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Publicada em: 23/03/2004 às 00:00

Reportajes

“La mayoría de crímenes de adolescentes no resultan de


disturbios de personalidad, pero de la desigualdad social”
Túlio Vianna

23 de marzo de 2004 - Profesor de Derecho Penal de la PUC Minas, Túlio Vianna tuvo
sus ideas respecto al tratamiento dado al adolescente infractor en Brasil proyectadas y
discutidas en larga escala después de la divulgación de su artículo "¿Y si Liana se
llamase Maria y Felipe se llamase Juan?", publicado en la revista Caros Amigos y
reproducido en diversos sitios de la Internet.

El texto, abordando el episodio de la pareja de adolescentes asesinado por otro


adolescente en São Paulo, causó polémica con afirmaciones como esta: “Lo que choca
en las muertes de Liana y Felipe, no son las circunstancias de la ejecución, pero la
transferencia que el lector-telespectador-consumidor hace, colocando a sus propios hijos
en la situación de las víctimas de hecho. Las muertes de las Marias y Juanes no chocan, pues tienen lugar en
las favelas, en la periferia, en lugares demasiadamente distantes y “peligrosos” – las aspas son
imprescindibles – para la mayoría de los hijos de clase media”.

Después del auge del debate sobre la reducción de la mayoridad penal, el profesor participó de una discusión
virtual por invitación del sitio Canal de Derecho, el día 5 de marzo. (http://www.canaldedireito.com.br) No
menos polémico, Túlio volvió al tema de los adolescentes infractores y mostró, más una vez, que hacer
justicia no es colocar más adolescentes pobres en la prisión, pero darles lo que es de derecho. Con la
colaboración de Túlio, COAV seleccionó 10 preguntas formuladas por el público y presenta aquí las
respuestas.

1 – ¿Usted cree que un tratamiento especial, diferente del que es dado en las prisiones, es capaz de
reeducar, reintegrar y reestructurar psíquicamente a un joven infractor?

TV - La prisión en su esencia es hipócrita, pues pretende reintegrar aislando al individuo de la sociedad para
segregarlo y después devolverlo para esta misma sociedad. Por definición no hay reintegración; hace
justamente lo contrario: segrega. Si no funciona con adultos, imagínese con niños y - peor - ¡adolescentes!

El comportamiento puede ser modificado dando opciones para el niño. Hoy el niño que nace al margen de la
sociedad tiene como expectativa de vida trabajar para el tráfico. Es la única forma efectiva que tiene de salir
de la miseria. Si no hay una política social efectiva, hoy vamos reducir la mayoridad para 16 años, mañana
para 14 años y no va a cambiar nada, pues los niños entran para el tráfico con 12, 10 años.

2 – ¿Usted cree que la inmadurez y el escaso autocontrol del adolescente dificultan o impiden la
capacidad de entender la extensión de sus actos?

TV - El adolescente entiende sus actos, sabe que practica una conducta socialmente recriminada. La cuestión
es que, por naturaleza, el adolescente es rebelde, inconformado. Y el, más que nadie, se rebela con la
situación de miseria en la que vive. Los crímenes, en su mayoría, no son resultado de disturbios de
personalidad, pero de la desigualdad social.

3 - ¿Qué decir de las contradicciones legales, como la posibilidad de casarse a los 16 años, el derecho de
votar a los 16 años, y la capacidad de trabajar a los 14 años?

TV - Soy contra el voto a los 16 años. Es verdad que hay adolescentes más politizados que adultos, pero en
su mayoría no tienen condiciones de votar con seriedad. El casamiento es una cuestión privada, si no
funciona se separan. Lo peor es el adolescente poder o tener que trabajar a los 14 años... ¡Su lugar es en la
escuela! Pero entonces volvemos a la cuestión social... El necesita trabajar (o robar, traficar etc.) para
sustentar a si mismo y muchas veces a su familia.

4 - ¿Existe alguna ley especial, fuera del Código Penal, que trate la inmadurez penal del menor de 18
años?

TV - Si, la propia Constitución Federal determina la mayoridad penal a los 18 años. Toda esta discusión de
la reducción de la mayoridad penal es muy mediática, pues es una cuestión constitucional que muchos
autores entienden que es cláusula pétrea y, por lo tanto, jamás podría ser modificada. Los medios son muy
perversos al tratar del asunto criminalidad. Vemos titulares como este: "Menor asalta adolescente". El pobre
es menor; el rico adolescente. Los medios ven el problema del punto de vista de la clase media y de los ricos
que son siempre víctimas. No se preocupan en resolver la cuestión social, pero neutralizar el "peligro" que
estos adolescentes presuntamente representan para la sociedad.

5 - ¿Cuáles son los criterios adoptados para establecer la mayoridad penal?

TV – Hay dos criterios básicos para legislar en relación a la mayoridad penal: un criterio simplemente
biológico y un criterio psicológico normativo. El primer criterio es el adoptado por nuestro código: a los 18
años completos el sujeto es mayor y punto final. El otro establece un área gris de una mayoridad relativa en
la cual el juez decidirá si el menor puede o no ser culpable. Es el criterio adoptado, por ejemplo en los EEUU
donde si el agente tiene menos de 7 años el no puede ser punido de ninguna forma, pero si es mayor de 7 y
menor de 14, 16 o 18 (dependiendo del Estado) habrá una discusión si el sería o no capaz de entender la
gravedad de sus actos.

6 - ¿Cuál seria la solución para el niño y el adolescente infractor?

TV – La escuela. Si estuviese en la escuela, si tuviese una perspectiva de vida, por menor que fuese, pensaría
dos veces. A nadie le gusta ser criminoso y vivir a la margen de la sociedad. La mayoría, si pudiese optar,
preferiría estar estudiando o trabajando. Si aceptamos punir a los menores en cuanto no tenemos condiciones
de colocarlos en la escuela, estamos admitiendo que ellos deben pagar por la ineficacia del Estado, que
además de contradictorio es muy perverso. La verdad es que es mucho más fácil que reducir la mayoridad
penal que educar a estos adolescentes. Es más fácil construir presidios que escuelas, ¿no es así?

7 - ¿Y cuando el adolescente que tiene el pleno ejercicio de sus derechos comete actos ilícitos?

TV – El caso de los incendios de indios en Brasília responde a la pregunta. Si fuese un mendigo que hubiese
colocado fuego en algún hijo de deputado y juez seguramente estaba muerto o mofando en la cárcel. Los
ricos de una forma general están de cierta forma inmunes al Derecho Penal en Brasil. La reducción de la
mayoridad penal no va a cambiar esto.

8 - Sabiendo que el criterio de establecimiento de la mayoridad penal es la madurez de la persona, y


considerando que el proceso de madurez del joven es cada vez más rápido, ¿no se podría repensar la
conciencia del adolescente de 16, 17 años al disparar?

TV- El criterio no es sólo conciencia del crimen; es también exigibilidad de conducta diferente. ¿Cómo se va
a exigir de este adolescente de 16 años que no dispare? Cuando el lloraba, cuando era bebe y tenía hambre, el
Estado no le dio biberón; en la Navidad, el Estado no le dio regalos; no le dio escuela de calidad para que en
el futuro consiga un buen trabajo; el Estado sólo se acuerda de él cuando dispara y, mismo así si es contra
alguien de la elite, porque si fuese contra otro pobre, difícilmente será responsabilizado... La cuestión es: ¿el
Estado puede exigir una conducta diferente?

9 – ¿Si el Estado no puede exigir una conducta diferente del adolescente que no tuvo sus derechos
respetados en la infancia, podrá exigir de él alguna conducta de aquí a dos, tres años, cuando sea
mayor?

TV – Estoy de acuerdo: no podría. Deberíamos hacer una campaña para aumentar la mayoridad para 21
años, ¿no crees?

10 - ¿En que argumentos se basan los defensores de la reducción de la mayoridad penal?

TV – Quien defiende la reducción de la mayoridad penal parte de un sofisma: criminalizando a los menores,
ellos pasan a tener miedo de la pena y dejan de practicar crímenes. El niño que entra hoy a los 12 años para
el tráfico tiene que preocuparse con tiros de traficantes rivales, tiros de la policía, tiros de grupo de
exterminio, etc... ¡Y no tiene miedo! ¿Por qué tendría miedo del Derecho Penal?

Túlio Vianna (http://www.tuliovianna.org/) es autor del libro Fundamentos del Derecho Penal Informático
(Forense, 2003) y coautor de los libros Internet Legal: el Derecho en la Tecnología de la Información
(Juruá, 2003), Derecho de la Informática: temas polémicos (Edipro, 2002) e Informática e Internet: aspectos
legales internacionales (Adcoas, 2001).

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