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2014/03/03

EKONOMIA | ANÁLISIS | Dilución del capital social

EKAI CENTER

KUTXABANK: EUROPA NO NOS OBLIGA

Los autores del análisis entran en pleno debate sobre la campaña destinada a la
dilución del capital social de Kutxabank por parte de su presidente y afirman que
«resulta evidente que nos encontramos ante una campaña obsesivamente dirigida a
hacer recaer sobre Europa el coste político»

EKAI GROUP

Desatada la campaña destinada a la dilución del capital de Kutxabank por parte de su


Presidente, el aluvión de mensajes mediáticos destinados a justificar este proceso en base a
que “Europa nos obliga” o “la normativa nos obliga” parece constante.

Ejemplos extraídos exclusivamente de los diarios del domingo 23 de febrero:

.. “Kutxabank y sus cajas se enfrentan a la gran revolución IMPUESTA POR LA TROIKA”


(Titular del DIARIO VASCO)

.. “LA TROIKA HA IMPUESTO como contrapunto al salvamento QUE LAS CAJAS


DESAPAREZCAN” (DEIA)

.. “Kutxabank seguirá EL DICTADO DE DRAGHI” (Titular de EL CORREO)

.. “El PNV se arma de “realismo” para asumir que Kutxabank seguirá EL DICTADO DE
DRAGHI” (Titular de EL CORREO)

.. “EUROPA EMPUJA A LA ENTIDAD A UN CAMBIO HISTÓRICO Y RADICAL” (Titular de


EL CORREO)

.. “LA TROIKA HA IMPUESTO DURAS CONDICIONES, sin discriminar entre las bien y las
mal gestionadas” (EL CORREO)
Como vemos, resulta evidente que nos encontramos ante una estrategia obsesivamente
dirigida a hacer recaer sobre Europa el coste político de una decisión de la que sólo es
responsable un pequeño grupo de personas del entorno de la Presidencia de Kutxabank.

Por supuesto, se trata de la estrategia básica seguida por los impulsores de la bancarización
de las cajas de ahorros vascas desde 2011 y, por lo tanto, no es sorprendente. Desde el
principio, los mensajes sobre que “el Banco de España nos obliga”, “Europa nos obliga”, etc.
han sido permanentes.

Y ha sido también bastante evidente que la estrategia de los promotores de la bancarización


ha estado desde el principio destinada precisamente a conseguir un marco normativo que
pudiera después utilizarse como argumento para justificar “que no tenemos más remedio”.

Europa no nos obliga. Ni nos obliga ni puede obligarnos a diluir nuestro capital. ¿Cómo va a
hacer semejante cosa con una entidad financiera sana? ¿Por una extraña obsesión contra las
cajas de ahorros? Recordemos que ésta es una obsesión española y no una obsesión
europea.

Las cajas de ahorros son en Europa un interlocutor admitido, reconocido y respetado. Su


posicionamiento ante la crisis y su reacción frente a la misma han sido –con la excepción
española- sustancialmente mejores que los de la banca privada.

Ni la Unión Europea ni el Eurogrupo han decidido nunca nada en contra de las cajas de
ahorros. Ni pueden hacerlo cuando, como decimos, estas entidades financieras están
perfectamente asentadas y legitimadas en los principales países europeos.

Cuando se intenta concretar, el único argumento que podría utilizarse al respecto es el


contenido del Memorandum of Understanding firmado entre el gobierno español y el
Eurogrupo, en el que en absoluto se cuestionan las cajas de ahorros sino que, al contrario, se
cuestiona exclusivamente la bancarización de las mismas.

A partir de dicho Memorándum, es la propia gestión de la Presidencia de Kutxabank,


promotora y líder del proceso de bancarización y dilución del capital, la única responsable de
la negociación con el Banco de España y el Gobierno Central destinada a negociar la
concreción de aquel Memorándum. Desde luego, a nadie le sorprende que, con este tipo de
representación, el resultado sea el que es.

La responsabilidad de los obstáculos normativos actuales recae, de forma muy directa, sobre
la Presidencia de Kutxabank y también –lógicamente- sobre los que le han mantenido como
negociador en un proceso en el que era parte directamente interesada y con intereses
radicalmente contrarios a la defensa institucional de las cajas de ahorros.

Desde luego, en ningún caso es responsabilidad ni del Eurogrupo ni de la Unión Europea.

Así y todo, el conjunto de esfuerzos desplegados para hacer recaer sobre Europa la
responsabilidad de que iniciemos un proceso de dilución de la titularidad de Kutxabank ha
resultado un fracaso. A pesar de dichos esfuerzos, sigue habiendo no uno sino varios
caminos abiertos para hacer innecesaria cualquier entrada de capital externo y asegurar así
el enraizamiento de Kutxabank y de nuestras cajas y su compromiso con nuestro tejido
productivo. Por supuesto, para desarrollarlos necesitamos personas que realmente apuesten
por ello y no ser representados por ejecutivos que dediquen su tiempo y esfuerzos a intentar
boicotear cualquier salida distinta de la dilución del capital y la entrada de nuevos inversores,
como ha venido sucediendo hasta ahora.

Digámoslo claramente. Nadie. Ni el Banco de España ni el Gobierno Central ni el Eurogrupo


ni la Unión Europea son capaces de destruir una entidad financiera sana como se está
pretendiendo con Kutxabank. Por supuesto, siempre que esa entidad se defienda. Y esto
último es precisamente lo que está en duda.

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