botones inmóviles, o moviéndo- el humo. Pero el humo había desaparecido, y en vez de
se apenas, en un asombroso cubo cristalográfico. Re- naranja y el té había dos desagradables tubos retorci-
cuerdo especialmente una ventana (era por la tarde) dos. Hasta la abstracción tiene su lado penoso; saludé
contra el cielo azul. Ocho botones rojos dibujaban una a los tubos y me volví a mi despacho. Mi secretaria
delicada vertical, y aquí y allá se movían suavemente lloraba, leyendo el decreto por el cual me dejaban ce-
unos pequeños discos nacarados y secretos. Esa mujer sante. Para consolarme decidí abstraer sus lágrimas,
debía ser tan hermosa. y por un rato me deleité con esas diminutas fuentes
El miércoles era de ceniza, día en que los procesos cristalinas que nacían en el aire y se aplastaban en los
digestivos me parecieron ilustración adecuada a la cir- biblioratos, el secante y el boletín oficial. La vida está
cunstancia, por lo cual a las nueve y media fui mohino llena de hermosuras así.
* Editorial Alfaguara. Cuentos Completos. Julio Cortázar. 2005
NARRATIVA
Carlos Castillo Rodríguez

¡ Y pensar que he malgastado años de mi vida,


que he deseado morir, que he sentido mi amor más grande, 11
por una mujer que no me gustaba, que no era de mi género!
Por el camino de Swann, Marcel Proust

H abrían transcurrido unas 2 semanas desde que


ella me dio una patada en el culo. El diablo
(encarnado en la esbelta figura de una amiga común)
en la habitación. La gente se encuentra dispuesta en
grupos separados, aunque interconectados por el mo-
biliario: una gran mesa en el centro con platos, vasos
tuvo la perversa idea de celebrar su fiesta de cumplea- y sustancias de colores, una gran estantería dentro de
ños. Estarían invitados todos los que por entonces for- la que se incrusta el aparato de música y sillas dis-
maban el grupo fijo de aburridos sin salvación. Yo me puestas por aquí y por allí. Ahora viene lo difícil, la
podía incluir en ellos, aunque por entonces el cataclis- integración. Fuerza una estúpida sonrisa y se sumerge
mo de la ruptura me hacía sentir en medio de ningún en la fiesta. La noche promete ser larga.
sitio. No era difícil adivinar, que en caso de que me de-
cidiera a ir, era prácticamente inevitable coincidir con Escena 2ª
ella. Imagino que no lo pensé, o que no lo quise pensar XX hace aparición. Aparece magnífica, intimidan-
o hasta tenía la esperanza de que todo aquello sirviera te. Da ligeros golpecitos en algunos mechones de su
de alguna manera para reconciliarnos o algo parecido. pelo, a la izquierda, a la derecha. XY, que la percibe al
Qué extrañas ideas se nos imponen en momentos des- instante (su amor había alcanzado tal grado de sutileza
esperados. Lo cierto es que acudí a la cita. que era capaz de detectar su presencia mucho antes de
Las imágenes de aquella noche están tatuadas en que sus sentidos lo testimoniaran), se rebulle inquieto
algún rincón de mi cerebro, de forma ordenada pero en la silla. Se siente menguar hasta alcanzar el tamaño
entrecortadas como si el aparato punzante dejase de de la corteza color fosforescente que hace un instante
funcionar a intervalos y cada vez que volviera a ha- se encontraba al lado de su zapato. Ahora es un enor-
cerlo atacase de forma más intensa, arrancando gotitas me objeto, que a esa distancia, emite un olor a queso
de sangre de los tejidos, cada vez mayores, más oscu- que da náuseas.
ras, emitiendo un olor metálico. Lo recuerdo como el -¿Pero de dónde había sacado aquel traje? ¿Pero
viajero de tren que, agotado y vencido por el sueño, desde cuándo usaba trajes?
cabecea arrullado por el movimiento monótono y se
despierta inquieto en cada estación en la que la má- Escena 3ª
quina se detiene. De tal manera que si su mujer le XY, de pie, charla con una chica muy simpática.
preguntara cómo había ido el viaje, sólo podría con- Nunca habían cruzado más de dos palabras, pero en
testar de forma automática la sucesión de nombres de esta ocasión él daría cualquier cosa porque no dejara
los lugares en que se despertó sobresaltado. Por tanto, de hablarle. No sabría dónde meterse. Además, ella
solo cuento con una serie de escenillas tragicómicas cuenta cosas muy interesantes: cómo se cambió de ca-
que mi mente me presenta como aquello que sucedió rrera, algo sobre la UNED...
aquella noche.
Escena 4ª
Escena 1ª XY y XX se encuentran sentados en sillas conti-
XY (protagonista absoluto de la historia) llega a casa guas. Cruzan unas palabras. Él imagina que son dos
de la Marquesa (llamemos así a la anfitriona). Exultan- inmundos microorganismos observados por un micros-
te, pero con una mueca de reproche, pregunta la razón copio. El resto de los invitados hacen cola impacien-
de su retraso. Él masculla una excusa y logra penetrar tes, divertidos para colocar su ojo sobre el objetivo.
NARRATIVA
Carlos Castillo Rodríguez

Escena 5ª sucio, maltratado, lo acarició con infinita ternura, para


Se ha hecho la oscuridad. En un golpe de efecto, tan después dejar resbalar su mano por él. La palma adqui-
del gusto de la Marquesa, ha decidido apagar las luces. ría un tono pálido, harinoso, salpicado de sospechosas
Ahora la anfitriona juega a maquillar la cara de uno de partículas. Era bonito compartir con ese viejo amigo su
los invitados, que, por otra parte, se deja hacer, obedien- esencia de color, sus incrustaciones inmundas.
te. Eran ese tipo de escenas tan empalagosas las que ha- Unos cuantos cipreses se asomaban por encima del
cían sufrir a XY terriblemente. De repente, la Marquesa muro, curiosos, atentos siempre al espectáculo exte-
se dirige a XX: -¿Qué tal si pongo tu canción? rior, normalmente más entretenido que la triste mono-
Se puede percibir un breve espejeo en los ojos de tonía del yermo en que les había tocado vegetar. Justo
12 él, que se tornan acuosos por la emoción. -¿Pero podía antes de doblar la esquina, las náuseas doblaron su
ser cierto? ¿Iban a poner nuestra canción? XY sintió cuerpo en convulsiones. Penetró en el recinto, casi de
un imperioso arrebato de agradecimiento hacia la Mar- puntillas. Era estúpido no tratar de hacer ruido, pero
quesa. -¿Así que era eso, estaba todo pensado, cuida- en fin, es la costumbre. La oscuridad casi absoluta era
dosamente planeado para que por fin nuestras miradas atravesada por la luz que irradiaban pares de ojos fe-
se volviesen a encontrar, se reconociesen y todo vol- linos, que espiaban los movimientos de aquel extraño
viese a ser como nunca debió dejar de haber sido? La ser invasor. XY tropezaba con todo lo que encontraba
anfitriona se levanta, introduce el CD... a su paso. Tiestos rotos, flores pisoteadas, su cuerpo
-¿Pero qué ocurría? No, no, no es ésa la canción. por tierra. Un débil farolillo colgaba tímidamente, ilu-
¿Recuerdas, comenzaba con un piano y aquella melo- minando el terreno donde se desarrollaban las obras
día que nos sabíamos de memoria? En fin, no era una de ampliación del cementerio. Hincó las rodillas en
gran canción, pero al menos era nuestra. No se movía tierra. Soñaba con que tenía 5 años y que jugaba en la
nadie. Sólo se escuchó el leve gemido de aprobación, arena de la playa con sus hermanos, con sus primos.
de placer que emite XX ante los primeros acordes. ¡Tenemos que hacer un agujero enorme para que las
-Ummm, Ana Belén.... Parece extasiada, traspasada por olas no destruyan el castillo! Aullaban los chiquillos
un placer eléctrico, que le hace entornar los ojos. XY presa de un miedo atroz, a la vez que de una voluntad
tarda unos segundos en reaccionar. Experimentó el es- firme. Hundía las manos, acariciando los terrones que
tremecimiento que tuvo que embargar a Newton cuando se le escapaban entre los dedos. La tierra expulsaba
colocó la última pieza del puzzle de su teoría astronó- un olor húmedo, cálido y acogedor.
mica. Aquello era demasiado. Estaba totalmente des- Horas después sentía los brazos aturdidos, insensi-
bordado, no podía contener la avalancha de emociones bles. Fue una agradable sensación de armonía. Cuerpo
que golpeaban su estómago. Pensó en el harakiri, aquel y alma habían encontrado un estado común, de ador-
asco desgarrador se abría paso entre sus vísceras, como mecimiento absoluto. Bajo sus rodillas se extendía un
una hoja de acero mal afilada. Y él no contaba con na- agujero cavernoso. Se dejó caer cuidadosamente, apo-
die que pudiera cortarle la cabeza para acabar con el yándose en sus brazos temblorosos. Se acurrucó, feliz.
sufrimiento. Giró la cabeza a un lado y a otro. Ahora Entonces, apreció el rumor de voces, primero lejanas,
era cuando todo el mundo se volvería hacia él, y mos- después muy próximas. Sonreía, -menos mal que no
trarían sus fauces abiertas en una horrible carcajada, se han retrasado. Más arriba, los invitados a la fiesta
aquella que estuvieron conteniendo toda la noche. Pero movían la cabeza afirmativamente, mirándose unos a
no, todos mostraban una expresión beatífica, no sabía otros. Entre todos ellos, destacaba la figura de XX, li-
si de servilismo hacia la Marquesa o de respeto a aquel geramente adelantada, a la que el plano contrapicado
engendro musical. Bueno, ya había tenido suficiente. que le dirigió XY daba un aspecto de ser descomunal.
La velada, contradiciendo sus pesimistas predicciones, Él le regaló una mirada suplicante, como de chico que
había sido sumamente esclarecedora. espera la aprobación materna. Por respuesta, recibió
entre las cejas el impacto de una piedra que XX arrojó
Escena final con desprecio brutal. Todo el coro se sumó a la orgía. A
Era una de aquellas noches de no-luna, sólo las fa- manos llenas, en frenéticos abrazos, lanzaban al inte-
rolas escupían una mezquina porción de luz lechosa rior montones de tierra. Inicialmente, un manto oscuro
sobre el solitario paseante. XY enfiló la calle de forma recubría levemente su cuerpo, su movimiento respira-
automática, mientras un par de gotitas de sudor resba- torio estremecía las partículas. En unos segundos, el
laban juguetonas desde su axila izquierda hasta el codo, espesor ya no dejaba traslucir agitación ninguna.
donde faltas de la energía suficiente para continuar por
el antebrazo se arrojaron al suelo valientemente, esas XY, sentado a la derecha del Padre
dos pequeñas suicidas. Cuando llegó hasta el muro,
NARRATIVA
Ángel Remis

Hace más o menos un año tuve una de las más gran-


des etapas de cambio. Estaba harto de no poder escri-
bir y salí a la calle a cazar historias. Recordé aquello
del tesón y me propuse escribir algo, lo que fuese, tan
solo para demostrarme que aún sabía estampar mi
nombre en una servilleta.
Por la mañana desperté temprano, casi sin luz del
sol, hacía un frío horrible pero lo maté con un café
antes de que él se aferrara a mis huesos y tuviese que
volver despavorido a la calidez de las sábanas. Lim-
pié todo el piso, doblé la ropa que tenía colgada en el
tenderete y con un esfuerzo inmenso leí uno por uno 13
No hay nada más difícil que enfrentarse a un folio los papelitos esparcidos por toda mi habitación y llené
en blanco, al menos para alguien que suele decir pese una bolsa entera de información innecesaria. Por fin
a la vergüenza o fortuna de no haber publicado nada, salí a la calle y me encontré con esa luz especial del
que es escritor. Uno se queda observando las piruetas otoño, la que deprime a mucha gente pero que a mí me
del humo del cigarrillo apoyado en el cenicero como impulsa, no sé, es como estar en mi ambiente.
intentando escuchar una voz mágica que rompa el he- La mañana era fría aún a las diez de la mañana,
chizo del silencio y devuelva la mirada perdida en el con ese frío maldito que se ríe de uno cuando nos ve
limbo al presente y los objetos que tenemos delante. disfrazados del muñeco de Michelín tras la bufanda, el
Sucede que a veces no pasa nada. abrigo, el jersey, la camisa y la camiseta que de nada
He de reconocer que me pasa a menudo, más de lo nos calientan. Pero eso señores míos, es lo que más
que debiera estar permitido por ley. En esas ocasiones me gusta; el aire frío mezclado con el humo del tabaco
salgo de casa a buscar historias; mejor dicho, salgo a hinchando mis pulmones. Pareciera que nunca fuma-
cazar historias si me permiten el juego de palabras. mos de verdad hasta que llegan las olas de frío polar.
Entonces ocurre también que no las encuentro y la Pensé que sería un buen principio tomar otra dosis
serpiente depresiva se muerde la cola finalizando o de cafeína en la cafetería que más me gusta. Esa que
comenzando, según se prefiera, la rotación cíclica. está cubierta de madera casi completamente. Será mi
Por suerte estos ciclos tienen fecha de caducidad. locura pero me siento reconfortado al verme rodeado
Nunca se sabe con certeza cuándo terminarán, pue- de vigas antiguas, es como estar en casa, en la de mis
den ser días, semanas, incluso meses en los casos más padres, digo, mi piso está cubierto de yeso y dudo que
críticos, pero un buen día, nunca mejor dicho, me le- tenga más madera que la del aglomerado de los mue-
vanto de la cama con ganas de cambiar las cosas, de bles horrorosos que lo decoran.
obligarme a cambiarlas. Entonces todo se ve con una Iba tan feliz por la calle pensando estas y muchas
luz distinta, una luz otoñal, no de esas grises que nos más tonterías cuando sin presentirlo, justo en la es-
venden en los anuncios para comprar chaquetas an- quina próxima a la cafetería, donde todo el mundo te
tes de que caiga el diluvio universal, sino esa luz de observa desde las ventanas enormes donde me gusta
mañana lluviosa, de pequeñas gotas, en que el sol nos sentarme para ver a la gente pasar, que pisé unos milí-
acaricia y las gotas diminutas se aferran a nuestro pelo metros, quizá menos, de hielo de la noche anterior que
y piel sin escurrirse hasta que son cientos. Es en esos al contacto con el rocío de la mañana se convirtió en
días en que hago una “oleada de limpieza”. mi trampa mortal y mayor vergüenza.
Abro los cajones, plancho las camisas que lavé hace Si alguien hubiese tomado una fotografía en el pre-
quizá un mes, limpio el escritorio y comienzo a leer los ciso instante en que mis pies quedaron a la altura de
millares de papelitos con información que consideré mi cabeza y giré completamente para pegar con la
importante o no me acordé de tirar. Recibos del banco espalda en el asfalto, seguramente abría conseguido
donde veo la fecha de últimos del mes pasado cuando empleo en un periódico como fotógrafo en la hipotética
me preocupaba porque quedaban diez días para cobrar sección de estupideces citadinas.
y no me quedaba nada en la cuenta, teléfonos de infor- No sé qué pasó primero, si intenté levantarme y gri-
mación a los que nunca llamé, folletos y programas de tar fuera de mí a Dios las mayores blasfemias, o la
conciertos y teatro y, muy de vez en nunca, el teléfono mano misericordiosa que se presentó pronta a auxiliar-
que logré sacarle a una chica que nunca aceptó ir a me cuando volví a derrapar y caer de rodillas. Enton-
tomarse una copa conmigo. ces ya no tenía ganas de gritar, no tenía ni siquiera voz.
NARRATIVA
Ángel Remis

Se escondió muy dentro de mi estómago en un berrido ahogado que despertó un olor seco como el que percibía de
niño al golpearme la cabeza cuando caía de un árbol o en mis intentos de aprender a deslizarme en patines.
La mano venía acompañada de una sonrisa incontenible por parte de su dueña. Era apenas perceptible la son-
risita, pero me empequeñecía como la mayor carcajada, así que no tuve más remedio que reír para no parecer un
idiota, o más idiota.
Son estas grandísimas incongruencias las que me hacen dudar acerca del destino. Suelo desplazarlo al baúl de
las creencias vanas, pero estas causalidades logran hacerme dudar.
Esa mano no sólo me ayudó a levantarme del charco que quedó seco después de ser completamente absor-
bido por mi pantalón, sino que
me sostuvo y acompañó hasta
el banco más cercano para po-
14 der valorar si el dolor era como
para ir al médico o tragármelo
como mi orgullo recientemente
destronado. Ella se sentó junto
a mí y preguntó lo de siempre
“¿Estás bien?, ¿te duele mu-
cho?, ¿quieres ir al médico o
no ha sido tan grave?” Amable-
mente le dije que no era nada,
solo lo aparatoso de la caída,
mientras que en mi interior una
vocecilla me decía: “tío, seguro
que te rompiste algo”.
Ella volvió a reír y esta vez
la coreé con ganas sinceras, no
podría haber soportado el do-
lor sin un poco de humor. Fue
después de llevar mis manos a
las rodillas y lanzar un quejido
que al ver su rostro preocupa-
do descubrí que era hermosa.
Entonces ya no me dolían tan-
to las piernas. Le pregunté su
nombre y respondió “Karen”,
y le dije “Gracias, de verdad
mil gracias”. Dijo que no había
sido nada y si quería que me
acompañase al hospital. Una
lucecilla perversa y misteriosa
salió de lo más hondo de mi
ser y me susurró “Aprovecha
la ocasión, está preocupada”, y
yo, que suelo hacer caso a esta
vocecilla que casi siempre me
acaba metiendo en problemas,
le respondí con un tono que
hasta a mí me dio asco por su
galantería: “Mejor te invito a
un café que está más cerca y
además me salvas del apuro de
entrar y que todo el mundo se
NARRATIVA
Ángel Remis

ría de mí”. Sabía que no podía haber sonado más cur- didos en el espacio que los separaba de las vigas del
si, infantil e idiota, pero funcionó. Me tendió el brazo y techo y preguntó “¿Qué?” Volví a decir “No, esta vez
juntos caminamos hasta los tres peldaños más grandes no”. Cuando descubrí que me miraba como si estu-
de toda mi existencia. El dolor subía conforme el agua viera loco y antes de que cogiera su bolso y echara a
de mis pantalones seguía enfriándose, pero resistí a correr sin la menor posibilidad en alcanzarla por mi
toda costa con tal de poder tenerla frente a mí en la momentánea invalidez le dije que no, que esta vez no
cafetería y sacarle el teléfono para cuando pudiese escribiría una ficción sobre una chica maravillosa que
volver a andar. se cruzaba en mi imaginaria vida llenando el espacio
Y es aquí donde esa cuestión del destino de felicidad, de nuevos y buenos sabores, de historias
rompe mis más asentadas certezas. Resultó que quizá nunca fuesen reales. Le dije que prefería
que Karen además de guapa era inteligen- no matar a la magia de la vida y darme por una vez la
te, lo cual no suele suceder en mi pequeño oportunidad de no ser el esclavo de mi pasión y permi-
universo; le gustaba el cine, el teatro, la fo- tirle a la vida, a mi vida, vivir de verdad, vivir por una
tografía y, poco a poco, guiado nuevamente vez una historia verdadera fuera del papel, con todas 15
por esta perversa voz de mi interior, la fui sus consecuencias, aunque doliese. Creo que fue en-
llevando a mi terreno. Hablé como nunca de tonces cuando creyó que realmente escribía.
lo que mejor sabía y ella me seguía el ritmo, Me observó fijamente, escrutando la sinceridad de
no me lo podía creer. Por fin tocamos el pun- mis palabras en esta mirada mía que poca gente lo-
to de la literatura y tras un par de ruegos por gra sostener y solo dijo “De acuerdo”. No me lo podía
su parte para averiguar a qué me dedicaba creer, era demasiado bueno para ser verdad, quizá tan-
–queda mejor que decir que casi se lo tengo to como para ser escrito. Cogió una servilleta y apuntó
que arrojar a la cara porque no pillaba las su teléfono. Después me besó en la mejilla y se despi-
indirectas-, le dije que era escritor, vamos, dió. Quedé sentado en el café con el pantalón mojado,
que me gustaba escribir y que aún no había las piernas adoloridas y mirando la servilleta como si
publicado nada pero que no perdía la espe- todas las verdades del mundo estuviesen contenidas
ranza. en unas cuantas letras y números.
Seguramente no me creyó porque a su ros- Cuando me sentí capaz de levantarme pagué los ca-
tro volvía la sonrisita con la que me levan- fés, salí lentamente y con el cuidado que los ancianos
tó del suelo y me preguntó: “¿qué escribes ponen a los escalones esperé un taxi para que me lle-
exactamente, sobre accidentes?”. La mandé vara a urgencias. Afortunadamente no era nada más
al carajo en mis pensamientos y le devolví la que la inflamación aunada con el frío lo que me dolía
sonrisa. Resultaba que la señorita se reía de tantísimo según dijo el médico.
mí después de que casi me rompía las pier- Al volver a casa comencé a escribir sin detenerme,
nas. Decidí no levantarme y dejarla clava- no lograba parar y las páginas se llenaban de palabras
da en el sitio, primero porque me dolían las que formaban renglones, luego párrafos, después capí-
rodillas de solo pensarlo, y segundo porque tulos y finalmente cuentos.
me había hecho gracia la broma y realmente Como es normal la llamé y volvimos a vernos en el
me gustaba. mismo café, después en el teatro, en el cine, en recita-
Seguimos hablando de música, de pelícu- les y allí donde hubiese una excusa. Poco a poco des-
las que nadie ve pero que casualmente nos cubrimos que los accidentes a veces traen consigo la
gustaban a los dos y de mil tonterías más suerte de encontrar a alguien maravilloso y, finalmente
que por su simpleza soy incapaz de recordar ,decidimos vivir juntos.
en estos momentos. Mientras discurríamos Ahora hace casi exactamente un año de nuestro pri-
por más películas y más y más directores yo mer, y para mí patético encuentro. Lo sé porque me
iba maquinando un cuento que escribir. Se vuelven a doler las rodillas por el frío. El médico que
había abierto la caja de la invención y me me atendió en urgencias era sumamente incompeten-
imaginaba las letras cayendo como la lluvia te, resulta que tras nuevas pruebas necesito operarme
fuera de la cafetería sobre un folio en blan- y que estaré algún tiempo sin andar, lo que me dará
co, llenando los renglones de intensidad y aún más tiempo para escribir, escribir ficciones, nunca
locura, tenía ya pensado el argumento del más hechos reales, porque la magia de las historias
nuevo escrito cuando de repente callé y dije: verdaderas merece ser vivida, no imaginada.
“No”. Karen se quedó mirando mis ojos per-
NARRATIVA
Andrés Neuman

EN LA LITERATURA

TODOS SOMOS
PACIENTES
Muy buenas. ¿Usted es el escritor? Vale. Pero dése la vuelta.
16
El mismo. Mucho gusto. Vale. Pero no me entretenga y vayamos al asunto.
Adelante, está usted en su casa. Por aquí. Ya está.
Le agradezco que me haya atendido tan pronto, doc- ¿Ya está?
tor. Es muy amable. Tiene usted una consulta verda- Sí, doctor.
deramente acogedora. ¿Podemos empezar, entonces? ¿O todavía quedan
¿No me diga? Qué observador. A mí en cambio no más introducciones?
me gusta demasiado. La encuentro, cómo decirle, No, doctor. Creo que ha estado bien así. Crear un
un poco fría. mínimo de expectativa es importante, pero más de-
¿Fría? En absoluto: me parece un lugar perfecto licado aún es no caer en la retórica. Yo diría que el
para trabajar. clima está razonablemente conseguido. Ahora po-
¿Para que trabaje quién? ¿Usted o yo? demos pasar a exponer el asunto.
Pues no sé... Me imagino que usted. O yo. No sé. Muy bien: ¿cómo se siente?
Ajá. Desvístase. No me haga esa pregunta tan directamente, se lo
¡Pero si ni siquiera me he tumbado! ruego.
Correcto: veo que tiene método. Túmbese, enton- Debo hacérsela.
ces. Y desvístase. Sí. Pero es incómoda.
De acuerdo, de acuerdo. Hoy en día todos los mé- Pues lo lamento mucho. Es mi papel.
dicos son iguales. No se toman su tiempo. Ape- Dolor.
nas reflexionan sobre lo que ven. Auscultan y al ¿Cómo dice?
siguiente. Dolor.
No me parece el mejor momento para discutir esa Explíquese. No puedo adivinar sin más. Tengo que
cuestión. Y tampoco lo veo a usted en situación de conocer los detalles.
exigir mucho. Pero permítame puntualizar que, con No estoy seguro de que sea pertinente, doctor. Al
los tiempos que corren, lo difícil es encontrar pa- menos, desde un punto de vista estético. Sé que hay
cientes especiales. Es normal que uno vaya deprisa: autores prolijos. Yo me considero más bien tenso,
todos cuentan lo mismo. contenido.
¿Qué? Si lo suyo es tensión, entonces el problema podría
Hombre, yo qué sé. Que si el amor se va pero siem- ser arterial. Si es contención, habría que revisarle
pre vuelve, que si asesinan a alguien pero el plan se los riñones.
complica, que si hay que rescatar a una princesa... Doctor, permítame decirle que detesto que me sim-
No, no. Digo si qué: si me desvisto ya o qué. plifiquen.
Ah, sí, perdóneme. A veces me distraigo. Eso me Pues será culpa suya. Explíquese mejor.
pasa por darles conversación a los pacientes. En fin. Un dolor, le decía, un dolor sin fronteras. De tierra
Ahí tiene la camilla. a cielo, desde el mar al desierto.
Hace un poco de frío, de repente... Continúe, por favor.
¡Ah! ¿Lo ve? ¿No le decía yo? Oh, preferiría no hacerlo. Temo que no se me en-
Qué bien, doctor. Parece que nos vamos entendiendo. tienda.
Eso ya lo veremos. De momento, quítese la ropa. Eso les pasa a todos. Créame.
NARRATIVA
Andrés Neuman

Sí. Pero yo soy yo. Lo mío, y no se extrañe, puede llegar a ser bastante
¿Pero no estábamos en que su dolor no tenía fronte- contagioso.
ras? No me diga. Pues le confieso que ya casi adivino
Veo que presta usted atención a lo que digo, doctor. toda su historia clínica.
Eso me consuela. No se imagina el alivio que me da escuchar eso.
Además, eso de que usted es nada más que usted ¿Entonces tengo cura?
habría que pensarlo. Bueno... Ejem...
Yo quería decir más bien que soy una frontera, que ¿Entonces no tengo cura?
uno es una frontera. Pero a la vez, o quizá por eso Verá, sería mucho más útil que nos refiriéramos al
mismo, el dolor nos une. El dolor es la línea de con- mal, antes que a los remedios.
tacto, el punto de sutura. ¿El mal? Un mal enorme. Todo el mal que nos cabe.
Es curioso. Ahora habla usted como un médico. El de cualquiera. De tierra a cielo, créame. Desde
Eso es normal, doctor. Forma parte de la consulta. el mar hasta el desierto. E incluso le propongo una
Tengo alguna experiencia. Tarde o temprano, suce- variante: desde el pez hasta la duna.
de. Me transformo, me asimilo. Yo era yo, uno es Ya lo tengo: ¡metonimia!
uno, hasta que llega otro, llega usted por ejemplo, ¡Doctor, es usted un ser sensible! Y todavía hay
y entonces usted ya no es el otro sino que en cierto más. Escuche: siento un dolor aquí, en el centro de 17
modo se convierte en yo mismo. Al fin y al cabo la garganta, que se expande nadando y escarbando.
usted también piensa que es solamente usted, y en Unas veces forma olas, otras veces acumula arena.
esa mismidad estamos todos, tanto yo como usted, o Si acumula arena, uno termina, ¡oh!, recluido en un
viceversa. castillo; si se han formado olas, el final nunca di-
Ejem. Me deja usted perplejo. Aunque lamento fiere demasiado de ahogarse. He ahí mi tragedia,
anunciarle que está a punto de enredarse. Se tra- ¿me comprende? He probado con todo: invitar al
ta de una patología bastante corriente, sobre todo ahogado a cenar al castillo, obligar al rey a nadar
durante el desarrollo del relato. Y le recuerdo que
allí fuera tengo a muchos pacientes esperando. No
tenía por qué atenderlo a usted. Fue sólo simpatía, o
intuición. Pero todo tiene un límite.
¡Exacto! Suscribo la idea, doctor. Todos tenemos un
límite. Y, como iba diciéndole antes, ese límite nos
une...
...Nos une y nos separa.
¡Exacto! Precisamente ese es el problema. Cuánta
razón tiene, doctor, cuánto lo admiro.
Bueno, en fin, muchas gracias. No creo que sea para
tanto.
¡De ninguna manera! Es usted extraordinario. Sien-
to que estoy en las mejores manos. Cualquier elogio
es parco.
Caramba, me abruma usted... Sí, por qué no reco-
nocerlo: son ya bastantes años, uno lee bastante,
conoce muchos casos... Ejem, ¿le parece que prosi-
gamos? hasta una isla, insinuar que los náufragos se sal-
¿Proseguir con qué...? ¡Ah! Encantado. Pero no me van, simular que los peces se ríen como niños. Pero
malinterprete, doctor. La digresión era oportuna. nada: el dolor sigue ahí, donde estaba al principio.
Íbamos demasiado rápido hacia el desenlace. Una Y entonces, volviendo al principio...
cosa es la eficacia, y otra bien distinta es la pobreza No siga, se lo ruego.
de recursos. ¿Pero por qué, doctor? Me notaba inspirado.
Si usted lo dice. Al fin y al cabo es su salud, no la Pues mejor espire. Y relájese. Si le soy sincero, ya
mía. comienzo a sentir unos dolores aquí, en el costado.
No crea. ¡Eso es algo magnífico, doctor!
¿Cómo dice? Puede ser. Pero mejor se viste y que pase el siguiente.
NARRATIVA
Ángel Remis

ENTREVISTA
ANDRÉS NEUMAN
1. Codirigiste la Revista Letra Clara de la Univer-
sidad de Granada. ¿Qué experiencias te dibujan una
sonrisa en el rostro y por el contrario cuáles te dejan el
gesto serio?
Me gusta recordar el entusiasmo de planificar cada
número, la emoción de contactar por carta con poe-
tas que admirábamos y recibir algún poema suyo, los
nervios al corregir las pruebas, la incertidumbre de la
imprenta, el café interminable de las reuniones, los
cigarrillos malos, y sobre todo el grupo de amigos que
se formó alrededor de un proyecto literario y el sueño
18 de dedicarse a la literatura. Quizá lo que más valoro
hoy sea el incansable intercambio de opiniones, gus-
tos, textos y libros que propició Letra Clara, y con el se a los amigos y dejarse leer por ellos. Lleven razón o
que personalmente aprendí muchísimo. Recuerdo que no, esas opiniones son siempre un simulacro de publi-
gracias a aquellos amigos oí hablar por primera vez de cación y te curten. La opinión ajena no tiene por qué
Corbière, Rilke o Eluard. Por otro lado, como es natural, coincidir con la nuestra. De hecho, a veces los demás
una revista está compuesta por personas, así que los re- entienden y juzgan los textos con mayor lucidez que sus
cuerdos negativos tienen que ver con los pequeños roces propios autores.
personales, las discrepancias y las vanidades que todos
teníamos. También recuerdo con cierta angustia las es- 3. Existen escritores que se han hecho a sí mismos
trecheces económicas con las que teníamos que lidiar, de manera autodidacta gracias a sus lecturas; hay tam-
aunque supongo que eso también fue un aprendizaje. bién bastantes egresados universitarios que escriben
Y debo decir que la revista duró más de lo que espe- buena literatura, pero a veces la posesión de un título
rábamos: estuve en ella unos tres años y medio (seis universitario reduce la capacidad creativa del autor por
números desde finales del 96 hasta mediados del 99), su autocontrol frente a las normas, es el caso, por ejem-
y hoy aún sigue existiendo con un consejo de redacción plo, de las filologías. ¿Cómo combinas en la balanza la
distinto. Vistos con perspectiva, sólo puedo decir que línea infranqueable de las reglas estilísticas frente a una
para mí aquellos años de formación compartida fueron explosión creativa desenfrenada?
de enorme importancia personal y literaria. Excelente pregunta, y completamente de acuerdo. Si
no existe un equilibrio (o mejor dicho una tensión, una
2. A aquellos que no han tenido la oportunidad de lucha constante) entre conocimiento y atrevimiento, te
editar un libro o publicar algún texto qué podrías reco- volverás un soso literario o un gilipollas genialoide. En
mendarles, aunque duela. términos de escritura, creo más en el autodidactismo y
Les recomendaría paciencia y autocrítica, que son la curiosidad que en los estudios académicos. Si uno
dos cosas difíciles de sostener si uno tiene dieciocho quiere hacer crítica literaria, difícil será hacerlo sin
o veinte años. La paciencia sirve para soportar que te una formación teórica sólida. Pero si alguien quiere ser
digan “no”, “no” y “no”, y seguir escribiendo con la poeta o narrador, lo único ineludible es observar y leer
misma alegría. Porque uno, aunque desee publicar o intensamente. Sartre, que además de estudioso era un
ser reconocido de alguna forma, escribe sobre todo por megalómano, dijo que el infierno eran los demás. A mí
una razón: porque tiene que hacerlo, porque lo necesita, me parece que lo contrario también es cierto: a veces
porque es un destino. Y esa llama sagrada no debería el paraíso de un escritor está en los otros, en abrir los
perderse nunca. Por su parte, la autocrítica sirve no sólo ojos y espiar, escuchar, intentar comprender a los demás
para mejorar el estilo sino para ser mejores personas: (incluidos aquellos a quienes odiamos: ellos también
es imprescindible darnos cuenta de que no somos tan son personajes). Para mí la felicidad sería eso, ver la
buenos como creíamos. También creo que es muy útil, vida como una novela dispersa, infinita, llena de perso-
una vez superada la fase de corrección de los textos (que najes contradictorios que uno trata de descifrar y gozar.
conviene que sea prolongada y con huecos de tiempo: Para eso no hace falta estudiar filología, y lo digo como
escribir, al cajón unos meses, y vuelta a corregir), abrir- filólogo. Ahora bien, como lector analítico, la universi-
NARRATIVA
Ángel Remis

dad me fue útil y clarificadora. Tuve algunos profesores mejor y deja de asustarnos. Creo que la maldad tiene
magníficos, descubrí la maravillosa hemeroteca de la más que ver con callarse durante mucho tiempo que
universidad de Granada y pasé cientos de horas en la con hablar demasiado. En ese sentido pienso que la
cafetería, que es donde más se habla de la literatura que palabra es curativa. Pero ojo, la palabra íntima y sin
les interesa a los alumnos. jerarquías, porque los padres confesores y otra clase de
chamanes me dan muy mala alergia. Aunque no estoy
4. Todos estamos condicionados por el medio donde ni siquiera bautizado, gracias a Dios y a Cortázar. ¿La
se forjó nuestra personalidad, un abrazo a tiempo, una escritura me mantiene cuerdo o escribo porque soy un
nalgada merecida, un regalo por salir bien en las notas… esquizoide? Ambas cosas son ciertas y se llevan muy
todos y cada uno de los factores de nuestro pasado con- bien: porque todos somos un poco esquizoides y escri-
figuran nuestro presente actual. Alguna vez comentaste bimos, la escritura nos mantiene lúcidos, conscientes
que tu abuela –Dorita- era la única aliada que tenías de nuestra identidad.
cuando mostrabas tus primeros escritos. A ella le dedi-
cas El que espera. ¿Qué papel tiene en tu presente? 6. En repetidas ocasiones te han preguntado sobre Ar-
Mi abuelita Dora sigue viva, leyendo y preguntando. gentina y España, el doble juego que como a tantos te ha
Es incansable, gorda y divertida. Tiene una biblioteca tocado vivir y obliga a situar la nacionalidad en un punto
espléndida y ve dos o tres películas por día. Viaja de intermedio del Atlántico. ¿Queda algo de melancolía por
vez en cuando a España, y cuando yo voy para Argenti- los lugares, los amigos… o es ya un bello recuerdo des-
na duermo en su casa. Cuanto tenía once o doce años, pués de poner punto y final a Una vez Argentina?
sólo me interesaba escribir historias sangrientas (hoy se 19
llamarían gore, pero entonces no había esas palabras Me gustaría contestar con una preciosa canción de
tan prestigiosas para referirse a la crueldad) y mi pobre Los Beatles que se llama In my life: “There are places
madre estaba aterrada por la idea de tener a un psicó- I’ll remeber/ all my life, tough some have changed;/
pata en casa. Pero tuve la suerte de que mi abuela, tan some for ever, not for better;/ some have gone, and some
remilgada para algunas cosas, supiera conectar con esos remain”. Eso es. Tengo dos países y a la vez ninguno. No
cuentos y adivinar que por debajo de aquella carnicería puedo elegir uno ni descartar el otro. Así que supongo
había un niño que quería ser escritor. Tal vez por eso que, como decía un libro de Marzal, llevo una vida de
mismo ahora me aburran las historias muy violentas. frontera. Pero no soy un nostálgico ni me gusta llorar por
el pasado ni nada de eso. Ese tipo de actitudes me pare-
5. Hay quien profesa profundo miedo a terrores par- cen reaccionarias. Lo que sí es verdad, o al menos ahora
ticulares como los arlequines o los enanos, en tu caso lo siento así, es que después de Una vez Argentina tengo
tengo noticia del miedo a la locura. Proviniendo en tu la sensación de haber cerrado un capítulo de mi memo-
primera juventud de una sociedad aperturista como la ria o de haber saldado ciertas deudas íntimas con mis
argentina donde ir al psicoanalista es como comprar as- recuerdos argentinos. Ahora me siento en paz con eso y
pirinas en la farmacia, ¿podríamos decir que la escritu- (como también decían los Beatles) espero quedarme por
ra te sirve de amigo, psicólogo, padre jesuita o demás un tiempo escribiendo en nowhere land.
espejos donde mirarte, no sin cierto temor, y plasmar
tus obsesiones? ¿La escritura te mantiene en la delgada 7. Para aquellos que escriben creo que es necesario
línea de la cordura o es tu personalidad alternativa es- que en el camino de sus vidas se cruce la figura de un
quizoide quien escribe? maestro o buen amigo que realice críticas objetivas y
¡Oye, este tipo de preguntas son peligrosas! ¡Des- sirva de guía. José Viñals te dijo que no le interesaban
pués de la entrevista tendré que ir al psiquiatra! A tus escritos, sino el hombre que los escribía. Además
ver, no sé, es curioso, actualmente me considero una de heredar el gusto por el brandy, qué más huellas ha
persona serena y más o menos sensata; y sin embargo dejado en tu persona.
sí, siempre, desde niño hasta hoy mismo, he intuido lo José Viñals fue para mí un personaje crucial, el primer
fácil que sería volverse loco. Cualquiera puede sen- interlocutor literario en el que sentí que podía confiar y
tirlo: ponte a pensar una hora seguida en la muerte, al que me entregué con entusiasmo y disciplina. Ade-
en tu muerte; ponte a pensar en tus peores celos, en más de tener un talento poético que hipnotiza y admira,
tus peores odios; sé sincero con tus envidias, con tus José es una persona de un espíritu inmenso, generoso,
frustraciones; y enseguida verás qué cerca está tu lado apasionado, afectivo, terrible y absorbente. Lo conocí a
oscuro, lo peor de nosotros, y lo relativamente sencillo los 15 años y durante bastante tiempo fui a visitarlo a
que es ser una mala persona. Pero por eso mismo estoy su casa casi todos los fines de semana para enseñarle
convencido de que la escritura trae bondad: nos dice mis escritos, leer los libros que él me recomendaba y
la verdad, nuestra verdad, y al leerla la entendemos escuchar sus consejos, que me conmovían y me hacían
NARRATIVA
Ángel Remis

reflexionar. Estoy seguro de que, si en cierto modo he 10. Sabemos que para una novela puedes tardar dos
sido un escritor precoz, en parte fue gracias a aquellas años y ocho borradores para sentirte satisfecho, e igual-
reuniones. ¿Qué huellas me ha dejado? Muchas e im- mente sucede con los libros de poemas. Observando
portantes: la visión humanista (no literaria ni erudita) las fechas de publicación de tus libros observamos que
del escritor, la lectura crítica como forma de hedonismo, desde 1999 se sigue un patrón: libro de poesía, novela
el deseo de mezclar el rigor con el sentido del humor, o cuento, libro de poesía, novela o cuento. ¿Cómo deli-
la visión del texto como campo de batalla espiritual y mitas los territorios de una forma a otra?
sensorial... Más tarde, como debe ser, fui haciendo mi Bueno, es un orden casual, me doy cuenta de que es
propio camino para bien o para mal, y el cariño y la más o menos como tú dices pero no me preocupo de-
gratitud han seguido intactos en mí ya sin la necesidad masiado. Si tengo el impulso de empezar un texto o un
de estar de acuerdo en todo con mi querido José: tan libro, lo hago. Todo transcurre más o menos fluido y sin
importante para un joven es tener un buen maestro (o grandes limitaciones. Soy muy disciplinado en cuanto
varios), como crecer para formarse un criterio propio. a la cantidad de trabajo (si es una novela puedo estar
Creo que uno debe aprender a escuchar a los que saben, ocho o diez horas escribiendo), pero no en cuanto a las
sin ser exactamente discípulo de nadie. reglas. En realidad, mi única norma es no escribir dos
libros del mismo género a la vez. Puedo estar haciendo
8. Cuando se escribe para escribir, a qué se renuncia, poemas, cuentos y novela al mismo tiempo, siempre y
¿hay algo que quisieras realizar como escritor o como in- cuando en mi cabeza cada libro se diferencie con cla-
dividuo y que los compromisos de trabajo te impiden?
20 ridad. De hecho, pasar de uno a otro libro me ayuda a
Como supe desde niño que mi felicidad dependería en
desconectar, tomar distancia y no cansarme de un mis-
buena parte de la escritura, cuando escribo nunca sien-
mo libro. Así trabajo muchas más horas, pero me saturo
to que esté equivocándome de lugar o momento. Ahora
menos. Otra cosa son las fechas de publicación de esos
bien, la escritura para mí no es una renuncia a la vida,
libros: ahí sí trato de organizarme, no me queda más
sino más bien su alimento y también su espejo torcido.
remedio porque las editoriales tienen sus plazos y con-
No me interesan los escritores que, a fuerza de forjarse
una leyenda canalla o maldita, carecen de cultura. Pero veniencias. Por lo general procuro no publicar dos libros
menos aun me interesan los escritores que, con la excusa demasiado seguidos, y si alguna vez sucede evito que
de culturizarse, se desentienden de la calle, el sexo o los sean del mismo género.
viajes. Creo que un escritor sabe que cuando sale está
buscando personajes, y que cuando escribe está buscan- 11. Has dicho que hay entusiasmo y decepción en
do vida. Eso sí, dentro de los diferentes géneros litera- la propia escritura, sin embargo la crítica te trata bien,
rios, puede que la novela sea el más esclavo. Una novela incluso la internacional. Tomando tu voz interior como
te exige escribir todos los días para no perder el contacto la que dirige tus escritos, si desconfías de los críticos, a
con su mundo, y en alguna ocasión me he sentido rehén quién le pides consejo: ¿algún profesor de la Facultad,
de ese compromiso diario o bien angustiado por no cum- un amigo, tu pareja, un niño…?
plir con él. Lo que pasa es que la escritura es tan hija de Es que la decepción de la escritura no tiene nada
puta que, si te secuestra, es para que te mueras de gusto que ver con lo que digan las críticas. Uno agradece
disfrutando del síndrome de Estocolmo. que sean buenas, y probablemente se sentirá algo dis-
gustado (sería hipócrita negarlo) si la crítica es mala.
9. Cuando se presentan tiempos vacíos donde la ins- Pero la verdadera felicidad, y también la verdadera
piración toma vacaciones sin avisar, a pesar del tesón, amargura, se queda dentro del proceso de escritura.
¿cómo haces para que pase desapercibido o no se note? De hecho cualquiera que haya publicado un par de
¿Cómo juegas con el talento? veces sabe que la mayor alegría no es ver el libro en
Para que no se note que no estás inspirado hay un la librería ni promocionarlo ni hablar sobre él; sino
recurso muy simple: releer lo que has hecho y tirarlo a la estar escribiéndolo y sentir que avanza, que fluye. Esa
papelera. No es necesario escribir con la exigencia inter- sensación de plenitud no se alcanza en ninguna otra
na de lograr la “gran” obra; basta con disfrutar, obedecer fase de un libro, y además es adictiva como una dro-
al capricho de los impulsos y después, al cabo de unos ga dura. Obviamente uno también desea obtener una
meses, evaluar hasta qué punto el resultado ha valido la respuesta positiva de los lectores, pero eso sucede
pena. Yo no puedo estar demasiado tiempo sin escribir. cuando el libro ya ha muerto para el autor y ha nacido
Prefiero escribir diez páginas y después corregirlas y ti- para los demás. ¿A quién le pido consejo? A todas las
rar seis, que vivir constreñido y escribir de vez en cuan- personas que me quieren y en las que confío. Es decir,
do para lograr cuatro páginas. Aunque el resultado sea muy pocas: mi familia, mi pareja, algunos amigos que
parecido, me siento más realizado haciendo eso. escriben.
NARRATIVA
Ángel Remis

12. Se ha intentado adjudicarte título de pertenencia 14. Afortunadamente militas y defiendes al cuento, pero
a ciertos autores. Desmientes todas estas teorías y es- no contento con ello teorizas sobre su naturaleza y presen-
caramuzas y dices que detrás de ti hay lecturas mas no tas tu visión a través de una serie de consejos sobre las
influencias. Pero hay algo que me deja perplejo: tu faci- formas de escritura en los apéndices que cierran tus libros
lidad para las citas. ¿Cómo lo haces? ¿Tienes un banco de relatos. Después de agradecer el esfuerzo que haces al
de ideas por temas o algo por el estilo? plantear las cosas sobre la mesa me queda aún una pre-
Para mí las mejores influencias son las involuntarias. gunta, ¿es posible que esta serie de consejos o preceptos
Las influencias demasiado buscadas suenan a imita- no sean al mismo tiempo una cárcel para quien no posea
ción, así que lo mejor es leer con entusiasmo y después una capacidad ecléctica y los siga al pie de la letra?
tratar de escribir con un estilo propio. Por supuesto, ahí En primer lugar, jamás he entendido mis ensayos teó-
también aparecerán huellas de otros, pero serán más ricos como una consigna ni como un precepto: se trata,
sutiles e indirectas. En cuanto a las citas, no hay nin- simplemente, de las conclusiones personales que he ido
gún secreto. No guardo una libreta ni colecciono frases sacando mientras escribía mis cosas, y que no tienen
ni nada por el estilo. Tengo buena memoria y confío en por qué servirles a los demás para escribir las suyas. La
el azar. Eso sí, cuando una frase me fascina siempre la teoría en la que creo no viene antes sino después de la
subrayo, la anoto, la pienso durante un rato. Cada vez escritura. No la planea, la va descubriendo. Sin embargo,
que releo un libro vuelvo a encontrarme con esas citas, siempre me ha gustado mucho leer ensayos y libros teóri-
y a veces las empleo en mis textos. Si te das cuenta este cos. Me subleva la comodidad con que algunos se desen-
mecanismo, que es tan viejo como la literatura, es el tienden de la teoría, como si fuese un mérito renunciar a
antecedente de Internet. la mitad del conocimiento. Para mí todo acto de escritura
es un acto práctico. Teorizar también implica ejecutar
literatura: experimentar con el sentido, buscar un tono, 21
13. Afirmas que el siglo XXI le pertenece al micro-
cuestionarse el estilo… El discurso que llamamos en-
cuento por su parentesco visual con el flash, la velo-
sayo (y que no tiene por qué confundirse con el acade-
cidad, la construcción fragmentada. Sin embargo las
micismo) puede inspirar novelas o poemas, y viceversa.
generaciones que hemos crecido dentro del Imperio de
Creo que la escritura, como acto emocional, intelectual
la Televisión, demostramos en las estadísticas que la
y sensible, es toda una. Separar la teoría de la práctica
novela supera con creces en la lectura al cuento. ¿Será me recuerda a las bizantinas separaciones entre alma y
por una incapacidad mental producida por la televi- cuerpo, razón y sentimiento, amor y sexo, etcétera.
sión que nos agotamos de tan sólo imaginar que leemos
treinta historias, treinta vidas distintas, en cada libro 15. Acabas de publicar un nuevo libro de relatos,
de relatos y por ello preferimos la narración lineal de Alumbramiento, que incluye además un apéndice teóri-
la novela? co sobre el género, como es tu costumbre. ¿Cuáles son
Bueno, por empezar, que una determinada forma ar- los contenidos de esta nueva entrega?
tística represente a su siglo no significa que sea la que Alumbramiento tiene tres partes. La primera de ellas
más público tenga o la que más éxito inmediato consi- está compuesta por relatos que abordan distintos conflictos
ga. Todos sabemos que la poesía petrarquista resumió de la identidad masculina tradicional y sus roles clásicos:
la ideología del amor cortesano, y no por ello dejaba el héroe, el aventurero, el luchador, el padre, el marido, el
de ser una práctica minoritaria. Los lieder de Schubert artista, etcétera. Esto en algunos casos se plantea de forma
representaron mejor que nada la estilización romántica fantástica o muy metafórica (el primer cuento está narrado
de las tradiciones populares, y ello no impidió que el por un hombre que está dando a luz), y en otros de una
pobre se muriera de hambre. Kafka es en cierto modo forma en apariencia más cotidiana (el segundo cuento, por
la cifra del siglo veinte, y se murió semidesconocido (en ejemplo, narra la ruptura que produce en una pareja una
parte por voluntad propia). En ese sentido, pienso que pequeña raya que ella traza en la arena). Luego, a modo de
la micronarrativa tiene mucho que ver con el montaje intervalo, viene una serie de microcuentos estilísticamen-
visual, los flashes del videoclip, el lenguaje publicitario, te similares, algunos muy crueles y otros divertidos. Y la
la velocidad de las emociones urbanas, es decir, con la tercera parte del libro reúne unos cuantos relatos que tra-
lógica de nuestra época. Esto es así se vendan muchos tan, en clave irónica, distintos aspectos del mundillo de la
o pocos libros. Ahora bien, creo que la dificultad de un literatura: desde autores que admiro (como Borges, Gom-
libro de cuentos con respecto a la novela consiste, como browicz o Queneau) hasta figuras concretas como la del
bien dices, en que cada cuento necesita ser inaugurado editor, el traductor o el lector. Finalmente, como si fuera
mentalmente, con cada uno hace falta un “reseteo” que una especie de bonus track, se ofrecen dos textos teóricos
la novela, vencido el desconcierto y la pereza de las pri- acerca del minúsculo y precioso oficio de escribir cuentos.
meras páginas, no te pide. Eso sí, lo juro por Monterroso, son muy, muy breves.
NARRATIVA
Ángel Remis

CÉSAR MUÑOZ ARCONADA


“La Historia ha idealizado la guerra en tal medida
que ha llegado a confundirla consigo misma.”

“…no dejó de trabajar hasta el último instante, hacien-


do varias poesías. Pero el día 9 por la tarde comenzó a
agravarse y el corazón comenzó a fallarle. Se produjo una
embolia y en las primeras horas del día 10 fallecía… Los
escritores soviéticos se encargaron de todo. En su local
estuvo expuesto desde la mañana del día 13 hasta la hora
de su conducción al cementerio…; allí mismo se celebró
el acto necrológico, en el que hablaron muchas gentes, En la ‘Gaceta Literaria’ verán la luz sus primeras
españolas y soviéticas… Una gran multitud le acompañó obras, el ensayo musical En Torno a Debussy (1926) y
hasta el cementerio… Eché en su tumba un puñado de la biografía cinematográfica Vida de Greta Garbo (1929),
tierra española que alguien guardaba”. esta última mezcla más de inventiva que realidad, gozó de
un éxito editorial considerable y fue traducida y editada
Tierra española, la última añoranza, la nunca vista des- en el extranjero. Al año siguiente escribe Tres cómicos del
22 pués del adiós perpetuo. Tierra que Felipe lanza sobre el cine, en la que maneja un sociologismo simplista en las
ataúd de su hermano César y relata en esta carta enviada a biografías de Chaplin, Clara Bow y Harold Lloyd. Llega a
su familia los últimos días de exilio del escritor en Moscú. ser redactor-jefe de la ‘Gaceta Literaria’ en 1929 por unos
César Muñoz Arconada nació en Astudillo, Palencia, el meses, si bien sus desavenencias ideológicas con Gimé-
5 de diciembre de 1898. Hijo primogénito varón de otros nez Caballero anularon definitivamente las posibilidades
cinco hermanos, recibe de su padre los primeros despuntes de colaboración.
literarios. Además de alcalde perenne del pueblo, el pa- Con la aparición de la largamente ansiada República,
dre debía desempeñar otros trabajos para sacar adelante en 1931 surgen publicaciones decididamente orientadas
a su familia; era corresponsal del Diario Palentino y Norte hacia la práctica de un arte comprometido. Los campos se
de Castilla. Hay que destacar la amistad que une al padre delimitan rápidamente: Herrera Petere, Arconada, Alberti
con figuras de cierta relevancia política como el ex ministro y Arderius ingresan en el PC; Díaz Fernández y Manuel Ci-
Calderón y el abogado Eladio Santander, amistades que in- ges Aparicio se alinean al grupo encabezado por Azaña; Se-
cidirán en el destino del escritor para su llegada a Madrid. rrano Plaja, Cernuda y Machado colaboran en ‘Octubre’…
En 1922 aprueba las oposiciones al cuerpo de Correos Arconada describe el proceso de la siguiente manera,
y es destinado a Palencia. Al llegar a la capital se incor- en su ensayo Quince años de literatura española publi-
pora a la redacción del Diario Palentino. Gracias a las cado en el primer número de la revista ‘Octubre’, en el
influencias de Calderón obtiene el traslado a Madrid, a que analiza la situación de los escritores en la coyuntura
donde llega cuando el movimiento Ultraísta ha perdido histórica por la que atraviesa España: “Ocurre en todos
vigor, momento en que comienza a fraguarse la Genera- los países -ocurre también en España- que a medida
ción del 27 a través de las páginas de la revista ‘Alfar’, que se extrema la contienda social de la lucha de clases,
editada desde La Coruña por el incansable Julio Casal, los escritores toman partido en esa lucha, no ya porque
donde nuestro joven escritor se estrena a nivel nacional y lo sientan en sí mismos como hombres afectados por la
es encargado de la sección de crítica musical desde 1923 crisis, sino porque la inteligencia -que cuando no es un
hasta 1926, aunque sus artículos expongan sus concep- pozo de aguas muertas, es siempre sensible- los lleva a
ciones sobre literatura, el arte vanguardista y anticlásica. apasionarse y a entregarse a los vivos problemas sobre
De esta etapa en la que participa activamente en los los cuales gira, no ya la literatura, sino toda la vida”.
movimientos literarios de vanguardia de los años 20 En medio de aquel torbellino Arconada crea y dirige
-colaborando en numerosas revistas de las llamadas de las Ediciones Ulises en compañía de Julio Gómez de la
literatura pura: ‘Verso y prosa’, ‘Papel de Aleluyas’, ‘Pa- Serna y José Lorenzo, donde a lo largo de cuatro años re-
rábola’, ‘Manantial’, ‘Mediodía’ y ‘Meseta’-, resulta un únen un catálogo con más de cincuenta títulos distribuidos
bello libro de poemas, Sed y Urbe, que Guillermo Torre en cuatro colecciones, en los que aparecen Rosa Chacel,
cita como uno de los logros poéticos del Ultraísmo (junto Francisco Ayala, Benjamín Jarnes, Corpus Barga, los doc-
a los de Pedro Garfias y Gerardo Diego). tores Abauza y José de Eleizegui, César Vallejo, Nenni,
NARRATIVA
Ángel Remis

Eremburg, Jean Cocteau y García Lorca con su Poema del nunca estará en libertad, pasando del campo de Argeles
cante jondo, entre tantos nombres y obras más. a las gendarmerías de París. Rescatado de ambos lugares
Cuando la mítica ‘Octubre’ desaparece intenta aglu- por sus colegas de letras franceses, sabemos con certeza
tinar las dispersas voces en una nueva publicación, ‘El que se encuentra en la URSS para la conmemoración del
Tiempo Presente’, que sólo conocerá dos salidas. A partir primero de mayo.
de esta época de fructífera producción, Arconada escribe En Moscú, Keliine le orienta a las labores periodísti-
en un breve espacio de tiempo tres novelas casi sucesi- cas y editoriales haciéndole director de la edición caste-
vas: La Turbina (1930), Los pobres contra los ricos (1933) llana de ‘Literatura Internacional’, más tarde ‘Literatura
y Reparto de tierras (1934). Las dos primeras enmarcan Soviética’. En los años sucesivos publicará dos libros de
los logros de la novela social española, resaltando la per- relatos, Cuentos de Madrid y España es invencible, su
sonal prosa cargada de lirismo del autor con despuntes largo poema Dolores (1945) y algunas obras teatrales,
de imágenes poéticas y metáforas que humanizan los la más conocida Manuela Sánchez (1949), estrenada en
elementos naturales, belleza añadida a la coherencia na- 1952. Se relaciona con Eremburg y Neruda cuando éste
rrativa y la fidelidad al relato. Estilo caraterístico en la acudía a Moscú. Los años pesan y la tristeza ya se aprecia
época vanguardista del escritor. como un lastre que marcará su labor literaria futura. Su
A mediados de julio de 1936 Arconada parte enviado capacidad creadora se ve truncada por el exilio y se con-
por Correos a Fuenterrabía en viaje de inspección, y allí fina en la crítica, las traducciones de autores rusos clá-
habrá de permanecer al sorprenderle la guerra. Fija su es- sicos y modernos como Pushkin, Lermontov, Nekrasov,
tancia unos meses en las cercanías de Oviedo y es corres- Maiakovski, Blok, etc., y la realización de adaptaciones
ponsal del frente astur para ‘Mundo Obrero’ desde su lle- teatrales, volcándose en el trabajo al frente de la revista.
gada. Cuando el frente comienza a debilitarse se traslada a Se une a María Cánovas, mujer que le acompañará has-
Valencia, sin pasar por Madrid, donde su hermano Felipe ta el final de sus días. Su presencia en conmemoraciones
dirige la Juventud Socialista Unificada. En la capital le- y actos literarios es constante. A España apenas si llegan
vantina se reúne con la madre y la hermana menor, evacua- noticias del escritor en forma de susurros empujados por el
das desde Madrid. El padre había fallecido en 1932. viento de oriente, como la noticia del 29 de diciembre de 23
El ministro de Instrucción Pública le pide que dedi- 1962 donde el diario ABC informa de un acto en homenaje
que por entero su tiempo a escribir. En tan sólo unos me- al poeta Alberti en el que hablan Eremburg, Mil Suslof y
ses redacta Río Tajo, novela que alcanza el primer pre- el “escritor español, asimismo comunista, César Arconada”.
mio del concurso de 1938 convocado por el Ministerio de No hay nada más, todo es viento.
Instrucción Pública, donde fueron galardonadas novelas En 1956 es invitado por la Asociación de Escritores
de Miguel H. Hernández y Manuel Altolaguirre. Chinos para visitar la reciente república socialista. Per-
De Valencia pasa a Barcelona, donde resiste hasta la manece cerca de dos meses y regresa a la patria adoptiva
caída final de la capital catalana el 26 de enero de 1939, hablando por Radio Moscú de la redacción de un libro de
comenzando el éxodo en compañía de los suyos por La viajes titulado Andanzas por la nueva China, nunca publi-
Junquera en dirección a Francia. En el país vecino casi cado quizá por el comienzo en aquella época del conflicto
chino-soviético. Al parecer se trata de un texto extenso
escrito en la rica prosa lírica que identifica al autor.
Foto: Robert Capa En los años finales su actividad como escritor se inten-
sifica y novela la vida de José Díaz, secretario del Partido
Comunista Español durante la guerra y asiste a la conme-
moración que se celebra por parte del partido en Praga
por esos años.
La muerte le llega el 10 de marzo de 1964 cuando se
recuperaba de una operación.
“Soy natural de Castilla. De la alta Castilla de tierras
incultas -escribió- secas, duras, cocidas de sol y sed. A
pesar de todo el aditamento que me dio, no puedo disimu-
lar mi ascendencia campesina... Se nos llama místicos.
Toda la mística española nació en Castilla. Pero pienso
que nuestra mística es una evasión de nuestra pobreza...
Aprendí a escribir como nuestros toreros aprenden a sor-
tear al toro: a fuerza de lances de capa, a fuerza de ir de
aquí para allá, de plaza en plaza, de pueblo en pueblo.
Esto es toda mi Universidad”.
NARRATIVA
Rosauro Varo Cobos

S umergido en la historia, podemos


encontrar un determinado tipo de
intelectual que consigue con su personalidad
de cierta intransigencia e intolerancia, fruto
quizá de ese amor propio “en cuyo patio no
puede parar la ofensa”.
rebasar los límites que cualquier obra impone Ibn Hazm fue, no sólo un exiliado de
a su autor. Es capaz de erigirse como figura condición, sino de convicción, ya que se refu-
independiente de todo aquello que no sea su gió voluntariamente en una isla que no sólo
propia posición ideológica y vital, siendo di- abarcaba el plano político, sino también el
fícilmente asimilado por las sociedades con jurídico, el teológico y el literario. Se en-
las que ha convivido y consiguiendo, por esa frentó abiertamente al malikismo, la corrien-
misma razón, que en cualquier instante su lec- te de pensamiento dominante del momento
tura sea un auténtico estímulo para aquellos y abrazó el minoritario zahirismo, con una
que nos vemos superados por nuestro mismo visión e interpretación mucho más estricta de
entorno. Es este el caso de Ibn Hazm, autor los textos del Corán a partir de su lectura di-
de El Collar de la Paloma, considerado recta, sin intermediarios, llegando a conver-
24 como uno de los mejores exponentes del es- tirse en un huésped incómodo para cualquier
plendor cultural andalusí y que lejos de su reino de la península. Con su literatura, de
indiscutible talla como figura intelectual de inmensa producción y reivindicativa de un
toda una época, impresiona por un carác- árabe puro, fuera de influencias populares,
ter que es, tal y como él mismo dice: “…una se convirtió en un verdadero dardo hacia
presa entre un lobo y león”, un equilibrio de todo aquello ajeno a su línea de pensamien-
fuerzas entre una lealtad y un amor propio to. Ignoró cualquier protocolo del debate in-
desmesurados. Esa lealtad hizo que en una telectual y acabó sus días como eco del árbol
época tan turbulenta como lo fue el siglo que cae en la montaña solitaria, sin que sus
XI, cuando los omeyas son desplazados del textos, como diría algún rival suyo, traspa-
mando de la región, se mantuviera siempre y sasen la puerta de su casa.
hasta el final de sus días fiel a su causa y al Pero ese eco ha conseguido perdurar en
recuerdo de su querida Córdoba, de la que lo nuestros días y, a la vista de lo que transmiten
separó un obligado exilio. Una actitud que, sus lecturas, sigue muy vivo. Porque además
matizada, viaja entre la coherencia y tintes

Dibujo: Álvaro León Acosta


NARRATIVA
Rosauro Varo Cobos

de ser un hombre por naturaleza polemista, Este es por tanto el hilo conductor de este
también fue un hombre sensible, pasional, que libro, escrito en prosa y verso y considerado
sufrió y vivió lo suficiente para hacer un li- por los expertos como una obra maestra, que
bro de las características de «El Collar de supone además un bellísimo retrato de la so-
la Paloma», con el que pretendió pintar ciedad del momento. El autor, entre nume-
“el amor, sus aspectos, causas y accidentes y rosas citas de personajes y acontecimientos de
cuanto en él o por él acaece” y para el que no la época nos desvela las características de la
le faltó tampoco valentía. Esta obra supuso Córdoba de hace mil años y en un extraño
una verdadera novedad en su tiempo, en el viaje, el lector es capaz de traspasar esa ba-
que escribir sobre el amor no era ni mucho me- rrera temporal al reconocer lugares que pa-
nos habitual. Retrató, con ese propósito, un recen haber llegado intactos a nuestros días.
cuadro de amantes que no pueden verse sino a Un viaje extraño porque se convierte en algo
través de una celosía, que se regalan mecho- más lejano de lo que en un primer momento
nes de pelo o que enferman por la lejanía del podría parecer. La Puerta de Sevilla, la
ser amado. Un amor éste “que radica en la Muralla,… quedan al fin y al cabo como
misma esencia del alma” y que debe ser sobre símbolos inertes de las ciudades de antes y
todo casto y sincero. Es un amor que nace de de ahora, sin que parezcan haber servido de
la belleza en su sentido más amplio, espiri- puente entre ambas y no haber sido capaces
tual y material, y que aspira, más allá de la de trasladar con ellas el alma de sus habi-
irresistible unión de los cuerpos a la fusión de tantes. Para un lector recién bautizado en
las almas, fruto únicamente de la voluntad este tipo de textos y sin capacidad para inter-
de amar y siempre al amparo de la sabiduría pretar desde un plano académico e histórico
de Dios. las semejanzas entre ambas sociedades, le es
muy difícil llegar a sentirse habitante de la
misma urbe. ¿Hasta qué punto pues, puede
uno sentirse identificado con aquel legado?, 25
¿hasta dónde llega su influencia?, ¿qué puedo
encontrar en mi manera de ser, que me acer-
que a Ibn Hazm y sus conciudadanos?, ¿qué
podemos exportar y enseñar de nosotros mis-
mos que nos distinga por esa influencia?
En el libro «Nuestra Andalucía», Ju-
lián Marías dice que al visitar una ciudad
siempre le asalta el mismo pensamiento:
[…] ¿es actual o mera supervivencia del pa-
sado? […] y se pregunta qué sería de los mo-
radores de una ciudad si se les sustrajese su
pasado:…¿Qué quedaría?[…]¿en qué medi-
da, si se considera a los habitantes actuales,
es suya la ciudad, o están equiparados a no-
sotros visitantes, es decir, se han encontrado
simplemente con ella, como una herencia de
sus antepasados?
Obliga el libro de este modo a una lectu-
ra reposada y paciente, a la difícil tarea de
intentar entenderlo desde la perspectiva de
nuestra propia educación, sin que eso provo-
que a su vez, un distanciamiento irreconci-
liable con lo que se está leyendo. Un esfuerzo
que a cada uno le merecerá la pena según sus
conclusiones y que desde mi punto de vista
siempre resulta beneficioso, más aún cuando
lo que se tiene entre las manos es un gran libro
y este sin duda, lo es.
POESÍA
José Antonio Garriguet Carmona

(...)Negras gualdrapas/ llevaban los ochos caballos negros;/


negros son sus atalajes/ y negros son sus plumeros/
De negro los mayorales/ y en la fusta un lazo negro (...)

Tras la lectura de estos versos aparece en nuestra men- En este entorno que describe Alberti es de donde Vi-
te la rica imaginería del Romancero Gitano de Lorca. Sin llalón obtiene la rica imaginería rural de lo que podríamos
embargo, aunque estos textos parezcan darnos la clave, llamar ahora el hombre de a pie, sencillo y generalmente
siempre hay lugar para la sorpresa, y descubrimos que es- oprimido, elevando a la categoría de arte lo marginal,
tos versos pertenecen a un gran olvidado que compartió dignificando la pobreza y la tradición en la que los gi-
época con el propio Lorca: Fernando Villalón Daóiz y Hal- tanos ocupan, al igual que en Lorca, un lugar prepon-
cón, poeta sevillano que creció en la libertad campesina derante por ser símbolo de la exclusión: “agarrada a los
de Morón de la Frontera y compartió generación con los barrotes / de la cárcel de Saucejo / lloraba una gitanilla
poetas del 27. Generación, y una concepción de la poesía / que tiene a su amante preso. (…) Si el robar fuera un
ligada a la tierra, a la tradición, a lo popular que se da la pecao / no se cabría en el infierno, / y el señor juez de
mano con la marginación. instrucción, / ladrón convicto y confeso”.
De esta fascinación por la tradición surge este frag- Pero su conexión con los poetas del 27 no termina aquí,
mento del poema dedicado a la muerte del torero Ma- pues compartió educación con Juan Ramón Jiménez en el
nuel García ‘El Espartero’: “Negra faja y corbatín / negro, colegio del Puerto de Santa María, San Luis Gonzaga, que
con un lazo / negro, / sobre el oro de la manga, / la supuso para él algo similar a un encarcelamiento, una pe-
chupa de los toreros. / Ocho caballos llevaba / el coche queña muerte de su libertad campesina, un tiempo irreme-
26 del Espartero”. Texto que sigue el mismo sendero que el diablemente perdido que refleja en su obra Romances del
Llanto por Ignacio Sánchez Mejías de Lorca, que llora 800, dedicada al propio Juan Ramón Jiménez: “A J.R.J. en
a un hombre y a un torero en la hora de su muerte, de recuerdo de nuestra niñez encarcelada en los jesuitas del
la que destaca el fragmento del primer poema, titulado Puerto...”.
La cogida y la muerte: “A las cinco de la tarde. / Eran Resulta sorprendente el olvido de este autor, que evi-
las cinco en punto de la tarde. / Un niño trajo la blanca dencia que lo popular y lo poético pueden ser compañe-
sábana / a las cinco de la tarde. / Una espuerta de cal ya ros de parranda, tanto en su vida --como demuestra su
prevenida / a las cinco de la tarde. / Lo demás era muer- inversión en la búsqueda de una ganadería de toros con
te y sólo muerte / a las cinco de la tarde.”. Aquí Lorca los ojos verdes, mito de la Atlántida, con intención de
acentúa la importancia de su muerte mediante la enfati- conseguir el toro-dios del relato platónico--, como en
zación de las circunstancias que la rodean. Sin embargo, su obra, cuando arruinado por esos “negocios poéticos”
Villalón materializa su duelo utilizando una imaginería utilizó el andaluz como lenguaje lírico de su desgracia...
donde predomina el negro, oscuridad del cuerpo y del “mis amigos me despresian porque me ven abatío / ¡toíto
alma: “Negras gualdrapas / llevaban los ochos caballos el mundo corta leña / del,arbo q,está caío!”
negros; / negros son sus atalajes / y negros son sus plu-
meros”, como acabo de citar. Se da la circunstancia de
Autor: Antonio Uría-Monzón
que Villalón conocía a Ignacio Sánchez Mejías, que le
presentó a otro de los grandes del 27, Alberti. Éste en
su libro de memorias La arboleda perdida escribió de él:
“Era Fernando un hijo de esa romántica Andalucía feudal,
que se sentaba bajo los olivos a compartir tú por tú el
pan con los gañanes”.
POESÍA
Verónica Moreno Puerto

SOBREVIVIR
A UNO MISMO
La primera vez que abrí la puerta de las “Habitaciones: poema del
tiempo que no pasa” de Louis Aragón fue como cuando un cotilleo
te llega tras mil filtros de tiempo y de palabras: mi interpretación
de la interpretación de los recuerdos (que no dejan de ser una inter-
pretación) del poeta. Pero vislumbré de puntillas, con la sensación
infantil de estar mirando algo demasiado personal pero sin apartar
la mirada, la sinceridad de sus palabras. Quise viajar con él a través
de esas habitaciones amuebladas por su mente, cogerle de la mano
en ese paso incierto y desesperante de los juicios a destiempo.
Louis Aragon en su obra “Habitaciones...” descubre el único lugar
donde no pasa el tiempo: la memoria. Es un viaje por el recuerdo de
un viaje: el de la vida, en la que “el tiempo fuma a escondidas”1,
como un gángster del cine negro, con el rostro oculto en la sombra,
en silencio. Donde el único movimiento es el del humo que le en-
vuelve y que se eleva suavemente hacia otra oscuridad. Él manipula
la parte involuntaria de nuestras acciones, él nos muestra lo nece-
sario, lo que no tiene remedio...“esos hierros que martillean/ Mis
sienes Es el tiempo que pasa el tiempo/ El tiempo que no soporta ya
el no/ Pasar El tiempo en el final de los finales/ Que pasa”2. Foto: Herbert List

En el poema “El papel cuadriculado”, previo a “Habitaciones”, condensa la acción poética que desarrollará después. 27
Toma un fragmento de un poema escrito por él mismo y dentro de éste incluye la significación posterior que ese mismo
poema le ofrece pasado un tiempo, quedando el propio texto sometido a un juicio implacable. La misma valoración a la
que someterá a sus recuerdos en el poema “Habitaciones”. La despiadada sentencia del tiempo. Los recuerdos son como
un viejo papel cuadriculado y amarillento que se encuentra de repente en un cajón y que al leerlo de nuevo produce una
mezcla de nostalgia y rechazo... “siete años apenas y ya la lengua del hombre/ es para sí amarga ah qué largo aprendizaje
el de callar/ Finalmente”3.
Se trata de recorrer el camino en dirección contraria y para ello Aragón tiene que pintar las habitaciones de su
memoria. Recordar en qué lugar estaba cada silla, cada figurita de cristal, los zapatos de Elsa..., porque recorrer estas
habitaciones es también recordar lugares comunes, es así mismo, como casi todas las historias, una historia de amor.
Tras caminar largamente por la memoria sólo aparece ante él la necesidad de un final en el que descansar de las cica-
trices que duelen con el frío. Derruir el edificio y que quede escondido entre el polvo y los escombros del olvido.
Aragón, en su larga vida, pasó por dos guerras mundiales y estuvo en contacto con el surrealismo, con el comunismo
y muy influido por Eluard y Mayakovski. Pero en este libro poetiza la supervivencia de sí mismo, la pérdida de la fe tal
como la concebía Nietzsche, como el ocaso de los ídolos. Ni dios, ni comunismo, ni capitalismo... En esta etapa el au-
toestopista deja de creer en el viaje, se baja del coche, se sienta en la cuneta a observar el camino que ha dejado atrás y
sólo encuentra desesperanza... “no se escuchan más sollozos por el siglo Así/ no habremos podido espantosamente hacer
otra cosa/ Que ver al mártir y el crimen/ había creído sin embargo yo había creído...”4. Sus antiguas creencias son ahora
como un traje pequeño que no le sienta bien del todo porque ya no corresponde a su medida.
En Aragón llegar a sí mismo es vivir a pesar de todo o con todo el pesar. Llegados a este punto del camino ya sólo
queda la tristeza de haber sobrevivido en este mundo... “vivir al fin y al cabo sé qué ha sido/ amor mío (...) vivir después
de todo”.

1. Habitaciones: Poema del tiempo que no pasa. Ed. Alianza. Pág 21 / 2. Habitaciones: poema del tiempo que no pasa. / 3. Ibid. Pág 31. / 4. Ibid. Pág 129
POESÍA
Michel Pérez Rizzi

“Vamos a pasar como de la luz directa del sol a la que de él recibe la luna,
de la representación intuitiva, directa, que se afirma por sí misma…”
‘El Mundo como Voluntad y Representación’
Arthur Schopenhauer
“El Mundo es mi representación… el mundo que nos
rodea no existe más que como representación, esto es, en
relación con otro ser: aquel que lo percibe, o sea, él mis-
mo”. Así comienza Arthur Schopenhauer “El Mundo como
Voluntad y Representación”, su gran monumento filosó-
fico. En su pensamiento las artes, y sobre todo la poesía
y la música, tienen un valor inestimable como formas de
conocimiento que nos acercan a la verdadera realidad.
Intentan rasgar “el velo de Mayá” y poner de manifiesto
la falsedad a la que está sometido el Ser Humano. Desde
este punto de vista, la realidad sólo existe como repre-
sentación intelectual. Esta es nuestra forma de conoci-
28 miento y las artes nos pueden permitir trascender esa
falsa percepción.
Para Schopenhauer el verdadero conocimiento se da de
forma intuitiva, no racional. En palabras del filósofo “el
terreno de la pura intuición es claro, seguro, cierto; nada
hay que preguntar, ni hay ocasión de dudar, ni podemos
equivocarnos. Sentimos aquietarnos en la intuición y el
presente nos satisface. La intuición no es una opinión, es Retrato de Maurits Cornelis Escher
la cosa misma. En cambio del conocimiento abstracto, la
razón, nacen a la vez la duda y el error”. El pensamiento la escala de objetivación del mundo. Si la poesía, como
racional es reflejo del conocimiento intuitivo. La intui- hemos dicho, alcanza directamente a las Ideas, la música
ción es la verdadera impresión de donde luego pueden alcanza directamente a la Voluntad, el principio esencial
surgir los pensamientos racionales. Éstos son posterior- (nouménico) que sustenta a la creación. La música nos
mente transformados en palabras y conceptos. revela la íntima esencia del mundo en un lenguaje que la
La función de la poesía es expresar las Ideas (pla- razón no comprende.
tónicas), que son esencialmente intuitivas, por medio Motivado por el “Instinto Artístico” el músico y el poe-
del lenguaje. El poeta, asociando conceptos abstractos, ta se ven impulsados a representar la esencia del mundo
sabe precipitar la imagen intuitiva en el oyente. Si para y mostrarnos un reflejo de la realidad pura, el principio
Schopenhauer con el paso de la infancia al mundo adulto unitario del que todo mana: la Voluntad. Es así como
vamos separando la cabeza y el corazón, es decir, racio- las artes nos ayudan a conocer mediante un sistema de
nalizando cada vez más el conocimiento, la poesía tiene reflejos y emanaciones la verdadera realidad, el conoci-
como función representar la Idea del Mundo. Con la poe- miento fuera de los límites intelectuales del espacio y del
sía pasamos de los conceptos abstractos a las Ideas (pla- tiempo: la poesía mediante la intuición, como reflejo de
tónicas) que sólo se pueden percibir de forma intuitiva. las Ideas, y la música mediante el corazón, sintiendo el
La música, por otro lado, alcanzaría un grado más alto en verdadero principio del que todo emana, la Voluntad.
POESÍA

WITHMAN RIMBAUD

Consagrados
Antaño, si la memoria no me falla, mi vida era un festín
5 donde se abrían todos los corazones,
Creo en ti, alma mía, donde todos los vinos corrían.
pero el otro que yo soy no ha de humillarse ante ti, Una noche, senté a la Belleza en mis rodillas.
y tú no debes humillarte ante él. - Y la encontré amarga.
Túmbate conmigo en la hierba, deja en paz tu garganta, - Y la injurié.
no preciso palabras, ni músicas, ni versos, ni costumbres, Me he armado contra la justicia.
ni frases, aunque sean las mejores. Me he escapado. ¡Oh brujas, oh miseria, oh odio,
Sólo tu arrullo quiero, tu susurro y tu voz confidente. a vosotros ha sido confiado mi tesoro!
¿Recuerdas una clara mañana de verano? Llegué a disiparen mi espíritu toda esperanza humana.
Descansabas tu cabeza en mis rodillas He dado el salto sordo de la bestia feroz sobre toda alegría,
y te volviste dulcemente hacia mí. para estrangularla.
Abriste mi camisa junto al pecho 29
He llamado a los verdugos para, al tiempo que perecía,
buscando con tu lengua mi corazón desnudo, morder la culata de sus fusiles.
después te alzaste hasta hundirte en mi barba He invocado plagas, para ahogarme con la arena, la sangre.
tocando al mismo tiempo la punta de mis pies. La desgracia ha sido mi dios. Me he tendido en el fango.
Supe entonces, de pronto, que el saber y la paz Me he secado al aire del crimen.
sobrepujan en mucho las disputas terrenas, Y he dado buenos chascos a la locura.
y ahora sé que la mano de Dios me ha sido prometida, Y la primavera me ha traído la horrible risa del idiota.
que el espíritu de Dios es hermano del mío, Tanto es así que, hace poco,
y que todos los hombres nacidos son también mis herma- encontrándome a punto de cascar,
nos, que todas las mujeres son hermanas y amantes, he pensado en buscar la llave del antiguo banquete,
y que un solo germen de la creación es amor; en el que quizá recobraría el apetito.
Que son infinitas las hojas de los bosques La caridad es esa llave.
o las que caen marchitas, - ¡Esta inspiración muestra que he soñado!
y las negras hormigas tras las hojas y surcos, “Seguirás siendo hiena, etc...”,
y el musgo de las vallas, clama el demonio que me coronó de tan agradables adormideras.
las piedras apiladas, el saúco, “Gana la muerte con tus apetitos, y tu egoísmo,
el verbasco y el ombú. y todos los pecados capitales”.
¡Ah! Estoy harto:
- ¡Pero, querido Satán,
yo te conjuro con una pupila menos irritada!
Y mientras esperas las pequeñas cobardías retrasadas,
tú que amas en el escritor la ausencia
de facultades descriptivas o instructivas,
te aparto estas repulsivas páginas
de mi carnet de condenado.
POESÍA

Me has llamado por teléfono hace cosa de dos o tres horas:


con voz lastimosa y melancólica me has dicho
que me echas mucho de menos
y tan tranquila yo,
con tal de no hacer gala de mi característica frialdad
(y también con la idea de no hacerte daño)
te he ofrecido una respuesta idéntica.
poesía

Se me olvidó decirte en su día que,


en la distancia, yo no sé amar.
Miles y miles de kilómetros nos separan,
ahora no hay impedimento
para que yo haga de las mías, amor,
porque aborrezco la puta soledad;
sí, soy una cabrona,
mientras yo me divierto al máximo,
tú por mí lloras.

Perdóname, pero cuando colgaste el aparato,


no tardé mucho en salir a la calle
30 y liarme con dos o tres en el antro del que ya soy parroquiana habitual;
mira que me estoy soltando demasiado,
hasta me estoy liando con tías
cuando la oferta del ganado masculino no es aceptable
o hay poca calidad.

Tengo que estar muy,


muy desesperada para hacer esto,
mi vida:
yo no sé estar sola,
no te lo he dicho nunca porque sé que nunca lo comprenderás
y porque, por otro lado, cariño,
tampoco te quiero perder…

Yo te quiero mucho... pero cuando estás cerca.

Ana Patricia Moya


POESÍA

No atosigues a los perros


lobo que impide la existencia serpiente cobra
orgullo libre que emana de tus liendres
cárcel que clava en mi ombligo
tartamudez que intoxica mis dientes
estupidez que impide las caricias
vacío que explota en el paladar
muslos violados en el cuello
juegos que lloran la timidez
madres que lloran la sangre inútil
cabrón de infancia controlada
que mata mis entrañas
vómito que traga tu pestilencia
sordera que impide la palabra
locura que surge buscando orgasmos
ceguera de amapolas esnifadas
crecimiento enlutado en el meñique
risas de palizas con correa
enfermedad de quirófanos con padres
pétalos que enmudecen cantos sin esperanza

Michel Pérez Rizzi

I V 31
Las tres Palmeras Desnudos blancos
clavan su oasis verde buscan la gracia del sol
amor a la Tierra gracias por el sueño

II VI
La piedra dice La pulpa rosa
que lo ignoraba todo almíbar en las piernas
amo la vida. labios que humean

III VII
Me gustas mucho Escribir poesía
pero no estás conmigo pensando en tus manos
amor al prójimo. deseos cumplidos

IV
Río de los verdes
olor a macedonia
arena y sexo
POESÍA

UNA-NISMO MÓVIL
Uno Voy a revisar mi agenda.
UNA-NISMO No es posible tener tantos amigos,
números inservibles,
Dos residuos ocupando espacio virtual.
Desesperada necesidad. Juan Carlos, Miguel Ángel...
Místico contacto. ¿Quién es Miguel Ángel?,
Proximidad ausente, ¿algún amigo de un amigo?
jadeos incontrolados. De repente, Álex.
¿Cómo olvidar a Álex?
Tres Qué extraños son los rastros inoportunos
Cuerpo, sangre, espíritu, de las personas muertas.
tres figuras unidas “¿Borrar?”,
en una verdadera. aprieto el botón,
Aliento entecortado de “¿borrar todos los detalles?”
poesía

oraciones atropelladas, un Dudo, ante tan fría afirmación del olvido.


misterio en el Decido (“Alex borrado”), recordarlo a mi manera.
fondo de todos
los consuelos, penetrando
en lo desconocido

Verónica Moreno

32
ROJO
Fuego en tus mejillas
cada vez que te halago.
Sangre que recorre mis venas
y que por ti derramo.
Atardecer solitario
en el que me hallo.
Ira contenida
por lo mucho que te amo.
Rojo mi color
al fin y al cabo
por ser el del amor
que tanto reclamo

José Antonio Garriguet


POESÍA
Francisco Martín Cuéllar

1) En octubre del 2005 presentaste Sagrados labios ver-


des. En el mes de marzo de este año, menos de cin-
co meses desde entonces, Sonidos metálicos al sur de
Manhattan, ¿es una continuación?
No. Es muy sencillo porque estamos hablando de dos
aspectos diferentes: la publicación y la escritura.
Hace unos cinco años, iba escribiendo poemas y de
ahí surgieron tres libros: La llave de los sueños, Un
hombre iluminado y finalmente Sonidos metálicos al
sur de Manhattan, este último a raíz de mi estancia en
Nueva York, ya que seis meses después de la tragedia
soy invitado por el Instituto Cervantes de esta ciudad
a dar una conferencia sobre Alberti. Volviendo a leer-
los, me doy cuenta que ese material lo puedo fundir
y destruir, y con esas cenizas moldear un nuevo libro.
Es una mezcla de cultura entre Oriente y Occidente, el
mundo de “segunda línea” y el mundo “fantástico”. Así
nace Sagrados labios verdes, una antología de los otros
tres anteriores. Entre medias me ofrecieron la posibili-
dad de publicar Sonidos metálicos al sur de Manhattan,
pero al final salió más tarde.
de la creación. En todos mis libros, cada poema es una
2) ¿Te ves influenciado en esta antología por Poeta en historia de amor, sin sentimentalismo barato. Yo hablo
Nueva York de Lorca? de pasión, donde se deja ver el corazón; esa necesidad
Sí, es una referencia clara, pero no única. Le sucedió de escribir acerca de lo que nos sorprende o enamora
primero a Whitman, después a Lorca y más reciente- es lo que nos empuja a el verdadero conocimiento de
mente a José Hierro. No es coincidencia, esta ciudad nuestro propio interior.
te marca desde el primer momento. Cuando viajo a
Nueva York lo que menos se me ocurre es hacer un li- 4) ¿Puede el poeta esconder más de lo que siente, mostrar 33
bro sobre la ciudad y más en verso. El impacto que me sólo lo que desea con afán didáctico? (Me refiero a la
produce la Zona Cero -con ese gran vacío-, es una sen- falta de sinceridad, al miedo que causa la sensación de
sación indescriptible que se acentúa cuando entre las desnudez, a la verdad sin tapujos… a entregarse al lec-
colas interminables diviso a una joven de unos treinta tor).
años que derrama una lágrima tan cargada de tristeza La vida siempre es mucho más rica que la literatura.
que me conmueve. Me interesé por el amor, por la vida Nosotros sentimos mucho más de lo que podemos escri-
de estos personajes. Cuento mi percepción de lo que bir. Esto siempre es menos. El más genial de los poetas
veo, con sus historias, sus tragedias, en definitiva, sus del mundo sólo es capaz de expresar como mucho, el
vivencias como seres humanos. diez por ciento de lo que siente. Lo que nosotros sen-
timos, vivimos, padecemos, entre otras, es tan intenso
3) Detrás de la desesperanza, ¿cuál es el hilo conductor como difícil de expresar. En ese sentido, somos pobres
que sostiene la escritura de este poemario? porque la literatura por muy importante que llegue a
En primer lugar la necesidad vital de contar. Yo utilizo ser, jamás tutea a la vida o a la existencia; además
mucho el tema del amor, los amores como motor de la como dije antes, la poesía, o la escritura en general,
existencia. Considero que sin enamoramiento, de una nace de la necesidad por contar, por descubrirse a uno
mujer o de un objeto, no hay motor de vida. Lo que em- mismo, de ahí que jamás pueda pretenderse un afán
puja es eso, con sus complejidades, claro está, puesto didáctico a partir de nuestras propias emociones, sino
que el amor así lo es. En mí representa el cien por cien simplemente comunicar.
POESÍA
Francisco Martín Cuéllar

5) Has afirmado buenos augurios para la poesía, pero en demasiado. Se busca una literatura que no aburra al
los tiempos que vivimos donde los índices de lectura lector, sin embargo, yo prefiero una literatura que me
arrasan con sobrada mayoría desde la narrativa, ¿cómo haga pensar. Ese tipo de libros son planos, muchos có-
es posible? digos y muchas espadas, que están arrinconando a la
En el mundo de la poesía no hay tantos intereses como verdadera literatura. Pero no ello podemos despreciar a
en la novela. El poeta anda más tranquilo, que, aunque los autores, que existen, por que realmente defienden
también tiene su política, es mucho menos corrupto y crean verdadera literatura. La prueba está en que son
que la novela. Lo que siempre he querido decir, es que estos últimos los que trascienden. Pongamos por caso
queda todavía para el creador de poesía la esperanza a los hermanos Argensola, contemporáneos de Cervan-
de esa libertad de que nadie te presione. Goza de salud tes, que no tenemos más noticias de ellos que la de
por su libertad, pero últimamente se está cayendo en una calle en Madrid.
otro tipo de poesía y ésta no puede venir marcada. En
definitiva, creo que la poesía marcha bien, sin dema- 9) ¿Podrías citar alguno de esos autores que han sido
siadas presiones. Hay muchos sitios para publicar y marcados por el olvido y que sus versos han dicho mu-
eso ayuda a los poetas. Si tienes algo que decir, hay cho más que esos otros tan conocidos?
multitud de posibilidades para hacerlo. Hay poetas como Antonio Gamoneda, que ahora es
muy conocido, pero durante muchos años fue casi
6) Miguel Hernández decía que se puede hacer poesía sin despreciado, ignorado, y es uno de los grandes poe-
apenas saber escribir, aunque comúnmente se asocia tas de la generación del cincuenta. Otro caso también
la labor poética al escritor culto. muy interesante y más cercano, es el grupo Cántico.
Desde el punto de vista del fondo, sí. Pero, ¿en- La gente ni siquiera los miraba en los años 40 y 50.
tenderías que un arquitecto pudiera hacer su era otro tipo de poesía, el comienzo de la poesía so-
casa sin haber hecho la titulación?, o bien cial. A estos se les consideraba como ‘estetas’, que al
¿un médico operar una apendicitis sin haber pasado fin y al cabo es lo que se hace ahora, que no es nada
por la facultad de medicina? Es decir, hablo de forma- más que hablar de la vida, de la muerte, del amor…
ción. Para conocer los secretos o técnicas del lengua- También le paso a Góngora. El tiempo hace justicia,
je, medio necesario para hacer poesía, se suponen tus como dicen por ahí.
conocimientos sobre el mismo. No es necesario hablar
de personas cultas, pero sí ser personas que entiendan 10)Su tercera novela ya ha visto la luz, La Alquimia del
esas técnicas o esos secretos. Aunque es verdad que Unicornio, ¿se siente más seguro cuando publica poe-
hoy día hay miles de poetas que no tienen una gran sía que cuando lo hace con la novela?
formación, y ahí están sus libros que son auténticas Es verdad que soy algo novato en este tema, aunque
obras literarias. tengo publicadas dos novelas anteriores. Toda la vida
llevo escribiendo poesía. Pero no podemos caer en la
7) Venimos hablando de formación, técnica, secretos del mentira sobre el que escribe poesía no puede escri-
lenguaje… Pero para ti, lejos de tecnicismos, ¿qué bir cualquier otro tipo de género. De eso nada. Una
debe comunicar la poesía? persona que se dedica a la literatura puede cultivar
El conocimiento propio del poeta. La poesía es sinó- todos. Tu intención es crear, ahí radican los vasos co-
34 nimo de necesidad vital, el poeta siente la necesidad municantes. El escritor tiene deseo de comunicar. No
de escribir porque quiere comunicarse con el mundo. me siento ni más seguro ni menos seguro. A algunos
Cuando tú escribes, profundizas en ti mismo, en ese le gustarás como poeta y a otros le gustarás también
acto te conoces, pero surge el afán misterioso de co- como novelista.
municar, que crees que son únicos, pero son los mis-
mos que tienen los demás. Por eso la única poesía que 11)¿Podías desvelarnos algunos datos sobre La Alquimia
perdura es la que realmente comunica algo. del Unicornio?
Trata sobre el camino de la mortalidad y de la inmor-
8) Sin embargo la literatura que se ha consolidado estos talidad, realidades virtuales, fantasía, bajada a otros
días en las librerías no es precisamente la que cumple mundos... Ramón Pino, un hombre de 40 años, sufre
la labor de trasmitir un mensaje, de hacer pensar, en una crisis existencial en pleno 2005. Hace tiempo que
definitiva, y por tanto identificarse. escuchó hablar de la alquimia. Viaja hasta Londres y
La que prima hoy en día es la literatura de digestión, descubre a dos chicas que le harán llegar hasta Nicolas
la que cuenta una historia bien narrada, pero no hay Framel, alquimista del siglo XIV, del que se difunde el
literatura. La literatura es difícil de leer. Los editores rumor que sigue vivo y reside en Milán. En el fondo es
buscan el mismo tipo de lector que sienta en su casa una búsqueda del amor a través de la inmortalidad, o
a la hora de la sobremesa para ver un film. Prima la la consecución de la inmortalidad a través del amor.
literatura de ocio. Se cuentan historias, pero sin exce-
sivas dificultades estilísticas, que no produzca pensar
POESÍA
Ángel Remis

España ha sido y sigue siendo un país de contrastes. Todo hecho trae consigo una serie de circunstancias
No se puede dar vuelta de página y comenzar a escribir la que le preceden y condicionan su desarrollo. ¿Por qué
nueva Historia, sin más, cuando perduran los viejos enco- entonces esta falta de ansias de conocimiento? ¿Acaso el
nos polarizados. Quizá a fecha de hoy el distanciamiento acomodamiento vital llega a empantanar los territorios
no sea tan patente, pero es innegable que en la memoria de la Literatura? Pareciera que sí.
colectiva perdura el aliento que nos ha traído hasta aquí. La figura de Manuel Reina es crucial para comprender
No hay que olvidar que en el siglo XIX España fue a tal la eclosión de la poesía del siglo XX, no sólo porque ade-
punto enfrentada consigo misma que vio en la centuria más de poeta fue político y hasta mecenas de los inte-
tres guerras carlistas, de las que se derivaron sus propios grantes de la generación del 98, sino porque su vida anda
regímenes políticos, sociales y culturales, a caballo entre épocas, lo que le excluye de
todos ellos padres del sangriento corrientes determinadas y generaciones
episodio del siglo XX y sus con- más que conocidas.
secuencias, así como de la Para estudiar su obra nos es
pérdida de las colonias de preciso analizar su vida y las
ultramar en 1898. condiciones en que se desa-
Lamentablemente en rrolla. Manuel Francisco de
este periodo al que Asís Reina Montilla nace
nos ceñimos –el trán- en Puente Genil, Córdoba,
sito de los siglos XIX el 4 de octubre de l856,
al XX- muchas voces hijo del hacendado Ma-
quedaron perdidas nuel Reina Morales, pieza
del rigor histórico fundamental del aconte-
en medio de los de- cer futuro del poeta, ya
bates de salón y las que la figura paterna será
trasnoches de taber- modelo a seguir. El padre
na, ejemplificando una era el jefe local del Partido
vez más la mala costum- Moderado y por tanto conce-
bre de los escribas y sus jal o alcalde en la infancia de
olvidos, mermando en parte Reina. Quizá sea ésta la razón
la noción de dónde venimos y
35
principal de la decisión del poeta
hacia dónde nos es posible caminar. por el estudio del Derecho, requisito casi
Este olvido causado es mucho más pa- imprescindible para acceder a la política de la
tente en las artes que en la política, llenando las hojas época. La familia, perteneciente a la clase media-alta
en blanco de los libros de Historia postergada con tinta acomodada de la región, encauzará hacia dos ámbitos
invisible, esperando que algún día se recuperen las voces su vida. Por un lado el futuro vital que correspondía a su
perdidas en medio de la vorágine de los acontecimientos clase, por otro, la necesidad de la poesía como vehículo
sociales. Prueba de ello es la figura del poeta pontanés para desarrollar su vocación.
Manuel Reina. Tras sus primeros estudios en el internado de los esco-
¿Cómo explicar la aparición de las generaciones litera- lapios de Archidona, Reina se matricula primero en Me-
rias del primer tercio del siglo XX sin un puente conductor dicina por la Universidad de Sevilla y después por la de
que uniese la tradición realista a las vanguardias? ¿Acaso Córdoba, carrera que abandonará para cursar Derecho en
nuestra ceguera es tan grande y nuestro conformismo tan Granada y posteriormente en Madrid. A su llegada a la
colosal que aún creemos, y es más, justificamos, la gene- capital, en 1874, publicará su primer poema en la revista
ración espontánea? ‘El Bazar’, observando los últimos coletazos de la Primera
POESÍA
Ángel Remis

República mientras el padre contribuye en provincia a la y la educación. Defiende que la enseñanza elemental sea
restauración borbónica de Alfonso XIII, secundando en obligatoria para todos los españoles, en una época en que
Córdoba los proyectos de Cánovas. tres cuartas partes de la población es analfabeta, promue-
Para los primeros años de Restauración en 1877, Rei- ve la educación física de los niños en los colegios e insiste
na contrae matrimonio con Francisca de Borja Moguer en que se creen escuelas superiores de mujeres. Consigue,
Gálvez, hija única de un próspero agricultor y boyante además, la aprobación de la ley por la que se prohíbe la
hombre de negocios pontanés, y publica su primer libro mendicidad de los menores de quince años, llegándole un
de poemas, Andantes y Alegros, prologado por José Sal- retrato con la dedicatoria “Besos de Marianela y Celipín”,
vador de Salvador. Colaborando ya para entonces en La de manos de otro diputado novel, Pérez Galdós.
Ilustración Española y Americana comienza a relacionar- En 1892, después de haberse enfrentado al Gobierno de
se en Madrid con amistades pertenecientes al círculo de 1889 alineado a Gamazo dentro del Partido Liberal dividido,
autores que eran, en general, mayores que él y también donde al año siguiente cae Sagasta y con él las Cortes de
emigrantes, especialmente de Andalucía, a la capital del 1886, es obligado a renunciar, después de haber sido de-
Reino. En 1879 fallece su suegro y la mujer hereda un im- clarado vencedor por el distrito de Lucena, lo que causa el
portante patrimonio, lo que permitirá al poeta dedicarse escándalo y amenaza con motines en Puente Penil. El Par-
definitivamente a la política y a la literatura. tido denuncia el “pucherazo” ante el Congreso pero en el
A principios de 1882 Reina momento de discusión del acta
compra en Málaga la revista se disuelven las Cortes. Reina
Andalucía y la traslada a Madrid protagoniza, al parecer, un in-
con el nombre de La Diana, en tento de suicidio y su familia
el que en su primer número de le pide encarecidamente su re-
febrero firma un manifiesto de tirada de la vida política. Gra-
intenciones en el que se decla- cias a ello reanuda su creación
ra al servicio de la Restaura- literaria, durante años dismi-
ción de Alfonso XIII. La rela- nuida, reuniendo su producción
ción que nace aquí con otros dispersa desde 1878 en un libro
escritores de la época, cola- prologado por Núñez de Arce,
boradores algunos de la revis- La vida inquieta (1894), donde
ta, como Clarín, Pérez Galdós, aparece por primera vez expues-
Juan Valera, Fernández Shaw, ta la poesía que más tarde se
Salvador Rueda, entre otros, va conocerá como Modernista.
introduciendo al poeta dentro La poesía de Reina era mar-
de los círculos sociales y políti- cadamente culterana ya que el
cos madrileños donde aparece autor poseía unos conocimien-
como fiel contertulio del Bilis tos de literatura europea bas-
Club, el Café Fornos, Apolo y tante adelantados a los de sus
el Ateneo de la calle Montera. compañeros de letras contem-
36 Gracias a la calidad estética poráneos. A él debemos, ni más
y la novedad de los artículos, ni menos, la introducción de
poco a poco La Diana comienza a perfilarse como una de Baudelaire en España. Podemos observar a lo largo de su
las más novedosas revistas de la época, declarada “la niña obra tributos a figuras que consideraba base fundamental
bonita de la prensa española” por Fenanflor. de la historia de la poesía, como Rollinat, Espronceda, Mil-
El Teatro Español de Madrid representa en 1883 el monólo- ton, Byron, Heine, Musset, Leopardi, Dante, Shakespeare,
go en verso El dedal de plata, única pieza dramática publicada Garcilaso y hasta Pushkin. Es toda esta asimilación lo que
del autor. A finales de enero de 1884, casi a dos años exactos dará como resultado la creación de los primeros versos del
de andadura, La Diana, cierra definitivamente coincidiendo, y Modernismo español, seguidos después por Ramón María
quizá debido a ello, con la muerte de la joven mujer de Reina, del Valle-Inclán, Manuel Machado y Francisco Villaespesa
que lo ha dejado a cargo de tres hijos pequeños. entre tantos más; tan sepultados los de Reina bajo las
En 1886 comienza una etapa en la que centrará sus figuras harto estudiadas y bien meritorias del Modernismo
esfuerzos en la vida política siendo elegido Diputado del Hispanoamericano como las del chileno Rubén Darío, el
Congreso por la Circunscripción de Montilla, desde donde mexicano Salvador Díaz Mirón, el argentino Leopoldo Lu-
abogará por la economía, la beneficencia, las bellas artes gones, el boliviano Ricardo Jaimes Freyre, etc.
POESÍA
Ángel Remis

Será 1895 un año marcado por el reconocimiento a la poesía de Reina, siendo nombrado por unanimidad Académico
de la Academia Sevillana de Buenas Letras y también de la Academia de Ciencias y Bellas Letras de la República del
Salvador. Gracias al gran éxito de la compilación de su obra, comienza una nueva etapa de ímpetu creador con La can-
ción de las estrellas (1895); Poemas paganos (1896); Rayo de Sol, poema y otras composiciones (1897) y El jardín de los
poetas (1899).
Hasta 1903 Reina no vuelve plenamente a la vida política, al menos a la primera fila, ya que desde 1898 es reque-
rido para su postulación al Congreso por Lucena, donde pierde las elecciones frente a Vega de Armijo, siendo después
nombrado Senador por Huelva.
Para entonces Reina está muy decaído, es diabético, ha perdido casi por completo la visión y
le acompaña una marcada cojera producida por un accidente de tranvía causado
por la casi ceguera que padece. Pese a los estigmas de su cuerpo,
Reina consigue uno de sus sueños: reunir una pinacoteca
de artistas contemporáneos en la que cuelgan obras
de Sorolla, Cecilio Plá, Jiménez Aranda, Nogales,
Simonet, Manuel Domínguez, Marcelino Unce-
ta, Álvarez de Sotomayor, Moreno Carbone-
ro, Romero Barros, entre otros.
Cuando la entrada en la Real Aca-
demia era un clamor entre los escri-
tores, apoyado por Pérez Galdós y
Maura entre otros, y se disponía
a emprender un viaje por His-
panoamérica donde sus letras
siempre fueron bien acogidas
y estudiadas, muere en su
pueblo natal el 11 de mayo
de 1905. Sus hijos, como ho-
menaje póstumo, reunieron
los manuscritos sin publicar y
editaron su último libro, Robles
de la selva sagrada.
Es encomiable la labor desarrollada en
el complejo estudio de la figura de Manuel Reina
por Santiago Reina López en su libro Manuel Reina:
Catalogación completa de su obra. Análisis de su poesía
en el tránsito al Modernismo, fuente primera que constituye
el esqueleto de este ensayo y sin la cual el conocimiento de
la obra del poeta sería aún más complicada a las generaciones
venideras ya que permanece aún hoy relegado y casi desco-
nocido. Es triste reconocer que uno de los abanderados del
Modernismo español sin el cual seguramente el curso de la 37
poesía del siglo XX habría tomado un camino distinto, no
haya sido elevado al puesto que se merece, en honor de
una ganada justicia, aunque sea tardía.
POESÍA VISUAL

LA COMPAÑIA
poesía
visual

JOAN BROSA

38 Oda a Marx, 1983


POESÍA VISUAL

JOSÉ MARÍA ÁVILA

VERÓNICA MORENO

Invertida
poesía
visual

39
TEATRO
Ricardo de Luis García de la Rosa, Santiago Echeverría Berdayes

- Nuestro español bosteza


¿Es hambre? ¿Sueño? ¿Hastío?
Doctor, ¿tendrá el estómago vacío?
- El vacío es más bien en la cabeza.
La honda voz de Alfonso Sastre nos despierta en
Antonio Machado
sus Notas para una sonata en mi (menor): “Vivimos
Quizá debamos la pobreza en creación teatral al
los escritores de teatro por debajo del mínimo desea-
énfasis en la revitalización de textos considerados
ble. Los directores de hoy se están dedicando a Lor-
clásicos, que ha dado como resultado una crisis en
ca y Valle-Inclán. Van retrasados en relación con la
la producción de textos dramáticos. Para dar res-
literatura dramática. Nosotros estamos escribiendo
puesta al por qué en la actualidad la mayoría de las
para un teatro futuro”.
representaciones corresponden a obras de autores,
¿Qué sucede en el panorama del teatro actual?
fallecidos ya todos ellos, debemos primero analizar
Bien expresa Alfonso Sastre, no sólo para los drama-
el acontecer histórico del último siglo. El mundo es
turgos, sino para el público conciente en general, el
un gran teatro y el teatro es el arte más adecuado
sentimiento que acompaña al análisis del mundo de
para representar la vida, reflejo de los hechos donde
la escena en España.
se desarrolla.
Hay que recordar primero a una de las rocas que
cimientan el penúltimo desarrollo del teatro espa-
ñol. Nos referimos al otro genio manco, el multifa-
cético gallego Ramón María del Valle-Inclán. Gracias
a su despego de cualquier planteamiento comercial
en la creación de sus obras, nos legó un teatro inno-
vador, crítico, profundamente original en el que las
tablas son un espejo de la realidad, pero en este caso
un espejo deformante; el llamado Esperpento, con
el que vino a revitalizar con su culminante Moder-
nismo las aguas anegadas del Romanticismo espa-
ñol que no pasó de ser un movimiento arrebatado,
con apenas quince años de presencia en el teatro. La
guerra de Independencia y el posterior absolutismo
40 de Fernando VII retrasaron la aparición de un movi-
miento que tenía tintes altamente revolucionarios,
quedando así pausada su evolución hasta la llegada
del pontevedrés.
Orgullo inflama nuestros corazones al recordar la
compañía de Margarita Xirgu, de raza casi extinta,
que estuvo dispuesta a jugarse el dinero y el prestigio
en el descubrimiento de nuevos autores y en innova-
ciones estéticas. Excepcionales son hoy los casos de
producciones que prolongan este modelo. Idéntico
Título: “Pedro Petrificado”
TEATRO
Ricardo de Luis García de la Rosa, Santiago Echeverría Berdayes

sentimiento merece El Búho de Max Aub y La Barraca de silenciado y postergado,


Eduardo Ugarte y García Lorca, donde el principal pro- hallando muchas veces
pósito fue llevar a los lugares más arcaicos y alejados el sus estrenos clausurados.
gran teatro de los autores clásicos occidentales. Era un Fernando Arrabal, mien-
teatro de urgencia cultural que recorrió la Península Ibéri- tras tanto, autoexiliado en
ca testimoniando con creces la validez social y cultural de Francia desde 1957, crean-
su misión escénica. García Lorca explicaba: “el verdadero do el teatro pánico y vol-
público de nuestro teatro está en los extremos: las cla- viendo de vez en cuando
ses cultas de universitarios de formación artística, por un su dolorida mirada hacia España.
lado, y el pueblo más pobre, incontaminado, virgen y fér- En las postrimerías del franquismo, desde la
til a los picotazos del dolor y a las caricias de la gracia”. década de 1960 hasta la caída del régimen, los
A la llegada del episodio más sangriento de nuestro grupos independientes contribuyeron a dinami-
siglo, quedó nuevamente truncada toda vía de desarro- zar la vida teatral española, de donde surgen y
llo normal para nuestro teatro. La censura significó, de se nutren figuras como Miguel Narros, Nuria
una parte, la castración de la naturalidad del lenguaje y la Espert o Lluís Pasqual; directores de los teatros
amputación de lo que realmente se deseaba trasmitir; de nacionales posteriormente, recuperando en sus
otra, el dinamismo de la inventiva para saltar por encima programaciones a los autores del 98 y de princi-
de sus barreras. pios de siglo, como Lorca o Valle-Inclán.
Miguel Mihura escribió en 1932 Tres sombreros de Llegados a este punto pareciera que el tiempo
copa, que no se representó hasta veinte años después, para con el teatro se detiene en un eterno coti-
época en que el teatro del absurdo emergía como voz com- diano y su acontecer se embarca en la deliciosa
bativa contra el acomodamiento realista en el resto de Eu- balsa de la contemplación, sin apenas intentar
ropa. Mientras tanto, nuevamente el Teatro Universitario promover nuevos cambios, a excepción de unos
clamaba por ser escuchado. Allí encontramos a Sastre cuantos ejemplos, como La Fura dels Baus, que
en la lectura de su bando de intenciones se pre-
senta como “organización delictiva dentro del
panorama actual del arte”.
Habrá que agradecer la honradez y la gracia
que nos regalan con estas palabras, pero más
allá queda la lectura profundísima de sus actos,
que a través de sus montajes nos demuestran
que en el teatro es posible añadir elementos
evolutivos como la inclusión de la fotografía,
el vídeo o la pintura, acompañado de la inte-
racción con el público, vivificándolo. Cuestio-
nándonos en cada nueva representación hasta
dónde llegan, o se separan, las fronteras entre
teatro y espectáculo.
Es cierto que no en todos los textos llevados
a escena pululan los gusanos de la putrefacción,
o el amarillento del papel envejecido, para los
más susceptibles. Pero, ¿de quién hablamos?
Tan sólo tenemos algunos ejemplos de produc-
ción que, cíclicos como las reencarnaciones en
la filosofía budista, cambian de nombre pero 41
no perduran cuando la miseria se presenta in-
dómita, encarnada en facturas impagables, o,
por el contrario, su alter-ego el poderoso caba-
llero Don Dinero toca a las puertas de los va-
lientes encalando su memoria con la blancura
del vacío.
TEATRO
Ricardo de Luis García de la Rosa, Santiago Echeverría Berdayes

Una vez rescatada la memoria, harto meritoria,


de los grandes maestros postergados durante el os-
curantismo vestido de uniformidad marcial no sólo
en las telas, las ansias de escuchar las nuevas voces
que conduzcan los sentimientos de esta generación,
tan lejana ya a los planteamientos decimonónicos
de nuestros antecesores, crecen a la par de la inci-
piente desilusión causada por la falta de efectivos
referentes. Podemos entender ahora, por ejemplo, lo
sucedido con Casona a su vuelta del exilio america-
no en 1962, cuando, quizá, los nuevos hijos venidos
después de la guerra esperaban encontrar en su tea-
tro ese acto que levantara el telón de la esperanza,
doblegada por el yugo y las flechas, quedando final-
mente desencantados por esa otra historia, la de la
derrota inexorable.
¿Somos nosotros, los favorecidos por el Estado
del Bienestar Occidental, los que desviamos la mira-
da para no enfrentarnos a esas voluntades que cla-
man desde su ser más profundo para mostrarnos la
realidad doliente que nos rodea? ¿Qué credibilidad
tienen entonces las voces agoreras que presagian la
nulidad del pensamiento crítico en el teatro? ¿Hasta
cuándo desearemos, nosotros pueblo, abanderados
estridentes del acontecer diario, vernos observados
en las arenas desnudas de nuestro Circo y aceptar
esa otra visión verdadera, no deformada por place-
bos, de nuestras lacras?
Lamentablemente tenemos la concepción de que
el teatro es un entretenimiento para un público
burgués que acude a hacer gala de abrigos y sonri-
sas a las puertas de los santuarios de la actuación,
haciendo exuberante muestra de la etimología del
griego Theatrón, “lugar para contemplar”; sólo que
esta vez para ser contemplados. Tal vez no estemos
muy equivocados si nos dejamos llevar por las apa-
riencias, pero si realmente nos atrevemos a criticar,
antes debemos asumir el papel que nos corresponde
y nos da crédito: promoviendo; y nuestro trabajo,
antes que encasillar un arte, convendría ser perder-
le el respeto, en el mejor de los sentidos, es decir,
acudiendo al teatro como se va al cine, sin tantas
ceremonias, para asimilar, ahora sí, toda la esencia
que entraña y trasmite si entregamos plenamente
42 nuestros sentidos.

Título: Vade Retro


TEATRO

El VERSO hecho TEATRO

La obra en verso, El Dedal de plata, de Manuel Reina, se repre-

sentó en su ciudad natal, Puente Genil, con motivo del 150 aniversario

de su nacimiento, bajo la dirección del cordobés José Antonio Ortiz, y

con la interpretación de Carmen Rey.

La puesta en escena fue arriesgada, ya que desde su estreno en el Tea-

tro Español de Madrid en 1883 no había sido llevada nuevamente al

teatro. La novedosa creatividad, entendiéndose de un monólogo en verso,

por parte del director, así como la seria interpretación de Carmen Rey,

todo sentimiento, dejó a los presentes entusiasmados con la plasticidad

de la acción.

ofrece estas páginas a las obras de los autores noveles que guardan sus escritos en las profundida-
des de los cajones por la desesperanza que imprime un medio tan competitivo y feroz. Queremos convertirnos en
puente entre el autor y el público, sin los condicionamientos propios de una determinada línea editorial; es por 43
ello que lanzamos la invitación a los lectores para que participen con nosotros enviándonos sus textos (cuento,
poesía y poesía visual).
Correo electrónico: edicioncafeconletras@gmail.com
Correo Postal: C/. Escritor Rafael Pavón, 3 - 14007 CóRDOBA - Andalucía - España
TEATRO
José Antonio Rojano Mora

Este pequeño espacio se abre libre en sí mismo para dar voz a los jóvenes autores teatrales españoles. A con-
tinuación reflejamos las consideraciones propias del dramaturgo Antonio Rojano Mora (Córdoba, 1982), Premio
Nacional de Teatro Calderón de la Barca 2005, Premio Marqués de Bradomín 2006 y Ganador del VIII Concurso
Bianual de Jóvenes Autores Miguel Romero Esteo para la joven dramaturgia andaluza (2006).

“A través del teatro no se expre- najes que se mueven por impulsos a veces ilógicos
san sólo los creadores sino la so- o antinaturales contra ellos mismos. Personajes que
ciedad contemporánea.” Así nos tradicionalmente no salen bien parados, aunque
recordaba el dramaturgo mexicano ellos siguen luchando, siguen intentándolo. Otros,
Víctor Hugo Rascón -en su mensa- a veces, no hacen nada por remediar su situación
je del Día Mundial del Teatro- uno de los pilares bá- y se dejan llevar como épicos luchadores estáticos.
sicos sobre los que el teatro actual debe sustentarse. Todos son hombres de un universo global al que per-
La escena no es sólo un coto privado para artistas, tenecemos. Son miembros de una sociedad por más
escritores o directores de escena; es un espacio, ante espacio vacío que exista entre ellos. Hombres que
todo, donde la sociedad debe mostrarse tal y como pertenecen a nuestro tiempo.
en realidad es, sin máscaras y en paños menores.
No hay que hacer un teatro diferente, hay que hacer
teatro.
Para comprender la importancia actual que debe
cobrar la temática social en el teatro moderno tan
sólo debemos recordar algunas ideas que diferencian
a la literatura dramática de los otros géneros (poesía,
narrativa, ensayo). El acto teatral se realiza ante una
audiencia. El público asiste a una reunión concerta-
da. El individuo se transforma en comunidad en el
patio de butacas. La sociedad asiste a la llamada. Por
ello el texto dramático tiene la prioridad de expresar
y contar aquello que ocurre en la sociedad, aquello
de lo que adolece, mostrar sus miserias, desnudarla.
Pero, ¿quiere el hombre del siglo XXI, el hombre del
progreso y de la tecnología, conocer de la boca de un
comediante qué es lo que hace mal? ¿Quiere el pú-
blico saber toda la verdad? Quizá sea esa la labor de
los hacedores de teatro: utilizar al hombre contem-
poráneo para enseñar al hombre contemporáneo.
Ésta siempre ha sido una de las normas obligadas
en mi teatro. Las dos últimas piezas dramáticas que
he escrito, Sueños de arena (Centro de Documenta-
ción Teatral, Ministerio de Cultura, Madrid, 2006.)
44 y La decadencia en Varsovia, tratan de individuos
que todos podemos reconocer, hombres con los que
nos hemos cruzado alguna vez en la calle, en un bar
o en la puerta de al lado de casa. Todos son persona-
jes sin rumbo, atrapados, al borde de estallar. Perso-
A TÍTULO PERSONAL

DEMIAN EL HOMBRE ACECHA


Historia de la juventud Versos que lamentan
de Emil Sinclair un mundo inhumano
Hermann Hesse Miguel Hernández

“Mi historia no es agradable, no es suave ni armo- El mundo puede resultar mágico, no para quien lo
niosa como las historias inventadas; sabe a insensa- vive como tal, sino para quien espera en él libertad,
tez y a confusión, a locura y a sueño, como la vida sueño incomprensible para los que creen tener lo
de todos los hombres que no quieren mentirse más más permisible de la vida: el amor. Así está el poeta,
a sí mismos... Hoy sé que ya muy bien que nada en marcado por lo más puro y sustancial de ese senti-
el Mundo repugna tanto al hombre como seguir el miento, enseñando la necesidad vital y existencial
camino que ha de conducirle a sí mismo”. En estas de cambiar lo que le encierra. Es libre, se siente libre,
breves líneas de la novela Demian o Historia de la más que ninguno, pero casi abatido por la intrínseca
juventud de Emil Sinclair del maestro Hermann He- descortesía del hombre, por la falta -e ignorante- sa-
sse (1877 – 1962) podría resumirse la obra. piencia de un sentir devastado por la empatía propia
Como reza el subtítulo, esta es la narración de de la época.
la juventud de Emil Sinclair, o más bien de su tran- En este libro, Miguel Hernández desvela la apatía
sición de la pubertad a la adultez. Un proceso de inmunda de los hombres de servirse a sí mismos
crecimiento y forja individual y consciente de la como fieras ante la pasividad descomunal de lo que
personalidad definitiva fuera de la monotonía gene- acontece: dolor, muerte… No sólo hay que ahondar
racional, donde los procesos sociales europeos que en la maestría de sus versos para comprobar la fra-
culminarán en la Gran Guerra (1914-1919) lleva- gancia sublime de lo que él respira en ese tiempo,
rán a nuestro protagonista a hacerse a sí mismo, no sino en la copiosa virtud de la celebérrima y perdida
siempre sin dolor, a base de renunciar a verdades sinceridad, olvidada por muchos en aquellos años
incuestionables de guerra. La desnudez del poeta se abre al lado más
En este proceso Emil Sinclair conocerá a Max De- humano y menos metafórico, pero porque enseña
mian, luz e ímpetu, verdad y conocimiento, quien le la endogamia perfecta de ese sentir que habita en
descubre su propia luz interior y le enseñará a enca- sus días. Poesía pura y sustancial, vital y existencial,
minar su fuerza personal para elevarse más allá de como el amor.
las incógnitas que alguna vez pudieron aterrarle de El hombre acecha es la crudeza latente de un sen-
tan solo pensarlas. timiento postergado a la desolación insana y mal-
En la novela se percibe la clara influencia de la obra trecha de la ruin soledad que sufre el mismo poeta,
del psiquiatra suizo Carl Jung, al que Hesse descu- pero con la esperanza de que los hombres algún día
brió en el curso de su propio, aunque breve, psicoa- sepan ver un mundo mágico, y no de fieras alocadas
nálisis. La lucha por la verdad tendrá que salvar los ansiosas de atrapar a la presa más débil, algo muy
aterradores pozos de las conformidades asentadas apropiado en nuestra era.
en el inconsciente colectivo para erigir los nuevos ci- El libro se compone de 19 poemas. El más corto
mientos del individuo y de la nueva sociedad que ya es de 14 versos, mientras que el más largo está com-
no cree en nada. “(La guerra) revelará la miseria de puesto de 144. En total, el poemario contiene 993
los ideales actuales y obligarán a derrocar toda una versos.
serie de dioses de la edad de Piedra. Este mundo, tal
y como es, quiere morirse y se hundirá”. M. Cuéllar
Definitivamente una obra excepcional donde sólo
algunos sabrán reconocer y reconocerse en el “estig-
ma de Caín”.

Ángel Manuel Remis Saucedo 45


A TÍTULO PERSONAL

LA CASA DE LAS MEMORIAS


BELLAS DE IDHÚN
La resistencia
DURMIENTES Laura Gallego García
Yasunari Kawabata

Es difícil intentar clarificar la personalidad de De la escritora Laura Gallego García, aquí tene-
Kawabata (1899-1972), de la cual se desprende el sen- mos el primero de los libros de una saga que te su-
tido de la pérdida y del pesar que funcionan en su escri- merge en un mundo de fantasía que se compagina
tura. Quizá el desconsuelo sea el nexo común entre su con la realidad. Fue escrito cuando todavía contaba
literatura y su vida, marcada por la orfandad temprana. con 15 años y poco a poco ha ido recreando un uni-
Él mismo definió su obra como un intento de hallar la verso lleno de detalles y color. El primer título rela-
armonía entre el hombre, la naturaleza y el vacío. ta cómo un grupo de jóvenes exiliados lucha, desde
Tras encabezar importantes movimientos culturales nuestro planeta, contra una fuerza enemiga que ha
del Japón, como el grupo de los neosensacionistas de tomado su mundo. Para ello contarán con la ayuda
su juventud universitaria, es condecorado por la aca- de la magia y la espada. Además de combatir contra
demia sueca con el Nobel de literatura en 1968. Bien el enemigo y defender a los exiliados, van a la bús-
es sabido que el consagrado premio no siempre ha sido queda de un dragón y un unicornio, que pueden ser
sincero baluarte cultural, si recordamos que Churchill la llave que les abra las puertas de su mundo y con-
lo recibió, por ejemplo. El mismo Kawabata en su dis- seguir así hacer realidad la profecía referida a ellos.
curso de agradecimiento titulado Del hermoso Japón, Desde el primer momento te embarcas en una
su yo, recuerda el suicidio de escritores anteriores a él aventura trepidante donde poco a poco ves evolu-
que consideraba de mayor importancia para la conce- cionar a los personajes y descubres la trama que los
sión de tal honor, pero que habían cumplido ya el noble envuelve.
ritual cuando en 1968 el mundo occidental pretendió Muy interesante y divertido, a mi parecer, para
agraciarse con el Japón renovado de la II Guerra. todo aquel que guste de la fantasía y tenga ganas de
La Casa de las Bellas Durmientes es el relato del vie- pasar un buen rato con un libro que te hipnotiza de
jo Eguchi que accede a un mundo oculto y vedado lleno principio a fin, haciendo que en cuanto lo acabas
de prohibiciones, pues en esta casa tan sólo es posi- quieras leer la siguiente parte.
ble dormir junto a hermosas adolescentes sedadas, sin Aquí os dejo la sinopsis:
oportunidad para intentar nada más como le advierte la El día en que se produjo en Idhún la conjunción
mujer de la posada: “No debía hacer nada de mal gus- astral de los tres soles y las tres lunas, Ashran el Ni-
to… no debía poner el dedo en la boca de la muchacha gromante se hizo con el poder en aquel planeta. En
dormida ni intentar nada parecido”. nuestro mundo, un guerrero y un mago exiliados de
A través de las progresivas visitas a esta casa, poco Idhún han formado la Resistencia, a la que pertene-
a poco el protagonista va recordando sus años de ju- cen también Jack y Victoria, dos adolescentes naci-
ventud gracias a los olores, al tacto, a las posturas de la dos en la Tierra. El objetivo del grupo es acabar con
jóvenes que duermen a su lado, y queda en el gusto del el reinado de las Serpientes Aladas, pero Kirtash, un
lector el sentimiento de añoranza de los años pasados, joven y despiadado asesino, enviado por Ashran a la
como tan bien trasmite Kawabata en las descripciones Tierra, no se lo va a permitir.
de los sentimientos y recuerdos de Eguchi al combinar
una refinada estética japonesa con narrativa y erotismo José Antonio Garriguet Carmona
psicológicos.
Bien se pregunta Vargas Llosa cuánto se habrá per-
Kawabata, al igual que Akutawa y Mishima, entre
dido en el trasiego de los signos originales a los recios
tantos más, como si se tratase de una tradición que no
vocablos españoles, cuántos matices, alusiones, perfu-
pudiese ignorar, terminó por suicidarse inhalando gas
mes, referencias o mensajes. Seguramente se nos esca-
en su residencia de Zushi el 16 de abril de 1972. Él no
46 parán muchos para poder comprender la totalidad de la
dejó ninguna nota.
obra desde una perspectiva occidental, pero quizá sea
eso lo que la lectura de esta obra magistral nos impulsa
Santiago Echeverría Berdayes
a imaginar.
BIOGRAFÍA
Ana Patricia Moya R.

Su madre, Paulette, se llamaba en realidad María


“En realidad, mis voces, mi inspiración, de los Dolores Amor Escandón y nació en 1913 en
son las voces de la calle, la vida diaria, lo París, hija de una familia porfiriana exiliada tras la
que nos pasa todas las mañanas, todas las caída de la dictadura en México gracias a la revolu-
tardes y las noches. Yo creo que todos te- ción de 1910. En París se casó con otro exiliado, el
nemos un fondo de tristeza de lo que no lo- heredero de la corona polaca Jean Joseph Evremont
gramos. En el fondo del alma o del espíritu Poniatowski Sperry, y como fruto de esa unión nació
Hélène Elizabeth Louise Amélie Paula Dolores Po-
tenemos un lugar donde los pensamientos
niatowska Amor en el año 1932, heredera del título
duelen mucho, donde hay tristezas que no de Princesa de Polonia. A los nueve años de edad se
decimos a nadie, pensamientos de fracaso traslada a la tierra de la familia materna con motivo
que tampoco comunicamos”. de la Segunda Guerra Mundial. Su padre combatió
alistado en el ejército francés y se reencontró con la
Estas son las palabras de la mexicana Elena Po- familia al finalizar la contienda. Elena fue enviada
niatowska sobre el origen de su inspiración: la ca- a un colegio religioso de EEUU en 1949, del cual
lle, lugar donde halla seres anónimos cargados de regresó a México en 1952 y, aunque estaba destina-
historias y lamentos. Esta polifacética escritora se da a casarse con un príncipe europeo, ella rechazó
encarga de poner voz a esos personajes que muy po- la imposición negándose a contraer matrimonio por
cos escritores desean expresar en las páginas de sus
obras; merecen una atención destacada las mujeres,
puesto que analiza con precisión el papel marginal
de las mismas en una sociedad machista que hoy,
por desgracia, sigue imponiéndose. En muchas de
sus obras nos podemos encontrar personajes feme-
ninos de todo tipo: mujeres extraordinarias, mujeres
que aman con pasión o mujeres osadas que se ha-
cen valer con la fuerza de su voluntad. Elena Ponia-
towska es una de las escritoras más completas del
mundo de la literatura femenina; ha tocado todos
los géneros literarios (la novela, el cuento, la poesía,
el ensayo) y también se ha interesado por cuestio-
nes políticas, sociales y culturales. Su obra ha sido
traducida a una decena de idiomas, ha sido incluida
en diversas antologías y ha obtenido numerosos pre-
mios nacionales e internacionales por su labor na-
rrativa (entre ellos, el Premio Mazatlán, el Nacional
de Periodismo, el Nacional Juchimán, el Alfaguara
de novela, el Nacional de las Ciencias y las Artes…).
Tal y como expresa la propia Poniatowska, ella es
esencialmente periodista, si bien esta carrera fue el
punto de partida de su vocación como literata. En
España ha dejado de ser una desconocida, pues ya
se han publicado tres obras suyas: La Piel del Cielo,
Lilus Kikus y La Flor de Lis.
BIOGRAFÍA
Ana Patricia Moya R.

motivos ideológicos y políticos. Ha trabajado para


gran cantidad de publicaciones y es cofundadora del
periódico La Jornada. También ha sido profesora de
Poniatowska es el ejemplo
literatura y periodismo, se ha encargado de dirigir ta- de la escritora comprometida
lleres literarios de donde han salido las nuevas voces
de la literatura mexicana e incluso ha dirigido cortos con las circunstancias de su
cinematográficos. Además de dar conferencias en
prestigiosas universidades, ha sido nombrada Doc-
tierra y de su tiempo
tora Honoris Causa por las Universidad Nacional
Autónoma de México, la de Mazatlán, Toluca, Co-
contada a través de cartas inventadas por la autora;
lumbia y Florida. En la actualidad tiene tres hijos,
pero es una historia amarga, ya que la artista le de-
vive en la ciudad de Chimalistac y sigue dedicándose
dicaba palabras y Diego nunca respondía a sus de-
a la escritura.
mandas de amor. De noches vienes (1979) es una
Su producción narrativa es abundante. En el
colección de cuentos, relatos y reflexiones en torno a
2001 consiguió el premio Alfaguara de Novela con
las relaciones entre los sexos y las clases de América
La Piel del Cielo, la historia de Lorenzo de Tena, un
Latina. Fuerte es el Silencio (1980) es una obra que
hombre con talento para la astronomía que tiene
reconstruye los hechos más destacados de la historia
que enfrentarse contra la burocracia, las desigual-
de México. La Flor de Lis (1988) relata la vida de una
dades sociales y la política; el protagonista también
mujer de clase acomodada que se ve inmersa en las
descubrirá la cara oculta de las personas, la de las
desgracias de la Segunda Guerra Mundial y donde
pasiones y los sentimientos. De 1997 data Paseo de
se puede observar ciertas referencias biográficas con
la Reforma, una novela que habla de los contrastes
Poniatowska.
sociales de México y cuya protagonista femenina es
Tinísima (1992) es una investigación novelada de
Amaya Chacel, mujer fuerte y decidida que lucha
la fotógrafa Tina Modotti, conocida por sus relacio-
por resolver los problemas de la baja sociedad. La
nes amorosas con Diego Rivera; gracias a esta obra
noche de Tlaltelolco (1970) supuso la nominación a
consiguió, de nuevo, el Premio Mazatlán. También
otro importante premio literario, el Xavier de Villau-
ha escrito Lilus Kikus (1955), su primera novela de
rrutia, si bien fue rechazado por la autora. El libro
cuentos; Nada, nadie: las voces del temblor (1988)
narra los testimonios de las rebeliones estudianti-
y Todo empezó en Domingo (1960), obra donde co-
les de 1968; no se trata de una novela, sino de una
labora el socialista Alberto Beltrán y donde se mani-
compilación de testimonios (transcritos de manera
fiesta ya el compromiso con México.
textual). Es una de las obras más realistas y crudas
Poniatowska es el ejemplo de la escritora compro-
de Poniatowska, que recoge en dichos testimonios
metida con las circunstancias de su tierra y de su
las impresiones de los implicados en esos trágicos
tiempo, es también la que otorga voz a esas mujeres
acontecimientos de la tarde del dos de octubre de
que no pueden hacerse escuchar por su condición o
ese año y que fueron consecuencia de la represión
género. Sin duda, una autora completísima por la
del propio gobierno mexicano. Hasta no verte, Jesús
que vale la pena acercarse a su literatura.
Mío (1969) es una historia con dos protagonistas: la
propia Elena y Josefina Borquez, una planchadora a
la que conoció en una azotea de la calle Revillagi-
gedo y cuyas vivencias son escuchadas por la auto-
ra con especial interés; la obra es un viaje hacía el
mundo que les rodea a ambas, un mundo salpicado
de recuerdos, de historias llenas de fatiga, dolor y
cansancio, pero también cargadas de firmeza y de-
terminación. Es una forma de reflejar la fortaleza de
la mujer a través de las pésimas circunstancias del
pasado. Con esta novela ganó el prestigioso Premio
Mazatlán de Novela. En Querido Diego, te abraza
Quiela y otros cuentos (1984), se centra en la apa-
sionada relación de más de diez años que existió en-
48 tre la pintora rusa Angelina Beloff y Diego Rivera,

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