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la plena felicidad. No lo olvidis; nadie ms que el hombre puede ser su propio salvador,
nadie ms; por eso el Cab. : Rosa Cruz funda en la potencia divina que lleva en s mismo,
su esperanza.
5.- Por lo tanto, t, hermano mo, aprende esto bien: en ti mismo est la esperanza de tu
dicha; tienes las ms valiosas herramientas para labrarla: tu msculo, tu cerebro, tu corazn,
que debes conservar en plenitud de fortaleza y rectitud. Defiende tus herramientas ante todo y
contra todo, nadie lo har por ti. Tu cuerpo es el mecanismo que te permite disfrutar de la
alegra, de la belleza y del bienestar de la vida; presrvalo, consrvalo, malo como a tu
propia madre; solo su equilibrio y fortaleza permiten que se manifieste tu propio espritu, y
nadie mas que tu puede y debe cuidar de l. Iguales a ti, con los mismos atributos y los
mismos dones, estn ah todos los hombres, nuestros hermanos, santuarios de Dios, partes del
Dios Eterno, a quien debemos honrar y amar.
ES CUANTO
EN EL VALLE DE MONTERREY N.L.
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