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Universite Montpellier
Department of Public Health, University of Parma
University of Glasgow
ANTECEDENTES
Consumo de frutas y hortalizas ha estado
vinculado con menor prevalencia de enfermedades
coronarias. (Feldman, 2005; Bazzano, 2006; Liu et
al 2000)
Consumo de té ha estado relacionado con
disminución en la mortalidad derivado de ECV.
(Kuriyama et al, 2006)
Berries son ricas en antocianidinas mientras que
el té contiene flavan-3-ols. (Crozier et al. 2006)
MATERIALES Y MÉTODOS
Diseño experimental
Hamsters Golden Syrian n= 60
Alimentación durante 12 sem. con dieta aterogénica
(Auger et al, 2002):
Caseína: 200g/Kg
L-metionina: 3g/Kg
Almidón de maíz: 393g/Kg
Sacarosa: 154g/Kg
Celulosa: 50g/Kg
Manteca de cerdo: 150g/Kg
Colesterol: 5g/Kg
Vitamina???: 10g/Kg, pero sin Vit. C ni E (+) realizadas por
los autores
Mezcla de minerales???: 35g/Kg (Sin Selenio)
Tratamientos
2
Análisis de berries por HPLC-PDA-MS
Sistema Surveyor HPLC con PDA
Absorbancia a una longitud de onda: 250 a 700nm
MS fue usado para confirmar la identidad de los
2
Finalizar 12 semanas
Ayuno nocturno
Extracción de sangre
Mezcla y homogenización
Sobrenadante fue almacenado a 80°C
Jugo de Arándanos
tiene mayor contenido
de antocianidinas,
compuestos fenólicos y
flavonoides que los otros
jugos de berries
Té verde y negro
tienen mayores
contenido de
compuestos fenólicos
que los jugos de
berries
Efectos de jugos de berries y té en depósitos de grasa
Fig. 1A. Efectos de los jugos de berries sobre los depósitos de grasa
en la aorta
Microfotografías de la bóveda aórtica de los hámsters después de 12
semanas bajo una dieta aterogénica
Efecto de jugos de berries y té en el colesterol
circundante y enzimas hepáticas antioxidantes
DISCUSIÓN DE RESULTADOS
Colesterol circundante: El descenso del depósito en la
cavidad aórtica NO fue acompañado con la disminución
de los niveles de colesterol circulantes (tabla
mencionada pero NO mostrada)
Investigaciones anteriores reportan que el consumo de
jugos de frutas y té verde incrementan la actividad de
las enzimas antioxidantes hepáticas (Young et al 1999).
Contrasta con los resultados obtenidos por los
investigadores (fig. 1B y 1C) pero es soportado por otros
autores (Auger et al 2005; Décorde et al 2008).
La actividad de las enzimas antioxidantes hepáticas
puede deberse a la existencia de un “down regulation” ,
lo cual es una consecuencia que los antioxidantes
dietarios son capaces de ser “scavenger” de radicales de
oxígeno y esto disminuye la necesidad de acción de las
enzimas antioxidantes endógenas.
La prevención de deposición de grasa en las arterias
por el consumo de té y berries parece involucrar
mecanismos que permiten que los compuesto fenólicos
induzcan efectos antioxidantes locales (Aún no se puede
explicar).
Los recientes datos sugieren que los polifenoles pueden
modular las vías de inflamación, y por ende,
disminuirla. (Rahman et al. 2006).
El consumo de té (por la acción de las procianidinas:
Corder et al. 2006; y epigalocatequinas: Spinella et al.
2006) pueden ayudar a la inhibición de la
sobreexpresión de Endotelina-1 (asociado con la
inflamación arterial).
Catequinas (antioxidantes del té) actúan como
activadores e inhibidores de la transducción de señales
de las kinasas interfiriendo con múltiples vías de
señalización en células cardiovasculares relevantes
(Stangl et al. 2007). Esto podría explicar el fuerte efecto
del té verde respecto a las otras bebidas de este estudio.
Futuros estudios…