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2014/07/21

EKONOMIA | Analisia | De la sociedad vasca al núcleo de confianza

Kutxabank: Amplia mayoría


Los autores entran de lleno en el análisis de si la mayoría que han dispuesto PNV,
PSE y PP al transformar las cajas vascas (BBK y Vital) en fundaciones mira hacia el
futuro del sistema financiero y en defensa de los ciudadanos, o de sus propios
intereses de partido. No están trasladando su propia perspectiva sobre los intereses
de los ciudadanos, sobre cómo mejorar la gestión de las cajas [...] Las cúpulas de
estos partidos están pura y llanamente, defendiendo sus intereses personales y de
grupo. Y desde una de las perspectivas, digámoslo suavemente, menos dignas.

EKAI CENTER

Nuestros responsables políticos están derrochando demagogia intentando defender


la apropiación de nuestro sistema financiero por parte de las camarillas de los
partidos políticos.

Uno de los argumentos que por repetido no es menos absurdo es el de que este
proyecto está siendo apoyado “por amplia mayoría”.

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Evidentemente, en una sociedad democrática, la presencia de un consenso político
importante alrededor de un determinado proyecto es un argumento de peso a favor
del mismo. Nunca un argumento definitivo, porque los proyectos no son mejores o
peores sólo porque dispongan de un amplio respaldo. Pero sí es un argumento de
referencia. Los partidos políticos tienen un papel fundamental en la orientación de la
opinión pública, facilitando la canalización de los intereses de los ciudadanos en
colectivos sociales amplios, en los que no es posible que cada persona disponga de
información o criterio suficiente por sí misma en todo tipo de asuntos.

En cuestiones en las que los partidos políticos manifiestan su peculiar


posicionamiento a la hora de analizar el interés general, la existencia de un consenso
más o menos amplio es, en sí misma, un argumento de peso a la hora de valorar lo
acertado de una decisión o el procedimiento seguido para ponerla en marcha.
Especialmente, como decimos, en propuestas o proyectos cuyo contenido no
conocemos suficientemente.

Sin embargo, carece de cualquier sentido intentar utilizar este tipo de argumentos
para defender la disparatada operación de transferencia de poder de las cajas de
ahorros al Patronato de las nuevas fundaciones bancarias.

La razón es casi evidente. A través de esta operación, el poder de las cajas se traslada
desde la sociedad vasca a un “núcleo de confianza” de los dirigentes de estos
partidos políticos. Un expolio de nuestra economía en toda regla, a favor
precisamente de quienes toman la decisión y aparentemente configuran esa “amplia
mayoría” favorable.

Por lo tanto, en esta operación, los partidos políticos impulsores de la misma no


están emitiendo una opinión sobre el futuro de nuestro sistema financiero. No están
trasladando su propia perspectiva sobre los intereses de los ciudadanos, sobre cómo
mejorar la gestión financiera de las cajas, su actividad inversora o su obra social. Las
cúpulas de estos partidos están, pura y llanamente, defendiendo sus intereses
personales y de grupo. Y desde una de las perspectivas, digámoslo suavemente,
menos dignas.

Los impulsores de este proyecto no están ni siquiera defendiendo los intereses de su


respectivo partido, aunque internamente sea esto lo que vendan a sus afiliados. El
blindaje establecido sobre las fundaciones bancarias protege al círculo de confianza
de los líderes que han adoptado la decisión, pero sólo a dicho círculo de confianza.
Un cambio en la composición de la directiva o en sus estrategias podría dejar sin
representación en las fundaciones bancarias a cualquiera de los partidos políticos

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implicados. El objetivo tiene poco de ideológico y mucho de configurar una camarilla
adicta al actual círculo de poder de cada uno de estos partidos.

En estas circunstancias, es evidente el interés personal y de grupo en el que se basa


esta operación, un interés radicalmente contrario a cualquier perspectiva ideológica
–sea cual sea- sobre lo que debe ser el futuro de las cajas o el futuro de nuestro
sistema financiero desde la perspectiva del interés general.

De esta forma, el que este tipo de operación sea apoyada por más o menos partidos
políticos, lamentablemente, no le añade ni un gramo de legitimidad, por muy “amplia
mayoría” que compongan los partidos políticos impulsores. Como no es más legítimo
un acuerdo disparatado de concesión de determinados privilegios a los miembros de
un parlamento por mucha mayoría o unanimidad de parlamentarios que lo apoyen.

Cuando los intereses personales o de grupo son tan evidentes como en este caso,
intentar utilizar el argumento de que la operación ha sido apoyada por una “amplia
mayoría” es absurdo. A lo único que ayuda es a reforzar si cabe el desprestigio –
quizás definitivo- de nuestra clase política que va a generar inevitablemente esta
apropiación particular de nuestro sistema financiero en manos del “grupo de
confianza” de los líderes de los partidos políticos impulsores

Colección de documentos sobre Kutxabank elaborada por EKAI Center:

http://www.scribd.com/collections/3352719

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