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MOVIMIENTOS SOCIALES

DE NATS EN AMÉRICA LATINA


ANÁLISIS HISTÓRICO Y BALANCE POLÍTICO EN LOS ÚLTIMOS TREINTA AÑOS

Alejandro Cussiánovich Villarán


Donald Méndez Quintana

Ifejant
Monseñor German Schmitz
MOVIMIENTOS SOCIALES
DE NATS EN AMÉRICA LATINA
ANÁLISIS HISTÓRICO Y BALANCE POLÍTICO EN LOS ÚLTIMOS TREINTA AÑOS

Alejandro Cussiánovich Villarán


Donald Méndez Quintana


MOVIMIENTOS SOCIALES DE NATS EN AMÉRICA LATINA


Análisis histórico y balance político en los últimos treinta años

Autores: Alejandro Cussiánovich


Donald Méndez

Derechos de edición: IFEJANT

Auspiciado por: Save the Children Suecia

2008

Editor: Social Advocacy and Virtual Education Marketing


Cuidado lingüístico: José Oviedo
Daniel Vidal
Diseño de portada: Alberto Contreras
Diseño y diagramación: Alejandra Barbosa
Fotografías: C
 oncurso Iberoamericano de Fotografía organizado por Save the Children
Archivo fotográfico de Save the Children Suecia
Imágenes de portada: Flavio Cannalonga
Matias Lindwall
Claudia Alva
Gerardo Chaves
Aldo Arozena

ISBN: 978-603-45169-2-2
Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú N° 2007 - 13604
1000 ejemplares
ÍNDICE
GENERAL

Matias Lindwall

7 Introducción

8 I
Los movimientos sociales de NATs: Un inacabado
proceso organizativo y de construcción conceptual

18 II
Algunas anotaciones previas para la reflexión teórica

40 III
Lecciones aprendidas

56 IV
Proyecciones 2005 – 2007

Introducción
La actual dinámica de los movimientos sociales de NATs hace necesario un excursus1, un recuento desde los
orígenes de los procesos de organización en la segunda mitad de la década de los 70. Esto podría entenderse
como un rodeo, algo largo y detallista para explicar procesos más recientes, aunque no es menos significativo para
un enfoque analítico de dichos movimientos. Por ello hablamos de treinta años como marco referencial global,
aunque el centro de interés inmediato sea el de la última década. No obstante, se percibe en algunos países
de la Región formas novedosas de movilización social, tanto por el contenido de las reivindicaciones como por
las formas de articulación. Este es el caso de los Piqueteros en Argentina, de los movimientos de cocaleros en
Perú, de los Sin Tierra en Brasil. Además, las nuevas formas de organización del Estado basadas en gobiernos
regionales o macro-regionales, configuran movimientos cívicos muy significativos en las dinámicas territoriales
en las que desenvuelven sus acciones. Desde las ciencias sociales, entonces, se encara el reto de una reflexión
y análisis que obligan a renovar categorías con las que se han venido entendiendo a los movimientos sociales.

El ensayo que se entrega, parte de dos referentes. Uno, es intentar trabajar la categoría movimiento social desde
la experiencia de organización y acción de las organizaciones de niños, niñas y adolescentes trabajadores que
en la mayoría de los países de la Región superan los diez años de vida y en casos como el Perú, los 32 años.
El segundo referente es la información recogida por representantes de algunas organizaciones socias de Save
the Children Suecia.

Esperamos que las reflexiones hechas y la información que la sustenta sean de utilidad.

Los autores

1Excursus: Digresión dentro de un discurso o texto que se aparta temporalmente del tema principal.
LOS MOVIMIENTOS SOCIALES DE NATS:
UN INACABADO PROCESO ORGANIZATIVO Y DE CONSTRUCCIÓN CONCEPTUAL
Roberto Ángel Hernández
10

N
o es posible, en este estudio, hacer una reconstrucción detallada y al mismo tiempo amplia que cubra los distintos
países en los que se viene dando este proceso de organización de niños, niñas y adolescentes trabajadores. Sin
embargo, conviene esbozar los hitos principales de dicho proceso organizativo y de producción teórica. Podemos,
una vez más, afirmar que la reflexión y la elaboración conceptual llegaron como acto segundo y que fue la experien-
cia con las intuiciones la que abrió el camino en lo organizativo y exigió una comprensión existencial y sistemática
de lo que se venía haciendo.

Lo que sigue para nada puede ser tomado como un proceso predeterminado. Los procesos no han seguido una pauta. Son hijos
de las propias circunstancias y de la inteligencia que de los mismos fue surgiendo. No en todos los países las cosas han ido
parejas. Pero sí hay una cierta equivalencia en los procesos, reconocible cuando se comparan y cotejan historias y contextos
amplios. En consecuencia, veamos en esto más bien hipótesis de las eventuales etapas, o mejor de los contenidos, y del sentido
de lo que han ido viviendo los NATs y sus educadores, sin pretensiones de establecer una línea de tiempo.

1. Los orígenes y un contexto


reformista de entonces —como fue el caso peruano— abrió
oportunidades políticas que fueron aprovechadas. Pero, en
verdad, dichas oportunidades se dieron como resultado de
interpelante la insuficiente respuesta a la situación y a las luchas ya in-
contenibles de sectores populares. En ese marco surgiría la
primera experiencia de organización propia de niños, niñas y
Cuando hace treinta años nació la primera organización de adolescentes trabajadores en el Perú: MANTHOC.
NATs en la Región, fue en medio de un clima de profundas
como radicales convicciones, aunque con muy poca conciencia Sin embargo, debe señalarse que se trataba básicamente de
de los alcances teóricos, políticos y culturales que le subya- lo que se ha dado en llamar el conocimiento intuitivo, no por
cían. Esas convicciones se referían a la indignación frente a ello menos racional y necesario (J. Osorio, “Ciencia y espíritu
la injusticia, a la explotación económica y a la negación de la humano para hacer posible el futuro”, en La fuerza del Arco
dignidad de los NATs. Iris, p. 54).

Se trata de una reacción que, una vez conocida la experiencia, Las ONG de la época, por lo menos en el caso peruano, si
se suscita en ciertos sectores de la sociedad y que permite bien se habían preocupado de atender a los niños, niñas y
ir tomando conciencia de la ‘novedad’ que todo ello significa. adolescentes de sectores populares, por medio de proyectos,
Nadie tuvo claro esto cuando la organización se iniciaba, pues no consideraban a los que trabajaran como objeto de la labor
parecía absolutamente normal, y hasta natural, que la gente institucional específica. Pero lo más importante no es que
se organizara y luchara por la justicia y por la igualdad. El con- tuvieran NATs en sus grupos, sino que el discurso no tenía
texto de los años 70 hacía entonces aparecer como natural lo nada que ver con el que la naciente experiencia con NATs
que se estaba organizando. La apertura política en el marco organizados venía madurando.

Los NATs crecen con una conciencia e identidad de trabajadores, cuando todo
pareciera conspirar para que eviten, por las eventuales consecuencias sobre su
yo, el ser reconocidos como tales.
11

2. Intuiciones fuera del sentido


de los 80. Ya en 1979, en ocasión del Año Internacional del
Niño, las organizaciones de NATs dieron a estos eventos un
tono poco usual al levantar con gran fuerza su condición de
común infancia trabajadora y popular. No obstante, cabe señalar que
estamos en un período en el que, en nuestros países, se va
a hacer más masivo y visible lo que se dio en llamar la
Es la toma de conciencia, a veces desconcertante, de que el ‘desmaterialización’ de la economía y la ‘individualización del
sentido común de la gente no iba en la línea que inspiraba trabajo’ (v. D. della Torre y M. Daini, Social Movements. An
los procesos de organización autónoma. Representada dicha Introduction, Blackwell, 1999, pp. 31-32 quienes citan a M.
línea por los propios NATs —con aspiración abierta al con- Castells al respecto). Es por ende que, en un crecimiento de-
junto de niños, niñas y adolescentes trabajadores, con una formante del sector servicios —en el que se van a conjugar, por
clara vocación nacional e internacional para su organización un lado, las múltiples formas de sobrevivencia (el autoempleo,
y respetando la idiosincrasia y los procesos de los NATs— ello el cachueleo, el trabajo intermitente y carente de toda protec-
obliga a dar razón fundamentada de lo que esas creencias ción social) y el fenómeno de la pobreza que juega un papel
expresaban como pensamiento. Cuando los grupos, la organi- inevitable en el aumento de la fuerza laboral de niños, niñas y
zación, empiezan a salir del propio barrio y a encontrase con adolescentes al lado de sus padres o de forma independiente. En
otras personas que no pensaban como sus acompañantes o este respecto, la pregunta alude a cómo, desde una experiencia
colaboradores, cuando perciben que no se les entiende como de trabajo precario y de condiciones de deterioro, los NATs van
ellos se autorrepresentan —no como víctimas y merecedores creciendo con una conciencia e identidad de trabajadores cuan-
de compasión, sino como chicos y chicas que defienden su do todo pareciera conspirar para que eviten, por las eventuales
vida, sus aspiraciones y su trabajo—, la organización se ve consecuencias sobre su yo, el ser reconocidos como tales. Las
confrontada con la exigencia de la formación y capacitación organizaciones de NATs y en particular los movimientos socia-
hecha a través de la reflexión en la vida de cada grupo y en les de NATs representan una posibilidad de ir dando respuesta
eventos de mayor alcance entre los NATs de diferentes secto- a esta pregunta, no sin encarar las ambigüedades inherentes a
res o barrios y ciudades. la situación de vida y trabajo concreta.

3. Resistencias: Razones y 4. Infancia y trabajo. Objeto de


sinrazones estudio no prioritario
Dos campos de debate surgen como el sustento de las objecio- El trabajo en sí es lo que despierta el entusiasmo en los NATs y
nes que suscitaba el proceso de visibilización de la organización la gran preocupación por parte de sectores profesionales e ilus-
y del discurso que los NATs sostenían. Se trata de objeciones trados. El contexto era favorable parcialmente, pues hablamos
basadas en los aportes de las llamadas psicologías evolutivas de tiempos en que campesinos, obreros, mujeres, empleadas
y del desarrollo, así como de las pedagogías dominantes. del hogar asalaridas, etc., desde finales de de la década de
Eran tiempos en los que ciertos enfoques de la educación 1960, se organizaron, sufriendo represiones y desactivaciones
popular, de corte muy progresista, tampoco auspiciaban las compulsivas. En realidad, los niños, niñas y adolescentes
orientaciones de las organizaciones de NATs, aunque por estar siempre han participado en las luchas de sus padres y se les
enfocadas a niños, niñas y adolescentes no se opusieron de vio al lado de mineros, de trabajadores, de despedidos, en mar-
manera tan radical como otros grupos. El núcleo de las resis- chas de sacrificio, etc. Pero lo nuevo era que los mismos niños,
tencias era la incompatibilidad entre infancia y trabajo. Para niñas y adolescentes fueran apareciendo en organizaciones
nada la cuestión de nuestras culturas originarias permitían, por que los reconocían como trabajadores sin dejar de ser niños,
lo menos, ser menos dogmáticos en las afirmaciones que se niñas y adolescentes, de ser estudiantes, de ser miembros
hacía a la organización de niños, niñas y adolescentes por ser de familia, etc. La cuestión de trabajo le da paso a un tiempo
trabajadores. Estamos en las finales de los años 70 e inicios no concluido de intenso debate, de reflexión conceptual, de
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estudios e investigaciones. En Ecuador, para entonces, el (Coordinación Nacional de Niños, Niñas y Adolescentes Trabaja-
INNFA (Instituto Nacional de la Niñez y la Familia) contaba dores) de cobertura nacional. No obstante, es necesario señalar
con un amplio repertorio de estudios a nivel nacional sobre la ciertos importantes matices en este proceso regional germinal.
situación de los menores de edad en el mundo del trabajo. Es la En efecto, el MNMMR del Brasil se origina en la iniciativa de
época en que en Europa aparecieron estudios que declaraban una serie de organismos y organizaciones no gubernamentales
el fin de la sociedad industrial y la desaparición del trabajo al que e iglesias que, a nuestro entender, asumen un nombre que no
esta había dado lugar. Si hasta entonces era poca la literatura refleja el carácter de dicho movimiento; vale decir, se trataba de
producida respecto del mundo de la infancia trabajadora, hoy, la iniciativa de adultos y profesionales a favor y al servicio de
a la vuelta de dos décadas, se han incrementado los estudios; los niños y niñas de la calle y no de movimientos propiamente
en particular, aquellos que pretenden justificar posiciones aboli- constituidos por niños, niñas y adolescentes.
cionistas, hoy llamadas ‘erradicacionistas’, graduales. También,
quienes sostienen desde hace treinta años la valoración crítica En el otro caso se trata de la ONG Callescuela, la cual asume
del trabajo, cuentan con una muy bien fundamentada literatura en sus líneas de trabajo una labor semejante con chicos que
tanto a nivel internacional como de la Región. El reto es que los trabajan en las calles y estaciones o terminales de bus, inicial-
propios movimientos sociales de NATs se reconozcan, desde mente en Asunción. Para la experiencia peruana, la iniciativa de
sus experiencias y reflexiones, en lo que los académicos vienen origen correspondió a niños, niñas y adolescentes trabajadores
produciendo. organizados que, luego de la experiencia de despido de sus
centros de trabajo —al amparo de una normativa digitada por
En 1990, el MLAL y el MANTHOC organizaron en Verona, el gobierno militar de facto a favor de la clase empresarial—,
Italia, un primer seminario internacional sobre las experiencias acordaron impulsar que los niños, niñas y adolescentes traba-
de los movimientos de NATs. Por entonces apareció un primer jadores se organizaran.
trabajo sociológico basado en la experiencia de organizaciones
de NATs, de un cooperante que pasó largos años en América
Latina. El resultado fue: Niños Trabajadores, construyendo una
identidad2. Participaron del evento, educadores de Chile, Brasil
y Perú; también de Asia, África y de Europa. Sin embargo, ya en
1982 —en Olinda, Brasil, y con ocasión del Encuentro Mundial
5. La organización de NATs: una
del Midadem— el movimiento peruano se presentó como el cuestión translocal
único propio de niños, niñas y adolescentes trabajadores. Esto
obligó a dar explicaciones y a abrir al interior de la institución La necesidad de una organización internacional de NATs se
internacional una reflexión que duraría por varios años. Poco concretó, en 1988, cuando se reunieron delegados NATs de
después, lo que respecta a los chicos de la calle abrió otro Brasil, Argentina, Chile, Bolivia, Paraguay, Colombia y Perú.
espacio a la reflexión, no solo para los organismos estatales Ese mismo año se inicia, por parte de los NATs y una educa-
o para las agencias de cooperación, sino para los propios dora, un recorrido inicial por Colombia, Panamá, Guatemala; y
movimientos de NATs. En 1986 se inició lo que más tarde se luego por México, Nicaragua y Costa Rica. Lo que se logra es
llamaría MNMMR (Movimiento Nacional de Meninos y Meninas constatar que ya había iniciativas de organización con NATs,
de Rua), en Brasil, y en Paraguay, Callescuela. Así, se había aunque el contenido de la orientación no era obligatoriamente
dado inicio a un importante trabajo en Asunción. Hoy, ese traba- el mismo. Lo que se tenía en común era el prestar atención
jo ha dado como resultado el movimiento ONATs (Organizción específica a los niños, niñas y adolescentes trabajadores: “In
de Niños, Niñas y Adolescentes Trabajadores) y el CONNATs order to be able to speak of social movements it is necessary that
single episodes are perceived as components of a longerlas-
ting action, rather than discrete events; and that those who are
2 engaged feel linked by ties of solidarity and of ideal communion
Cussiánovich, Alejandro. Niños Trabajadores, construyendo una identidad. IPEC.
Lima. 1990 with protagonists of other analogous movilizations” (v. Donatella
3
“Para hablar de movimientos sociales es necesario que los episodios aislados
della Torre and Mario Diani, op. cit: p. 19)3. La valoración crítica
sean percibidos como parte de un proceso a largo plazo, más allá de los hechos del trabajo, el discurso del protagonismo y de la autonomía de
aislados; y ese continuo es una sensación colectiva vinculada por lazos de soli- la organización de NATs harían un rápido camino con acentos
daridad e ideales comunes a los protagonistas de otras movilizaciones análogas”.
Traducción libre. propios de cada contexto local. Pero lo internacional no tiene
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que ver solo con NATs que se organizaron en varios países de cultural, habida cuenta que en el sentido común dominante aquello
la región entre los años 1980 y 2000. Se relaciona en primer del adulto no se ve como lacerante para el niño sino, muy por el
lugar con la constatación de realidades nacionales que, más contrario, como la condición de su orientación en el futuro? ¿Será
allá de sus contextos particulares, configuran un conjunto de este el camino para fundar un nuevo pacto social con la infancia?
factores que permiten entender la emergencia de niños, niñas ¿No será que se está estableciendo una polaridad entre genera-
y adolescentes al mundo de la supervivencia; vale decir, de ciones o favoreciendo una confrontación entre adultos y niños?
trabajar para encarar consecuencias de la pobreza en las
familias populares. Además, tenemos que considerar que, en

6. La Convención sobre los


todas las sociedades dominantes de nuestros países, niños,
niñas y adolescentes van reconociendo, con mayor claridad,
que el conjunto de la infancia es afectada por su dependencia
del mundo adulto, la cual toma abusivamente el nombre de
‘protección’.
Derechos del Niño. Un marco
innovador
En relación con esto, se podría aventurar como hipótesis
que, si bien las mujeres —a través de sus movimientos socia- La aprobación de la Convención sobre los Derechos del Niño
les— criticaron frontalmente el modo de producción capitalista- abrió ventanas para muchas de las cosas que, trece años
patriarcal y desde allí cuestionaron el orden social global, en antes, se venían planteando y viviendo. El famoso artículo 32º
relación a la infancia y en particular a los movimientos sociales deviene en un derecho que los movimientos sociales de NATs
de NATs, es en el horizonte de las secuelas del patriarcado- levantan, no como un artículo abolicionista sino centrado en
adultismo que se articula embrionalmente un discurso que el derecho a la protección frente a la explotación económica,
tiene potencialidades de cuestionar el orden social. Es así que sexual, etc. Esta hermenéutica, hecha en la práctica por los
dichos movimientos sociales de NATs levantan, cada vez con movimientos sociales de NATs, no es ajena a la invención de
mayor nitidez, sus reivindicaciones, aquellas que les permiten lo que luego sería el Convenio 182, cuya preparación estuvo
articularse a otras infancias no trabajadoras. Desde este hori- liderada por el IWGCL (International Working Group on Child
zonte, deben ser analizadas como luchas en el campo cultural. Labour). Este, en 1995, sostuvo una primera reunión en Bra-
En efecto, no es de extrañar que los temas del protagonismo, silia con ocasión del Encuentro Nacional del MNMMR, en él
de la participación, de la autonomía, de la ciudadanía y del rol que participaron delegaciones de 11 países. En dicho evento
social y ‘político’, ocupen un lugar central en las organizaciones no hubo voluntad de gestar un tipo de organización regional
y movimientos sociales de los NATs. En este sentido, Fernando por los derechos de la infancia. Sin embargo, ese mismo año,
Calderón (op. cit., p. 110), entre los contenidos éticos de las en Nueva York, tuvo lugar una segunda reunión de adultos,
demandas institucionales, apunta “... el de la ética de la demo- con la finalidad de fijar una agenda de trabajo para los pasos
cracia, en cuanto al hecho de que los derechos humanos cons- siguientes del proceso que se estaba iniciando. En 1996,
tituyen la nueva fundamentación ética de la democracia y esta por iniciativa del IWGCL se reunirían los delegados de los
pasa a ser en los distintos procesos históricos una cuestión no NATs en Dakar y luego en Kundapur, India. De dicha reunión
solo política y social clave, sino también cultural, pues ya no se emanarían los históricos diez puntos, planteados a los orga-
trataría solamente de derechos individuales sino también de nismos internacionales y a los Estados miembros de la OIT.
un derecho que afecta políticamente a toda la sociedad”. En el Así, tanto el seminario en Tronheim (Noruega, 1997) como
mismo sentido, lo recuerda J. Alonso, al comentar a Touraine, las reuniones de ministros de trabajo en Amsterdam y Oslo
quien apuntó que las reivindicaciones de los derechos cultura- contarán con la presencia de delegados NATs de América
les estaban permitiendo la aparición de nuevos actores, que no latina, Asia y África. La presencia en Oslo fue un tanto con-
solo mostraban rechazos sino que también eran capaces de flictiva debido a la exigencia de participación de los NATs en
formular propuestas alternativas (‘Epílogo’, en J. Durand, op. paridad de condiciones con los representantes de sindicatos
cit. p. 230). y empresarios.

Pero quedan preguntas abiertas: ¿lo referido al patriarcado-adul- Mientras tanto, en 1990 se realizó el segundo encuentro
tismo constituye realmente el conflicto social en torno del cual de organizaciones de NATs en Buenos Aires; en 1992, en
los movimientos sociales de NATs se desarrollan como proyecto Antigua, Guatemala, el tercero; en 1994, el cuarto, en Santa
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Cruz, Bolivia; en 1997, en Lima, el quinto; el sexto, en el 2000, componente de su imagen, afecta la identidad personal del
en Asunción; y en el 2006, en Bogotá, Colombia se realizó el NAT como individuo y como colectivo u organización. Y es
séptimo. que a la larga termina sustituyendo o sobreponiendo repre-
sentaciones personales y sociales que alteran la identidad.
En todo este proceso de la Convención constituye una herra- En verdad, toda estigmatización es una invasión a la identi-
mienta que los movimientos sociales han sabido poner por de- dad, deviene en un compulsivo proceso de aculturación, en
lante, tanto para defender sus derechos como para denunciar una sensibilidad, en una representación y en un imaginario
su incumplimiento. social que no es en el que uno se ha iniciado en la vida o que
ha marcado su propio proceso de adquisición de la identidad.
Esto es parte de los movimientos sociales de NATs que hoy

7. E l reto de la dimensión legal y


enfrentan campañas internacionales a las que se suman las
empresas constructoras de una realidad —como llama a los
grandes medios de comunicación J. L. Pintos (v. M. A. Baeza,
jurídica Los caminos invisibles de la realidad social, Editorial Socie-
dad Hoy, Chile, 2000, p. 8)— que no es la que los NATs, en
particular de los países del Sur, asumen históricamente como
Los movimientos sociales de NATs han tenido, en algunos paí-
válida para su estabilidad y desarrollo. Se trata de procesos
ses, una participación muy activa en el establecimiento de los
de adquisición de la identidad interrumpidos de forma agresi-
códigos o leyes sobre infancia. Esto ha sido reconocido por or-
va y descalificadora (ibídem, cap. III, en especial pp. 60-71).
ganismos como la OIT y su programa IPEC (Programa Interna-
En el fondo, no son lecturas distintas o incompatibles de un
cional para la Erradicación del Trabajo Infantil), aunque dando
mismo fenómeno social, como es el de niños, niñas y adoles-
a este hecho una interpretación muy peculiar, así se terminaría
centes trabajadores, sino que son dos proyectos de futuro que
justificando el relativo fracaso de las propuestas de erradica-
están en juego. Podríamos decir que son dos pensamientos
ción del IPEC. A este respecto, lo importante es señalar que
utópicos que se contraponen: el de una utopía de la libertad y
los movimientos sociales de NATs han asumido, en todos los
autonomía postergadas, basadas en la protección y por ello
países, un empeño consistente y vigilante en lo referente a nor-
en la necesidad de imponer lo que el mundo adulto juzga “ne-
mas y leyes que los afectan. No siempre han tenido éxito, pero
cesario para ser niño según su modelo preestablecido”, aun-
se va creando conciencia de que no se puede decidir sobre
que heredado, y el de una utopía que pretende hacer que la
niños, niñas y adolescentes trabajadores sin consultarlos. Este
autonomía y el protagonismo, siempre en permanente cons-
proceso se inicia desde 1992 y regularmente hacen llegar sus
trucción, coincidan con el ejercicio de su condición de sujeto,
opiniones cuando se elaboran los informes para el Comité de
de ciudadano, de constructor de una vida humana y humani-
Ginebra o se hacen modificaciones a los códigos de infancia.
zadora desde el nivel de su propio desarrollo. Y es que no se
trata solo de utopías intramundanas —como las llama M. Elia-
de— sino de utopías extramundanas, es decir, relacionadas

8. Estigmatizaciones o el rechazo a
con la inmaterialidad de lo metaexistencial, pertenecientes o
 cercanas al mundo religioso (ibídem, pp. 7-8).

la complejidad del fenómeno


Sin embargo, la realidad concreta reta a los estudiosos a pre-
guntarse por el sustento teórico de lo que está sucediendo, 9. Sentido y significación de la


organización de NATs
de lo que eventualmente podría ser una respuesta práctica
y alternativa, expresión de su consistencia teórica. Desde
hace unos veinte años, los movimientos sociales de NATs son
objeto de una crítica que se reduce finalmente a una estig- Se debe recordar que las décadas de 1970, 1980 y 1990 eran
matización. Toda estigmatización persistente, productora de tiempos de profundos cambios políticos en los países de la re-
sentidos comunes que asumen dicha estigmatización como gión. Baste anotar la situación política del Perú: las reformas del
15

Aldo Arozena

Desde hace unos 20 años, los movimientos


sociales de NATs son objeto de una crítica
que se reduce a una estigmatización.
16

gobierno militar y el nuevo rol del Estado; y los años de la revolu- el resultado de una frustración generadora de emotividad en los
ción sandinista o el contexto guatemalteco y salvadoreño. No es actores, como lo anota Ted Gurr en sus análisis. En realidad, en
ajeno a estos cambios y dificultades políticas y económicas, el el caso del MANTHOC, se trató de una visión proyectiva, de un
surgimiento de organizaciones de NATs en Argentina, Paraguay, ejercicio analítico sobre posibles e incluso probables escenarios
Bolivia, Perú, Chile, México, Nicaragua, Guatemala y El Salva- de futuro para los sectores populares y, específicamente, para
dor; la misma Costa Rica con el proyecto Vecinos; y acciones los niños, niñas y adolescentes de dichos sectores. Es así que
como las de Wambras y la Caleta o el programa PMT en Ecuador emerge, una vez más para el caso peruano, la propuesta de
además de otras iniciativas de grupos en Colombia4. desarrollar un proceso de construcción de lo que, grosso modo,
devendría con los años en un movimiento social de NATs (v. A.
Lo que queda claro es que, en sus inicios, la organización de García Lineras, “Movimientos Sociales”, en Revista Barataria,
NATs, por lo menos en el caso del Perú, no es hija de factores Nº 1, La Paz, 2004, pp. 6-7).
detonantes que hayan incitado a la acción colectiva, creando una
sensación de urgencia, como señala Neil Smelser; o que fuera Lo que queda por medir es cuál fue el impacto o la significación
de esta y otras organizaciones de NATs en el ámbito público, en
el campo político o más modestamente en las prácticas políticas
en curso. ¿Provocaron algún tipo de crisis en los modelos domi-
nantes sobre infancia? ¿Tuvieron algo que ver con decisiones
tan importantes como la de repensar la legislación de infancia o
replantear el rol de las instituciones de acogida y atención, o de
la propia escuela? ¿Fueron quizá, sin buscarlo, funcionales a las
políticas de compensación social, a las de focalización, a las que
en lo laboral privaron a sus padres de estabilidad en el trabajo y
de condiciones dignas de vida? Hay, pues, la necesidad imperio-
sa de un balance a escala regional.

Estas cuestiones, inevitablemente, nos remiten a la capacidad de


los adultos acompañantes de estos procesos y a preguntarnos
por el sentido, la valoración de lo político en sus propias vidas
de ciudadanos adultos, a sus reales posibilidades y capacida-
des para acompañar procesos de alta politización vividos en la
región en los últimos treinta y cinco años. En realidad, averiguar
el significado e incidencia política nos reenvía a los grandes
objetivos de dichas organizaciones, la visión que ellos tienen de
su condición y cómo conciben su futuro. Dicho de otra manera,
qué ética, qué valores subyacen a sus banderas de lucha, cuán
amplias e incluyentes han sido en relación con otras infancias,
qué fuerza simbólica han logrado acumular, qué identidades han
gestado, redescubierto o recreado; en especial, en sociedades
Matias Lindwall
en riesgo, de periferias globalizadas y de triple marginalidad
y exclusión como son las nuestras. (ver D. della Torre y M. Diani,
4
op. cit., pp. 91-95; y Fernando Robles, El desaliento inesperado
Cf. Tilly (1975) y S. Tarrow (1989, 1994) quienes enfatizan la idea de que los
movimientos sociales y los conflictos adyacentes se desarrollan en circunstancias
de la modernidad, Editorial Sociedad Hoy, Santiago, 2000, pp.
políticas particulares y en períodos históricos significativos. 41-46).

El análisis de la infancia –y en particular de los millones de niños, niñas y adolescentes


trabajadores– constituye un enfoque que demanda exigente precisión.
17

10. Devenir en actores desde la


‘exclusión’
Si bien la categoría ‘exclusión’ —no hace mucho— empezó a
cobrar sentido conceptual para identificar y abordar analítica-
mente el fenómeno social de gruesas masas desprovistas de
los bienes materiales y no materiales de la sociedad dominante,
podemos decir que el análisis de la infancia —y en particular
de los millones de niños, niñas y adolescentes trabajadores—
constituye un enfoque que demanda acuciosa precisión. No sin
razón algunos teóricos señalan que al perder el obrero industrial
el lugar central en la sociedad, el terreno de las luchas sociales
se desplaza inexorablemente hacia el campo poco claro e
indefinido de los excluidos5. Y es que una prolongada y cotidiana
experiencia de ser excluidos pone a significativos sectores, que
acumulan multiformes experiencias de exclusión, a encontrar
salidas individuales a la informalidad, al cortoplacismo.

Se trata, en consecuencia, de un campo semántico con el que


se pretende dar cuenta —de forma menos incisiva— del com- Lorry Salcedo

plejo fenómeno social de la infancia trabajadora: desigualdades,


pobreza, marginalidad, inclusión, rehabilitación, periferia, adul- erradicantes, prohibitivas y eliminantes. (v. OIT, Manual para
tocentrismo, postergación, exclusión; todo ello con implicancias Parlamentarios sobre Convenio 182 y su implementación, 2002,
en el campo de la sobrevivencia material y de la existencia passim). Asimismo, han hecho suya —trece años antes de la
cultural, simbólica, espiritual de quienes sean el objeto de Convención y veintidós antes del Convenio 182— la ‘valoración
dicho análisis e intervención social. La cuestión que emerge crítica del trabajo’; aquello de ‘participación protagónica’, de
inmediatamente de ello refiere a si los movimientos sociales ‘personalidad protagónica’; y lo relacionado con la categoría de
de NATs —desde el margen, desde las múltiples expresiones ‘trabajo digno’ frente al reciente discurso de la OIT sobre ‘trabajo
de la exclusión— representan una realidad y un discurso que decente’. Y es que “todo movimiento social tiene como requisito
se demarca de la simplificadora imagen de los excluidos como una ‘liberación cognitiva’ que legitime su acción colectiva y solo
simple población numérica o, a lo más, objeto de beneficencia lo puede hacer impugnando y, llegado el caso, reemplazando
pública. Los movimientos de NATs desde su realidad de exclu- las ideas dominantes conservadoras sobre un tema, por las pro-
sión, vienen levantando un repertorio simbólico que debe ser puestas por el movimiento”. (v. A. García Linera, op. cit. p. 10).
tomado en cuenta para todo análisis que de los movimientos e
incluso organizaciones de NATs se deba hacer. Consideramos, en relación con todo esto, que no puede
subestimarse la fuerza simbólica que discursos y rituales
En esta óptica, los movimientos de NATs cuestionan, desde —como sería el caso de la lucha por el ‘aguinaldo’ de los
hace más de una década, el concepto de ‘trabajo infantil’ tal NATRAS en Nicaragua; o la Marcha por la Paz, del Movimiento
como ha sido acuñado desde el abolicionismo y sus escuelas de Chicos del Pueblo en Argentina— deben ser colocados en la
sociedad y la opinión pública con un nuevo sentido y constituir
5
nuevas alternativas de representación de la infancia, esa otra
Al respecto, es pertinente colocar lo que F. Calderón nos recuerda: “...al
transformado lo que Touraine denomina el ‘campo de historicidad’ estatal e indus-
ser
identidad social de las emergentes generaciones infantiles. Los
trial de los movimientos sociales latinoamericanos, las condiciones de reproducción movimientos de NATs vienen dando un aporte significativo en
de estos son cada vez menores. El ciclo estatal-industrial de este continente se esta larga tarea de transformación cultural e intelectual, aunque
está agotando”. En Movimientos Sociales y Política. La década del 80 en Latinoamé-
rica. S. XXI, 1995, UNAM, pp.20-21.
requieran de una más nítida apuesta por el espacio público.
ALGUNAS Anotaciones previas PARA
LA REFLEXIóN TEÓRICA
Matias Lindwall
20

U
na cuestión previa y necesaria para el buen entendimiento de algunas constataciones o afirmaciones de este estu-
dio es tener en cuenta que hablar del movimiento de NATs —en algunas circunstancias— carece absolutamente de
sentido cuando las propias organizaciones de NATs se encuentran debilitadas debido a muchas razones: el simple
hecho de no haber cuidado la renovación de miembros que, llegados a la mayoría jurídica de edad, deben dejar
la organización, o que las ONG que los acompañaban han variado de prioridades al son de las señaladas por sus
agencias financiadoras. En alguna circunstancia, dicho debilitamiento organizativo tuvo como causa las dificultades
existentes entre los adultos educadores.

Desde luego no es posible ni beneficioso descartar el impacto económico negativo que se encuentra en el origen de las siste-
máticas campañas satanizadoras del ‘trabajo infantil’, amén de factores de carácter estructural en las sociedades latinoameri-
canas, que dan como paradoja que, cuanto más espacio ganan en la opinión pública los discursos abolicionistas revestidos de
erradicacionismo gradual, mayor es el número de menores de edad que acrecientan las filas de trabajadores y trabajadoras para
sobrevivir en todos los países de la región.

Si en el 2000, en Asunción —con ocasión del Encuentro Latinoamericano y del Caribe de Organizaciones de NATs— se constató,
no sin preocupación, la reducción de países con movimientos nacionales con vida propia, entre ellos el nicaragüense de NATRAS
(‘el histórico’), el colombiano, el boliviano y el ecuatoriano, sin embargo, a la vuelta de cinco años, este panorama se ha rever-
tido significativamente en términos de organización de NATs, con excepción de Ecuador. Actualmente, salvo los movimientos
ecuatoriano y nicaragüense, los demás no solo han dado pasos de consolidación remarcables sino que se le han adherido el
movimiento chileno, el argentino, el venezolano y empiezan, de forma expectante, el uruguayo, guatemalteco y mexicano. Esta
es la realidad de aquello que llamamos movimiento social de NATs de extensión nacional e internacional.

Todos los procesos históricos de las organizaciones obreras, campesinas, de mujeres y de estudiantes han conocido progresos
y retrocesos; tensiones, contradicciones, impases y rupturas internas; reencuentros y rectificaciones y todo ello en tiempos con
frecuencia largos y penosos. Las organizaciones y movimientos sociales de NATs no son, hasta la fecha, una excepción. El gran
reto es la capacidad de acumular aprendizajes válidos para dinamizar los procesos organizativos y la acción transformadora a la
que están llamados los NATs organizados, si quieren tener alguna significación social, cultural, ética y política en el concierto de
voluntades y esfuerzos por la dignidad de los pueblos.

Esta heterogeneidad múltiple del fenómeno organizacional de la infancia trabajadora de la región, nos obliga a no dar carácter
absoluto y válido por igual, a cualquier consideración que, en el estudio, pretenda llevar a cabo conclusiones generales que des-
califiquen su propio alcance.

El gran reto es la capacidad de acumular aprendizajes válidos para dinamizar los


procesos organizativos y la acción transformadora a la que están llamados los
NATs organizados.
21

1. Movimiento social: ¿categoría mente, en Bolivia los sectores indígenas se reconocen como
movimientos sociales en el seno de inequívocas demandas
pertinente para analizar la políticas.

organización de NATs? Si bien son relativamente recientes, tanto la emergencia y desa-


rrollo de las organizaciones específicas de NATs, como el recurrir
a la noción de ‘movimiento social’ para intentar una interpretación
¿Es teóricamente legítima la expresión ‘movimiento social de analítica de los mismos, (v. Giangi Schibotto, Niños trabajadores.
NATs’? Es decir, ¿cabe aplicar a los NATs la categoría ‘movi- Construyendo una identidad. IPEC-Manthoc, Lima, 1990, cap.
miento social’, empleada en el campo de la sociología y sobre X) surge la pregunta sobre cuán acertado conceptualmente sea
la que hay una inmensa literatura en las más variadas lenguas el uso de dicha categoría —aunque al respecto no hay dogmas
y en los más inimaginables fenómenos sociales? Bastaría entre los propios analistas sociales— para la real intención de los
considerar los ‘movimientos sociales’ en sus expresiones más propios miembros de dichas organizaciones de NATs.
tradicionales y clásicas (las del movimiento obrero en ciertas
sociedades industrializadas o el movimiento de las abuelas ¿Se trataría acaso de un objetivo político o más bien de la cons-
de La Plaza de Mayo, o los movimientos campesinos y mo- trucción de una identidad social e individual que los impele a ser
vimientos alzados en armas o movimientos de empresarios) reconocidos como tales? No sin razón se ha afirmado que los
para darse cuenta de la propiedad del uso de la categoría movimientos sociales no se proponen el cambio desde el poder
‘movimiento social’ como referente del mundo de los NATs. político institucional, sino más precisamente desde lo ideológico y
(Ver, por ejemplo, Eduardo Ballón (edit), Movimientos socia- cultural. (v. John Holloway, Cómo cambiar el mundo sin tomar el
les y democracia: la fundación de un nuevo orden, ed. Desco, poder, citado por J. Alonso en el Epílogo p. 238, nota 12). En todo
Lima, 1986; ver además, del mismo editor, Movimientos so- caso, es necesario recordar que, para el caso peruano, lo que hoy
ciales y crisis. El caso peruano, ed. Desco, Lima 1986). conocemos como Movimiento Nacional de NATs nace como una
forma de agregación, de asociación, de organización de NATs, en
La misma categoría ‘movimiento social’ conoce hoy una serie sus barrios, sus instancias escolares o parroquiales. Aun siendo
de enfoques teóricos y de aplicaciones analógicas a fenómenos verdad que desde su inicio estaba clara la perspectiva nacional
sociales variables y variados. Entonces sería necesario escla- e internacional que la organización naciente debía tener, como
recer el sentido en el que se emplea dicha categoría al referirse componente de su identidad, queda abierta la pregunta sobre de
a los movimientos de NATs6. Cabe recordar al respecto lo que qué forma y por qué razón dichos grupos de NATs adquierieron su
J. M. Mardones señala: “La palabra movimiento sugiere una carácter de movimiento; diríamos ahora, de movimiento social de
unidad que cuando se aplica a la realidad no existe” (v. J. M. NATs. ¿Cómo se produjo el desarrollo de un sentimiento vívido a
Mardones, en AAVV. Los movimientos sociales ante la crisis. nivel micro —aunque con aspiración a lo más amplio nacional e
UNU-CLACSO-IISUNAM, 1985, p. 28) internacional— en una dinámica de acción colectiva, de comporta-
miento colectivo, de incidencia social y cultural? “...the importance
La elasticidad conceptual y práctica atribuida a los diversos of the dynamics by which feelings experienced at the micro level of
enfoques, expresa, igualmente, la complejidad de un fenó- the indivi­dual give rise to macro phenomena such as social move­
meno que demanda entradas múltiples y más de una lectura. ments or revolution” 7 (v. Donatella della Porta y Mario Diani, Social
En este sentido, no deja de ser interesante cómo, reciente- Movements, an introduction. Blackwell Publishers, 1999: p. 5).

6
Basta un rápido recorrido por la literatura correspondiente —producida entre las décadas de 1970 y 1990 y al uso que se le viene dando en el Foro Social Mundial— para
percibir sin duda alguna el uso aplicado con significativa elasticidad. Para ello sería suficiente mencionar las contribuciones de A. Melucci, de A. Touraine por un lado y las de Offe,
Evers T, Fdo. Calderón, Gmo. Campero, E. Montiel, E. Jelin, J. Reichman y Fsco. Fernández Buey, y D. della Porta, M. Diani, por otro lado, para verificar incluso el desencuentro
de estas elaboraciones teóricas y lo que está instalado en el sentido común y en el lenguaje de trabajadores sociales, promotores y colaboradores de organizaciones sociales de
base que tienden a nombrar así procesos y dinámicas que no obligatoriamente encajarían en las nociones y definiciones que trabajan académicos de las ciencias sociales y políticas.

7
“La importancia de las dinámicas mediante las cuales se experimentaron sensaciones en el nivel individual, da lugar a fenómenos en el nivel macro, tales como movimientos o revo-
luciones sociales”.
22

Flavio Cannalonga

No hay movimiento de seres humanos que no


haya tenido como eje permanente la búsqueda
de la dignidad negada por los sistemas.
23

2. Movimientos sociales de NATs: 3. Movimientos de NATs. ¿Matriz


¿nihil novum sub sole 8 ? para una teorización sobre
Lo que en este estudio se califica como movimientos so- infancia?
ciales de NATs, lleva a preguntarnos sobre su consistencia
ideológica, sus niveles de organicidad, su demarcación, Es necesario que nos preguntemos por las reales posibilida-
acercamiento o tipo de relación con movimientos sociales des de teorización a partir de los movimientos sociales de NATs.
tradicionales como el obrero, el estudiantil o el campesino. Este es el gran reto para hacer patente que, desde allí, conta-
mos con una matriz válida para hablar de un nuevo horizonte
Si el movimiento obrero tradicional se forjó en torno al eje práctico y teórico referido a la infancia. Y es que “si se llama
trabajo-explotación-capital; si los movimientos feministas lo movimiento social a cada tipo de acción colectiva se hace impo-
hicieron sobre del eje patriarcalismo, es decir, la jerarquía sible teorizar” (ver J. Durand, op. cit. p. 33). Para que se pueda
excluyente y compasionista (v. las pertinentes anotaciones de elaborar un enfoque teórico de la experiencia de los movimien-
M. Castells, O Poder da identidade, vol. II, 3, Editorial Paz e tos de NATs, se requeriría averiguar si estos, realmente –y en
Terra, Brasil, 2001; O fin do patriarcalismo..., pp. 169-229). Si qué medida– desarrollan un tipo específico y particular de ac-
los ecologistas articularon sus movimientos sobre la supervi- ción colectiva, que pone certeramente en cuestión una forma
vencia del planeta y una crítica al industrialismo contaminante de dominación social. Así, pues, el movimiento de NATs tendría
y devastador, la pregunta insoslayable es: ¿Cuál es el eje en como exigencia visualizarse a sí mismo no solo como porta-
torno del cual los llamados movimientos de NATs cifran la fuer- dor de una acción frente a una cuestión social, exclusivamente
za de su significación histórica? referente a ellos como trabajadores, sino más ampliamente como
niños, niñas y adolescentes; ello, habida cuenta de la infancia
Quizá se deba señalar que no existe movimiento de seres abordada como clase de edad, como señalan algunos teóricos,
humanos que no haya tenido como eje permanente la búsque- o como sector social y, en todo caso, como fenómeno social
da de la dignidad negada por los sistemas; el desarrollo de la (v. J. Qvortrup, M. T. Tagliaventi, E. Casas, M. Liebel, M. Mar-
dignidad como piso imprescindible y no negociable para toda tínez, B. Sgritta et alii). Finalmente debe requerirse respuesta
legítima aspiración al bienestar y a la felicidad. Sin embargo, el tanto acerca de si la acción de dichos movimientos de NATs
discurso sobre la dignidad, en el caso de la infancia trabajado- enarbola valores y orientaciones generales de la sociedad,
ra, debe descender a cuestiones específicas; ello, en el marco como sobre las características de los que combaten dichos
de las coordenadas económicas, sociales, culturales y políticas movimientos y, en su caso, logran privarlos de legitimidad.
en las que los variados movimientos sobre la infancia actúan.
Es decir que el discurso sobre la dignidad debe responder, En el fondo se trataría de una hermenéutica alternativa a los plan-
como punto de partida, a la interrogante relativa al modo de teamientos sobre infancia y su sustento teórico presentes en el
vida cuestionado y a cuál apunta su lucha cotidiana y global. sentido común logrado por ciertas corrientes de pensamiento.
Así, pues, como el mismo Durand recuerda, “el movimiento social
es más que un grupo de intereses o un instrumento de presión
política. Pone en cuestión el modo de utilización social de recur-
sos y modelos culturales” (ibíd. p. 34).

Por lo tanto, se hace pertinente averiguar cuáles serían, con-


cretamente, esos recursos y modelos culturales que los movi-
mientos de NATs utilizan de manera socialmente alternativa,
así como aquellos que ellos mismos innovan. Ciertamente,
no es en el marco de la categoría ‘sociedad industrial’ en el
que se pueda encontrar hoy una cabal elaboración concep-
8
Nihil novum sub sole: Literalmente, “nada nuevo bajo el sol”. tual acerca de los niños, niñas y adolescentes trabajadores
24

de nuestros países. Nuestras sociedades, con excepciones su condición ciudadana y demandan un reconocimiento como
muy puntuales, nunca calzaron con la sociedad industrial. En sujetos con capacidad jurídica y derecho a exigir el respeto a
nuestra región las propuestas de industrialización del norte no sus derechos. Finalmente, consideramos que el estudio sobre
se concretaron. Ello llevó a algunos analistas a afirmar que no los NATs organizados, bajo la nominación conceptual de movi-
contamos con una clase obrera stricto sensu9. miento social, encara inevitablemente la complejidad que, las
diferentes experiencias a nivel nacional, exhiben.
Quizá esta sea una de las debilidades de la legislación de la
OIT en relación con trabajo e infancia. Se trata, presumible- Suscribimos, complementariamente y como consecuencia de
mente, de un sesgo acentuado por modelos hoy globalizado- lo manifestado, que “el estudio de los movimientos sociales
res en los que se puede caer engañados por el espejismo de no puede reducirse al de las organizaciones. Un movimiento
considerar cierta uniformidad en los procesos y proyectos de es una acción política más que una simple y concreta forma
desarrollo de nuestras sociedades. Esto hace aparecer dicha organizativa”11. Por ello, un ensayo para la región debería
legislación como violentadora de la heterogeneidad de nuestros apoyarse en estudios hechos en cada país. Bien podría ca-
países, desde la perspectiva económica, pero más radical- ber aquí que nos preguntáramos si calificar a las organiza-
mente desde la riqueza de su variedad cultural, en cuyo marco ciones de NATs de movimientos sociales no devendría en un
hay derecho a considerar el trabajo de los niños, niñas y ado- enfoque conceptual que los considere como una red de re-
lescentes desde otra racionalidad. Quizá estemos, entonces, des. (v. AAVV, L’Intervento di rete, concetti e linee d’azione.
ante un ejemplo actual de colonialidad del pensamiento, para AQF, Gruppo Abele, 1995; asimismo, J. Riechmann, Francisco
el caso jurídico-social.(v. E. Lander, compilador, La coloniali- Fernández Buey, Redes que dan libertad. Introducción a los
dad del saber: eurocentrismo y ciencias sociales. Perspectivas nuevos movimientos sociales. Paidós, Estado y Sociedad,
latinoamericanas. CLACSO-UNESCO, 2003, passim). 1994, passim). En otras palabras, un movimiento social no es
apenas una sumatoria de organizaciones, sino una realidad
En consecuencia, ya podemos comprender el porqué de la social de valor agregado a cada una de sus entidades cons-
formalidad de la vieja pregunta del siglo XIX: “¿Qué hare- titutivas como conjunto. Un movimiento social no es un dato.
mos con los hijos de los pobres?”. Esta —reeditada a fina- Se trata de un proceso dinámico y no de un hecho aislado; de
les del siglo pasado para intentar comprender y explicar el un proceso continuo, discontinuo, histórico y transformable en
fenómeno del trabajo de niños, niñas y adolescentes— no permanente búsqueda de autonomía e identidad12.
puede responderse como si se tratara de una cuestión li-
neal o de atraso de nuestras sociedades; como si las mis- Considerarse y nombrarse movimiento social incide positivamen-
mas categorías que explicaban dicho fenómeno en el marco te en la identidad de cada una de las organizaciones que lo com-
de la naciente revolución industrial pudieran servir hoy para ponen. Aquí radica la posibilidad de la continuidad y permanencia
dar cuenta de dicho fenómeno, en un contexto en el cual la de cualquier organización en su pertenencia a un movimiento
pobreza es resultado de la globalización excluyente y donde
la miseria y marginalidad se agravan y coinciden, paradójica- 9
Stricto sensu: En el sentido estricto de la palabra, literalmente hablando
mente, con niveles insospechados de acumulación y circula- 10
Esta era la pregunta que, sobre el trabajo infantil, colocaba Emilio García Mén-
ción de capital financiero en manos de un reducido número dez en 1994. En su posición subyacía la idea de que deberían aplicarse, a la realidad
de transnacionales e individuos10. latinoamericana, los mismos métodos que en países del Norte dieron como resultado
la reducción y luego la erradicación del fenómeno. No son ajenos a este razona-
miento los Convenios de la OIT como el 182, ver Apuntes 5: Ser o no ser, SCS,
Ciertamente toca aclarar, en relación al contenido de la acción Lima, 1995.
colectiva de los movimientos de NATs, si dicha acción apunta 11
V. Tilly citado por Sergio Tamayo Flores-A. Latorre, en El movimiento urbano
tanto a un reconocimiento específico de la infancia en tanto popular al movimiento ciudadano. En J. Duran, op. cit., pp. 183-184. Tamayo mismo nos
indica: “... el movimiento no es un grupo y, por lo tanto, no debe identificarse con una
‘trabajadora’ y reivindicadora del derecho a trabajar como a un sola organización. Un movimiento es un sujeto, una forma compleja de acción que se
cuestionamiento al abolicionismo cerrado y la demanda que constituye como proceso y una agrupación de opiniones y creencias de una población

enfatiza en las condiciones del trabajo; incluso, en aquello que que muestra ciertas preferencias para modificar algunos elementos de la estructura
social, y en general es transitoria”. (Ibídem, p. 177).
se ha dado en llamar ‘autoempleo’ o ‘trabajo independiente’ en 12
S. Tamayo, op. cit. p. 195, quien recoge la tipología elaborada por Mc Carthy y
una economía abrumadoramente informal. Otro aspecto es el Zald (ibídem p.177): movimiento social, sector de movimiento social, industria de movi-
referido al hecho de que los movimientos de NATs insisten en miento social y organización de movimiento social.
25

social. Disponer y movilizar recursos mayores es una exigencia


y, normalmente, una motivación radical para actuar con eficacia
como movimiento social. Parece pertinente, entonces, considerar
que los movimientos de NATs sí ofrecen alternativas para que,
desde la reflexión de todos los involucrados —incluido el aporte
de la academia que a ellos se liga—, se brinde la posibilidad de
nuevos acentos de teorización sobre la infancia.

4. Movimientos sociales de NATs.


¿Qué campo social disputan?
Referir los movimientos sociales de NATs nos obliga a averiguar
por el espacio social que dichos movimientos ocupan o dispu-
tan. Preguntarse por el espacio social de la infancia deviene en
una necesidad de avanzar cualquier análisis productivo desde
lo teórico y desde lo operativo. Hablar de espacio social es plan-
tearse una demanda sobre el poder social logrado por los mo-
vimientos de NATs. La cuestión es visualizar el espacio social
que los movimientos están llamados a disputar, los cuales están
ocupados por los sectores dominantes con todos los recursos
económicos, mediáticos y tecnológicos a su alcance.

En tal sentido, el espacio social deviene —para los movimientos


de NATs en su condición de actores y ciudadanos— en un reto
no solo práctico, sino de discurso conceptual. El espacio social
implica el lugar o no-lugar en el que se revelan las necesidades
de derechos y condiciones de vida; la confrontación de aspira-
ciones, de expectativas, de construcción o reconstrucción de
identidades sociales, y, asimismo, la posibilidad de establecer
solidaridades, como lugar de encuentro con otros excluidos o
marginales. (v, el sugerente trabajo de Lourdes Gaytán: El es-
pacio social de la infancia, Madrid, 1999). Aldo Arozena

Pero el espacio social es, simultáneamente, el lugar en el que Considerar y nombrarse movimiento social
se evidencia el caos, el desorden, la anomia, el descontento, la
insatisfacción colectiva, la protesta, el inicio de la rebelión. Es,
incide positivamente en la identidad de
como afirma Jacques Donzelot, “la vida social efectiva [que] llega cada una de las organizaciones que lo
a ser cada vez con mayor fuerza el lugar en el que pude decidir- componen.
se el devenir de la sociedad” (en L’invention du social, essai sur
le déclin des passions politiques, editorial du Seuil, 1994, p.13).

A finales del siglo XIX, se habló y luchó en torno a la ‘cues-


tión social’ como síntesis de las múltiples cuestiones sociales
26

que se expresaban en el espacio social de entonces. Es en que debemos preguntarnos si los actuales movimientos socia-
relación a esto que se conformaron organizaciones y movi- les de NATs ocupan y logran colocar, en el espacio social y con
mientos sociales como el obrero, el campesino, el de mujeres. cierto impacto, algunas de estas posibilidades.
Pero además de las luchas en el campo social, ya sea laboral,
organizativo, educativo, de salud, vivienda, etc., ello acarreó Es aquí donde podríamos mencionar ciertos temas relevantes
el tema del derecho, de la norma y el de las políticas sociales. como la oposición de clases de edad: mundo adulto y mun-
Un ejemplo de cómo el espacio social deviene en un territorio do infantil, conflictos intergeneracionales, representaciones
en el que confluyen el Estado social, las iniciativas organiza- excluyentes de la infancia, de la ciudadanía, del trabajo, de
tivas y reivindicativas de los sectores ciudadanos en disputa la participación política, etc. Quizá sean las contribuciones
por asegurar una lucha eficiente contra los desajustes de todo de Pierre Bourdieu sobre ‘campo’ y ‘habitus’ —entendiendo
orden, la encontramos en lo que significó, a mediados del siglo al primero como ‘universo social específico de conflicto’ y al
XIX, el tema del derecho al trabajo en el ideal republicano. En segundo como ‘competencia por distintas formas de capital’—
él, no sin graves divisiones y enfrentamientos, se concretaron las que permitan desarrollar el significado de los movimientos
las nuevas aspiraciones en la sociedad y la nueva legitimidad de NATs como actores en lo social.(v. J. Auyero y C. Benzecry,
en la política (v. J. Donzelot, op. cit. pp. 36-37). Cabe señalar “Cultura”. En C. Altamirano, Términos críticos de sociología de
que actualmente, son los movimientos de NATs de la región la cultura. Buenos Aires, Paidós, 2002, p. 38).
los que reivindican el derecho a trabajar, arrastrando —como
en la historia que acabamos de evocar— las reacciones más

5. El espacio público: ¿lugar


encarnizadas y las defensas más cerradas13.

Sin embargo, cuando se habla de movimientos sociales, pa- 


reciera que aquello de ‘sociales’ deviene más bien en una for-
ma de diferenciarlos con movimientos políticos, movimientos
‘natural’ de los movimientos
alzados en armas, etc. No obstante, los teóricos de los movi-
mientos sociales coinciden, en general, en asumir que no es el
sociales?
poder —entendido formalmente como poder político, como co- La intrínseca tendencia de todo movimiento social a demos-
pamiento de instancias que inciden en decisiones de carácter trar la vigencia del principio aristotélico del bonum diffusivum
político, etc.— el que inspira y moviliza a dichos movimientos. sui14 nos remite a lo que podríamos llamar su necesidad de
convencer, de entusiasmar a otros por la causa que enarbola
No obstante, en un contexto de globalización envolvente, el un determinado movimiento social. En otras palabras, la ten-
espacio social no puede ser abordado como si fuera un espa- dencia a no aislarse, a colocar su propuesta en el escenario
cio marginal sin mayor significación para las cuestiones que público, en lograr que pase de ser un hecho ético y cultural a
refieren a la economía, a la seguridad social, a la vigencia de una cuestión política. Esto deviene, entonces, en condición de
los derechos humanos y de la tierra como un todo. El espacio sobrevivencia y de vigencia ética, cultural, social y política, aun-
social es un territorio en el que se plantea ––por parte de los que no siempre este horizonte esté claro en los movimientos
movimientos sociales–– un nuevo modo de vida, una insosla- sociales que pueden enclaustrarse en el ámbito localista, de
yable lucha por el sujeto, es decir, por aquel que es capaz de la comarca, del pueblo chico15. En relación con este aspecto,
“una contestación consistente al statu quo y de operar como
motor de cambio social” (v. S. Zermeño, op. cit., p. 114). Sin
embargo, el espacio social no se nos presenta como claramen- 13
Ver Código de los Niños y Adolescentes del Perú, art. 22º que, cíclicamente,
te delimitado, sino más bien como un espacio genérico que constituye la piedra de toque a nivel de legisladores y de ongs, así como de organi-
NATs.
pareciera abarcarlo todo. zaciones de
14
Bonum diffusivum sui: La bondad se extiende por sí misma.
15 Con absoluta razón Manuel Castillo O., en 1996, alertaba a las organizacio-
De cualquier forma es indudable que el espacio social constitu- nes del MNNATSOP de su necesidad de hacer visibles, ser reconocidos, dialogar y

ye un espacio de construcción y ejercicio de poder social, pleno confrontarse como organización con otras organizaciones y movimientos. Sin ello,
no es posible devenir en movimiento social, en buena parte debido a la irrisoria de
de significación en otros espacios como el cultural, el político, presencia pública (v. edición Ifejant 1997, Protagonismo de los Niños y Adolescentes
el de la resignificación de sentidos comunes. Es en este marco Trabajadores).
27

cabe señalar, desde ya, que en los movimientos de NATs existe Nos hemos referido a estos movimientos de luchas opuestas
no solo una heterogeneidad de organizaciones que los componen; para articular un camino común en donde toda la humanidad se
por ejemplo, las organizaciones sindicales de NATs en la India; ve, directa o indirectamente, implicada. Así, en lo referente a los
las asociaciones de NATs reconocidas a nivel de gobiernos movimientos de NATs no podemos tener una mirada distante,
locales en el norte de Perú: Piura, Tumbes; los gremios de pues el problema que plantean perturba radicalmente la vida
NATs en Bolivia o los movimientos de NATs promovidos por la societal, atenta contra la sobrevivencia espiritual, simbólica y
Vicaría Social en Chile. A ellos cabe añadir las asociaciones de material de los seres humanos, al ser la niñez el espacio sobre
trabajadores como ATO en Lima, o grupos barriales de NATs, el que se deposita el futuro. Lo mencionado trasciende los logros
etc. Algunas de estas organizaciones de NATs han logrado una propios de los movimientos feministas, ecologistas y pacifistas,
relación significativa con coaliciones de ONG por los derechos y, mucho antes, de los movimientos obreros, campesinos y de
del niño, con organismos internacionales como UNICEF o la los movimientos de los derechos humanos.
OIT, como en el caso del movimiento de NATs en África. Pero
lo más importante, desde el punto de vista laboral, es y ha Como consecuencia de lo manifestado, quizá deba indagarse
sido el diálogo con organizaciones sindicales, siendo el caso en la veta abierta por estos movimientos —que históricamente
paradigmático de mayor trascendencia el amplio Movimiento han precedido a los movimientos de NATs— y preguntarse si
de Chicos del Pueblo de Argentina del que la propia Central de el patriarcalismo inhibió culturas de infancia, representaciones
Trabajadores de Argentina es parte promotora. de infancia, que permitían la autonomía, la autodetermina-
ción y la equidad entre todos los seres humanos más allá de
No sería abusivo aplicar a esta realidad específica de organiza- las diferencias de edad, de fase de desarrollo, de capacidad,
ciones de NATs aquello que Alonso recuerda: “En convergencia de madurez, etc. Por ello se adelanta la hipótesis de que el
en la diversidad ha ido construyendo un nuevo movimiento global movimiento feminista constituye la matriz desde la cual hay
que ofrece muchas pistas para entender lo que constituye un que intentar encontrar la especificidad del significado ético,
movimiento social” (en Epílogo, p. 259, de J. Durand, op. cit.). cultural y político de los movimientos sociales de NATs y, por
supuesto, de cualquier movimiento social infantil.

6. ¿En torno a qué factor social 7. Naturaleza de los movimientos


global se articularían los
de NATs
movimientos de NATs?
Otro aspecto que debe ser analizado es el referente a la ‘natu-
Los teóricos de los movimientos sociales coinciden en seña- raleza’ del movimiento social de los NATs. No se trata de una
lar que estos reflejan no solo un malestar en la sociedad, una cuestión aristotélica sino existencial. Es necesario averiguar
especie de desajuste cultural y que condensan una manera de qué modificaciones ha sufrido su ‘naturaleza’, aquella que en
encarar conflictos y contradicciones relativamente significativos sus tiempos originarios marcó su identidad colectiva y confor-
no solo para la sobrevivencia de sectores sociales, sino para el mó las identidades individuales de sus miembros.
logro y desarrollo de sus más legítimas aspiraciones a la existen-
cia social, a la vigencia de sus derechos, a la equidad y a la ne- Una primera constatación es que, en 30 años, los NATs han
cesidad de pertenencia activa a su contexto social y político16. pasado por transformaciones y cambios de carácter económico,
político, cultural y tecnológico que deben haber impactado en
En el caso de los movimientos feministas, ecologistas y paci- su proceso permanente de construir identificaciones e identi-
fistas emerge con nitidez el eje histórico en torno del cual se dad en tanto movimiento. Si partimos de que en treinta años
expresa el sentido y el significado trascendente de su lucha. ha sido irrisoria una investigación histórica que permitiese una

16
Ver D. della Porta, M. Diani, op. cit. quienes recogen el aporte de los interaccionistas simbólicos y establecen que “...collective phenomena are not simply the reflection of
a social crisis but rather an activity aimed at producing new norms and new solidarities”, p. 5).
28

comprensión más cabal sobre cómo las experiencias de orga- la economía? ¿Incluso como movimientos de los inexistentes
nización de NATs han influido en los cambios sociales de la para las estadísticas económicas de nuestros países? ¿Aca-
región, podríamos entender cuán necesario sería un estudio so como movimientos de periféricos, de excluidos; o como
que pretenda adjudicar a dichas experiencias el carácter de movimientos asentados en la categoría generación? Estas
movimiento social; más aún si se le quiere dar un alcance inter- consideraciones refieren al conocimiento de los movimientos
nacional o continental. Y es que su crecimiento, su extensión de NATs y posibilitan una eventual comprensión más cabal de
y desarrollo son inherentes a los cambios en la naturaleza de lo que dichos NATs hacen, de lo que valoran, de lo que propo-
dichos movimientos. nen y cómo lo proponen. Además, nos pueden dar razón de su
universo simbólico, de su campo semántico y de sus prácticas
En tal sentido, en torno al movimiento de alcance internacional materiales. (v. Adriana López Monjardin, La democracia y la
más antiguo del continente, es decir, NATs (que surgió hace violencia: fronteras simbólicas para los movimientos sociales.
treinta años y propició la aprobación de la Convención sobre En J. Durand, op. cit., p.224).
los Derechos del Niño, en 1989), sería relevante revisar su dis-
curso y la fundamentación de las reivindicaciones a las que as- En el específico caso de los movimientos sociales de NATs,
piran, augurando la posibilidad de que se relacionen con otras se constata una gran heterogeneidad de experiencias de sus
fuerzas congregadas bajo el manto de la CDN. miembros, reflejo de la variedad de formas y tipos de trabajo
que los niños, niñas y adolescentes ejercen, tanto en el mundo
de las ciudades como en el mundo rural17. Por encima de dicha
heterogeneidad, cabe encontrar los puntos que convocan a la

8. ¿Quiénes son los NATs de los


cohesión, a la unidad de reivindicaciones, al sentido profundo
de sus acciones, a lo que podríamos llamar “las bases ideoló-
gicas” que les da un piso común.
movimientos sociales de NATs?
En este contexto, la tensión surge desde dos cuestiones. Una,
Hablar de movimientos de NATs, de por sí remite a dos la de tener que mantener un equilibrio dinámico entre la base
componentes inherentes a ellos: la minoría de edad y el ser de orientación común de las organizaciones que conforman el
trabajador. Dichos componentes, sin embargo, no escapan a movimiento de NATs, y las demandas específicas que deben
su contexto cultural. Es decir, no en todas partes de la región la tomarse en cuenta cuando, por ejemplo, se quieren acoger ex-
edad cronológica para ser considerado ‘niño’ o ‘niña’ es la mis- periencias con sectores a los que no se ha llegado (por ejemplo
ma ni tiene la misma connotación social. Igualmente sucede en el caso peruano, en el cual se ha excluido a los trabajadores
con las culturas de ‘trabajo’. En tal sentido, la significación y el de centros mineros, plantaciones, pesca, etc). La segunda se
alcance social y humano, difieren, por ejemplo, en las culturas refiere a la relación con ciertos grupos que lindan entre activi-
urbanas y en las culturas rurales, en el mundo mestizo occiden- dades de sobrevivencia en conflicto con la ley o niños, niñas y
tal y en el mundo andino o amazónico. Asimismo, se replantean adolescentes en situación de calle.
viejas cuestiones como considerar que se es NAT porque se
es pobre o porque se es excluido. Al hablar entonces de movi- 17
Quizá sea aceptable asumir para los movimientos de NATs lo que D. della Porta y
mientos sociales de NATs, ¿estaríamos identificándolos como M. Diani, op. cit., escriben: Strictly speaking, social movements do not have members,
movimientos de pobres o como movimientos de informales de but participants, p. 17.

Su crecimiento, su extensión y desarrollo


son también un componente de los
cambios en su naturaleza.
29

Lo dicho nos plantea otro desafío: ¿Será que los movimientos de sus comunidades tanto local, regional como nacional, en la
sociales de NATs son conformados esencial e imprescindible- lucha contra la pobreza, y en pos del bienestar de sus familias
mente sobre la realidad de ser trabajadores, de ser parte de y comunidades. Lo que subyace a este esfuerzo es la nece-
quienes con su trabajo producen riqueza aunque esta no sea sidad —para los movimientos sociales de NATs— de lograr
registrada en los datos empíricos que recogen encuestas y que sus compañeros y compañeras de generación aprendan,
desgloses del PBI?18. ¿Radica ahí su especificidad y la razón desde ahora, qué es ser dialogantes; qué es encontrar bande-
de ser movimiento social distinguible de otras formas de acción ras comunes que den sentido y significación a sus vidas; qué
común que la infancia podría venir realizando? ¿Cuál sería el es tener pensamiento crítico en la sociedad que tenemos; qué
‘valor agregado’ que la condición de ‘trabajador’ añade a los mo- significa hacer entender que sin una infancia coprotagónica,
vimientos de este sector de la infancia y que permitirían visuali- la democracia pierde, ya que se impide que una sociedad sea
zarlo como un movimiento social con banderas propias? ¿O es capaz de un nuevo pacto social con sus nuevas generaciones,
que los movimientos sociales de NATs debieran ser apenas una sobre la base del reconocimiento de la condición ciudadana
variable de los movimientos sociales que se articulan en torno a de la infancia, de su imprescindibilidad para la democracia,
la defensa global y desarrollo de los derechos del niño? el bienestar y para la lucha contra los males que hoy aquejan
nuestra manera de relacionarnos, etc.
Una vez más, partiendo de la particular experiencia peruana,
tenemos que recordar que, desde sus orígenes, se planteó Lo significativo hoy es que el mismo MOLACNATs (Movimiento
claramente la perspectiva no solo nacional sino internacio- Latinoamericano y del Caribe de Niños, Niñas y Adolescentes
nal de la organización de los NATs. Pero siempre se trató del Trabajadores) ha hecho suya la tarea de dar forma y consisten-
mismo sector de la niñez. Recién 20 años después se adop- cia a la ya existente, aunque germinal, red latinoamericana de
tó dicha perspectiva, pues existía la necesidad de dotar al niños, niñas y adolescentes por la vigencia de sus derechos19.
movimiento de NATs en el Perú de una tarea que incluyese,
de manera especial, a la infancia en su conjunto como pro- Es necesario, pues, reconocer que, por encima de las limi-
tagonista de su historia y de su lucha por los derechos que taciones que estos procesos tienen, estas experiencias son
le correspondían. Así también, los guiaba el deseo de cons- una condición para lograr —a distintos niveles, como el local o
tituir una organización con participación activa en el conjunto regional— nuevos pactos sociales con la infancia que no sean
de organizaciones y organismos surgidos en el mundo. Cabe un ‘arreglo pactado’ o la mera justificación de un ‘pacto here-
anotar que esta perspectiva —asumida como tarea del movi- dado’. Y es que ningún movimiento particular de niños, niñas
miento social de NATs— es puesta en marcha algún tiempo y adolescentes podrá revertir las aún enquistadas representa-
antes de que el programa IPEC de la OIT y la Marcha Global ciones sobre la infancia, que la relegan a ser beneficiaria de
contra el Trabajo Infantil crearan una polarización entre niños, los cambios que el mundo adulto juzgue a bien imponerle.
niñas y adolescentes. Hoy el movimiento social de NATs, por
lo menos en la realidad peruana, ha asumido la tarea de con- No se trata, por supuesto, de contraponer de forma reductiva y
formar ––de la mano de variadas y heterogéneas formas de esquemática la difícil relación entre culturas que han terminado
organización infantil existentes— una red o movimiento en el sobredimensionando la hegemonización adulta en la familia, la
que confluyan los niños, niñas y adolescentes de todo el país escuela, en la comunidad, en las democracias representativas y
para luchar por sus derechos, por su participación en la vida en instituciones de todo género (v. Ashis Nandy, “Reconstructing

18
Estudios recientes afirman que, para el caso peruano, los niños, niñas y adolescentes que trabajan producen un equivalente al 0.7 - 0.9% del PBI; es decir, unos mil seis-
cientos milllones de soles anuales.
19
Al respecto hay importantes antecedentes que han dejado como saldo una experiencia valiosa. El Servicio Nacional de Iglesias de EE.UU. facilitó el inicio, ya a finales de
los 80 y principios de los 90, de una Red de Niños; el Consejo Mundial de Iglesias lo hizo a nivel mundial; el BICE (Bureau International Catholique de l’Enfance) igualmente
retomó en la región en el marco del proyecto Poder Crecer: Una Experiencia de Red por los Derechos del Niño. En los últimos dos años Save the Children Suecia ha propi-
ciado la gestación de una red latinoamericana de niños, niñas y adolescentes que mantiene un proceso nuevo de articulación regional y que viene, activamente, dando continuidad
al II Congreso Mundial de los Niños y Adolescentes, celebrado en Lima el 2005. Si bien no está definida con toda claridad la forma final que pudiera tomar esta iniciativa, lo
importante es que la idea siga madurando a partir de los propios niños. Bien dice J. M. Mardones, op. cit. p. 28: “… red de movimientos” o de “áreas de movimientos. La palabra
movimiento sugiere unidad ( ... ) pero que no nivela ni homegeniza”.
30

Childhood: A Critique of Ideology of Adulthood”. Traditions, Tyran-


ny and Utopias. Essays in the Politics of Awerness. Delhi: Oxford
University Press, 1987, passim). Consideramos que esta última
veta de reflexión debiera ser una clave de lectura de la significa-
ción de los movimientos sociales de NATs. Dichos movimientos
estarían así, abriendo nuevas posibilidades de construir sentidos
alternativos a los que hoy dominan los imaginarios en torno de
la infancia. En este aspecto, los movimientos sociales de NATs
deberán preguntarse —como sugiere Pierre Bourdieu— cuánto
vienen contribuyendo a resemantizar, a nominar, cuestiones de
infancia en disputa con las formas ya secularmente dominantes
e instaladas en organismos del Estado y de gruesos sectores de
la sociedad. (v. A. López Monjardin, op. cit. pp. 209-210).

9. Episteme de los movimientos de


NATs: Ideas, nociones y paradigmas
Como ya se ha señalado anteriormente, un movimiento social
suele aportar ideas, formas de interpretación de discursos ya
elaborados, creación o uso propio de cierto vocabulario, el
establecimiento de nuevos paradigmas sociales y políticos en
consignas, lemas. Por ejemplo, en mayo del 68 en París se
decía: “Exigir lo imposible, para lograr lo posible”; o “No que-
remos otro mundo sino un mundo otro”; o el lema del Foro
Social Mundial: “Otro mundo es posible”. Es lo que ya seña-
laba Gustfield en 1981: “The existence of a vocabulary and
an opening of ideas and actions which in the past was either
unknown or unthinkable”20. En consecuencia, la decodifica-
ción de contenidos y de sus implicancias prácticas constituye
Ireri de la Peña
una necesaria responsabilidad hermenéutica ante los discur-
sos de los movimientos de sociales de NATs, si queremos
Los movimientos de NATs vienen ponderar acertadamente su significación para el campo de las
mostrando que no están dispuestos a ideas, de las elaboraciones conceptuales y para dar cuenta
de su eventual consistencia interpeladora de la sociedad.
quedarse en el ámbito de lo privado,
al que la protección hecha ideología Una vez más se requiere un análisis sistemático de los discur-
termina por confinarlos. sos sociales producidos por los movimientos de NATs, de sus
textos, del habla instalada en los NATs organizados. Ello nos
permitiría conocer qué tipo de relaciones establecen los movi-
20
“La existencia de un vocabulario y de una apertura de ideas, las cuales en el pa-
mientos de NATs entre el contexto social, cultural, económico,
sado fueron desconocidas o incomprensibles”. Citado por D. della Porta, M. Diani, político de su vida cotidiana —individual y colectiva— y las
op. cit. p. 14: “The process of symbolic redefinition of what is real and what is estructuras de significación. En relación con esto, cabe pre-
possible is linked to the emergence of collective identities, as a shared definition
of collective actor”.
guntarse, además, por el grado de aceptación o de rechazo
31

que el discurso de los movimientos sociales de NATs ha ido


logrando. Incluso sería pertinente evaluar, muy detalladamen-
te, cuán conscientes son de las representaciones y sentidos
comunes dominantes que han tomado cuerpo, así como de
quiénes han ligado su actuar a la dinámica de los mismos.
Ello facilitaría conocer las dificultades provocadas por el
mismo discurso, precisamente en el intento de querer colocar
alternativas a la comprensión de un fenómeno social como
el de los menores de edad en el mundo del trabajo (v. Oscar
Murillo Serna, “Análisis del discurso social”. En Investigacio-
nes Sociales, Instituto de Investigaciones Histórico Sociales,
UNMSM, Nº 13, Lima, 2004, pp. 369-385).

Como señalan autores como Agamben, en todo discurso es


más lo no enunciado, subyacente y oculto, que lo que el dis-
curso formalmente enuncia (Ver en Infanzia e storia, 1978,
passim). Igualmente, se debe tomar en cuenta que toda
lectura que intenta ser comprehensiva es simultáneamente
una operación subjetiva. En efecto, no hay hermenéutica que
no sea simultáneamente expresión de subjetividad. Nada de
esto, desde luego, resta valor a los discursos, a los textos
y sus contextos, sino que los trasforma en un pre-texto, en
una oportunidad de creación o de crítica. Y es que el lengua-
je es finalmente una práctica social que configura realidades
(v. Tesania Velázquez, Vivencias diferentes. La indocumenta-
ción entre las mujeres rurales del Perú. Demus, 2004, p. 8).

Ciertamente hay enunciados que han devenido recurrentes y


evocadores de una fuerza simbólica significativa en las accio-
nes y en los textos de los movimientos de NATs. Baste enunciar
el contenido que suele darse a las expresiones “yo trabajo”,
“nosotros luchamos por un trabajo digno”, “queremos que se
nos reconozca”, “ser reconocidos”, estas dos últimas expresio-
nes son una muestra de la exigencia y el derecho a existir de los Matias Lindwall

‘otros’; o a vocablos como ‘protagonistas’, “con derecho a parti-


cipar ‘protagónicamente’, “esta es nuestra opinión”, “pensamos Los NATs aportan a una resignificación
que”, etc.21 ; e incluso —a riesgo de que se considere un abuso
del lenguaje— cuando se representan a sí mismos como ‘suje-
del niño conceptualizado
tos sociales’, como ‘actores políticos’, como ‘sujetos económi- como sujeto activo, histórica y
cos’ o ‘sujetos éticos y culturales’. A través de estas locuciones, culturalmente signado.
los NATs pretenden decirle a la sociedad que son, que cuentan,
que valen como pueden valer los ‘demás’ según su propio nivel,
que no hay razón alguna para excluirlos, para marginarlos, para 21
Ver Walter Omar Kohan, Infancia entre Educación y Filosofía. Lartes, 2004,
relegarlos a los espacios y ámbitos que la sociedad secular p. 245: “No se puede negar que el reconocimiento desempeña un papel principal en
dominante les ha preasignado sin su propio consentimiento. la vida humana, en tanto contribuye a activar funciones vitales. Esta es la base de
la vida, pero no del pensar. Porque cuando se reconoce, se convalida, se legitima,
No son, en consecuencia, categorías inventadas por ellos, pero se confirma; y cuando se piensa de verdad no se hace nada de esto sino que se busca
son nociones que las han hecho propias y a las que añaden una propiciar lo nuevo”.
32

connotación vivencial, de experiencia. Para ellos no son meros les, desafíos teóricos y metodológicos. Universidad de Gua-
flatus vocis22; son expresión de convicciones; juegan un papel dalajara, 2002, 2da. ed. p. 123). Pero en cuanto movimiento
de identificación y de identidad; describen sintéticamente su social de carácter cultural, los movimientos de NATs vienen
autorrepresentación, absolutamente nueva, en relación con transformado una figura tradicional e incrustada en los senti-
las representaciones sociales heredadas y que han sido parte dos comunes —del niño como sujeto y del niño que trabaja—
de su universo simbólico: el llegar a hacer suyo aquello del en un sujeto no pasivo, aunque con harta frecuencia paciente
derecho a trabajar. de una realidad no deseable; es decir, los NATs aportan a una
nueva reconceptualización del sujeto ontológico, del sujeto en
Por ello, sería pertinente someter a un análisis riguroso, aca- esencia, es decir, a una resignificación del niño conceptualiza-
démicamente hablando, a todos los textos que conforman do como sujeto activo, histórica y culturalmente signado. Ello
hoy su universo verbal y escrito, y que se encuentra en de- se expresa en el NAT como sujeto protagónico, con una parti-
claraciones, en pronunciamientos, en ponencias, en afiches cipación que le permita desarrollarse como ciudadano con au-
y banderolas que por miles se han producido en estos trein- tonomía, reconocido y respetado en el devenir concreto de la
ta años; asimismo, en los volantes y en las cartas de solida- realidad en la que se mueve. En síntesis, los movimientos de
ridad o de reclamos; en los boletines y memoria de eventos a NATs vienen mostrando que no están dispuestos a quedarse
diversos niveles. La novedad radica en el grado de apropiación en el ámbito de lo privado, al que la protección hecha ideología
y de significación que los propios movimientos de NATs asignan termina por confinarlos. Es evidente, en consecuencia, que no
a sus textos, a su lenguaje y en el valor agregado que tienen en basta con que los movimientos sociales de NATs se relacionen
su vida personal y de organización, en la capacidad de movilizar con personajes públicos (alcaldes, congresistas, ministros e
acciones con potencial transformador, de crear identidad. incluso representantes de organismos de Naciones Unidas,
etc.) para adjudicarles una actoría política.

10. Movimientos de NATs.



11. Movimientos sociales de NATs.
¿Movimientos culturales?


¿Organizadores de la vida
cotidiana?
Uno de los aspectos que en relación con los llamados mo-
vimientos sociales de NATs debe trabajarse de forma siste-
mática, es si dichos movimientos podrían entenderse como
movimientos culturales; es decir, movimientos que, desde lo Una pregunta pertinente apunta a abordar los movimientos so-
cultural, intentan o resultan ser, en la práctica, una contribu- ciales de NATs como movimientos que, desde la vida cotidiana,
ción a la sociedad e inciden en el nivel institucional. En otras tanto en el plano individual como colectivo, se constituyen en mo-
palabras, se trata de saber si los movimientos de NATs son —y vimientos morales; vale decir, como una fuerza que se organiza
con qué fuerza de interpelación y cambio— movimientos de en torno a una interpelación desde los excluidos, marginales o
valores y de ideas; movimientos que van produciendo un cam- —como gustan hablar oportunistamente hoy agencias como el
po simbólico e incluso semántico y comunicativo; movimientos BM, el FMI, etc.— de los que están al origen de la explosión de la
que sin disputar el control del poder del Estado y del mismo exclusión: desde los pobres del mundo.
gobierno, logran confluir en los macro-procesos de transfor-
mación cultural en su región, en su comunidad, en el territorio Pero considerar a los movimientos sociales como movimientos
de su gobierno local (v. Emilio Duhan, “Diez preguntas sobre morales, no significa que estos sean reconocidos por discursos
los movimientos sociales”; en J. Durand, Movimientos Socia- moralizadores. Hablar de movimiento moral más bien nos re-

22
Flatus vocis: Emsión de sonido; oraciones sin sentido para quien las pronuncia.
33

mite al tipo de institucionalización que busca establecerse en la —expresado más recientemente como la reivindicación cen-
sociedad, la cual implica un nuevo orden moral social23. tral de organizaciones de base, de mujeres, de pobladores, de
niños, niñas y adolescentes— ha estado, entonces, articulado al
Al respecto, tendríamos también que considerar para el caso reconocimiento formal y práctico de los derechos y a la exigencia
de los movimientos de NATs, cómo su fuerza radica central- del cumplimiento de los mismos. Además, ‘lo ciudadano’ ha de-
mente en su mensaje y no en su aparato, en el contenido de su venido, en muchos casos, en un sinónimo de sociedad civil; por
discurso y la fuerza simbólica que este tenga en relación con ejemplo, cuando se han multiplicado las veedurías ciudadanas, la
la sociedad en la que se pronuncia dicho discurso. Podemos vigilancia ciudadana, la acción ciudadana. Igualmente, estos dis-
considerar, entonces, que el discurso de los movimientos de cursos han sido asumidos en lo movimientos sociales. Como se-
NATs pretende ocupar un espacio simbólico, colocando sen- ñala S. Tamayo, “el movimiento urbano popular fue la expresión
tidos y significaciones capaces de constituir retos simbólicos de la transición hacia la globalización; el movimiento ciudadano
para la sociedad en su conjunto. Sin embargo, para A. Merlucci es la presencia plena de la globalización” (op. cit. p. 178). “Ciuda-
los movimientos sociales, ellos mismos, son un reto simbólico. danía es identidad en su práctica y puede ser utopía universalista
Y lo serán en la medida en que su discurso hable a todos y en su proyección ideológica” (ibídem, p. 198).
evite acantonarse en lo particular; en este caso, el mundo de
los niños, niñas y adolescentes trabajadores. Así, pues, las organizaciones de NATs no han quedado al mar-
gen de esta manera de significar su presencia pública y su
Ahora bien, si conceptuar los movimientos sociales como derecho a demandar sus derechos. Estudiosos de la infancia
morales nos abre una dimensión relacionada con valores, no han adelantado diversas reflexiones y trabajos en torno a la
consideramos que este enfoque deba asumirse como hege- infancia ciudadana o a la ciudadanía de los niños, niñas y ado-
mónico al hablar de los movimientos de NATs. En este sentido, lescentes y, en general, de los menores de edad24.
conviene matizar el abordaje que Smelser privilegia al elaborar
una teoría de orientación de valores para analizar los alcances Hay, desde luego, quienes han sostenido más bien que tra-
de los movimientos sociales (v. J. Alonso, Teorización sobre tándose de niños, niñas y adolescentes debiéramos hablar
movimientos sociales. En J. Durand, op. cit. p. 25. En esta de una teoría de la preciudadanía, llegando, incluso, a exigir
misma perspectiva crítica se inscriben los aportes de Alain a la sociedad el reconocimiento de dicha condición preciuda-
Touraine). Pero, además y complementariamente, conviene dana a la infancia (Ver Sergio García y Sergio Micco, Hacia
revisar si en los discursos de los movimientos de NATs no se hace una teorización de la preciudadanía. En Niñez y Democracia,
interpelante a la realidad lo que A. Touraine anota; es decir, Ariel, 1998). En este mismo ámbito de reflexión, en 1992, el
que sus acciones están menos armadas de análisis económi- Código de los Niños y Adolescentes de Perú reconocía ca-
cos que de convicciones morales (ibídem, p. 37). Ciertamente pacidad civil o jurídica a los menores de edad. Esto era una
que algunos teóricos de los movimientos sociales, al ubicar- manera de declarar, de forma concreta, una condición jurídi-
los a estos en el marco de la crisis de la modernidad, han ca de ciudadanía antes de los dieciocho años y para ciertas
enfatizado a esta como crisis de valores, crisis moral, crisis de cuestiones señaladas por dicho Código. Pero quizá es con
espiritualidad (por ejemplo: Bell, Berger, Novak, etc.). la Constitución Política del Ecuador con la que se consagra
para la infancia un concepto de ciudadanía nuevo en el ám-
bito jurídico. En efecto, dicha Carta Política señala que todo
nacido, en el Ecuador, es ciudadano.

12. Movimientos sociales de NATs. Ciertamente que el discurso sobre ciudadanía está presente
en el lenguaje y en la fundamentación de las acciones de los
¿Movimientos de ciudadanía? movimientos de NATs. Cabe sin embargo hacer un análisis

Hoy se habla hasta la saciedad de ciudadanía. Incluso, se ha 23


Ver J. Durand, op. cit. p. 43: “Los movimientos sociales cambian a la sociedad al pro-
planteado, desde inicios de los 90, la cuestión del niño como porcionarle un modelo cultural alternativo, un orden moral para institucionalizarla”.
sujeto de derechos en una lectura dinámica y sistemática de la 24
Ver uno de los trabajos más sugerentes y sólidos al respecto; el de Judith
Convención sobre los Derechos del Niño. El tema de ciudadanía Ennew, What is Children Citizenship, Oxford, 1999, passim.
34

para averiguar sobre las características específicas que con- otras gestas de su comunidad, de sus familias, de los sectores
tienen dichos discursos. más amplios con los que se da una identificación. Hoy, con 30
años de organización de NATs en la región, no podemos reducir
Referirnos a la ciudadanía nos enmarca inevitablemente en la memoria histórica a la historia de la propia organización. Ello,
los referentes de la modernidad, en los discursos sobre dere- ciertamente, es una porción fundamental para abrirse a otras
chos humanos y en el mundo axiológico que les subyace. Pero dimensiones de lo que consideramos la memoria. Pero como
además, la ciudadanía —no la jurídica sino aquella que emana dice E. Ballón. “en ese paso la recuperación de la memoria co-
de la condición de miembro de la especie, de la comunidad— lectiva del movimiento popular respecto de su propia historia
equivale a afirmar que todo ser humano es un ser público en es fundamental. Uno de los elementos que le da continuidad
el sentido de que la pertenencia a la humanidad hace que y estructura es sentirse heredero de las luchas de sus antece-
cada uno de sus miembros sea un bien de todos, es decir, un sores y fundamentar en el pasado el proyecto de futuro” (v. D.
bien público. Pero esto que puede quedarse a un nivel sustan- Camacho - R. Menjívar, coord., Los movimientos populares en
cialista, cobra fuerza histórica y cultural cuando hablamos de América Latina, UNU-S. XXI, 1989, p. 19). En otras palabras, no
movimientos sociales de niños, niñas y adolescentes. En otras se trata solo de la memoria de la propia organización, sino de
palabras, estamos refiriendo lo público —antes que a la rela- esta como parte de una memoria de clase, de sector social, de
ción con el Estado— a la relación con el conjunto humano. comunidad, de país. En algunas organizaciones de NATs, cuyos
países exhiben una vigencia activa —incluso combativa de sec-
Lo primero significa que el reconocimiento de derechos por tores organizados— los movimientos de NATs logran con mayor
parte del Estado concreta la ciudadanía y como otra cara de facilidad reubicar su memoria organizativa y las acciones lleva-
la misma moneda, el ‘sometimiento’ o control que es concomi- das a cabo con el contexto de otros movimientos. Esto permite
tante a los discursos de ciudadanía. El sujeto de derechos es medir mejor los aportes y los reales límites de los movimientos
simultáneamente objeto público de intervención. Por ello no de NATs, no tanto por ser niños, niñas y adolescentes y por no
basta, la Convención sobre los Derechos del Niño demanda ser suficientemente representativos de la heterogeneidad de las
movilización y exigencia de cumplimiento. Esta es tarea de los formas de ser niño o niña, sino por otros factores que apunten
movimientos sociales por los derechos de la infancia. En este más directamente a la capacidad de ser escuchados y toma-
horizonte se inscriben los movimientos sociales de NATs. Si dos en cuenta, por haber logrado una mayor institucionalización
bien reconocerlos y reconocerse por sí mismos como ciuda- tanto de su derecho a participar como de otros derechos, etc.
danos los coloca en la esfera pública, ¿la infancia, en general, Y es que la memoria no solo es continuidad, sino condición de
sigue siendo vista como perteneciente a la esfera privada?25 creatividad, de novedad. Quizá, en este sentido, la experiencia
de los movimientos de NATs en Bolivia y en Venezuela repre-
senten un claro ejemplo de cómo esta porción de la infancia que
son los NATs, ubica sus banderas al interior de las que gruesos

13. Movimientos sociales.


sectores de la sociedad levantan.

Memoria y movimientos de NATs


Todo movimiento social es un tensiómetro social, un termómetro
de la sociedad, de sus contradicciones y de sus fortalezas. Pero 25
Ver D. della Porta, M. Diani, op. cit., p. 39: “With the consolidation of the pre-
los movimientos sociales no son solo un instrumento de diag- sence of women in the public sphere -in both professional and political terms- the
nóstico y pronóstico. Son, fundamentalmente, la movilización de contradiction has become clear between rigths formally recognized as universal, and
existing forms of organization of family and professional life which have restricted
las mejores energías para subsanar lo defectuoso en la socie- women’s enjoyment of those rights (...) Numerous initiatives have also been launched
dad y para nutrir la acción transformadora26. Todo ello supone in defense of the rights of children and more generally of minors. On some occasions
these movilizations have taken abroad political meaning”, p. 38-39.
que consideremos a los movimientos sociales como un tipo de
26
memoria social, política. En el caso de los niños, niñas y adoles- Como dice J. M. Mardones, op. cit., p. 14, “son o pueden ser movimientos sociales
porque muestran dónde están las contradicciones o conflictos sociales fundamen-
centes trabajadores, ciertamente se trata de un fenómeno que tales y se convierten en agentes movilizadores en pro de la superación de dichas
refiere a una cuestión que debe ser conectada a la historia de contradicciones (...) Indican lo mejor y lo peor de nuestra sociedad”.
35

Alberto Millares

Considerar a los movimientos sociales como movimientos morales no significa que estos
sean reconocidos por discursos moralizadores.
36

En otras palabras, referirnos a la ‘memoria’ de los movimientos sobre las revoluciones industriales desde el s. XVII27. En los
sociales de NATs implica recoger y hacer realidad actuante orígenes de la organización de NATs, una vez más en Perú
lo mejor que en ella haya encontrado cabida por lo que haya y en el ámbito urbano, encontramos un ejercicio de relectura
sido su significación histórica; pero, además, por las lecciones de la propia experiencia de niños, niñas y adolescentes tra-
aprendidas y que ameriten ser registradas de forma transge- bajadores. Ellos, habiendo vivido desde muy temprana edad
neracional —en particular, en la memoria de las nuevas gene- las dolorosas experiencias de trabajar, evocan la memoria
raciones— sin olvidar que, hoy por hoy, vivimos el “descrédito de un vacío, de una ausencia que coincidía con la historia de
de las memorias colectivas” que han precedido en el tiempo sus familias, de las personas de sus barrios, de los actuales
a la de los movimientos sociales, aún nacientes, de NATs (v. menores de edad trabajando. Dos cosas merecen ser señala-
Manuel A. Baeza, Los caminos invisibles de la realidad social. das al respecto. La primera, que en la memoria de los niños,
Ensayo de sociología profunda sobre los imaginarios sociales. niñas y adolescentes hay una lectura crítica y una constatación
Editorial Sociedad Hoy, Santiago de Chile, 2000, p. 7) de carencia que no se condice con procesos de otros grupos
coetáneos de su propio sector social; y, una segunda, que
Los movimientos sociales expresan, pues, una memoria esto constituye una verificación de que la infancia no puede
activa y capaz de dinamizar procesos, capaz de generar ser pensada al margen de otros sectores y que, en la memoria
dinámicas sociales y culturales que pueden incidir en lo de la propia clase, se recoge una capacidad de creación, de
político y en lo económico. Esa memoria representa no solo inventiva. Pero se podría añadir que esta reflexión —transfor-
una interpelación ética, una reserva de dignidad. Los movi- mada en decisión de empezar un proceso de organización de
mientos sociales son, ellos mismos, resultado de la memoria menores de edad trabajadores y hacerlo con absoluta auto-
histórica, de la experiencia vivida colectivamente y guardada nomía orgánica de los NATs, los llamados a ser protagonistas
en los rasgos de la identidad y de las identificaciones de de su proceso y convocados a lograr una cobertura nacional e
los pueblos; pero los movimientos sociales son, además, internacional de la organización— se da precisamente en un
creadores de memoria (v. por ejemplo, Magdalena Cajías de contexto de conflicto de los trabajadores con el gobierno y los
la Vega, “El poder de la memoria”. En Revista Barataria, La empresarios de entonces28.
Paz, 2004, Nº, pp. 18-30).

14. El campo jurídico. Componente


En este respecto, la pregunta que aflora en relación con las
organizaciones de NATs es qué memoria recogieron históri-
camente los movimientos de NATs cuando a mediados de la
década de 1970 iniciaron su proceso de organización que, en
el caso peruano, cumple ya treinta años. Este interrogante es
de acción de los movimientos
tanto más pertinente si se toma en cuenta que por aquel en-
tonces no se contaba con referente alguno sobre movimientos
de NATs
de niños, niñas y adolescentes trabajadores, no solo en el país Una de las afirmaciones en torno a los movimientos sociales
o en la región, sino en la historia registrada en el occidente se vincula con sus aspectos jurídicos. Es decir, se trata de
conocer cómo y en cuánto tiempo el campo del derecho se
ha constituido en un ámbito de acción colectiva, de deman-
da y de confrontación entre los movimientos sociales y el Es-
27
tado —el cuerpo legislativo en especial— y otras instancias
Ver Rev. Internacional NATs, Nº 9, 2002. Notas para una Historia del Movimiento
de NATs en Perú, 1976-2001: “Tendríamos que seguir preguntándonos por qué la
de producción tanto de pensamiento jurídico como de leyes,
historia de los NATs organizados no forma parte de la historia de los trabajadores normas, etc. Así, han tomado cuerpo y significación social y
del Perú ni de los movimientos sociales de los últimos 15 años”. Ver, asimismo, de política, verdaderas escuelas de pensamiento jurídico como la
Jorge Rojas, Los niños cristaleros: trabajo infantil en la industria. Chile, 1880-
1950, PET, Santiago, 1996; asimismo, “El Trabajo Infantil y la Infancia Popular”, en Critical Legal Studies, la Reine Rechtslehre de Brunn y Viena
Revista Internacional NATs, Nº 11-12, 2004, pp. 15-29. (ver Gianfrancesco Zanetti, Filosofi del Diritto Contemporanei
28
Ver Jesús Martín-Barbero, “Culturas populares”. En C. Altamirano, dir., op. cit. R. Cortina Editore, 1999). Este es un fenómeno no sólo local,
pp. 49-60: “La pista que abre la investigación de Guinzburg es clave: la originalidad sino que involucra directamente lo que se ha dado en llamar el
del pensamiento popular emerge del conflicto”.
Derecho Internacional.
37

Así, se puede afirmar, sin lugar a dudas —y la historia lo ratifi- trabajadores que se encontraban, y se encuentran aún, en la
ca—, que los movimientos sociales siempre han centrado sus raíz del movimiento. Es la reacción de la OIT y alrededores,
baterías en la necesidad de que sus demandas se concreten años después, la que polarizaría no solo el debate sino las
en un nuevo derecho; o, más modestamente, en una modifi- posibilidades de diálogo en algunos países de Latinoamérica;
cación de leyes existentes; o en la promulgación de leyes aún y es la inconsistencia de ciertos argumentos conceptuales del
no existentes. Históricamente, este es el origen de organis- abolicionismo, ante sus alcances prácticos y teóricos, lo que
mos como la OIT, surgido de las organizaciones obreras y de alentaría como clima eso que se conoce como una confronta-
las empresariales, cada una con sus propias exigencias. Las ción de difícil resolución. Este no es el caso en África, donde
leyes del sufragio de mujeres, la declaración de Ginebra en se dan otras condiciones que quizá hacen posible una mutua
1924 —luego de la Primera Guerra Mundial, etc.— son nor- cooperación en cuestiones precisas y sin afanes controlistas y
mas y convenios que emergen de presiones puntuales sobre condicionantes por parte de OIT-IPEC y de la UNICEF.
aspectos específicos de carácter humanitario o igualitario de
la justicia29. Así, pues, el eje de conflicto, fundamental para entender qué
es un movimiento social, podría ubicarse en esta cuestión: el
Por ello, al considerar si los movimientos sociales de NATs se trabajo de niños, niñas y adolescentes.
han planteado o no cuestiones relativas a que la normativa
se ajuste a sus necesidades y aspiraciones, tendríamos que Dos aspectos, además, merecen señalarse: que no se trata,
hacer un recuento histórico con la finalidad de señalar cómo para algunas organizaciones de NATs, solo de tolerar y de
ha sido y sigue siendo su proceso. Baste citar lo que la misma normar el trabajo de menores de edad y, asimismo, que este
OIT-IPEC señala en su página Web, donde, con ocasión de la no es privativo de los menores sino que las leyes laborales
evaluación del programa de erradicación del trabajo infantil, deberían indicar sin más, que el normar el trabajo implica que
llegan a la conclusión siguiente: “En América Latina se da se aplique a todas las edades. Los movimientos sociales de
una situación excepcional que consideramos fundamental NATs sostienen con fuerza el derecho a trabajar. Esta es una
entender para comprender la estrategia del Programa. Existe situación a la que subyacen cuestiones de fondo, como los
en la región un Movimiento de Organización y Promoción de contenidos de las representaciones sociales, heredados del
los Niños y Adolescentes Trabajadores (NATs). Estas organi- occidente moderno, sobre infancia o sobre la relación entre la
zaciones que se sitúan fundamentalmente en Perú, Bolivia, adultez y el mundo del trabajo. Es, pues, también el campo ju-
Ecuador y Paraguay tienen un indudable arraigo y ‘defienden’ rídico en el que los movimientos de NATs se han activado cada
el trabajo infantil. Dichas organizaciones han tenido, sin duda, vez que a diversos niveles se ha pretendido o desconocer un
una influencia notable en la redacción de los Códigos de Ni- derecho reconocido o impedir que se haga cumplir.
ños en algunos países (Perú y Paraguay por ejemplo). Uno de
los esfuerzos del IPEC ha sido, sin entrar en confrontaciones
dialécticas, indicar a los gobiernos los peligros de este tipo
de movimientos y crear alianzas estratégicas con diversas
ONGs de los países, como contrapunto a estos llamados
movimientos de NATs” (sic).

En el caso que comentamos, se puede señalar que lo dicho


por la OIT evidencia cómo la posición abolicionista que ella
sostiene, así como las ONG que se le han sumado, están
situadas en el propio origen de una polarización en el debate
sobre trabajo infantil, en la mayoría de los países de la región.
En efecto, cuando en los 70 surgió el movimiento de NATs, no
adoptó de forma explícita y formal, una posición contraria a 29
Ver Carla Faralli, La filosofía del diritto contemporanea dopo la crisi del po-
la de la OIT. Su discurso original era, y sigue siendo, propo- En G. Zanetti, op. cit. p. XVIII. Faralli afirma que el derecho
sitivismo giuridico.

sitivo, afirmativo y expresaba una firme e histórica convicción contemporáneo ha puesto en crisis al positivismo jurídico “determinando la apertura
de la teoría del derecho, por un lado, a los valores ético-políticos y, por otro, al
fundada en la experiencia de los niños, niñas y adolescentes mundo de los hechos”.
38

15. Los movimientos sociales ante y que va cobrando dimensión supralocal. Del mismo modo el
movimiento venezolano que se encuentra en pleno esfuerzo
el reto internacional de extensión y crecimiento nacional.

Pero no nos engañemos. Todos estos procesos encaran


Algo que no pude obviarse en este estudio es lo referente a la
dificultades innúmeras. Baste señalar el hecho de la rápida
dimensión transnacional que las organizaciones de NATs han
evolución de los propios niños, niñas y adolescentes que dejan
venido construyendo desde mediados de los 90.
de ser tales y deben reformular su relación con el movimiento
que los viera organizarse de pequeños. Si en la historia los
A nivel de América Latina se ha constituido formalmente, en
movimientos indígenas y de mujeres, por ejemplo, se han
el año 2000, en Asunción, con el nombre de MOLACNATs, un
esforzado largamente para alcanzar articulaciones y orienta-
movimiento latinoamericano y caribeño de niños, niñas y ado-
ciones de consenso, podríamos imaginar a los movimientos
lescentes trabajadores. Su declaración de principios expresa
de niños, niñas y adolescentes encarando lo corto de su
el espíritu y los objetivos por los que los NATs de esta parte del
experiencia como infantes. Y es que las diferencias y asime-
mundo coordinan, elaboran planes en común y se relacionan
trías entre las organizaciones de NATs en un mismo país nos
con otros movimientos en diferentes continentes. No se trata
hablan de lo delicado de los procesos cuando estos quieren
de un proceso burocrático sino, muy por el contrario, de un
ser respetuosos del propio andar y de su manera de responder
largo y tan desigual como paciente proceso de construcción
a realidades distintas, social y culturalmente30. No sin razón
que supone no solo afirmarse como organizaciones de NATs
Tarrow ha planteado el interrogante acerca del efecto que la
sino confluir —desde culturas tan dispares pero ricas— en
internacionalización produce a largo plazo sobre los actores
plataformas de trabajo.
nacionales: “¿los fortalece o los debilita?”
Se requiere, por ello, hacer un análisis de los movimientos de
nuestra región. Y lo primero que debe reconocerse es la hetero-
geneidad de procesos, motivaciones, alcances, cobertura, re-
presentatividad, enfoques que se expresan a través de ellos.
Incluso, en cada uno de los países, hay importantes diferen-
cias, desniveles. Sin embargo, una característica de la mayo-
ría de los movimientos de NATs es su vocación nacional. Es 30
Ver Kathryn Sikkink, La dimensión transnacional de los movimientos sociales: “...
preciso señalar como ejemplo paradigmático el MOCHINATs los movimientos sociales transnacionales son la forma de acción colectiva transna-

(Movimiento Chileno de Niños, Niñas y Adolescentes Traba- cional más difícil e inusual. Para hablar de un movimiento social debería haber activis-
tas en por lo menos tres países, vinculados entre sí y con capacidad de emprender una
jadores) que, desde la iniciativa de la Vicaría Social, ha dado movilización conjunta sostenida (...) el movimiento transnacional de mujeres es el que
lugar a un proceso respetuoso del ritmo de los propios NATs más se aproxima a la definición de un movimiento transnacional”.

Todo movimiento social es un tensiómetro


social, un termóme­tro de la sociedad, de
sus contradicciones y de sus fortalezas.
39

Aldo Arozena

La Convención sobre los Derechos del


Niño demanda movilización y exigencia
de cumplimiento.
LECCIONES APRENDIDAS
Andrea Aragón
42

P
resentamos, sobre la base de datos recogidos en No es el caso, desde luego, de la organización existente
encuestas y entrevistas, los aprendizajes obtenidos en Venezuela, la cual surge desde el campo. Igualmen-
a partir de la experiencia de los movimientos de te el movimiento boliviano combina realidades urbanas y
NATs en los últimos cinco años. Se trata de la opi- rurales, así como pone el énfasis en la cuestión gremial
nión recogida de los actuales delegados nacionales como forma organizativa. En el caso peruano, los niños,
y regionales; asimismo, de los colaboradores, educadores y niñas y adolescentes más cercanos al mundo rural y mine-
responsables de ONG. ro no tienen mayor significación en la estructura nacional
del movimiento.

Cuatro primeras lecciones


En este sentido, por lo general, las organizaciones de NATs
no logran constituirse en un referente más amplio a la
variedad de situaciones en que se reconoce a menores de
edad ligados al trabajo. Por ello se considera ambigua esta

1. La heterogeneidad: una realidad heterogeneidad, toda vez que, por un lado, puede constituir
una expresión de la riqueza que ella hace evidente; o, por el

ambigua
contrario, dejar al descubierto los sectores de infancia tra-
bajadora que no están representados en la organización o
que no logran reconocerse en aquellas organizaciones que
En la región hemos de reconocer una amplia tipología en la pretenden tener alcance nacional.
organización de NATs: ya sea por su origen y por su ubicación
en la sociedad en la que emergen, ya sea por las formas con- A esto debemos añadir que, por lo menos en el Perú, el movi-
cretas de verbalizar su discurso; asimismo, por las diferentes miento está conformado también por chicos y chicas que han
etapas por las que dicha organización ha pasado, por cómo tenido una larga experiencia en situación de calle. Ello cons-
ha enfrentado sus retos y dificultades; por el tiempo que ha tituye una riqueza para la organización y al mismo tiempo un
durado; por las crisis que ha tenido; y por su capacidad de ejercicio de comprensión de las características que dichos
salir adelante o por sus retrocesos o fracasos. niños, niñas y adolescentes traen marcadas en su estilo de
vida, en lo valioso de los aprendizajes —no obligatoriamente
Simultáneamente, se puede reconocer que la heterogeneidad constructivos— con los que llegan al movimiento. Así, de los
expresa, complementariamente, una imaginación y creatividad NATs encuestados tenemos niños, niñas y adolescentes en
permanente para encarar los retos. Además, esto permite re- situación de calle. Por tal motivo, sus necesidades, intere-
conocer que los movimientos sociales de NATs —donde ses y condiciones de vida reflejan diferencias que deberán
existen y merecen llamarse tales— no cubren siempre la tenerse en cuenta. Un detalle que revela, por ejemplo, cuán
compleja realidad de vida de los niños, niñas y adolescentes necesario es tener en cuenta esta realidad, lo tenemos en las
que trabajan. Es decir, como en los casos de Chile, Perú, respuestas frente a la pregunta ¿cuál es la visión de futuro
Colombia, la presencia de menores de edad del mundo y qué esperas de ella? Ellos se han mostrado renuentes a
rural e indígena no se encuentra plenamente representada indagar por el futuro y sus respuestas estarían expresando
en la organización de NATs. Esta tiende a mantener una que no lo visualizan de manera positiva. ¿Les faltará acaso
composición urbana aunque tenga extensión supra local. razón? Pareciera que no.

La presencia de niños, niñas y adolescentes del mundo rural e indígena no se


encuentra plenamente representada en la organización de NATs.
43

2. Irrupción de los NATs


derecho a la participación; el ejercicio de cierta representación
del sector, por lo menos la mejor articulada, activa y clara. La
falta de institucionalización de su participación, se suple con la
organizados en escenarios exigencia, la movilización, la presión, la publicidad31.

públicos
Según las experiencias de los movimientos de NATs en la 3. Los movimientos sociales de NATs.
Su deuda con las otras infancias
región, en los últimos años se evidencia que la infancia tra-
bajadora ha irrumpido en la escena política y social, nacional
e internacional, con mayor protagonismo e incidencia, pero
asimismo con mayor dramaticidad, debido al agravamiento El MNNATSOP, desde hace tres años, levanta públicamente un
de situaciones de vida de familias de la que proceden estos discurso centrado en mostrar —en concordancia con el primer
niños, niñas y adolescentes trabajadores. Es suficiente para objetivo de su creación en 1996— que su lucha es por toda
ser concientes de esta realidad, la intervención de movimientos la infancia y sus derechos; y que esa lucha y la organización
como el MNNATSOP frente a la acusación de OIT-IPEC de ser de NATs tienen sentido y significación histórica. Sin embargo,
movimientos peligrosos; o la similar reacción del MOLACNATs; de modo distinto, los demás movimientos de NATs enfrentan
o la declaración de organizaciones sindicales de la Volks Wagen la dificultad de ser un referente real para otros sectores de la
reunidos en México. En Paraguay, Perú y Argentina ha habi- infancia. Consideramos que si los movimientos sociales de
do movilizaciones frente a los intentos de leyes y normativa NATs no logran ganarse un espacio como inspiradores, incenti-
dirigidos a la limpieza de las calles de chicos y chicas que en vadores, animadores y colaboradores solidarios de otras formas
ellas trabajan o sobreviven. Los representantes del gobierno de organización y visibilización de la infancia —como actora
venezolano han tenido una destacada participación —luego en la búsqueda de sus derechos— no habrán logrado incidir
de diálogos muy significativos para recoger la opinión de las significativamente ni en la vida de sus cogeneracionales ni en
organizaciones de NATs— en la Reunión Subregional Andina las complejas realidades del continente.
para aprobar un Plan de Erradicación para el Área. Mientras se
realizaba, los NATs protestaron en las afueras. Los compañeros En este aspecto, merece destacarse el Movimiento de Chicos
venezolanos fueron los encargados de dar lectura a los comuni- del Pueblo de Argentina, que no solo moviliza a una masa
cados de los movimientos de NATs. de niños, niñas y adolescentes, sino que allí, los que son
trabajadores se funden con todas las otras infancias con las
Esta irrupción no tiene como fundamento el número creciente que comparten objetivos amplios. Además, los NATs han con-
de menores trabajando en la región —si bien es un inquietante seguido que la Central de Trabajadores de Argentina sea un
indicador— sino el contenido del discurso que enarbolan hoy promotor medular de esta iniciativa. Los movimientos sociales
los NATs apoyándose en la Convención sobre los Derechos de NATs del resto de la región tienen mucho que aprender de
del Niño y en los códigos nacionales de infancia. No solo se esta experiencia de confluencia en acciones sostenidas y de
trata de ese contenido sino de manifestarlo de forma organi- impacto político. De lo que se trata entonces es de confluir con
zada. Se abre así, un notorio avance en todos los países: el todos los sectores de esa infancia excluida y marginal.

31
Lo más notorio ha sido la participación de las organizaciones de NATs en los acontecimientos de sectores de la población o de luchas como la del agua y la del gas.

Recientemente se ha logrado enfatizar la dimensión interna­cional, incluso mundial,


de los movimientos sociales de NATs.
44

4. Movimientos constituidos que


Estas dos distintas experiencias se suman a los esfuerzos en
Colombia. En el actual contexto del país, se ha visto afectado el
movimiento nacional de NATs, hoy bastante reducido a grupos
luego, incluso, desaparecieron en Bogotá y en algunas otras partes del territorio, dependien-
do de las ONG que los apoyan. Pero no podemos hablar de
En los últimos diez años han tenido lugar dos experiencias un movimiento nacional estable y con mejores indicadores de
de movimientos florecientes que luego desaparecieron o aún autonomía.
sobreviven, pero ya no como reales movimientos autónomos
de NATs. Es el complejo caso del movimiento de NATRAS de Quizá el efecto más grave de estos procesos, interrumpidos
Nicaragua que hasta mediados la década de 1990, constituía o bloqueados, sea la pérdida de memoria de lo avanzado. El
un referente conocido más allá de la región centroamericana. movimiento social que pierde su memoria —o que la mantiene
Ese movimiento contó con una serie de iniciativas, con en- fragmentada y bloqueada por las secuelas de lo que determinó
cuentros nacionales, con un discurso centrado en las reivin- su interrupción— está condenado o bien a desaparecer irre-
dicaciones más sentidas de niños, niñas y adolescentes que mediablemente o a reiniciar un proceso que poco tiene que
emergían con el aliento que dejara la Nicaragua heroica de los ver con lo vivido anteriormente. Este, quizá, sea el caso del
años 70 y parte de los 80. Entre las dificultades surgidas que Movimiento de NATRAS que actualmente conserva el nombre,
dan cuenta de la crisis a la que se vio sometido el movimiento pero su contenido y su estructura poco tienen que ver con la
de NATRAS, está el desencuentro —con frecuencia apasio- experiencia bloqueada. En los casos de Bolivia y de Colombia,
nado— de posiciones, pero, en particular, de personas que afortunadamente, es la propia memoria viva de los procesos
por sus estilos de trabajo se trabaron en rivalidades que han recorridos anteriormente la que ha permitido desbloquear, a
dejado honda huella en la subjetividad de instituciones y de las su vez, los procesos entorpecidos y rearticular un movimiento
relaciones humanas. social de NATs que ha hecho de la crisis vivida un aprendi-
zaje muy valioso. Otros ejemplos pueden apreciarse en el
Hoy existen grupos de NATs en el país, pero difícilmente se de la organización de NATs de El Salvador, de Panamá, de
puede hablar de un movimiento social nacional de NATs. Y es Costa Rica en los que prácticamente fue muy débil y general la
precisamente en centroamérica en la que el programa de la experiencia inicial y, con su desaparición formal también se bo-
OIT-IPEC ha tenido mayor iniciativa y mayor acogida en esferas rró lo poco de memoria sobreviviente. México, por el contrario,
oficiales y en organizaciones de la sociedad civil. mantuvo un proceso que actualmente le permite reencontrarse
con dinámicas del resto de la región de manera muy positiva.
Una segunda experiencia es la del movimiento de NATs en La suya fue en realidad una distancia prolongada por falta de
Bolivia. Cuando en 1995 se celebró el Encuentro Latinoameri- comunicación del movimiento latinoamericano y caribeño. Pero
cano y del Caribe de organizaciones de NATs en Santa Cruz, la la memoria de su participación en 1990 en Buenos Aires ha
organización de NATs era relativamente fuerte. Luego de este podido rebrotar no solo en las organizaciones de NATs de Méxi-
encuentro se produjo un fenómeno ––sin esclarecer hasta la co, sino en la conciencia del MOLACNATs. Consideramos que
fecha–– de repliegue de las instituciones no gubernamentales estos procesos ondulantes de las organizaciones de NATs y
a sus propios proyectos, una desarticulación de los niveles de sus movimientos sociales refieren igualmente a las formas
de coordinación nacional existentes y a pesar de que fueron y a los ciclos de protestas y reivindicaciones que se han ido
muchas las iniciativas llevadas a cabo y mantenidas, no se hizo levantando y, con frecuencia, dejando en suspenso.
patente la idea de conformar un movimiento social de NATs en
esta nación. Sin embargo, en los últimos cinco años, Bolivia ha Recientemente se ha logrado enfatizar la dimensión internacio-
conocido un interesantísimo proceso de reconstrucción del mo- nal, incluso mundial, de los movimientos sociales de NATs. Para
vimiento social de NATs. Al presente, es uno de los movimientos ello ha sido más que favorable la celebración de los encuentros
con más dinamismo, con una articulación intensa a los procesos conocidos como “Mundialito”. El primero de ellos fue celebra-
que el pueblo boliviano vive. Ese movimiento social cuenta do en Lima, en 1997; el segundo tuvo lugar en Dakar ––en un
con una red de educadores-colaboradores a nivel nacional en aparte y aprovechando la invitación preparatoria a Kundapur––;
proceso de consolidación. el tercero fue en Milán, en el 2003, allí se tomó la decisión de
constituirse como movimiento mundial, aspecto que movilizó
45

las energías para consolidar el evento. Es en Berlín, en el tanto presenciales como virtuales, a educadores de Guatemala,
2004, que se realiza el encuentro mundial y se decide con- Costa Rica, Venezuela, Ecuador, Chile, Bolivia, Argentina, Pa-
tinuar, definitivamente, en los próximos años. En todas estas raguay, El Salvador, Colombia, Perú. La Revista Internacional
actividades se ha contado con la participación de NATs prove- NATs sigue saliendo dos veces al año y cubre un espacio de
nientes de los movimientos sociales de Asia, África y América profesionales, académicos, investigadores, e intenta mantener
Latina. Mientras tanto, delegados latinoamericanos tuvieron un horizonte internacional en los artículos que publica.
oportunidad de participar en eventos del continente africano
en ocasión de su encuentro internacional. Igual ha sucedido En el caso peruano, además, se crea el Instituto de Formación
en ocasión del encuentro en Asunción en el que participara un de Adolescentes y Niños Trabajadores (INFANT) que igualmen-
delegado de África. te se especializa en la formación y capacitación a nivel regional,
habiendo asegurado la implementación de cursos-taller en Bra-
Lo importante de todo esto es preguntarnos por el significado de sil, Argentina, Bolivia, Chile, Paraguay y Perú.
estos intercambios en la conciencia internacional de los movi-
mientos sociales de NATs, en cada uno de los países de nuestra Es por ello que las ONG no han sido, solo y en ocasiones,
región. Todo parece indicar que vienen siendo aprovechados para fuente de dificultades al interior de las organizaciones de NATs
darle mayor alcance al horizonte de los movimientos sociales sino que, en un balance justo, su aporte debiera considerar-
de NATs. Hay que señalar que el proceso hasta aquí vivido es se altamente positivo y constructivo. En este sentido, es de
asimilado con algunos matices por cada uno de los movimientos reconocerse la iniciativa del movimiento de NATs de Bolivia,
sociales de NATs en el ámbito continental. que ha celebrado reuniones y hecho alianzas con agencias
internacionales y con ONG nacionales, no solo para un apoyo
Podemos decir que se trata de un movimiento social de NATs económico, sino fundamentalmente como aliados en los gran-
de carácter multifacético y de desarrollo desigual, pero que des objetivos que los movimientos de NATs persiguen.
constituye una base real y sólida para referirnos a él como
un emergente movimiento social de ámbito internacional. Ello
no esconde, sin embargo, su heterogeneidad y desarrollos
diferenciados en cada país y en cada continente, así como su
intermitencia en el tiempo.

En los procesos de conformación de las organizaciones de


NATs, son las ONG las que viene jugando en los últimos 25
años un papel destacado; al punto que sin ellas sería imposible
en muchos casos explicarse la existencia, el desarrollo y forta-
lecimiento de lo que venimos llamando movimientos sociales
de NATs. Muchas de estas ONG han guardado la memoria viva
de los procesos, han sostenido en momentos de crisis a las
organizaciones de NATs y los siguen fielmente acompañando
en las nuevas etapas. Todas ellas así como los mismos movi-
mientos de NATs han demandado formación y capacitación a lo
largo de su desarrollo organizativo.
Flavio Cannalonga
Es así como los movimientos reunidos en 1992, en Antigua,
aprueban dos iniciativas muy significativas. La primera, darle
reconocimiento a la aparición de la Revista Internacional Los NATs asumen que se puede
NATs; y, la segunda, aprobar la constitución del Instituto de transformar el protagonismo en un
Formación de Educadores de Jóvenes, Adolescentes y Niños modo de vida, un proyecto de vida
Trabajadores de América latina y el Caribe (IFEJANT). Ambas
iniciativas siguen adelante. El IFEJANT ha ofrecido sus cursos, personal y colectivo.
46

Lecciones aprendidas en el marco organizacional

En relación con los enfoques institucionales, encontramos tres


temas constantes: la valoración crítica del trabajo de niños, niñas
y adolescentes trabajadores; el protagonismo; y la visión de la
infancia como protagonista y sujeto social de derechos.

En cuanto a los objetivos, la organización de NATs —para las


instituciones de apoyo— ha estado marcada por el desafío de
constituir un movimiento social con capacidad de interlocución
con los otros actores de la sociedad y el Estado, en los ámbitos
nacional e internacional. Dicho desafío debe posibilitar que se
incida en las políticas públicas sobre los NATs y la infancia en
general.

En realidad, no se contemplan etapas, procesos, prioridades


––en las experiencias estudiadas–– en relación con objetivos y
metas de más largo plazo; tampoco se percibe la formación y
capacitación de los integrantes de la organización, las cuales
están pensadas como una inversión estratégica, aunque sí
señalan que deben prepararse para asumir mayores responsa-
bilidades en lugares claves que favorezcan el cumplimiento de
los objetivos institucionales previstos.

Durante el contacto directo con los grupos de NATs, se percibió


que, en todo momento, ellos ven a la organización como un me-
Juan Carlos Ávila dio para alcanzar metas y objetivos educativos o laborales. Así,
refieren que gracias al grupo están en el lugar que están, han
Durante el contacto directo con los podido terminar sus estudios, o estudian y trabajan, o, más aún,
que han aprendido a ser solidarios, a pensar en los demás; en
grupos de NATs, se perci­bió que, en todo otras palabras, que dejaron cierto individualismo y aprendieron
momento, ellos ven a la organización a trabajar en comunidad.
como un medio para alcanzar metas y
En esta perspectiva es que resulta aleccionador el caso de los
objetivos educativos o labo­rales. NATRAS, incluso sabiendo que la memoria histórica del proceso
de organización de niños, niñas y adolescentes trabajadores en
Nicaragua es muy fragmentada, particularizada, no instituciona-
lizada en la perspectiva de movimiento y, asimismo, es escaso
el material escrito haciendo referencia a esa historia. Algunos
directores de ONG tienen recuerdos de los acontecimientos
y en sus documentos señalan las etapas que siguieron a la
47

desestructuración del movimiento original de NATs. Principalmen- En educación, se ha elaborado y aplicado propuestas pe-
te, en el llamado Movimiento NATRAS, un grupo de niños, niñas dagógicas para educación primaria y reforzamiento escolar
y adolescentes de la actualidad, que son conscientes del largo para NATs de todos los niveles escolares. Este es el caso
recorrido que se remonta a los inicios de los años 90, y de alguna de Colombia, Perú y Guatemala. Asimismo, capacitación
manera se reconocen como quienes deben continuarlo y perpe- docente y el manejo de instrumentos y metodología para el
tuarlo. Sin embargo, no logran identificar claramente las similitu- trabajo con NATs en la escuela pública y en la comunidad.
des y diferencias de los principios sostenidos entonces y ahora. Dicha propuesta educativa ha sido aplicada, en los lugares
en los que se encuentran los NATs, bajo la modalidad y es-
trategia de Educadores de Calle.

1. Movimientos sociales de NATs.


La experiencia de muchos niños, niñas y adolescentes
nicaragüenses demuestra que no existe contraposición
irreconciliable entre escuela y trabajo. En un contexto ade-
Identidad y propuestas cuado, pueden ser complementarios en la vida y formación
de un menor, para quien es importante estudiar e inevitable
trabajar. Este trabajo puede ser de diversos tipos, no nece-
sariamente de ocho horas y tarjeta de entrada ––que de por
1.1 Planteamientos en el campo social
sí no es muy común.

En general, se está elaborando una propuesta educativa


Sus propuestas y planteamientos han estado orientados al mejo- integral que incorpore el reconocimiento de los NATs como
ramiento de la calidad de vida integral de los NATs sujetos protagónicos, no solo de los procesos en su entor-
no inmediato, sino en los procesos sociales en los ámbitos
nacional y latinoamericano.
La constitución y reconocimiento de las asociaciones de
NATs a nivel local, regional, nacional y latinoamericano. En cuanto a la salud, se constata la prevención, promo-
Se pudo reconocer, en el caso peruano, por parte de ción y atención como un derecho humano, el desarrollo
algunos municipios, a algunas asociaciones de NATs. Pero de las capacidades de los NATs para una vida saludable,
desde hace años existe un planteamiento un tanto genérico habida cuenta de las grandes dificultades para el acceso
y que no logra concretarse: se trata del deseo de que el al servicio por no contar con sistemas de filiación al siste-
MOLACNATs sea reconocido como miembro de las ma público de seguridad social, y esto es consecuencia,
organizaciones negociadoras en la OIT cuando se trate de salvo la excepción de Venezuela, donde se ha creado un
temas que afectan a los NATs, debido a que, en general, no instituto especializado en la atención en salud para los
reconocen a los sindicatos de adultos como representantes NATs, de trabajar en el sector informal.
idóneos de los intereses de las organizaciones de NATs.
La pregunta es por el valor agregado que dicha admisión La implementación de alternativas de empleo para NATs,
supondría para los movimientos sociales de NATs, agrupados que incluye capacitación en actividades técnico-produc-
en el MOLACNATs y las exigencias de dedicación que ello tivas, desarrollo de actividades productivas y pequeños
supondría como aparato, o si se quiere, las exigencias para negocios, sistemas de créditos, gestión empresarial, no
un secretariado ejecutivo del movimiento. fue siempre una línea de acción de sus organizaciones.
Actualmente movimientos sociales de NATs, como el caso
Los grupos y organizaciones se han aglutinado en torno de peruano, desde hace unos seis años ha empezado a dar
un proyecto más amplio y no solo a la satisfacción de sus impulso a esta área de acción.
necesidades básicas planteando la defensa y promoción
de sus derechos, su reconocimiento social, la lucha por un Esto obligó a cuidar la formación de los educadores o acom-
protagonismo real de la infancia trabajadora en la toma de pañantes en el campo de la gestión de pequeños negocios,
decisiones sobre los temas que les conciernen. en la perspectiva de la economía solidaria.
48

1.2 Planteamientos en el campo cultural participación de los niños, niñas y adolescentes; esto signi-
fica que hay un nuevo proceso que se está construyendo
en el imaginario social y cultural que sale al encuentro de
En los grupos de NATs se entrelazan y conviven diferentes los sentidos comunes que tienden a hacer incompatible
culturas, por ejemplo, los NATs provenientes de las zonas la relación entre infancia y trabajo. Pero nada de esto es
rurales andinas preservan su lengua de origen en el seno espontáneo o evidente, supone una explicitación fáctica y
de sus familias, aunque cuando migran a las ciudades, la una resignificación de lo que están viviendo. Además, en la
lengua materna cede el paso al castellano en la escuela y opinión pública prevalecen representaciones que no solo
en el trabajo. no son coincidentes, sino que incluso son antagónicas a
dicha mentalidad anquilosada.
Fomentar la organización de NATs en todas las regio-
nes del país ha sido uno de los objetivos trazados, así Seguramente los NATs aportarán mucho en términos de
como, conseguir una mejor articulación de las bases de proveer a la sociedad nicaragüense de oportunidades para
la selva, costa y sierra. Los esfuerzos más notorios en repensar la visión de la infancia, ampliando el concepto
los últimos cinco años provienen de Bolivia, Venezuela, de ciudadanía y generando practicas de inclusión que
Chile y en menor medida de Colombia. resignifiquen la democracia como sistema valedero. Así,
por ejemplo, pedirles que dejen de trabajar sin brindar-
La valoración crítica del trabajo infantil como enfoque les alternativas, es pedirles que dejen de comer, para un
cultural y práctica social de los NATs, ha implicado un NATRAS condescender en este aspecto es también aten-
reconocimiento del trabajo como un derecho y un ins- tar contra su vida.
trumento de aprendizaje y desarrollo personal, familiar y
del país, aunque al respecto el estudio no ha dado con Un factor que representa un reto permanente y un aprendi-
evidencias cuantitativas de este aporte en términos eco- zaje necesario y fortalecedor de identidad y de apreciación
nómicos. valorativa de su condición de trabajadores, es el creciente
número de oportunidades que los movimientos sociales
El trabajo dentro de la concepción de los NATs, es parte de NATs han tenido en los últimos cinco años para par-
de su cultura andina, ya que muchos de ellos provienen ticipar en eventos locales, nacionales e internacionales
de comunidades, pueblos y centros poblados donde la en los que se ha debatido y hasta polemizado sobre el
convivencia con la naturaleza y la ‘madre tierra’ ha hecho llamado ‘trabajo infantil’. En general, han constatado la
de ellos conspicuos productores, habiendo empezado esta poca solidez de ciertas objeciones, la falta de matices en
actividad como una socialización recreativa. Pero para los las afirmaciones, la poca tolerancia para aceptar puntos
que viven en la ciudad, su situación de trabajo ha cam- de vista divergentes y contrarios; pero también, que no
biado. Algunos pocos regresan a sus pueblos en épocas todos los miembros de las organizaciones de NATs están
de cultivo, cosecha o en las vacaciones. Lo importante es en condiciones de encarar con seguridad y certeza el
que si bien las condiciones de trabajo en la ciudad son ventilarse en público sobre una cuestión que descubren
muy diferentes, la mentalidad, la ideosincracia, el sentido que no solo es polémica, sino detrás de la cual se juegan
común instalado en las familias, reserva un sentido y sig- intereses de sobrevivencia, de empleo para muchos adul-
nificado muy positivo a la experiencia de trabajar para sus tos, quienes son los que se confrontan con representantes
hijos. Esto es parte más que de un discurso, de experien- de las organizaciones de NATs.
cias concretas.
Si pudiéramos resumir la visión que tiene la niñez trabaja-
Cambiar la visión de la sociedad a la infancia, especial- dora organizada de sí misma, lo haríamos de la siguiente
mente la trabajadora, ha constituido un reto permanente. manera: sujetos interesados en inventar un mundo más
Los NATs al incorporarse como nuevos actores sociales y digno valiéndose de estrategias diversas que van desde la
protagonistas en el desarrollo social, están obligando a la cotidiana supervivencia, pasando por el reconocimiento de
sociedad a repensar su visión de la infancia, el concepto sus experiencias y saberes hasta llegar al reclamo y uso,
de ciudadanía y democratización de la sociedad con la consciente y pleno, de sus derechos humanos.
49

También se ha dado el desarrollo de programas para la una noción de lo que significa. El adulto, en cierta medida,
libre expresión a través del teatro popular. La organización influye en las decisiones de los NATs, lo que de por sí nada
infantil ha utilizado el mismo como un medio para plantear tendría de malo. El tema en cuestión responde a qué tipo
y generar debate sobre el tema del trabajo de menores de influencia y cómo es que se ha situado en el imaginario
de edad, en la misma línea se han desarrollado otras ex- de los NATs. Lo medular es cómo los adultos pueden lograr
presiones culturales como artesanía, pintura, danza, etc. que los niños, niñas y adolescentes se sientan protagonis-
Han logrado darle colorido y música a sus manifestaciones tas de su propia realidad.
públicas en la mayoría de las ciudades al momento de salir
a protestar o a apoyar ciertas reivindicaciones. Se ha podido percibir que el colaborador adulto que otrora
fue en un tiempo NAT posee condiciones favorables para
Sin embargo hay tres aspectos a los que los movimientos motivar a los niños, niñas y adolescentes. Sin embargo,
sociales de NATs deben darle mayor y explícita atención. esto no es a priori ni garantiza de por sí un mejor entendi-
Se trata de la dimensión de género, especialmente la miento del protagonismo que debiera promover.
cuestión femenina en las organizaciones de NATs, que si
bien no son un problema dada la relación que en la calle
y en el trabajo, que sitúan a ambos géneros en contextos 1.3 Planteamientos frente al Estado
similares, sí podría enriquecer sus plataformas de lucha.
La segunda, sobre lo relativo al componente étnico,
pues la inmensa mayoría de NATs proviene del Ande El Estado debe asumir el rol de garante en relación con el
o la amazonia. En países como Guatemala, Ecuador y acceso a la escuela, la atención médica y otros servicios para
Bolivia esto es imprescindible. El caso de Paraguay es los NATs. No se plantea, aún, que el Estado promueva el acceso
emblemático por el valor que la lengua guaraní juega en de los NATs a un trabajo adecuado, no solo por la postura
la consolidación y entendimiento de la organización de oficialmente erradicacionista-abolicionista frente al trabajo de
NATs. Y una tercera, refiere a la combinación de niños, los NATs, sino también por la visión asistencialista y de control
niñas y la presencia activa de adolescentes, muchos de de la infancia reflejada en sus políticas y programas.
los cuales han llegado a esa edad luego de varios años
de participar en la organización de NATs. En otras pala- Los NATs no esperan que el Estado y los organismos interna-
bras, la pregunta refiere a las relaciones internas de los cionales que están detrás, les resuelvan los problemas, sino
movimientos sociales de NATs y la eventual posibilidad que, solamente, se garantice el cumplimiento de los derechos
de ser dirigidos por los de mayor edad. De no atenderse del niño, asumiendo parte de su responsabilidad, así como la
esta cuestión, gran parte del discurso del derecho a sociedad y ellos mismos asumen lo que les corresponde.
trabajar podría ser perfectamente adoptado sin aban-
donar el abolicionismo en relación a los niños y niñas y Se constata en las versiones de los NATs y colaboradores
tolerando solamente el trabajo de adolescentes. las luchas constantes que han tenido que librar para que el
Estado cumpla con sus responsabilidades y genere las condi-
Otro de los aspectos conceptuales en que los movimientos ciones para el ejercicio de sus derechos, además de evitar la
sociales de NATs de la región han logrado marcar una alter- violencia, el maltrato y la discriminación social de los NATs.
nativa teórica —aunque en incipiente elaboración aún— es
lo que se conoce como el paradigma de la promoción del Las políticas públicas del Estado plantean una serie de
protagonismo de la infancia. En esto se confluye con otras programas de atención cuya asignación de recursos es por
organizaciones de jóvenes, y de adultos, aunque son los demás deficiente. Sin embargo, los movimientos sociales de
NATs y los jóvenes los que más han avanzado en levantar NATs tampoco han erigido propuestas globales como políticas
un discurso centrado en dicho paradigma. públicas de mesurable aplicación, más bien se han circuns-
crito en señalar los puntos que requieren mayor y más pronta
No obstante, el concepto mismo del protagonismo está atención como la escuela, la salud y la recreación.
inmerso en los niños, niñas y adolescentes, pero parece
ser que los encuestados no manejan en toda su dimensión
50

2. Movimientos sociales de NATs: 2.1 Acciones de dominio público

acciones y logros En Paraguay, la instalación del debate sobre el tema niños,


niñas y adolescentes trabajadores y espacios de la participa-
ción y el protagonismo de los NATs y de la infancia en general,
Las necesidades y reivindicaciones de los NATs se han ubi- ha sido altamente significativo. Asimismo, la constitución de la
cado más en lo simbólico y cultural que en lo económico, Red de Educadores Populares por el Protagonismo Infantil.
social, personal o familiar; esto marca, de alguna manera, la Entre los años 2000 y 2003, la CONNATs cobró mayor fuerza,
construcción de su identidad social. iniciándose un proceso de mayor exhibición de los NATs, y se
empezó a dirigir la mirada hacia ellos, como actores sociales.
Las demandas por las que luchan las organizaciones de NATs Esto se corrobora en la importancia que la prensa empieza a
han variado de acuerdo al contexto de su realidad inmediata, conceder a la opinión y posturas de la organización frente a los
internacional y a la reflexión de los NATs y colaboradores, temas que se relacionan con la infancia trabajadora y con la
desde la limpieza de un parque hasta las propuestas sobre la infancia pobre en general.
reducción de la deuda externa.
Varias actividades y acciones de mayor duración son llevadas
Se ha dado la participación de los NATs en el diseño, adelante en el ámbito nacional, cobrando una presencia política
ejecución y evaluación de los proyectos para ellos mismos y social que las posiciona a nivel público como promovidas por
(según su clasificación). Su involucramiento en todas las fases un sector colectivo. Así es como se realizan variadas activida-
del proceso, incluso en la conducción del mismo, sería consi- des tales como la Primera Marcha Nacional contra la firma del
derado como autogestión. Convenio 138 y la presencia como interlocutores en audiencias
públicas en el Congreso de la Nación, así como la presencia
En algunos encuestados, en particular los que desempeñan protagónica en la prensa, que puso en debate el tema de los
una función de delegados de sus organizaciones en instan- niños, niñas y adolescentes que trabajan, las condiciones en
cias de otro nivel, se ha percibido un tipo de rechazo a las que lo hacen, sus derechos y las responsabilidades de las
responsabilidades y a las acciones sobre las que tienen un diferentes instancias de la estructura del Estado, logrando que
papel, que finalmente, entre el tiempo que ello les requiere la CONNATs empiece a ser considerada como un actor social.
como dedicación y las limitaciones de todo tipo que deben
enfrentar, terminan descuidando ciertos aspectos que, de En el Perú han tenido lugar diversas manifestaciones que con-
no ser atendidos, podrían tener un impacto muy negativo taron con la participación de NATs, como marchas, pasacalles,
en el desarrollo de los movimientos sociales. Se estima, campañas de recolección de firmas, conferencias de prensa,
entonces, que volcarse con tanta concentración personal y participación de eventos regionales y nacionales, entre otras.
grupal en las actividades habituales de estos grupos, los Estas acciones han permitido que los NATs se hagan visibles,
lleva a descuidar lo que podría considerarse el rol más tanto por autoridades, población en general y por sus propios
amplio y de mayor relevancia social, política y cultural que compañeros. Por otro lado se han abierto puertas permitiendo su
la organización de NATs está llamada a jugar. Nos estamos participación en la COMUDENA (Comité Municipal por los Dere-
refiriendo a que, muchas veces, los NATs centran su interés chos del Niño y del Adolescente), en CODEME (Coordinadora de
en actividades muy puntuales y sesgadas que responden Municipios Escolares), en los Concejos Regionales por la Infan-
más a la cohesión como grupo que a una real incidencia cia, en el Congreso Mundial sobre Infancia y Adolescencia, en el
sobre el terreno político, que es finalmente el que puede Fórum Mundial Social, participación en redes, consorcios, mesas
otorgarles el espacio que desean ocupar en la sociedad. de lucha contra la pobreza, etc. Se han realizado convenios con
los municipios para generar puestos de trabajo en condiciones
adecuadas; participación en audiencias públicas regionales;
incluso actualmente participan como miembros de los Consejos
Regionales por la Infancia de Piura, por ejemplo.
51

Flavio Cannalonga

Los NATs tienen condiciones de participar y aportar con ideas propias. Más aún, poseen una
enorme capacidad de repre­sentar fielmente a sus bases y a los posicionamientos que son
asumidos orgánicamente.
52

Otro punto al que nos referiremos es el de la participación En el plano legal han habido avances. El Estado de Nica-
de los delegados del MOLACNATs en el evento internacional ragua ha ratificado los convenios internacionales en mate-
organizado por el Parlamento Latinoamericano para presentar ria de los derechos de la niñez y en materia de derechos
la propuesta y posición respecto del trabajo de los NATs. laborales de la población infantil. La Convención sobre los
Derechos del Niño reconoce la protección de la niñez con-
Según refieren, han pasado de un trabajo más externo, de tra la explotación del trabajo. Importantes protagonistas del
presencia y logro de un reconocimiento, hacia una estrate- debate sobre el trabajo infantil consideran positiva la ratifi-
gia de trabajo más interno, es decir, el trabajo ahora estaría cación por parte del Estado al Convenio 182 de la OIT que
siendo fortalecido hacia dentro de la organización y no tanto trata de la eliminación inmediata de las peores formas de
hacia fuera. Por otro lado han sufrido un debilitamiento de trabajo infantil. En el ámbito nacional nicaragüense, el Códi-
la organización, principalmente en cuanto a disminución de go de la Niñez es el instrumento jurídico que trata sobre los
sus integrantes y mayores exigencias en la capacidad propo- deberes y derechos de la población infantil, sin embargo la
sitiva en el contexto actual del entorno, en pos de lo que el implementación del mismo es débil, producto de la falta de
MOLACNATs pretende lograr. voluntad política y el raquítico presupuesto financiero.

2.3 Acciones con otras organizaciones populares


2.2 Acciones en relación a la legislación
Se realizaron alianzas con la Coordinadora Nacional de Mu-
Se han hecho observaciones a los Convenios 182 y 138 de jeres Rurales e Indígenas (CONAMURI) que se unieron a los
la OIT, cuestionamientos y reservas que fueron alcanzadas a NATs en la Segunda Marcha Nacional, incorporando al reclamo
congresistas y ministros de Trabajo, de la Mujer, de la Infancia, que ellas hacían respecto de su derecho a la salud, el tema de
Educación. Las observaciones a la ley de la mendicidad y la los agrotóxicos y la muerte de niños y niñas y la enfermedad
permanente vigilancia al Plan de erradicación del Trabajo Infan- de varios por la exposición a estos químicos que se utilizan
til que pretende implantar la OIT en la sub-región andina. En la en las plantaciones de los grandes terratenientes y empresas
región, solo México no ha firmado los convenios aludidos. multinacionales.

Los delegados, en el caso peruano, han expuesto sus pun- Este posicionamiento fue tomado y expuesto públicamente en
tos de vista sobre la ley de protección de la mendicidad en una sesión de la Cámara de Diputados en el momento de la
reunión con el presidente del Congreso de la República, discusión para la ratificación del Convenio 138, donde por una
propulsor de la ley en contra de la mendicidad en el Perú diferencia de cuatro o cinco votos, el mismo no volvió a comisión
y con los representantes del Ministerio de la Mujer y de para ser rediscutido, teniendo en cuenta las argumentaciones
Desarrollo (MIMDES). Gestiones similares se han hecho en de los NATs.
Paraguay, recientemente, ante la ministra de Justicia.
La presencia de los NATs como sector organizado y con un
Se ha logrado evitar la modificación del Código del niño y el discurso y posiciones claras, con acciones continuas, (por lo
adolescente, que tenía el propósito de cancelar el artículo menos dos veces al año tienen fuerte presencia pública) hace
que refiere al derecho a trabajar de los adolescentes. El que estos sean electos como representantes de la infancia en
MNNATSOP no participó en la elaboración de los paráme- espacios claves como los Consejos Departamentales de la
tros de la ley de la mendicidad. Infancia y en Consejos Municipales.

El posicionamiento de la CONNATs contra la ratificación del En el Perú se realizaron campañas contra la deuda externa,
Convenio 138 de la OIT instaló el debate en los medios y por la conservación del medio ambiente, movilizaciones contra
movimientos sociales, aunque luego fuera aprobado por el la guerra en Irak, pronunciamientos contra el ALCA (Área de
gobierno paraguayo, sin embargo se dio a conocer la voz Libre Comercio de las Américas), participación en la elabora-
discrepante de las organizaciones de NATs. ción de planes regionales y locales.
53

2.4 Logros sus compañeros dispuestos a venir a vivir a la sede del


movimiento. Allí trabajarían para el movimiento medio tiem-
po, pagado en conformidad al salario mínimo. Así podrían
Sensibilización de la comunidad sobre el respeto a los dere- ir a la escuela, los que aún lo requieran, o prepararse para
chos del niño, niña y adolescente. estudios superiores o en capacitación laboral, los que ya
hayan concluido la educación básica regular. Esto permite
Conocimiento de la propuesta pedagógica como una de las que el movimiento esté en manos de los propios NATs.
alternativas al problema de la educación. Hasta la fecha, el colaborador que acompaña a los NATs, a
nivel nacional, no es un asalariado del movimiento.
Mayor reconocimiento de la organización de NATs.

Involucramiento de los NATs en plantear propuestas. 3.2 Asumir responsabilidades exige cultivar capacidades
Reconocimiento de la sociedad de las organizaciones de
NATs. Los delegados no han tenido suficiente habilidad para asumir
las tareas que demanda la responsabilidad. Por ejemplo no
Empleo en condiciones más favorables para los NATs. sabían atender la correspondencia, elaborar documentos,
comunicarse vía internet. Hoy se encuentran más prepara-
Credibilidad hacia las organizaciones e instituciones que trabajan dos, pero requieren siempre de mayor capacitación.
con NATs.

Entre los principales logros de la organización NATRAS, reco- 3.3 Combinar estudio y trabajo es un reto difícil
nocemos los siguientes: mayor conocimiento de los derechos
de la niñez; gestación de la coordinación de diversos proyectos
a nivel nacional; generación de niveles básicos de participación También es verdad que los NATs no tienen tiempo, pero valoran
de los NATs; promoción de espacios comunes y diferentes para más que otro niño todo lo que hacen. Son más disciplinados.
el intercambio de experiencias a nivel nacional e internacional; La supervivencia deja poco espacio y tiempo para otras cosas
y la sistematización de su propia experiencia. que no son las indispensables. En general, los NATs no son los
peores alumnos en sus escuelas, incluso, algunos destacan.
Sin embargo están en la media del rendimiento nacional.

3. Movimientos sociales de NATs. 3.4 Sin claridad se confunde el camino


Debilidades y carencias
Entre las principales dificultades de la organización NATRAS
podemos mencionar: falta de claridad conceptual sobre la
3.1 Un tiempo que se hace cada vez más corto esencia del movimiento que se quiere construir; sus políticas
y sobre una propuesta de integración de la niñez trabajado-
Los delegados señalan que el ritmo de trabajo que deman- ra de la Costa Atlántica y de la niñez rural. Asimismo, amplio
da su responsabilidad es agotador y tienen que esforzarse desconocimiento de las actividades de la organización por los
para cumplir sus tareas. El tiempo es una limitante porque NATs; falta de claridad del papel de los educadores; ausencia
deben ir a trabajar, a la escuela y además asumir responsa- de coordinación entre proyectos; y casi inexistente trabajo con
bilidades familiares. Puede ser iluminadora la experiencia las familias de los NATs.
que desde hace cuatro años se realiza en el MNNATSOP.
En efecto, los delegados nacionales eligen entre estos a
54

3.5 Estar desinformados es una debilidad 3.7 La relación con las ONG y la autonomía de los
movimientos de NATs
El ejercicio del derecho a la información todavía no se cumple;
ni por parte de la sociedad ni por parte del Estado; tampoco Desde un inicio, en Nicaragua el proceso de organización
por las mismas organizaciones de NATs. El tener acceso a de la niñez trabajadora estuvo delimitado en el perímetro
la información contribuiría a generar conciencia, educación espacio-temporal de las ONG. En vez de ser un movi-
y apoyo para el logro de los objetivos institucionales. Para miento alentado por las ONG, pasó a ser una estructura
ello, se requiere hacer de la Internet una herramienta que dirigida por ellas y dependiente de ellas mismas. De ahí
permita superar estas debilidades. Actualmente no existe, en que en la actualidad, más que un movimiento lo que existe
Nicaragua —fomentado desde las mismas organizaciones de es una convergencia de proyectos que desarrollan progra-
NATs— un programa de formación y capacitación para edu- mas de animación educativa y cultural para niños, niñas y
cadores y líderes infantiles y adolescentes, como sí los hay adolescentes trabajadores y dan lugar a una organización
en Perú: el IFEJANT y en INFANT son verdaderas escuelas federada llamada NATRAS, orientada al desarrollo de
de pensamiento social. una agenda reivindicadora de los derechos humanos de
la infancia. Este factor puede representar un obstáculo
mayor en el interés estratégico de los NATs de desarrollar
3.6 Los colaboradores no siempre están más claros que un movimiento autónomo de niños, niñas y adolecentes
los NATs trabajadores.

Los NATs hacen manifiestas las dificultades en el acompa- 3.8 La cogestión. Un aprendizaje lento que exige vigilancia
ñamiento de los colaboradores; sobre todo, en el interior del
país. Ello, debido a que faltan adultos preparados y com-
prometidos con este proceso. Sin embargo, aun cuando Difícilmente se puede considerar que en la actualidad los
no se ha logrado mayor información sobre las dificultades NATs nicaragüenses estén en condiciones de establecer
encontradas con los educadores, se sabe que estas son, relaciones de horizontalidad con sus acompañantes adultos.
en un alto porcentaje, la causa de dificultades internas, La mayoría de los proyectos están lejos de arribar a modelos
de eventuales como sutiles formas de manipulación y de de gestión mutua y menos aún de gestión, desde organiza-
conflictos al interior de la organización. Similar obser- ciones de NATs autónomas.
vación vale para las ONG que apoyan. En estas, no son
infrecuentes las relaciones marcadas por la dependencia,
por la sumisión de los NATs o por el liderazgo o la facilita- 3.9 La comunicación. Componente en la construcción
ción económica que aquellas brindan; asimismo, por cierta
conciencia de ’agradecimiento’ que genera lealtades en los del movimiento
NATs y que no favorece ni a la autonomía ni al ejercicio de
protagonismo.
Se han constatado debilidades de comunicación. Los me-
Así, en Nicaragua, por ejemplo, se asume que detrás de un canismos de comunicación e interlocución entre los grupos
proyecto de NATs existe un comité de adultos tomando las y las organizaciones no han sido los más convenientes.
decisiones fundamentales para los niños, niñas y adolescen- Hace falta, por lo tanto, establecer estrategias comunica-
tes y en nombre de ellos. Decisiones menores y cotidianas sí cionales más eficientes; particularmente, cuando se trata de
son consultadas con regularidad y sin problemas. movimientos que han adquirido una extensión nacional.
55

Jorge Clavijo

La escucha, el diálogo y la comunicación. Una condición para avanzar en protagonismo.

sometidas a los vaivenes de la obtención de recursos, lo cual


3.10 Financiamiento y autofinanciación en los tiene incidencia real en la vida de las organizaciones.
movimientos de NATs
Una segunda acotación refiere a las dificultades legales relativas
a la transitoriedad de miembros de las organizaciones de NATs,
Aunque no es una razón suficiente, la cuestión relativa a los recursos lo cual no hace fácil y a veces hasta no confiable la entrega de
económicos sí representa un factor de limitaciones. En los últimos recursos económicos directamente a estas organizaciones. A esto
cinco años, la cooperación internacional ha sido sensibilizada por el hay que añadir la impericia demostrada por las organizaciones de
discurso propio de la OIT-IPEC. Ciertamente, no faltan excepciones NATs, tanto a nivel nacional como del MOLACNATs, para la ges-
honrosas. Al respecto, dos observaciones son necesarias. tión de proyectos de financiamiento. De no ser por la solidaridad
sostenida de agencias y coaliciones a favor de los movimientos
Una primera refiere a la mediación ejercida por las ONG en el sociales de NATs en el ámbito internacional, estos sobrevivirían
desarrollo de las organizaciones de NATs. Al respecto, soste- apenas a niveles más locales, pero difícilmente a nivel supralocal,
nemos que estas han apoyado en las buenas y en las malas nacional o internacional. Creemos que ni el MOLACNATs ni la
a las organizaciones de NATs. No obstante, las mismas ONG, mayoría de movimientos nacionales tienen definida una política
al margen de su identificación con los NATs, están igualmente de funds collecting; en marketing, están en foja cero.
PROYECCIONES 2005 – 2007
Flavio Cannalonga
58

1. Movimientos sociales de NATs.


adquieran una mayor conciencia del rol que los colabo-
radores deben cumplir, el cual debe estar marcado por el
respeto, el aprecio, la amistad, sin renunciar a una valora-
Proyecciones 2005- 2007 ción crítica de su función.

De las lecciones aprendidas a partir de la experiencia y de la A. Una relación un tanto ambigua entre NAT y adulto
información recavada, emanan una serie de perspectivas de
futuro a tenerse en cuenta para el próximo lustro. En general se constata entre los entrevistados, una con-
fluencia de actitudes y sentimientos un tanto paradójicos.
Se percibe, por un lado, que un buen porcentaje de NATs
1.1 Visión sobre los NATs ve en el adulto un cierto modelo o guía a seguir. Si bien hay
un respeto formal por parte de este hacia el NAT, se pudo
percibir que, de hecho, existía una cierta preeminencia del
En cuanto a la visión de los NATs —como sujetos sociales, adulto frente al NAT, lo que nos llevaría a señalar una sutil
constructores de su historia, y partícipes de los procesos de inclinación hacia idealizar al adulto y el mundo adulto. En
transformación social junto a otros movimientos— vemos esto radicaría la ambigüedad que subyace a la relación.
necesario generar cambios importantes en el imaginario social, De ser así y de acentuarse esta percepción, se corre el
porque la discriminación y el estigma vigente predominan, en la riesgo de que los NATs no desarrollen a cabalidad una
práctica y en la valoracion del trabajo infantil, sin embargo, estos personalidad y un comportamiento que se inscriban en
cambios se deben dar desde una mirada crítica a la forma como el protagonismo. El idealizar al adulto y el mundo adulto
se descubren las potencialidades y capacidades de los NATs. con frecuencia deviene en cierto grado de verticalidad y
en el fomento de un clima de ocultamiento, de silencios y
Tanto el MNNATSOP como el MOLACNATs cuentan con una hasta de temor, como se pudo observar en el contexto del
Declaración de Principios en la que se refleja claramente su estudio en el caso de las entrevistas directas.
visión de la infancia trabajadora. Es auspiciable que todas las
organizaciones elaboren sus propias declaraciones de principios
como resultante de una movilización de la reflexión colectiva de
B. La necesidad de superar esta ambigüedad
todos los NATs que conformen dichas organizaciones. Pero esto
Es por ello que parece importante buscar otras estrate-
no basta, se requiere que en la formación de cada nuevo NAT
gias, a través de las cuales los adultos sigan interactuando
se conozca, se comprenda y se tenga como referente evaluativo
con los NATs pero buscando herramientas que puedan
dicha declaración de principios, siempre mejorable y revisable en
expresar y fortalecer el ejercicio de su protagonismo; y
el curso de vida de un movimiento social de NATs.
tratando, en todo momento, que ellos sean los gestores
de las iniciativas e intereses, a través del grupo, sobre
las necesidades sentidas. Sin desmerecer que hasta el
momento parezca que se están propiciando dichos espa-
1.2 Relación entre niños y adultos cios, aún existe la necesidad de reforzarlos.

Hay necesidad de construir nuevas formas de relación, que C. La escucha, el diálogo y la comunicación.
impliquen desaprender muchas prácticas adultas (paterna- Una condición para avanzar en protagonismo
lismo, autoritarismo, proteccionismo, etc.) y propiciar un
clima de confianza y apoyo conjunto con los NATs, donde Por otro lado, parece importante destacar que los adul-
—desde una relación horizontal— se planteen acciones tos tienen una buena comunicación con los NATs. Ese
conjuntas con objetivos comunes. Asimismo, es necesario potencial se debiera explotar al máximo para lograr los
lograr que la relación entre cada NAT y sus colaboradores, objetivos y metas comunes de los grupos; y, en particu-
sea de cogestión, apoyo mutuo y solidaridad. Igualmente, lar, para que tanto los NATs como los adultos aprendan
se debe apuntar al logro de que los movimientos sociales a ser protagonistas.
59

1.3 Logros alcanzados e impacto en la realidad de los de escuelas de NATs como Perú, Colombia y Guatemala, o
NATs experiencias de reforzamiento escolar, el reto es hacer que
estas experiencias tengan incidencia pedagógica en el ám-
bito de la educación pública. Eso se va logrando en el caso
Existe una posibilidad de cambios, tanto individuales como grupa- peruano.
les, en los niños, niñas y adolescentes con prácticas democráticas;
del mismo modo es posible que cada vez una mayor cantidad de Asimismo, se debe propiciar una visión crítica de la proble-
niños, niñas y adolescentes se organice y adhiera al proceso. mática social, la cual, generalmente, no se aprende en el
colegio, sino desde una organización y desde la vida misma.

Igualmente es necesario aprovechar cierta apertura de la


1.4 Niveles de participación infantil en espacios públicos prensa para recoger las opiniones de los NATs. En general,
y privados se han vivido experiencias muy positivas en Paraguay, en
Perú y Bolivia. Los comunicadores deben ser una prioridad
entre los aliados de los movimientos sociales de NATs; inclu-
Los NATs están en condiciones de participar y aportar con ideas so, antes que los mismos dirigentes sindicales. Así ha sido en
propias. Más aun, poseen una enorme capacidad de represen- los casos peruano, chileno y venezolano.
tar fielmente a sus bases y a los posicionamientos que son
asumidos orgánicamente. Si bien en el estudio no aparecen con nitidez las referencias
a las universidades, NATs —miembros de movimientos como
Los NATs reconocen la organización como un actor social y con el boliviano, el paraguayo, el venezolano, el colombiano,
capacidad de aportes de los delegados; por ejemplo, en las con- el peruano— han compartido la experiencia de la Maestría
sultas para la elaboración de los Planes de Infancia Nacional. Sin en Infancia en San Marcos. Esta constituye una novedad
embargo, esto se gana si los movimientos sociales no renuncian trascendental de los últimos cinco años; y —para los movi-
a exigirse calidad y excelencia en lo que planteen a todo nivel. mientos sociales de NATs— está llamada a constituir un brazo
estratégico desde la academia a los esfuerzos que los propios
Los NATs, a través de las organizaciones, pueden aportar res- NATs y sus educadores hacen llenos de buena voluntad, algo
puestas a sus problemas. Los NATs asumen que se puede de conocimiento y mucho de convicción y mística. Sin embar-
transformar el protagonismo en un modo de vida, un proyecto go, dicha maestría exige contar con un número suficiente de
de vida personal y colectivo. profesionales altamente calificados para abordar el tema de
la infancia y, en particular, la de los sectores más excluidos o
más significativos; en especial, la de los NATs. Junto con los
1.5 Incidencia en las políticas para la infancia trabajadora comunicadores, los magísteres en infancia deben ser parte
de las prioridades de los movimientos sociales de NATs en el
Es posible incidir y generar cambios, o al menos instalar el período próximo inmediato.
debate con mucha más fuerza, si son los mismos NATs quie-
nes generan propuestas.
1.6 Proyecciones
Mientras los movimientos sociales de NATs no logren que
sus propuestas sean asumidas por otros sectores populares
organizados, tendrán mayores dificultades en alcanzar sus Construir alianzas estratégicas con otras organizaciones
metas. Los cambios legislativos, en su caso, sirven de marco del sector popular, para erigir un proyecto de sociedad
global y solo quedan en papeles si no se hacen efectivos en distinta con miras hacia la constitución de otro mundo
la realidad. posible. Aquí cobra importancia la presencia de los mo-
vimientos sociales de NATs en los Foros Sociales, tanto
El gran reto es cómo hacer llegar esto también al ámbito edu- el Mundial como los foros temáticos. Se va ganando un
cativo, a la escuela. En países en los que hay experiencias espacio lentamente al respecto, ello exige que estas
60

iniciativas formen parte de los planes estratégicos del organizamos? ¿Qué beneficios vamos a obtener? ¿Por
MOLACNATs y de los movimientos nacionales de NATs. qué no se respetan nuestros derechos? ¿Por qué nos
excluyen? ¿Qué mecanismos utilizar para mantener la
Surge la necesidad de consolidar el esfuerzo ya iniciado organización? Todas estas y otras cuestiones no son solo
con otras organizaciones en relación a los derechos de la válidas para los movimientos sociales de NATs sino para
infancia, la de realizar sinergias para tener más peso en nuestras sociedades en su conjunto. Los movimientos
las propuestas, contando, a su vez, con un movimiento de sociales de NATs encaran los retos que son los del con-
NATs consolidado. junto de nuestros pueblos y se preguntan por su aporte a
dicha tarea. Allí está su fuerza ética y política.
Participar en espacios nacionales e internacionales donde
se toman decisiones como en instancias de las Naciones En mal llamado ‘trabajo Infantil’, la lucha contra la explo-
Unidas, parlamentos regionales, etc. y en el FSM. tación, y generación de propuestas alternativas de trabajo
en condiciones dignas sigue siendo hoy, con tanta fuerza
La inversión en la formación y capacitación de NATs y como ayer, un espacio que los movimientos sociales no
colaboradores con perspectiva de desarrollo y que permi- pueden descuidar. En la región todo parece jugar en
ta una gestión organizativa eficiente y eficaz en función contra de la corriente que los movimientos sociales de
de los objetivos estratégicos. NATs representan. No basta contar con lo complejo de la
realidad que podrá darles en la cara a cuanta iniciativa
Ser persistente en relación a la investigación, el análisis, de abolición surja. Es necesario encarar el fenómeno de
la teorización y la sistematización de las experiencias. forma propositiva. Este es un reto de primera importancia
Desarrollar líneas de investigación que respondan a las para los movimientos sociales de NATs.
siguientes preguntas:
En incidencia en políticas públicas, trabajar propuestas
¿Cuál es el modelo de delegado que deben construir con y para los NATs.
las organizaciones para garantizar la vida orgánica, que
asegure el cumplimiento de los objetivos educativos, eco- Calidad de la educación pública, y democratización de la
nómicos, políticos, éticos de las organizaciones? misma, en términos del ejercicio del protagonismo y acto-
ría social de los mismos.
Ante el desafío de las alianzas, ¿cuál es el rol que les toca
a las organizaciones de NATs en la elaboración y ejecu- Sobre protagonismo, constituirse en interlocutores, para
ción de un proyecto de sociedad? las denuncias, propuestas y alternativas para incidir en las
políticas públicas.
¿Cuál debe ser el protagonismo de los NATs frente al pro-
Alianza con otros movimientos sociales: en unidad de
tagonismo de los adultos?
acción en temas que les involucra como ciudadanos:
ALCA, Deuda Externa, etc.
¿Los niños, niñas y adolescentes organizados frente a los
niños, niñas y adolescentes de los proyectos, dependen-
Profundizar en el intercambio de experiencias y saberes.
cia o promoción?
Seguir en un proceso de formación, capacitación, reflexión
¿La organización de los niños, niñas y adolescentes vs.
y estudios permanente y especializado.
las ONG?
Comprometerse con los NATs desde una posición política.
¿Qué hacer para tener impacto en la sociedad? ¿Cómo
prevenir que la cultura de la corrupción, que en nuestros Promover la imagen de capacidad de autogestión.
países está aumentando, no se haga cuerpo en las nue-
vas generaciones? ¿Cómo contribuir al cambio de nuestra Diseño y aplicación de políticas para infancia y allí com-
sociedad por una más justa y equitativa? ¿Para qué nos batir los estigmas y visión negativa de los niños, niñas y
61

adolescentes que, por ejemplo, en el caso de Paraguay Se abren espacios de construcción conjunta con otros movi-
existe una política de criminalización por parte de los mientos sociales, esto trae la exigencia de informar y mostrar
gobiernos contra la infancia trabajadora, el impedir que los avances y los resultados verificables de los logros, para
trabajen es como pedirles que dejen de comer y atentar así mantener y ganar la confianza de otros actores, condición
contra sus vidas. para verificar el aporte histórico que los movimientos socia-
les de NATs están llamados a dar en medio de un mundo de
Relaciones más fluidas entre organizaciones de NATs globalización excluyente.
con organizaciones como las campesinas, mujeres, y
también con los sindicatos, ONG, universidades, etc.

Los movimientos sociales de NATs encaran los retos que son los del conjunto de nuestros
pueblos y se preguntan por su aporte a dicha tarea. Allí está su fuerza ética y política.

Adrián Portugal
62
REFLEXIÓN GENERAL
Consideramos que no constituye un abuso ni del lenguaje ni de lo conceptual el referirnos a las experiencias
de organización, movilización y a los discursos de los NATs organizados, el considerarlos como formas
específicas de movimientos sociales, habida cuenta de que los teóricos discutan al respecto, incluso en torno a
la misma categoría ‘movimiento social’ y sus variables y variaciones en el transcurso del tiempo. Lo importante
es considerar si dicha categoría permite una mejor comprensión del alcance social, político, simbólico de los
actuales movimientos y organizaciones de NATs en nuestra región y a un nivel más amplio.

Asimismo, es pertinente señalar que no basta autoafirmarse como movimientos sociales. Además se requiere
preguntarse por cómo van siendo percibidos los movimientos de NATs por las otras fuerzas organizadas en
cada país y por el conjunto de fuerzas progresistas, democratizadoras y con vocación de cambio, como las
experiencias del Foro Social Mundial, las Conferencias Mundiales sobre la Mujer, sobre Medio Ambiente, etc.

Finalmente, de la fuerza real que vayan teniendo los movimientos, dependerá en gran parte que estos susciten
el interés de la academia y por tanto hagan surgir posibilidades de medir su contribución al desarrollo de la
ciencia social, más allá de las reivindicaciones que pudieran ver satisfechas gracias a sus propias luchas
y propuestas. Sigue, entonces, vigente la respuesta fundamentada a la pregunta: ¿Qué valor agregado
colocan los movimientos de NATs al esfuerzo de conjunto de las sociedades por el logro de sus más humanas
aspiraciones?
64

NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES


TRABAJADORES ORGANIZADOS EN NICARAGUA
UN ESTUDIO DE CASO
Msc. Donald Méndez Quintana
65
66
ÍNDICE
68 Introducción
GENERAL
70 I
Precisiones conceptuales y metodológicas

74 II
Contexto en el que viven los niños, niñas y
adolescentes trabajadores de Nicaragua

80 III
A qué se dedican los niños, niñas y
adolescentes trabajadores.
Cómo perciben su propia condición

86 IV
Organización de los niños, niñas y
adolescentes trabajadores de Nicaragua.
Génesis y trayectoria

94 V
El debate nacional sobre la erradicación del
trabajo infantil

100 VI
Lecciones aprendidas

106 Bibliografía

108 Anexo
Introducción
Los propósitos de este trabajo se articulan en tres niveles: el primero hace referencia a un proceso de identificación
de los movimientos de niños, niñas y adolescentes trabajadores; el segundo profundiza la caracterización de estos
en sus dimensiones organizativa, política e ideológica, lo cual da pie a una retrospectiva del funcionamiento del
movimiento; y el tercero, derivado de los anteriores, abarca las lecciones aprendidas a través de una valoración
crítica de las estrategias ensayadas. Sin embargo, aun cuando el estudio abarca a América Latina como realidad,
con historia y problemáticas similares a todos sus pueblos, se reconoce la heterogeneidad del continente en
muchos aspectos respecto de la situación del trabajo infantil.

En el presente trabajo sostenemos la tesis de que actualmente, en Nicaragua, no existe un movimiento autónomo
de niños, niñas y adolescentes trabajadores. Las expresiones de participación organizada se canalizan a
través de proyectos, principalmente en el ámbito educativo. A partir del desarrollo de los proyectos, un grupo
de organismos no gubernamentales han propiciado un espacio de convergencia autonombrado Movimiento de
Niños, Niñas y Adolescentes Trabajadores (NATRAS).

Nuestro estudio se orienta al conocimiento y explicación de los factores condicionantes por los cuales no se
ha podido desarrollar un movimiento autónomo. Asimismo, explica las correlaciones de fuerzas de los distintos
actores involucrados, identifica los factores que desarticularon el embrión del movimiento de niños trabajadores
que emergiera en la década de 1990, distingue el medio institucional como favorecedor u obstaculizador del
proceso de la organización de NATs (niños, niñas y adolescentes trabajadores), reconoce las iniciativas de los
niños y valora la incidencia de la experiencia de otros movimientos en América Latina, así como la influencia
ejercida desde algunos organismos internacionales. Este trayecto nos conduce a la necesidad de conocer las
relaciones de poder que subyacen al tema de la erradicación del trabajo infantil en Nicaragua.

Finalmente, debe enfatizarse que los pocos documentos existentes sobre los NATRAS refieren a sistematizaciones
parciales encargadas desde las organizaciones que desarrollan proyectos en beneficio de los niños, niñas y
adolescentes trabajadores. Así, en América Latina aún no ha sido escrita la historia del movimiento de niños,
niñas y adolescentes trabajadores organizados y, mucho menos, una historia contada desde la perspectiva de
los mismos NATs.

En consecuencia, resulta insuficiente plantear el objetivo inicial del presente estudio, el cual contempla, en sus
términos de referencia, considerar la experiencia de los últimos cinco años en la vida de las organizaciones
de niños, niñas y adolescentes trabajadores. Para los investigadores se ha hecho evidente la necesidad de
remontarse a la génesis de estas experiencias —en el caso de Nicaragua unos 15 años— para comprender el
presente de las organizaciones mencionadas.

Quizá este esfuerzo, animado y orientado por el maestro y amigo Alejandro Cussiánovich, logre abonar el camino
que, en un futuro próximo, permita que los niños, niñas y adolescentes trabajadores de Nicaragua elaboren su
propia interpretación desde una mirada no adulta y, a partir de categorías de análisis validadas en la experiencia
de los movimientos de NATs en el mundo, corresponda a los científicos sociales un acompañamiento que renuncie
a cualquier protagonismo.
PRECISIONES CONCEPTUALES Y
METODOLÓGICAS
Silvia Mahon
72

A. ELEMENTOS CONCEPTUALES A. El criterio de continuidad- discontinuidad. “El movi-


miento social (MS) es un proceso dinámico y no un hecho
aislado. No es un dato, es un proceso continuo, discon-
tinuo, histórico y transformable en permanente búsqueda
de autonomía e identidad”. (Mc Carthy y Zald, en Alejandro
Niñez, infancia y trabajo. El sentido de pertenencia en Cussiánovich 2004: 16).
el NAT
B. El criterio del cambio. Un movimiento social supone
una propuesta de cambio, la definición de una situación y
El trabajo infantil es una realidad de origen estructural y res- la alternativa para cambiar dicha situación. En tal sentido,
ponde a dimensiones históricas en lo económico, social y un movimiento como el referido es producto y productor de
cultural. Esta premisa permite que nos preguntemos si existen modelos sociales y supone un conflicto en tanto contradic-
factores que determinen si el trabajo infantil incidirá negativa o ción: son o pueden ser movimientos sociales porque mues-
positivamente en el desarrollo físico, psíquico, afectivo, moral tran dónde están las contradicciones o conflictos sociales
y social de los niños, o en su proceso de socialización. fundamentales y se convierten en agentes movilizadores
para la superación de dichas contradicciones. Indican lo
Hablar de movimiento de NATs, de por sí, hace referencia a mejor y lo peor de nuestra sociedad. Es muy obvio, por lo
dos componentes imprescindibles: el de la condición cronoló- tanto, en el caso de los movimientos de niños, que no esta-
gica del menor de edad y el de trabajador. Ambas categorías mos ante un agrupamiento que pretenda la toma del poder
son consideradas en razón del respectivo contexto cultural: político o el derrocamiento del gobierno establecido. El eje
la significación social y las representaciones de-ser-niño se de conflicto en la condición de los niños trabajadores radica
diversifican y varían en distintas sociedades. Igual sucede con en la necesidad de hacer valer sus derechos en relación
las ‘culturas de trabajo’. con la cultura adulta, jerárquica y autoritaria que violenta
y margina al niño en tanto trabajador. “Estos movimientos
Como eje común, el movimiento social de niños trabajadores intervienen en el plano político para generar en lo cotidia-
se forjó en el ámbito internacional en torno al derecho humano no y en lo institucional cambios culturales que faciliten y
de trabajar en las mejores condiciones laborales. El criterio de legitimen políticas que reconozcan su doble condición
identidad y el sentido de pertenencia operan como fuerzas que ciudadana. Son embates para cambiar el mundo aun sin la
convocan a partir de la definición de una situación y de una
toma del poder”. (Cussiánovich 2005: 20).
propuesta de cambio no predeterminada ni estática1.

Por consiguiente, lo que en este estudio se califica como C. El criterio de heterogeneidad. Los movimientos so-
‘movimiento social de NATs’, nos lleva a preguntarnos sobre su ciales agrupan a individuos de diferentes procedencias
continuidad-discontinuidad en el tiempo; el tipo de su acción sociales. Un movimiento de tal naturaleza no es una
colectiva; su sentido de pertenencia; su nivel de autonomía y sumatoria de organizaciones, sino una realidad social de
de organicidad; sus objetivos y su heterogeneidad. Proceda- valor agregado a cada una de sus entidades constitutivas
mos, entonces, a la explicación de aquellos criterios, adicionales como conjunto. En el caso de los NATs, podemos hablar
a la identidad, que operan como marcadores en la distinción de de movimientos de pobres, movimientos de los informales
un movimiento social: de la economía, de los excluidos, etc. De igual manera,
las formas de organización, las estrategias y las formas de
lucha son muy diversas y variadas.

1
Desde un inicio, el presente trabajo nos llevó a indagar sobre qué es un movimiento social. Este, en tanto ‘categoría’, ha sido abordado por diferentes autores como Neveu,
Heberle, Giddens, Melucci, Raschke y Sztompka. Alejandro Cussiánovich, a su vez, nos orienta hacia autores como J. M. Mardones, Mc Carthy y Zald. Todos estos estudiosos
tienen encuentros y desencuentros. Lo segundo se hace patente a la luz de los diferentes tipos de movimientos sociales; en cambio, las coincidencias nos abren paso para dilu-
cidar los elementos que debemos considerar cuando hablamos de ‘movimiento social’.
73

No podemos, en consecuencia, hablar de una única mane- nos permitió acceder a las estadísticas básicas para entender
ra o modelo de organización y acción de los movimientos la situación de los niños, niñas y adolescentes trabajadores, or-
sociales, aunque sí es posible afirmar que se caracterizan ganizados en los diferentes sectores de la economía en Nicara-
por formas no centralizadas de organización. gua. Esta consulta de documentos en especial hizo posible que
reconstruyamos el contexto nacional que explica de algún modo
D. El interés o contenido de la acción colectiva. Los NATs la ocurrencia y condiciones en las que tuvo lugar el fenómeno
apuntan a un reconocimiento específico como porción de del trabajo infantil nicaragüense.
la infancia que trabaja y que revindica el derecho a ha-
cerlo, bajo algunas condiciones de seguridad y regulación, Otra de las herramientas utilizadas fue la investigación cualitati-
acordes con su condición de niños, niñas o adolescentes, va. Su uso hizo posible comprender la situación y perspectivas
aun en el sector informal. Asimismo, vale destacar que sus que, sobre la niñez trabajadora organizada, tienen los propios
formas de acción no se caracterizan por ser institucionali- sujetos que la viven y quienes son testigos, colaboradores y
zadas ni convencionales, porque surgen, precisamente, en observadores de su cotidianidad. Los procedimientos utilizados
oposición a formas institucionalizadas de la vida social con fueron los grupos focales con niños, niñas y adolescentes
las que existe un desacuerdo. trabajadores organizados y la entrevista a profundidad con tres
diferentes niveles de informantes clave involucrados en el tema
E. El criterio de autonomía. La autonomía no solo tiene que de la organización de tales actores; a saber: funcionarios de las
ver con la generación de acción colectiva, sino también con instituciones del Estado y de organismos no gubernamentales,
la calidad de esta acción. En consecuencia, un criterio de otros actores claves en el trabajo de campo (técnicos, promoto-
calidad de los movimientos sociales debe ser la autonomía res, facilitadores de procesos) y los niños, niñas, adolescentes
en el objetivo que los impulsa a la acción para dar respuesta y jóvenes líderes de los grupos organizados.
a necesidades endógenas del grupo o más bien, del sujeto
social. En el caso del movimiento de niños, niñas y adolescen- Para llevar a cabo los grupos focales y entrevistas a profundi-
tes trabajadores, este se confronta con la condición adultista dad seleccionamos una muestra por conveniencia, que incluía
patriarcal y obliga a la sociedad a repensar su visión de infan- grupos de niños, niñas y adolescentes trabajadores con mayor
cia y los conceptos de ciudadanía y democratización. presencia visible en el ámbito nacional. Las instituciones y orga-
nizaciones consultadas fueron: el Movimiento de Niños, Niñas y
Adolescentes Trabajadores (NATRAS), incluyendo a varias de

B. METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN sus organizaciones más activas: el Instituto de Promoción Huma-


na (INPRHU) de Estelí, Movimiento Las Tías de León, APAN de
Carazo-Diriamba, además de su Secretaría Ejecutiva.
Este diagnóstico es el resultado de la revisión documental y la
aplicación de un conjunto de técnicas cualitativas. Mediante este Entre los informantes clave consultamos a directivos de
proceder hemos pretendido aprehender la historia, el contexto, organizaciones que desarrollan importantes proyectos que
el significado, el sentido y la experiencia de los procesos de atienden a niños, niñas y adolescentes trabajadores: el Movi-
organización de la niñez trabajadora de Nicaragua. También nos miento Infantil Luis Alfonso Velásquez Flores, el Centro Dos
interesaba considerar la percepción que los consultados tienen Generaciones e INPRHU Managua; también agencias de
del trabajo infantil como un asunto de derechos humanos. cooperación internacional como Save the Children Noruega.
Asimismo, fue consultado el entonces Procurador Especial
En razón del proceso de investigación documental antes para los Derechos de la Niñez y la Adolescencia, Msc. Carlos
referido pasamos revista a investigaciones, evaluaciones, siste- Emilio López.
matizaciones y documentación técnica, obtenidas en los últimos
diez años y relacionadas con la vida de las organizaciones de A fin de garantizar la consistencia y validez de la informa-
niños, niñas y adolescentes trabajadores. Esta labor posibilitó ción hicimos uso de la triangulación de datos como medio de
una elaboración teórica sobre la niñez, el trabajo infantil y el verificación de fuentes. Asimismo, consideramos la diversidad
movimiento social, asimismo sobre la revisión del marco jurídi- de sujetos consultados en la fase de recolección, análisis e
co nacional e internacional sobre trabajo infantil, y, finalmente interpretación de los resultados.
CONTEXTO EN EL QUE VIVEN LOS NIÑOS,
NIÑAS Y ADOLESCENTES TRABAJADORES
DE NICARAGUA
Cortesía de Save the Children Noruega - Programa para Nicaragua
76

N
icaragua es un país de gente joven. El 53% de la No obstante, y según la experiencia de otros países, no existe
población está integrado por niños, niñas y ado- contraposición real entre escuela y trabajo.
lescentes menores de 18 años (UNICEF, 2005)2.
Las condiciones físicas, psicológicas e instituciona- En Nicaragua, los programas asistencialistas regalan una mochila
les de vulnerabilidad —propias de la niñez y de la con libros y toman fotografías para mostrar a sus auspiciadores,
juventud— son agravadas en este país por una se- sin interesarse en evaluar la retención de mediano plazo en el
rie de factores políticos, económicos y culturales que mantienen sistema educativo. Así, son pocos los estudios que se realizan de
a gran parte de estas personas en una permanente situación de esta dimensión.3 Tampoco se realizan estudios valorativos acerca
riesgo y de poca seguridad material y emocional. Entre estos de la mayor o menor calidad de conocimientos que adquieren estos
factores destaca el hecho de que seis de cada diez niños, niñas niños, niñas y adolescentes para asegurar su subsistencia cotidia-
y adolescentes se encuentra en situación de pobreza y dos de na. Es obvio, asimismo, el alejamiento institucional del Ministerio
esos seis en pobreza extrema. Además, cuatro de cada diez de Educación que, además, no diferencia estadísticamente en sus
niños, niñas y adolescentes mueren de hambre en la zona nor- informes a los sectores especiales de la niñez (niñez trabajadora,
te y en el Caribe nicaragüense. De acuerdo a UNICEF (2005), niñez con discapacidad, niñez migrante, etc.). Esta óptica es ava-
Nicaragua es el tercer país más pobre de América. Uno de cada lada por la Asociación Pro Ayuda a la Niñez nicaragüense (APAN),
3 niños, niñas y adolescentes tiene un grado de desnutrición que considera que el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte
crónica y un 9% sufre de desnutrición grave. (MECD) no cuenta con ninguna metodología para atender y va-
lorar a los niños, niñas y adolescentes trabajadores. “Estos niños
El trabajo infantil, en el contexto actual, tiende a gestarse en sobresalen. Ellos van más allá de los temas corrientes. Manejan
situaciones inadecuadas de seguridad y adversas técnica y las matemáticas porque las utilizan cotidianamente en sus ventas”
ergonómicamente. Para Yamileth Contreras, presidenta del (entrevista con Ronald Mendieta, Coordinador del Proyecto APAN
Movimiento Infantil Luis Alfonso Velásquez Flores, “las condi- hecha por el autor, 24 de noviembre de 2004).
ciones más significativas en las cuales trabajan los niños y las
niñas tienen que ver con una profundización de la crisis eco- Así, en ausencia de políticas públicas para la infancia, no parece
nómica nacional, el aumento progresivo del desempleo y de la cercano el día en que los niños, niñas y adolescentes trabaja-
informalización de la economía; asimismo con el incremento de dores puedan contar con centros educativos adaptados y espe-
las migraciones tanto hacia el interior como hacia el exterior y cializados que funcionen según sus necesidades. La educación
la contracción de las políticas sociales, entre otros” (entrevista pública ni siquiera ha desarrollado metodologías generalizadas
hecha por el autor, 4 de noviembre de 2004). para el trabajo con NATs.

En materia educativa, en Nicaragua existe un déficit masivo. En el plano de la salud, el panorama no es menos desolador.
El país ocupa el penúltimo lugar en América Latina según el El país cuenta con una auxiliar de enfermería y un médico por
Informe de Seguimiento del Programa de Educación para Todos cada diez mil habitantes. En América Latina esa relación es igual
2005, realizado por la Organización de Naciones Unidas para a 10.9 por la misma cantidad de habitantes. Asimismo, ante la
la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) (Navas 2004: falta de salidas estructurales para la desnutrición infantil en el
11-12). Así, tenemos que un 53% de estudiantes que son inscri- 2004, el Ministro de Salud de Nicaragua propuso implementar
tos en la escuela, abandonan los estudios en la primaria. Solo un programa que asegurara empleo fijo para la niñez en lugar
el 52% de los estudiantes que entra a primer grado termina el del Programa Alimento por Trabajo. Pero esta iniciativa no tuvo
cuarto grado y el 80% de los estudiantes que termina la prima- eco (Navas, Lucía 2004:2A). En todo el país no existen centros
ria, pasa a secundaria. de salud adaptados a las necesidades de los NATs. La seguri-
dad social los ignora.
Según este informe, uno de cada diez niños, niñas y adolescen-
tes trabajadores que asistían a la escuela se encontraba en un Las políticas de Estado se centran en la erradicación del trabajo
grado inferior al que correspondía con su edad (ENTIA 2000). infantil. En la agenda nacional están ausentes los programas de

2
Para una mayor actualización visitar la página web: www.scslat.org
3
Destaca un estudio de IDEUCA, “Dos Generaciones”, sobre el acceso al derecho de educación por parte de los niños, niñas y adolescentes trabajadores (2001).
77

trabajo seguro y adecuado para los niños, niñas y adolescentes (trabajadora o no trabajadora) y constituye la principal herra-
trabajadores. Lo anterior implica, a pesar de las pretensiones del mienta para la promoción y defensa de estos en Nicaragua.
Ministerio del Trabajo, la incapacidad de generalizar la aplicación En relación con tal cuerpo normativo, el Procurador Especial
de las normativas de control del trabajo infantil y adolescente. para los Derechos de la Niñez y la Adolescencia, Carlos Emilio
López, sostiene que el Código es un instrumento innovador,
En especial, los NATs requieren que el Estado cumpla con los pues es la primera vez que en Nicaragua se crea una norma-
derechos que les corresponde como ciudadanos. Sobre esa tiva de dicha envergadura en materia jurídica sobre niñez y
base ellos pueden trabajar en la solución de sus problemas, mu- adolescencia. Sin embargo, este mismo procurador reconoce
chos de los cuales están vinculados a la pobreza. Sin embargo, que la principal debilidad del mismo es que en el Estado no
el Estado no ofrece salidas de corto y mediano plazo para ello. existe voluntad política para su implementación. Así, queda de-
mostrado lo que en reiteradas ocasiones se ha dicho sobre el
Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el “tra- ámbito jurídico nicaragüense: hay una diferencia abismal entre
bajo infantil es toda actividad laboral que realizan niños, niñas el ‘mundo legal’ y el ‘mundo real’ en el país.
y adolescentes antes de los 18 años de edad y perjudica su
desarrollo físico, social, intelectual, psicológico y moral”. Para Otro aspecto negativo del Código, según la ONG APAN, es la
UNICEF, “es toda actividad que explote al niño, niña y la juven- ausencia de procedimientos para hacerlo efectivo. Diriamba4,
tud, dificultando o impidiendo su educación”. Desde la visión por ejemplo, carece de tribunales de justicia juvenil. Según
que ambas definiciones aportan, el trabajo infantil y adolescente declaraciones de Armengol Cuadra, Magistrado de la Corte
—además de ser un problema social— es un acto de violencia, Suprema de Justicia, solo se han instalado nueve juzgados
toda vez que impide satisfacer las necesidades fundamentales especializados de los 17 que se necesitan para cubrir todo el
de la niñez y la adolescencia para su desarrollo integral. territorio nacional. Obviamente, el gobierno no respalda la nor-
matividad con el debido presupuesto financiero. En tal sentido,
En el plano legal, el Estado nicaragüense ha ratificado los con- resulta interesante lo manifestado por Luisa Molina, directora de
venios internacionales en materia de derechos del niño y de la Federación Coordinadora de Organismos no Gubernamenta-
derechos laborales de la población infantil. La Convención sobre les que trabajan con la Niñez y la Adolescencia: “Podemos tener
los Derechos del Niño reconoce la protección de la niñez contra un buen Código de la Niñez y la Adolescencia, pero no tenemos
la explotación del trabajo. Asimismo, Nicaragua ha ratificado el presupuesto; entonces, no lo aplicamos. La inversión que se da
Convenio 182 de la OIT, que trata sobre la eliminación inmedia- es desde la sociedad y no desde el Estado” (La Prensa, 25 de
ta de las peores formas de trabajo infantil. No obstante, según noviembre de 2004).
María Ivette Fonseca, Coordinadora del Programa Niños Traba-
jadores de Save the Children Noruega, “las ONG que tratan el En el tema del trabajo infantil, en el Libro II, Título III, Articulo 73º
movimiento NATRAS no tienen una propuesta de modelos de del Código referido se lee: “Se prohíbe emplear a niños, niñas
acción frente a las formas de explotación” (entrevista hecha por y adolescentes en cualquier trabajo. Las empresas y personas,
el autor, 19 de noviembre de 2005). naturales o jurídicas no podrán contratar a personas menores
de 14 años”. Este artículo, sin embargo, puede resultar un arma
El Código de la Niñez es el instrumento jurídico nacional que de doble filo, pues la realidad es testigo del trabajo infantil de
trata sobre los deberes y derechos de la población infantil niños, niñas y adolescentes menores de 14 años. Ellos pueden

4
Ciudad ubicada en el departamento de Carazo, al Sur de Managua.

No parece cercano el día en que los niños, niñas y adolescentes trabajadores


puedan contar con centros educativos adaptados y especializados que funcionen
según sus necesidades.
78

no tener contrato y este no necesariamente los protegería de los materia de trabajo infantil: la Comisión Nacional de Erradica-
posibles riesgos, pero sí podría evitar que constituyan mano de ción Progresiva del Trabajo Infantil y de Protección del Adoles-
obra barata rentable para muchas empresas. En consecuencia, cente Trabajador (CNEPTI), la cual asume como una de sus
una ley —incluso bien intencionada— puede tornarse en contra funciones principales la formulación del Plan Nacional para la
de los intereses del NAT trabajador. Erradicación Progresiva del Trabajo Infantil. El problema es que
la CNEPTI no ofrece garantías de integración a las propuestas
Por otra parte, en relación con los adolescentes mayores de 14 y necesidades surgidas desde los niños, niñas y adolescentes
años, el Código se muestra más flexible. Así, en el Artículo 74º, trabajadores.
hace una clasificación de formas y medios de trabajo inadecua-
dos para los adolescentes, a los que denomina “peores formas Así, una vez bajo la tutela de organismos internacionales, el
de trabajo infantil”. Estas se localizan en zonas insalubres y Estado adopta normativas que se implementan sin tomar en
riesgosas para sus vidas y para su integridad física, síquica o cuenta el contexto específico de la población local, incremen-
moral (minas, subterráneos, basureros, centros nocturnos de tando esa tan mencionada distancia entre el ‘mundo legal’ y el
diversión, etc.). Dichas formas negativas también se manifiestan ‘mundo real’. Si bien varios autores, entre ellos Albert Recknagel,
en la manipulación de objetos dañinos para la salud, sustancias crítican las convenciones en materia de derechos del niño en
tóxicas, sustancias psicotrópicas y en los trabajos con jornada contextos de poblaciones indígenas, estas críticas se pueden
laboral nocturna. aplicar también a culturas ‘occidentalizadas’ que, en realidad,
constituyen un híbrido entre modelos de vida difundidos por
En el artículo 75º, igualmente, se plantea como una norma el los procesos de socialización de la modernidad y una realidad
hecho de que todo adolescente trabajador deberá “someterse autóctona que habla con un lenguaje propio y frecuentemente
a exámenes médicos por lo menos una vez al año a fin de se manifiesta en rebeldía.
determinar si el trabajo que realiza menoscaba su salud o su
desarrollo normal”. Al no existir alternativas de empleo seguras para estos niños,
niñas, adolescentes y jóvenes, algunas ONG han asumido la
Estos últimos artículos son reflejo de las contradicciones que realidad de la pobreza y el necesario trabajo de miles de ni-
existen entre el discurso y la práctica. El Estado no puede ños, niñas y adolescentes nicaragüenses. En tal perspectiva,
pretender que se cumplan las leyes, cuando es el primero proveen programas de capacitación técnico-productiva para la
que violenta los más elementales derechos humanos de la gestión de pequeños negocios. Pero aún es mayor el grupo de
niñez: los niños, niñas y adolescentes no pueden acceder a ONG sumadas a la campaña abolicionista.
un sistema de salud gratuito o a un sistema educativo acorde
con sus necesidades. En la base de toda esta marginalización constante de la infancia
se ubican los patrones culturales hegemónicos consustanciales
En el caso específico de la niñez trabajadora, el Código se a la modernización neoliberal, por un lado, y al patriarcado por
caracteriza por referirse de manera muy reducida al trabajo de el otro. Ello provoca permanentes estados de agresión contra la
la niñez. A pesar de considerarse en el ámbito regional y en ma- niñez y la adolescencia. Así, la niñez es asumida como objeto
teria de jurisdicción infantil un buen ejemplo a seguir, este instru- y no como sujeto de derecho. Por otro lado, recientemente
mento legal, no cumple su función en materia laboral. El trabajo se ha abierto el debate en relación con un código de ética de
infantil no es considerado como una realidad compleja, sino que los medios de comunicación en el tratamiento de las noticias
se le condena tajantemente como una violación y un obstáculo que conciernan a la infancia, y comienzan a notarse pequeños
al desarrollo integral de los niños, niñas y adolescentes. Esto, avances en tal sentido. En cambio, los NATs no logran tener
desde luego, es cuestionable desde el contexto nacional y el una presencia, un discurso y una opinión valorada sobre los
Interés Superior del Niño trabajador nicaragüense. principales problemas que los afectan. Frecuentemente se
les cita en los medios, principalmente para presentarlos como
El Código, por lo tanto, queda corto en su tratamiento sobre víctimas de la violencia en el medio laboral o fuera de él. En
trabajo infantil. En tal sentido, cabe más bien abrir un debate ese sentido, la actual campaña (2004-2006) de los NATRAS
en torno a cómo se podrían adaptar las leyes a las realida- —denunciando la violencia sexual— constituye un hito. En dicha
des existentes. También se debe obligar al Estado a repensar campaña se propone una transición que va de la denuncia,
las funciones de la instancia de coordinación multisectorial en pasando por la defensa, hasta la acusación a los agresores.
79

Virginia Torre

El trabajo infantil no es considerado como una realidad compleja, sino que se le condena
tajantemente como una violación y un obstáculo al desarrollo integral de los niños, niñas y
adolescentes.
80

A qué se dedican los niños, niñas y


adolescentes trabajadores.
cómo perciben su propia condición
81

Gerardo Chaves
82

L
a mayoría de los niños, niñas y adolescentes traba- Debe decirse, igualmente, que es inapropiado analizar la eco-
jadores en Nicaragua proviene del tipo de familia nomía familiar de finca desde una perspectiva de distribución
monoparental, cuya cabeza generalmente es la secular del ingreso; y menos aún si se trata de economías de
madre. Los niños, niñas y adolescentes son cola- base comunitaria, como en el caso de los grupos indígenas.
boradores de su madre en la responsabilidad que Incluso en los Andes la participación laboral de niños, niñas y
implica sacar adelante y subsanar las necesidades adolescentes y adultos no es concebida como ‘trabajo’, sino
básicas del hogar, pues de otra manera no habría posibilidad como yachacuy, ‘aprendizaje’ y ‘ayuda recíproca’.
de hacerlo.
Otra dimensión del trabajo infantil rural es la participación como
Según la Plataforma Interamericana de Derechos Humanos mano de obra asalariada en haciendas dedicadas a cultivos de
Democracia y Desarrollo, el censo del 2005 arrojaba que de agroexportación, principalmente en plantaciones de café y ta-
un total de 681 548 niños y niñas entre 10 y 14 años, 53 643 baco. Esta labor se torna más compleja porque los padres difí-
pertenecen a lo que se denomina Población Económicamente cilmente pueden dejar a sus hijos en los campamentos, debido
Activa (PEA): 46 029 niños y 7 614 niñas, la mayor parte de a que estos no prestan condiciones de cuidado y seguridad.
esta población infantil trabajadora lo hace en el área rural. En consecuencia, los llevan consigo. Así, los niños, niñas y
adolescentes prestan su colaboración hasta convertirse en un
Igualmente, señaló que ocho de cada diez niños, niñas y ado- factor importante, tanto dentro del trabajo de colecta, como en
lescentes trabajadores laboran por encima de las 30 horas la remuneración económica del núcleo familiar.
semanales establecidas en la legislación laboral: casi la mi-
tad trabaja 40 horas por semana. En medios urbanos, la incorporación al trabajo de niños, niñas
y adolescentes para elevar el ingreso familiar se da principal-
Asimismo, señala que gran parte del trabajo infantil se centra mente de dos formas: las niñas realizan en su mayoría trabajo
en la agricultura, selvicultura y pesca (135 680), seguido del doméstico e informal estacionario y los niños hacen trabajo
comercio (51 692), la industria manufacturera (23 757) y los informal ambulante (ENTIA 2000)5. Así, el trabajo infantil
servicios comunitarios y sociales (17 411). mantiene la división sexual del trabajo y reproduce los roles
tradicionales de las niñas en la esfera privada menos valoriza-
En el área rural, ni los adultos ni la niñez perciben el trabajo da. Comúnmente, este tipo de labores carece de prestaciones
infantil como dañino, sino como vital e inherente a su existencia. sociales y es de alto riesgo. De esta forma, una de cada diez
En otras palabras, no se concibe que el trabajo de los niños, niñas labora varias horas al día como doméstica, como ‘hija
niñas y adolescentes sea una actividad que niegue su desarro- de casa’ y en hogares de personas que no son sus familiares.
llo. A diferencia del trabajo infantil urbano, aquel está más ligado Esas niñas sufren con frecuencia maltrato físico, verbal y hasta
a las fases del proceso productivo cultivo-cosecha-consumo. sexual (ENTIA 2000).
Por ello, puede ser comprensible que en este proceso los niños,
niñas y adolescentes se sientan realizados, ya que tiene un alto Según Sonia Sevilla, consultora nacional de la OIT, en Ni-
valor de satisfacción para las necesidades de toda la familia. caragua hay 26 000 niñas trabajando en casas privadas. La
mayoría de ellas sufre explotación laboral y trabaja solo por
Por otra parte, los riesgos a los que se ven sometidos niños, un plato de comida.
niñas y adolescentes en su trabajo cotidiano en las parcelas
familiares son de varios órdenes. Estos van desde desarrollar En la misma óptica, según un estudio reciente del centro de
trabajos pesados, pasando por largas jornadas en el campo, hasta investigaciones de la Fundación Internacional para el Desafío
exponerse a la intoxicación por manipulación de agroquímicos. Económico Global (FIDEG) —realizado con patrocinio de Save
No obstante, es importante señalar que esto puede ser evitado the Children Noruega—, el 40% de la niñez nicaragüense
con una actitud vigilante y responsable de los padres. participa en labores domésticas en los hogares, tanto remu-
neradas como no remuneradas (La Prensa, 21 de noviembre
de 2005). La diferencia de ingreso por género favorece a los
5
Para ver estadísticas más actualizadas, visite la página web: www.scslat.com varones, confirmando la invisibilidad del trabajo femenino y su
83

poco valor productivo. Las adolescentes ganaban los salarios aduanas y otros los rechazan. Otra amenaza a la integridad fí-
promedios más bajos: C$ 521 (US$ 41.12) al mes; en cambio sica de la niñez son las minas antipersonales heredadas de la
los varones recibieron en promedio C$ 674.23 (US$ 53.15) guerra (especialmente en el borde fronterizo con Honduras)6.
mensualmente (ENTIA 2000).
La caracterización de las actividades económicas a las que se
Mayormente, el trabajo infantil es informal. En el área urbana, dedica la niñez en los puestos fronterizos ubica en primera fila a
la mayoría de los trabajos realizados por niños, niñas y ado- los vendedores ambulantes (34.8%); le sigue en orden de impor-
lescentes se lleva a cabo en la calle (paradas de buses, se- tancia la limpieza de calzado (21.3%). La ocupación de cargador
máforos, mercados, puertos y fronteras). Es común encontrar de bultos ocupa el 20.2% y el cuidado de carros, el 13.5%.
a niños, niñas y adolescentes vendiendo tortillas, periódicos,
agua, loterías, dulces; asimismo realizan otras labores que Otro indicador que llama la atención en los puestos fronteri-
ponen en peligro su integridad: lavan carros, limpian vidrios, zos apunta a la evaluación del antagonismo tan debatido entre
recogen basura, y piden dinero cargando niños y niñas de trabajo infantil y educación. La información obtenida sobre la
muy pocos meses hasta altas horas de la noche. integración a la educación formal revela que el 66.3% de los
niños, niñas y adolescentes manifestó estar estudiando, mien-
La venta ambulante o callejera es una importante manifes- tras que el resto no cursaba ningún año de estudio (Palacios y
tación del trabajo infantil a pesar de que el Ministerio de la Gutiérrez, 1998: 46).
Familia ha declarado que procesar judicialmente a padres y
madres que obliguen a sus hijos a trabajar o pedir dinero en la La explotación sexual comercial infantil es otra de las formas
vía pública, así como a quienes los expongan a situaciones de de violencia que transgrede los derechos humanos de la niñez
riesgo, forma parte de su política. En dichos casos, los niños, y la adolescencia. Los NATRAS se oponen con mucha razón
niñas o adolescentes son enviados a hogares sustitutos o cen- a que esta forma de violencia (‘prostitución’, ‘tráfico sexual’,
tros de protección. Paralelamente, año tras año, el Ministerio ‘pornografía’ y ‘turismo sexual’) sea considerada en el lengua-
del Trabajo ejecuta el llamado “Plan Semáforo”. No obstante, je oficial como ‘trabajo infantil’. En todas estas prácticas, las
este es burlado y ridiculizado una y otra vez por los mismos personas menores de 18 años se convierten en ‘mercancías’,
niños, niñas y adolescentes. Al respecto, Johnny Duarte, de 9 sujetos de dominación por parte de los abusadores, quienes
años, afirma: “Nos corremos, nos separamos para que sigan suelen ser adultos. El daño a la integridad psicológica y social
solo a uno y el resto se esconde” (La Prensa. 2004: 118). de los niños, niñas y adolescentes afectados por estas formas
de violencia marca de forma irreversible sus vidas.
En sitios como La Chureca (el más grande basurero de
Managua), el tipo de trabajo es individual y se dificulta trabajar En Nicaragua, el fenómeno de la explotación sexual comer-
en grupo porque la competencia y la desconfianza son muy cial se da en bares, cantinas y clubes nocturnos. Con mayor
grandes. Se trata de niños, niñas y adolescentes que están frecuencia esto ocurre en Managua, (los distritos 4, 5 y 6 son
expuestos, al menos, a 70 sustancias venenosas de efecto ejemplo de ello); pero también se da en ciudades turísticas
lento pero sostenido. También están expuestos a agujas hipo- como Granada; en zonas fronterizas como Rivas; en León,
dérmicas y desechos biológicos, lo cual los hace proclives a Chinandega; en municipios portuarios como Corinto, Puerto
enfermedades que van desde la hepatitis al Sida. Reciente- Cabezas y Bluefields; en Estelí, Matagalpa; y en carreteras
mente fueron examinados 103 de ellos; 35 resultaron contami- como la Panamericana.
nados con plomo y mercurio, de los cuales solo 9 recibieron un
tratamiento desintoxicante adecuado (“El Nuevo Diario”, 16 de Estos niños, niñas y adolescentes trabajadores, cuyas edades
noviembre de 2004, p. 1A y 6). van de los 6 a los 18 años, aportan aproximadamente el 4% de
los ingresos de las familias nicaragüenses, según el FIDEG.
En zonas fronterizas, el trabajo de la niñez incurre en doble
ilegalidad, puesto que, además de estar prohibido por la edad,
los niños o adolescentes cruzan la frontera sin tener ningún 6
Eventualmente los NATs podrían estar siendo utilizados en prostitución, robos y
documento que los autorice, razón por la cual el personal de transporte de drogas o armas (Palacios y Gutiérrez, 1998: 29 y 30).
84

APAN en Diriamba: “Lo esencial de las leyes no debe ser si


Algunas palabras sobre la percepción de los niños, los niños trabajan o no, mas bien se trata de erradicar las
niñas y adolescentes de Nicaragua sobre su condición peores formas de trabajo infantil. De hecho, es falso que en
Nicaragua se pueda erradicar el trabajo infantil” (Entrevista
hecha por el autor, 24 de noviembre de 2004).
En el INPRHU Estelí entrevistamos a siete niños y niñas: dos
lustran zapatos en la calle, una vende cosméticos con su En esa misma lógica, una encuesta realizada a 84 niños,
mamá, otra cuida niños y niñas pequeños, otra más vende tor- niñas y adolescentes y 127 tutores en el municipio de Diriam-
tillas, otra trabaja como empleada doméstica con su mamá y ba, departamento de Carazo, reveló que el 69% de los niños,
uno es talabartero. De ellos, solo uno tenía a su papá en casa. niñas y adolescentes comenzó a trabajar por iniciativa propia.
Todos defienden el trabajo infantil. Todos estudian, aunque con El investigador principal del estudio, Inger Lundgren7, señala
interrupciones periódicas. Sin embargo, no reciben apoyo para al respecto: “En muchos discursos de la sociedad se habla de
la escuela. Ellos se reúnen intermitentemente para conocer niños y adolescentes como un grupo explotado por sus pa-
sus derechos y realizar actividades recreativas. dres. En esta investigación hay pocos casos que indican que
el trabajo infantil traía explotación y obligación, aunque no se
Sobre la erradicación del trabajo infantil estos niños y niñas puede descartar que hay mucha presión, no porque los padres
expresaron: “Si no se nos va a dar nada en alternativa, ¿por mandan directamente a los niños a trabajar, sino porque toda la
qué nos prohíben trabajar?”, “Yo me voy a ir a ayudar a mi familia está bajo presión por la falta de recursos económicos”.
abuela a trabajar en el cafetal, con mi mamá. Si yo no voy, no Esta manera de enfocar el trabajo infantil rescata la dignidad
puede ir mi mamá”. “No nos gusta cómo nos ofenden. Nos ven de la niñez y la desvictimiza.
como ladrones. Nos dicen ahí va la ‘vendetortilla’ o ahí va el lus-
trador. Uno se gana la vida trabajando, no sentado. Es honroso No es cierto, en consecuencia, que todos los niños, niñas y
ser trabajador” (grupo focal niños INPRHU Estelí, 12/11/04). adolescentes trabajan porque quieren hacerlo y porque es su
derecho; pero tampoco es cierto que todos los que lo hacen
La niñez trabajadora demanda, asimismo, la valorización y son obligados por sus padres. Así, a pesar de que en este estu-
el reconocimiento de su aporte económico a la familia y a dio el 64.2% de los niños, niñas y adolescentes desea cambios
la sociedad. Al respecto, Jacqueline Rugama, (niña de 15 en sus trabajos —fundamentalmente para mejorar las condi-
años que trabaja desde los siete, miembro, además, del Pro- ciones— solo un 4.7% respondió que trabajan por obligación;
yecto del Centro de Servicios Educativos en Salud y Medio la mayoría habla de ayudar a la familia, de trabajar porque les
Ambiente - CESESMA de Matagalpa) expresó: “Al inicio, la gusta o para pagar sus estudios. El 89.2% de los encuestados
gente se reía de mí porque andaba sucia. Pero mi trabajo seguiría trabajando si se le diese a escoger. Entonces, no es
es como cualquier otro. Con mis ingresos y los de mi herma- el trabajo lo que les hace sufrir, sino las condiciones en las que
no logramos mantener mi casa, aparte de que logré estudiar deben trabajar.
la secundaria en la noche.” (Entrevista del 12 de noviembre
de 2004). Obviamente, a niños, niñas y adolescentes como También el derecho a no ser maltratado es reivindicado por
Jacqueline no les gusta la idea de una ley que les prohíba este sector de la niñez. En tal sentido, es ilustrativo lo mani-
trabajar porque dejarían de ayudar a su familia. Otro niño del festado por José Nicolás Castillo (niño de 14 años de edad,
grupo expresó: “Trabajamos para sobrevivir y para apoyar a estudiante del tercer año de secundaria, miembro del Proyecto
nuestras mamás y papás, hermanitos y hermanitas” (Grupo APAN de Diriamba): “Me gusta salir a vender a la calle. Así
focal con Niños/as del Proyecto CESESMA de Matagalpa, el ayudo a mi mamá. Mis amigos del barrio se burlan de mí y no
12 de noviembre de 2004). deben, porque hago un trabajo honrado y me siento orgulloso

Así, los NATs aspiran a participar en la decisión de qué tra-


bajo pueden y quieren realizar y en qué condiciones. Esta
es la opinión de Marcos Alemán, joven de 17 años de edad, 7
Lundgren, Inger. Ningún vago. Niños trabajadores en Diriamba. Un diagnóstico
trabajador minero desde la edad de 11, miembro del Proyecto socioeconómico. Managua, Cooperación Técnica Sueca, 2004.
85

de ayudarle a mi mamá. Lo malo es que en una ocasión un En definitiva, es importante apoyar el proceso de reflexión de
hombre intento abusar sexualmente de mí, mi mamá puso la los NATs sobre su condición y sobre el ordenamiento de sus
denuncia y la policía lo capturó.” (Entrevista hecha por el autor, ideas y visiones. Con ello ganamos todos los interesados en
24 de noviembre de 2004). conocer la forma en que el niño, niña o adolescente trabajador
comprende el contexto, su trabajo y su propia vida.
El derecho a estudiar no escapa de la lista que reclama la
infancia y adolescencia trabajadora. Los NATs de APAN y
de Dos Generaciones reivindican la reducción de la jornada
infantil, de manera que les permita una mayor participación
en el sistema educativo. Para ello, en APAN y Dos Genera-
ciones los esfuerzos van dirigidos a sensibilizar a la familia
y a negociar con esta el ajuste a los horarios de la escuela.
En su experiencia personal Bryan Wilson, adolescente de
16 años, estudiante miembro de APAN Diriamba, expone:
“Logro dedicar tiempo a la escuela y al trabajo y deseo
seguirlo haciendo de esa forma. Con el dinero compro cosas
de uso personal y resuelvo sin problemas los costos de la
escuela. En APAN he estudiado carpintería durante un año
y trabajo en un taller de carpintería” (entrevista hecha por el
autor, 24 de noviembre de 2004).

La mayoría de los niños, niñas y adolescentes entrevistados


se perciben como conocedores de las ventajas y desventajas
del trabajo infantil; sobretodo, saben del valor de su esfuerzo,
no solo para la obtención de ingresos en sus familias, sino
también para su proceso de autoformación y aprendizaje. Al
respecto, es ilustrativo lo dicho por la niña Teresa Castellón
(adolescente miembro del Proyecto Las Tías de León): “La
diferencia entre un niño o niña que no trabaja y nosotros es
que nosotros tenemos un camino recorrido [...], el niño que no
trabaja y solo estudió recibe una clase de español y seguro que
al día siguiente no se acuerda de la lección, nosotros lo que
aprendemos en el trabajo no lo olvidamos nunca” (entrevista
hecha por el autor, 26 de noviembre de 2004).

En este sentido, debería comprenderse la diferencia que existe


entre los niños, niñas y adolescentes que quieren trabajar y
aquellos que no quieren hacerlo. Hay niños, niñas y adoles-
Sebastián Castañeda
centes que reivindican la erradicación del trabajo y otros que
defienden su derecho a trabajar. De ahí que algunas veces
se opina que lo ideal es actuar sobre las representaciones Lo ideal es actuar sobre las representaciones
sociales para cambiar de una cultura de protección a la niñez sociales para cambiar de una cultura de
trabajadora, hacia una cultura de participación. Contrario a ello,
en espacios de personas adultas, existen y prevalecen concep-
protección a la niñez trabajadora, hacia una
ciones sobre los niños, niñas y adolescentes como personas cultura de participación.
incompletas, incapaces, sin posibilidad de opinar.
86

ORGANIZACIÓN DE LOS NIÑOS, NIÑAS


Y ADOLESCENTES TRABAJADORES DE
NICARAGUA.
GÉNESIS Y TRAYECTORIA
Juan Carlos Torres
88

E
l movimiento de NATRAS en Nicaragua surge en antiguo Instituto Nicaragüense de Seguridad y Bienestar Social
1991, período en que el país salía de la década (INSBI), instancia gubernamental que durante la revolución se
de la revolución sandinista y se encaminaba a la encargó de los programas de asistencia social a lo largo del país.
profundización de políticas neoliberales que impli- El personal de esta institución contaba con una valiosa experien-
caban reformas estructurales ya generalizadas en cia en metodologías de trabajo comunitario. Incluso, configuró
el resto del continente. Entre ellas, las más impor- un perfil del ‘trabajador de calle’, importante eslabón de vínculo
tantes eran la reducción del Estado y la disminución del gasto pedagógico con los proyectos del niño ‘en’ o ‘de’ la calle8.
público, lo que afectaría las políticas llamadas ‘revolucionarias’
(1979-1990) que se orientaban a amortiguar los efectos de la Analizada en retrospectiva, esta primera época se caracterizó
pobreza en las poblaciones urbanas. por varias limitaciones que impidieron una real incidencia en las
políticas que afectaban a la niñez. Por un lado, las organizacio-
Como antecedente internacional, los niños, niñas y adolescentes nes carecían de una propuesta coherente y, por otro, prevalecía
de algunos países del Sur habían comenzado, desde la década la visión de la niñez como un sector vulnerable al que se debía
de 1960, a formar organizaciones que les permitieran expresar su proteger. Esta hubiera podido, partiendo de sus propias necesida-
propia voz en contextos nacionales jerarquizados y excluyentes. des, generar una propuesta para mejorar sus propias condiciones
Se trataba de un movimiento de fundadores, cuyo inicio se ubica de vida. En palabras de Mario Chamorro, director de Dos Genera-
en agosto de 1991. Es en ese mismo lapso anual, en septiem- ciones: “Estos movimientos surgen en Nicaragua a partir de 1990,
bre del mismo año, que una delegación de NATs y educadores sin una guía; mas bien actuando de buena voluntad (...) Nues-
acompañantes participaría en el II Encuentro Regional de Niños, tro discurso no tenía sustento porque no había propuesta (...).
Niñas y Adolescentes Trabajadores de México, Centroamérica y Aparte del asistencialismo, en los 90 (sic) no se construyó
Panamá, llevado a cabo en San José de Costa Rica. Por esa ninguna propuesta” (entrevista del 2 de febrero de 2005).
época, la ONG Sociedad para el Desarrollo Integral de la Familia
Guatemalteca (SODIFAG) promovía la iniciativa “Movimiento de En consecuencia, desde un inicio, el proceso de organización
solidaridad con los niños trabajadores, de la calle y de la comuni- estaba circunscrito al perímetro espacio-temporal de las orga-
dad”, con el propósito de incluir a aquellos que vivían en las calles nizaciones no gubernamentales. En vez de ser un movimiento
y habían roto todo vínculo familiar. Y es en esa misma perspectiva alentado por las ONG, pasó a ser una estructura dirigida por
que, en el III Encuentro realizado en Nicaragua, se plantea que ellas y dependiente de ellas. No por ello fue menos llamativo
los movimientos deberían definir su naturaleza en razón de ser el surgimiento de un movimiento de amplia presencia de niños,
“de niños, niñas y adolescentes” y no como un movimiento “de niñas y adolescentes, en el cual estos reclamaban ser vistos
solidaridad con ellos”. como trabajadores, sin dejar de defender sus derechos al estu-
dio, al juego y a la protección familiar.
Un sector decisivo de los adultos que animaba estos proce-
sos de acompañamiento y organización de los niños, niñas Así, se llegó a establecer una agenda tripartita, tensando las
y adolescentes trabajadores, provenía de los proyectos del relaciones entre educadores, ONG y agencias de cooperación

8
Considerada desde otra perspectiva, la experiencia del INSBI pudo haber marcado el acento institucional que, desde un inicio, tuvo el acompañamiento adulto a los esfuerzos
de los niños, niñas y adolescentes por organizarse, imprimiéndole el marcado carácter tutelar que lo caracteriza hasta la fecha.

Los movimientos deberían definir su


naturaleza en razón de que le pertenezcan
a niños, niñas y adolescentes y no como un
movimiento “de solidaridad con ellos”.
89

internacional. Incluso los educadores fueron actores demandan- dábamos cuenta de que no lográbamos transformar efectiva-
tes de mejores condiciones de trabajo frente a los organismos, mente la vida de los chavalos9 (...) pero entonces estábamos
sobre la base de que el trabajo de alto riesgo para niños y niñas construyendo nuestra propia identidad organizacional” (entre-
lo era también para ellos. vista hecha por el autor, 12 de noviembre de 2004).

En 1994 no se contaba con un perfil claro de lo que sería el


movimiento. El papel de los proyectos y de los educadores era
aún difuso. Ileana Pérez, coordinadora del INPRHU (Instituto de
Promoción Humano) —estrechamente vinculado con los NATs Algunas palabras sobre la percepción de los NATs de
en Nicaragua— manifiesta al respecto: “No teníamos precisado Nicaragua respecto de su condición
aún el norte que queríamos seguir respecto a los niños trabaja-
dores. Aunque ellos siempre fueron nuestra población objetiva,
no estábamos todavía claros de lo que queríamos hacer con Simultáneamente, en el ámbito adulto y de un pequeño sec-
ellos. Éramos, más bien, bastante asistencialistas” (entrevista tor de niños, niñas y adolescentes, maduraba la discusión en
hecha por el autor, 12 de noviembre de 2004). relación con dos temas de debate trascendentales: algunas or-
ganizaciones propugnaban la necesidad de conformar un mo-
A su vez, el movimiento desencadenó cuestionamientos vimiento de niñez trabajadora y otras organizaciones estaban a
internos provocados por la falta de participación de los NATs favor de un movimiento infantil amplio. Asimismo, se discutían
en la toma de decisiones, el verticalismo, el autoritarismo, la posiciones en relación con el trabajo infantil. Por una parte, al-
incoherencia “entre el discurso y la práctica” interna, etc., que gunas organizaciones proponían erradicarlo mientras que otras,
dejaban relucir relaciones de poder conflictivas al interior de bajo el liderazgo relevante de Manfred Liebel, apostaban por el
las organizaciones. El movimiento, en consecuencia, no pudo derecho de los niños, niñas y adolescentes al trabajo en me-
ampliarse, cediendo lugar a un grupo de ‘elite de niños’ para jores condiciones. En este momento se adoptaron posiciones
que hablaran sobre sus reivindicaciones en nombre del resto. —para algunos sectores— irreconciliables. “Estaban en juego
Por consiguiente, para que el movimiento pudiese tener mayor diversas agendas —no solo las de las ONG, sino también las
representatividad, no bastaba con el espacio de los proyectos, de las agencias internacionales para la infancia (como Save
era necesario recoger todas las demandas del sector. Este es- the Children Suecia)— además de los intereses de los niños y
tancamiento, a su vez, propició el declive de la ‘propuesta de de los educadores. Entre los adultos hubo un sector que asu-
movimiento’. En palabras de Chamorro, “hicimos promoción mió beligerantemente el derecho de los niños a trabajar. Otros
de la participación infantil desde nuestra experiencia adulta, asumimos que el derecho era a desarrollarse, porque el trabajo
confundiendo los intereses de los niños con los de los pro- imposibilita el desarrollo integral pleno: educación, salud, parti-
yectos. A nivel interno en los grupos de niños generamos un cipación, recreación. Entonces cada quien tomó y se retiró con
liderazgo que se ve desvinculado de sus pares y asume un sus niños. Así se fraccionó el movimiento” (Mario Chamorro. Di-
discurso institucional más que de grupo. Entre 1992-1999 rector de Dos Generaciones, entrevista hecha por el autor, 2 de
llegaron a constituir una elite. Habíamos sido fundadores del febrero de 2005).
Centro Dos Generaciones, pero salimos en el año 1999. Sali-
mos porque había mucha gente tratando de sacar ganancias. Esta ruptura dio lugar a un impase que derivó en la existencia
Adultos transmitiendo valores arcaicos a los muchachos. Nos de dos bloques organizados en paralelo, con sus respectivos
preocupaba la ampliación de la participación hacia niños más NATs adeptos, según la proximidad de estos a los adultos pro-
allá de los proyectos. Cuando se acababan los financiamien- tagonistas del conflicto. El grupo que propugnaba por un movi-
tos de proyectos muchos niños quedaban en el aire. La belige- miento de niños, niñas y adolescentes autónomos se debilitó,
rancia y la participación dependían de la cooperación interna- sus miembros perdieron el empleo y los niños, niñas y adoles-
cional” (entrevista hecha por el autor, 2 de febrero de 2005). centes identificados con esta posición perdieron sus referentes.
Con el tiempo este bloque desapareció. En consecuencia, pre-
Las organizaciones que trabajaban con NATs crearon escue-
las y centros de salud para los niños, niñas y adolescentes.
Sin embargo, nos cuenta Ileana Pérez: “al mismo tiempo nos 9
Significa ‘Muchachos’, y es de uso cotidiano entre los nicaragüenses.
90

valeció el grupo que se reconstituyó a partir de los proyectos de establecer los ejes de desarrollo de los NATRAS (identidad,
las ONG ocupadas en la problemática de los niños de la calle autoestima y participación).
o de los niños que trabajan. Aquí, la característica más resal-
tante es que estos proyectos no son de Managua, sino una Otro tema que se discutió fue el de los niños, niñas y adoles-
expresión municipal o regional en algunos casos. centes del ámbito rural, para los cuales se había planteado un
proceso de integración, en la misma lógica de los proyectos
Probablemente las organizaciones de Managua estaban menos urbanos, en las mismas instancias de representación y con los
necesitadas de plataformas de proyección de sus intereses, mismos ejes de articulación. Ello no correspondía a su dinámi-
pues contaban con espacios propios de influencia política y de ca. Asimismo, fue analizada la intolerancia entre los educado-
lobby con la cooperación internacional. Por lo tanto, no esta- res respecto a las propuestas que no fueran afines a sus crite-
ban dispuestas a continuar con una divergencia de organismos rios. Ello derivaba, en muchas ocasiones, en la manipulación
potencialmente conflictiva dadas las muchas definiciones pen- de niños, niñas y adolescentes para que tomaran decisiones
dientes alrededor del tema de los roles y relaciones adulto-niño acordes con esas propuestas.
en el ámbito de la niñez trabajadora.
Pero la relación proyecto-movimiento seguía confusa, inclusi-
De diciembre de 1996 a marzo de 1998, la Junta Directiva (inte- ve en lo relativo a la figura de las instancias de representación
grada por directores de ONG) del Movimiento NATRAS realizó y decisión.
una sistematización de los primeros cinco años de vida. Partici-
paron 29 proyectos con el apoyo financiero de Save the Children Estas situaciones reflejaron la falta de claridad en la propuesta
Noruega. Probablemente, el principal logro de ese esfuerzo fue de organización para construir un movimiento social de NATs,
marcar un nuevo rumbo juntos y sobre la base de coincidencias habiéndose considerado, por momentos, algunas propuestas
de enfoque. Así, el grupo prevaleciente se encaminó a extraer que nunca llegaron a realizarse.
lecciones para mejorar el trabajo, reacomodar sus fuerzas
alrededor de intereses compartidos y perfilar la misión de los Así, según la referida sistematización, el reto principal en 1998
siguientes años. Esta sistematización llevó a concluir que, para fue “poder establecer una base de coordinación legítima entre
los NATRAS, la mayor dificultad que enfrentaban entonces era los diversos proyectos, promover el desarrollo y el cumplimien-
que la mayoría de los niños, niñas y adolescentes trabajadores to de las diversas propuestas a nivel conceptual, metodológico
desconocían las actividades del movimiento. Asimismo, les y organizativo, y poder cumplir con el primer y fundamental
preocupaba la falta de claridad conceptual sobre la esencia requisito: la participación directa, activa y amplia de los
del movimiento que se quería construir, así como sus políticas NATRAS. Para ello, se debía propiciar el apoyo de los educa-
de desarrollo. En cambio, para los educadores y direcciones o dores, de las direcciones de los proyectos, de la Coordinadora
coordinaciones de proyectos la valoración era inversa: el des- de ONG que trabajaban con la niñez y, en algunos casos, de
conocimiento de las actividades era el resultante de esa falta las Comisiones Municipales de la Niñez (González Álvarez
de definición y de los problemas organizativos asociados a este 1998: 4). En sus propias palabras, los NATRAS señalaron que
problema. En lo que sí coincidieron fue en el impacto de la falta el Movimiento se había constituido para reconocer ‘el valor de
de disciplina de los NATRAS participantes en la organización nuestro trabajo y nuestra personalidad. Para que los adultos
y la ausencia de definiciones sobre el rol que debían jugar los y autoridades respeten nuestros derechos, para intercambiar
educadores. nuestras experiencias y conocernos mejor y para apoyarnos
mutuamente y practicar la solidaridad’”.
Entre los principales temas analizados en esa oportunidad
se halla el relacionado con el protagonismo infantil. Entonces La finalidad de la sistematización de 1996-1998 había sido cons-
se consideraba que la dimensión organizativa nunca había truir, de forma colectiva, el perfil de lo que sería el Movimiento
sido debatida en todo lo que implicaba. Se había circunscrito Nacional de Niños, Niñas y Adolescentes Trabajadores en los
a la particularización de las características estructurales próximos años. Pero los problemas de fondo no estaban supe-
—relativas a la representación y toma de decisiones en rados. A partir de los años 1998 y 1999 se reactivó el conflicto
el seno del movimiento— sin profundizar en la organiza- en el movimiento NATRAS alrededor de tres ejes: 1) se cuestio-
ción base para los proyectos. Tampoco se había logrado nó la intervención de los adultos (educadores, funcionarios de
91

ONG y directores de las mismas): se hablaba de la necesidad “Hay un espíritu y una intención básica de ser un movimien-
de que fuesen los niños, niñas y adolescentes “los portadores to social: se comparten objetivos con relación a la problemá-
de la bandera” del movimiento y no que fueran sustituidos por tica de la niñez trabajadora. Sin embargo, existen algunos
los adultos, pues eso obstaculizaba un real trabajo político de riesgos de institucionalización, a los que hay que prestar
los niños, niñas y adolescentes. 2) se debatió la legitimidad atención para construir un verdadero movimiento social y
de que estas organizaciones sacasen ganancias del financia- asumir las implicaciones que esto tiene. Existe la necesidad
miento de proyectos obtenidos a través de la cooperación. 3) de fortalecer el rol protagónico y responder más a los intere-
se preguntaron si se debía ampliar el grupo de niños, niñas y ses de los chavalos y chavalas”.
adolescentes que abarcaba el movimiento.
Existen, también, obstáculos y limitaciones a superar para
En el año 2000, las ONG que lideraban el llamado Movimien- constituirnos en un verdadero movimiento social. Entre
to NATRAS —que entonces aglutinaba unos 48 proyectos— estos se pueden señalar: el limitado protagonismo de los
hicieron un alto para resolver algunas de sus carencias. En niños, niñas y adolescentes y de sus familias; el rol prota-
tal estado, plantearon un proceso de reflexión sobre el prota- gónico del adulto, limitando el rol de los NATRAS; la falta
gonismo infantil. El hecho se concretó en el 2001, año en el de sistematicidad y continuidad en algunas acciones del
que se emprendió una extensa sistematización facilitada por Movimiento. El desconocimiento de qué es un verdadero
profesionales de las Ciencias Sociales. ‘Movimiento Social.’10

En este contexto, la Junta Directiva impulsó un proceso No obstante lo anterior, se reconoció que:
—con acciones intensivas de reflexión para los adultos del
Movimiento Nacional de NATRAS— con la finalidad de iden- Existía una mayor participación de NATRAS y educadores
tificar aspectos coincidentes y diferentes en la conceptuali- a través de talleres, reuniones en instancias de dirección
zación y metodología de trabajo, con los NATs, y avanzar en (asambleas de representantes, comisión organizadora),
la construcción de un marco de referencia común. Mediante reuniones con el gobierno, reuniones con la Comisión de
este proceso de reflexión, se pretendía que los adultos y los Defensa de los Derechos del Niño y la Niña, encuentros
participantes del Movimiento de NATRAS pudieran elaborar nacionales, campamentos, campañas navideñas por el agui-
—de forma dinámica, participativa, analítica, propositiva y naldo, consultas sobre el Código de la Niñez, celebraciones
directa— un perfil renovado de la organización con miras a de la Semana de la Niñez y exposiciones de fotografía.
su desarrollo en los siguientes cinco años. Había, asimismo, un avance significativo de la participa-
ción de los niños, niñas y adolescentes trabajadores en el
De manera específica, los resultados esperados al finalizar ámbito internacional. Para entonces, ellos habían interac-
el proceso de consulta eran los siguientes: a) el logro de un tuado en eventos regionales con delegaciones de México,
planteamiento —con una visión compartida de los distintos Guatemala, El Salvador, Honduras y Costa Rica, y a nivel
actores sobre el movimiento de NATs— del rumbo del movi- latinoamericano con delegaciones de Venezuela, Colombia,
miento en los siguientes años y el correspondiente grado de Ecuador, Perú, Argentina, Paraguay, Bolivia y Brasil.
responsabilidad entre niños, niñas, adolescentes y adultos
participantes; b) el diseño de un conjunto de acciones es- Así se concluyó que:
tratégicas que conducieran a redimensionar el movimiento
desde el punto de vista teórico, metodológico y organizativo; Era necesario que el educador cediera espacios de poder
y c) el enriquecimiento conceptual y metodológico relativo a en su relación con los niños, niñas y adolescentes, aunque
la participación de los NATRAS. no se llegó a cuestionar la capacidad de los directores de
proyectos para imponer su poder protagónico.
Se realizaron cuatro encuentros. En ellos participaron edu-
cadores, promotores, coordinadores de proyecto y directores
de distintas instituciones que conformaban el Movimiento.
También se invitó a especialistas en diferentes temas de in-
terés. La siguiente cita expresó las preocupaciones latentes 10
“Proceso de Reflexión y Construcción del Perfil de Movimiento de Niños, Niñas, y
durante ese proceso: Adolescentes Trabajadores (NATRAS)”. Informe Final. Octubre 2001.
92

El trabajo con la familia era parte del trabajo de inciden- han tenido claridad de cómo se construye un sujeto social y
cia local del movimiento, pero, a su vez, un eje transver- de derechos” (entrevista hecha por el autor, 19 de noviembre
sal de trabajo. de 2005)12.
Era necesario definir lo que se entendía por protagonismo.
Hasta el momento, entre los logros del Movimiento NATRAS
En los años transcurridos desde el proceso de reflexión encontramos:
del año 2001, se ha fortalecido la visión compartida entre
los representantes respecto de los proyectos, así como a La construcción colectiva y consensuada del perfil del mo-
un conjunto de acciones que vuelven viable al movimiento. vimiento nacional de NATRAS.
No obstante, siguen tanto los grandes vacíos conceptua-
les —relativos al carácter de los movimientos infantiles La obtención de la personería jurídica de la organización
de NATs— como la falta de definición sobre las estrategias que hoy aglutina a 15 diferentes proyectos, a representan-
y metodologías para la participación del amplio sector de tes en la asamblea de NATRAS y a la Comisión de Apoyo
NATs. Yamileth Ocampo es consciente de la inexistencia de Adultos.
de una declaración de principios de los NATRAS: “Los
niños no lo han sentido necesario. Sí se han realizado El fortalecimiento del proceso de participación y organi-
consultas al respecto en distintas épocas” (entrevista del 14 de zación de los proyectos locales; es decir, de los que se
octubre de 2004). encuentran directamente en los municipios en los que el
movimiento está presente.
La organización NATRAS sí cuenta con una misión definida.
Su texto es el siguiente: “El movimiento NATRAS de Nicaragua El desarrollo de una visión más amplia de integración de
lucha y contribuye a la demanda y al cumplimiento integral de niños, niñas y adolescentes al Movimiento, lo cual apunta
los Derechos de las niñas, niños y adolescentes trabajadores; al involucramiento de NATRAS, ya sea que estén o no
a la erradicación de las peores formas del trabajo infantil; a la integrados en los proyectos.
humanización de sus condiciones laborales y al reconocimien-
to del trabajo digno como elemento formador de su desarrollo La incipiente horizontalidad en la relación niñez-adultez.
humano, promoviendo el protagonismo y facilitando espacios En palabras de Yamileth Ocampo: “Antes nos sentíamos
de participación”11. como maestros, hemos logrado romper esa visión. Ellos
siempre tienen algo que decirnos... ahora la relación es
Así, para el 2005, más que un movimiento lo que existía más de colaboración mutua” (entrevista hecha por el au-
era una convergencia de proyectos que desarrollaban, de la tor, 14 de octubre de 2004).
mano de los NATs, programas de animación educativa, ex-
presión cultural y prevención de la violencia sexual, dando La gestación de la visión social de los NATRAS como
forma a una organización federada llamada NATRAS, orien- sujetos con capacidades que deben desarrollarse. En tal
tada al desarrollo de una agenda reivindicativa de los De- sentido, los NATs “ahora se ven más como sujetos activos
rechos Humanos de la niñez. “Aún somos una coordinación que tienen capacidades y potencialidades que debemos
de proyectos —sostiene Yamileth Ocampo— pero ambicio- fortalecer. Son ellos quienes se deben convertir en ges-
namos ser un movimiento amplio donde estén masivamente tores. Es una cuestión de auto conciencia, de ‘empodera-
los NATs” (entrevista hecha por el autor, 14 de octubre de miento’” (Yamileth Ocampo, entrevista hecha por el autor,
2004). Asimismo, según María Ivette Fonseca “hasta ahora, 14 de octubre de 2004).
los NATRAS solo funcionan en la lógica de proyectos. No

11
Ibid. pág. 30.
12
En tal sentido, el movimiento NATRAS
establece políticas de incidencia comunes para las distintas ONG, representadas en una junta directiva compuesta por membresía
adulta, normalmente los directores de las
ONG participantes. De forma paralela, como máxima instancia deliberativa, funciona una Coordinación Nacional (CON) integrada por
Comisión de Defensa de los Derechos del Niño y la Niña, que representan a sus pares de los respectivos proyectos.
93

La construcción participativa de las agendas municipales Existe también una organización nacional llamada Movimiento
de la niñez, de cara a los gobiernos locales y a la reali- Infantil Luis Alfonso Velásquez Flores (MILAFV). Esta orga-
zación de consultas sobre el tema del trabajo infantil en nización reúne a NATs en grupos de interés, principalmente
municipios como Somoto, Estelí, Ocotal, Yalí, Jinotega, deportivos y culturales, sin enarbolar reivindicaciones labo-
Matagalpa, León y Diriamba. rales.

La continuación del proceso de análisis y discusión so- Tanto en NATRAS como en MILAVF existen planteamientos
bre la concepción y el enfoque del movimiento en torno de ampliación de la participación infantil. Pero esa inten-
al tema de ‘trabajo infantil’, así como el papel y el nivel de ción o vocación no tiende necesariamente a la gestación de
incidencia de la organización en el ámbito nacional. un movimiento autónomo. En el primero funciona bien un
Comité Nacional integrado por niños, niñas y adolescentes; no
La definición de las formas de trabajo infantil y la lucha por obstante, la máxima instancia de poder real es la Asociación
su erradicación progresiva. de Apoyo al Movimiento NATRAS, cuya Junta Directiva está
integrada por adultos. En el MILAVF sucede algo similar.
La promoción y el fortalecimiento de los grupos y las redes Estas organizaciones no mantienen una coordinación perma-
de interés de los niños, niñas y adolescentes en torno a nente o articulada que las integre con otras que también se
temas como cultura, deporte, recreación, entre otros. autodenominan “organizaciones de NATs”.

Como organización, se están tratando de fortalecer tres ejes Con relación al vínculo con la Coordinadora por los Dere-
fundamentales: chos de la Niñez - CODENI, debe decirse que “esta es una
coordinación de adultos, en cambio NATRAS promueve la
1. La identidad grupal, así como la conciencia y el sentido de la participación directa, por eso nos salimos. La coordinación
organización como movimiento social. En esa dirección, hace CODENI - NATRAS es esporádica” (Yamileth Ocampo, entre-
falta trabajar en el proceso de redefinición y reestructuración vista hecha por el autor, 14 de octubre de 2004).13
organizativa; principalmente, se debe trasladar el rol protagóni-
co a los NATs, dentro y fuera de las organizaciones. Asimismo, existen instancias con expresión nacional y bases
en los territorios, en las que participan las organizaciones con
2. El manejo y mejoramiento de la promoción de los dere- proyectos de NATs. Entre las más importantes se encuentran el
chos de la niñez en general y de la niñez trabajadora en Movimiento de Comisiones Municipales de Infancia (adultos),
particular. los Consejos Municipales Infantiles (niños, niñas y adoles-
centes) y la Red de Alcaldes Amigos (gobiernos locales).

3. La conceptualización y el enfoque del trabajo infantil.

En definitiva, lo que se necesita de los adultos acompañantes


es promover el desarrollo y protagonismo real de los NATRAS.
Para ello, primero deben reconocer la dignidad, las capacida-
des y las experiencias de la niñez trabajadora. Solo así podrán
pensar en facilitar procesos de cambio de actitud, transmitien-
do valores éticos, morales, culturales y propiciando, así, que
ellos detenten el poder de sus propias estructuras sociales.
En segundo lugar se debe propiciar el fortalecimiento de los
espacios de participación activa —promoviendo la comunica-
ción fluida en todos los niveles— para lograr un movimiento
13
que represente efectivamente los intereses del conjunto de los Al respecto, Yamileth Ocampo opina que “los educadores se deben a los proyec-
tos. A veces eso puede ser un problema.
Otra cosa son los promotores, entre ellos,
niños, niñas y adolescentes trabajadores. muchos ex NATRAS. A estos les interesa un movimiento con identidad” (entrevista del
14 de octubre de 2004).
94

El debate nacional sobre la


erradicación del trabajo infantil
95

Yanina Patricio
96

E
n nuestro medio prevalece la visión arcaica que caragüense conformando una alianza para la erradicación del
considera a la infancia y adolescencia como ob- trabajo infantil que involucra al Ministerio del Trabajo, el Ministe-
jetos propiedad de los adultos e incapaces de rio de la Familia y en gran medida a UNICEF, bajo el liderazgo
aportar, opinar y menos aún decidir. Por lo tanto, de la OIT- IPEC. En ese mismo sentido, la OIT realiza una inten-
es difícil para la niñez y adolescencia remontar sa labor de gestión con los organismos no gubernamentales.
la cultura dominante y reconocerse como seres
humanos con derechos. En el segundo grupo encontramos a aquellas organizaciones
nacionales que opinan que el trabajo infantil no debe eliminarse
Como resultado de ello, obviamente las políticas adoptadas en sin preguntar a los niños, niñas y adolescentes trabajadores si
virtud de este sector social contienen la mirada de la población así lo desean. Este enfoque asume que, en condiciones favo-
adulta. Dicha visión se hace patente en el tema del trabajo rables, el trabajo contribuye a la realización y dignificación de
infantil, respecto del cual encontramos dos tipos de discursos. las personas en sus distintas edades.
El primero corresponde al modelo de niñez de la modernidad
occidental; está promovido por las leyes nacionales de nume- Es necesario precisar que, muchas veces, las posiciones que
rosos países y por organismos internacionales que laboran asumen las organizaciones —con relación al trabajo infan-
por la niñez propiciando la erradicación del trabajo infantil til— no son tan definidas o claras. Frecuentemente, las ONG
(UNICEF, OIT-IPEC, entre otros). El segundo discurso corres- que tienen proyectos con los NATs manejan un discurso dual
ponde a los movimientos consolidados de NATs en diversas para no ser castigadas por medio de exclusiones en materia
latitudes del mundo; este discurso toma forma gracias al traba- de financiamiento de la cooperación internacional o para no
jo de un grupo importante de promotores y científicos sociales ser cuestionadas desde las tribunas que difunden las ideas y
e instituciones no gubernamentales. Estos hacen un llamado los valores dominantes en materia de infancia.
con la finalidad de crear las condiciones para que los menores
de edad, en situación de precariedad económica, puedan A diferencia de otras organizaciones de NATs en el continente,
trabajar en un medio más seguro y combinar, en la medida en Nicaragua la organización de NATRAS no ha sido acusa-
de lo posible, dicha actividad con la educación, la creación da de peligrosa por la OIT. Ello, precisamente, porque se ha
artística y los juegos, entre otros. cuidado de no confrontar el discurso abolicionista de la orga-
nización internacional. Sin embargo, la posición que predomi-
Con referencia al primer grupo, se considera que “la legislación nantemente ha asumido el NATRAS de Nicaragua es la de
de la OIT en relación con el trabajo y la infancia tiene un sesgo reivindicar el trabajo como derecho, dedicándole jornadas a su
acentuado por modelos hoy globalizadores, en los que se pue- reflexión, definición y propuestas.
de caer en el espejismo de considerar cierta uniformidad en los
procesos y proyectos de desarrollo de nuestras sociedades. Así, en el transcurso de los últimos años, se ha definido un
Esto hace aparecer dicha legislación como violentadora de la espacio en el que convergen muchos actores; por ejemplo, el
heterogeneidad de nuestros países desde el aspecto econó- de la oposición a las peores formas de trabajo infantil con refe-
mico, pero más radicalmente desde la riqueza de su variedad rencia al trabajo bajo condiciones de violación de los derechos
cultural en cuyo marco hay derecho a considerar el trabajo de humanos de los niños, niñas y adolescentes o su exposición al
los niños desde otra racionalidad” (Cussiánovich 2005: 19). peligro. Así, el Centro Dos Generaciones define su criterio del
siguiente modo: “Trabajo infantil de alto riesgo es el realizado
Es verdad en este aspecto, que la OIT ha tenido un rol prepon- por niñas, niños y adolescentes, caracterizado por jornadas
derante en la definición y conceptualización del trabajo infantil. laborales inadecuadas; carencia o inadecuada remuneración
En palabras de la directora nacional del IPEC (programa de la económica; ambientes insalubres, exposición prolongada a
OIT para erradicar el hecho social que abordamos) “el trabajo temperaturas extremas (principalmente calor y cambios climá-
infantil es un obstáculo para el desarrollo intelectual de la ni- ticos drásticos) sin medidas de seguridad o protección limitada;
ñez y la adolescencia, pues el 49% de la niñez que trabaja no obstaculización del acceso y permanencia a la escuela, recrea-
asiste a la escuela y el 22% es analfabeta”. ENTIA 2000, para ción; deterioro de su autoestima e integración social creando
esos efectos, ha colaborado estrechamente con el gobierno ni- básicamente un ambiente violento y violatorio a sus Derechos
97

Humanos” (Mario Chamorro, Director de Dos Generaciones, morro, “la CODENI ha sido un duro oponente a la OIT porque
entrevista hecha por el autor, 2 de febrero de 2005). esta no ha tenido consistencia, se ha enfocado en programas
asistencialistas, dando dinero y mochilas ha hecho un programa
En esta categoría están, entre otras actividades, las de trabajo de burbuja y el gobierno se siente bien porque dice que están ha-
en la pesca artesanal y la de minería, en los cuales laboran ciendo algo. No ha llegado a cuestionar sino a imponer” (entrevista
NATs sin ningún tipo de protección, en alta vulnerabilidad y bajo hecha por el autor, 2 de febrero de 2005). En el mismo sentido,
riesgo de contraer enfermedades respiratorias y hasta de per- Yamileth Contreras, presidenta del MILAVF, señala: “no esta-
der la vida. También cabe el trabajo doméstico referido a niños, mos de acuerdo con ciertas políticas como subsidios o becas
niñas y adolescentes que quedan solos al cuidado de la casa, a las familias (...) en vez de buscar cómo subsidiar uniformes,
de sus hermanos menores y como responsables del hogar. ¿por qué mejor no promover dejar de usar uniformes?” (entre-
vista hecha por el autor, 4 de noviembre de 2004).
Para Dos Generaciones el problema debe ser resuelto desde
la familia (desarrollando capacidades), pasando por el Estado Como consecuencia de la diferencia de toma de posiciones
(que es el encargado de proveer los servicios educativos) y sobre la materia, entre las instancias del gobierno-OIT y las
las ONG (generando condiciones y buscando salidas). Al res- organizaciones de la sociedad civil, se han generado dificul-
pecto, su director ejecutivo, Mario Chamorro, expresa su po- tades para emprender trabajos coordinados que permitan un
sición contraria a que “estudio y trabajo sean irreconciliables”. mejor estudio y conocimiento de tópicos relevantes; por ejem-
“El asunto es si el tipo de trabajo le permite tener éxito en sus plo, el trabajo clandestino, la utilización de NATs para el tráfico
estudios. Esto requiere nuevas propuestas pedagógicas en de drogas y la explotación sexual. Tampoco se ha estudiado
las que los docentes, el alumnado y la comunidad en general suficientemente la situación de NATs en espacios urbanos
estén sintonizados con la realidad propia del niño que labora” específicos (por ejemplo, en el caso de Managua) y menos
(entrevista hecha por el autor, 2 de febrero de 2005). aún sus dimensiones reales en el ámbito rural.

En Latinoamérica, muchos NATs asisten a la escuela. Ello de- Haciendo un poco de historia sobre la materia legal en tor-
rriba el argumento presuntamente excluyente de educación no al trabajo infantil en Nicaragua, encontramos que en 1996
versus trabajo. En condiciones favorables, estas actividades existía en el Código del Trabajo un capítulo sobre el mismo.
pueden ser complementarias en la vida y formación de un En ese código se reconocían responsabilidades del empleador
niño, niña y aodolescente, para quien es inevitable trabajar e en relación con el NAT. Esto plantea la necesidad de elaborar
importante estudiar. Su trabajo puede ser de diversos tipos; marcos referenciales y estudiar la condición específica de los
no necesariamente una jornada de ocho horas con tarjeta de niños, niñas y adolescentes, a fin de concluir en una política
entrada, apenas existente en nuestro medio. estatal de especial protección a la niñez trabajadora. Actual-
mente, ese es un objetivo de la CODENI.
En Nicaragua, la CODENI y las ONG de relevancia opinan que la
OIT no invierte recursos en la mejora de la condición de los niños, Al respecto, se entiende que la “Política de Protección Espe-
niñas y adolescentes y más bien se ha concentrado en cierto tipo cial es aquella dirigida a niñas, niños y adolescentes que se
de intermediación (lobby) política. Como plantea el propio Cha- encuentran en situación de riesgo personal o social, ya sea

En Latinoamérica, muchos NATs asisten


a la escuela. Ello derriba el argumento
presuntamente excluyente de educación
versus trabajo.
98

por impedimentos de salud, o por problemas resultantes de la lización y formación para la vida, aun cuando los modelos euro-
situación económica y social de sus familias, derivados de fenó- peos de pretensión universal no lo califiquen de esa manera. En
menos macroeconómico y político-culturales que obstaculizan su países como Nicaragua, principalmente agrarios, la cultura rural
desarrollo y los ubican en situación de exclusión y marginación” se manifiesta más allá del límite de las ciudades. Las ciudades no
(CONAPINA, 2001:11). se abstraen del peso de la cultura rural, lo que explica que en las
urbes —bajo situaciones de pobreza urbana— también se tenga
Sin embargo —a pesar de que en nuestro país existen leyes que el mismo concepto de la conveniencia del trabajo de los miem-
norman el reconocimiento de los derechos de la infancia y ha sido bros menores de la familia.
aprobada, en 1998, una Política de Protección Especial—, care-
cemos de políticas públicas que propicien la creación de mejores En Nicaragua no se plantea aún que el Estado promueva el acce-
condiciones de trabajo para los NATs. so de los NATs a un trabajo adecuado. Ello no solo por su postura
oficialmente erradicacionista-abolicionista frente al trabajo de los
En cuanto a las instituciones de gobierno, Yamileth Contreras NATs, sino también por la visión asistencialista y de control de la
considera que estas “trabajan más en la presentación de una infancia reflejada en sus políticas y programas. Por su parte, los
imagen ante la cooperación, que respondiendo a una genuina NATs no esperan que el Estado y los organismos internacionales
voluntad política” (entrevista hecha por el autor, 4 de noviembre que están detrás les resuelvan los problemas. Lo que ellos espe-
de 2004). En tal sentido, es un hecho que la generalidad de los ran es que se garantice el cumplimiento de los derechos del niño,
fondos que se utilizan en estas coordinaciones institucionales, en asumiendo su parte de responsabilidad. Las necesidades y rei-
la elaboración de sus planes y en el impulso de sus actividades, vindicaciones de los NATs han sido ubicadas más en lo simbólico
proviene de las agencias (OIT, UNICEF y SCN) y, en muy pocas y cultural que en lo económico, social, personal y familiar. Esto
ocasiones, se involucran montos específicos provenientes del marca, de alguna manera, la construcción de la identidad social.
Presupuesto General de la República.
En relación con la representatividad se aprecia que, a pesar de
Al margen del debate, la realidad del trabajo infantil se percibe que los NATs se reconozcan como tales, no se identifican con
como un fenómeno que no solo no se reduce, sino que aumenta. un movimiento de NATRAS en el ámbito nacional. Estos niños,
La comprensión y la aceptación del trabajo infantil —por parte niñas y adolescentes trabajadores organizados se identifican
de un sector de la sociedad nicaragüense organizado— se cir- principalmente con “su proyecto”, aunque les gustaría reunirse
cunscriben a asumirlo como un hecho inevitable producto de la con otros niños, niñas y adolescentes y conocen de la existencia
pobreza, mas no como un reconocimiento del derecho al trabajo del movimiento NATRAS.
y un instrumento de aprendizaje y desarrollo personal, familiar
y de la comunidad. Al respecto, puede decirse que los grandes Como plantea Mario Chamorro: “Ellos te dicen que están orga-
problemas no tienden a desaparecer y las organizaciones tienen nizados en este proyecto o que pertenecen a esta organización,
graves dificultades para leer la realidad sobre la infancia y ade- pero no se han logrado ver a sí mismos como un movimiento de
cuarse a ella. niños, niñas y adolescentes trabajadores. Se asume que lo que
hagan los niños es del interés de sus ONG de procedencia” (en-
Conceptualmente, los organismos no tienen clara la diferencia trevista hecha por el autor, 2 de febrero de 2005).
entre derecho a trabajar y derecho al trabajo. Lo primero se re-
fiere al derecho de la persona, ya sea niño, niña, adolescente o A pesar de esa falta de identidad, de sentido de pertenencia
adulto, a ganarse el sustento diario. Lo segundo es el derecho a como niños, niñas y adolescentes trabajadores participantes
un empleo y la obligación de garantizarlo por parte del Estado. de un grupo más amplio, los NATs tienen exigencias e intereses
comunes como el derecho a la educación, a expresarse y a
En la cultura campesina e indígena nicaragüense —la cual debe organizarse. Asimismo, demandan no ser explotados y exigen
ser asumida como realidad sociológica con propia vigencia, mas el derecho a trabajar cuando tienen la necesidad de hacerlo.
no como reminiscencia de un pasado indeseable— la participa- No menos importante es que comienzan a demandar el reco-
ción de los niños, niñas y adolescentes en las labores productivas nocimiento a su identidad como individuos, primer paso hacia
familiares juega un papel importante en sus procesos de socia- su identidad colectiva no institucional.
99

Laura Resendiz

Los NATs tienen exigencias e intereses comunes como el derecho a la educación,


a expresarse y a organizarse. Asimismo, demandan no ser explotados y exigen
el derecho a trabajar cuando tienen la necesidad de hacerlo.
LECCIONES APRENDIDAS
Neddy Palacios
102

Conclusiones y recomendaciones 5. La experiencia de muchos niños, niñas y adolescentes


nicaragüenses demuestra que no existe contraposición irre-
conciliable entre escuela y trabajo. En un contexto adecuado,
ambos pueden ser complementarios y de ayuda en la forma-
1. La memoria histórica del proceso de organización de NATs ción de un niño, niña o adolescente para el cual es importante
en Nicaragua es muy fragmentada y particularizada, no insti- estudiar e inevitable trabajar. Este trabajo puede ser de diver-
tucionalizada en la perspectiva de movimiento, y es escaso el sos tipos. No necesariamente es el de la jornada laboral de
material escrito sobre esa historia. Algunos directores de ONG ocho horas con tarjeta de entrada, cosa que apenas existe.
tienen recuerdos de los acontecimientos y en sus documentos
señalan las etapas que siguieron a la desestructuración del
movimiento original de NATs. Principalmente en el llamado
6. Los programas asistencialistas no se preocupan en evaluar
la retención de mediano plazo. Se realizan pocos estudios
Movimiento NATRAS, un grupo de jóvenes líderes actuales
valorativos sobre la calidad de los conocimientos que adquie-
tiene conciencia de la existencia de un recorrido que se remonta
ren los NATs para librar su sobrevivencia cotidiana. Asimismo,
a los inicios de la década de 1990 y que de alguna manera se
son escasas las experiencias de escuelas que han optado por
reconoce como continuador del mismo. Sin embargo, no logran
políticas especiales para el tratamiento de la niñez trabajadora.
identificar claramente las similitudes y diferencias de los princi-
La más notoria es la flexibilización del calendario escolar (prin-
pios sostenidos entonces con los actuales.
cipalmente en el área rural, donde la niñez se incorpora en los
primeros y últimos meses del año a la producción de granos
2. Se evidencia un descenso en la participación de proyectos básicos). Save the Children Suecia impulsa algunos ajustes
en NATRAS. De los años 1996 y 1998 encontramos referencias curriculares para la correspondencia entre la educación y el
a 29 organizaciones participantes. En el 2001 se estimaban en mercado laboral.
48. En el 2005, la personería jurídica de NATRAS integra 15
organizaciones, representadas en su asamblea general, con
presencia en 13 municipios. Actualmente, NATRAS no está
7. Existen prejuicios que pesan en la forma en que la sociedad
percibe los procesos de la niñez trabajadora. Se considera en
organizando NATs, solo genera espacios de intercambio. Es
términos absolutos que en la calle está el riesgo para los NATs.
claro que el potencial real de crecimiento de NATRAS está en
Sin embargo, los estudios realizados en Nicaragua comprue-
cambiar el esquema de organización a favor del aglutinamien-
ban, como en otros países, que en materia de violencia sexual
to de la niñez y adolescencia excluida de los proyectos.
la principal agresión se da en el ámbito doméstico. En cambio,
no ha sido estudiado el efecto formador de algunas modalida-
3. Si pudiéramos resumir la visión que tiene la niñez traba- des del trabajo infantil realizado en condiciones adecuadas de
jadora organizada de sí misma, lo haríamos de la siguiente protección social.
manera: sujetos interesados en inventar un mundo más digno,
valiéndose de estrategias diversas que van desde la cotidiana
sobrevivencia, pasando por el reconocimiento de sus expe-
8. Los organismos que promueven la visión prevaleciente
de protección a la infancia victimizada y a la erradicación del
riencias y saberes y llegando al reclamo y uso, consciente y
trabajo infantil a ultranza —en el empleo de sus vastos recur-
pleno, de sus derechos.
sos mediáticos— pueden estar incidiendo, concientemente o
no, en la contención del interés estratégico de los NATs que
4. Seguramente los NATs aportarán mucho en términos de desean consolidar el desarrollo de un movimiento autónomo
proveer a la sociedad nicaragüense de oportunidades para que cuestione la intolerancia de los adultos y la manipulación
repensar la visión de la infancia, ampliando el concepto de en razón de su vulnerabilidad.
ciudadanía y generando prácticas de inclusión que resignifi-
quen la democracia como sistema valedero. Así, por ejemplo,
requerir que dejen de trabajar sin brindarles alternativas, es
9. La organización NATRAS de Nicaragua, actualmente
sostiene posiciones mediadas por las campañas de la OIT
pedirles que dejen de comer. Para un integrante del NATRAS
(en colaboración con un grupo de ONG). Sin embargo, tam-
condescender en este aspecto es también autoatentar contra
bién toman distancia del estilo de intervención foquista del
su vida.
103

Programa IPEC e igualmente resisten el abolicionismo radical 15. Actualmente no existe, desde las mismas organizacio-
propiciado por esta institución internacional. nes de NATs, un programa de formación y capacitación para
educadores y líderes infantiles y adolescentes, como son los
10. En el plano legal, actualmente hay avances. El Estado casos del IFEJANT y el Instituto de Formación de Adolescen-
de Nicaragua ha ratificado los convenios internacionales en tes y Niños Trabajadores (INFANT) en el Perú, verdaderas
materia de los derechos de la niñez y en materia de derechos escuelas de pensamiento social.
laborales de la población infantil. La Convención sobre los
Derechos del Niño reconoce la protección de la niñez contra la 16. Desde un inicio, el proceso de organización de la niñez
explotación del trabajo. Importantes protagonistas del debate trabajadora está delimitado en el perímetro espacio-temporal
sobre el trabajo infantil consideran positiva la ratificación, por de las ONG. En vez de ser un movimiento alentado por las
parte del Estado, del Convenio 182 de la OIT sobre la elimina- ONG, pasó a ser una estructura dirigida por ellas y depen-
ción inmediata de las peores formas de trabajo infantil, dado diente de ellas. De ahí que en la actualidad, más que un
a que ha permitido despolarizar el conflicto y reabrir el debate. movimiento, lo que existe es una convergencia de proyectos
En el ámbito nacional, el Código de la Niñez es el instrumento que desarrollan programas de animación educativa y cultural
jurídico que trata sobre los deberes y derechos de la población para NATs, lo que ha dado lugar a una organización federada
infantil. Sin embargo, la implementación del mismo es débil llamada NATRAS, orientada al desarrollo de una agenda
debido a la falta de voluntad política y al magro presupuesto reivindicativa de los derechos humanos de la infancia. Este
financiero. factor puede representar un obstáculo mayor en el interés es-
tratégico de los NATs de desarrollar un movimiento autónomo
11. Las ONG están enfocadas en el modelo de proyectos y de niños, niñas y adolescentes trabajadores.
no realizan estudios sobre las diferentes formas de explota-
ción que puedan conducir a la formulación y propuesta de 17. Entre los principales logros de la organización NATRAS
políticas sociales de Estado, en tanto que el problema es reconocemos los siguientes: mayor conocimiento de los de-
estructural. rechos de la niñez, gestación de la coordinación de diversos
proyectos en el ámbito nacional, generación de niveles básicos
12. En Nicaragua se asume que detrás de un proyecto de de participación de los NATs, promoción de espacios comunes
NATs existe un comité de adultos tomando las decisiones fun- y diferentes para el intercambio de experiencias en los ámbi-
damentales para los niños, niñas y adolescentes y en nombre tos nacional e internacional y la sistematización de su propia
de ellos. Decisiones menores y cotidianas sí son consultadas experiencia.
con regularidad y sin problemas.
18. En cuanto a las principales dificultades de la organización
13. Difícilmente se puede considerar que, en la actualidad, los NATRAS podemos mencionar: falta de claridad conceptual
NATs estén en condiciones de establecer relaciones de horizon- sobre la esencia del movimiento que se quiere construir, sus
talidad con sus acompañantes adultos. La mayoría de los pro- políticas y una propuesta de integración de la niñez traba-
yectos están lejos de arribar a modelos de co-gestión y menos jadora de la Costa Atlántica y de la niñez rural. También un
aún de gestión desde organizaciones de NATs autónomas. amplio desconocimiento de las actividades de la organización
por los NATs. Igualmente, ausencia de claridad del papel de
14. En los casos en los que la naturaleza de los proyectos en los educadores, falta de coordinación entre proyectos y el casi
que participan es esencialmente compensatoria, e inclusive inexistente trabajo con las familias de los NATs.
en aquellos centrados en la promoción de derechos de la
infancia, los NATs buscan elementos de identidad y promo-
ción de sus voces que, ciertamente, se confunden frecuen-
temente con las de sus tutores institucionales. No obstante,
queda cierta resonancia, a veces cercana, de lo que los NATs
desean expresar con voz propia y protagónica.
104

Conclusión general “las peores formas”, toda vez que es una expresión que evoca
el confuso Convenio 182 de la OIT.
Podemos afirmar que las experiencias de organización,
coordinación, constitución de estructuras de comunicación 6. Un reto mayor —para las organizaciones de NATs— está
y dirección de los movimientos u organizaciones de NATs en constituido por la aspiración y la necesidad de crear movimien-
países de la región conforman legítimamente un movimiento tos sociales nacionales e internacionales.
social. Este posee un carácter heterogéneo, multifacético, cul-
tural y moral que coloca a la sociedad y al Estado frente a la
cuestión de los niños, niñas y adolescentes como actores en la
construcción de la democracia y como ciudadanos en ejercicio
Recomendaciones
de sus derechos. Esto constituye un factor de gobernabilidad al
evidenciar que una sociedad adultocéntrica mella la vocación 1. La posibilidad de construir un movimiento protagónico de
democrática, la mantiene como factor de exclusión y discrimina- niños, niñas y adolescentes está asociada a la consolidación de
ción, haciendo imposible un desarrollo humano y humanizador, un grupo de adultos que establezca con los NATRAS relaciones
legítima aspiración de todos los pueblos. horizontales, no basadas en escalas de autoridad, ni paternalis-
mo o clientelismos. Asimismo, a que se entienda a los NATRAS
En este marco, cabe enfatizar que, desde los movimientos socia- como aliados en el interés común de construir sociedades
les de NATs, surgen algunas consideraciones necesarias para la más democráticas y, en ese enfoque, emprender proyectos
superación de aspectos no muy claros en el actual desarrollo de cogestionados e incluso promover la autogestión y autonomía
los NATs organizados. Los más importantes son los siguientes: de los movimientos de NATs. La participación de la infancia en
la solución de sus problemas es un proceso pedagógico que se
debe enseñar con el ejemplo, especialmente en el caso de los
1. La relación entre niños, niñas y adolescentes y adultos facilitadores y educadores que trabajan con NATRAS, procu-
sigue siendo un aspecto delicado y no siempre bien resuelto.
rando no reproducir la cultura política nicaragüense anacrónica,
autoritaria y clientelista que engendra el generalizado paterna-
2. La relación ONG, proyectos de cooperación internacional y lismo y el compadecimiento o victimización de la niñez.
movimiento de NATs constituye otro eje que demanda claridad
y vigilancia, si de protagonismo y autonomía de las organiza-
2. Es preciso promover el surgimiento de un equipo de espe-
ciones de NATs se trata.
cialistas que apoyen a los grupos de niños, niñas y adoles-
centes interesados en la creación de políticas y estrategias
3. La relación compleja y con frecuencia conflictiva de los que deriven en una participación real de los NATRAS y en las
NATs con sus mundos familiares ameritan un tratamiento más cuales se antepongan los intereses del sujeto social a las de-
sistemático y profundo. mandas de las instituciones de adultos. Una de estas tareas es
acompañar a los NATs en la consecución de una figura jurídica
4. La cuestión de la infancia indígena —de comunidades an- que les permita dar base a su autonomía institucional.
dinas, amazónicas y de otras más como invalorables culturas
ancestrales— continúa siendo un reto central para los movi- 3. Facilitar el establecimiento de mecanismos para garantizar
mientos sociales de NATs, caracterizados más bien por su que los adultos que acompañan sistemáticamente a los NATs
condición urbana. —como equipo de apoyo interno— surjan de un proceso partici-
pativo, transparente y de común acuerdo entre todas las partes;
5. En general, los movimientos requieren de una permanente cuyas funciones queden explícitas y sujetas a evaluación por
renovación de sus miembros, así como discutir y definir aquellos instancias definidas por los propios NATs.
aspectos que pueden producir una confusión en los discursos.
Es decir, el eje central de sus demandas y de sus afirmaciones 4. Promover la construcción de un modelo de representantes
es estar en contra de toda forma de explotación de la infancia. de base NATs, con formación y características que garan-
Por ello, deviene ambigua la afirmación de estar en contra de ticen la vida colectiva y los objetivos de las organizaciones
105

en lo cultural, lo social, lo político y lo económico. Ese perfil 9. En las condiciones actuales es importante considerar a la
debe partir de la propia experiencia de las organizaciones. escuela urbana y rural, más que a los proyectos, como sector
Para que surja este modelo, el propósito y la convicción de su privilegiado para llegar a los NATs no organizados.
importancia deben ser explícitos. Para el país, este es un
tema estratégico porque también plantea la posibilidad 10. Es recomendable propiciar que las universidades dejen de
del surgimiento de un relevo generacional que entienda y ser espectadores críticos para pasar a asumir compromisos con
participe en política desde otra cultura no contaminada por el la condición del niño, niña y adolescente trabajador. En el futuro,
clientelismo de la prebenda y la corrupción. En esa perspec- la maestría de políticas sociales e infancia que se desarrolla
tiva, los movimientos populares deberían considerar a los en la Universidad Centroamericana – UCA, Nicaragua, puede
movimientos infantiles como aliados estratégicos de largo y brindar un aporte acompañante, desde las Ciencias Sociales,
profundo alcance. en la producción de una conceptualización de la experiencia
organizada de los NATs e incidir en la elaboración de políticas
5. Fomentar el desarrollo de capacidades para que las agrupa- públicas.
ciones de niños, niñas y adolescentes trabajadores aprovechen
los espacios de interlocución con los actores de la sociedad y el
Estado, de tal manera que se les permita incidir en las políticas
públicas sobre los NATs y la infancia en general.

6. Participación sistemática de los NATs en encuentros


internacionales. Esta deberá ser la culminación de procesos
anteriores y el impulso para nuevas metas en la construcción
del movimiento. Siempre en el plano del intercambio interna-
cional, se recomienda la participación de algunos educadores
y promotores nicaragüenses como pasantes en los programas
del IFEJANT.

7. En relación con la construcción de la memoria histórica,


es fundamental garantizar la acumulación de experiencias
organizativas, conceptuales, metodológicas, técnicas, polí-
tico-pedagógicas, así como la posibilidad de transferencia
generacional hacia NATRAS de edades menores que
puedan ir asumiendo roles en la animación de la organi-
zación.

8. Se precisa evaluar el papel que pueden jugar las ONG


acompañantes en los contextos nacionales, en tanto dicho rol
es diverso y se amplía aun más cuando lo apreciamos en el
plano internacional. En algunos casos, las ONG han sido muy María Catalina Falla

importantes para la superación de las crisis de los movimien-


tos de NATs (es relevante la experiencia del Perú); en otros, En esa perspectiva, los movimientos
han inducido las crisis de identidad y continuidad organizativa
de los referidos NATs. En esa perspectiva, es preciso definir populares deberían considerar a los
indicadores de eficiencia y eficacia de las ONG en su labor de movimientos infantiles como aliados
acompañamiento a los NATs. estratégicos de largo y profundo
alcance.
BIBLIOGRAFÍA
107

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Managua, Nicaragua. sobre sí mismos cuando abordamos su realidad?

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Sistematización de 12 años de investigaciones y estudios sectoriales. Managua.
ANEXO
109

ENTREVISTAS A PROFUNDIDAD
• Mario Chamorro. Director ejecutivo de Dos Generaciones. 2 de febrero de 2005.
• Ileana González. Coordinadora de INPRHU Estelí. 12 de noviembre de 2004.
• Yamileth Ocampo. Secretaria ejecutiva del Movimiento NATRAS de Nicaragua. 14
de octubre de 2004.
• Yamileth Contreras. Directora Ejecutiva MILAVF. 4 de noviembre de 2004.
• María Ivette Fonseca. Coordinadora del Programa Niños Trabajadores, Save the
Children Noruega. 19 de noviembre de 2005.
• Ronald Mendieta. Director del Proyecto APAN. 24 de noviembre de 2004.
• Carlos Emilio López. Ex Procurador Especial para los Derechos de la Niñez y la
Adolescencia en Nicaragua.
• Lidia Midence. Secretaria ejecutiva del CNEPTI. Ministerio del Trabajo. 4 de
noviembre de 2004.
• Marcos Alemán. Adolescente, miembro de APAN Diriamba. 24 de noviembre de
2004.
• José Nicolás Castillo Dávila. Adolescente, miembro de APAN Diriamba. 24 de
noviembre de 2004.
• Ridel Antonio Baltodano Solórzano. Adolescente, miembro de APAN Diriamba. 24
de noviembre de 2004.
• Bryan Wilson. Adolescente, miembro de APAN. Diriamba. 24 de noviembre de 2004.
• Teresa Castellón. Adolescente, miembro del Proyecto Las Tías de León. 26 de
noviembre de 2004.
• Jackeline Rugama. Adolescente, miembro del Proyecto CESESMA de Matagalpa.
12 de noviembre de 2004.
• Alexis Sevilla Villagra. Adolescente, miembro del Proyecto Club Infantil de Jinotega.
23 de noviembre de 2004.
110
L
a niñez engloba temas que son de interés mundial.
El futuro al que nos dirigimos depende de ellos, y
la preocupación de gobiernos, organizaciones no
gubernamentales y entidades particulares a este
respecto es muchas veces la espina dorsal del trabajo que se
hace de otorgarles una adecuada formación para el incierto
futuro. Sin embargo, este volumen es contestatario y nos
sitúa en marcos conceptuales más amplios, nos acerca al
lugar desde el cual se debe apreciar todo fenómeno social:
el lugar del protagonista. En este caso los protagonistas son
todos los niños, niñas y adolescentes trabajadores.

Lo contestatario del libro radica en la destrucción de ciertos


mitos que han guiado ese buen propósito sobre el futuro de la
niñez hacia el lugar del paternalismo, por el contrario, Alejandro
Cussiánovich, desde un marco holístico, y Donald Méndez
desde un escenario particular: los niños, niñas y adolescentes
de Nicaragua, refutan la tesis de la incompatibilidad radical
entre infancia y trabajo. Abordan su tesis desde un enfoque
más realista, fenomenológico si se quiere, planteándose una
realidad innegable: los niños, niñas y adolescentes trabajan,
con o sin el consentimiento de los adultos. Por ello proponen,
más bien, darles las herramientas adecuadas para que ese
trabajo sea digno y se le valore como tal desde un movimiento
constituido y sólido que los respalde y reivindique.

ISBN: 978-603-45169-2-2

9 786034 516922

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