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IMPUGNACIÓN DEL II CONGRESO NACIONAL DEL FRENTE SINDICAL OBRERO DE CANARIAS

A la atención de el Comité Insular del Frente Sindical Obrero de Canarias FSOC.


Calle Avda. de Canarias, 131, 3º, locales 16-17, CP: 35.110, Vecindario (Santa
Lucía de Tirajana). Teléfonos: 928 75 15 69 - 637 868 181 Fax: 928 79 24 24 -
s.o.c.v@terra.es

-A las y los miembros de pleno derecho del Consejo Nacional del FSOC y
de su Comisión Nacional de Garantías.
-
A las y los compañeros designados como “Delegadas/os” electos del
ahora impugnado II Congreso Nacional del F.S.O.C.

-Al conjunto de la afiliación del F.S.O.C.

Mediante el presente escrito, y de conformidad con lo previsto en las normas


legales de aplicación y de nuestros Estatutos sindicales, previo al ejercicio de las
acciones legales correspondientes (que me reservo), en orden a la defensa de los
intereses de nuestro Sindicato y de la clase trabajadora canaria, El FSOC de El
Hierro se suma a la impugnación presentada por el compañero JOSE LUIS
VALDEZ y vengo a presentar IMPUGNACIÓN DEL ACTO DE CELEBRACIÓN
DEL DENOMINADO “II CONGRESO NACIONAL DEL F.S.O.C.”, PREVISTO
PARA EL SÁBADO, DÍA 17/10/2009, ASÍ COMO IMPUGNACIÓN DE TODOS
Y CADA UNO DE LOS ACTOS Y CONSECUENCIAS QUE PUDIERAN
DERIVARSE DE DICHA CONVOCATORIA ILEGAL.

Concretamente, y como se ha expuesto, se trata de Impugnar el Acto cuya


celebración está previsto para el Sábado, día 17/10/2009, a las 10.00 horas, en el
Hotel Avenida, de Vecindario (Avda. de Canarias, 264), Isla de Gran Cana ria
(acto que, en adelante, denominaré “II Congreso Nacional”), y cuya convocatoria
ha sido dada a conocer públicamente el Jueves, día 15 de octubre, en la página
Web de nuestro Sindicato (se puede leer la misma en el enlace
http://www.sindicatoobrerocanario.org/noticia.php?not_id=464), pretendiendo
enmarcar dicha convocatoria (según leemos) bajo la consigna “Por un
sindicalismo transparente, libre y en lucha”.

Para una mejor comprensión de los motivos que me obligan a presentar esta
iniciativa, que se realiza exclusivamente buscando la defensa de los intereses y
derechos democráticos de las y los afiliados del FSOC, y por extensión, de
nuestra clase trabajadora; así como en un intento de salvar el debido respeto que
merece la memoria histórica de una organización combativa y entrañable, como
fue el Sindicato Obrero Canario (de la que fui activo militante), se consignan,
de forma breve y concisa, los siguientes CIRCUNSTANCIAS DE HECHO Y DE
DERECHO

I. El I Congreso Nacional del F.S.O.C., celebrado en diciembre de 2004, y


conforme a lo previsto en el art. 20 de nuestros Estatutos, eligió al Consejo
Nacional del Sindicato, máximo órgano de Dirección entre Congresos.
Dicho Consejo Nacional, formado por un total de 15 miembros (entre los que se
encontraba quien suscribe), fue elegido de una Lista Única consensuada, por lo
que no fue precisa la aplicación de la previsión del citado art. 20.1, que para el
supuesto de que presentaran distintas Listas o Candidaturas disponía (como lo
sigue haciendo en estos momentos) que el procedimiento de elección tendría que
ajustarse al principio democrático de “…proporcionalidad simple, para así
garantizar la presencia de todas las sensibilidades que cuenten con
respaldo suficiente en el Congreso Nacional”.
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II. El Consejo Nacional, en su primera reunión, y haciendo uso de la previsión del


art. 20.3 de nuestros Estatutos, eligió al Comité Nacional, que es un órgano
formado como mínimo por 5 miembros. Los miembros elegidos para tal órgano
de “dirección permanente” fueron los compañeros Manuel Mederos Hernández
(quien, además, fue elegido Secretario General), José Migue Ramírez Araña (Pepe
Araña), Daniel Casal Pardo, Juan Simón Padrón Ramos y Miguel Mata Betancor
(quien posteriormente, fue sustituido por Rubén Alemán).
Según el mandato de nuestros Estatutos (art. 20.3), dicho Comité Nacional, para
poder actuar válidamente, debía reunir dos requisitos esenciales: estar
compuesto (como se ha dicho) por un mínimo de 5 miembros, así como
adoptar sus acuerdos por unanimidad de tales miembros. Caso de no po der
reunir alguno de esos dos requisitos, el Comité (cuya creación no era obligatoria,
sino facultativa del Consejo) se consideraría inválido, y sus competencias serían
retomadas por el Consejo Nacional.

III. A partir del mes de marzo de 2008, nuestro Sindicato “rompe relaciones” con
OCESP y CSC, organizaciones sindicales con las que habíamos suscrito una “Carta
de Relaciones” encaminada hacia la unidad orgánica (documento ratificado en el I
Congreso Nacional del FSOC). Según el compañero Daniel Casal, dicha ruptura la
había decidido el “Comité Nacional” del FSOC y habría sido notificada a la
compañera Ángela (de CSC) “mediante un escrito” (tanto OCESP como CSC
niegan haber recibido dicho escrito). Como consecuencia de esa ruptura
unilateral, se producen, entre otras, dos situaciones anómalas: por un lado se
“cesa” a los 2 miembros de OCESP-CSC que habían sido elegidos miembros del
Consejo Nacional en el I Congreso del FSOC (Ángela y José Antonio), y por otro,
se crea una situación crecientemente incómoda en Tenerife (donde nuestro
Sindicato compartía Local con OCESP), por cuanto desde el mismo instante en
que se consideran rotos los acuerdos y compromisos que vinculaban a las partes,
convivíamos en un mismo lugar físico, dos organizaciones que nos disputábamos
el mismo espacio sindical.
Cualquier intento posterior de “reconducir” la situación y resolver las diferencias
en positivo, ha venido siendo boicoteado, entre otros, por los compañeros
Eugenio Padilla, Daniel Casal, Juan Simón y Rubén Alemán.

IV. Desde inicios del presente año 2009, se evidencia ante la militancia sindical
más activa un importante nivel de desencuentros en los ámbitos de dirección del
Sindicato (cuyas motivaciones últimas se le escapan a éste que suscribe). Lo
cierto es que, de forma creciente, se observa una preocupante incapacidad de
dirección sindical c olectiva (las reuniones formales del Consejo Nacional brillan
por su ausencia –problema que se venía arrastrando desde 2008-), y que tiene su
punto álgido en marzo de 2009, fecha en la que se intenta realizar una reunión
del Consejo Nacional, y reunión que ni siquiera puede iniciarse (pese a que había
quórum más que suficiente), ante las actitudes crispadas de los compañeros
Eugenio Padilla, Juan Simón, Rubén Alemán y Daniel Casal, que llegan a crear un
estado de tensión insoportable. Este último, entre insultos y actitudes
provocadoras varias, llega a negarme mi condición de miembro de pleno derecho
del Consejo Nacional, afirmando falsamente que “había presentado mi dimisión
irrevocable”.
Como colofón a este frustrado y abortado intento de reunión y como se ha
expuesto, en un ambiente de tensión extrema, el compañero Manuel Mederos
presenta su dimisión como Secretario General, así como renuncia a su condición
de miembro del Comité y del Consejo Nacional, exponiendo que se ve obligado a
tomar dicha decisión ante la insoportable campaña de “acoso y derribo”, así como
críticas destructivas de que había venido siendo objeto durante meses, de lo que
los incidentes producidos ese día, eran solamente un ejemplo. El compañero Pepe
Araña, igualmente, dimite de sus cargos.
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V. A partir de dicha fecha, vengo solicitando, de forma reiterada y por escrito, se


me hagan llegar (vía e-mail, por correo u otro medio), copia de las Actas de las
supuestas reuniones que han venido celebrando (supuestamente), tanto el
Comité como el Consejo Nacional, por cuanto por mi condición laboral (soy
trabajador de la marina mercante, con base en el mar Báltico), me ha sido
imposible acudir, ni participar en las escasas convocatorias que se me han
trasladado.
Debo manifestar que mi exigencia de que se me diera traslado de esa
documentación (a cuyo acceso tengo pleno derecho, al igual –por cierto- qu e
cualquier miembro de este Sindicato), con expresión de los Órdenes del Día
abordados, los Acuerdos adoptados, detalle de las y los participantes, etc…, venía
derivada de las fundadas sospechas que tenía acerca de que la representación
de los órganos de Dirección nacional de nuestro Sindicato, estaba siendo
ilegítimamente utilizada por un grupo de, al menos, 4 compañeros
electos en el I Congreso Nacional: Eugenio Padilla (de Tenerife), Daniel Casal,
Juan Simón y Rubén Alemán (todos ellos de Gran Canaria), toda vez que no me
era ajeno que, ante la irrespirable situación que se había creado (y la frustrada
reunión del mes de marzo de 2009 fue un mero ejemplo de ello), un creciente
número de compañeras y compañeros del Consejo Nacional (tanto titulares como
suplentes), elegidos en su día por el I Congreso Nacional, habían venido
presentando sus dimisiones, e incluso algunas y algunos de ellos fueron objeto de
“dimisión forzosa”, o más propiamente, cese unilateral (y no me refiero solamente
a los ya citados José Antonio y Ángela, sino también a compañeras como Loly –
dirigente del sector de Empaquetados-), o “invitados” a marcharse, por la vía de
convocar las reuniones en jornada laboral (imposibilitando la asistencia de
quienes no disponen de “horas sindicales”) como Ramón López López, por lo que
la Lista de electos (tanto titulares como suplentes) del I Congreso
Nacional terminó por agotarse, de modo y manera que el Comité Nacional
había devenido legalmente inviable (al no cumplir la exigencia prevista
en el art. 20.3 de los Estatutos, de contar con un mínimo de 5 miembros
-quedaban sólo 3-), y el Consejo Nacional había sido incapaz de
constituirse válidamente en ningún momento, tras el frustrado intento de
marzo de 2009, al no contar con el quorum exigido estatutariamente
(volveremos sobre este asunto).

Debo manifestar, además, que en ningún momento, aquellos que han


venido afirmando estar actuando como “legítimos representantes” del
Comité o del Consejo Nacional (los citados compañeros Eugenio Padilla,
Daniel Casal, Juan Simón y Rubén Alemán), han accedido a hacerme
entrega de las copias de la documentación y las Actas pedidas, lo que,
unido a la observación de otros vicios que luego se apuntarán, me lleva a
la convicción moral de que dichos compañeros han estado utilizando
inadecuadamente la representación de los órganos colegiados en cuyo
nombre dicen actuar, lo que ha venido conllevando gravísimas consecuencias,
entre las que cabe citar un evidente, galopante y aparentemente imparable
deterioro de la vida sindical interna y externa del FSOC; cuestión ésta
última que resulta ser notoria, pese a las rimbombantes, artificiosas y falsamente
triunfalistas manifestaciones que se vierten en el denominado “Informe Congreso
Nacional”, en un patético intento de dar una apariencia de fortaleza, claridad y
competencia de los actuales órgan os de Dirección Nacional, que no se
compadece con la realidad que estamos viendo, viviendo y sintiendo las y los
militantes de este Sindicato, y manifestaciones que resulta incluso difícil admitir
que se las crea incluso la persona que las realiza (sobre este “Informe” volveré
más adelante).

VI. El Artículo 21.2 de nuestros Estatutos dispone literalmente lo siguiente: “En


las sesiones que celebre el Consejo Nacional, para estar válidamente constituida
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deberá estar presente, por los medios que se adopte, al menos la mayoría
absoluta legal de sus miembros”. Si tenemos en cuenta que el total legal de
miembros del Consejo Nacional, elegidos por el I Congreso, es de 15 compañeros
y compañeras, no hace falta ser un “especialista en matemáticas” para concluir
que la citada “mayoría absoluta legal” (que constituye el quórum indispensable
estatutario para constituir válida y legalmente una Sesión del Consejo Nacional),
se eleva a 8 miembros de dicho órgano (la mayoría absoluta está conformada
por la mitad más uno de los miembros de un organismo: esto es cierto, aquí y en
Pekín).
Pues bien, a la vista de los datos de que dispongo (y también de las conclusiones
que debo sacar, una vez verificado quese está hurtando mi derecho al acceso a
las Actas –si es que éstas, realmente, existieran-), estoy en condiciones de
afirmar que, a lo largo de todo el año 2009, y tras el abortado intento del
mes de marzo de dicho año, en ningún momento se ha llegado a
constituir legalmente (esto es: de conformidad con los Estatutos de que
nos hemos dotado) el Consejo Nacional del FSOC. Y ello, por la sencilla
razón de que, ninguna de las Convocatorias que se han realizado, se ha
logrado cubrir el número mínimo de asistentes de pleno derecho (8
miembros electos del Congreso) que permitieran dar por válidamente
constituida la correspondiente Sesión del Consejo Naciona l del FSOC.
Eso significa de igual forma, tal como se expuso anteriormente, que tras las
dimisiones de 2 de los 5 miembros del Comité Nacional elegidos en su
momento por el Consejo, éste órgano quedó legalmente invalidado (al no
reunir el requisito estatutario de estar formado por 5 miembros como mínimo),
por cuanto el único órgano legalmente capacitado para cubrir dichas bajas, era el
Consejo Nacional (que, como he expuesto repetidamente, no ha celebrado Sesión
válida de tipo alguno, a lo largo del presente año de 2009).
Motivos por los cuales, cualesquiera resoluciones y decisiones que hubieran
sido adoptadas con usurpación de la representación legal de nuestro
Sindicato (tanto del Comité como del Consejo Nacional), son acuerdos,
decisiones o resoluciones viciadas de nulidad o anulabilidad. Incluida
entre ellas, naturalmente, la propia Convocatoria del Congreso Nacional
ahora impugnado, así como las “resoluciones” que aprobaron los siguientes
Documentos:

1.- El Reglamento Pre-congresual.

2.- La propuesta de Reglamento Congresual.

3.- El documento denominado “Informe al Congreso” de gestión que se ha


distribuido hoy mismo y que aparece improcedentemente suscrito por el Consejo
Nacional (documento que es un auténtico monumento al desatino más
desaforado, rebosante de insultos, imputaciones personales y mala baba contra el
compañero Mederos, y que en lugar de un Documento de gestión de un Sindicato
serio, más bien parece el perfecto guión de uno de esos programas de “Tele-
basura” que tan en boga están actualmente volveré más adelante, siquiera
brevemente, para referirme a este libelo-).

VII. El Artículo 22.23 de nuestros Estatutos dispone literalmente lo siguiente: “En


el caso de que se produjese un vacío de representación por dimisión de todos
los miembros del Consejo Nacional o por haberse agotado las listas de
candidatos presentados al Congreso nacional, y no hubiese una
representación mínima de la mayoría absoluta legal de la misma, se hará
cargo del órgano una Gestora que estará compuesta por dos miembros de cada
Consejo Insular, elegidos por mayoría absoluta legal de sus miembros, más los
representantes elegidos en el Congreso Nacional que no hubiesen dimitido”
Pues bien: cuando a partir del mes de marzo de 2009, se pone en evidencia que
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nos encontramos exactamente en el supuesto de “vacío de representación” a que


se refiere nuestros Estatutos sindicales, el grupo de 4 dirigentes formado por
Eugenio Padilla, Daniel Casal, Juan Simón y Rubén Alemán, e lugar de aplicar
inmediatamente la previsión ya transcrita del Artículo 22.23 de nuestra norma
legal de funcionamiento, y facilitar la formación de ese ór gano de Dirección
excepcional (cuya fundamental tarea consistiría en la inmediata celebración de un
Congreso Nacional Extraordinario, que supliera el vacío de representación
detectado), opta por lo siguiente:

1.- Seguir actuando como si “nada hubiera pasado”; de tal manera que se
siguen adoptando supuestos acuerdos “en nombre y representación” del Comité
Nacional (órgano que, tal como he venido exponiendo repetidamente, había
quedado legalmente incapacitado para actuar válidamente, al quedar compuesto
por sólo 3 miembros), así como convocando diversos intentos de reunión del
Consejo Nacional del FSOC, cuyas Sesiones nunca llegaron a constituirse
válidamente, por la sencilla razón de que nunca pudieron reunir el
quórum mínimo imprescindible de 8 miembros. Lo he dicho y lo repito
ahora: las Actas de la reuniones que he venido solicitando, se me han
hurtado (y se le han hurtado al conjunto de la afiliación de este
Sindicato), por la sencilla razón de que, tras la frustrada reunión de
marzo de 2009, el Consejo Nacional ha sido incapaz de celebrar una sola
Sesión en la que participaran un mínimo de 8 miembros electos por el
Congreso Nacional, que dieran legitimidad y validez a los acuerdos
adoptados.
2.- Como dije antes, en lugar de adoptar las medidas previstas en nuestros
Estatutos (que es el marco legal democrático del que nos hemos dotado para
regular nuestro funcionamiento interno), el grupo de compañeros formado por
Eugenio Padilla, Daniel Casal, Juan Simón y Rubén Alemán (a los que en adelante
me referiré como “el grupo de los 4 compañeros”), a lo largo de todo el año
2009, opta por forzar y violentar hasta extremos esperpénticos nuestra
legalidad estatutaria democrática, de modo y manera que, lejos de procurar
la solución prevista en los Estatutos, consistente en la formación de un nuevo
órgano provisional de Dirección de carácter neutral (que procurase la pronta
celebración de un Congreso con garantías, en el que el conjunto de la afiliación
pudiéramos participar en la solución de los problemas planteados, evitando
enfrentamientos y tensiones innecesarias), decide iniciar una “loca carrera” a la
búsqueda desesperada de militantes sindicales dispuestos a “rellenar” los
crecientes huecos y “socavones” que sus actitudes sectarias y autoritarias habían
creado en el Consejo Nacional. Y así, en lugar de miembros electos por el
conjunto de la afiliación en un Congreso democrático, van designando a dedo,
como supuestos “miembros” del Consejo Nacional, a un total de 8 nuevos
compañeros y compañeras que no habían sido elegidos en el I Congreso (ni en
calidad de titulares, ni de suplentes).
Para tal fin, acudieron a un grotesco abuso de la figura de la denominada
“cooptación”, que es un procedimiento de carácter excepción al que se usa para
completar los órganos de Dirección, cuando se dan determinadas circunstancias
igualmente extraordinarias, y que las organizaciones que funcionan con base a
criterios democráticos utilizan de forma absolutamente restrictiva. Ello es así
porque (como no podría ser de otro modo) lo “normal” en una organización
democrática es que sus órganos dirigentes estén formados por personas elegidas
de forma directa por los correspondientes Congresos y Asambleas, y lo “anormal”
o “extraordinario” es que existan personas designadas al margen de la voluntad
expresa del conjunto de la afiliación (manifestada mediante el ejercicio del voto
libre, directo y secreto, en el correspondiente Congreso).
En nuestros Estatutos, en línea con lo que he expuesto en el párrafo anterior, la
figura excepcional de la “cooptación” de nuevos miembros al Consejo Nacional
(personas no elegidas por el Congreso), se reserva, exclusivamente, para dos
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supuestos tasados, detallados en el Artículo 20.2, y que paso a citar


literalmente: “El Consejo Nacional queda facultado para cooptar nuevos
miembros para dicho órgano de gobierno, si las circunstancias del desarrollo del
Frente Sindical Obrero de Canarias así lo aconsejaran, como consecuencia de
la incorporación de nuevos colectivos de trabajadores y trabajadoras o la
implantación del sindicato en alguna de las islas donde no tuviera
presencia”

De la mera lectura de lo transcrito, se deduce con claridad que la incorporación


de nuevos miembros al Consejo Nacional (al margen de los designados
por el Congreso), utilizando la figura excepcional de la “cooptación”, no
está prevista para los supuestos de necesidad de cubrir vacantes
producidas como consecuencia de una cadena de dimisiones en la Lista de
titulares y suplentes elegidos por el Congreso, sino para los supuestos ya tasados
(y transcritos anteriormente ). Pues bien, sucede que en la gran mayoría de
las “cooptaciones” al Consejo Nacional decididas por el “grupo de los 4
compañeros”, no concurren ninguna de las dos circunstancias previstas
estatutariamente. Hasta donde yo sé (y a falta de Actas –a cuyo acceso se me
ha negado, como he explicado repetidamente-), de los 8 miembros “cooptados”,
ninguno pertenece a la categoría de “incorporación de nuevos colectivos”. Eso al
menos, si por la figura de “nuevos colectivos” se refiere a incorporación de grupos
previamente organizados como los definidos en el Artículo 22.11 de nuestros
Estatutos, que faculta al Consejo Nacional para “Decidir sobre integración de
sindicatos, federaciones, confederaciones o colectivos de empresas que soliciten
formar parte del Frente Sindical Obrero de Canarias en cuyo caso la decisión
tendrá que ser aprobada como mínimo por la mayoría de cuatro quintos de los
miembros del Consejo Nacional”. Y en lo referido a la categoría de “implantación
del sindicato en alguna de las islas donde no tuviera presencia”, sólo hay 1 de los
8 “cooptados” que pudiera cumplir con ese requisito, que sería el compañero de
Lanzarote, aunque incluso eso es discutible, por cuanto a la escasísima presencia
que tiene nuestro Sindicato en Lanzarote (hecho notorio) hay que incluir otro
hecho; cual es el de que, dicha modesta presencia, al parecer, ya existía en el
momento de la celebración del I Congreso (por lo que no estaríamos en el
supuesto de implantación en nueva Isla). Además, por si ello fuera poco, me
consta que el compañero no acudió a ninguna reunión del Consejo Nacional para
el que había sido “cooptado”, habiendo presentado finalmente su dimisión por
escrito. De hecho, hasta donde a mí me conste, el único ejemplo de
“implantación del sindicato en alguna de las islas donde no tuviera presencia”,
producido tras el I Congreso, ocurrió en la Isla de El Hierro (en donde, al
parecer, se llegó a contar con más de un centenar de afiliados), de donde
no sólo no se “cooptó” a nadie, sino que, por el contrario, su principal
dirigente Domingo Martín Afonso fue fulminantemente “expulsado” del
Sindicato (o ninguneado, que para el caso es lo mismo), por decisión del
“grupo de los 4 compañeros”,incluidos todo el comité insular de la isla ,y los
123 afiliados herreños acusando (los cuatro a los mismos,) de apoderarse de las
siglas del FSOC ilegalmente y representando en la esfera politica y publica a la
organización sin ser ningunos afiliados .Acusación que se encuentra en los
Juzgados Nº 1 de Valverde querella interpuesta por el Secretario Insular de El
Hierro .donde el FSOC se juega credibilidad , seriedad, responsabilidad, y
150.000 Euros de indemnización (por cuanto, como he expuesto, el Consejo
Nacional no se ha reunido válidamente a lo largo de 2009 para tratar este asunto
–ni ningún otro-).

Pero es que, además, por si a alguien le quedara alguna duda sobre la total
irregularidad estatutaria de las “cooptaciones” al Consejo Nacional decididas,
sucede que tales supuestos “acuerdos” de incorporación de estos nuevos
compañeros y compañeras, se realizaron sin respetar las normas de
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procedimiento previstas a tal fin en nuestros Estatutos. Efectivamente, el Artículo


20.2 de los Estatutos dispone (y es cita literal) que “…el acuerdo de designación
de los nuevos miembros, decididos mediante el mecanismo de cooptación, será
adoptado por una mayoría mínima de cuatro quintos de los miembros que
componen el órgano en el momento de la designación”. Mal puede haber
acordado nada (y menos con una mayoría cualificada de 4/5 de sus miembros),
un órgano que, tal como he repetido múltiples veces a lo largo de este escrito, no
ha realizado ninguna Sesión válida a lo largo del año 2009.

VIII. Por último, debo manifestar que el proceso de convocatoria del II


Congreso Nacional, constituyen ejemplo cualificado de cómo no deben
ser realizadas las cosas, si lo que se pretende es procurar que brille la
transparencia, la democracia y la libertad en una organización de la clase
trabajadora como es la nuestra.

1. En primer lugar, es ésta la fecha en la que muchos seguimos esperando saber


a ciencia cierta qué órgano es el que ha convocado el II Congreso, cuándo y
dónde se realizó la Sesión en la que se decidió la Convocatoria, quienes
participaron en la supuesta reunión, con arreglo a qué Orden del Día se realizó la
Sesión del órgano convocante, etc., etc…

2. En segundo lugar, y en relación con el denominado “Reglamento Pre-


Congresual”, además de repetir todas y cada una de las preguntas que se
relataron en el párrafo anterior (en relación con quién, cómo, cuándo y dónde fue
aprobado), debo manifestar que un somero análisis del mismo evidencia que,
quienes lo redactaron, o bien no tenían ni idea de la realidad orgánica y
estatutaria que existe en nuestro Sindicato, o bien optaron por ignorarla
olímpicamente. Sólo así se entiende que, a lo largo de su articulado, se hayan
marginado totalmente a las Secciones Sindicales de Empresa, a la hora de
programar el número de Delegad os que corresponderían, en función de la
representatividad real que corresponda en cada caso. La cuestión no es de orden
menor, porque se rompe así una tradición histórica existente a lo largo de más de
30 años (tanto en la etapa del SOC, como la de IC y hasta ahora, la del FSOC),
cual es la de considerar a las Asambleas de las Secciones Sindicales como los
órganos básicos, donde se desarrolla y realiza la vía participativa del conjunto de
la afiliación.
Esta tradición tiene su reflejo en los Estatutos de nuestro Sindicato, que dispone,
en su artículo 14.2.1 (y es cita literal) que “…las Secciones Sindicales son las
unidades básicas de organización, participación y decisión del Frente
Sindical Obrero de Canarias. La Sección Sindical de empresa o centro de trabajo
la componen los afiliados y afiliadas al Sindicato que trabajen en las mismas”.
En coherencia con este criterio democrático, hasta la fe cha, la elección de
Delegados y delegadas a los Congresos se hacía tomando como referencia el
número de afiliados que había en cada Sección de Empresa o agrupación de
Secciones (según criterios de proximidad geográfica). Sin embargo, el
denominado “Reglamento Pre-Congresual” impone un sistema de elección de
Delegados/as que, no sólo es diametralmente opuesto al que venía siendo
utilizado hasta ahora, sino que, además de ser anti-estatutario, resulta ser de
imposible incumplimiento, como lo demuestra el hecho incontestable de
que, al menos en la Isla de Tenerife (donde resido) se ha realizado la
elección de Delegados y Delegadas incumpliendo lo expresamente
previsto en el citado Reglamento:
Se realizaron las elecciones de Delegadas/os, con base a la convocatoria de dos
Asambleas: una en el Local de la Cuesta (para la afiliación de la zona Centro-
Norte de la Isla), y otra en los Cristianos (para la afiliación del Sur).
Naturalmente, esas designaciones de Delegadas y Delegados no se ajustaron, en
absoluto, a lo previsto en el Artículo 1 y 2 del comentado Reglamento (que
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impone que la elección tenía que hacerse “por las Asambleas Nacionales de cada
Federación”), ni se cumplieron ninguno de los requisitos previstos en su artículo
4.3 (en relación con que “cada Asamblea Nacional de Federación contará con la
presencia de dos miembros como mínimo de la Comisión Organizadora del
Congreso”) ni en el resto de los puntos de dicho artículo; y, en fin, incurrió en el
vicio previsto en el Artículo 7.7 del comentado Reglamento Pre-Congresual, que
dispone que “serán nulas de pleno derecho las Candidaturas que no sean elegidas
en las Asambleas Nacionales de las Federaciones en la forma y con el
procedimiento previsto”.
La veracidad de lo afirmado en el párrafo anterior, en relación con que el sistema
utilizado para la elección de Delegados y Delegadas en Tenerife, se hizo con base
a criterios de agrupación de la afiliación por zonas geográficas (sin sujeción a lo
previsto en el Reglamento, en relación que se hicieran en “Asambleas Nacionales
de Federación”), se puede contrastar consultando las correspondientes
convocatorias, que fueron publicadas en la Página Web del Sindicato, y se puede
consultar accediendo al hipervínculo
http://www.sindicatoobrerocanario.org/noticia.php?not_id=463.
Por consiguiente, con arreglo a las disposiciones previstas en el Reglamento Pre-
Congresual, resultaría que el conjunto de Delegadas y Delegados electos
(al menos, los de la Isla de Tenerife), habrían incurrido en nulidad de
pleno derecho, por haber sido elegidos con base a un sistema totalmente
distinto al previsto en dicho Reglamento.
Ese tipo de disparates, son los que ocurren cuando se planifican las cosas, no con
base a la realidad objetiva que tenemos delante, sino con base a una supuesta
“realidad virtual o fantasiosa”, que sólo existe en las cabezas de los acostumbran
a hacer “planes” para que los ejecutemos “otros”.

3. En tercer lugar, en relación con el denominado “Reglamento del II Congreso


Nacional del Frente Sindical Obrero de Canarias”, además de reiterar las
preguntas acerca de quién, cómo, cuándo y dónde fue aprobado, debo añadir que
el conjunto de Artículos y Disposiciones que conforman tal Reglamento
Congresual, de forma generalizada, violentan gravemente los principios
democráticos que garantizan los Estatutos de nuestro Sindicato. Permítanme
señalar siquiera fuera de forma “telegráfica”, algunos de los vicios graves que
atentan directamente contra los Estatutos vigentes:

- La ratificación del mecanismo de elección de Delegadas y Delegados prevista en


su Artículo 1.2, al tomar como referencia lo previsto en el Reglamento Pre-
Congresual, incurre en los vicios anti-estatutarios ya explicados con anterioridad,
además de colocar, al menos a la Delegación electa de Tenerife (y mucho
me temo, que también al resto de las y los delegados electos), en
situación de nulidad e incapacidad de participar en el Congreso, al haber
sido elegida con arreglo a un mecanismo totalmente distinto al previsto
en el Reglamento Pre-Congresual (según he explicado con anterioridad).

- Lo previsto en el Artículo 3 del “Reglamento del II Congreso”, en relación con


que “…el II Congreso Nacional quedará válidamente constituido en segunda
convocatoria con los delegados y delegadas presentes”, viola abiertamente lo
dispuesto en el Artículo 66 de nuestros vigentes Estatutos, que disponen
que (y es cita literal): “El quórum del Congreso Nacional vendrá definido por la
presencia de la mitad más uno de los miembros que lo componen”. Esta
disposición, exige en todo caso la presencia de la mayoría absoluta de los
miembros legales del Congreso para considerar cumplido el requisito de quórum.
En el presente caso, y de seguirse el criterio numérico previsto en el Artículo 1.1
del “Reglamento”, tal quórum estaría constituido por un mínimo de 85 miembros
de pleno derecho (la mitas más uno de los 169 miembros convocados). Por
consiguiente, es nula e ilegal la previsión contenida en el Artículo 3 del
IMPUGNACIÓN DEL II CONGRESO NACIONAL DEL FRENTE SINDICAL OBRERO DE CANARIAS

“Reglamento”, en relación con que se pueda dar por “constituido” el Congreso


Nacional sin que estén presentes, como mínimo, 85 Delegadas y Delegados (sea
en segunda, tercera o cuarta convocatoria…).
Llegados a este punto, debo insistir en que los Estatutos sindicales son la
norma básica de funcionamiento que permite ordenar y encauzar el
funcionamiento del Sindicato. Los Estatutos determinan las “reglas del
juego” democrático interno de nuestro Sindicato, e vitando que aquí
pueda regir la “Ley de la Selva”, y sólo podrán ser modificados de
conformidad con los procedimientos previstos en los propios Estatutos
(concretamente en su Artículo 66).
Por consiguiente, el “Sistema de adopción de acuerdos” previsto en el art. 4 del
“Reglamento” será inválido y nulo en todo aquello que se oponga a lo previsto en
los Estatutos vigentes; singularmente, a cualquier tipo de Acuerdo que implique
violentar disposiciones estatutarias vigentes, antes de que éstas sean legal y
democráticamente modificadas.

- Cualquier previsión del sistema de presentación y votación de enmiendas,


propuestas y Candidaturas (Artículos 8 y 9 del Reglamento) que puedan oponerse
a lo previsto en nuestros vigentes Estatutos, será legalmente ineficaz e
inaplicable. Especialmente quiero hacer referencia a cualquier acto que atente
contra el Capítulo VII de nuestros Estatutos (“Régimen electoral”), cuyo espíritu
democrátic o y pluralista se puede resumir en el texto contenido en el vigente
Artículo 43 de nuestros Estatutos, que literalmente, dispone lo siguiente: “La
elección de los órganos de representación y gobierno contemplados en
los presentes Estatutos, cualquiera que sea su ámbito, deberá ajustarse
en el caso de órganos colegiados mediante la presentación de
candidaturas o listas cerradas, al principio de proporcionalidad simple;
respetándose así la filosofía del sindicato de garantizar en todos sus
órganos de gobierno colegiados la presencia de todas las sensibilidades
de opinión que cuenten con el respaldo democrático de la afiliación”.

-4. En cuarto y último lugar, debo manifestar mi absoluto desacuerdo con el


hecho de que los “Reglamentos” (Precongresual y Congresual) hayan sido
publicados y distribuidos prácticamente con una sola semana de anticipación a la
celebración del Congreso.
De igual forma, me parece totalment e impresentable que lo que
supuestamente debía ser el “Informe de Gestión” del Consejo Nacional,
consista en ese escrito de más de 29 hojas, que se distribuye con menos de 48
horas de antelación al Congreso.
Ese denominado “Informe al Congreso” sólo me cabe calificarlo como un
auténtico despropósito, indigno de ser presentado como un documento que dé
cuenta de la gestión realizada por unos órganos colectivos (el Comité y
Consejo Nacional) de un Sindicato obrero serio, como ha sido hasta ahora el
nuestro.
El citado “Informe” no es más que una “amalgama” de gravísimas
acusaciones, dirigidas todas ellas contra la persona de nuestro antiguo
Secretario General, y actual activista sindical de reconocida trayectoria
combativa en Gran Canaria, Manuel Mederos, a quien se denigra e imputa
la comisión de faltas que incurren, incluso, en comportamientos dolosos
y delictivos; todo ello sin apo rtar prueba alguna que nos permita a las y
los Delegados tomar decisión alguna que esté fundada en algo más
consistente que la credulidad que nos merezcan, o no, las personas que,
de forma tan brutal, dirigen su “dedo acusador” contra este compañero, a
quien (por cierto) le asiste el derecho a la presunción de inocencia (como a
cualquier otro ser humano), lo que significa que nadie puede ser condenado (ni
siquiera moralmente), sin que existan pruebas suficientes y contundentes que
justifiquen el estigma que se le pretende imponer.
IMPUGNACIÓN DEL II CONGRESO NACIONAL DEL FRENTE SINDICAL OBRERO DE CANARIAS

Tales pruebas “brillan por su ausencia”, en el “Informe” distribuido


públicamente entre las y los Delegados, del mismo modo que “brilla por
su ausencia” cualquier referencia autocrítica de los autores de dicho
Informe, en relación con sus propias responsabilidades de gestión
individual y colectiva, a lo largo de estos últimos 4 años en los que han
sido designados para ocupar los más importantes puestos de dirección y
responsabilidad sindical.
A la vista del “Informe” presentado en “nombre del Consejo Nacional” (¿cuándo
se aprobó?, ¿por quienes?, ¿dónde?...), sólo cabe manifestar mi asombro por el
hecho de que los miembros del Comité Nacional (que, supuestamente, constituían
la dirección permanente y colectiva del Sindicato) no se hubieran “caído del
guindo” hasta el mes de marzo del presente año de 2009. ¿Se puede saber qué
es lo que estuvieron haciendo a lo largo de los últimos 4 años
anteriores?. ¿Cómo se justifica que hubieran hecho dejación de sus
responsabilidades individuales y colectivas, dejando que prácticamente
toda la gestión sindical, económica y organizativa de ámbito nacional
recayera sobre un solo compañero…?. ¿A qué tipo de actividades sindicales se
dedicaron entonces estos supuestos “dirigentes sindicales”, aparte de escribir
notas de prensa y salir en los medios de comunicación? Son preguntas que
merecen respuestas que no están contenidas de ninguna manera en el “Informe”
que se ha distribuido.
Y me queda por apuntar una última cuestión, que entra de lleno en la materia de
impugnación del presente Congreso (que es el objeto del presente escrito): ¿De
verdad pretenden estos “4 compañeros” que el conjunto del Sindicato se vea
implicado en un procedimiento que tendrá una indudable trascendencia penal,
obligando al Congreso a aprobar un mandamiento acusatorio contra el compañero
Mederos, tal como parece deducirse del contenido del “Informe de Gestión”?. ¿Y
con qué pruebas de cargo contará el Congreso para constituirse en “parte
acusatoria”?.
Nota este escrito es desarrollado por el compañero José Luis Valdez, el cual
copiamos, corregimos en referencia al FSOC de El Hierro, y nos sumamos, por lo
tanto lo aportamos como prueba a la querella puesta a el grupo de los 4.

Domingo Martín Afonso


Secretario Insular del FSOC El Hierro

Calle Padrón y Fernández Nº 15 Tecine Valverde El Hierro

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