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UNIVERSIDAD DE LA REPUBLICA “FACUI TAD DE CIENCIAS SOCIAI FS DEPARTAMENTO DE. TRABAJO ‘SOCIAL TEMAS DE TRABAJO SOCIAL DEBATES, DEGAFIOS Y PERSPECTIVAS DE LAPROFESION EN LA COMPLEJIDAD CONTEMPORANEA CURSO DE TRABAJO SOCIAL CICLO BASiCO MONTEVIDEO - URUGUAY PRIMAVERA DE 2001 0 Cuestion Social en la historia Obligatorio 13copias LA CUESTION SOCIAL Y SUS ALTERACIONES EN LA CONTEMPORANEIDAD Prof. Alejandra Pastorini' Una primera aproximacién a la problemitica de la cuestion sucial Considerando como telén de fondo los procesos de urbanizacién e industrializacion que tuvieron lugar en Europa a partir de la primera mitad del siglo XIX, vemos que la cuestién social, entendida como conjunto de problemas soviales, politicos y econsmicos que se generan con el surgimiento de la clase obrera dentro de la sociedad capitalista, no es una problemtica nueva. Se relaciona directamente a las propias secuelas del orden burgués, es decir, se refiere a los aspectos derivados del proceso de constitucién y desarrollo del propio capitalismo. Asf, las acciones estatales destinadas a atender la cuestién social tienen como objetivo asegurar las condiciones necesarias para el desarrollo del capitalismo y las consecuentes concentracién y centralizacién del capital, y no s6lo corregit los efectos negativos de este proceso.” Esto significa que “La ‘cuestién social’ no es otra cosa que expresiones de! proceso de formacion y desarrollo dea clase obrere y de Su ingreso en el escenario poitco de la sociedad, exigiendo su ‘econocimiento como clase por parte del empresariado y dol Estado. Es la maniestacion, en el cotidiano de la vide " Asistente Social, Master y Doctora en Servicio Social de la Universidad Federal de Rio de Janciro (UFRJ) siendo actualmente docente en dicha Universidad, * Esta reflexin se encuentra basada en los andlisisrealizados por Castel (1997) Netto (1997), lamamoto (1997) y lamamoto (19974). 1 social, de la contradiccién entre 6! proletariado y la burguesia. la cual pasa a exigir atras tinas de intervencién, ‘mas allé de la caridad y represién’ (lamamato, 1997: 91-92). En este sentido, Ia cuestién social, desde sus _primeras manifestaciones, se presenta intimamente vinculada a la cuestién del trabajo, a la organizacién y movilizacién de la clase trabajadora, La violenta y creciente industnializacion engendré importantes niicleos de poblaciones no sélo inestables y en situacién de pobreza, sino también miserables desde el punto de vista material y moral. Por eso, debe ser pensada teniendo en consideracidn los procesos estructurales que dan sustento a las desigualdades y antagonismos propios del orden burgués. De esa forma, la cuestién social, se vincula necesariamente a la aparicién y desarrollo de la clase obrera yy su ingreso en el mundo de ta politica Con el objetivo de analizar cl Estado y la cuestién social en el capitalismo monopolist, Netto dira que “el capitalismo monopolista, por su dindmica y ccontradiociones, crea condiciones tales que el Estado por éf capturado, al buscar legitimacion politica a través del juego democratico, es permeable a demandas do las clases subalternas, que pueden hacer incidir en & sus inforosos y Sus reivindicaciones inmediatas. Y quo este proceso esta en ‘su conjunto tensionado no s6lo por las exigencias de! orden menopélico, sino también por los conftlotos que éste hace ‘emanar en toda la escala societaria. Es solamente en estas condiciones que las socuolas de la ‘cuestion social’ se fornan (..) objeto de una intervencién continua y sistematica por parte de! Estado" (1997: 18-19). Vemos que la cuestién social, come totalidad procesal, remite a ta relacién capital / trabajo, y es por eso que las acciones estatales (como por ejemplo las politicas sociales) tienen como primordial meta el enfrentamiento de aquellas situaciones que pueden colocar Material disponible en los Servicios del CECSo www.serviciosdelcecso.blogspot.com / sercecso@fes.edu.uy Fotocopiadora: 2410 6720 (208 /2f89" tabajos: pedicosercecso@amall.com Cantina & Cafeteria: 2410 6720 (220) en riesgo el orden burgués. Evidentemente esas intervenciones no van dirigidas a la raiz del problema; contrariamente, son orientadas para algunas manifestaciones de la cuestién’ social como problematicas particulates, fragmentando y atomizando las demandas sociales como una forma de reprimir, calmar y acallar cualquier voz que atente contra la cohesién y el orden socialmente establecido. Castel, analizando las diversas estrategias ¢ instituciones que ta sociedad coloca en funcionamiento en los diferentes momentos hist6ricos, con el objetivo de promover Ia integracién de los sujetos y mantener la cohesién social, entenderé la cuestién social como “une aporia fundamental en la cual una sociedad experimenta el enigma de su cohesién y trata de conjurar el riesgo de su fractura, Es un desafio que interroga, pone de nuevo en cuestién la capacidad de una sociedad (lo que en términos politicos se denomina una nacién) para existir como wn conjunto vinculado por relaciones de interdependencia” (1997: 20). Basado en esa concepeién de cuestién social, y con la intencién primordial de analizar las variadas formas que ulilizan las diferentes sociedades para mantener la cohesién social, Castel, tomando como punto de partida la sociedad preindustrial del siglo XTV hasta llegar a los dias de hoy, realiza un minucioso estudio sobre los grupos y colectivos que hacen vacilar esa cohesién a lo largo de la historia. Es preciso que recordemos que desde mucho antes, ya existian problemas que eran entendidos como sociales: basta pensar en las miltiples formas institucionalizadas que datan de ia Edad Media, ‘como la represién al vagabundeo, la asistencia a los indigentes, etc., Fespuestas (ora represiva, ora asistencial, dependiendo de los casos) necesarias para mantener el equilibrio social Esta definicién dada por Castel es tan amplia que nos podria llevar a pensar que la cuestién social siempre existid. Sin embargo, el autor hace una distincién sustantiva entre la cuestiOn de la asistencia y la cuestin del trabajo, entendiendo que la primera se refiere principalmente a las poblaciones incapaces de trabajar, mientras que la segunda seria la cuestién social propiamente dicha, que tiene como punto de cristalizaviéu el pauperismo. Castel se propone rehacer la historia de la asistencia con el objetivo de demostrar que con el surgimienta cel pauperismo (entendido como un dato histérico inédito en los comienzos del siglo XIX) se coloca en escena un problema mucho mas grave que el vagabundeo, hecho que marca una ruptura en la organizacién del trabajo. Entiende que “el vagabundo rondaba en la periferia del espacio social, y su drama consistia en que estaba fuera det orden productive. Con el pauperismo se reveld el peligro de una desafiliaciOn de masas inscritas en el corazn mismo del proceso de produecién de la riqueza” (Castel, 1997: 230). Todas estas definiciones y formas de concebir la cuestién social, més alla de sus diferencias, tienen algunos ejes en comtin: en primer lugar, entender que la cuestién social propiamente dicha remite a la relacién capital / trabajo, ya sea vinculada directanente con el trabajo. o can el no-trabajo; en segundo lugar, que la atencién de la cuestién social se vincula directamente a aquellos problemas y grupos que pueden colocar en riesgo el orden socialmente establecido y la cohesion social; y finalmente, que ella es una manifestactén de las desigualdades y antagonismos arraigados en las propias contradicciones de la sociedad capitalista. Tal vez las diferencias (que entendemos que no son pocas, ni poco importantes) se encuentren en el distinto énfasis 0 priorizacién que realiza cada uno de los autores, de uno u otro aspecto de la realidad Algunos de ellos entienden que “el Estado burgués en el capitalismo monopolista procura administrar las expresiones de la ‘cuestion social’, de forma tal que atienda las demandas del orden ‘monopolista” (Netto, 1997: 20); otros aluden més a la problemética de la cohesién social, a la “amenaza al orden politico y social (...)” (Castel, 1997: 219), o se piensa que la cuestién social “refleja las disparidades econdmicas, politicas y culturalcs, cavolviendo clases sociales, grupos raciales y formaciones regionales. Siempre pone en cuestién las relaciones entre amplios sezmentos de la sociedad civil y el poder estatal” (lanni, 1996: 87). De todos modos, cada una de esas formas de pensar la problemética de la cuestién social aporta elementos interesantes para nuestro analisis. Como ya dijimos anteriormente, fue en la primera mitad del siglo XIX en el contexto de la revolucién industrial, de las consecuencias derivadas del desarrollo de la gran industria y de la organizacién de Ja clase trabajadora urbana (en sindicatos y paftidos proletarios) que luchaba por mejores condiciones de vida y trabajo, que es colocada la cuestién social propiamente dicha, vinculada al surgimiento del pauperisaio y del peligro que éste significaba, Pero es necesario recordar que las mianifestaciones de las desigualdades antagonismas que constimyen Ia cuestién social se encuentran apoyados en los procesos estructurales del desarrollo capitalista.’ De esta forma, una vez que la cuestién social comienza a tomar estado pblico, las medidas utilizadas para enfrentarla ya no pueden ser pensadas estrictamente como mecanismos que contribuyen para la acumulacién del capitel; por el contrario, deben ser vistas como una relacién, como una mediacién entre la sociedad civil y el Estado, que *-Como dice tani, “La misma fabrica del progreso fabrics la cuestién social (.) le misma sociedad que fabrics la prosperidad econémica fabrics las desigualdades ‘que constituyen la cuestion social” (1996: 111-112), refleja su doble caracteristica de coereién y de consenso, de concesién y de conquista (ver Pastorini, 1997). En las palabras de Janni: “las diversidades y los antagonismos sociales comionzan a ser entrentados como situaciones susceptibles de debate, control, cambio, solucién 0 negociacién. Aunque en la réctica prodominen las técnicas represivas, la violencia del oder estatal y la privada, mismo de esa forma el dorecho liberal adoptado en las constituciones y en las cédigos upon fa pusibilidad de la negoclacion. ¥ fa protesta social, bajo diversas formas, en el campo y en la ciudad, sugiere tanto la necesidad de fa reforma como la posibilidad de fa revolucion” (1996: 88) Frente a estas, situaciones conflictivas se buscan alianzas entre los diferentes sectores que posibiliten calmar los conffictos que pueden dar lugar a la rebelién de la poblacién subaltera, Este proceso, que tiene como punto de Iegada los beneficios otorgados por el Estado (por via de la politica social, principalmente), tiene como punto de partida el descontento social, que dard lugar a la lucha y posterior negociacién entre los diferentes sectores Pero, frente a la actual crisis que vive el mundo capitalista, por qué cambios fundamentales atraviesa la “cuestién social?” ; Seria pertinente (0 posible) hablar de una nueva cuestién social significativamente distinta de aquella que fue colocada en el siglo XIX? Elementos que cruzan Io antiguo y lo nuevo de Ia cuestin social - 1- La cuestién social y las transformacivutes societarias Por entender la cuestién social como una manifestacién de las desigualdades y antagonismos engendrados en la sociedad capitalista, que remite en el fondo a la relacién capital / trabajo, se hace necesario ahora estudiar las transformaciones societarias que se encuentran en curso, es decir, pensar en aquellos cambios que vienen ‘scurriendo al interior de una sociedad cada vez mas compleja y que condicionan, de cierto modo, las respuestas dadas a esas problematicas tanto por el Estado como por la sociedad civil. Eso implica capturar las mediaciones entre Estado / sociedad civil, entre piblico / privado, entre capital / trabajo, entre asistencia / libertad, ete. La bibliografia referida a esta temética es muy amplia. Concentrar nuestra atencién cn los cambios sociales que se generaron en. los afios 70 y que se comienzan a manifestar nitidamente en los afios 80 ¥ 90 (que tienen como consecuencias -entre otras - el desempleo estructural, la precarizacién de las condiciones de trabajo, el debilitamiento de las relaciones colectivas, la desarticulacién de las clases que viven del trabajo, etc.), nos desviaria de nuestra preocupacién central. Sélo diremos que los cambios referidos al mundo de la produccién, con relncién al Estado, sus politicas sociales y a los diferentes actores sociales que se localizan en la sociedad civil, se encuentran contextualizados por el proceso de globalizacién en toda su amplitud. Vale la pena recordar que todas esas transformaciones societarias establecen nuevas mediaciones en la multiplicidad de manifestaciones de la cuestién social hoy. Asi, “conforme ta época y el lugar, la cuestién social mozela aspectos raciales, regionales y culturales, conjuntamente como los econémices y polices. Esta significa qua la trama de ia cuestién social mezcla desigualdedes y antagonismos de significado estructural (..) Vista asi, en una parspectiva histérice amplia, a sociedad on ‘movimiento se presenta como una vasta fabrica de las desigualdades y antagonismos que constituyen la ‘euestién social” (lanni, 1906: 02). De la misma forma que las sociedades se complejizan, constantemente, asi también lo esti la cuestién social y en consecuencia las respuestas que a ella le son dadas. Todo esto exige de los intelectuales una extrema atencién a los cambios sociales y al mismo, tiempo su reposicionamiento con relacién al movimiento de la realidad de la cnal forman parte. En este sentido Iamamoto, pensando en e] Servicio Social, dira que, “el actual contaxta sncin-histérico no se reduce @ un tolén de fondo para después dlscutir e! trabajo profesional. Este atravlesa y conforma el cotidiano del ejrcicio profesional del Asistente Social, afootando aus condisiones de trabajo y fas relaciones de trabajo, asi como también las condiciones de vida de ta poblacion usuaria de los servicios sociales” (19978: 6). Esa misma autora, al referirse especificamente a la cuestién social hoy, manifiesta que “es aprehendida como conjunto de las expresiones de las desigualdades de la sociedad capitaista madure, quo tiene luna ralz comin: la produecién social oo cada ver mas colectiva, ef trabajo se torna més ampliamente social, ‘mientras la apropiacion de sus irutos se mantiene privada ‘monopolizade por una parte de fa sociedad. La giopalizacion de la produccién y de los mercados no deja dudas sobre ese aspecto” (idem). 13) Pero al mismo tiempo indica que la cuestién social no es sélo desigualdades y antagonismos, también es rebeldia y resistencia, Esto significa que, en cuanto totalidad contradictoria, debe ser pensada en una doble dimensién: como expresién de las desigualdades y antagonismos sociales (pobreza, desempleo, exclusién, miseria, etc.) y al mismo tiempo como forma de presién social (movimientos sociales, organizacién sindical, grupos que reivindican derechos de las “minorias”, etc.).* En el contexto de la sociedad capitalista, la atencién de la cuestién social puede ser pensada como una forma de regular los conflictos con miras a la legitimacién del orden a partir del consenso, dando algunas respuestas a la presién de los subaltemos que puedan poner en peligro la cohesién social. 2. Sobre las novedades de la cuestién social En esta parte del trabajo analizaremos cuatro libros que marcan el debate sobre la cuestién social en la actualidad. En tres de ellos, los autores (Rosanvallon, 1995; Monereo Pérez, 1996; Commaille, 1997) defienden la idea de que existe una nueva cuestién social, que data de la segunda mitad del siglo XX y que seria sustancialmente diferente de la que se originé a mediados del siglo XIX. Es “ En relacién a esta tematica ver lamamoto, 19972, Belfiore-Wanderley, 1997 y anni, 1996, importante aclarar que entre estos tres autores existen distintas concepciones politicas sobre la cuestién social, hecho que se hace evidente también en las soluciones propuestas por cada uno de ellos; al mismo tiempo que nos enfrentamos con importantes semejanzas entre los andlisis y propuestas realizadas por Rosanvallon y Monereo Pérez, percibimos notorias diferencias con Commaille Contrariamente, Castel (1997) se prevcupa en mostrar que la cuestidn social propiamente dicha se origina en el siglo XIX con el reciente proceso de industrializacién y Tas consecuencias que de abi derivan (a pesar de que este autor reconoce que lo social, y los diversos problemas sociales ya existian desde antes); al mismo tiempo entiende que hoy nos encontramos frente a una nueva versién de esa cuestidn social que desde su origen, hace mas de un siglo, se viene presentando bajo diferentes versiones, recolocindose recomponigndose constantemente, De esta forma, dird que las profundas metamorfosis de la cuestién social indican la presencia de “una problemética nueva, pero no otra problematizacién” (Castel, 1997: 22), Segiin él, la cuestién social precedente consistia en encontrar el modo por el cual el actor social subordinado y dependiente pudiera convertirse en pleno sujeto, mientras que ahora se trata de atenuar esa presencia, de tomarla mas discreta, hasta apagarla * Castel dirs, “por problematizecién entiendo Ia existencia de un haz unificado de interrogantes (cuyas caracteristicas comunes es preciso definir), que han emergide en un momento dado (que hay que dater), que han sido reformulados varias veces 8 través de crisis © integrando datos nuevos (hay que periodizar esas transformaciones), y que siguen vivos en la actualidad. Este cuestionamiento esté vivo J por ello impone el retorno a su propia histori, afin de construr fa historia del presente” (Castel, 1997: 19), Contrariamente, los autores que defienden la existencia de una “nueva” cuestién social insistirin en que actualmente nos enfrentamos con una serie de fendmenos nuevos, esencialmente distintos de los precedentes, hecho que marca una ruptura entre el antes y el ahora. En este sentido Rosanvallon, expresa que “desde principios de los afios ochenta, el crecimiento de la desocupacién y la aparicién de nuevas formas de pobreza parecieron, al contrario, llevamos a largo tiempo atrés. Pero'a la vez se ve con claridad que no se trata de un simple retorno a los problemas del pasado. Los fenémenos actuales de exclusién no remiten a las categorias antiguas de la explotacién. Asi, ha hecho su aparicién una nueva cuestiOn social” (1995: 7). A lo largo del texto, Rosanvallon presenta y analiza detenidamente esos “nuevos fenémenos”, entre los cuales destaca el desempleo de larga duracién y el fenémeno de la exclusién; entendiendo que esas probleméticas ‘ya no son situaciones momentineas, sino que contrariamente se han vuelto estados permanentes, diri que las respuestas para solucionarlos no pueden continuar siendo pensadas en fanciéa de los siesyus y de la solidaridad como anteriormente. Segin el autor, el Estado providencia atraviesa hoy una crisis de orden filoséfica, que scompaiia el surgimiento de una “nueva” cuestién social Reconstruyendo la historia de las técnicas de seguridad (otrora pensadas como solucién a una serie de diferentes problemas: desempleo, accidentes de trabajo, enfermedad, etc.), entiende que 4éstas se muestran poco adaptadas a las actuales problematicas, donde el concepto central hoy no es mds el riesgo, sino la precariedad y vulnerabilidad de los individuos (ver Rosanvallon, 1995: 28.29). Ademas analiza cémo esa precarizacién y vulnerabilidad del empleo inciden en la pérdida de capacidad contributiva de los trabajadores, que conjuntamente con la crisis de la organizacién sindical, colocan en peligro el modelo que se estructuraba en torno del riesgo colectivo. De esta forma, el autor considera que los modelos de Estado- providencia bismarckiano y beveridgeano® deben ser retomados, [pero para eso es necesario refundar el principio de la solidaridad para que ellos subsistan, Eso requiere una redefinicion politica y filoséfica del contrato social sobre el cual se funda el Estado- providencia (idem > 49-50). Asi se colocan dos cuestiones dificilea de resolver. La primera es de orden filoséfica: z sobre qué principio de justicia fundar el Estado-providencia ya que no es posible contentarse con una mera mutualizacién de los riesgos sociales? Y la segunda, de apariencia mas técnica: zel pasaje o retorno a un sistema de esencia més civica no implicaria pasar de un financiamiento fundado en aportes y contribuciones sociales para un financiamiento via impuestos? (Idem.: 53-61), Segin el autor, la solugién para ambos problemas se vincula con Ia cuestién de lo que es justo y equitativo Es con relacién a este punto que Commaille construye su critica a Rosanvallon, que segin él podria llegar a constituir una justificativa y sistematizacién del proceso de individualizacion, entendiendo que, desde esa perspectiva, el Estado-providencia estaria cada vez menos vinculado a las clases sociales, a las poblaciones homogéneas, a los grupos, y, contrariamente, cada vez mis articulado a los individuos (Commaille, 1997:80). Por eso, segin la tesis de Rosanvallon, se hace cada vez, més imprescindible profundizar el conocimiento de las desigualdades y de las diferencias existentes entre los individuos como tinica forma de modificar ta percepeidn de 10 justo y de Io & Sobre este tema se puede consultar: Rosanvellon (1981 y 1995), Marshall (1967). injusto, y la relacién existente entre la solidaridad y la desigualdad, o que colocaré a prueba los fundamentos del conttato y posibilitard pensar en una accién social basada en ayudas diferenciadas, En este sentido Rosanvallon diré que el Estado debe asumir la forma de Estado-providencia activo, productor de “civismo”, vinculado al desarrollo de la ciudadania, y que ‘para ser justo, el Estado providencia ya no puede ser 4dnicamente un distribuidor de subsidios y un administrador de regias universales. Debe convertirse en un Estado servicio. La meta, es dar a cada uno los medios especificos, de modificar e! curso de una vida, de superar una ruptura, de prever un problema.” (Rosanvailon, 1996: 209-210). De esa forma, el autor encuentra una altemativa al debate entre equidad (como igualdad de oportunidades) e igualdad (como equidad de tratamiento), entendiendo que “lo que necesitamos hoy es un enfoque de la justicia ‘bajo el sol del conocimiento’ de las diferencias entre los hombres” (idem.: 57), lo que implicari una solidaridad fundada en el tratamiento diferenciado de los individuos. Agregando que “al scr mas individualizadus, lus derechos sociales pueden recomprenderse y ampliarse” (idem.: 210). Aqui se nos presenta la misma duda que—a Iamur: con esa individualizacién de Jo social, no es posible percibir en que medida esa altemativa se diferencia de las concepeiones del pasado que ocuttaban las dimensiones efectivamente sociales del origen de la exelusién y si eso no significaria la posibilidad de volver a las pricticas de control del comportamionto de loa pobres-asistidos, que eran vistos como responsables por su pobreza (ver Jamur, 1997a: 191), Monereo Pérez, influenciado por los andlisis de Rosanvallon, va a pensar en las dificultades con las que se enfrentan las politicas sociales contempordneas para dar respuesta a una cuestién social cada vez mas compleja, en el proceso de trinsito para una sociedad “post industrial”, Asf, expresa que "la nueva cuestisn social no remite sélo 2 lae tradicionales disfuncionalidades de la sociedad industrial, sino también a nuevas fenémenos de ‘exclusion’ y situaciones de “desventaja’ social, derivadas tanto ue lus vabies en 1a estructura social misma como de la aplicacién de ciertas pollticas sociales” (Monereo Pérez, 1996: 226) A continuacién el autor enumera una serie de “nuevos” fenémenos que determinan el surgimiento de la nueva cuestién social (nuevas formas dé pobreza y marginalizacién social, nueva exclusién social, desempleo dé larga duracién), los cuales indican que se esta produciendo tuna desintegracién de los principios organizadores de la solidaridad y una relativa inadaptacién de la concepeidn vigente de derechos sociales (idem.: 227). Esas problematicas sociales, segiin el autoi, deben ser atendidas fuera de la logica aseguradora en sentido estricto, instaurando sistemas de ingresos por ciudadania que serain Posibles con “la construccién de un Estado de bienestar mas “positive” y “activo” (aquel mismo Estado providencia activo propuesto por Rosanvallon). Es aqui que entra en escena el uevo derecho de insercién social, que facilitaré la integracién del ciudadano a Id sociedad (siguiendo al pensador francés: mediante la individualizacién de las medidas, como forma de adaptarlas a la especificidad de cada situacién), destacando la importancia del derecho al trabajo, pensado como una manifestacién del derecho a vivir y contribuir a la constraccién de un proyecto democritico de sociedad (idem.: 233), que le dé la posibilidad al individuo de ser ciudadano también en y por el trabajo. En este sentido, apoyado en Rosanvallon una vez més, Monereo Pérez dira que: “el contrato social moderno no puede disociarse hoy dia ‘enteramente de! empleo y de fa efectividad del derecho al trabajo (..). La integracion pasa en gran parte por el trabajo, Y por el reparto del trabajo” (Monereo Pérez, 1996: 234 235). Asimismo, afirma que estas “nuevas politicas sociales” deben ser capaces de construit un tipo de identidad social o de ciudadania a través de pricticas que no sélo tiendan a ir mas allé de la civilizacién del trabajo, sino que atiendan también a la exigencia de una ciudadania en el trabajo y de la ciudadania plena que el trabajo procura (idem.: 234) ‘Tenemos serias dudas en relacién a esa afirmacién: basta pensar en la realidad actual impregnada por la ideologia neoliberal, acompafiada por el fomento y la defensa del individualismo en detrimento de acciones colectivas, 0 en las politicas sociales y en los principios que las orientan (ver Pastorini, 1995). Analizaudo el libro de.Commaille vemos que el autor, preocupado por capturar aquellos elementos que le permitan comprender y explicar la espectacular reaparicién de la cuestién social, parte de la idea de que esa nueva cuestién social nace vineulada (pero en un contexto radicalmente diferente) a aquella que surge en el siglo XIX a partir de las incertidumbres de la revolucién industrial. Orientado por esa premisa analizaré, en el transcurso del texto, cémo la ‘cuestién social de la segunda mitad del siglo XX, ademas de no tener nada que ver con la precedente, todavia es examinada a la luz de las categorias de andlisis politicas y éticas del siglo pasado (1997: $9). Después de definir la cuestién social como “expresién multiforme, comprensible a través de indicadores (..), de una crisis social resultante de una mutacién econémica y que seria al mismo tiempo una erisis moral, cultural, politica” (Commaille, 1997: 10), el autor dedica todo el primer capitulo, intitulado “Los hechos”, al estudio de aquellos indicadores que le permiten demostrar que, a pesar de que las manifestaciones de esos nuevos fenémenos (el de la pobreza, de la marginalizacién masificada, etc.) se nos presentan como rwapariciones del pasado (los hechos que la provocan, 10 que ella suscita como debate y como reaccién, lo que trae como problema, el cantexto socio-cultural y politico donde ella se localiza) no tiene nada que ver con el pasado (idem: 22). De esta forma, analiza una serie de fendmenos (desempleo de larga duracién, degradacién cuantitativa y cualitativa de la situacién de empleo, pobreza, precarizacién, reduccién de los derechos, pérdida de la proteccién, etc.) que mostrarian que cuando se habla de cuestién social, estamos hablando de lazos y de cohesién social, y ug todos esos hechos no hacen més que indicar que los espacios de integracién sogial (familia, escuela, local de trabajo) pasan desde los afios “80 por una profunda crisis, y que ésa no es una situacién momentanea, sino un proceso de “ruptura social” que indica al ‘mismo tiempo un estado, una evolucién y una amenaza (Commaille, 1997: 30). Asi, frente al desempleo que hoy es estructural y que deja de ser un fenémeno marginal o residual, el autor construye su critica a aquellos que, al reivindicar el derecho a la integracién como nueva ‘metamorfosis ,necesatia de los derechos del hombre, dan la posibilidad que se haga de la insercién (como principal componente del derecho a la integracién) no simplemente la expresién de un derecho, sino un deber que daré lugar @ la ciudadania activa (idem, 65-66). Pero, como bien entiende Castel, seria un exceso de optimismo pensar las politicas de insereién como fruto o fiente de una nueva ciudadania, ya que la ciudadanfa no se construye en la inutilidad social. Ya que esa altemnativa se apoya en la idea que el “inserto” debe pagar por su insercién, y si no puede hacerlo por el trabajo entonces debera ser por una “buena causa” (ver Castel, 1995: 21 y 1997: 422-437), corriendo el riesgo de caer en antiguas soluciones, o sea en tna neo-filantropia. Segiin el autor referido, el renacimiento de Ia cuestién social trae consigo la amenaza de un grave daifo a la cohesién social y a los Principios fundadores de la democracia. Por ese motivo, entenderé que la cuestién social es principalmente una cuestién politica afirmando que sus soluciones no pueden pasar simplemente por las politicas sociales, sino por la politizacién de la cuestién social, y principalmente por la reestructuracién de la politica, incorporando en el debate a todos los miembros de una sociedad dada en la cualidad de ciudadanos actives. Pensando en la cuestién social como social y politicamente construida, y tal como anunciamos anteriormente, hacemos referencia al Ultimo autor, o sea a Castel, quien coloca como punto de partida para cl anélisis su definicién de euestiGu social (ver supra) que, a pesar de ser abstracta y general, a lo largo del texto incorpora ruevas dimensiones que permiten tener una visién mAs acabada de Jo que él piensa en relacién a esa problemitica. Asi, él entenderé que es necesario rastrear la odisea del salariado’ para comprender las principales transformaciones de la cuestién social hasta los dias de hoy; y sera ese el camino que recomrerd su libro: Metamorfosis de la Castel entiende que la sociedad salarial “no es slo una sociedad en la cual fe mayoria de la poblacin o: asalariads, aunque sea verdad. (..) Sino, wna sociedad en la cual la mayorta de fos sujetos sociales tienen su insercién social relacionada al lugar que ocupan en el salariado, o sea, no solamente su zenta sino, su status, su proteccién, su identidad” (ix Belfiore-Wunderiey, 1997: 169) cuestién social. En ese texto, nos deparamos con una crénica del salariado (sin pretender desconocer su brillantez), a la que se destina poco espacio, por un lado, a la lucha y a la presién protagonizada por los trabajadores y sectores subalternos en general, 0 sea a la rebeldia y resistencia, aquella segunda dimensién que constituye la cuestion social; y por otro lado, a aquellas organizaciones de los sectores trabajadores y a la ctisis que ellas viven actualmente, Pero eso no significa que sean aspectos desconocidos u olvidados por el autor, lo que queremos decir es que son aspectos ripidamente sefialados en diversas oportunidades y no constituyen el eje de la cuestién social a su entender. Partiendo de la idea de que Ia cuestién social se fue redefiniendo y ‘metamorfoseando con el pasar del tiempo, se preocupa en analizat qué hay de diferente y de comiin entre las antiguas situaciones de vulnerabilidad de masa y la precariedad actual. Asi, dirt que ‘ia palabra ‘metamorfosia’ no es entonces una metarora empleada para sugerir que, por debsjo del cambio de atributos, subsiste la perennidad de una sustancia. Por ef Leuntrario, unis metamorfosis hace tembiar las certidumbres y recompone todo el paisaje social. Pero las conmociones, ‘unque sean fundamentales, no son novedades absolutas si 88 inscnben en e! marco de una misma problematizacion" (Castel, 1997: 18-19). Este es un elemento que marca una importante diferencia entre los tres autores: anteriormente tratados y Castel, Asi, mientras los primeros insisten en las diferencias enire lo antiguo y lo nuevo en la cuestién. social, y se preocupan por hacer evidentes las novedades, Castel intenta mostrar que una tal separacién dicotémica no existiria realmente, y que esa escisién no permite percibir Ia cuestién social como proceso, A pesar de concordar con Castel en que no se trata de hhacer una separacién dualistica cutie el ates y el ahora, o entre antiguo y nuevo, entendemos que tampoco se trata de hacer una erdnica 0 una narrativa cronolégica de In evolucién de la cuestién social, ya que, de una forma o de otra, estaremos perdiendo la procesualidad y la posibilidad de captar las contradicciones inmanentes al movimiento de la realidad, Castel, partiendo de la idea de que existe una fuerte correlacién entre la integracién por el trabajo (cmpleo estable, empleo precario, expulsién del empleo, etc.) y la participacién en las redes de sociabilidad (insercién relacional fuerte, frigil o aislamienta, et), define cuatro zonas de cohesién’ social: de integracién, vulnerabilidad, desafiliacién y asistencia.* El equilibrio entre las diferentes zonas sitve de indicador para evaluar la cohesiGn social de luna sociedad determinada; por eso, entender que Ia zona de valnerabilidad ocupa una posicién estratégica, ya que controlada o reducida permite la estabilidad, pero abierta y en expansidn alimenta las contradicciones colocando en riesgo la estabilidad y la cohesion social. Por eso, afirma que: “el problema actual no es sélo e! que plantea la consttucién de una ‘periferia procaria, sino también ol do la ‘desastabilizecién de fos ostables' (..) Le precarizacién do! trabajo es un proceso central, regido ‘por las nuevas *. En ol capitulo introductorio Castel expresa que “la asociacién ‘trabajo establefinsercidn relacional sGlida’ caracteriza una zona de integracién, A la inversa, a qusencia de pertcipseién en slguns actividad productive y. el aislamiento relacional conjugan sus efectos negatives para product la exclusién .) la desafiliacién. La vulnerabilidad social es una zona intermedia, inestable, que conjuga la precariedad det trabajo y la fragilidad de los soportes de proximidad”, La cuarta zona que en algunos momentos el autor hace referencia no se encuentra claramente definia, creemos que puede ser un atea intermedia entre Ia estabilidad y la vulnerabilidad. (Castel, 1997: 15 y 418-420), 10 exigencias tecnolégico-econdmicas de la evolucién del capttaismo moderno. Es perfectamente licto plantear una ‘nueva cuestion social, que tiene la misma amplitud y la misma centralidad que el pauperismo on la primera mitad dol siglo XIX, para sorpresa de los contamporéneos” (idem. 413) Vemos asi que. sin hablar de que se trata de la misma problematica, entiende que el marco general en el cual se inscribe la nueva precariedad es el mismo que contextualizaba al pauperismo y a las antiguas formas de vuinerabilidad del siglo XIX, pero ahora no haciendo referencia al proceso de industrializacién sino al proceso de cambio del.padrén de acumulacién que da lugar a Ta llamada acumulacién flexible. Es importante indicar también que el surgimiento de Ia cuestién social se encyentra intimamente vinculado a la conformacién del asalariado como clase y al surgimiento del pauperismo, que, aunque se presente en los mérgenes de una sociedad, crea el peligro de una desafiliacién de masa inserta en el propio corazén del proceso de movernizacién. Sin embargo, las nuevas formas de precariedad ce refieren mas a la fragilidad del salariado y de su desestabilizacién, como consecuencia de las nuevas exigencias del capital y de los cambios en el orden mundial. Esto’ no significa desconocer Ia existencia de nuevos fendmenos. Evidentemente, esas nuevas problematicas, que se encuentran en el centro del escenario mundial desde la década de ‘70,’ seran el punto de partida para los andlisis de Castel. De esta forma, entre un gran *. Castel entiendé que generalmente se localiza en 1973 la “crisis” a partir de le cual comenzé a degradarse la condicién salarial, A pesar de que paso un cierto tiempo antes de que empezaron a sentirse los primeras efectos (..), 1975 es una ha pertinente; ya que numerosos informes estadisticas Ia indican cama wn momento de giro (ver Castel, 1997: 354 - nota de pie de pigina N° $3), mimero de probleméticas por medio de las cuales se evidencia la crisis, destaca: el problema del desempleo, la flexibilidad do los empleos, la creacién de supemumerarios, la reciente pobreza, la precarizacién das condiciones de trabajo y la desproteccién social, entre otros, Pero el autor enfatiza la precarizacién del trabajo, ya que ese indicador permite comprender los procesos que nutren la vulnerabilidad social y, en definitiva, que generan el desempleo y la desafiliacin (ver Castel, 1997; 405-806). Y al hablar especificamente de la cuestién social, diré que hoy en dia consistiria muevamente “en la existencia de ‘initiles para el mundo, supernumerarios, y alrededor de ellos una nebulosa de situaciones signadas por la precariedad y la incertidumbre del mafiana, que atestiguan el nuevo crecimiento de la vulnerabilidad de masas” (édem.: 465). Todo esto, conjuntamente con el debilitamiento de las instancias colectivas no exclusivamente referidas al mundo de trabajo, llevan a un creciente individualismo negativo, caracterizado por aquellos que se encuentran sin vinculos y sin apoyo, privados de todo tipo de proteccién y de todo reconocimiento (idem.: 32). De esa forma, pensando que los individuos cada vez son més excluidos de les culevlivus protectores, el autor se cuestivua en qué podrian consistir las protecciones en una sociedad que se torna cada ‘vez més una sociedad de individuos y donde las antiguas formas de solidaridad se encuentran en la actualidad agotadas. Una primera aproximacién a las altemativas o salidas propuestas por Castel tiene trazos comunes con las propuestas de Commaille, quien, evidentemente, tuvo a Castel como referencia, Castel, pensando que el trabajo es més que el empleo, ya que el trabajo como tal se refiere a la socializacién de los individuos yca su participacion en la sociedad, dird que el no-trabajo es mas que el " desempleo, entendiendo que los trabajadores sin trabajo corren el riesgo de transformarse on iniitiles para el mundo, en individuos que viven en él pero al cual no pertenecen realmente. En el capitulo final de su libro, Castel, sin la pretensién de predecir cl futuro, ya que seria absurdo, indica cuatro eventualidades que dependerin del tipo de camino que sea escogido en materia politica, econdmica, de organizacién del trabajo y en intervencién estatal Esas podrian ser sintetizadas de la siguiente forma: 1) que se continiie acentuando la degradacién de la condicion salarial que se viene observando desde la década de ‘70, como consecuencia directa de la aceptacién, sin mediacién, de la hegemonia del mercado; 2) intentar conservar Ia situacién actual, multiplicando los esfuerzos para estabilizatla, a través de un mejor desempefio del Estado, como por ejemplo una RMI (Renta Minima de Insercién) més generosa; 3) reconocer que el trabajo ha perdido su posicién central, que el salariado se ha degradado, y tratar de encontrar otra escapatoria, como por ejemplo, el tercer sector, una economia solidaria, una economia social, etc.; y 4) procurar una redistribucién de los “recursos escasos” generados por el abajo sucialisente ati. EI autor no explicita cual de las cuatro altemativas seria a su entender la mas pertinente frente la actual realidad, pero teniendo en cuenta las ideas por él desarrolladas podriamos pensar que se inclina por la: iltima. Esta afirmacién se fundamenta en las siguiente palabras del propio Castel: la sociedad salarial no es una entidad eterna; es una formacién social relativamente reciente y que tendri fin. Las especulaciones en relacién a la desaparicién de la civilizacion del trabajo pueden ser legitimas; tal vez de aqui a veinte ‘© cincuenta afios el trabajo habré desaparecido como principal vector de integracién, pero en la actualidad é{ cumple una funcién esencial: es Ia principal base de la dignidad y de la ciudadania (ver Castel, 1995: 22). Por eso, entiende que el reparto del trabajo es la respuesta mas logica frente esta situacién, pero siempre que no sea visto como la finalidad Gltima y si, como un medio para poder Ilegar a una redistribucién efectiva de los atributos de In ciudadania social, Finalmente, afirma que, para salvar el naufragio de la sociedad salarial (sociedad que se construyé con base en el trabajo y sus protecciones), es necesario, ademés de la aceptacién de los participantes, un esfuerzo intelectual y voluntad politica, y dice que, fn todo ese proceso, nadie podra sustituir al Estado en Ta direccién de las maniobras. - Con base en Io anteriormente dicho, entendemos que es necesario tomar con reserva las declaraciones sobre la muerte de Ia sociedad salarial, sobre la sociedad post-industrial y sobre el fin de la era del trabajo. Ciertamente, es necesario un detallado y preciso anélisis sobre las metamorfosis de la sociedad salerial, sus nuevas determinaciones y sus purticularidades en este controvertido siglo XX. Es preciso pensar en qué pueden consistir las protecciones en una sociedad que se transforma cada vez mis en una sociedad de individuos, atravesada por la desagregacién de los principios de solidaridad y por el fracaso de la concepcién tradicional de derechos sociales, asi como analizar la posibilidad reat de pensar en un sistema basado en el concepto de solidaridad ¢ igualdad en una sociedad capitaliste comandada por el proyecto neoliberal, en donde crece répidamente la precarizacién, la instabilidad y el desempleo estructural 2 Bibliografia ARENDT, Hannah. “As esferas piiblicu ¢ privada”. in A condigio humana. So Paulo, Ed. Forense Universitiria, 1995. BELFIORE-WANDERLEY, Mariangela (org.). Desigualdade social € a questa social. Sao Paulo, Educ, 1997. CASTEL, Robert. 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