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Liceo Pablo Neruda

Temuco
Reforzamiento
“Sistema Circulatorio”
Nombre: _________________________________________ Curso: _______ Fecha: _______

El cuerpo humano es recorrido interiormente, desde la punta de los pies


hasta la cabeza, por un líquido rojizo y espeso llamado sangre. La sangre hace
este recorrido a través de un sistema de verdaderas “cañerías”, de distinto grosor,
que se comunican por todo el cuerpo.
La fuerza que necesita la sangre para circular se la entrega un motor que
está ubicado casi en el centro del pecho: el corazón, que es una bomba que
funciona sin parar un solo segundo.

El Sistema Circulatorio lo podemos considerar el aparato circulatorio como un


sistema de bombeo continuo, en circuito cerrado, formado por:

Motor:
• Corazón.

Conductos o vasos sanguíneos:


• Arterias.
• Venas.
• Capilares.

Fluido:
• Sangre.

La sangre:

La sangre es el fluido que circula por todo el organismo a través del sistema
circulatorio, formado por el corazón y un sistema de tubos o vasos, los vasos
sanguíneos.
La sangre describe dos circuitos complementarios llamados circulación mayor o
general y menor o pulmonar.
La sangre es un tejido líquido, compuesto por agua y sustancias orgánicas e
inorgánicas (sales minerales) disueltas, que forman el plasma sanguíneo y tres tipos
de elementos formes o células sanguíneas: glóbulos rojos, glóbulos blancos y
plaquetas. Una gota de sangre contiene aproximadamente unos 5 millones de
glóbulos rojos, de 5.000 a 10.000 glóbulos blancos y alrededor de 250.000 plaquetas.
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El plasma sanguíneo es la parte líquida de la sangre. Es salado, de color
amarillento y en él flotan los demás componentes de la sangre, también lleva los
alimentos y las sustancias de desecho recogidas de las células. El plasma cuando se
coagula la sangre, origina el suero sanguíneo.

Los glóbulos rojos, también denominados eritrocitos o


hematíes, se encargan de la distribución del oxígeno molecular
(O2). Tienen forma de disco bicóncavo y son tan pequeños que en
cada milímetro cúbico hay cuatro a cinco millones, midiendo unas
siete micras de diámetro. No tienen núcleo, por lo que se
consideran células muertas. Los hematíes tienen un pigmento
rojizo llamado hemoglobina que les sirve para transportar el
oxígeno desde los pulmones a las células. Una insuficiente
fabricación de hemoglobina o de glóbulos rojos por parte del
organismo, da lugar a una anemia, de etiología variable, pues
puede deberse a un déficit nutricional, a un defecto genético o a
diversas causas más.

Los glóbulos blancos o leucocitos tienen una destacada función en el Sistema


Inmunológico al efectuar trabajos de limpieza (fagocitos) y defensa (linfocitos). Son
mayores que los hematíes, pero menos numerosos (unos siete mil por milímetro
cúbico), son células vivas que se trasladan, se salen de los capilares y se dedican a
destruir los microbios y las células muertas que encuentran por el organismo. También
producen anticuerpos que neutralizan los microbios que producen las enfermedades
infecciosas.

Las plaquetas son fragmentos de células muy pequeños, sirven para taponar las
heridas y evitar hemorragias.

El sistema o aparato circulatorio es el encargado de transportar, llevándolas en


la sangre, las sustancias nutritivas y el oxígeno por todo el cuerpo, para que,
finalmente, estas sustancias lleguen a las células.

También tiene la misión de transportar ciertas sustancias de desecho desde las


células hasta los pulmones o riñones, para luego ser eliminadas del cuerpo.

La cantidad de sangre en el cuerpo debe mantenerse constante para que ésta


realice su tarea con eficacia.
Como las venas, arterias y capilares están por todo el cuerpo, también están
expuestas a los accidentes que provocan sangramiento. Cuando la cantidad de sangre
que sale por alguna herida es muy grande, hablamos de una hemorragia.
En esos casos, como en las operaciones donde se requiere restablecer la
cantidad de sangre, se recurre a las transfusiones, que consisten en inyectarle sangre
a los heridos o pacientes directamente al organismo. Esa sangre está guardada en
refrigeración y en bolsas.

Vasos sanguíneos:

Son las arterias, venas y capilares; es decir, los conductos por donde circula la
sangre.
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Arterias: Son vasos de paredes gruesas. Nacen de los ventrículos y llevan sangre
desde el corazón al resto del cuerpo. Del ventrículo izquierdo nace la arteria aorta,
que se ramifica en dos coronarias, y del derecho nace la pulmonar.

Venas: Son vasos de paredes delgadas. Nacen en las aurículas y llevan sangre del
cuerpo hacia el corazón.

Capilares: Son vasos muy finos y de paredes muy delgadas, que unen venas con
arterias. Su única función es la de favorecer el intercambio gaseoso.

Los vasos sanguíneos que transportan la sangre fuera del corazón son las
arterias. Son los vasos sanguíneos más gruesos, con paredes musculares que se
contraen para mantener el movimiento de la sangre del corazón a través de todo el
cuerpo. En la circulación sistémica, la sangre rica en oxígeno es expulsada del corazón
a la aorta. Esta arteria enorme se curva hacia arriba y hacia atrás a partir del
ventrículo izquierdo, se dirige luego hacia abajo por delante de la columna vertebral
hasta el abdomen. Dos arterias coronarias se ramifican en el inicio de la aorta y se
dividen en una red de arterias más pequeñas que proporcionan oxígeno y nutrición a
los músculos del corazón.

A diferencia de la aorta, la otra gran arteria del cuerpo, la arteria pulmonar,


transporta sangre con poco oxígeno. Desde el ventrículo derecho, la arteria pulmonar
se divide en ramas derecha e izquierda, en su camino a los pulmones, donde la sangre
toma oxígeno.

Las paredes arteriales tienen tres planos:

• El endotelio es el plano interior y proporciona un revestimiento uniforme para


que la sangre fluya a medida que se desplaza por la arteria.
• La media es la parte central de la arteria, formada por un plano de tejido
muscular y elástico.
• La adventicia es la cubierta resistente que protege el exterior de la arteria.

A medida que se alejan del corazón, las arterias se ramifican en arteriolas, que
son más pequeñas y menos flexibles.

Los vasos sanguíneos que transportan la sangre de regreso al corazón son las
venas. No son tan musculares como las arterias, pero contienen válvulas que impiden
que la sangre se desplace hacia atrás. Las venas tienen los mismos tres planos que las
arterias, pero son más delgadas y menos flexibles. Las dos venas más grandes son las
venas cavas superior e inferior. Los términos

superior e inferior no significan que una vena sea mejor que la otra, sino que se
ubican por encima (superior) y por debajo (inferior) del corazón.

Una red de diminutos capilares conecta las arterias y venas. Aunque son diminutos,
los capilares constituyen una de las partes más importantes del aparato circulatorio,
porque a través de ellos se envían los nutrientes y oxígeno a las células. Además, los
productos de deshecho como el dióxido de carbono también son eliminados por los
capilares.
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El corazón:

Es un órgano o bomba muscular hueca,


del tamaño de un puño. Se aloja en el centro
del tórax. Su única función es bombear la
sangre hacia todo el cuerpo.

Interiormente, el corazón está dividido


en cuatro cavidades: las superiores se llaman
aurículas, y las inferiores, ventrículos.

La aurícula y el ventrículo derechos


están separados de la aurícula y ventrículo
izquierdos por una membrana llamada
tabique. Las aurículas se comunican con sus
respectivos ventrículos por medio de las
válvulas.

El corazón tiene cuatro cámaras que están rodeadas por paredes musculares
gruesas. Se encuentra entre los pulmones y apenas a la izquierda de la mitad de la
cavidad torácica. La parte inferior del corazón se divide en dos cámaras, denominadas
ventrículos derecho e izquierdo, que expulsan la sangre del corazón. Una pared
conocida como tabique intraventricular, divide los ventrículos.

La parte superior del corazón está formada por las otras dos cámaras del
corazón, denominadas aurículas derechas e izquierda. Las aurículas derechas e
izquierdas reciben la sangre que ingresa al corazón. Una pared denominada tabique
interauricular, divide las aurículas que están separadas de los ventrículos por las
válvulas aurículo-ventriculares. La válvula tricúspide separa la aurícula derecha
del ventrículo derecho y la válvula mitral separa la aurícula izquierda del ventrículo
izquierdo.

Otras dos válvulas cardíacas separan los ventrículos y los grandes vasos
sanguíneos que transportan la sangre que sale del corazón. Estas válvulas se
denominan válvula pulmonar, que separa el ventrículo derecho de la arteria
pulmonar que lleva a los pulmones, y válvula aórtica, que separa el ventrículo
izquierdo de la aorta, el vaso sanguíneo más grande del cuerpo.

El torrente sanguíneo proporciona la completa circulación de la sangre cada 22


segundos, lo que supone un caudal aproximado de 800 litros a la hora (en una
persona de 80 años, el caudal que ha circulado es de 560.640.000 litros ó 560.640
m3).

La circulación que parte del lado derecho asegura la oxigenación de la sangre;


se llama Circulación Pulmonar o Circulación Menor.

La circulación que parte del lado izquierdo, asegura la circulación por todos los
órganos y vísceras del cuerpo humano; se llama Circulación Mayor.

Para movilizar la sangre, y que realice estos recorridos, es preciso que el corazón
tenga unos movimientos o latidos, estos son:

• Contracción o sístole.
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• Dilatación o diástole.

El corazón actúa como una bomba aspirante-impelente, con un número de latidos


por minuto de 60-80 en el adulto y un poco más rápido en el niño (80-100) y más aún
en los bebés (100-120).

Los latidos cardíacos se transmiten a las paredes de las arterias produciéndose,


por la presión, una distensión en su pared elástica; esta distensión se puede apreciar
al palpar: es el pulso.

Trabajo del corazón y recorrido de la sangre:

El corazón está trabajando desde que comienza la vida en el vientre materno, y


lo sigue haciendo por mucho tiempo más, hasta el último día.

Para que bombee sangre hacia todo el cuerpo, el corazón debe contraerse y
relajarse rítmicamente. Los movimientos de contracción se llaman movimientos
sistólicos, y los de relajación, movimientos diastólicos.

La sangre sale del corazón a través de las arterias y se dirige hacia los
pulmones. Allí recoge el oxígeno y regresa al corazón a través de las venas. El corazón
la bombea hacia el resto del cuerpo, para llegar otra vez hasta él cargada de anhídrido
carbónico y, así, ir nuevamente a los pulmones y volver a comenzar el ciclo.

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