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P.

Flaviano Amatulli Valente, fmap

EXTRACTO
DEL
DOCUMENTO DE APARECIDA

+++++++++++++++++++++++++

PROYECTO OPERATIVO
teniendo en cuenta la situación de
LAS MASAS CATÓLICAS
ANTE EL ACOSO DE LOS GRUPOS
PROSELITISTAS
con miras a
LA CREACIÓN
DE NUEVAS ESTRUCTURAS PASTORALES

+++++++++++++++++++++++++
PROPUESTA - PROVOCACIÓN

Apóstoles de la Palabra
México, Agosto de 2007.

1
Pro-manuscripto
Nos interesa tu opinión:

P. Flaviano Amatulli Valente, fmap


Renato Leduc 231
Col. Toriello Guerra Tlalpan
14050 México, D.F:
Tel. (01 55) 5665 5379
Fax: (01 55 5665 4793)
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Jorge Luis Zarazúa Campa, fmap
Renato Leduc 231
Col. Toriello Guerra Tlalpan
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Impreso y hecho en México


Printed and made in Mexico

2
PRESENTACIÓN

Nuestra principal preocupación son las masas


católicas, relegadas en la así llamada “religiosidad popular”
y por lo tanto marginadas del gran banquete de la fe y
destinadas a disfrutar solamente de las migajas, que caen
de la mesa de los más afortunados, que miran las cosas desde
su perspectiva de privilegiados e instalados.
Se trata de descubrir las causas más profundas de su
debilidad y vulnerabilidad ante el fenómeno del proselitismo
religioso y al mismo tiempo empezar a vislumbrar alguna
pista de solución para los grandes problemas, que están
afectando profundamente al catolicismo latinoamericano y
le están impidiendo despegar el vuelo.
Teniendo en cuenta la enorme cantidad de documentos
de la Iglesia con relación a la realidad latinoamericana,
hemos optado por seleccionar los textos más significativos,
que pueden ayudar a desentrañarla con miras a dar pasos
concretos en orden a una “reestructuración pastoral”,
rescatando lo mejor del Documento de Aparecida.
Estamos seguros de que, haciendo esto, el magno
acontecimiento de Aparecida podrá representar también
para las masas católicas un motivo de esperanza en un
momento en que la incertidumbre, causada por la confusión
doctrinal, el proselitismo religioso más descarado y el éxodo
silencioso de tantos hermanos, las están cuestionando
fuertemente y haciendo tambalear.

3
Se trata, por lo tanto, de un “Extracto” del Documento
de Aparecida y los demás documentos de la Iglesia, vistos
desde la perspectiva de los “pobres y débiles en la fe”, muy
apegados a su realidad e incapaces de entender y
transportarse hacia otras realidades, que no tienen nada que
ver con su experiencia cotidiana de fe.
De todos modos, para los agentes de pastoral con más
capacidad intelectual, experiencia apostólica y preparación
doctrinal es de suma importancia tener a disposición el texto
completo, para poder ubicarse mejor en el contexto general
y apreciar más los aportes y los cuestionamientos, que aquí
se presentan, teniendo en cuenta nuestra realidad concreta
y dejando a un lado aspectos, que pueden ser relevantes y
factibles en otras latitudes y circunstancias y que para
nosotros pueden ser desviantes.
Los textos, tomados literalmente del Documento de
Aparecida o de otros documentos de la Iglesia, se
encuentran en cursiva; lo demás está en tipo normal. Esto
facilita la lectura del presente “Extracto”, dando a cada parte
el valor que le corresponde.
Que todo esto sea “para la mayor gloria de Dios” y el
provecho de los hermanos menos favorecidos en la actual
coyuntura eclesial. Y que algún día no lejano pueda surgir
también para ellos la posibilidad de disfrutar plenamente
del “pan de los hijos”, una vez que se vaya dando vida a
nuevas estructuras pastorales, que permitan proporcionar
una atención personalizada a cada bautizado.

México, D.F., a 15 de agosto de 2007.


Fiesta de la Asunción de María al cielo.

P. Flaviano Amatulli Valente, fmap

4
I PARTE

ANÁLISIS
DE LA REALIDAD ECLESIAL

Normalmente, cuando se habla de análisis


de la realidad, se habla siempre de la realidad
socioeconómica y política. Casi nunca se habla
de realidad eclesial o se hace como de paso, sin
darle la debida importancia.
Pues bien, ¿cuál es la realidad eclesial?
¿Cómo se encuentra el pueblo ante el problema
del proselitismo religioso? Los documentos de
la Iglesia dicen algo al respecto, muy poco por
cierto, pero al mismo tiempo muy significativo.
¿Por qué en la práctica pastoral tienen
poca o nula incidencia? Porque se encuentran
muy diluidos en un montón de temas y páginas.

5
Capítulo 1

TEXTOS OFICIALES

A) JUAN PABLO II:


Las sectas, problema número uno
en América Latina
“Veo que en los diversos países de América Latina el
problema número uno es, cada vez más, el problema
de las sectas, algunos Obispos han manifestado una
opinión muy pesimista de cara al futuro, yo no puedo
permanecer indiferente ante estas opiniones
pesimistas (...)”. (Discurso de S.S. Juan Pablo II a
los obispos del Perú en su visita ad limina, Vaticano,
junio de 1988).

“A ejemplo del Buen Pastor, habéis de apacentar el


rebaño que os ha sido confiado y defenderlo de los
lobos rapaces. Causa de división y discordia en
vuestras comunidades eclesiales son —lo sabéis
bien— las sectas y movimientos «pseudo-
espirituales» de que habla el Documento de Puebla,
cuya expansión y agresividad urge afrontar.
Como muchos de vosotros habéis señalado, el avance
de las sectas pone de relieve un vacío pastoral, que
tiene frecuentemente su causa en la falta de
formación, lo cual mina la identidad cristiana y hace
que grandes masas de católicos sin una atención
religiosa adecuada —entre otras razones, por falta de
sacerdotes—, queden a merced de campañas de
proselitismo sectario muy activas. Pero también
puede suceder que los fieles no hallen en los agentes
de pastoral aquel fuerte sentido de Dios que ellos
deberían transmitir en sus vidas. «Tales situaciones

6
pueden ser ocasión de que muchas personas pobres
y sencillas, —como por desgracia está ocurriendo—
se conviertan en fácil presa de las sectas, en las que
buscan un sentido religioso de la vida que quizás no
encuentran en quienes se lo tendrían que ofrecer a
manos llenas».[34]
Por otra parte, no se puede infravalorar una cierta
estrategia, cuyo objetivo es debilitar los vínculos que
unen a los Países de América Latina y minar así las
fuerzas que nacen de la unidad. Con este objeto se
destinan importantes recursos económicos para
subvencionar campañas proselitistas, que tratan de
resquebrajar esta unidad católica”. (Discurso
Inaugural de Juan Pablo II a la IV Conferencia
General del Episcopado Latinoamericano).

“Esto debe constituir un motivo más de preocupación


pastoral, que nos lleva a plantear y realizar una
acción evangelizadora, para la cual se necesitan
agentes de pastoral convenientemente formados e
imbuidos de gran espíritu apostólico”. (Discurso de
S.S. Juan Pablo II al tercer grupo de obispos de los
EE.UU. en su visita ad limina. Vaticano, 18 de mayo
de 1993).

“No hay que descuidar el grave problema de los


‘nuevos grupos religiosos’, que siembran confusión
entre los fieles, especialmente en los ambientes
medios y marginales o pobres. Sus métodos, sus
recursos económicos y la insistencia de su labor
proselitista hacen impacto, sobre todo, entre quienes
emigran del campo a la ciudad”.
“Muchos de vosotros habéis escrito cartas pastorales
sobre los problemas que presentan las sectas y
movimientos pseudorreligiosos, incluido el llamado
New Age. Las ideas de la New Age a veces se abren
camino en la predicación, la catequesis, los congresos
7
y los retiros, y así llegan a influir incluso en los
católicos practicantes, que tal vez no son conscientes
de la incompatibilidad de esas ideas con la fe de la
Iglesia”. (Discurso de S.S. Juan Pablo II a los obispos
de la Conferencia Episcopal Mexicana, Lago
Guadalupe, México, 12 de mayo de 1990).

B) PUEBLA:
Falsa interpretación
del pluralismo religioso
“Muchas sectas han sido, clara y pertinazmente, no
sólo anticatólicas, sino también injustas al juzgar a
la Iglesia y han tratado de minar a sus miembros
menos formados. Tenemos que confesar con
humildad que en gran parte, aún en sectores de la
Iglesia, una falsa interpretación del pluralismo
religioso ha permitido la propagación de doctrinas
erróneas o discutibles en cuanto a fe y moral,
suscitando confusión en el Pueblo de Dios”. (DP
8O)(1)

C) SANTO DOMINGO:
Proporciones dramáticas
“El problema de las sectas ha adquirido proporciones
dramáticas y ha llegado a ser verdaderamente
preocupante sobre todo por el creciente
proselitismo”. (SD 139)
“Las sectas fundamentalistas son grupos religiosos
que insisten en que sólo la fe en Jesucristo salva y
que la única base de la fe es la Sagrada Escritura,
interpretada de manera personal y fundamentalista,
por lo tanto con exclusión de la Iglesia, y la
insistencia en la proximidad del fin del mundo y del
juicio próximo.

8
Se caracterizan por su afán proselitista mediante
insistentes visitas domiciliarias, gran difusión de
Biblias, revistas y libros; la presencia y ayuda
oportunista en momentos críticos de la persona o de
la familia y una gran capacidad técnica en el uso de
los medios de comunicación social. Cuentan con una
poderosa ayuda financiera proveniente del
extranjero y del diezmo que obligatoriamente
tributan todos los adheridos.
Están marcados por un moralismo riguroso, por
reuniones de oración con un culto participativo y
emotivo, basado en la Biblia, y por su agresividad
contra la Iglesia, valiéndose con frecuencia de la
calumnia y de la dádiva. Aunque su compromiso con
lo temporal es débil, se orientan hacia la
participación política encaminada a la toma del
poder.
La presencia de estas sectas religiosas
fundamentalistas en América Latina ha aumentado
de manera extraordinaria desde Puebla hasta
nuestros días”. (SD 140)

D) BENEDICTO XVI:
Debilitamiento
de la propia pertenencia a la Iglesia
“Se percibe, sin embargo, un cierto debilitamiento
de la vida cristiana en el conjunto de la sociedad y de
la propia pertenencia a la Iglesia católica debido al
secularismo, al hedonismo, al indiferentismo y al
proselitismo de numerosas sectas, de religiones
animistas y de nuevas expresiones seudo religiosas”.
(Palabras del Papa Benedicto XVI en la sesión
inaugural de la V Conferencia)

9
E) APARECIDA:
Éxodo de fieles a las sectas
“En el fiel cumplimiento de su vocación bautismal el
discípulo ha de tener en cuenta los desafíos que el
mundo de hoy le presenta a la Iglesia de Jesús, entre
otros: el éxodo de fieles a las sectas y otros grupos
religiosos; las corrientes culturales contrarias a
Cristo y la Iglesia; el desaliento de sacerdotes frente
al vasto trabajo pastoral; la escasez de sacerdotes
en muchos lugares; el cambio de paradigmas
culturales; el fenómeno de la globalización y la
secularización; los graves problemas de violencia,
pobreza e injusticia; la creciente cultura de la muerte
que afecta la vida en todas sus formas”. (DA 185)

“Hoy se hace necesario rehabilitar la auténtica


apologética que hacían los padres de la Iglesia como
explicación de la fe. La apologética no tiene por que
ser negativa o defensiva “per se”. Implica, más bien,
la capacidad de decir lo que está en nuestras mentes
y corazones de forma clara y convincente, como dice
San Pablo “haciendo la verdad en la caridad” (Ef. 4,
15). Los discípulos y misioneros de Cristo de hoy
necesitan más que nunca, una apologética renovada
para que todos puedan tener vida en Él”. (DA 229)

“Según nuestra experiencia pastoral muchas veces


la gente sincera que sale de nuestra Iglesia no lo hace
por lo que los grupos “no católicos” creen, sino
fundamentalmente por lo que ellos viven; no por
razones doctrinales sino vivenciales; no por motivos
estrictamente dogmáticos, sino pastorales; no por
problemas teológicos sino metodológicos de nuestra
Iglesia. En verdad, mucha gente que pasa a otros
grupos religiosos no está buscando salirse de nuestra
Iglesia sino que está buscando sinceramente a Dios.
(DA 225).
10
REFLEXIÓN
1. Copia las frases más importantes.

2. ¿Qué te parece lo que dicen los documentos de la


Iglesia acerca de la situación del pueblo católico ante
el acoso de los grupos proselitistas?

11
Capítulo 2

ESTADÍSTICAS

No existen datos precisos acerca de la cantidad de


católicos que han dejado la lglesia. Normalmente las
agrupaciones no católicas tienden a inflar las cifras, para
justificar sus gastos ante sus patrocinadores y seguir
pidiendo ayuda; los católicos, al contrario, tienden a
minimizarlas, para no alarmar a la opinión pública y seguir
con la rutina de siempre. De hecho, no obstante las
declaraciones oficiales, se ha hecho poco o nada para
enfrentar directamente el problema del proselitismo
religioso. Por lo general, se ha tratado de iniciativas
particulares, con escaso o nulo apoyo de parte de la jerarquía
local.
De todos modos, teniendo en cuenta lo anterior, he aquí
algunos datos, que nos pueden ayudar a tener una cierta
idea acerca de la situación, en que nos encontramos con
relación al fenómeno del proselitismo religioso: Guatemala
= 50% no católicos, Nicaragua = 43%, Brasil = 36%, El Sal-
vador = 35% y los demás países del 15 al 30%.
Con relación a México, la situación es la siguiente: El
85% de la población se declara católica, lo que indica un
avance significativo de los grupos proselitistas,
especialmente de la línea pentecostal, que tiene una
membresía de más de 4.5 millones de personas. Los testigos
de Jehová, por su parte, rebasan el millón de adeptos,
seguidos de los mormones y los adventistas del séptimo día.
Un fenómeno preocupante lo constituye el de aquellos que
se declaran sin religión, que rebasa los 3 millones de
mexicanos.

12
REFLEXIÓN
1. En tu parroquia, pueblo o ciudad, ¿cuál es la
proporción entre católicos y no católicos?

2. Los grupos proselitistas, ¿están creciendo o no?


Están creciendo
No están creciendo

13
Capítulo 3

UNA REALIDAD ECLESIAL


MAQUILLADA

Los textos mencionados y las estadísticas hablan claro:


estamos perdiendo las masas católicas. Y sin embargo a nivel
operativo no se está haciendo nada para detener esta
constante hemorragia, que está desangrando a la Iglesia.
¿Por qué?
Porque los textos citados se encuentran diluidos en un
montón de temas y páginas, que tratan de presentar otra
imagen de la realidad eclesial, una imagen maquillada.
Ahora bien, ¿por qué se está dando esta situación?
Posibles respuestas:
· Los trapos sucios se lavan en casa. Que no se entere la
opinión pública, de una manera especial los católicos
de otros continentes, de lo que está pasando en
América Latina. Que sigan pensando en América
Latina como en el continente de la esperanza (y del
amor).
· Para no alarmar y desanimar al pueblo católico en
general.
· Como forma de exorcizar el peligro, que amenaza a la
Iglesia en América Latina, de volverse
mayoritariamente protestante.
· Dar la impresión de ser una Iglesia fuerte y segura.
· Influjo de la Teología de la Liberación, que no se
resigna a reconocer su derrota y a reubicarse en el
nuevo contexto eclesial, que se está creando. Trata de
recuperar en los documentos lo que perdió en el
terreno de los hechos.

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Sea cual sea la causa, un dato es cierto: manejando así
sus asuntos internos, la Iglesia pierde credibilidad y no
avanza. Muy precisa en los análisis de la realidad social y
muy evasiva, cuando se trata de la realidad eclesial.
¿Qué dice la Palabra de Dios al respecto? “¿Por qué te
fijas en la pelusa que está en el ojo de tu hermano y no te
das cuenta de la viga que tienes en el tuyo?” (Mt 7, 3). Como
dice el refrán: “El buen juez por su casa empieza”. Ahora
bien, ¿cómo la Iglesia puede ser realmente “madre y
maestra”, si no da testimonio de sinceridad, humildad y
diálogo en la manera de enfrentar y resolver su misma
problemática interna?
¿Es correcto enseñar sin practicar? En este caso, bien
podría aplicarse a la Iglesia el reproche de Jesús a los mae-
stros de la Ley de aquel tiempo: “Dicen y no hacen; atan
cargas pesadas y las echan sobre las espaldas de la gente,
pero ellos ni con el dedo quieren moverlas” (Mt 23, 4).
Además, ¿es correcto pedir perdón por las culpas
pasadas y al mismo tiempo no fijarse en las fallas actuales y
de esta manera, por descuido, pereza, orgullo o intereses
particulares, seguir causando tanto daño y sufrimiento a
sus miembros más débiles?

REFLEXIÓN
1. ¿Por qué en la práctica pastoral se da poca
importancia al fenómeno del proselitismo religioso?

2. ¿Es correcto ser muy estricto en los análisis de la


realidad social y muy superficiales cuando se trata
de la realidad eclesial?

15
16
II PARTE

OBJETIVO:
HACER DISCÍPULOS
Y MISIONEROS DE CRISTO

Con Aparecida, por fin la Iglesia aterriza


en lo propio, que consiste en hacer “discípulos
y misioneros de Cristo”. Todo lo demás es
secundario. En realidad, solamente siendo
“discípulos y misioneros de Cristo”, uno puede
ser realmente “sal de la tierra” y “luz del
mundo” (Mt 5, 13-14).

17
Capítulo 1

DOS CARAS
DE LA MISMA MEDALLA

“Esta Conferencia General tiene como tema:


“Discípulos y misioneros de Jesucristo, para que
nuestros pueblos en Él tengan vida” (Jn 14, 6).
“La Iglesia tiene la gran tarea de custodiar y
alimentar la fe del Pueblo de Dios, y recordar
también a los fieles de este Continente que, en virtud
de su bautismo, están llamados a ser discípulos y
misioneros de Jesucristo. Esto conlleva seguirlo,
vivir en intimidad con Él, imitar su ejemplo y dar
testimonio. Todo bautizado recibe de Cristo, como
los Apóstoles, el mandato de la misión: “Id por todo
el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la
creación. El que crea y sea bautizado, se salvará”
(Mc 16,15). Pues ser discípulos y misioneros de
Jesucristo y buscar la vida “en Él” supone estar
profundamente enraizados en Él”. (Palabras del
Papa Benedicto XVI en la sesión inaugural de la V
Conferencia)

“El discípulo, fundamentado así en la roca de la


Palabra de Dios, se siente impulsado a llevar la
Buena Nueva de la salvación a sus hermanos.
Discipulado y misión son como las dos caras de una
misma medalla: cuando el discípulo está enamorado
de Cristo, no puede dejar de anunciar al mundo que
sólo Él nos salva (cf. Hch 4,12). En efecto, el discípulo
sabe que sin Cristo no hay luz, no hay esperanza, no
hay amor, no hay futuro”. (DA 146)

18
“La maduración en el seguimiento de Jesús y la
pasión por anunciarlo requieren que la Iglesia
particular se renueve constantemente en su vida y
ardor misionero. Sólo así puede ser, para todos los
bautizados, casa y escuela de comunión, de
participación y solidaridad. En su realidad social
concreta, el discípulo hace la experiencia del
encuentro con Jesucristo vivo, madura su vocación
cristiana, descubre la riqueza y la gracia de ser
misionero y anuncia la Palabra con alegría”. (DA
167)

“Los mejores esfuerzos de las parroquias en este


inicio del tercer milenio deben estar en la
convocatoria y en la formación de laicos misioneros”.
(DA 174)

“Reconocemos como un fenómeno importante de


nuestro tiempo la aparición y difusión de diversas
formas de voluntariado misionero que se ocupan de
una pluralidad de servicios”. (DA 372)

“Esta V Conferencia, recordando el mandato de ir y


de hacer discípulos (cf. Mt 28, 20), desea despertar
la Iglesia en América Latina y El Caribe para un
gran impulso misionero. No podemos desaprovechar
esta hora de gracia. ¡Necesitamos un nuevo
Pentecostés! ¡Necesitamos salir al encuentro de las
personas, las familias, las comunidades y los pueblos
para comunicarles y compartir el don del encuentro
con Cristo, que ha llenado nuestras vidas de
“sentido”, de verdad y amor, de alegría y de
esperanza! ¡No podemos quedarnos tranquilos en
espera pasiva en nuestros templos, sino urge acudir
en todas las direcciones para proclamar que el mal
y la muerte no tienen la última palabra, que el amor

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es más fuerte, que hemos sido liberados y salvados
por la victoria pascual del Señor de la historia, que
El nos convoca en Iglesia, y que quiere multiplicar el
número de sus discípulos y misioneros en la
construcción de su Reino en América Latina! Somos
testigos y misioneros: en las grandes ciudades y
campos, en las montañas y selvas de nuestra
América, en todos los ambientes de la convivencia
social, en los más diversos “areópagos” de la vida
pública de las naciones, en las situaciones extremas
de la existencia, asumiendo “ad gentes” nuestra
solicitud por la misión universal de la Iglesia”. (DA
548)

REFLEXIÓN
1. Tú, ¿en qué manera puedes ser “discípulo de Cristo”?

2. ¿Estás preparado y dispuesto para ser “misionero de


Cristo”?

20
Capítulo 2

MISIONEROS PARROQUIALES

Mientras por lo que se refiere al discipulado se cuenta


con bastante experiencia, especialmente a nivel de
asociaciones y movimientos apostólicos, en el asunto de la
misión estamos en pañales, puesto que no se cuenta con
ningún método concreto. Se habla mucho de misión y se
hace poco o nada.
En algún caso hasta se habla de “mega misión” con 20
– 30 mil misioneros. Y se trata de pura demagogia. En el
fondo, se trata de estudiantes, por lo general adolescentes,
que pasan la Semana Santa en alguna zona rural,
repartiendo ropa o alimentos a la gente pobre y
entreteniéndola con juegos y cuentitos. La misión como
diversión, descanso, turismo o acción social.
Me pregunto: “¿Es ésta la misión? ¿Para eso Jesús
envió a los apóstoles por todo el mundo? (Mc 16, 15)”. Es
que el concepto de misión se ha diluido demasiado. Todos
quieren tener el título de “misioneros” sin hacer nada o casi,
limitándose a repartir alguna invitación de casa en casa o
haciendo alguna celebración de la Palabra en zonas aisladas
o abandonadas.
Ahora bien, si queremos que el Documento de
Aparecida tenga sentido y no contribuya a devaluar el
concepto de misión, tenemos que dar un paso en adelante
significativo. ¿Cómo? Aclarando bien el concepto de misión
y misioneros, no tomándolo solamente en un sentido
genérico, sino también específico.
En un sentido genérico, todos podemos y tenemos que
ser misioneros, dando testimonio de vida cristiana e
impulsando a los demás a una vida más acorde a la voluntad
de Dios. Pero esto hoy en día no es suficiente. Si queremos
hacer frente a los múltiples problemas que se nos presentan

21
como Iglesia, necesitamos contar también con misioneros
en sentido estricto, como nos habla San Pablo en la Primera
Carta a los Corintios, capítulo 12, versículo 28.
Allá se dice claramente que los dones más importantes,
que el Espíritu Santo otorga a los creyentes en orden a
prestar un servicio a la comunidad, son tres: ser misionero,
ser profeta y ser maestro.

· En primer lugar está el don de ser misionero, que


consiste en la capacidad que da el Espíritu Santo de
anunciar el Evangelio en una forma eficaz a los que
están fuera de la comunidad en orden a integrarse a
ella mediante la conversión y la aceptación de Cristo
como el único Salvados y Señor. En aquel tiempo se
trataba de paganos; hoy en día puede tratarse también
de bautizados no evangelizados, que viven al margen
de la comunidad cristiana.
· En segundo lugar está el don de ser profeta, que
consiste en la capacidad que da el Espíritu Santo de
conocer profundamente la situación, en que se
encuentra la comunidad como tal y cada integrante
de ella, en orden a su superación, según el caso dando
consuelo, amonestando o exhortando (1Cor 14, 3).
· En tercer lugar está el don de ser maestro, que consiste
en la capacidad que da el Espíritu Santo en orden a
proporcionar a los creyentes una enseñanza
sistemática del dato revelado, teniendo a Cristo como
centro, a imitación de los antiguos maestros de la ley,
que tenía a Moisés como punto de referencia.

Evidentemente, como en todos los demás aspectos, no


basta el don o carisma; se necesita la colaboración humana
mediante el soporte de una vida auténticamente cristiana,
el estudio y el entrenamiento. No solamente el don ni
solamente el esfuerzo humano. Los dos juntos. En nuestro

22
caso, no solamente la capacidad y el impulso interior que
da el Espíritu Santo en orden a la misión, sino también el
conocimiento del mensaje que hay que anunciar y el
entrenamiento práctico para realizarlo con eficacia,
teniendo en cuenta a los destinatarios concretos y las
circunstancias concretas.
De otra manera, ¿qué pasa? Lo que ha pasado muchas
veces con gente de buena fe, pero sin conocimiento ni
experiencia al respecto, es decir, que todo fracasa por no
ser realistas y dejarse guiar por el entusiasmo del momento.
Se sale a evangelizar y se regresa bien golpeados por los
miembros de los grupos proselitistas, al no estar preparados
a enfrentar sus cuestionamientos.
Teoría y práctica; vida cristiana, conocimiento y
entrenamiento; dando pasos siempre más firmes en orden
a conseguir cada vez más seguridad en el ejercicio del propio
carisma, sin el peligro a quedar confundidos, desanimados
o descalabrados por la reacción de los no creyentes, los
indiferentes o los miembros de los grupos proselitistas.
En este aspecto, los apóstoles de la Palabra contamos
con una larga experiencia, puesto que desde hace muchos
años nos estamos dedicando a impartir cursos bíblicos y
cursos de apologética a nivel popular, con enseñanzas, me-
sas redondas y encuestas mediante visitas domiciliarias.
De esta manera estamos formando a los “misioneros
parroquiales”, que poco a poco se van capacitando y
entrenando para visitar a los alejados, dándoles mensajes
siempre más adecuados a su situación hasta no integrarlos
completamente a la comunidad cristiana.
Solamente contando con este tipo de misioneros
especializados, es posible hablar de una verdadera misión,
con planes precisos y evaluables. De otra manera, corremos
el riesgo de quedarnos en puras palabras, sin ninguna
incidencia en la realidad, siguiendo en picada mientras la
competencia avanza.
Que quede bien claro: no puede haber misión sin contar
con verdaderos misioneros, bien preparados y entrenados.
23
REFLEXIÓN
1. En tu parroquia, movimiento o asociación ¿hay
verdaderos misioneros, preparados y entrenados
para anunciar la salvación a gente alejada, no
creyente, indiferente o proselitista?

No
2. Sí no hay, ¿qué sugieres?

24
III PARTE

ESTRATEGIAS

¿Cómo lograr que cada católico de buena


voluntad se pueda volver en “discípulo y
misionero de Cristo”? He aquí algunas
estrategias prácticas, que implican un grande
cambio en todo el sistema eclesial.
O todo se queda en puras palabras, como
ha sucedido en otras ocasiones.

25
Capítulo 1

CONFIANDO EN DIOS, ABRIRSE


TOTALMENTE A LA VERDAD
Y ACEPTAR LA REALIDAD
ASÍ COMO ES

¿Cuál fue la causa de la enorme tragedia, que afectó al


Pueblo de Israel al ser arrastrado hacia el fracaso por sus
dirigentes? El no haber reconocido y aceptado al Mesías
esperado: “Vino a su casa y los suyos no lo recibieron” (Jn
1, 11). ¿Y por qué no lo recibieron? Por no querer abrirse a
la verdad y encerrarse totalmente en su mundo, no obstante
todas las evidencias contrarias.
Mientras para el pueblo sencillo, libre de todo prejuicio
y teniendo en cuenta los hechos concretos, fue fácil aceptar
a Jesús como un hombre acreditado por Dios (Jn 9, 25.30-
33), para los entendidos, al contrario, bien metidos en su
ideología e intereses de grupo, les resultó imposible y por
lo tanto inventaron cualquier pretexto para oponerse a Él
hasta causarle la muerte (Jn 5, 16; 9, 24).
Pues bien, lo mismo está pasando hoy en día en la
Iglesia. Mientras la gente sencilla fácilmente reconoce la
importancia de la apologética en orden a una vida de fe con
seguridad, sin complejos de inferioridad ni sobresaltos; los
expertos, al contrario, utilizando razonamientos bizantinos
que solamente ellos entienden, la rechazan y siguen tercos
en su posición, sin ningún sentido de compasión hacia el
pueblo católico, que está siendo cuestionado por los
enemigos de su fe y masivamente está abandonando la
Iglesia.
¿Dónde está el problema? En querer aferrarse con
todos los medios posibles al propio mundo imaginario,
rechazando toda apertura hacia la realidad, como si, con

26
solo negarla, la pudieran cambiar. Pero no es así. La realidad
es lo que es y acaba siempre por imponerse, lo quieran o
no. Se trata sencillamente de abrirse hacia ella y aceptarla.
A veces me pregunto: “¿Por qué razón actualmente los
únicos, que están haciendo un trabajo serio y convencido
por fortalecer la fe de los católicos, por lo general son gente
sencilla o gente culta que, a raíz de un proceso de reflexión
y estudio, dejan el protestantismo y se integran a la Iglesia
Católica? ¿Por qué el clero católico en general, y los teólogos
en especial, tienen tanta fobia contra la apologética, no ob-
stante los enormes estragos que esta falta esté causando en
el pueblo católico? ¿No consiste en esto precisamente el
pecado contra el Espíritu Santo (Mt 12, 22-23. 31-32): en
cerrarse ante la verdad y rechazar la realidad?”
La rutina nos está matando. Nos impide ver más allá
de las apariencias. Cada quien hace lo que puede y el pueblo
sufre y nos abandona, acosado por un montón de
propuestas. Y no se buscan las causas de todo esto. Cada
uno se deja atrapar por lo cotidiano e inmediato. No se va a
las raíces. Falta un plan global de evangelización, que
implique cambios profundos. ¿Por qué? Por flojera, por
cobardía, por miedo al qué dirán o por un mal entendido
sentido de obediencia, como si fuera pecado pensar.
Es tiempo de confiar totalmente en Dios y en el papel
único e insustituible de la Iglesia Católica en orden a la
salvación plena en Cristo, y desde ahí abrirse totalmente a
la verdad, luchando por descubrir la realidad así como es y
haciendo todo el esfuerzo posible por cambiarla a la luz de
la Palabra de Dios, pase lo que pase, cueste lo que cueste. Se
trata de crear un nuevo estilo de Iglesia, más abierta y activa,
en que todos se sientan comprometidos a dar su aporte, cada
uno desde su trinchera y no dejando toda la responsabilidad
a la Jerarquía, como si tuviera una línea directa con el
Espíritu Santo, que le señalara todo lo que se tiene que hacer
momento por momento y situación por situación.

27
REFLEXIÓN
1. Según tu experiencia, en la Iglesia por lo general, ¿se
está haciendo un esfuerzo serio por conocer la
situación real en que vive el pueblo católico?

2. ¿Se está haciendo un esfuerzo serio para resolver los


problemas que lo están afectando?

28
Capítulo 2

FORTALECER LA FE DEL
CATÓLICO MEDIANTE LA
APOLOGÉTICA Y LA BIBLIA

¿Qué es la apologética? La defensa de la fe. Ni modo:


donde hay ataques, tiene que haber defensa. A lo largo de la
historia, siempre hubo ataques contra la fe católica y
siempre hubo defensa de la fe. La única diferencia consiste
en el hecho que antes se trataba de un asunto entre los de
arriba, mientras hoy se trata de un asunto personal, de
individuo a individuo.
Antes, para resolver un problema de fe, intervenían las
autoridades políticas y religiosas de los distintos bandos,
sin la participación del pueblo; hoy todo se resuelve en la
calle, en un diálogo de persona a persona, sin la intervención
directa de las respectivas autoridades.
De ahí posiblemente viene la incomprensión del
problema de parte de nuestras autoridades eclesiásticas.
Visto que los representantes de los grupos proselitistas no
aceptan un diálogo abierto con los representantes de la
Iglesia Católica, en los documentos oficiales se ignora su
existencia. ¿A qué precio? A un precio altísimo: el abandono
de las masas católicas a los caprichos de los grupos
proselitistas, que hacen de ellas lo que quieren, sin que nadie
se preocupe por protegerlas.
Pues bien, después de haber constatado los enormes
daños, que esta manera de llevar las cosas ha causado dentro
de la Iglesia, llegó el tiempo de meter mano en el asunto y
ver qué hacer para fortalecer la fe del católico y protegerla
ante la agresión capilar y sistemática de parte de los grupos
proselitistas.

29
Ya no tiene ningún sentido la visión comodina e
imaginaria que muchos tienen acerca de la realidad eclesial,
según la cual basta una buena evangelización, impregnada
de ecumenismo y diálogo interreligioso, sin apologética,
para que uno no se deje atrapar por los grupos proselitistas.
Pues bien, en todas partes los hechos han desmentido esta
manera de ver las cosas, puesto que en todas partes ha
habido gente “bien evangelizada” y con cargos dentro de la
comunidad eclesial, que tranquilamente se ha ido con algún
grupo proselitista o está fundando su propio grupo. ¿Por
qué? Por no tener ideas claras acerca del papel especial, que
juega la Iglesia Católica en orden a la salvación, como la
única Iglesia fundada por Cristo, y no contar con una
respuesta precisa ante los ataques y cuestionamientos de
los grupos proselitistas.
Aprendieron a ensalzar tanto los valores presentes en
los demás grupos religiosos, que llegaron a considerarlos
iguales a la Iglesia Católica. Y con esa mentalidad, al
sobrevenir alguna prueba, por alguna dificultad surgida al
interior de la misma comunidad o por algún ofrecimiento o
cuestionamiento hecho de parte de los grupos proselitistas,
no tuvieron reparo en abandonar la Iglesia, sin ningún cargo
de conciencia.
Otros piensan que no hay que intervenir para defender
a los católicos de las agresiones de los grupos proselitistas.
Mejor dejarlos solos para ver quiénes realmente son
católicos convencidos. Según ellos, en la prueba los buenos
se quedan y los malos se apartan. Y no es así. La experiencia
dice que donde la mayoría de la población abandona la
Iglesia, los que se quedan en general no son los mejores sino
los peores, es decir, los más apáticos, mientras los que tienen
más sensibilidad en campo religioso se salen de la Iglesia,
atraídos por las promesas de los grupos proselitistas o
asustados por sus amenazas.
¿Queremos un pueblo católico seguro en su fe? Que
todos conozcan los fundamentos de su fe desde su más tierna
edad. O seguiremos perdiendo gente no solamente de parte

30
de los católicos alejados sino también de parte de los que se
consideran “muy evangelizados”.
Es tiempo de dejar a un lado todo tipo de demagogia y
enfrentar el problema con sentido de honestidad intelectual
y fidelidad al Evangelio. En pocas palabras, tú, como agente
de pastoral, ¿qué estás haciendo, al ver a tus hermanos
católicos, acosados por los grupos proselitistas? ¿Te estás
portando como el buen pastor, que está dispuesto a dar la
vida por las ovejas (Jn 10, 11), o como el asalariado, que
huye, cuando ve llegar el lobo rapaz? (Jn 10, 12). Aquí está
la clave de todo. Lo demás es pura palabrería inútil.
Al mismo tiempo es necesario que el católico salga del
complejo de inferioridad, en que se encuentra actualmente
ante los grupos proselitistas, mediante un conocimiento y
un uso abundante de la Biblia. Que se trate de algo práctico,
no un estudio hecho en una perspectiva eminentemente
científica, con los tecnicismos propios de los expertos. Que
todo católico tenga la oportunidad de familiarizarse con la
Biblia desde la más tierna edad y pueda encontrar en la
Biblia el alimento seguro y sustancioso para una vida de fe.

“Hay que fortalecer la fe “para afrontar serios retos,


pues están en juego el desarrollo armónico de la
sociedad y la identidad católica de sus pueblos”. (DA
549)

REFLEXIÓN
1. Ante los ataques y cuestionamientos de los grupos
proselitistas, el católico, ¿está capacitado para
defender su fe con la Biblia en la mano?

2. ¿Qué hay que hacer entonces?

31
Capítulo 3

UNIR TEORÍA Y PRÁCTICA


EN LA VIDA DEL CATÓLICO

Para ser “discípulos y misioneros de Cristo”, no basta


conocer los contenidos de la fe católica; es necesario
aprender a vivirlos. En realidad, la vida cristiana no es pura
teoría, sino práctica. Se trata de un camino (Hch 9, 2) en el
seguimiento de Cristo: “El que quiera ser mi discípulo, que
tome su cruz y me siga” (Mc 8, 34).
Esto implica un cambio profundo en la manera de
formar y acompañar a los católicos en su vida de fe. No basta
un curso de formación o algunas charlas para que alguien
pueda acceder a los sacramentos o pueda considerarse
católico. Se necesita un verdadero entrenamiento y un
acompañamiento constante de parte de la comunidad
cristiana.
En la vida del cristiano los sacramentos tienen que
representar un punto de llegada y un punto de partida, en
cuanto completan una etapa de formación y entrenamiento
y dan inicio a otra de mayor compromiso, fortalecidos por
la fuerza que viene de la recepción de los mismos. Teoría y
práctica, conocimiento y entrenamiento, un continuo
avanzar, entre caídas y levantadas, hacia la plenitud en
Cristo.

“Recordamos que el itinerario formativo del cristiano


en la tradición más antigua de la Iglesia “tuvo
siempre un carácter de experiencia, en el cual era
determinante el encuentro vivo y persuasivo con
Cristo, anunciado por auténticos testigos”. Se trata
de una experiencia que introduce en una profunda y
feliz celebración de los sacramentos, con toda la

32
riqueza de sus signos. De este modo, la vida se va
transformando progresivamente por los santos
misterios que se celebran, capacitando al creyente
para transformar el mundo. Esto es lo que se llama
“catequesis mistagógica”. (DA 290)

REFLEXIÓN
1. Para ser “discípulo de Cristo”, ¿es suficiente conocer
la enseñanza de Jesús?

2. ¿Qué hay que hacer entonces?

33
Capítulo 4

ATENDER PERSONALMENTE
A CADA CATÓLICO

A veces se oye decir: “aunque mi parroquia sea bastante


grande, de todos modos, sabiéndome organizar, yo puedo
atender bien a toda la gente”.
Atender, ¿en qué sentido? En el sentido de que puede
bautizar y casar por la Iglesia a todos los que lo soliciten.
Ahora bien, ¿es suficiente esto para que se pueda hablar de
una adecuada atención pastoral? ¿Y la formación en la fe?
¿Y el pastoreo que implica un acompañamiento
personalizado?
La costumbre nos está volviendo ciegos. Puesto que
siempre se hizo así, la situación parece normal. Y la Palabra
de Dios ¿qué dice al respecto? El buen pastor conoce a sus
ovejas una por una (Jn 10, 3). Si nos dejamos cuestionar
por la Palabra de Dios, ¡cuántas cosas tendremos que
cambiar dentro de la Iglesia!
Tenemos que dejar a un lado el concepto de Iglesia
como agencia de ceremonias, a la que se acude por algún
rito especial. En realidad, el ser discípulo de Cristo no es
cuestión de ritos, sino de vida, es decir, una manera de vivir.
Por lo tanto, es indispensable poder contar con alguien, que
ayude a uno a sortear con mayor facilidad las distintas
dificultades que se le presentan, en un plan de
discernimiento y apoyo.
Como todos necesitamos que alguien nos asesore en el
campo de la salud física, lo mismo tiene que pasar en lo
espiritual. Es necesario que alguien nos oriente e impulse
para que podamos avanzar. Como dice un refrán, “cuatro
ojos ven mejor que dos”. Y como en el campo de la salud
física no es aconsejable una automedicación total, lo mismo

34
tiene que pasar en lo espiritual. Es siempre oportuna la
presencia de alguien, que nos ayude a ver las cosas con más
realismo y nos ayude a no desanimarnos en las pruebas.
Claro que fácilmente viene la pregunta: “¿De dónde
sacar los fondos necesarios para que haya en la Iglesia tanta
gente capacitada y encargada para realizar esta labor?” Y se
opta por seguir como antes, sin enfrentar el problema y
dejando masas enormes de católicos sin orientación ni
apoyo, ante el acoso de falsos pastores que fácilmente los
convencen y se los llevan.
¿Dónde está la raíz del problema? En el
desconocimiento de las Escrituras y en dejarse guiar por
una mentalidad puramente humana, hecha de egoísmo y
desinterés por el bien de los demás. ¿La solución? Una
verdadera confianza en Dios, lanzándose a cualquier
aventura con tal de ser fieles a su voluntad.

“Que cada Iglesia particular ofrezca a los fieles una


atención religiosa más personalizada”. (EIA 73).

REFLEXIÓN
1. Como católico, ¿te sientes acompañado
personalmente por algún miembro de la Iglesia
capacitado para eso?

2. ¿No te gustaría que alguien te apoyara en los


momentos difíciles de la vida?

35
Capítulo 5

ESTRUCTURAR
UN NUEVO MODELO PASTORAL

El actual modelo pastoral se gestó en un régimen de


cristiandad. Todos católicos. Sacramentos para todos. Un
sacerdote para cada 50-100 habitantes. La fe se respiraba
por todos los poros. Ningún tipo de oposición. El mismo
estado se preocupaba por proteger la fe de los ciudadanos.
Cuando nacía alguien, ¿dónde se registraba? En la
parroquia. Lo mismo cuando se casaba o moría. No existía
otro registro fuera de la parroquia. Por eso se bautizaba a
todos y todos se casaban por la Iglesia, sin necesidad de
alguna preparación especial. Toda la cultura era católica.
Todos pensaban y sentían a la manera católica, con todas
las debilidades posibles.
Hoy, al contrario, vivimos en una sociedad plural. Hay
de todo y por lo general la cultura ya no es católica. Hasta
existen grupos religiosos proselitistas, que están haciendo
todo lo posible para confundir y conquistar a los católicos.
Al mismo tiempo, hay pocos sacerdotes y mucho abandono
de las masas.
Estando así las cosas, ¿cómo es posible seguir como
antes, administrando los sacramentos a todos, sin fijarnos
en el hecho que en muchos casos se trata de cascarones
vacíos, que cuentan solamente con una pantalla católica,
cuando en realidad son auténticos paganos, metidos en todo
tipo de creencias? Hoy en día, para que se pueda contar con
verdaderos católicos, es necesario cambiar muchas cosas al
interior de la Iglesia.
Hay que crear estructuras pastorales nuevas, teniendo
en cuenta los distintos lugares y las distintas situaciones,
de manera que cada católico sea atendido personalmente.

36
Solamente así será posible garantizar para todos la
posibilidad de una vivencia realmente cristiana.
Por lo tanto, más que mirar hacia la edad media, hay
que mirar hacia la Iglesia primitiva en busca de inspiración
para resolver los problemas mano a mano se vayan
presentando, contando con la misma libertad con que
contaron las primeras generaciones cristianas, sin dejarse
condicionar por instituciones y criterios establecidos en un
régimen de cristiandad. El mismo dogma católico tiene que
ser liberado de todas las incrustaciones propias de la cultura
del tiempo en que fueron formulados.
Si queremos que la Iglesia Católica se prepare a
despegar el vuelo, no hay otro camino. O seguiremos en
picada, no obstante todos los esfuerzos que hagamos, al no
contar con estructuras pastorales adecuadas a los tiempos
en que vivimos. Vino nuevo en odres nuevos (Mt 9, 17).
Mano a mano que la Iglesia vaya avanzando en un nuevo
contexto cultural, necesita establecer estructuras adecuadas,
sin la necesidad de forzar las antiguas estructuras creadas
en un contexto diferente.
Actualmente la Iglesia Católica se parece a una
empresa, gloriosa en el pasado, pero al presente en franca
decadencia, por no saber adecuarse a los nuevos tiempos,
al manejar un tipo de tecnología ya superado. El producto
sigue siendo de lo mejor; pero no puede abastecer a todos
los clientes y por lo tanto se ve obligada a sacar también un
producto de escasa calidad, con tal de salir al paso con los
compromisos adquiridos, lo que le está acarreando un
enorme desprestigio y la pérdida de muchos clientes.
Las demás empresas, al contrario, mediante un buen
manejo de la tecnología y mercadotecnia moderna, logran
mejores resultados, aunque los expertos fácilmente se den
cuenta de que se trata de un producto de poco valor,
comparado con el que la antigua empresa reserva para sus
clientes más allegados.
¿Qué hacer en este caso? ¿Seguir como siempre o tratar
de adecuarse a los tiempos modernos, adoptando una

37
tecnología más avanzada y haciendo uso de todos los
recursos de la mercadotecnia? Evidentemente, si se quiere
evitar un fracaso seguro, se tiene que cambiar. Cambiar,
adaptándose a los nuevos tiempos, o fracasar. No hay otra.

“La renovación de las parroquias al inicio del tercer


milenio exige reformular sus estructuras, para que
sea una red de comunidades y grupos capaz de
articularse logrando que los participantes se sientan
y sean realmente discípulos y misioneros de
Jesucristo en comunión”. (DA 172).

“La V Conferencia General es una oportunidad para


que todas nuestras parroquias se vuelvan
misioneras. Es limitado el número de católicos que
llegan a nuestra celebración dominical, es inmenso
el número de los alejados, así como el de los que no
conocen a Cristo. La renovación misionera de las
parroquias se impone tanto en la evangelización de
las grandes ciudades como del mundo rural de
nuestro Continente, que nos está exigiendo
imaginación y creatividad para llegar a las
multitudes que anhelan el Evangelio de Jesucristo.
Particularmente en el mundo urbano se plantea la
creación de nuevas estructuras pastorales, puesto que
muchas de ellas nacieron en otras épocas para
responder a las necesidades del ámbito rural”. (DA
173)

“Asumir esta iniciación cristiana exige no sólo una


renovación de la catequesis, sino también una
reestructuración de toda la vida pastoral de la
parroquia”. (DA 294)

“La pastoral de la Iglesia no puede prescindir del


contexto histórico donde viven sus miembros. Su vida

38
acontece en contextos socioculturales bien concretos.
Estas transformaciones sociales y culturales
representan naturalmente nuevos desafíos para la
Iglesia en su misión de construir el Reino de Dios.
De allí nace la necesidad, en fidelidad al Espíritu
Santo que la conduce, de una renovación eclesial, que
implica reformas espirituales, pastorales y también
institucionales”. (DA 367)

“Encontramos el modelo paradigmático de esta


renovación comunitaria en las primitivas
comunidades cristianas (cf. Hch 2, 42-47), que
supieron ir buscando nuevas formas para
evangelizar de acuerdo con las culturas y las
circunstancias”. (DA 369)

“Urge crear estructuras que consoliden un orden


social, económico y político en el que no haya
inequidad y donde haya posibilidades para todos”.
(DA 384)

“En este contexto es inevitable hablar del problema


de las estructuras, sobre todo de las que crean
injusticia. En realidad, las estructuras justas son una
condición sin la cual no es posible un orden justo en
la sociedad. Pero, ¿cómo nacen?, ¿cómo funcionan?”
(Palabras del Papa Benedicto XVI en la sesión
inaugural de la V Conferencia)

“Las estructuras justas son, como he dicho, una


condición indispensable para una sociedad justa”.
(Palabras del Papa Benedicto XVI en la sesión
inaugural de la V Conferencia)

39
“Las estructuras justas jamás serán completas de
modo definitivo; por la constante evolución de la
historia, han de ser siempre renovadas y
actualizadas”. (Palabras del Papa Benedicto XVI en
la sesión inaugural de la V Conferencia)

Si esto es válido a nivel de sociedad, ¿por qué no tiene


que ser válido a nivel de Iglesia? Y por lo que se refiere al
“modelo paradigmático”, ¿por qué limitarlo solamente al
asunto de las primeras comunidades cristianas y no
extenderlo a todo el estilo de libertad y creatividad, que se
manejó en las primeras generaciones cristianas, de manera
tal que para cada situación se buscó la solución
correspondiente? Aquí está la clave para que todo el pueblo
católico pueda contar con los ministros ordenados que
necesita, sin dejarse atrapar por instituciones, que en el
pasado fueron muy útiles y hoy en día se están volviendo
perjudiciales.

REFLEXIÓN
1. Como la Iglesia está organizada actualmente, ¿puede
atender a todos personalmente?

2. ¿Qué se necesita entonces?

3. Comenta el problema de las estructuras eclesiales.

40
IV PARTE

PLAN MÍNIMO
DE ACCIÓN PASTORAL

Hoy en día, ¿qué necesita con más


urgencia el pueblo latinoamericano para poder
superar la actual situación de estancamiento
en que se encuentra y arrancar de una vez, con
seguridad y confianza, hacia su plena
realización en Cristo y su Iglesia? He aquí un
plan mínimo de acción pastoral, más allá de
toda retórica, paternalismo o intimismo
místico.

41
PREMISAS
1. Nuestra preocupación principal son las masas
católicas, marginadas y abandonadas, no las élites.
Queremos analizar el quehacer eclesial desde la
perspectiva de los más pobres y débiles en la fe.
2. Para nosotros el cuidado del rebaño no consiste
únicamente en la administración de los sacramentos,
sino en hacer “discípulos y misioneros de Cristo”.
3. Para lograr esto, se necesita poner todas las cartas
sobre la mesa y empezar a pensar en una
reestructuración general de todo el aparato
ministerial de la Iglesia, de manera tal que todo fiel
católico pueda ser atendido personalmente, teniendo
en cuenta la regla de oro que nos presenta Jesús: “Un
pastor tenía cien ovejas” (Mt 18, 12). Por eso se dio
cuenta de que le faltaba una y la fue a buscar.

42
INICIATIVAS PRÁCTICAS

Capítulo 1

BIBLIA PARA TODOS,


BIBLIA PARA TODO:
Todo con la Biblia, nada sin la Biblia.

“Por esto, hay que educar al pueblo en la lectura y


meditación de la Palabra de Dios: que ella se convierta
en su alimento para que, por propia experiencia,
vean que las palabras de Jesús son espíritu y vida
(cf. Jn 6,63). De lo contrario, ¿cómo van a anunciar
un mensaje cuyo contenido y espíritu no conocen a
fondo? Hemos de fundamentar nuestro compromiso
misionero y toda nuestra vida en la roca de la
Palabra de Dios. Para ello, animo a los Pastores a
esforzarse en darla a conocer”. (Palabras del Papa
Benedicto XVI en la sesión inaugural de la V
Conferencia).

· Biblia para la piedad popular: rosario, viacrucis,


posadas, novenario de difuntos, etc. (2)
· Biblia para la oración personal.
· Biblia para la Misa, dejando a un lado hojitas
dominicales, misales mensuales o misalitos. Que todos
lleven la Biblia para la misa y durante la homilía
puedan leer directamente en la Biblia los textos que se
están comentando.

43
· Biblia para la catequesis presacramental. Primero la
Biblia y después el catecismo; la Biblia como texto y
todo lo demás como subsidio, donde se señale lo que
haya que leer directamente la Biblia, se dé la
explicación de lo que se esté leyendo en la Biblia y se
hagan las tareas correspondientes. (3)

Solamente así las masas católicas podrán salir


fácilmente del actual bache cultural en que se encuentran,
dejar a un lado su complejo de inferioridad ante los
miembros de los grupos proselitistas, aumentar
considerablemente su autoestima y tener una vivencia
cristiana más auténtica.

REFLEXIÓN
1. ¿No te gustaría que desde la niñez el pueblo católico
fuera utilizando la Biblia?

2. ¿Qué piensas hacer al respecto?

44
Capítulo 2

APOLOGÉTICA PARA TODOS

Que en todas las instituciones educativas de la Iglesia


(seminarios, casas de formación para religiosas, centros de
formación para laicos, catequesis presacramental, etc.) haya
la materia de apologética.
Solamente así, en pocos años, podremos contar, a nivel
masivo, con católicos seguros en su fe, conscientes y
orgullosos de pertenecer a la única Iglesia que fundó Cristo
y sin miedo a dialogar con los miembros de los grupos
proselitistas, al conocer sus objeciones y cuestionamientos
y al mismo tiempo contar con una respuesta adecuada.

“Instruir ampliamente, con serenidad y objetividad,


al pueblo sobre las características y diferencias de las
diversas sectas y sobre las respuestas a las injustas
acusaciones contra la Iglesia.
Promover las visitas domiciliarias con laicos
preparados y organizar la pastoral del retorno para
acoger a los católicos que regresan a la Iglesia”. (SD
146)

“Las enseñanzas de las sectas y nuevos movimientos


religiosos, se opone a la doctrina de la Iglesia
Católica; por eso, la adhesión a ellos significa renegar
de la fe en que habéis sido bautizados y educados. El
evangelio, al mismo tiempo que nos exhorta a ser
sencillos como palomas, nos invita también a ser
prudentes y astutos como serpientes. La misma
vigilancia que ponéis cuando están en juego vuestros
asuntos materiales, con el fin de no ser víctimas de
los engaños de quienes quieren aprovecharse de

45
vosotros, debe guiaros para no caer en la red de las
asechanzas de quien atenta contra vuestra fe. “Mirad
que no os engañe nadie -nos advierte el Señor-.
Vendrán muchos usurpando mi nombre y diciendo
‘yo soy’, y engañarán a muchos... Si alguno os dice:
‘Mirad, el Cristo aquí’. ‘Miradlo allí’, no le creáis. Pues
surgirán falsos profetas” (Mc 13, 6. 21-22). Y también
nos dice: “Guardaos de los falsos profetas, que vienen
a vosotros con disfraces de ovejas, pero por dentro
son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis” (Mt
7, 15-16)”. Mensaje de S.S. Juan Pablo II, en la
Jornada Mundial del Emigrante, Vaticano, 25 de
julio de 1990.

“Es importante pues, que vuestra pastoral, sepa


ocupar los espacios en los que actúan esas sectas,
despertando en el pueblo la alegría y el santo orgullo
de pertenecer a la única Iglesia de Cristo, que subsiste
en nuestra santa Iglesia Católica”. Mensaje de S.S.
Juan Pablo II, en su segundo viaje apostólico a
Brasil, octubre de 1991.

“Al evocar el gran valor y el gran don de la unidad,


vienen a mi mente aquellas personas que se han
alejado de la Iglesia católica. A ellos me dirijo ahora,
con toda la ansiedad de mi alma.
Quisiera encontraros uno por uno para deciros:
¡regresad al seno de la Iglesia, vuestra Madre!
La Virgen de Guadalupe, con su “mirada
compasiva”, ha querido mostraros a su Hijo, el
“verdaderísimo Dios por quien se vive”; lo ha
ensalzado “al ponerlo de manifiesto con todo su amor
personal” (cf. Nicán Mopohua, 26-28).
¡Volved, pues, sin miedo! La Iglesia os espera con
los brazos abiertos para reencontraros con Cristo.
Nada haría más feliz el corazón del Papa, en este

46
viaje pastoral a México, que el retorno al seno de la
Iglesia de aquellos que se han alejado.
¡Que Cristo os ilumine y os mueva a la conversión!”
(Juan Pablo II, Villahermosa, México, viernes 11 de
mayo de 1990).

“Los avances proselitistas de las sectas y de los nuevos


grupos religiosos en América no pueden
contemplarse con indiferencia. Exigen de la Iglesia
en este Continente un profundo estudio, que se ha de
realizar en cada nación y también a nivel
internacional, para descubrir los motivos por los que
no pocos católicos abandonan la Iglesia”. (EIA 73).

REFLEXIÓN
1. Copia las partes más importantes de los textos
presentados.

2. Añade algún comentario.

47
Capítulo 3

PEQUEÑAS COMUNIDADES
CRISTIANAS

Hoy resulta demasiado difícil vivir la fe a solas, cada


quien por su cuenta, con la sola misa o la celebración de la
Palabra de cada domingo. Hoy se vive en una sociedad
conflictiva. Se hace indispensable enuclear la masa católica
en pequeñas comunidades cristianas, sin importar el signo
de cada una: comunidades en que se privilegia la alabanza,
otras en que se hace hincapié en el aspecto social, etc. Que
cada feligrés pueda encontrar su lugar, según su sensibilidad
humana y cristiana.
No se trata de saber cuál tipo de comunidad es mejor y
luchar por imponerla a la fuerza, sino de dejar a cada feligrés
la posibilidad de expresarse y realizarse plenamente según
su manera de ser y sentir. En realidad, existen grupos de
presión dentro de la Iglesia, que quieren imponer cada uno
su modelo de comunidad como obligatorio. Es un error. No
se está respetando el principio de la “unidad en la
diversidad”, principio que ha dado buenos frutos a lo largo
de toda la historia de la Iglesia.

“Como respuesta a las exigencias de evangelización,


junto con las comunidades eclesiales de base, hay
otras válidas formas de pequeñas comunidades
cristianas, e incluso redes de comunicación, de
movimientos, grupos de vida, de oración y de
reflexión de la Palabra de Dios”. (DA 180)

48
REFLEXIÓN
1. ¿Qué tipo de pequeña comunidad cristiana existe en
tu parroquia?

2. Opina sobre cada una de ellas.

49
Capítulo 4

ASOCIACIONES Y MOVIMIENTOS
APOSTÓLICOS Y ECLESIALES

Cada asociación o movimiento cuenta con un carisma


especial en orden a vivir la fe y dar un servicio específico a
la Iglesia en distintas áreas: la niñez, la juventud, la familia,
la misión, los enfermos, la catequesis, la pastoral bíblica, la
defensa de la fe, etc. Mediante la reflexión, el ensayo y el
entrenamiento, logran dar origen a métodos y líneas de
evangelización, que rebasan el propio ámbito de acción y
representan una riqueza para toda la Iglesia.
Están tomando el relevo a las antiguas órdenes y
congregaciones religiosas y están dando la gran batalla de
la evangelización, adquiriendo un protagonismo
inimaginable hace unas décadas. Representan la máxima
conquista del laicado y la gran esperanza para el futuro de
la Iglesia, volviéndose en verdaderos cenáculos de fe y
talleres de experimentación pastoral.

“En este contexto, el fortalecimiento de variadas


asociaciones laicales, movimientos apostólicos
eclesiales e itinerarios de formación cristiana y
comunidades eclesiales y nuevas comunidades, que
deben ser apoyados por los pastores, son un signo
esperanzador. Ellos ayudan a que muchos
bautizados y muchos grupos misioneros asuman con
mayor responsabilidad su identidad cristiana y
colaboren más activamente en la misión
evangelizadora. En las últimas décadas, varias
asociaciones y movimientos apostólicos laicales han
desarrollado un fuerte protagonismo. Es por ello que
un adecuado discernimiento, animación,
coordinación y conducción pastoral, sobre todo de

50
parte de los sucesores de los Apóstoles, contribuirá
a ordenar este don para la edificación de la única
Iglesia”. (DA 214)

REFLEXIÓN
1. ¿Qué asociaciones o movimientos apostólicos están
presentes en tu parroquia?

2. Opina sobre cada uno de ellos.

51
Capítulo 5

INVESTIGACIÓN
Y ESPECIALIZACIÓN

Dentro de la Iglesia, hay problemas de todo tipo.


¿Cómo solucionarlos? ¿Basta lograr un acuerdo entre todos,
sin ningún tipo de justificación, manejando solamente
gustos o deseos personales? No. Se necesita primero
alcanzar una visión lo más posible precisa acerca del asunto
que se está tratando, mediante una buena investigación y
un análisis serio de los resultados con la ayuda de
especialistas en la materia; después se tiene que empezar a
realizar ensayos hasta no encontrar la solución adecuada.
Así se hace en todos los ámbitos de la sociedad, así se tiene
que hacer en la Iglesia.
Pues bien, si queremos enfrentar con éxito el problema
pastoral en la Iglesia, tenemos que dejar a un lado la
improvisación y el subjetivismo para ponernos en un plan
de búsqueda, utilizando toda la herramienta que nos ofrece
la tecnología y la ciencia actual. Además, es tiempo de dejar
a un lado todo autoritarismo (ipse dixit = lo dijo él) y apostar
por la libertad, la creatividad y el pluralismo, convencidos
de que al final se impondrá la mejor opción.
¿Por dónde empezar? Por los seminarios y demás
centros de formación. Ya basta de pura doctrina. Doctrina
de la Iglesia con análisis de la realidad y ensayos prácticos
para ver cómo hacer realidad lo que se enseña.
Que las conferencias episcopales, las universidades
católicas y los seminarios puedan contar con bancos de
datos, que presenten la realidad así como es, fruto de
investigación y análisis. Solamente así la Iglesia podrá dar
muestras de entrar en la modernidad y prepararse para el
despegue.

52
Una atención especializada a los laicos en sus
diferentes categorías profesionales, empresariales y
trabajadores. (DA 518 f).

REFLEXIÓN
1. En tu parroquia, asociación o movimiento, hasta la
fecha ¿se ha hecho alguna investigación para planear
la pastoral?

No
2. ¿Por dónde empezar?

53
Capítulo 6

MÁS OBREROS DEL EVANGELIO

“Promover una Iglesia ministerial con el aumento


de ministros ordenados y la promoción de ministros
laicos debidamente formados para impulsar el
servicio evangelizador en todos los sectores del
Pueblo de Dios”. (SD 142)

“Una descentralización de los servicios eclesiales de


modo que sean muchos más los agentes de pastoral
que se integren a esta misión, teniendo en cuenta las
categorías profesionales”. (DA 518 n)

¿Cómo es posible atender a todos personalmente, si


hay tan pocos obreros del Evangelio? Aquí está el problema:
aumentar el número de los obreros del Evangelio. Como
Jesús, aparte de los doce apóstoles, escogió a 72 discípulos
(Lc 10, 1), también ahora nosotros, aparte de contar con los
ministros ordenados, tenemos que contar también con
ministros no ordenados, con un papel bien definido dentro
de la comunidad cristiana.
Puesto que toda la Iglesia está en función de la Misión,
nunca la Misión se tiene que parar por falta de ministros.
Hay que buscarlos a cómo dé lugar. Ahí está el ejemplo de
Moisés (Ex 18, 21) y los apóstoles (Hch 6, 1ss). En lugar de
atorarse, buscaron colaboradores y siguieron adelante.
Así tenemos que hacer ahora. No tenemos que
pararnos por falta de ministros. Imitando el ejemplo de
Moisés, Jesús y los apóstoles, tenemos que inventar lo que
sea necesario para que la Misión siga adelante. La historia
de la Iglesia ni empieza ni termina con nosotros.
Sencillamente nos encontramos ante un cambio de época.
Lo que necesitamos ahora son agallas y ganas de enfrentar

54
los problemas, contando con el mismo espíritu y la misma
libertad con que contaron nuestros antepasados para re-
solver cualquier problema que se presente con tal de seguir
adelante.

REFLEXIÓN
1. En tu parroquia, ¿hay gente que trabaja a tiempo
completo en la evangelización?

No
2. ¿Qué sugieres?

55
Capítulo 7

DIACONADO PERMANENTE
Pieza fundamental para el cambio

No existe ningún pronóstico plausible que nos hable


de un incremento significativo de las vocaciones
sacerdotales de manera tal que podamos lograr el objetivo
contando solamente con ellas. Por lo tanto, lo primero que
tenemos que hacer, es echar mano de los diáconos
permanentes. Según mi opinión, aquí está la clave para
empezar a resolver de una manera efectiva el problema de
la escasez de ministros ordenados en la Iglesia.
Mi propuesta es la siguiente:
· que cada presbítero tenga como objetivo seleccionar,
formar y atender por lo menos a diez colaboradores,
que en un plazo de diez años puedan ser ordenados
como diáconos permanentes;
· que cada diácono permanente haga lo mismo por lo
menos con diez agentes de pastoral, algunos de los
cuales podrían volverse en aspirantes al diaconado
permanente;
· que cada agente de pastoral busque, forme y atienda
por lo menos a diez feligreses.

La experiencia enseña que, donde los presbíteros han


apoyado a los diáconos permanentes y les han permitido
desenvolverse, esta institución ha dado grandes frutos;
donde, al contrario, los presbíteros los han relegado a
funciones puramente administrativas u ornamentales para
dar más solemnidad al culto, el diaconado permanente ha
fracasado y languidece por falta de humus.

56
Si el diaconado permanente fue restablecido por el
Concilio Ecuménico Vaticano II especialmente para los
lugares con escasez de clero, y en especial para América
Latina, ¿por qué es precisamente aquí donde menos se ha
desarrollado? ¿No será por la oposición de los presbíteros,
que no quieren compartir los ingresos y le tienen miedo a la
competencia?
En realidad, donde los diáconos permanentes se han
desarrollado, han manifestado más equilibrio y más
capacidad de organización y convivencia que los mismos
presbíteros. Su misma vida familiar los ayuda en todo esto.
También han manifestado más sensibilidad hacia la
evangelización, más espíritu de obediencia hacia el obispo
y más docilidad para cumplir con las disposiciones de la
Iglesia y los acuerdos tomados comunitariamente.
Su servicio puede ser a nivel territorial (una cuasi
parroquia, un centro pastoral o una porción de la parroquia)
o a nivel de actividad (catequesis, enfermos, juventud, pas-
toral social, etc.). Lo ideal sería que por cada colonia, bar-
rio o pueblo con más de 1000 habitantes pudiera haber un
diácono permanente. ¡Qué tristeza ver como en algún pueblo
un simple catequista con poca preparación tiene que
representar a la comunidad católica ante la autoridad civil,
la enfermera o el médico del centro de salud y los demás
ministros de culto, que a veces cuentan hasta con un
diplomado o licenciatura en teología!
Para poder acceder al diaconado permanente,
considero convenientes los siguientes requisitos:
· buen testimonio como padre de familia, ciudadano y
miembro de la comunidad cristiana;
· formación doctrinal adecuada, teniendo en cuenta el
ambiente en que se desempeña;
· suficiente experiencia pastoral en las áreas, que más
respondan a su carisma.

57
· aceptación de parte de la comunidad para cualquier
cargo que vaya desempeñando.

Estando así las cosas, no me extrañaría que algún día,


por falta de suficientes presbíteros célibes y a petición de
los interesados, la jerarquía eclesiástica permitiera que algún
diacono casado accediera al presbiterado. Si esto está
pasando con los presbíteros anglicanos, que se adhieren a
la Iglesia Católica, ¿cómo no va a ser posible con gente que
ha sido siempre católica y ha dado signos evidentes de
fidelidad y espíritu de servicio?

“La V Conferencia espera de los diáconos un


testimonio evangélico y un impulso misionero para
que sean apóstoles en sus familias, en sus trabajos,
en sus comunidades y en las nuevas fronteras de la
misión. No hay que crear en los candidatos al
diaconado permanente expectativas que superen la
naturaleza propia que corresponde al grado del
diaconado”. (DA 208).

REFLEXIÓN
1. ¿Has conocido a algún diácono permanente?

No
2. ¿Qué opinas con relación al diaconado permanente?

58
Capítulo 8

MARCO JURÍDICO PARA LOS


MINISTERIOS LAICALES

“Los laicos también están llamados a participar en


la acción pastoral de la Iglesia, primero con el
testimonio de su vida y, en segundo lugar, con
acciones en el campo de la evangelización, la vida
litúrgica y otras formas de apostolado según las
necesidades locales bajo la guía de sus pastores. Ellos
estarán dispuestos a abrirles espacios de
participación y a confiarles ministerios y
responsabilidades en una Iglesia donde todos vivan
de manera responsable su compromiso cristiano. A
los catequistas, delegados de la Palabra y
animadores de comunidades que cumplen una
magnífica labor dentro de la Iglesia, les reconocemos
y animamos a continuar el compromiso que
adquirieron en el bautismo y en la confirmación”.
(DA 221)

Acerca de los laicos, de su dignidad y su aporte en el


campo de la pastoral, se habla muy bien en los documentos
de la Iglesia. En el Derecho Canónico se habla explícitamente
de los derechos y deberes de todos los fieles cristianos. Pero
¿cuál es la realidad? Que todo depende del clero. Si el
párroco dice sí, es sí; si dice no, es no.
De hecho en el clero existe un enorme poder de
discrecionalidad. Si a un párroco le gusta un método de
evangelización, todos tienen que entrarle o se vuelven en
desobedientes y rebeldes. Lo mismo si le gusta una
determinada asociación o un determinado movimiento
apostólico. Todo depende de él. Y así, con extrema facilidad,
los héroes de antes, por un simple cambio de párroco, de

59
un momento a otros se vuelven en villanos y quedan
excluidos del círculo de los elegidos.
Los laicos que desempeñan algún cargo especial
(catequista, delegado de la Palabra, celebrador de la Palabra,
ministro de la Eucaristía, etc.), no cuentan con ningún tipo
de protección jurídica y de un momento a otro pueden
quedar desautorizados, por cualquier motivo, especialmente
si empiezan a volverse críticos. Además, hagan lo que hagan,
se trata siempre de un servicio gratuito, sin ningún tipo de
remuneración económica, ni para formarse ni para ejercer
su ministerio.
Me pregunto: ¿Está bien todo esto? ¿No sería
conveniente y justo que se fuera preparando un marco
jurídico, que avalara todo tipo de servicio en la Iglesia? Si
esto se exige a nivel de sociedad, ¿por qué no se exige a nivel
de Iglesia? Si a nivel de sociedad el absolutismo y el
autoritarismo son condenables, ¿por qué no lo serían a nivel
de Iglesia?
¿Cómo se puede pretender una verdadera participación
del laicado en la misión evangelizadora de la Iglesia, si no
existe ningún tipo de garantía para su servicio? Aquí está
una de las principales causas del poco compromiso del laico
en el desempeño de algún ministerio dentro de la Iglesia.

REFLEXIÓN
1. Según tu opinión, ¿por qué son pocos los que aceptan
desempeñar algún ministerio en la Iglesia?

2. ¿Qué sugieres al respecto?

60
Capítulo 9

ATENCIÓN PASTORAL
Y ECONOMÍA

Es necesario rebasar el concepto de parroquia como


feudo, encomienda o beneficio, por lo cual todas las entradas
de la parroquia le corresponden al párroco, que dispone de
ellas como quiere. Al mismo tiempo, hay que aclarar el papel
del párroco como pastor, lo que representa un servicio y
por lo tanto no da derecho a sentirse dueño ni de los
feligreses, que le son confiados, ni de los bienes de la
parroquia.
Como a nivel de sociedad se superó el concepto de
nobles y plebeyos, señores y servidores, dueños y esclavos,
lo mismo tiene que pasar en la Iglesia. Tenemos que hacer
el esfuerzo por recuperar el tipo de comunidad, del que habla
San Pablo en la Primera Carta a los Corintios, capítulo 12,
en la que se compara la comunidad a un cuerpo con muchos
miembros y cada miembro aporta algo para el bien común.
Estando así las cosas, no solamente el párroco tiene
derecho a prestar un servicio a la comunidad a cambio de
una remuneración económica, sino cualquier persona cuyo
servicio se considera necesario para el bien de la comunidad.
¿Qué sería de un municipio o un estado, en que solamente
las autoridades tuvieran derecho a una recompensa
económica, mientras cualquier otro servicio fuera
voluntario, sin ninguna recompensa económica?
Ahora bien, hay parroquias, que cuentan con 10 - 20 -
30..... 50 mil almas. ¿Por qué no intentar organizarlas de
forma tal que cada parroquia pueda atender debidamente a
todos sus feligreses y al mismo tiempo dar trabajo y sustento
por lo menos a 10 - 20 - 30..... 50 ministros con sus relativas
familias? ¿Por qué otros pueden y nosotros no?

61
Para sostener a un ministro no católico, bastan 30 -
40... 100 feligreses; para sostener a un ministro católico, se
necesitan de 5 - 10 mil feligreses. ¿Qué nos está pasando?
Evidentemente aquí hay algo que no checa, algo que no
funciona; hay problemas. En realidad, nos encontramos en
una profunda crisis, en un bache. Hay que ver cómo salir.
La pregunta es: ¿dónde está el obstáculo, que impide
abrir la puerta a más ministros en la Iglesia? En hacer
depender la economía de la celebración de los sacramentos,
algo que a todas luces raya en la simonía. Estando así las
cosas, el presbítero se concentra en la administración de
los sacramentos, dejando a un lado la enseñanza y el
pastoreo, y le resulta difícil admitir colaboradores, con
quienes compartir las entradas. De ahí el rechazo de los
diáconos permanentes y demás agentes de pastoral con
capacidad y deseo de servir, que tanta falta hacen a la
comunidad cristiana. No nos olvidemos de la advertencia
de San Pablo: “El amor al dinero es la raíz de todos los males”
(1Tim 6, 10).
Separen la economía de la celebración de los
sacramentos y verán cómo las cosas se empezarán a ver de
manera diferente, dando a cada uno la posibilidad de
desempeñar su servicio para el bien de todos. Y con más
servicio, seguramente habrá más entradas y con más
entradas podrá haber más posibilidad de mejor atención
pastoral.
Se trata de una cadena de posibilidades que se corta
por el mismo sistema, que ya no funciona, puesto que refleja
situaciones de siglos pasados, que ahora no tienen ninguna
vigencia. En realidad, no se trata de echarle la culpa al clero
o al pueblo católico en general por lo que está pasando
actualmente en la Iglesia. Se trata sencillamente de tomar
conciencia de que el sistema ya no funciona y echar andar
la imaginación para ver qué hacer para que funcione en la
mejor manera posible. Y en esto la experiencia de los grupos
no católicos puede resultar de mucha ayuda.

62
En concreto, ¿cuál sería mi sugerencia a este propósito?
Que se hiciera un padrón de todos los católicos practicantes
y cada uno estableciera libremente su aporte mensual para
las necesidades económicas de la Iglesia. Pues bien,
solamente éstos tendrían derecho a los sacramentos (aparte
de otros requisitos), que serían totalmente gratis.
Una vez que se conociera el presupuesto con que cuenta
la parroquia, no resultaría difícil ver cómo administrarlo,
incluyendo no solamente al párroco, la secretaria y el
sacristán, sino también a posibles diáconos permanentes y
demás agentes de pastoral a tiempo completo o medio
tiempo, cuyo servicio se viera importante para la marcha
de la comunidad.
Y así todas las fuerzas vivas de la parroquia estarían
encaminadas a la evangelización de los alejados, haciendo
todo el esfuerzo posible para que se volvieran “practicantes”
con todos los deberes y derechos relativos, entre ellos el
poder acceder a los sacramentos. Y con esto una nueva etapa
empezaría para la Iglesia.

REFLEXIÓN
1. ¿Cómo ves el problema de la economía en la Iglesia?

2. ¿Qué sugieres al respecto?

63
Capítulo 10

CATÓLICOS PRACTICANTES
Y CATÓLICOS NO PRACTICANTES

Alguien podría preguntar: ¿Qué hacer con los católicos


no practicantes? ¿Dejarlos en la así llamada Religiosidad
Popular, a la merced del indiferentismo o el proselitismo
religioso más descarado?
No. Que cada parroquia cuente con un padrón de
católicos practicantes. Para entrar a formar parte de este
padrón, se establecerían algunos requisitos: participación
regular a la misa o celebración de la Palabra de cada
domingo, una contribución económica mensual por familia
(cada familia la podría establecer, teniendo en cuenta sus
reales posibilidades), asistencia a determinados cursos de
formación, etc. Pues bien, estos católicos tendrían derecho
a los sacramentos y a una atención pastoral personalizada,
sin ninguna ulterior carga económica, obligatoria o
voluntaria. Como pasa en los demás ámbitos de la sociedad,
cualquier ofrecimiento económico que se hiciera con
relación a los sacramentos, podría ser visto como una forma
de simonía o soborno.
Para los católicos no practicantes, no habría
sacramentos sino algo sustitutivo, mientras no se decidan a
dar un paso en adelante. ¿O acaso los sacramentos son
simples ritos y nada más? ¿Cómo, entonces, se puede
administrar lo más sagrado de nuestra fe a gente no
practicante? Que se inscriban en la lista de los catecúmenos.
En este caso, solamente en peligro de muerte podrían
acceder a los sacramentos.
¿Y si alguien quiere casarse por la Iglesia o bautizar a
sus hijos? Primero tendría que inscribirse en la lista de los
practicantes, después de haber cumplido con ciertos

64
requisitos. Solamente así podría casarse por la Iglesia o
bautizar a sus hijos.
¿O se prefiere seguir con la simulación y la confusión?

REFLEXIÓN
1. ¿Cómo ves el problema de los practicantes y no
practicantes en la Iglesia, especialmente cuando se
trata de recibir los sacramentos?

2. ¿Qué sugieres al respecto?


Que se siga como se está haciendo actualmente.
Que haya un cambio.
Explica la razón.

65
Capítulo 11

AÑO SABÁTICO

Aparte de aumentar el número de los agentes de pas-


toral, es importante hacer todo lo posible para que los
presbíteros y los obispos presten un mejor servicio a la
comunidad. Una de las iniciativas más oportunas podría
ser la del año sabático.
¿En que consistiría? En tener un año libre cada 10 - 15
años de servicio. ¿Para qué? Para descansar, atenderse en
la salud, participar en algún curso de puesta al día, conocer
nuevas experiencias, apoyar a otros ministros, etc.
Esto sin duda podría ayudar a tener una visión más
objetiva de la realidad, entendiendo el ministerio como
servicio y no como poder, y a ser más eficaces en el
ministerio, logrando un mayor equilibrio emocional y un
conocimiento más amplio de la realidad. Al reanudar el
ministerio, se podría volver a lo mismo de antes o cambiar,
encargándose, por ejemplo, de alguna comisión a nivel de
diócesis o conferencia episcopal
Haciendo esto, además, se podría planear mejor la
selección de los obispos, contando con tiempo con los
elementos que podrían ocupar de inmediato las sedes
vacantes.

REFLEXIÓN
1. ¿Qué opinas acerca de esta sugerencia?

2. Presenta alguna ventaja.

66
V PARTE

PROBLEMAS ESPECIALES

Todos podemos tener problemas. Lo


importante es tomar conciencia de los mismos
y saberse situar de manera que no estorben
más de lo necesario. Es lo que pretendemos
hacer en esta sección: detectar ciertos
problemas que hoy en día nos están afectando
y tratar de ubicarlos en el conjunto de la vida
eclesial, para evitar, hasta donde sea posible,
su impacto negativo.

67
Capítulo 1

MÉTODO:
VER, JUZGAR Y ACTUAR

“Este documento hace uso del método “ver, juzgar y


actuar”. (…) Este método nos permite articular, de
modo sistemático, la perspectiva creyente de ver la
realidad”. (DA 19)

Perfecto. Lo que necesitamos en este aspecto es


coherencia, es decir, usar los mismos parámetros para
analizar y enfrentar la realidad a nivel de sociedad y a nivel
de Iglesia. No se puede utilizar una medida para la sociedad
y otra para la Iglesia, un criterio para la sociedad y otro para
la Iglesia. No es correcto ser muy críticos a nivel de sociedad
y al mismo tiempo muy indulgentes a nivel de Iglesia.
Pues bien, como hay rezago, descuido, abandono,
pobreza y marginación a nivel de sociedad, hay que
reconocer que lo mismo se está dando a nivel de Iglesia.
¿Por qué no reconocerlo y hacer el esfuerzo por ponerle
remedio? ¿Por qué tratar siempre de maquillar la realidad
eclesial? Es necesario aprender a ser honestos y valientes,
al ver las cosas y presentarlas así como son, piensen lo que
piensen y digan lo que digan los demás.
Ahora bien, si a nivel de sociedad se atribuye a las
autoridades la mayor parte de la responsabilidad en lo que
está pasando, ¿por qué no se hace lo mismo a nivel de
Iglesia? ¿Quiénes tienen en su mano el poder para dar
solución a los graves problemas que actualmente están
afectando al pueblo católico? ¿Acaso no son los pastores?
Se puede objetar que no se cuenta con pastores
suficientes. En este caso, ¿quiénes tienen en sus manos la
clave para solucionar este problema? Y si no encuentran la

68
solución, ¿por qué siguen bautizando a todos de una forma
indiscriminada, para después dejarlos abandonados por
falta de ministros? En este caso, ¿no nos encontraríamos
ante una situación evidente de paternidad irresponsable?
¿No sería más correcto suspender la administración de los
sacramentos, si ésta no puede ser acompañada por un
adecuado pastoreo?
Por otro lado no hay que olvidar el hecho que los
ministros tienen que estar en función de la comunidad y no
viceversa: más necesidades tiene la comunidad y más
ministros tiene que haber. No se puede hacer depender de
la cantidad de los ministros el avance o la misma
supervivencia de la comunidad.
Alguien podría objetar que en muchas comunidades
hay laicos (catequistas, delegados de la Palabra o
celebradores de la Palabra), que la atienden. Pues bien, esto
no es suficiente. Es una manera de protestantizar la Iglesia.
Para que haya una auténtica comunidad católica, tiene que
haber la celebración eucarística. No basta hablar muy bo-
nito de la Eucaristía, hacer congresos eucarísticos, y después
dejar a millares y millares de comunidades católicas sin los
ministros necesarios para su celebración eucarística
semanal.
También a nivel de derechos humanos, la Iglesia es muy
sensible y está muy al pendiente, cuando se trata de
atropellos a nivel de sociedad. ¿Por qué no hace lo mismo
al interior de la comunidad cristiana? De hecho no existe
ningún organismo de protección. Los mismos son parte y
jueces. Por lo tanto, el más débil la tiene siempre de perder.
Como es fácil notar, hay problemas en la sociedad y
problemas en la Iglesia. Antes de meternos de maestros en
los asuntos de la sociedad, ¿por qué no tratamos de
solucionar los problemas que se encuentran al interior de
la Iglesia? ¿Por qué hay tanta precisión en definir los
problemas, que afectan a la sociedad, y tanta miopía en darse
cuenta de la grave problemática, que está afectando a la
Iglesia?

69
REFLEXIÓN
1. En tu parroquia, asociación o movimiento, ¿se
practica este método?

2. Este método, ¿sirve solamente para enfrentar los


problemas de la sociedad o también para hacer frente
a los problemas de la Iglesia?

70
Capítulo 2

DOGMA Y DISCIPLINA

No hay que dar a las disposiciones disciplinarias el


mismo tratamiento que se da a los dogmas, que son
doctrinas inmutables, iguales para todos y para siempre,
sin posibilidad de cambio. Fuera de estos, si alguna
disposición disciplinaria, que fue providencial en los
tiempos pasados, ahora se vuelve perjudicial en algún lugar,
tiene que ser revisada, no olvidando el principio: “salus
animarum suprema lex” = “el bien de las almas ley
suprema”.
De otra manera, corremos el riesgo de hacernos
acreedores al reproche que hizo Jesús a los fariseos de aquel
tiempo: “Ustedes están violando el mandamiento de Dios,
para guardar las tradiciones de sus mayores” (Mc 7, 9). En
nuestro caso, ¿cuál es el mandamiento de Dios? Que todas
las comunidades cristianas cuenten con la celebración
eucarística: “Hagan esto en memoria mía” (Lc 22, 19; Hch
2, 42; 1Cor 11, 24-25). ¿Y qué está pasando? Que por no
cumplirse ciertos requisitos, que se establecieron a lo largo
de los siglos, se dejan comunidades enteras sin la celebración
eucarística, no dando cumplimiento a la orden de Cristo.
¿Qué hacer, entonces? Poner en primer lugar la orden
de Cristo y por lo tanto hacer todo lo posible para que se
cumpla, sin ningún pretexto, es decir, que todas la
comunidades católicas puedan contar con ministros propios
para la celebración eucarística. ¿Y los requisitos? Lo mejor
que se pueda, teniendo en cuenta antes que nada la Palabra
de Dios y la realidad concreta de cada lugar, sin fijarse
demasiado en la experiencia de los siglos pasados y los
problemas que se puedan suscitar, al actuar en plena
fidelidad al mandato de Cristo. ¿No es ésta una manera
concreta de discernir los “signos de los tiempos” (Mt 16, 3)

71
y expresar la propia confianza en la asistencia del Espíritu
Santo?

REFLEXIÓN
1. Presenta algún dogma de la Iglesia, que no se puede
cambiar por ninguna razón:

2. Presenta alguna disposición disciplinaria, que se


puede cambiar:

72
Capítulo 3

EUCARISTÍA

“Para formar al discípulo y sostener al misionero en


su gran tarea, la Iglesia les ofrece, además del Pan
de la Palabra, el Pan de la Eucaristía. A este respecto
nos inspira e ilumina la página del Evangelio sobre
los discípulos de Emaús. Cuando éstos se sientan a
la mesa y reciben de Jesucristo el pan bendecido y
partido, se les abren los ojos, descubren el rostro del
Resucitado, sienten en su corazón que es verdad todo
lo que Él ha dicho y hecho, y que ya ha iniciado la
redención del mundo. Cada domingo y cada
Eucaristía es un encuentro personal con Cristo. Al
escuchar la Palabra divina, el corazón arde porque
es Él quien la explica y proclama. Cuando en la
Eucaristía se parte el pan, es a Él a quien se recibe
personalmente. La Eucaristía es el alimento
indispensable para la vida del discípulo y misionero
de Cristo”. (Palabras del Papa Benedicto XVI en la
sesión inaugural de la V Conferencia)

“La Misa dominical, centro de la vida cristiana. De


aquí la necesidad de dar prioridad, en los programas
pastorales, a la valorización de la Misa dominical.
Hemos de motivar a los cristianos para que
participen en ella activamente y, si es posible, mejor
con la familia. La asistencia de los padres con sus
hijos a la celebración eucarística dominical es una
pedagogía eficaz para comunicar la fe y un estrecho
vínculo que mantiene la unidad entre ellos. El
domingo ha significado, a lo largo de la vida de la
Iglesia, el momento privilegiado del encuentro de las
comunidades con el Señor resucitado.

73
Es necesario que los cristianos experimenten que no
siguen a un personaje de la historia pasada, sino a
Cristo vivo, presente en el hoy y el ahora de sus vidas.
Él es el Viviente que camina a nuestro lado,
descubriéndonos el sentido de los acontecimientos,
del dolor y de la muerte, de la alegría y de la fiesta,
entrando en nuestras casas y permaneciendo en
ellas, alimentándonos con el Pan que da la vida. Por
eso la celebración dominical de la Eucaristía ha de
ser el centro de la vida cristiana.
El encuentro con Cristo en la Eucaristía suscita el
compromiso de la evangelización y el impulso a la
solidaridad; despierta en el cristiano el fuerte deseo
de anunciar el Evangelio y testimoniarlo en la
sociedad para que sea más justa y humana. De la
Eucaristía ha brotado a lo largo de los siglos un
inmenso caudal de caridad, de participación en las
dificultades de los demás, de amor y de justicia. ¡Sólo
de la Eucaristía brotará la civilización del amor, que
transformará Latinoamérica y el Caribe para que,
además de ser el Continente de la Esperanza, sea
también el Continente del Amor!” (Palabras del Papa
Benedicto XVI en la sesión inaugural de la V
Conferencia).

Perfecto. El problema es: ¿cómo celebrar la Eucaristía,


si no se cuenta con ministros ordenados? Hay que enfrentar
el problema de raíz. No basta hablar muy bonito de la
bondad del agua en orden a la salud, si no hay agua. Que
primero haya agua y después se hable de su eficacia en orden
a la salud.

74
REFLEXIÓN
1. ¿Cómo ves la situación de tantas comunidades
católicas, que no cuentan con la celebración
eucarística dominical, por no contar con sacerdotes
suficientes?

2. ¿Qué sugieres al respecto?

75
Capítulo 4

EVANGELIZACIÓN
Y PROMOCIÓN HUMANA

“Una tarea de gran importancia es la formación de


pensadores y personas que estén en los niveles de
decisión. Para eso, debemos emplear esfuerzo y
creatividad en la evangelización de empresarios,
políticos y formadores de opinión, el mundo del
trabajo, dirigentes sindicales, cooperativos y
comunitarios”. (DA 492)

“Los discípulos y misioneros de Cristo deben iluminar


con la luz del Evangelio todos los ámbitos de la vida
social. La opción preferencial por los pobres, de raíz
evangélica, exige una atención pastoral atenta a los
constructores de la sociedad. Si muchas de las
estructuras actuales generan pobreza, en parte se ha
debido a la falta de fidelidad a sus compromisos
evangélicos de muchos cristianos con especiales
responsabilidades políticas, económicas y
culturales”. (DA 501)

“¿Cómo puede contribuir la Iglesia a la solución de


los urgentes problemas sociales y políticos, y
responder al gran desafío de la pobreza y de la
miseria”? (Palabras del Papa Benedicto XVI en la
sesión inaugural de la V Conferencia).

“El respeto de una sana laicidad – incluso con la


pluralidad de las posiciones políticas – es esencial
en la tradición cristiana”. (Palabras del Papa

76
Benedicto XVI en la sesión inaugural de la V
Conferencia)

“Sólo siendo independiente puede enseñar los


grandes criterios y los valores inderogables, orientar
las conciencias y ofrecer una opción de vida que va
más allá del ámbito político. Formar las conciencias,
ser abogada de la justicia y de la verdad, educar en
las virtudes individuales y políticas, es la vocación
fundamental de la Iglesia en este sector. Y los laicos
católicos deben ser conscientes de su responsabilidad
en la vida pública; deben estar presentes en la
formación de los consensos necesarios y en la
oposición contra las injusticias”. (Palabras del Papa
Benedicto XVI en la sesión inaugural de la V
Conferencia).

Si examinamos la historia pasada, sin duda


encontraremos ejemplos espléndidos de entrega generosa
de parte de hombres y mujeres en el amplio campo de la
promoción humana. En México aún queda vivo el recuerdo
de Tata Vasco, el primer obispo de Michoacán, que supo
conjugar admirablemente la evangelización con la
promoción humana, con iniciativas tan acertadas que hasta
la fecha no dejan de tener vigencia.
De todos modos, no tenemos que olvidar que lo propio
de la Iglesia es hacer “discípulos y misioneros de Cristo”,
convencidos de que ese mismo hecho representa ya una
forma de promoción humana muy efectiva. “No tengo oro
ni plata - dijo San Pedro al tullido - lo que tengo te lo doy:
en el nombre de Jesús, levántate y anda” (Hch 3, 6).
Esto nos enseña que lo propio de la Iglesia no es dictar
leyes o resolver los problemas en el campo de la economía,
la política o la vida social; tampoco formar a empresarios,
economistas o políticos como tales, sino de inculcar en todos
el espíritu cristiano de manera tal que, actuando a la luz del

77
evangelio, puedan ser en el mundo fermento de justicia, paz
y comprensión, cualquiera que sea su actividad específica
en el campo profano.
En el fondo, se trata de tomar conciencia de que el
desequilibrio que afecta la sociedad actual y de todos los
tiempos es fruto del pecado. Por lo tanto, cuanto más se
lucha contra el pecado y se pone al hombre en paz y
obediencia hacia Dios, tanto más se está haciendo una
verdadera obra de promoción y elevación humana.
De ahí la acción de Jesús contra Satanás. Él vino para
“deshacer las obras de Satanás” (1Jn 3, 8); dio poder a sus
discípulos para someter demonios y expulsarlos (Lc 10, 17-
19; Mc 16, 17).
Y todo esto de por sí es elevación humana y posibilidad
de una vida más digna. Esto es lo propio de la Iglesia: actuar
como depositaria de un poder que le viene de lo alto para
elevar al hombre hasta hacerlo “hijo de Dios y heredero de
la gloria”. Lo demás es secundario y supletorio. De por sí le
corresponde al estado o la sociedad civil.
Todos: Iglesia, estado y sociedad civil, estamos
comprometidos por crear mejores condiciones de vida para
todos, especialmente para los más débiles y desposeídos.
La diferencia está en la perspectiva con que cada entidad
mira y aborda la realidad, aportando cada una lo que le es
propio y evitando cualquier tipo de confusión o injerencia
indebida en asuntos que no le corresponden.

REFLEXIÓN
1. ¿Cuál es la manera propia de la Iglesia de promover
al hombre y a la misma sociedad?

2. Presenta alguna experiencia al respecto.

78
Capítulo 5

EVANGELIO SOCIAL
Y TEOLOGÍA DE LA LIBERACIÓN

Tengo la impresión que dentro de la Iglesia Católica a


un siglo de distancia se hayan repetido los mismos errores,
que se cometieron en el protestantismo histórico a fines del
1.800. A la insignia de la apertura en el campo de la
investigación teológica y la búsqueda del bienestar en campo
material (Evangelio Social), se engendró una enorme
inseguridad doctrinal entre los feligreses y un cierto
alejamiento de los valores estrictamente religiosos.
Consecuencia: el fundamentalismo, que dio nueva vitalidad
al factor religioso en la sociedad y está avanzando con gran
celeridad a expensa de las iglesias históricas.
La versión católica de dicho fenómeno se dio en Francia
con los famosos “curas obreros”. Su ideología era: “No se
puede hablar de Dios a uno que tiene el estómago vacío. No
tenemos derecho de anunciar el Evangelio antes de haber
resuelto el problema económico.” Y el resultado ¿cuál fue?
Que se resolvió el problema económico, Francia se volvió
en una potencia mundial y la fe quedó atrás.
Con la Teología de la Liberación se repitió lo mismo.
Mucho interés por el aspecto económico, político y social.
Resultado: enfriamiento religioso y debilitamiento ante el
acoso de los grupos proselitistas. Como reacción,
florecieron, al interior de la Iglesia, grupos fuertemente
comprometidos con los valores espirituales, que poco a poco
se van haciendo presentes en todas partes, despertando
grandes expectativas en el mundo católico.
Algunos, ante esta realidad, elevan el grito al cielo:
“Fundamentalismo católico, integrismo, sectas dentro de
la Iglesia”. Si son flores, florecerán. “Por sus frutos los

79
conocerán” (Mt 7, 16). Y parece que se están dando flores y
frutos en abundancia, no obstante la oposición y el rechazo
de parte de los fanáticos de lo político, lo económico y lo
social.
¿Lograrán algún día estos grupos contagiar toda la
Iglesia, de manera tal que pueda volver a su misión original
de ser “sal de la tierra y luz del mundo” (Mt 5, 13-14)? Ésta
es la esperanza que abrigamos los que estamos luchando
para que la Iglesia se centre más en lo propio y se dedique
menos a lo marginal. ¿Y los que hoy en día han hecho de los
asuntos sociales, políticos y económicos su bandera? Que
se dediquen a la pastoral social y dejen a los demás trabajar
en paz.

REFLEXIÓN
1. ¿Qué sabes acerca de la Teología de la Liberación?

2. ¿Qué opinión tienes al respecto?

80
Capítulo 6

DESFASE CULTURAL

“El anuncio del Evangelio no puede prescindir de la


cultura actual. Esta debe ser conocida, evaluada y
en cierto sentido asumida por la Iglesia, como un
lenguaje comprendido por nuestros contemporáneos.
Solamente así la fe cristiana podrá aparecer a sus
ojos como realidad pertinente y significativa de
salvación. Pero esta misma fe deberá engendrar
patrones culturales alternativos para la sociedad
actual. Los cristianos que han recibido talentos
propios deberán ser creativos en sus campos de
actuación: mundo de la cultura, de la política, de la
opinión pública, de la arte y de la ciencia”. (DA 480)

“Una formación pastoral de los futuros presbíteros y


agentes de pastoral capaz de responder a los nuevos
retos de la cultura urbana”. (DA 518 o)

Otro problema, que tenemos los católicos y en general


todas las iglesias históricas, es el desfase cultural.
Manejamos una cultura propia de otros tiempos, que la
gente de hoy no entiende. Para nosotros vale más la mente
y la razón, mientras para la cultura actual vale más el corazón
y el sentimiento; para nosotros vale más el razonamiento
para convencer, mientras para la sensibilidad actual vale
más el impacto que se da mediante el testimonio (verdadero
o falso) y todos los posibles recursos que ofrecen la sicología
y el arte.
La base de la cultura que se maneja en la Iglesia Católica
es greco-latina y el lenguaje es esencialmente de tipo
filosófico-teológico, algo completamente fuera del contexto
cultural actual. De hecho, hoy en día, la gente prefiere la

81
imagen a la palabra, lo más sencillo e inmediato a lo
complicado.
Por lo tanto, si queremos influir en la cultura actual,
tenemos que usar el lenguaje de la imagen, el arte y la poesía,
mediante el cuento, la novela, el diálogo, etc. Ya no sirven
los tratados de filosofía o teología. Nadie los entiende ni a
nadie les interesan, con excepción de los que se dedican a
este tipo de actividad. Hoy tenemos que aprender a sugerir,
más que decir expresamente.
Aquí está el grande reto de inculturar la fe hoy en día.
No se trata de cristianizar o evangelizar la cultura, como si
se tratara de rociarla con un poco de agua bendita. Más bien,
se trata de crear cultura con valores cristianos, utilizando
los moldes culturales actuales. Una enorme tarea, en la cual
todos y cada uno estamos invitados a participar, dando cada
quien lo mejor de sí.
Por lo que se refiere a la grave crisis, que está afectando
a la Iglesia en este momento, ¿dónde está la causa más pro-
funda de su incapacidad para hacerle frente? En la
formación esencialmente filosófico-teológica del clero, que
está capacitado para enfrentar solamente los problemas de
orden teórico, no los problemas de orden práctico. En el
mundo de los conceptos, el clero se mueve con toda soltura,
no en el mundo de lo real. No está entrenado a enfrentar
situaciones. De ahí su preferencia por los documentos.
Su misma formación lo lleva a buscar, para cualquier
problema, salidas de tipo intelectual, que a veces son
verdaderos pretextos, como en el caso del acoso que el
pueblo católico está sufriendo de parte de los grupos
proselitistas: que la Iglesia católica nunca se acabará (Mt
16, 18; 28,20), que en el fondo todos buscamos al mismo
Dios, que lo mejor es el diálogo ecuménico, que no nos
damos abasto, que la salvación es un don de Dios, etc.
En el fondo, se trata de una verdadera incapacidad a
enfrentar los problemas reales, mediante investigaciones de
campo, análisis, experimentación, entrenamiento,
programación, etc. ¿Queremos resolver el problema de la

82
crisis actual, que está padeciendo la Iglesia? Tenemos que
empezar por implantar un nuevo tipo de formación dentro
de los seminarios, más práctica y operativa, encaminada,
no solamente a conocer la doctrina católica, sino a enfrentar
y resolver los problemas de orden pastoral.

REFLEXIÓN
1. ¿Cómo ves la manera de hablar del clero? ¿Se
entiende?

2. ¿Qué sugieres al respecto?

83
Capítulo 7

RELIGIOSIDAD POPULAR

“Esta religiosidad se expresa también en la devoción


a los santos con sus fiestas patronales, en el amor al
Papa y a los demás Pastores, en el amor a la Iglesia
universal como gran familia de Dios que nunca
puede ni debe dejar solos o en la miseria a sus propios
hijos. Todo ello forma el gran mosaico de la
religiosidad popular que es el precioso tesoro de la
Iglesia católica en América Latina, y que ella debe
proteger, promover y, en lo que fuera necesario,
también purificar”. (Palabras del Papa Benedicto
XVI en la sesión inaugural de la V Conferencia)

“Los pueblos latinoamericanos y caribeños tienen


derecho a una vida plena, propia de los hijos de Dios”.
(Palabras del Papa Benedicto XVI en la sesión
inaugural de la V Conferencia)

“La piedad popular es una manera legítima de vivir


la fe, un modo de sentirse parte de la Iglesia, y una
forma de ser misioneros, donde se recogen las más
hondas vibraciones de la América profunda. Es parte
de una “originalidad histórica cultural” de los pobres
de este Continente, y fruto de “una síntesis entre las
culturas y la fe cristiana”. En el ambiente de
secularización que viven nuestros pueblos, sigue
siendo una poderosa confesión del Dios vivo que
actúa en la historia y un canal de transmisión de la
fe. El caminar juntos hacia los santuarios y el
participar en otras manifestaciones de la piedad
popular, también llevando a los hijos o invitando a
otros, es en sí mismo un gesto evangelizador por el

84
cual el pueblo cristiano se evangeliza a sí mismo y
cumple la vocación misionera de la Iglesia”. (DA 264)

Cuando se habla de las masas a nivel de sociedad en


general, se habla de abandono, marginación, desigualdad,
injusticia, pobreza, etc.; cuando, al contrario, se habla de
las mismas masas a nivel de Iglesia, se cambia de tono y se
ve todo bonito. Se habla de las riquezas y los valores,
presentes en la así llamada “Piedad Popular”.
¿Qué tal, si los gobiernos hicieran lo mismo y, en lugar
de tomar conciencia de la triste situación en que se
encuentran las masas populares y tratar de hacer todo lo
posible por cambiarla, se dedicaran a ensalzar las ventajas
de una vida frugal y sobria, a la antigua, sin luz, sin
medicinas, sin agua potable, sin carreteras, sin escuelas y
alimentándose de puras hierbas y animales silvestres?
Pronto descubriríamos el engaño y la manipulación en esta
manera de presentar las cosas y haríamos todo lo posible
por poner en guardia a la población y enseñarle a exigir sus
derechos.
Pues bien, ¿por qué no se hace lo mismo a nivel de
Iglesia? ¿Qué más pruebas queremos para darnos cuenta
de que las masas católicas se encuentran religiosamente
marginadas y abandonadas, sin una debida atención pasto-
ral y sin ningún apoyo ante el acoso capilar, constante y
sistemático de los grupos proselitistas?
¿Acaso se olvidaron de la enseñanza de Jesús:”Yo vine
para que tengan vida y la tengan en abundancia” (Jn 10,
10)? ¿Qué es eso de considerar la religiosidad popular como
riqueza o tesoro del catolicismo y con eso lavarse las manos
de toda responsabilidad? ¿Por qué no se llaman las cosas
con su nombre?
Pues bien, la religiosidad popular no constituye una
forma correcta de vivir la fe, sino representa un camino
truncado, que reclama la intervención de parte de la
comunidad cristiana hasta llegar a la plenitud en Cristo y
su Iglesia.
85
De hecho, nuestros hermanos, que se encuentran en
este tipo de religiosidad, se sienten como de segunda
categoría con relación a los demás católicos con una vivencia
cristiana más auténtica y acomplejados ante el acoso de los
grupos proselitistas, por lo cual fácilmente se salen de la
Iglesia y, al hacer esto, tienen la impresión de haber dado
un paso en adelante en su caminar hacia Dios y en su manera
de vivir como seres humanos e hijos de Dios.
Ante esta realidad me pregunto: ¿por qué, en lugar de
buscar pretextos, no hacemos un esfuerzo serio por elevar
el nivel religioso de los que cuentan solamente con los
recursos que ofrece la piedad popular? Es tiempo de ser
sinceros y realistas con nosotros mismos: pan al pan y vino
al vino. “Sí, cuando es sí; no, cuando es no. Todo lo demás
viene del demonio (Mt 5, 37). Es tiempo de enfrentar la
realidad así como es, aunque duela. La realidad a todos los
niveles. Solamente haciendo este cambio (conversión),
podremos arrancar para una verdadera evangelización, sin
tapujos ni miedos injustificados.
Hoy en día muy pocos creen en los discursos
paternalistas. Más bien se prefiere la verdad en todo y a
secas, sin maquillajes de ningún tipo. Como dijo Jesús: “La
verdad los hará libres” (Jn 8, 32), la verdad a todos los
niveles: filosófico, teológico y pastoral. Sin esta actitud de
honestidad intelectual en la búsqueda de la verdad, no hay
avances en ningún campo, menos en el campo religioso y
espiritual.

REFLEXIÓN
1. ¿Cómo se siente la gente que vive en la Religiosidad
Popular, ante el acoso de los grupos proselitistas?
Seguros Inseguros
2. ¿Qué sugieres al respecto?

86
Capítulo 8

GLOBALIZACIÓN

“La globalización es un fenómeno complejo que posee


diversas dimensiones (económicas, políticas,
culturales, comunicacionales, etc.). Para una justa
valoración de ella, es necesaria una comprensión
analítica y diferenciada que permita detectar tanto
sus aspectos positivos como negativos.
Lamentablemente, la cara más extendida y exitosa
de la globalización es su dimensión económica, que
se sobrepone y condiciona las otras dimensiones de
la vida humana. En la globalización la dinámica del
mercado absolutiza con facilidad la eficacia y la
productividad como valores reguladores de todas las
relaciones humanas. Este peculiar carácter hace de
la globalización un proceso promotor de inequidades
e injusticias múltiples. La globalización tal y como
está configurada actualmente, no es capaz de
interpretar y reaccionar en función de valores
objetivos que se encuentran más allá del mercado y
que constituyen lo más importante de la vida
humana: la verdad, la justicia, el amor, y muy
especialmente, la dignidad y los derechos de todos,
aún de aquellos que viven al margen del propio
mercado”. (DA 61)

Sin duda, la globalización representa un problema. Me


pregunto: “¿Solamente a nivel de sociedad? ¿Y a nivel de
Iglesia?” Es suficiente ver lo que ha provocado en nuestras
comunidades la abolición de la apologética en aras de una
apertura indiscriminada hacia otras expresiones religiosas,
sin un mínimo de orientación. Lo que era útil y oportuno
en un lugar, resultó perjudicial en otro. Lo peor del caso es

87
que a estas alturas aún existen muchos dentro de la Iglesia
que siguen ciegos, sin darse cuenta de los enormes daños
que esta postura ha causado y sigue causando a nuestra
gente.
Después viene el problema de la Liturgia, el problema
de los ministerios, etc. Creo que, si viéramos a la luz de este
fenómeno nuestra realidad eclesial, muchas cosas
cambiarían.

REFLEXIÓN
Apunta alguna reflexión acerca de los efectos
negativos del fenómeno de la globalización en la
Iglesia.

88
Capítulo 9

DIÁLOGO ECUMÉNICO
E INTERRELIGIOSO

“No con la misma intensidad en todas las Iglesias se


ha desarrollado el diálogo ecuménico e interreligioso,
enriqueciendo a todos los participantes. En otros
lugares se han creado escuelas de ecumenismo o
colaboración ecuménica en asuntos sociales y otras
iniciativas. (DA 99 g)

“Muchas veces no es fácil el diálogo ecuménico con


grupos cristianos que atacan a la Iglesia Católica
con insistencia. (DA 100 g)

La importancia que en América Latina se ha dado a


este asunto, es consecuencia del fenómeno de la
globalización con tal de seguir la corriente y dar la impresión
de estar a la moda.
En la práctica, no hay nada serio en todo esto. No existe
un verdadero deseo de diálogo. Cuando hay algún contacto
con gente de otra creencia, sencillamente se están buscando
aliados más allá de las propias fronteras religiosas para
afianzar el propio proyecto religioso o político. Se trata de
afinidades: Renovación carismática con pentecostales y
Teología de la Liberación con algún grupo no católico,
metido igualmente en asuntos económicos, políticos y
sociales.
Todo lo demás, pura pantalla, con una fuerte dosis de
ingenuidad de parte de los católicos y astucia de parte de
los demás grupos religiosos, algunos de los cuales
pertenecientes también a las iglesias históricas (luteranos,
anglicanos, etc.). Con el pretexto del ecumenismo, lograron

89
desarmar al mundo católico y al momento oportuno dieron
el zarpazo, manifestando así sus reales intenciones.
Lo peor del caso es que, no obstante todo, de parte de
algunos católicos se sigue con el cuento. Es que no les
enseñaron otra cosa para enfrentar el problema de la
división entre los discípulos de Cristo. No les enseñaron que
la receta ecuménica es para restablecer la unidad con gente
que busca la unidad, mientras la apologética enseña cómo
resistir ante el acoso de los grupos proselitistas.
De todos modos, sea para buscar la unidad que para
no dejarse confundir por gente de otra agrupación religiosa,
es siempre necesario que el católico conozca su propia
identidad y la identidad de los grupos religiosos proselitistas
con los relativos cuestionamientos. Solamente así es posible
realizar un diálogo constructivo o impedir que alguien se
aproveche de la propia buena fe.
¿Y qué está pasando ahora? Que lo único que se está
haciendo en campo católico, es hablar bien de los demás
grupos religiosos y reprimir a los católicos, que quieren
conocer los fundamentos de su fe para no dejarse confundir
por los que la amenazan, tachándolos de retrógradas y
fanáticos.
¿Con qué resultado? Que los grupos proselitistas
siguen avanzando, mientras los católicos se acomplejan
siempre más. Muchos pensaban que los grupos proselitistas,
al darles cancha abierta, iban a entrar en la línea ecuménica.
Pero esto no sucedió. Al contrario, se envalentonaron
siempre más y tomaron más alas. Por otro lado, es imposible
que un ejército en plena conquista se pare y acceda a sentarse
a la mesa de negociaciones.
Sépanlo bien los teóricos del ecumenismo que, si
queremos que los grupos proselitistas acepten entrar en la
línea ecuménica, primero los tenemos que parar,
cortándoles toda posibilidad de avance. ¿Cómo?
Fortaleciendo la fe de los católicos y haciéndoles notar sus
deficiencias en el sentido de que se trata de grupos

90
particulares, que están desconectados de la Iglesia que fundó
Cristo, que es la Iglesia Católica, y por lo tanto no gozan de
las mismas atribuciones y riquezas presentes en ella.
Una vez que vean cortadas todas sus posibilidades de
avance y empiecen a ver tambalear a su misma gente,
fácilmente comprenderán la importancia de vivir en paz con
todos, en el respeto mutuo, sin ningún afán proselitista, en
lugar de seguir considerando como bueno solamente lo
propio y todo lo ajeno como malo. Por lo menos, ésta es la
experiencia que hemos tenido hasta la fecha los que estamos
trabajando en la línea apologética, logrando parar el avance
de los grupos proselitistas y creando un clima general de
respeto mutuo, que con el tiempo podrá dar origen a un
estilo realmente ecuménico, una vez sanadas las cicatrices,
causadas por un ataque inmisericorde contra todo lo
católico.

REFLEXIÓN
1. En tu parroquia, asociación o movimiento, ¿qué se
está haciendo en el campo del diálogo ecuménico e
interreligioso?

2. ¿En qué aspecto hay que trabajar más?

91
Capítulo 10

CULTURAS PRECOLOMBINAS

“En efecto, el anuncio de Jesús y de su Evangelio no


supuso, en ningún momento, una alienación de las
culturas precolombinas, ni fue una imposición de una
cultura extraña.
La utopía de volver a dar vida a las religiones
precolombinas, separándolas de Cristo y de la Iglesia
universal, no sería un progreso, sino un retroceso. En
realidad sería una involución hacia un momento
histórico anclado en el pasado. (Palabras del Papa
Benedicto XVI en la sesión inaugural de la V
Conferencia)

No sé qué pretenden los que quieren hacer revivir las


antiguas culturas precolombinas. En lugar de ver cómo
llevar a plenitud las “semillas del Verbo”, ya presentes en
sus costumbres, quieren regresar a lo antiguo. “¿Por qué? -
me pregunto - ¿Por un afán antropológico? ¿Por venganza,
despecho o resentimiento contra la Iglesia Católica por no
haber contado con su apoyo incondicional en el momento
de la lucha, haciendo fracasar de esta manera sus proyectos
igualitarios mediante levantamientos armados?
Sin duda, es difícil entender su postura de rechazo radi-
cal del cristianismo en favor de un regreso a las antiguas
religiones paganas. Ni modo. Hay de todo en la viña del
Señor, aunque a veces me pregunto si este tipo de gente
aún siga en la viña del Señor o ya esté trabajando en otra
viña.

92
REFLEXIÓN
Apunta alguna experiencia o reflexión acerca de este
tema.

93
Capítulo 11

UNA OPORTUNIDAD
DESPERDICIADA

Con la llegada de los grupos proselitistas, el pueblo


católico, con una religiosidad profunda pero al mismo
tiempo poco ilustrada, quedó fuertemente cuestionado. Era
el momento de aprovechar para iluminar su fe y sacarlo del
estado de sopor e ignorancia en que se encontraba, dando
un paso significativo de un catolicismo de tradición a un
catolicismo de convicción.
Pero no. El clero, en nombre de un malentendido
ecumenismo, se encargó de sumirlo en un complejo de
inferioridad sin precedentes, oponiéndose a todo intento
de defender su fe, hablándole de apertura y diálogo. Una
apertura y un diálogo, que se convirtieron en una aceptación
supina de la fe ajena y un monólogo de parte de los supuestos
interlocutores.
Para el clero, el ecumenismo y el diálogo interreligioso
representó un álibi para no hacer nada y sentirse abierto y
progresista, mientras las masas católicas caían bajo el látigo
del proselitismo religioso más aguerrido y la Nueva Era. Algo
increíble, pero cierto. Para justificar tal postura, se llegó al
colmo de afirmar que los nuevos grupos religiosos no
representan un problema para el pueblo católico, sino una
ayuda, puesto que como Iglesia no estamos en condiciones
de evangelizar y atender debidamente a nuestras masas
católicas.
En lugar de ver qué hacer para encarar correctamente
el problema de la evangelización y la atención pastoral de
nuestra masas católicas, muchos buscaron el camino más
fácil, tratando de tergiversar el dato revelado, hasta poner
en duda el papel único de Cristo y su Iglesia en orden a la
salvación del género humano.

94
Las cosas llegaron tan lejos, que ahora resulta
extremadamente difícil hacerlas regresar a su cauce nor-
mal. La oposición al documento “Dominus Iesus”, que re-
sume la doctrina tradicional de la Iglesia al respecto,
representa una prueba fehaciente del abismo, en que han
caído muchos clérigos y sedicentes teólogos o católicos
comprometidos.
De ahí su rechazo a todo tipo de apologética y al mismo
tiempo su dejadez en orden al cuidado de la fe en el pueblo
católico, con el pretexto de que, en el fondo, todo es lo
mismo, puesto que todo lleva al mismo Dios. Cuando alguien
solicita ayuda para aclarar alguna duda, que los grupos
proselitistas están sembrando entre las filas católicas, nunca
están dispuestos y lo único que saben decir es: “No les hagan
caso” o “Nadie los obliga a ser católicos. Si se quieren ir,
que se vayan. Aquí nadie está a la fuerza”.
Es que no saben qué contestar, no conocen la
problemática y bajo un manto de apertura están ocultando
una extrema ignorancia en asuntos de suma importancia
para el cuidado y la preservación de la fe en el pueblo
católico. Ahí están las consecuencias de un error de origen,
al haber eliminado de los programas de estudio a todos los
niveles una materia tan importante como la apologética,
especialmente en el momento en que más se necesitaba, al
tener que enfrentarnos por primera vez en la historia al
fenómeno del proselitismo religioso más descarado.
Por lo tanto, en este momento más que nunca se hace
necesaria una toma de posición abierta y valiente en favor
del Papa Benedicto XVI en su afán de clarificar la doctrina
católica en aspectos fundamentales. Que nos tachen de
tradicionalistas o atrasados, nos tienen sin cuidado. Cuando
se trata de doctrina, la tradición es la norma y todo lo demás,
por bonito y atractivo que parezca, fácilmente puede
volverse en traición.

95
REFLEXIÓN
1. Hoy en día, ¿es necesaria la Apologética?

No
2. ¿Por qué?

96
CONCLUSIÓN:
Un Concilio Latinoamericano

Es inútil seguir dándole vuelta: el sistema pastoral


católico es obsoleto y no da para más. Es evidente que ya
colapsó. Por lo tanto, es tiempo de tomar conciencia de la
triste situación, en que no encontramos como Iglesia, y
empezar a ensayar nuevos métodos de evangelización y crear
nuevas estructuras pastorales, hasta no dar origen a un
nuevo modelo eclesial (4), en que todos sus miembros sean
debidamente atendidos, uno por uno, y al mismo tiempo
estar en condiciones de avanzar, cumpliendo con el mandato
de Cristo: “Vayan por todo el mundo y prediquen mi
Evangelio a toda criatura” (Mc 16, 15).
Para lograr esto, más que fijarnos en el modelo eclesial,
que se plasmó a lo largo de siglos y floreció en la edad me-
dia, tenemos que inspirarnos en la experiencia de las
primeras generaciones cristianas, cuya característica fun-
damental fue un gran espíritu de libertad y creatividad, que
les permitió una rápida expansión mediante una oportuna
organización y una fácil enucleación.
Aquí radica precisamente el secreto del éxito, que
actualmente están teniendo los grupos proselitistas: buscar
inspiración en la Iglesia primitiva, como aparece de una
manera especial en el libro de los Hechos de los Apóstoles y
en las cartas de San Pablo, organizándose de forma tal que
todos sus miembros sean debidamente atendidos y puedan
seguir avanzando.
¿Por qué, entonces, nosotros, en lugar de limitarnos a
reconocer los méritos de los grupos proselitistas, no
hacemos un esfuerzo por descubrir la clave de su éxito y al
mismo tiempo no luchamos por tratar de revivir también
entre nosotros las hazañas evangelizadoras de los primeros
siglos de la Iglesia? En lugar de abandonar en la así llamada
“Piedad Popular” a nuestras masas católicas, dándolas por

97
perdidas o dejándolas sin protección alguna ante el acoso
sistemático y capilar de los grupos proselitistas, ¿por qué
no nos organizamos de forma tal que las podamos
evangelizar y atender debidamente?
Alguien dirá: “¿Qué podemos hacer nosotros para
realizar una tarea tan grande? ¿No es obligación de la
jerarquía? ¿No es el Papa que tiene el poder de abrir y cerrar,
es decir, de tomar la decisión en asuntos de tanta
importancia?” Respuesta: “La intuición no es privilegio de
la jerarquía; todos, cada uno según el papel que desempeña
dentro de la comunidad cristiana, tenemos la capacidad de
descubrir algún aspecto en que podemos intervenir para
mejorar las cosas dentro de la Iglesia. Se trata de muchas
piezas, que poco a poco hay que ir preparando para dar
origen a un Nuevo Modelo de Iglesia. A la jerarquía le tocará
preparar la pieza más importante, relacionada con el
ministerio ordenado”.
Así que todos dentro de la Iglesia, pastores y simples
feligreses, cada uno según el don recibido, podemos y
tenemos que hacer algo para ir dibujando un Nuevo Rostro
de Iglesia. Es hora de despertar del largo letargo, en que
estamos viviendo desde hace bastante tiempo, y empezar a
enfrentar la realidad eclesial con sinceridad, honestidad y
valentía. Este es el Nuevo Pentecostés que estamos
esperando. Lo demás es pura demagogia, aunque disfrazada
de optimismo y pietismo.
“Una obra de titanes” - pensará alguien. Claro que se
trata de una obra de titanes, que exige mucha entrega y
mucho sacrificio. No por eso tenemos que quedarnos con
los brazos cruzados, entreteniéndonos en cualquier cosa y
renunciando a intentar una solución global y radical a un
problema, que desde hace mucho tiempo nos está afectando
profundamente como Iglesia, impidiéndonos realizar
plenamente la misión, que Cristo nos ha confiado.
Como dijo Jesús, “Vino nuevo en odres nuevos” (Mt 9,
17). Si todo el panorama social y religioso está cambiando,
tenemos que pensar en una nueva organización eclesial so

98
pena de un fracaso de dimensiones históricas, como la
experiencia ya nos está demostrando largamente.
Estando así las cosas, me parece que el actual sistema
de Conferencias Generales del Episcopado Latinoamericano
ya no funciona. Ya no basta tomar nota de todo lo que se
está haciendo o se puede hacer dentro de las distintas
comunidades cristianas. Ni sirve el tono paternalista y
exhortativo. Es necesario empezar a pensar en una
verdadera organización, capaz de fortalecer interiormente
a la Iglesia y al mismo tiempo lanzarla a la misión.
Según mi opinión, llegó el momento de pensar en un
Concilio Americano o Latinoamericano, definiendo los
distintos actores, sin excluir a los laicos, y el proceso a seguir
por etapas y tomando acuerdos concretos. Un proceso de
unos diez años, en que se vayan dando pasos concretos con
miras a configurar “un Nuevo Rostro de Iglesia”, más juvenil
y atractivo, más conforme a los tiempos en que vivimos, y
que vaya a culminar en la celebración del Concilio.
¿Una utopía? Claro, una utopía en el sentido mejor de
la palabra: no como algo totalmente fuera de la realidad,
sino como algo que no existe al presente y que, sin embargo,
puede existir en el futuro si le echamos ganas; un sueño y
un imán, que nos pueden ayudar a despertar del estado de
sopor, en que nos encontramos desde hace siglos, e
impulsarnos a intentar cualquier cosa con tal de encontrar
la solución a los graves problemas que nos están afectando
como Iglesia.
Me pregunto: ¿es propio necesario tocar fondo antes
de empezar a tomar conciencia de la gravedad y
trascendencia del momento que estamos viviendo? ¿Es
propio necesario repetir los errores del pasado?
¿Acaso a fines del primer milenio de la historia de la
Iglesia las altas jerarquías católicas no se daban cuenta de
la triste situación en que se encontraba el papado, envuelto
en un mundo de corrupción? De todos modos no hicieron
nada, hasta que se llegó al Cisma de Oriente (ortodoxos:
año 1.054) y empezaron a cambiar las cosas.

99
Lo mismo pasó con el problema del clero. En lugar de
hacer caso a las voces de protesta, que se estaban levantando
por todas partes, se entretuvieron en ver cómo cicatrizar la
grande herida. Y se llegó al Cisma de Occidente (Lutero:
año 1.517), lo que provocó la Contrarreforma Católica con
la institución de los seminarios.
A 500 años de distancia, nos encontramos ante el
problema de las masas católicas, abandonadas por falta de
estructuras pastorales adecuadas y acosadas por un sinfín
de grupos proselitistas. ¿Y qué está pasando? Que una vez
más las autoridades competentes no se dan por enteradas,
preocupadas por resolver el problema de las anteriores
escisiones.
¿Hasta cuándo? ¿Hasta perder una vez más la mitad
del mundo católico? Me pregunto: ¿Es propio necesaria una
catástrofe de tal magnitud, antes de decidirnos a enfrentar
con seriedad el problema de las estructuras pastorales y del
proselitismo religioso, que tanto daño nos está causando?
Es tiempo de tomar al toro por los cuernos. Ya no hay tiempo
que perder. Estando las cosas como están, cualquier
indecisión, duda o dilación nos puede costar demasiado
caro.
Ya no valen los pretextos. Si otros pueden conquistar
a nuestras masas católicas y atenderlas, ¿por qué nosotros
no podemos hacer lo mismo? Sencillamente porque es
necesario poner todas las cartas sobre la mesa y ver cómo
en concreto podemos lograr una reestructuración completa
y satisfactoria de todo nuestro sistema pastoral, y muchos,
especialmente los privilegiados y los instalados, no están
dispuestos a eso y se resisten con todos los medios. Prefieren
seguir como antes, porque le tienen miedo al cambio. No
quieren arriesgar con perder lo seguro por lo incierto.
Y por eso nos encontramos atorados. Grandes
documentos, un montón de palabras y se nos está escapando
lo esencial y sencillo: cómo atender a nuestros feligreses,
uno por uno. Si la Iglesia es la familia de Dios, en una fa-
milia todos tienen derecho a ser atendidos. Si se habla de

100
paternidad responsable a nivel puramente humano, ¿por
qué no se hace lo mismo a nivel espiritual?
Éste es el gran reto que hoy se presenta a nuestra
Iglesia. O lo enfrentamos en la mayor brevedad posible y
con valentía o seguiremos perdiendo gente al por mayor. O
nos lanzamos a la lucha pensando en la victoria o nos
preparamos para una lenta agonía, viendo desaparecer
nuestras otrora tan gloriosas masas católicas. No nos
olvidemos: un día la Historia nos juzgará.

*********************************
Alguien podría preguntarme: “Y tú ¿qué
tienes que ver con todo esto? ¿Por qué te metes
en asuntos que no te corresponden?” Siguiendo
el ejemplo de San Pablo (“Cives romanus sum”
= “soy ciudadano romano”), contestaría:
“Christifidelis catholicus sum (soy un cristiano
católico). Es mi derecho y mi deber intervenir
en todo lo que tiene que ver con mi Iglesia, que
es la Iglesia Católica”.
Que me hagan caso o no, esto ya no
depende de mí. Más bien depende de la actitud
de cada uno ante la verdad. Lo que a mí
importa, es actuar con honestidad intelectual,
sintiéndome como levadura en la masa y
confiando en el “esplendor de la Verdad”. Y la
experiencia me ha enseñado largamente el
valor y la eficacia de esta manera de situarme
ante la realidad.
*********************************

101
NOTAS:

1. Siglas:

DP Documento de Puebla, CELAM, 1979.


SD Documento de Santo Domingo, CELAM, 1992.
EIA Exhortación Apostólica “Ecclesia in America”
(La Iglesia en América) del Papa Juan Pablo II.
México, 22 de enero de 1999.
DA Documento de Aparecida, CELAM, 2007.

2. Acerca de la Religiosidad Popular, impregnada de


Biblia, los apóstoles de la Palabra contamos con el
siguiente material didáctico:
* El Santo Rosario.
* Posadas Bíblicas.
* Viacrucis Bíblico
* Novenario de Difuntos.

3. Para una catequesis presacramental, destinada a


fortalecer la fe del pueblo católico, utilizando la Biblia
y la apologética, los Apóstoles de la Palabra contamos
con el siguiente material didáctico:

- Primera Comunión.
* Curso Bíblico para niños.
* Pan de Vida.
* Soy Católico.

- Entre la Primera Comunión y la Confirmación.


* Aprender la Biblia Jugando.

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- Confirmación.
* Historia de la Salvación.
* Ven, Espíritu Santo.
* La Iglesia Católica y las sectas: preguntas y respuestas.

- Matrimonio.
* Un pacto de Amor.

- Bautismo de los niños (para la familia).


* Hijos de Dios y Herederos de la Gloria

4. Para tener una visión más amplia de esta


problemática, puede ser de mucha utilidad el libro
“HACIA UN NUEVO MODELO DE IGLESIA”, del
mismo autor.

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ATENTA INVITACIÓN
Lo expuesto en el presente “Extracto”
representa una simple “propuesta -
provocación”. Por lo tanto, cualquier crítica o
sugerencia al respecto podrá ser de mucha
ayuda para redimensionar o enriquecer el
presente “proyecto operativo”.

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103
OBSERVACIONES

104
OBSERVACIONES

105
OBSERVACIONES

106
NUESTRAS EDICIONES
APOLOGÉTICA AL ALCANCE DE TODOS
Aprendiendo a dialogar con las sectas
Catolicismo y Protestantismo
Diálogo con los protestantes
La Iglesia Católica y las sectas. Preguntas y Respuestas
La Santa Muerte, el mal de ojo...
Los Mormones
Minidiálogo con los protestantes
Soy Católico (para niños)
Trípticos de Apologética (Núm. del 1 al 6)

APOLOGÉTICA. REFLEXIONES PASTORALES


Comunidades «Palabra y Vida»
Hacia un nuevo modelo de Iglesia
La Iglesia y las sectas. ¿Pesadilla o reto?
La Iglesia ante la Historia

PASTORAL BÍBLICA
Aprender la Biblia Jugando
Curso Bíblico para Niños
Historia de la Salvación (Curso básico)
Historia de la Salvación (Curso popular)
Nuevo Testamento (Curso medio)
Palabra de Vida (Pastoral Bíblica)

CATEQUESIS Y SACRAMENTOS
Catecismo Bíblico para Adultos
Catecismo Popular de 1a. Comunión
Hijos de Dios y herederos de la Gloria (Bautismo)
Pan de Vida (1ª Comunión)
Un Pacto de Amor (Matrimonio)
Ven, Espíritu Santo (Confirmación)
Trípticos para la Confesión (Niños)
Trípticos para la Confesión (Adultos)
Trípticos para la Confesión (Dibujos)

ESPIRITUALIDAD
Chispas de espiritualidad
El Pájaro Herido (superación personal)
Evangelizar, la más noble aventura
Vida y sueños de un misionero
Oración de la Noche con Biblia

107
RELIGIOSIDAD POPULAR
Liturgia -Nuestra participación litúrgica-
Mis quince años
Novenario de difuntos
Posadas Bíblicas
15 minutos con Jesús Sacramentado
Religiosidad Popular
El Santo Rosario.
Siguiendo las huellas de Cristo
Sufrir con Cristo
Vía Crucis/Siete Palabras

CASSETTES DE CONFERENCIAS APOLOGÉTICA


«Aprendiendo a dialogar con las sectas». Vols. I Y II
«Iglesia y sectas»
10 Cassettes «La Iglesia Católica y las sectas»

DISCOS COMPACTOS
Apologética
Católico, defiende tu fe
Católicos, vuelvan a casa
Testigos de Cristo
Una sola Iglesia

Biblia
Amo tu Palabra
Mi fuente de inspiración
Palabra de Vida

Varios
Enséñame a amar
Grande es tu Amor
Mi alegría y mi gozo
Mi gran amor
Mirando al Cielo
No me dejes solo
Siempre a tu lado

DISCO COMPACTO SOBRE APOLOGÉTICA


Iglesia y Sectas

DVD‘s SOBRE APOLOGÉTICA


La Iglesia y las Sectas. I
La Iglesia y las Sectas. II
La Iglesia y las Sectas. III

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ÍNDICE

PRESENTACIÓN .............................................. 3

I PARTE
ANÁLISIS
DE LA REALIDAD ECLESIAL

Capítulo 1
TEXTOS OFICIALES ......................................... 6

A) JUAN PABLO II:


Las sectas, problema número uno
en América Latina ..................................................... 6
B) PUEBLA:
Falsa interpretación
del pluralismo religioso ............................................. 8
C) SANTO DOMINGO:
Proporciones dramáticas ........................................... 8
D) BENEDICTO XVI:
Debilitamiento
de la propia pertenencia a la Iglesia ........................... 9
E) APARECIDA:
Éxodo de fieles a las sectas ....................................... 10

Capítulo 2
ESTADÍSTICAS .............................................. 12

Capítulo 3
UNA REALIDAD ECLESIAL MAQUILLADA ... 14

II PARTE
OBJETIVO:
HACER DISCÍPULOS
Y MISIONEROS DE CRISTO

Capítulo 1
DOS CARAS DE LA MISMA MEDALLA ........... 18

109
Capítulo 2
MISIONEROS PARROQUIALES ..................... 21

III PARTE
ESTRATEGIAS

Capítulo 1
CONFIANDO EN DIOS,
ABRIRSE TOTALMENTE A LA VERDAD
Y ACEPTAR LA REALIDAD ASÍ COMO ES ...... 26

Capítulo 2
FORTALECER LA FE DEL CATÓLICO
MEDIANTE LA APOLOGÉTICA Y LA BIBLIA . 29

Capítulo 3
UNIR TEORÍA Y PRÁCTICA
EN LA VIDA DEL CATÓLICO .......................... 32

Capítulo 4
ATENDER PERSONALMENTE
A CADA CATÓLICO ........................................ 34

Capítulo 5
ESTRUCTURAR
UN NUEVO MODELO PASTORAL .................. 36

IV PARTE
PLAN MÍNIMO
DE ACCIÓN PASTORAL
PREMISAS
INICIATIVAS PRÁCTICAS

Capítulo 1
BIBLIA PARA TODOS, BIBLIA PARA TODO:
Todo con la Biblia, nada sin la Biblia. ............. 43

Capítulo 2
APOLOGÉTICA PARA TODOS ........................ 45

110
Capítulo 3
PEQUEÑAS COMUNIDADES CRISTIANAS .... 48

Capítulo 4
ASOCIACIONES Y MOVIMIENTOS
APOSTÓLICOS Y ECLESIALES ....................... 50

Capítulo 5
INVESTIGACIÓN Y ESPECIALIZACIÓN ......... 52

Capítulo 6
MÁS OBREROS DEL EVANGELIO .................. 54

Capítulo 7
DIACONADO PERMANENTE
Pieza fundamental para el cambio ................. 56

Capítulo 8
MARCO JURÍDICO
PARA LOS MINISTERIOS LAICALES ............. 59

Capítulo 9
ATENCIÓN PASTORAL Y ECONOMÍA ............ 61

Capítulo 10
CATÓLICOS PRACTICANTES
Y CATÓLICOS NO PRACTICANTES ................ 64

Capítulo 11
AÑO SABÁTICO.............................................. 66

V PARTE
PROBLEMAS ESPECIALES

Capítulo 1
MÉTODO: VER, JUZGAR Y ACTUAR ............. 68

Capítulo 21
DOGMA Y DISCIPLINA ................................... 71

111
Capítulo 3
EUCARISTÍA .................................................. 73

Capítulo 4
EVANGELIZACIÓN
Y PROMOCIÓN HUMANA .............................. 76

Capítulo 5
EVANGELIO SOCIAL
Y TEOLOGÍA DE LA LIBERACIÓN ................. 79

Capítulo 6
DESFASE CULTURAL .................................... 81

Capítulo 7
RELIGIOSIDAD POPULAR ............................. 84

Capítulo 8
GLOBALIZACIÓN ........................................... 87

Capítulo 9
DIÁLOGO ECUMÉNICO
E INTERRELIGIOSO ...................................... 89

Capítulo 10
CULTURAS PRECOLOMBINAS ...................... 92

Capítulo 11
UNA OPORTUNIDAD DESPERDICIADA ........ 94

CONCLUSIÓN:
Un Concilio Latinoamericano ........................ 97

Se terminó de imprimir
el 1 de Septiembre de 2007
— 2,500 ejemplares —

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