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El ser humano desde que se tengan registros de su existencia, ha buscado

inmortalizar su nombre, su sociedad, todo aquello que lo llega a identificar.


Los primeros de hacer grabados en piedra en las cuevas, la construcción de
grandes monumentos como las pirámides de Gizeh, las mismas momias
dentro de ellas, los jardines de Babilonia, la misma puerta de Ishtar, las
pirámides de los aztecas en América y las miles de otras construcciones que
encontramos alrededor de todo el mundo son testigos de este anhelo por
ser recordados en el futuro y no quedar perdidos en la oscuridad del olvido.

La historia universal está llena de personajes como Adolf Hitler, Alejandro


Magno, Nerón, que se llegaron a destacar tanto que hoy en todavía son
recordados, pero cuyas vidas no fueron plenas, sino más bien desdichadas,
y muchos de ellos sólo trajeron dolor y sufrimiento al mundo y muy pocas
cosas positivas. Hitler con el Holocausto de la II guerra mundial, Nerón con
sus excentricidades egoístas y su carácter monstruoso, Alejandro Magno
que se dice que conquistó todo el mundo conocido hasta su época, pero no
supo controlar sus hábitos y murió alcoholizado. Estos grandes personajes
desarrollaron tal vez al máximo sus capacidades. Establecieron su identidad
y esta permanece hasta los días de hoy. Sin embargo, ¿podríamos afirmar
que esto les fue suficiente para tener una vida plena, y servir a la
humanidad? Definitivamente no. Con vidas desdichadas que acabaron de
formas vergonzosas, como una borrachera o un suicidio, definitivamente
vemos que a la Identidad de estos personajes les hizo falta un componente
esencial. Una educación que no se quede solamente en adquirir un
conocimiento sino que valla más allá y le permita a la persona ser de ayuda
a sus semejantes, pues ¿de qué me sirve ser recordado por mi ingenio, si
con este solamente causé dolor a la humanidad, a mí mismo y me granjeé
el odio de mis congéneres?

Tal vez lograremos comprender la importancia de tener una educación, una


formación completa analizando lo que algunos personajes han declarado en
cuanto a lo que es una educación de calidad, una educación integral. Una
escritora no muy conocida en este ámbito, pero cuyos escritos son
sorprendentemente acertados declaró que “la verdadera educación no
desconoce el conocimiento científico o literario, pero considera que el poder
es superior a la información, la bondad al poder y el carácter al
conocimiento intelectual. El mundo necesita tanto hombres de gran
intelecto como de carácter noble. Necesita hombres cuya capacidad sea
dirigida por principios firmes”1. Aquí ya se dirige al sujeto a pensar que es
incluso más importante que el conocimiento en sí, el desarrollo de un
carácter, de principios firmes que guíen su vida, pero que también es
importantísimo el conocimiento científico y literario. Es decir, debemos
buscar un desarrollo equilibrado, que tenga en cuenta tanto lo intelectual
como lo social. Sócrates frente al templo de Delfos, con el mensaje
“conócete a ti mismo”, y luego al oír del oráculo que era el ser más sabio
de toda Grecia, se embarcó en la búsqueda del conocimiento, pero todo
basándose en la premisa de conócete a ti mismo, y al final llega a la
conclusión “sólo sé que nada sé”.

Con la nueva educación por procesos se nos dice que es más importante el
proceso en sí que el mismo resultado. Que se debe trabajar en la
producción de competencias más que en lo memorístico. Es una educación
tanto humana como disciplinar, en la que ambas partes se unen para evitar
la repetición de historias de personas muy educadas que terminan en la
cárcel por crímenes como robo de fondos públicos, o que terminan alzados
en armas pensando que esa es la única solución que pueden encontrar. Por
el año 930 AC cuenta el relato de un rey que adquirió mucha sabiduría, que
fue reconocido por el mundo de su época y quien disertó sobre toda planta y
árbol que conocido en su época. Sin embargo también le hizo falta un
componente y se cuenta que llegó a caer en los vicios, y su vida sufrió un
grave daño debido a esto. Nos narra: “Yo hablé con mi corazón diciendo:
‘He aquí que yo me he engrandecido y he aumentado mi sabiduría más que
todos los que fueron antes de mí en Jerusalén, y mi corazón ha percibido
mucha sabiduría y conocimiento.’ Dediqué mi corazón a conocer la
sabiduría y el conocimiento, la locura y la necedad. Pero he entendido que
aun esto es conflicto de espíritu. Porque en la mucha sabiduría hay mucha
frustración, y quien añade conocimiento añade dolor”3 y Albert Einstein con
su frase célebre “I want to know God’s thoughts… the rest are details”
expresa la necesidad del hombre de tener una base sólida, de carácter y
principios sobre la cual colocar sus conocimientos.

Los antropólogos nos muestran al ser humano como un ser complejo; como
seres activos en el mundo, con sus distintas dimensiones: corpóreo, sexual,
cultural y amoroso. Esto que podrían llegar a llamar distintas identidades
del ser, y en esto es donde mi desarrollo se ha visto más beneficiado por los
temas vistos en este primer semestre de Licenciatura. Con estas bases,
espero poder entrar cada vez más en el amplio campo del conocimiento y
finalmente como Isaac Newton poder abrumarme con la grandeza del
universo y exclamar: "Me parece que yo mismo he sido como un niño que
busca guijarros y conchas a la orilla del mar, mientras el gran océano de la
verdad se hallaba inexplorado delante de mí".

1- Ellen G. White-La Educación


2- Eclesiastés cp. 1

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