La destitución de Breni Cuenca como Secretaria de Cultura ha avivado la percepción de que el gobierno todavía no tiene una idea clara sobre cómo manejar la relación del Estado con la cultura. Las cosas comenzaron mal cuando el gobierno, en junio del año pasado, convocó a artistas y gestores culturales para que “votaran” por la persona que debía dirigir las políticas culturales del Estado. Pocos dudan ahora de los efectos contraproducentes de aquella c
La destitución de Breni Cuenca como Secretaria de Cultura ha avivado la percepción de que el gobierno todavía no tiene una idea clara sobre cómo manejar la relación del Estado con la cultura…