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Estos bocetos han permanecido guardados con decenas de estudios, fotografías, recortes
de periódicos, notas de viaje y fotografías que Toño Salazar fue acumulando desde su
primera exposición en San Salvador (1919). Ese chuncherío que anduvo jalando de
México a París, de París a Nueva York, de Nueva York de vuelta a París, y luego a
Buenos Aires, después a Montevideo y finalmente a San Salvador, constituye un
inestimable fondo documental. No podemos imaginarnos los tesoros allí guardados.
Toño hizo sus primeras armas en México, dibujando para el diario El Universal. En
poco tiempo alcanzó fama. México llegó a ser como su segunda patria. El "Diccionario
biográfico ilustrado de la caricatura mexicana" (1997) incluye a Toño Salazar.
Salazar fue un peregrino y fabulador. Decía que su decisión de irse a París fue producto
de un accidente. Contaba que, un día, estando en México, saliendo del cine tropezó con
la pierna de un hombre. En el acto se encendieron las luces y descubrió que el hombre
tenía una pierna de palo. Cruzaron unas palabras. Hicieron amistad. El cojo le contó que
era representante de un ballet sobre patines que iría a Francia al día siguiente. Le
propuso que se fuera con él, y Salazar decidió irse a París.
Es muy probable que la historia no sea verdadera. Lo cierto es que Salazar se largó a
Europa. Un tramo en barco, y otro en tren, en los días de Navidad del año 1922. Allí
aprendió a hacer con cada personaje una “narración”. No buscaba crear efectos cómicos,
sino producir seres con "extravagancia espiritual”, escribió. Expuso sus caricaturas en el
Salón La Araña junto con Marc Chagall y Tsuguharu Foujita. Como en una especie de
mantra cubista, repetía: “Yo creo que si una persona es larga y las demás la ven
redonda, no importa que la hagamos cuadrada”.
Según sus memorias, Toño conoció a Picasso ese mismo año, en Montparnasse. “Este
hombre tenía para mí cuatro ojos como los gatos. Debía buscarle mil rostros”, recordaba
Salazar. El pintor malagueño fue uno de sus modelos favoritos a lo largo de su carrera.
(No el único. Hizo decenas de caricaturas y estudios sobre Alfonso Reyes, César
Vallejo y Porfirio Barba-Jacob).
Salazar fue parte de la revolución del arte del siglo XX. Una revolución que tuvo a
Picasso como uno de sus comandantes. Ahora los dos hacen guardia, por unos días, en
un recodo del planeta MARTE.