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‘Traduccién de Fernando Montero Castillo EN BUSCA DE RESPETO vendiendo crack en harlem philippe bourgois SR] sisloveintiuno >» ‘ial veintuno eatores < (Guatemala 4524 (c125107), Boros Aies, Argentina Biglo velntuno ediores,ea.doev. I! Cerro del Agua 248, Delegaciin Coyoacia (o4g20), DE, Mésico vehntne de espafaedores,ea. €/Mendndex ida, 9 ms (28008) Maria, Para Emiliano Bourgoin Philippe En busca de respeto: endiendo erack en Hetlem,- ed. Buenos ‘Altes Sigto Veinsno Bdtores Argensing, 2010. 4424p; 10x28 ein. - (Sociology politica) ‘Traducide por: Fernando Montero Castile ISBN 978.987 920.12055 | Adicciones.2. Consumo de Drogas. 1. Montero Catia, Femando, tad. IE‘Teala opp 38239 ‘Talo original: fu Seach of Rese. Sling Coach fn Barra (Cambridge Universi Pres, 2008, segunda eziién) ‘La prs aici ha sdo ample atu frou ‘ © 2005 Philippe Bourgois (© 2010, Siglo Ventino Faitores Argentina S.A. Diseio de cubiera: Peter Tjedbes ssa 978-987 629-129-3 Impreso en Ares Graficss Delour// Ake, Soler 2450, Avellaneda, ‘enol mesde julio de 2040 Hecho el depesito que mavea a ley 11-713, een y JImpreso cn Argentina // Made in Argentina < 2. Una historia de las calles de El Barrio rast Farle} es xn hervidero de actos deletions: hay nos ie uso de navebtitos, robes, alts, estas toda formas ‘aneebible de volar la ly, BU pai st inundad de eriinales criadas en ete vecindaro, Ning taxisa se areve a ervzar ta calle 113 al este dela Segunda Avenida luego del atardecer: sinicamente con wh ato blindado se senita sigur Un sacerdote catslico, década de 1930! Las vidas de bos narcotraficantes que protagonizan este libro serfan incompeensibles sin una detallada consideracién de su tratfondo histérico. Los puertorriquerios dé segunda y tercera generacién que'viven en. Nueva York deben situarse en el contexco colonial de sus abuelos y bisabucos. Cas desde el momento en que Grstdbal Colén ps6 la isla en 1493 y que Ponce de Leda la conquists en 1508, la ubicacién estratégica de Puerto Rico en|el een- tro del mar Caribe, en el coraz6n de una de las rutas comerciales transl ‘as mas importantes, suseieé ambicionss pretensiones ene as potencis mun dliales. A to largo de quinientosaios, la administraeién politica y econémica ‘ic i isla se ha mantenido sujeta a consideraciones de tipo mlitar queltienen poca concordaricia con ls neceslades de sus habitantes, Pese a qitc Hos con- ‘qistadores espaol inuportaron esclvosaficanos y establecieron plintacio- nes azicarenas, en terminos econdmicos Puerto Rico nunca ha sido una Colo- 1a préspera, Siempre represents, sobre todo, un ee de control militar lo que explica la tenacidad con la que Espafia se mantuvo aferrada al territorio hasta finales del siglo XIX, en contrasteéon el resto de las Américas, que obtavieron su independencia en la década de 1820. Rn los siglos XX y XXI, sujeto.a mue- vas elaciones colonales, Puerto Rio ha sido incapaz de establecer una forma viahle de organizacién politica y econémica, o que dio lugar a una de las mi- graciones masiva ms vertiginosas de los‘ttimos cien aos Cuando Estados Unidos invadié Puerto Rico en 1898, continué la prctica espaiiola de antepones lo intereses militares ala ligica econdmica, Fn la 3e- tualidad, lant se encuentra sujta al gobiemo de los Estados Unidos, eo sus resldentes no gozan del derecho al ulzagio en las eleeclones presidentiales y carecen de representantes con vor y voto en el Congreso estadonnidense, La condiciéa colonial del territorio; que desde 1952 mantiene el ambivalente = tatus de "Estado Libre Asociado”, de denuncia con frecuencia en las Naciones Unidas, léuicamente, Puerto Riep continéa representando una carga finan (76 BN BUSCA DE RESPETO: VENDIENDO GRAGK EN HARE EDI ciera para su jofe politico, Al igual que la corona espafiola durante el siglo XIX, el gobierno federal de los Estados Unidos debe invertir enormes suas {de dinero para mantener el control politico y militar del tertitorio y para sub sidi insolvente, A partir de In década de 1970, mas de un tercio del ingreso personal en Puerto Rico procede de las arcas fedterales, ya sea en. forma de cupones alimenticios o subvenciones del régimen de seguro social. En 1999, més del 80 por ciento de la poblacién puertorsiqué rrequisitos necesatios pararecibir subsidios alimenticios.*En una de sus jorma- ‘das nocturnas en el Salén de Juegos, Gésar subray6 con lucid las bases poll= ticas de la relaci6n ene Ia isa y los Estados Unidos: iia satisfacia los César: A Estados Unidos sélo le importa Puerto Rico porque esti cerca de Guba: menos distancia pa destrair el eomunismo. jNo tene- mos nada més que ofrecer! No hay recursos naturales: ni petréleo, al oro; ni siquiera el agua es buena. No tenemos nada, Qué tione Puerto Rico? Ron? Los Estados Unidos ya tienen a Ken- tucky Tennessee: todos los estados del sur hacen ron pitorro, be jlano PUERTORRIQUERO A VENDEDOR DE CRACK En las primoras décadas del siglo XX, Kstados Unidos transforms la economfa puertorriquetia, tornéindola atin menos propicia para la cultura y las necesida- ‘des locales que et sistema mereantil espatiol. Gientos de miles de agricultores se vieton obligados a sband ‘en busca de trabajo en las enormes plantaciones azucareras que proliferaron de la noche a la maviana en los fertiles anos costeres. A partir de la Segunda Guerra Mundial, dichos campesinos desarraigados y sus descendientes han sido conocids como “bares”, Segiin el mito, los ibaros, descendientes de in- dios tainos, cimarrones y polizanes moros y europeos, rechazaron las leyes y cconvenciones sociales del sistema espatiol a Jo largo de los siglos XVIII y XIX, se neguron a trabajar como cortadores de cafia en las plantaciones coloniales se establecicran en los montes escarpados de la isla, lejos del alcance del es tado urbanocéntrico. Oviginalmente, Ia palabra "jfbaro” queria decir “sal- vaje". Hoy en dia, el téemino evoca la imagen estercotipada de un agricultor fleramente independiente, que viste sombrero de paja y esgrime su machete, “se fiangota” en el “batey" de su casa y recibe vistas luego de una ardua jor nada laboral, Pese a la connotaci6n despectiva del término, el jfbaro ha sur- gido como un simbolo de Ta dignidad y Ia integridad de Puerto Rico, forjadas frente a la experiencia de dominaci6n, influencia extranjera y dispersi6n, rarcelos ent ls altar de Ia inla ya migra LUNA JUSTORIA DELAS CALLES DE EE RARIUO 77 -Existe un paralelo interesante entre las sociedades jibaras que habrian re hhuido el trabajo asalariado de las plancaciones coloniales y rechazado las for- ‘mas culturales lidstas de los espafioles, motivadas por un sentido indomable de dignidad, y la corriente contestataria de la culura eallejera que se opone a la marginacidn y explotacién por parte de la sociedad estadounidense. Sin em Dargo, el concepto de “jibara” no debe reificarse y convertirse en una catego ria cultural demasiado simplista, como # se ratara de una especie de reliquia del pasado rural, Debe notarse, ms bien, que al jbaro se lo reinventa y rede fine conforine cambian los contextos econémicos y politicos: En Ja actuali- dad, la catege luis ano a los obreros de las plantaciones azuca reras como a los residentes de segunda generaci6n en los Estados Unidos. A menudo, Primo se referia asf mismo y asus amigos como jibaros, i bien ex plots de la risa cuando le evoqué Ia imagen del campesino que se “iangota” ‘cn ma “bate” mientras diseute los sucesos cotidianos. Ignoraba el sentido de la palabra batey, pero me aseguré: fiende La tinica ver que yo me dangotié fue cuando estuve en la creel. Un chorro de puertorriquentos nos agachabamos asf, Hangoteando, y hhablabamos pendejadas por horas id Primo no est al tanto de que-sus abutclosy bisabuclos eon toda proba- bilidad fueron pequeriosagricultores obligados a comertirse en tabajadores temporales en un caiayeral dyrance la primera mitad del siglo XXperfodo.en ¢ que las multinacionales exadaunidenses tomaron el control de Ts econointa rural puertorriqueda, Sin embasgo, Primo tiene muy presente Ialemigracién mmasiva que oeurri6 como consecuencia de esas transformaciones. Las cifras no dejan de serchocants: unt promedio anvil ee 40 000 persona} abandona- ron Puerto Rico en los quince atios posterioresa la Segunda Gueta Mundial Mis de 75 000 personas eimigraron slo en 1968, afio en que fa madre de Primo, ala edad de diecisicteatios, abandons su choza cercana a una planta- cién en el pueblo costero de Arrayo para buscar trabajo como costurers en tana rica text de Nueva York, Otros 596000 paertorsiqueonsiguieron sus pasos en la dada del sesenta cn busca de tabajoryvviendas en el gueto neo- yorquino$ Pocos paises del mundo han exportado semejante porcentaje de sus habitantes en tn periodd tan breve a un anfiuién tan econgmicamente distintoy eulturaimente hosi.Nisiquiers fos dos millones derlandeses er grados (y el millén de mucrtos) en la décadia de 1840, época en que Ia ham- buna de la papa az0t6 a Inlahda, superan en términos proporcionales al mi- lon y medio de puertortiquefios ands de una vercera parte de lob habjtantes dea isla extirpados de los afrabales,cafiaverules y pueblos de wontafa que habitaban para acabar confitados en los tenement luego en 1s inmensos 178 BUSCA DE RESPETO: VENDIENDO CRACK EN HARLED ccomplejos habitecionales de Ia chidad! de Nueva York® Segir el eenso de 1980, e 86 por ciento de tos los pucrtorsiquesiosentze Ios veinticinco y eu zentay cuatro afios de edad nacido en Ia isla vivian eros Estados Unidos” Enis aos cvarentay cineuenta, la mayor parte de estos inmigrantes en contté trabajo en la inhistraliviana, especialmente en el Zector text justo en el momento en el que esta fuente de empleo comenzaba a desaparecer de la ciudad como pate del proceso de-reestructuracién de la economia mundial? [Nueva York se convertia en el centro-administrativo de las corporaciones mu tinacionales; sta empezaban a eerrar sus plantas productvas para transfer tas pases donde el costo laboral era menor, ylas plazas industrales eran re- ‘emplazadas pantatinamente por ls del séctor de servicios. Bn las dos décadas potteriores 1967, alia del nacimiento de Primo en el hospital municipal de East Harlem, el timero de puesto industiales distninuy6 en un 50 por cento ‘medio millén de tabajadores perdieron sus empleos? En ots palabra, los puertorriquefios nacidos en Nueva York son los des- cendientes de una poblacién desarraigada, repetidamente reubicada al ritmo implacable de la historia econdmiea. Enel transcurso de ls itis dos tes _generaciones, sus abuelos pasaron de trabajar como campesinos bajo un régi- men de semisubsistencia en parcela privadas aciendas locales a ser: (1) peonesatalariados en plantaciones de propiedad extranjera y uso intensive de capital, 2) proletaros agricolas residentes de los arrabales cercanos las 20- ‘nas de exportacién, (8) obreros industrials radcados en los ements dea in serait, (4) empleads del sector de servicios que vivian en los gigantescos edi- ficios de vvienda subsidiada, y por timo, (6) empresarios callejeros de la ‘economia informal. Primo capturé el pathos asociado a estas dislocaciones cuando le pregunté por qué se refera asf mismo como jaro Primo: El pai mio bregaba en fibrieas. Asi dice mi certficado de ma cimiento, pero antes de venir a Nueva Yor é] era cortador de eala |Mieldal, no me importa, no soy nada més que un jfbaro. Hasta ha- blo espaiiol coma jtharo. Yo toy fbaro. Un sector econémico en particular se ha beneficiado de la larga serie de me tamorfosis sociales y econémicas de Puerto Rico: ls multinacionales estado nidenses que tomaron las viendas de In economfa local. Respaldadas por las sgenerosas concesiones fiscales de Ia isla, tales compafitas han transformado a ‘Puerto Rico en un paraiso para las ganancias eorporativas. Cabe notar que esta distorsion econémica también se vio impulsada por consideraciones estratégi- cas de tipo militar, Luego del triunfo de la revolucién cnbana en 1959, Estados Unidos quiso convertira Puerto Rico en una llamada “vitrina de la democra ia", una demostracién y justiicacién del desarrollo econémnieo capitalist, LUNA HISTORIA DE LAS CALLES DE BI BARRIO 79 Con la intencién de promover las iniciativas del sector privado, se implanté ‘una politica de exenciones fiscalesvilida por dic atios a toda inversién en in- fraesteuctura productiva, concesiGn que entre otras cosas fomenté la tenden- cia de las multinacionales a manipular la wansferencia de costos y precios @ través le empresas subsidiarias locales. Como resultado, la isla posee la tasa de ganancias corporativas mas alta del hemisferio occidental. Ya to decia ostento- samente el secretario de Estado puertorriquefio en 1990: *Ningtin pafs de! ‘mundo les produce tanto ingreso neto a las corporaciones norteamericanas ‘como Puerto Rio”. ‘Los imperativos econémicos que moldean la vida de los puertorriquetios se han reforzado en él terreno ideol6gico por un “asalto cultural” netamente ra- cista, El cardcter agresiyo de esta relaci6n quied6 plasmiado en la politica de “E- lish only” que la administracign colonial impuso en las escuelas piiertorrique- fas hasta 1949.!" Desde luego, para quienes euigraron de la fsla, el choque ccaltural ha’ sido ms profundo. De la noche a Ja mafiana, estos nuevos inn igrantes, Cujos horizontes ciluyrales solian estar atados a redes interpersonsles ide resto organizadas en tom a complejas categor‘as de edad, sexo y paren- tesco, se vieron transformadas en parias. Desde el momento en que pisaron los Estados Unidos, los puertorsiqueiios han sido desdeiiados y lhumiliados con ‘una saiba cuya intensidad se corresponde especificamente con la historia esta- dounidense de polarizacién racial y segmentacion étnica de los mereados labo- res, ; Estos abrumadores cambigs, immpuestos impetosamente sobye Ia pobla- ci6n otrora rural de Puerto Rico, se traducen estadisticamente ep altas tisas de desempleo, un amplio consumo de nare6tieos, el resquebrajangiento fami Tiar yun serio deteriora de la saluel en la inner city. Bocos grupos Eticos, con ‘excepcién de los nativos norteamericanos, tuvieron tan pobre desempefio en las estadisticas del censo de 1990 como Tos 896 753 puertorriquefios que en ese afio vivian en Nueva York, quienes obtuvieron las tasas mas altas de po- breza familiar y de depender(cia respecto de la ayucla piblica entre todos los grupos éunicos de la ciudad, asf como el porcentaje ms bajo de participacisn laboral. En 1989, su tasa de pobreza (88 por ciento) duplicaba la de Nueva ‘York (19 por eiento). Segiin Ios resultados de una encuesta elaborada al final de los aiios ochenta, la tasa de pobreza familiar entre los puertorriquesios su peraba en un 500 por cientolla media para toda la ciudad.” El censo dé 1990 documenta vances importantes para varios grupos de puertorriquetios, especialmente para los que viven fuera de Nueva York, Sin ‘embargo, los indices epidemiologicos muestran que la salud del grupo en ge- eral se encuentra en una situacién atroz. Tiene la tasa de infeccidn de VIET de mayor crecimiento, la tasg mas alta de Incapacidad tora, el mayor ntimero de muertes causadas por citrosisy la tasa mas elevads de intentoy de suicidio, Bo BN AUSCA DE RESPETO: VENDIENDO CRACK EN HARLEM. En marzo de 1998, la media del ingreso de los hogares puertomiquelios erain- ferior ala de tos hogares blancos en mas de $14 000 ($18 999 contra $95 395) ¢ inferior ala de los hogares de o1x0s grupos latinos en més de $4000." |LA RESPONSADILIDAD INDIVIDUAL EN LA CALLE Desde la comodidad de un eseritorio o un soft, la historia puertorriqueiia de ruptura econdmica, subordinacién politica, opresin cultural y migraci6n ma- sia ofrece la explicacin més clara del ardcter autodestructivo de ta cultura callejera en East Harem, En la calle misina, sin embargo, al entrar en confrom taci6n con personas violent, las explicaciones en el plano de la economia po- Ita no son tan evidentes, Para usar términos ms moralistas, cara a cara con individuos couno Ray, Primo o César, uno siente que ninguna “justificacién his rica” puede absolverlos de las consecucncias de sus actos, que con frecuen- cia son violentos, parasitarios y sutodestructives. Cotidianamente causan su rmiento a sus familias, vecinos y amigos. Discuti esta cuestiGn te6riea, la relacién entre Ia estructura social yel rango de acci6n de los incividuos, con muchos de los narcotraficantes con quienes trabé amistad, Coma la gran mayorfa de los estadounidenses, ellos creen fir- memente en la responsabilidad individual y piensan que su marginalidad se debe a sus propias carencias psicol6gicas © morales. Rara vez culpan ala socie- ‘dad; creen que son los individuos quienes deben rendir cucntas. Tal modo de verlas cosas puede ser producto de la mezcla entre el individualismo recio del pasado jaro el puritanismo pionero legado porla inmigracién anglosajona alos Estados Unidos, un poderoso sincretismo intensificado por Ia l6gica prag- rmatica de la *supervivencia del més apto” reinante en la economia informal neoyorquina. Al mismo tiempo, entre Ia nueva generacién de puertorrique- fios, una variante de la culeura callejera es casi politica en su oposiciin a la so- edad convencional. Cuando Primo interactuaba con su amigo César, que era cinco aiios més joven, la tensiGn entre generaciones solia manifestarve: Philippe Batonces esto que te estoy diciendo, qu es pela, yhay ‘rma feterrumpe) Felipe, no ess6o et hombre blanco. e slo nos hie ls coms ms ditees, Soon pobre, verdad pero se pone que nosotros fuchemos pa hacer ago eon nuestra was. Ene the de que seamos pobre slo hace a cha mds if Gaon Novator nea vamos a heredar nada, meno gue n0s sguemos en ia loto, UNA SUSTORIA DELAS.CALLES DE EL MARRIO 81 ‘Prima: [sin hacer ens0 de César] Tienes que hacer algo buena con tt vida para superalte,y ienes que superalte para tener éxit. Site aflo- jases porque quieres ailojarte, y mis tarde vas a querer pedlis ayuda, Para los pobres, la lucha es misdifcil pero no imposible. S6lo tenes ‘que respetarte y tener fe ep ti mismo. Siyo me meto en un Io es poryee yo mismo me lo busqué. Nadie se dene que preocupar por mi, yo soy el que lo tengo que resolver. Es smi propio problema, (Gésar: Eso es un montén de mielda, pana. En este pals todo se trata de hacer dinero. Todo el mundo quiere ganarse sus chavos, vivir en los suburbioe y moriese Prima. Cillate la boca, Gésar. Me encabrona que te pongas a hablar pendejadas. En tltima instancia, gran parte de la tensiGn analitica que atraviesaeste libro gira en tom al modo en que los individuos se enfrentan a las fuerzis que los primen, En el caso de El Bari, exine ott legado histrico de magginacién social que no est relacionado con ls viiiuidescoloniales de Puerto Rico, Al situa aloe taflcantes empleados por Ray dentro dela microhistoria de East Harlem, principalmente dentro del bloque de diez cuadras en el! oriental del vecindario, una explicaci6n cast ecoldgica de us vidas fle vilea cia, efmencr y narcodependencia emerge a la superficie Las callestde El Ba- npre han producido personas wolentas y narcodependientfs si im- portar qué grupo étnico habitara el vecindario en ese momento particular ‘Naturalmente, los primeros inmigrantes en la isa de Manhattan fucron los holandetes, quiencs les robaron el teitorio alos grupos de indigenas que so- lian carary pescaren elec El nico tegado de sts inmigrantes en East Har- Jems el nombre Hell Gate (literalmente, “puerta a infer") con el que los ve cinos se referen In ofcin postal ein clle 110 stuada a une cuca del chub fecial-casa de crack de Ray. La frase Hel Gates una versin anglicanizada del téemino Haligs, 0 sumidero, con el que los holandesesdesignaron Ia Baia «que se forma por una curva eu el Rio East justo al norte def calle 96. En ls Dimerasdécadas del siglo XVI, los pantanos alrededor de esta bahia constiti- yeron un sangriento campo de batalla para los pabladoresindigenas y los car pesinos Holandeses calvinistas que empezaban a invadir el ferrtoro, Las iti tmos pobladores nativos desplizados del area fueron los Reckgawawanc, despojados en 1669 de Ia zona que mis tarde se transformatia en el costado xirerts 80 EN BUSCA DE RESPETO: VENDIENDO CRACK EN HARLER oriental de Bl Barrio, el ligar donde yo vviny donde las easas de enck de Ray Jograron prosperar: Poco tiempo despus, los holandeses cubrieron el rea con fincas de tabaco.! Mas tarde, durante los rglos XVIILy XIX, East Haslem entes cn boga por un breve petfodo como una zona de reiro eampestre para los ne- oyorquinos adinerados. Incluso el bisabuelo de Franklin Delano Roosevelt legs a comprar tervenos entre los pintoreseos valles, artoyos y pequeias fincas aque caracterizaban el distrito." Un viaje en diligencia desde el centro de Man- hhatan erdaba una hora ymedia, lo que aseguraba tn aisamniento pristino que, sin embargo, acabaria al final del siglo XIX con la construccidn de una masa yyambiciosa red cle arterias de transporte pibico vealizada por el sector prvaco yuna teri de inversones en infraesructura rounicipal ica et la tiudad de "Nueva York: el Ferrocaril del Ro Harlem en la Avenida Parka finales de I dé ‘cada de 1830, el Rerrocaril de la Tercera Avenida en 1870, el tanvia eléetico de la Primera Avenida en la década de 1880 y, por tiltimo, ol subserraneo IRT de la Avenida Lexington, inaigurado en 1908,"" ‘Como resultado, poco después del cambio desig un sistemna de transporte prblico eficemte yeconéimico vinculaba Fast Harlem con el esto de Manbatian, elBromey algunos sectores de Brooldyn. Las grandes inversionesinfaesuructura Jes quelo hicieron posible coincidieron con primera oleada de trabajadores i rmigrantes que arnibd a Nueva York en las décadas de 1880 y 1890, época en ia ‘que Kast Harlem pas6 a ser uno de los vecindarios mas pobres y culeuralescnte Iheterogéncos de la historia estadouniddense, Justaménte, los primeros inmiggas- tes quese insalaroa de manera permanente fueron los ebreios aemanes itn ddeses que tendieron Jos cls del tranva yexcavaron los tineles del subterrineo Seguidamente, grupos de judios de Europa central y oviental empezaron a ma {arse al yecindario huyendo del ya abarvotado Lower Bast Side de Manhattan. A principios de siglo XX, la efciencia del transporte piblicoy la amplia oferta de ddepartamencosasequibles convestian a Kast Harlem en un reeinto ideal para los cobreros de los sweatshops neoyoryuinos. Una fuerte presencia escandinava y afronorteamericana se unié los grupos alemanes,judios ¢irlandeses. Hacia 1920, dos iglesia griegas oxodoxas se afinzaban en Bast Harlem, al tempo que cl vecndaro ostentaba la mayor concentracign de habitantes noregosyfilan- dese de todo Nueva York Las resefias de Bast Harlem publicadts durante este perfodo no encuentran aadjetivosadeeuados para deseribir la heterogeneidadl émica de la zona: se la llama “Liga de Naciones" o secuencia cleidoscépica de anexos racials”! Eh censo de 1920 documenta la presencia de 27 nacionalidades “En pocos lug =a in designs ls tlleres de abajo ela. (N. detE] UNA HISTORIA DE LAS CALLES DE Et BARRIO’ 83 res del mundo pueden encontracse tantas razas en tan poco expacio, La vida, tal como discurre en diversas regiones del Viejo Mundo, se vecapitula aqui". De modo casi undnime, fos cientificos sociales de esos aos concebfan Ia ple ralidad étniea como un fenémeno negativo: “Siempre, donde quiera que se cencuentren tants lenguas, las costurabres del Viejo Mundo de los padres y las madres moderan lor babitos de Nuevo Mundo de sus his y... retardan su progreso". {LA “INVASION” IPALIANA DE EAST HARLEM ‘Acate contexto multiclinral de clase abrera fue al que legaron decenas de miles de tallanos a principio dl siglo XX, ytransformaron ata East Harem tn lo que el Comité de Planeamienio Urbano del Aealde Hann en 1987 "la ‘mayor eolona italian del hemiserio ocldental” Los primero ialianos que anvbaron el verindate, procedente dels zonas ras del sur de pat e- {pron contrarados por!on admindstredores del tanvia dela Primera Avenida ‘como parte de str intento por romper una huelga de los tieléros irfandeses.!? anal gue pobaros los line coexina en tension con una alomert cin ms vieja de barra, tan slo dos cuadras de dstanea,en la le 104, que babluaban los huelguistas ifandeses entonces desempleados. Ha ls fuentes tres décaay I ferrea ompetencia por empleo yvivenda prorocd, tina forma de segregei6n y hosflidd interétaia tn intemta qoe ef antago- namo Hleg6 a penetra as dlmerfiones mos privada eta ide cotdhn. Las iglesias locales tes corrarom lan pyertas ox actos imigranten- En 910, un estudio avpicado por una iglesia protestante determin, de alguna raner Que el 0,5 por cento de ley residentes del yeindario evan *inasiibles ‘Atmismo, cuando el4 de diciembre de 1884 los cat Sic alemanes eilande ses celebraron fa miss inaugural en la monumental iglesia de Nuesrd Sehora det Carmen, construida par tender la mis zona de Hal! Galeque la ed de crack que Ray abasteca el sacerdote resident obig6a ls lallanos a cpmnulgar fn el s6tano, Reciéa en 1919 se les permiié a los ile mezcarse con el resto de los feligreses ' ‘iarantc sus primeras décadas en Nueva York, ls italianos fueron desplaa- dor hacia as pauprinasy uci avenidascontiguas al Rio Eas, cus ils ‘un periodisa desea en 1900 ebmo “un smunde de chatara, err Hescan Pesto, vigones dexpedaados yertederos, maporyhotlierolas"™ Este se- tos que ocupa ia exquina noveste el ecndai, es exactanente el ee donde eg opera cae ec ey near een orp cos itaianos octogenatios que ain vivian en ln Avenida Pleasant la alle de 84 EN BUSCA DE RESPETO: VENDIENDO CRACK EN HARLEM ‘La Quinta Avenida entre as calles 116, 17 eo 1899. Corea del Museo de LeGhudad de Nueva York cinco cuadras en el extremo oriental del veeindario, todavia recordaban los nombres de las pandillasirlandesas efalianas antagénica: que ee ‘quel periodo de transici6n, Disfrutalan al enumerar las cuadras ¢ incluso Tos ccdificios espeesfcas que ocupaban los grupos de Jas distintas naclonalidades. El furor racista que acompaiié a la oleada de inmigrantes del sur de Talia, ta gran mayoria procedentes de Sicilia, reverberé a lo largo y a lo ancho de [Nueva York. Los politicos, alarmados, acusaban a los recién llegados de perte necer “la raza africana’. Se los contrastaba despectivamente con Ios italianos del norte de su pais, que eran considerados “germdnicos" y residian en otros sectores de Nueva York a para 1893, el New York Times censuraba “Ia ilegali- dad y los impuleos vengativos de los numerosos inmigrantes del sur de Telia que residen hoy dfa en East Harlem’? ‘Acaso la més insidiosa manifestaclin del ataque ideol6gico al sentido de la dignidad y el valor personal de los trabajadores italianos hayan sido las préct- cas y actitudes de los representantes de Ia sociedad dominante encargados de asimilara los nifios inmigrantes ala cultura anglonorteamericana. Los macs- ‘0s informaban que “los italianos no tienen descos de aprender... son dema- durante UNAJMSTORIA DE LAS CALLES DE EL BARRIO 85 siado lentos"; “se encierran en sf mismos". Una trabajadora social se quejaba de que, “cuando le pregunté a una familia italiana qué era lo que més extis- faba de su pais natal’, su respuesta fue “vivir con nuestros animales". Los cien- tificos sociales de la €poca, pese a sus inclinaciones generalmente democrati- cas y su preocupacion por escribir informes responsables a favor de las poblaciones desfavorecidas, no lograban evadir los estereotipos contempord: hneos: “Hay mucha delineuencia, asf como personas Incompetentes y estipidas en el vecindario” 2 Frederic Thrasher, el académico universalmente recon ido como fundador de 1os estudios sobre pandillas, sefialaba en Ia década de 1980 que *todos los muchachos del distrito resultaron tener unt nivel de inte: ligencia menor que el normal para su edad”? Los recuentos auitobiogréficas sobre aquellos afios corroboran los efectos del prejuicio contra los adolescentes italiano Pronto aprendimos que “italiano” queria decir algo inferiox,y una barrera se alzé entee los jévenes de origen italiano y sus padres. se fue el proceso de norteamerica cstadounidenses aprendiendo a avergonzarnos de nuestros padres. in: empezibamos a hacernos LA “INVASION” PUERTORRIQUESA Prevsblemente, crando en lot aos teint ycxarenta los puertoriquetios co smenzaron @ aribara East Harlem provenientes de zonas rurale, bu rechazo fue tt intent como el que enfrentaron los italiana. Ax como Ip tains suplantaron alos ielewos irandeses en las postrimerias del siglo XIX los puer- torriquetios reemplazaron a los trabajadoresitaianos judos en ls ibricas textiles e inmediatamente 4 convrteron en el blanco de ua maevo ateque f= sico ¢ ideologico. El célebre musical Was Side Stay, producido por Leonard Berustein em la década de 1950, captur para el consumo popular una version pandiller de los antagonismos estructurales que marearon el primer encuen- tro entre italianos y puertoriqueiis. Con una visién menos roméatica de a poca ls a clisicasautobiografie de la Kteratara muyerican ~Doun These Mean Stes" de Piri Thomas, y FaniyInstalnents, de Bdware! Rivera~ doc rmentan con gran elocuencia lujo de detalles a experiencia de lsadolescen- H I * Vase a edci castllana: Por tas cals baw rad de Suzanne Dod ‘Thomas, Nucra York, Viewge, 1998, 86 N BUSCA DE RESPETO: VENDIENDO CRACK EN HARLEM tes puertorriquefios recién llegados a Manliattan que debfan enfrentar la ira de los jovenes italonorteamericanos, decididos a proteger su territorio ance la Iegada de los nuevos inmigrantes. Décadas mas tarde, todos los miembros de Javed de Ray mayores de veinticinco afios tenfan recuerdos vivides de las pali zas que les propinaban los italianos de "Vinnielandia". Un prime de César de ‘weinta y siete aos, que habia dejado el vecindario hacfa unos afios para mix darse a un suburbio de Connecticut, donde trabajaba como agente de seguros, me ilustré esta transiciGn hist6rica: Yo me acuerdo cuzndo se empezaron a ir los blancos. Yo vivia en la calle 112 y todo el empo pelesbamos con los italianos. Bran los aiios de las gangus. Habfa un chorro de mafiosos en el barrio, toda- ‘via andan por aq) iempre teniamos peleas con los italianos agi nida [seala por la ventana]. Recuerda ver a un italiano dindole tuna pela a un pana con un bate hasta que lo wat [Se oyen disparos} Pero en ese tiempo no era con pistolas.. bueno, tal vez zip guns, pistolas caseras que tile ponfas un tbo, cinta els ica y ya est [Mas disparos] Ahora es con Uris. cen fa Primera Ave- En la call, lalucha por evar que “Little Tay" se transformara en BI Barsio en Jas décadas posteriores ala Segunda Guerra Mundial no se limitaba alas pan- dillas de adolescentes. Miembros locales de los sindicatos del erimen orgat zado amenazaban a los propietarios para que mantuvieran una poblacién de arrendatarios exclusivamente blanca. Esto oeurrié especialmente en el cos ado oriental del vecindario. Segii los residentes de mediana edad, hasta 1a década de los sesenta, cuando murié Jor Rao, un sicario ligado a la Lunilia Ge- novese, los puertorriqueiios fueron completamente excluidos de la cuadra en. la que yo viv. Poco después de mi legada al vecindario, una corredora dé bienes raiees me coments que tno de los lugartenientes de la familia Geno- vse le habia advertido que *pensara bien a qué clase de gente le quest ala lay’, al ver a una pareja afronorteamericana visitar un edificio que ella recién haba remodelado. ‘La memoria popular suele enfatizar la violencia del duclo entre italiancs y puertorriquetios. Sin embargo, el primer eslabén en fa cadena de sucesiones G1micas en Fast Harlem data de la década de los reinta, cuando la situaci6n, socioeconémica de gran parte de la poblacién judfa comenzaba & mejorar y ésca empezaba a mudarse a vecindarios blancos homogéneos. Este proceso fue el tema de un informe elaborado por fa Junta de Bienestar Judio en 1931: LUNA THISTORIA DE LAS CALLES DEEL MARLO 87 El influjo de puertorriquesios (entre los cuales hay'un elemento ne- {gro significativo) [...] en East Harlem es un fictor éonsiderable en el desplazamiento de Ia poblacién juda bacia el Bronx y Brooklyn.®! Los sfronorteamericanos, que ya vivian en cuada aisladas del vecindatio y represcntaban cl 14 por ciento de la poblacién ~segin el censo-de 1950~ nea suscitaron tanta hostilidad.S® Quiea se les tolerara mie porque su es dencia estaba restingida a calles yedificios segregados, o actso su profunda sotializacion en el contexto del racismo estadouricease produjera compor- tamientos de recato y acomedamiento entre ellos. A finales de los afios vyeinte, un investigador aseguraba que las barreras entce los nos negros y blancos se empezaban « desmoronar gracias al bibliotecario local, "quien Tes lee sobre el pequetio Black Sambo y les cuenta historias" * No dbstante, me- nos de vente afos después, Hast Harlem experimentaa motines interétni- cos tiparttos: afconortéamericanos contra italonorteameticines' contra puertorriguefos, El vecindarioinspir6 un duro editorial de la revista Tengen. 1946: “[Es] el arrabal venerioso coitocido como East Harlem, infestado de crimenes y {poblada] por hordas de italianos, puertorriquesios, judfos y ne or" En términos generale, fueron los puertortiquetios quienes se Hevaron la peor parte del rechazo, Eran mis pobex que todos les teams. Ur, estudio mé- ico de 1929 demuestra que los recién legados verdiceramente fe morian de hambre: “La gran mayorfa de ios ninios puertorviquetios examningdos sutie de Jdesnutricin” Los problenias de salud que padecian se interprefaban en tér- rninos racistas. Entre 1920 y 1940, se desatd una ola de panico pr las epide- nine de tuberclosisy enfermedades venéreas com las que los puertorriquelios presuntamente estaban infestando Nueva York. Los especalstas nfs prestigio sos en materia de enfermedades tropicales raiicaban “cientifcamente” la condicién de paris de los nuevos inmigrantes: : El doctor Haven Emerton, experto en patologias tropicales de ba Universidad: de Columbia, afirma [...] que todo portorriquetio®* Teva dentro de sa organismo gérmenes de enfermedades tropicales, enfermedades venéreas yaquellas alas que se llama “enfermedades dela mugte? de menor rao, Fate probeta de sd no inqictaal portorriquedio tanto como al neoyorquino, pues el primere)ha des arrollade inmunidad contra esas patologas, La asa de padec tos pulmonares muestra un empinado crecimiento a caus de st prevalencia en este grupo. Tienen nociones primisivas del euidado Infantil debido a las cohdiciones de vida en Puerto Rico. Muchos nunca han visto una vac e ignoran que existe Ia leche r BB EN BUSCA De RESPETO: VENDIENDO CRACK EN HARLEM Lu]. La madre italiana es mas inteligente, pues al menos sabe ule zarla leche de eabra™ "Nuevamente, como en el caso de los inmigrantesitalfanos de la generaci6n an- terior, el enguaje académico reflejabs los prejuicios de la époce. Una tesis de maestrfa presenada en 193] por un estudiante italonorteamericano de se ‘gunda generaci6n en la Universidad de Nueva York se refiere a los puertorti- queiios como “spics"* y asegura que “estén invadiendo” Kast Harlem. Otra (esis escrita un afio antes en la misma institucién afirma que los puertorrique= fos “traen consige... degeneracién moral y condiciones de vide deplora- bles” Asimismo, un estudio eneargado en 1998 por la Camara de Comercio del Estado de Nueva York asegura que los puertorriquefios de Fast Harlem ‘muestran “una mareada inferioridad en sus habllidades innatas”, Se decia.que su coeficiente intelectual promedio era 20,5 puntos menor que el de los esta- dounidenses nacidos en América del Norte. Los estdiosas se quejaban de que “no se ha podido localizar 2 muchos puertorriquefios de inteligencia elevada ‘ media’.*® Con menor legitimidad institucional, un manual popular de Jos afios cincuenta sentensciabs: Los puertortiquefios no nacieron para ser neoyorquinos. Por lo ge= neral son agricultores toscos sujetos a enfermedades tropicales con- génitas,fsicamente incapaces de soportar el clima nérdico, faltos de especializaci6n, analfabetos, ignorantes del inglés y casi imposibles 4 asimilar y preparar para una existencia productiva y sana en wna ciudad acelerada hecha de acero y piedra. ‘Todos los puertorriqueiios se parecen, todos sus nombres suc- rnan siuilares y si un inspector se presenta en uno de los departae ‘mentos abarrotados en sus fexements pululantes, nadie sabe hablar inglés No es s6lo que muchos de estos puertorriquefios empiecen a de- pender del Programa de Asistencia Social Piblica en el momento en que sus pies pisan un muelle o un aeropuerto teeundario; algunos esti registrados para recibir esta ayuda con anticipacién, mientras se encuentran en el mar en el aie." + Equivalence, en ings, del térino castellano *sudaca" blo que referdo a Tos latinoamericanos en general, (N. del T} UNA HISTORIA DEEAS CALLES DE EE-nARRIO: 89, POHREZA ¥ DETERIORO ECOLOCICO Independientemente del grupo-étnico que predominara en el vecindatio-a partir de la década de 1880, investigadores y comentaristas siempre han la- mentado la concentracién de la pobreza en East Harlem; ya han condenado, a su ver, en términos moralistas: East Harlem es uno de los peores distritos de la ciudad. A los.nifios no les importa aprender a respetar ls leyes o la disciplina (..}.Pee~ valecen la pobreza y la disfuncién social. Aproximadamente la mitad de losresidentes:puede califcarse como pobre y la otta mitad come muy pobre: Fisicamente, e? vecindaria se describe en repetidas ocasiones. como “mu grientoy hacinado”, y su infraestractura piblica como defiviente: De al critica categsrica de tn periodista en 1946: “Todos los servicios pxibligos esti. al borde del colapso... y son completamente inadeeuadas para soporcar tal carga poblacional” Las deseripciones de las ealles.que realizaban 0s etno~ grafos en 1950 servirfan para deserihir las mismas calles en las déenday de 1890 y 1980: \ te Lacalle estaba inmunds: haba despojos de todas lases, como eate~ zas de sandia,céscaras de banana, vidios 010s, ajs vis ydigpios [uJ Una tenda abandonada (tenfa una ventana rota}.Eas veretlas, pperias y ventanas, todas repletas de gente f...)® } a insta segregaci6n y concentracién de fa pobreza en Fast Harlem ha sae citado una ampli literatura de denuncia tanto en el Smbito académjeo como en cl artstco, La cercanfa del vecindasio al dstrito residencial ms acomo- dado de la ciudad, asf como el Hecho de que se encuentre a una breve camic nata de la galeris y editorials in prestigionas de los Estados Unidos, lo han. puesto en la mira en reiteradas ocasiones. La mayor parte de ls investigacio- nes cientificosociales acerca de Rast Harlem ha involucrado alguna forma de observacién patticipante, generalmente alrededor del tema de la pobreza ‘como patologfa. En las décadas de 1920 y 1930, el ya mencionado cximinclogo Frederic Thrasher dedicé tos tillimos quince afios de su vida a estudiar lade lincuencia juvenil en el Harlem italiano, Mediante su insttato en la Univers- dad de Nueva York, financié decenas de tesis de posgrado cuya base teria fandamental era su concepto ectldgico de las “éreasinterstciales". Thrasher afirmaba que el crimen y la patologia social surgen desde los nicleos de po- (90 EV BUSCA DE RESPETO: VENDIENDO CRACKCEN HARLEM, breza urban en circutos concéntricos expansivos.¥ Pese a lo simplista 0 fra ‘camente desatinado que pueda parecer su enfogue medio siglo después, los analisis dc ‘Thrasher representaron una fuerte‘crciea al racismo y al dari: nisme social prevalecientes en su época. En laintroduecién del libro discutt la siguiente'gran teorfa acerca de la po: breza que se formulé como resultado de una etnografia realizada en. El Ba rio, Desarrollada por el antropélogo Oscar Lewis # comionzos de los aiios se senta, la teoria de “Ia cultura de la pobreza” tenia como propésite lamar la atencién nacional sobre la precaria situacién de las poblaciones de bajos re- cursos en las ciudades estadounidenses. Sin embargo, restringida como es taba por el reduccionismo psicoligico del marco de “cultura y personalidad” que dominaba la antropologia de entonees, a ceoxta de Lewis demostré po- seer un peligroso doble filo, El enfoque sobredimensionado de Lewis acerca de Jos rasgos psicolbgicos que segrin él reproducen la pobreza y se transmiten. alos nifios a través de familias disfuncionsles ha llevado.a multiples comenta ristas a interpretar su obra como una reivindicacién del pensamiento mora- lista, conservador e individualista que domina cl debate piblico con respecto 41a. marginacién social en los Fstados Unidos (debate que, dicho sea de paso, se-caracteriza por culpar a las vietimas, en este caso los pobres, por la-persis- tencia de su condicién). [Las producciones literarias y artsticas inspiradas en el vecindario han resis Udo el paso del tiempo con mayor solider que las teorias cientificas. James Agee, escritor neoyorquina que inmartalizé la condicién apresmiante de los aparceros en el sur de los Estados Unidos durante la Gran Depresi6n, ditigiS: suatencién « Bl Barrio durante la Segunda Guerra Mundial, acompayiado por Ja fot6graf Helen Levi EI filme experimental que ambos produjeron, un 20 rato eéndido de una multitud de nifis en el momento en que abarrotan ‘enérgicamente las calles cel vecindatio, alin sucle presentarse en importantes smuestras artistcas. Con mayor impacto popular, El Barrio inspir6 el dxito mu sical A’ Rasen Spanish Harlem, de Ben E. King. Asimismo, las calles de East “Harlem sirven de tel6n de fondo para gran parte de la literatura nuyorican, ‘movitniento literario que posee una inmensa produetividad y goza de recono- cimiento internacional, en la medida en que se ha convertido en un simbolo de Ia digniad y la resistencia cultural puertorriquefias frente la pobreza y lx rmarginacién social. UNA HISTORIA DELAS GALES DE RL. BARRIO 91 [RECONCENTRACION DE LA POBREZA EN KL EXTREMO Nila politica piblica ni las ciencias sociales ac han sumado a as artes en au ce lebracién de la vida en Bast Haslem y de sus habitantes. Al desribir las condi ues de vida locales, ls resefiaspublicadas desde finales del siglo XIX hasta la década de 1950 se caracteriun por su extreme pesimisino, Numierosos infor mes oficiales y académicos especifican que el Area donde yo viv’ y donde ope- ‘aba la red de narcotrifco de Ray siempre ha sido la zona de mayor pobreza y dclinguencia de Hiavlem, Un recuento emogrético de 1985 observa: "Mientras mis nos acercamos a fo Kast [.] mis mareado nos parece el deteriora". Que’ haya sido esta persistente hipermarginacin Ia que suscité un masivo plan de *renovacién urbana” en dicho microvecindario a finales de los aos Cincuenta, Tipico entre las potas piblica de la década de 1950 diigidas a coonbatir la pobresa, este plan destruy6 decenas de cuadras de una comunic dad perfectamente operatva habitada por uabajadores de bajos recurs. Pese ala vigorosa serie de denuncis contra el plan publicadas en la prensa local, tndquinas aplanadoras desalojicon a decenias de miles de tlianos de else bajador, los dhimos que permanecfan en el vecindatio, en nombre de la “el- tninacién de arabales" Poco después, la municipalidad de Nueva York reu- bicd a miles de puertortiquefios y afronorteamericanos de bajos feeursos en inmensos.edificios. de vivienda puiblica -los infames "proyectos" [de ladrillo rojo~entonces recién construfdos en ia zona, De ela mane, el fea se trans for en sn de lees ss concentrads de pobreza yanofi wana de todo Nueva York. { i De acuerdo cou las estadisitas oficiales, 15 786 de las 40162 f ian en Hast Harlem a comichzos de lo aos noventa resid Consrudos por elInsito Neoyorquno de Viens, Fata ct a ache 20 por ciento adicional que se aglomera en los departamentos publicos al mar gen de Ta ley, na las miles de familias que reciben otros subsidios para la vi Mlenda, como los provstos pof el programa *Seccién 8”. Esta extcaordinaria, concentracién y segregacién étnica de a pobxera ha sido fundamental parala formacién, en numerosas cudades estadounidenses, de culeuras ealeeras au todestactvas que toman contra de lo xpaio pais y de Kis ides ns wulnerables de fa inner city®* En los aios cincuenta y sesenta, mientras las topadorasimaplantaban la se- regacida étnica y econdmica en Bast Harlem, ls asistentes sociales Tenaban los archivos de las sociedades flantr6picas con informes desesperanzados. Eran testigos del deterioro final de Ja vida comunal en.el Harlem italiano, lias que ve editicios ahora destinado a convertirse en Fl Barto: (92 EN BUSCA DE RESPETO: VENDIENDO CRACK EN MARLEE No se cubren las necesidades ms bisicas [...]. Los tobos son fie cuentes. El saqueo de tubertas de agua, radiadores, inodoros y baiie ras les complica la vida al resta de las inquilinos [.,.]. Los departa ‘mentos vacantes y pasilos estén repletos de basura. Las ratas son ust gran peligro sanitario: se instalan en los edificios demolidos y se ‘multiplican y prosperan en los que quedan en pie. +» Grupos de indigentes se congregan en los departamentos desoct- pados para beber 0 consumir drogas y Ia gente tiene miedo de en- trary salir de sus hogares. Nadie, ni siquiera un Angel, podria rehuir los problemas en este lu« gar! Siento mucha pena por los nifios pequeiios: nunca han subido To que es vivir en un vecindario decentel®® ‘Situadas en su contesto histérico, estas resefias confirman el cliché: “Plus ga ‘change plus cst la mime chase [cambiar algo para que nada cambie], En mis in- vestigaciones posteriores, encontré un informe escrito por la Sociedad de Ser- Vicio Comunitario en 1956, que describia el incendio de un tenement casi \deshabitado en la esquina doncle yo habfa vivide en 1990: Un dia de agosto, en la esquina de Ja calle [1 con Ta avenica [¥3, ‘nos unimos a un grupo de asistentes sociales que observaban cendio de dos pisos de altura que quemaba los vestigios de una casa (1 El humo ennegrecta Ia pared de la estructura adyacente, par- cialmente labitada, desde la cual una mujer miraba desconcertada. .l polvo de los ladrillos cafdos cubria toda la cuadta.. Agui yall, una ventana aislada: una con cortinas © macctas, otra en ‘marcaba la cara de un niio.®> cuatro afios después, yo también observé, desconcertado, “un ineendio de dos pisos de altura que quemaba los vestigios" de uno de los pocos tenements {que permanecfan en pie, en la esquina diagonal a mi edifico, DB CANTINA CLANDESTINA A CASA DE CRACK Un hecho que resulta muy pertinente desde la perspectiva de los traficantes callejeros examinadios en este libro es que los expertos en delincuencia se pre hayan consiceradio a Bast Harlem “uno de los criaderos del crimen mis in- ames de Nueva York” Habria que remontarse alos primeros colonizadores hholandeses, que hicieron del tabaco cl primer eultivo comercial del valle, para [UMA HISTORIA DE LAS CALLES DEEL BARRIO. 93 huallar el momento en que la provisin de sustancias adictvas empe76 su Targa ‘carreta como fuente de ingresos importante para los residentes locales. A fins Tes de los aos veinte, los estudiantes de Thrasher, que peinaron las calles de ast Harlem en buses de material para sus tesis de posgrado, denunciaban ta proliferaci6n de “cantinas clandestinas por doquier”. Retrataban a una co- ‘munidad alicaida y desmoralizada, ineapaz de gobernar sus antros de perdi- Fila teas fila de edicts vcjos de ldsil, wn ambiente sucio,s6r- ido, sombrio; prendasrecgn lvadas que-cuelga como bansderi- nes de Is excaleras de emergencia: calles intundas repletas de des ojos eatos de las carretilas, meresdosajetccador de las veredas deh {tiauto; mata machacada en pila oscuras en las cunetas,tstimonio silencioso de una préspera industrnilegal; bara por montones ferofada de las cocinas, que preparan alimentos crasos para satista- cera gula de voraces comensales;ecrtura cn murosy paredes,ex- presiones indecentes de ienteslnsivas almsacenesealejeros, en- Gas insulbas de mereancéa polvorienta; sala de billar en s6tanos, “salones de bebida” disimalasos con cortinaeo candados qu, ns injan su verdadera naturale; tfico humane ocupado on naga en ‘esta congestidn escuslida!® j Sesenta aos después, en ver as cantinas clandestinas, som las caps de erck ys hospitallos”* los que "prolfean por doguier* en Hast Harleh. Cuando “aminaba por mi euadva a principios de los afos noventa,en ver dp tropezar con “pila oscuras de malea aghacaa” (el ingredient principal ira cl icor fe contabando), mis zapatoeaplastabanampollag pss de af alguna ‘qe otra jeringuilia | | ‘Una ver mis, muchos de los etales de ermen ye velo en el wicrovecin~ davioabastecido porla rede Ray ¢ han mantenido inmutables desde prin- tipios del siglo XX. La esquina conocida como La Farmacia, sede dela casa de crock nds ucratva de Ray, ha tepresentado por mucho Gempo un neleo de dlseibucién de nareticos Este lead infame se pone de manifesto en los ar- hiv dela polémica sucurale la biblioteca pablicaubicada & ap slo una cuadra de La Farmacia, Durante mi estadia en el vecindario, el endargado de latbbiioteca era ala yee el director dela Coan Drug Bustes¥* dela zona. i * Shooting galleesen Ingles (ieralmente “campos de tro"; conocides como “puntos de inyeccion [qe dzogas]”u hospialie"). (N. del} 49 Leratmentes eavaogis. (Ne del 04 EN BUSCA DE RESPETO: VENDIENDO CRACK fy ARLENE Por un afio y medio, su administracién intents clausurae wn hospitalillo insta- Jado en un edificio abandonado propiedad de la municipalidad at lado de la ‘iblioveca, a plena vista de a gniea ventana de la seecidn de "adultos jéventes” Fracasado el intento de presionar a las autoridades para que cerraran el siti, Ja Coalicién Drug Busta negocié un contrata can Coca-Cola para financiat bt demolicién del edificio abandonado y construic un parque de recreo infantil. Esta colaboracién entre el sector privado y la comunidad, sin embargo, nunca se materializ6, En la década de 1990, en vez de junkies heroinémanos, ‘periquetos”y “pipe- ros", eran grupos de alcolislicos los que desflaban por Ia biblioteca "aco~ sando" a los usuarios. El edificioabandonada donde operaba el hospitalillo. parece haber allbergado una cantina clandestina: En el inviemo se debe lamar al conseyje casi diatiamente para que sague a 10s hombres ebrios de ta biblioteca, Por las maiianas los bo rrachos yacen esparcitos en Ia vereda hasia que la poticia aeude y se los leva en camionets. La casa detrds de la biblioteca [...] fine al nada y clausurada por un aio." Estos detalles respecto de In continuidad histérica de las cantinas, los prostibu- los, tas casas de crack y tos hospitalllos serian insignificantes de no ser por st. tremendo impacto sobre los residentes que intentan llevar "vidas saludables” ‘en el vecindario, La relacién hostil que mantiene hasta la actualidad la bibliow teca de Hell Gate con las cusdras cireundantes ¢3 pa buen muestra de esta siquacién, Los bibliotecatios admiten sentir Furia por sus condiciones de tra bajo y desconfian de los usuatios del establecimiento. Paco después de mai e- gael vecindario, cuando todavia tenta ilusiones de que la zona eontara con un sector piiblico efiea, llevé-a mi vecino Angel, de once atios, a conseguir un ‘amet de leetura para que descubriera "el milagro de los libros gratis". No s6lo fracasamos en el intento, sino que en el proceso el bibliotecario os humilis, En ese entonces, supuse.que pudo haber pensado que yo ena un “tecato” que fntentaba manipular a un nifie inocente para robar libros de la biblioteca. En retrospectiva, caf en la cuenta de que el bibliotecario pudo haber sospechado que yo era un pederasta en busca de nna nueva victima, [LA OMNIPRESENCIA DE LA HEROINA ¥ LA COCAINA Dentro de la extensa tradicion que vincula a Kast Harlem con una economia informal basada en la comercializacin de naseéticos, Ia eocafna y la heroina LUMA HISTORIA DELAS CALLES DE FL BARRIO 95 som las drogas que han tenido mayor impacto sobre la vida cotidiana. En Tas <écaas ce 1990 1950, cuando las repercusiones econémicas de Ia penaliza- ‘dn federal de los narcéticosrecién comenzaban asentirse, los estudiantes de Frederic Thrasher ya se soxprendian por las ganancias que postian obtenerse en el vecindatio con la venta de morlina y cocaina. Cuarenta aos después, un detective encubierto publics un de selrsensacionalisa sobre el mismo tema, ttulado The Plasant Avene Connection a red de Ta Aversa Pleasant] Gada cierto tempo, olas de pnico estremecen ala opiniGn piblica est dounidense por el consumo de drogas.* La avalancha de fotorreportajes que acostumbra acompaiiar @ dichos sobresaltos incuye ta esquina de La Farmacia en un lugar destacado, Tal exquina figur6, por ejemplo, en 1090. Anies, en 1951, un infornte encargado por el Consejo de Asistencia Social Publica de Nueva York y elaborddo por tabajadores sociales describ ls ex ‘quina minaciosamente. EI documento, ttulado “La amenaza de Jos nare6ti- cos para l'niiez de Nueva York: un plan para erradicar el mal", cta a un jo- ven de primer afi del secuindasio que describe Ia calle 110 como un sitio donde “Tos hombres hacen fila para que los inyecten.. (y luego] se vielen como locos”! ‘Treinta y nueve aios después, el 19 cle octubre de 1990, los clientes de Ray ‘Gewrazon en la primera plana dé uno de los periédicos amarillatas de mayor Gielen de Nueva York por hace fo mismo en amiga eau aunque ms caso le atin heroin aa cocaina de Ray para preparar un bpd Un hilo de angie se introduce en‘l goteroy se mercla yelorménte con Ia solucidn de berofiva: EI hombre apriea el gotero, lo que em pin lasangre hacia su vena (1. Cuando termina, tos dems eo- ‘mienzan lt miswa danza moral. ! ‘Los adicios compran crack y herofna {y eocaina en polvol en if es quia de li calle 10 yla Ayenida Lexington, uno de ls puntos de venta mis conocldes de la giudad, yse arzastran (,.] hacia el spar para inyectarse 1 Los estudiantes de la escuclas cercanas llevan cuatro décadas alzando sus pro- testas contra la.vordgine de drogas que avasalla esta zona de East Harlem: “Siempre hay gente afuers con agujas en los brazos, [dijo] Karima Sappe, una estudiante de sexto grado, No les importa quién les pase al lado" La si ci6n se volvié tan alarmante en }990, que los maestros de Ia escuela de la ca Ie 111 colacaron cartulina negra en Jas ventanas para ocultar la vista al patio y ‘evitar que los alumnos abservarana ls clientes de Ray inyecturse speedball Los snaestros les encargaron alos estudiantes dibujar un cielo de tia blayca sobre Jas ventanas oscurecidas. (96 HN BUSCA DE RESPETO: VENDIENDO CRACK EN HARLEBE ELLECADO DE LA MAFIA ¥ LA-ECONOMIA SUMERGIDA ‘Una vex mas, a continuidad hist6rica del consumo de drogus-enel rea dnd csecieron Ray y sus empleados serfa un detallaintrascendente de-no ser por el poderoso efecto de soeializacién gue tiene solire las nuevas-genteraciones de j6venes ambiciosos, a quienes les ha transmitido disposiciones, conocimientos vyhabilidades fundamentales para forjar carrerasen el narcotrafivo y Tk drogo- dependencia. En 1951, un trabajador social escribi6 un informe que igual- ‘mente pudo haber escrito en 1991: Un joven lo dice-ast: “Todo el mundo lo hace. Bs cas! imposible ha- cer amigos que no sean adictos, Si no quieres comprario, siempre hay alguien por ahque tele quiere dar:Hs casi imposible no acabar haciéndolo porque pricticamente te lo tiran encima, Si decidieran arrestar a las personas que lo hacen, tends todo el mundo” n que arrestar a casi En los ufos teint, Thrasher sefialaba que las “tradiciones delictivas” del ve- cindario engendran un "cfrculo vicioso" entre os j6venes 1a organizacidn y operacin del delto de bajo mundo en Rast Hic~ Jem sre... para promover yestimular ln desmoralizacion.de a ju- ventud, que luego se expresa en un incremento del erimten. Los nombres de-los ginsters y extorsionadores exitosos pasan de boca euboca entrelosresidentes delrea, Las comunidades allele ras de jvenes yadolescentes, los cubes juveniles y laspandilas de hombres venes frecuentemente ls eanonizan.® os estudiantes-de Thrasher se indignaban ante Ia reaccién inadecuada de los nifos italianos al ver peliculas policiales en los cines locales. Los exaspe raba Ta celebracton de una culmra callejera dix oposiciGn a finales de los ‘Numerosos tabajadores sociales y agentes policiales ban seialado ka caracteristice més peculiar de estos pith les: celebrameon aplausos ennusistas et éxito det wlano y la derrota de cualquier “poli” o representante de "a Ley" 5 Enfan La fascinacién que ejerce en Fast Harlem una cultura callejera de oposiciéne fandada en el delito obedece en gran medida a una légica material. La mafia italiane fue la primera en institucionalizar y demostrar et potenefal extraordi- ‘UNA HISTORIA DE LAS CALLES DE EL BARRIO. 97 nario de la economia clandestina, al transformar ala comunidad en un super- mercado de drogas y estafas. Ya en 1893 un titular del New York Times denn aba: "El e6igo de la mafia en Nueva York [...]- El asesinato, castigo predi- ecto contra la train real o fantaseada” En el ditimo siglo, el crimen organizado ha alterade los rincones mas in Limos de la vida en el veeindario y ha redefinido el “sentido com: del delito y la violencia, Los periodistas de los afios euarenta daban por sen= tada la corrupeién de Ia polieta local." En la época de la ley seca, un poliesa impaciente censuré a una de las estudiantes de Thrasher por su ingenui- dad: "gNo te das cuenta de que a los poliefas les pagan demasiado bien ‘como para que respondan tus preguntas?” En 1946, un artfculo del New York Herald Tribune que demunciabs lo ficil que era obtener armas en las ca- Nes de East Hasler nuevamente se asemeje a los articulos periodisticos de Jos altos noventa: “Armas que van desde [...] revélveres semiautomticos hasta piscolas de elaboracién casera, que segtin la pollefa son capaces de dis- parar eartuchos calibre .22 con potencia homicid diantes de Thrasher describian los asesinatos como experiencias casi con- vertidas en nutina, testimonio quelles parcceria muy familiar alos residentes actuales de EI Barrio. Vale la pena comparar las siguientes dos nétas de campo. Una de ellas data de Finales de los afios veinte; la otra la esari en 1090: | {Un hombre ext sentado afveta en una alla l Indo dea puerta, $e- fala el (edficio) 294 dice: *Aqut mataron a dos hombres. Mans arriba. Domingo por a noch. Orr jugaban ears adentro. No do {6 dinero, Se escape La verydaesilena de los vidios de las pul tavy ventas ets” 1 Favor 2 Asimismo, los esta unio de. 1990] Aburrido migntras espera a Ray frente al club soci casa de erack en la esquina de La Farmacia, Luis, primo hermano de Primo, me cuenta los recuerdos de su infancia en la euadra. "Ah mismo, ahf mismito en Ia pared [sefiala]. No adentro del Club; afuera, hacia Ia avenida. Si abt en Ia pared, al lao de la pescaderta, Yo he visto sesos deeparrumados allf mismo”. Namerosos graffi rmoracién de amigos ¢ tanzas pablicas. En un edificio abdndonado a Ix vuelta de mi tenement, un mu zal de dos pisos servia como anuncio para Murder Fac, el famoso escuadrén de Ja muerte de Ja mafia que presuritamente se instal6 en Rast Harlem! en los aiios setenta y ochenta, i memoriam" pintados por todo el veeindario en conme 1 tienenl el efecto de normalizar las dramacicas ma- (98, EN BUSCA Dx RESPETO: VENDIENDO CRACK EN HARLEM En la década de 1980, la mayor parte de losjovenes del vecindario sabia que East Harlem permanecia bajo el control histérico de Ia familia Genovese, wna de las cinco “familias” sicilianas lfderes del eximen organizado en Nueva York, Los vecinos evan capaces de sefialar alos individuos que continuabasn ufaniia- dose de éxito econémico alcanzado mediante el erimen ya violencia. Camial- mente, “Fat Tony" Salemno, el cabecila de los Genovese, mantenia una v= vienda en Ia exquinsa de mi euadra. Mi esposa fue la primera en enterarse de ‘sto, en una conversacin. con una amiga en la que se quaba de que las Fou tas en la verduleria de In esquina siempre estaban podtidas. Su amiga le acon- sj6 entre careajadas que no frecuentara a verduler ya que los encargados eran “los muchachos de Fat‘Tony’, administradoves de wr venta de “bolita”? Cuando Fat Tony cays preso el 5 de febrero de 1985, eres das antes de ai e- .gada inicial ala euadra, estos mismos hombres fueron quienes se apresurazon ‘Nira los bunales para cubrirla fanza de dos millones de dglaes en efectvo requerida para lberar a su jefe. A mitad de mi estadta en El Barvio, wn trib nal le aia cinco afiosa la condena de ciento stenta fos de cércel que Fat ‘Tony descontaba alos setenta y ocho aos de edad.” ese al encarcelamiento vitalcio de su jefe, la organizacién de Fat Tony conserv6 varias oficinas en las cuadrasvecinas. La mayorta eran elubes soci les a2 antigua que admitian tinieamente a personas blaneas. La sede prin: cipal se hallaba frente a la catedral catdlica de Nuestra Sefiora del Carmen, tn iglesia donde bauticé a mi hijo. Geraldo Rivera la present6 en horario pico tlevsivo, brincando vivazmente Frente al elub, sefialando ls imosinas snegras estacionadas en doble ila delante dela iglesia yasestando con el ni- crGfono las caras herméticas de los jévenes italiano tatuados que vigilaban Ja entrada. Una cuadra hacia el sur se halla el vestaurante Rao's, uno de tos establecimientos més exclusivos de Nueva York en los afios ochenta. EI restaurante era propiedad de Vince, hermano octogenario de joe Rao, € s- cario conocido por abligar los propietatias locales a respetar ka segrege cin étnica hasta comienzos de los aiossctenta." FL local tenfa una lista de espera de tes meses, presuntamente disefada para fltrar alos oficiales del FBI que se hacian pasar por yuppies neoyorquinos ansiosos por disfrutar de aucéntica comida italiana servida en el ambiente tinica de la mafia, Mi ni- fhera italiana, que aseguraba tener “buenas conexiones’,sostenia que los sos de ariba del restaurante eran la sala oficial de reuniones de la lta jerar quia del clan Genovese. Alguicn habia eubierto las ventanas superiores del cedificio con metal corrugado para dar la impresi6n de que el tenement estaba semiabandonado, Por temor la muerte no intenté establecer contacto con lo que quedaba et erimen organizado en las enadras aledasias. Hl homicidio de un eorsedor inmobiliario mado Vinnie ~asesimado en el lay de un bance local dos dias LUNA THISTORIA DELAS CALLES DE KL BARRIO 99 ee eae ae ai ee eee re a eee ck ee irene ane eae npr en memmnnnaigy neta Honecohiaeeh ie eieeearenie ee an ena t tved de naeotien de Ray Nsiquiera me tone la noes de pedi Seembobo de mi seta de lqu la seeretara de Vine quora amen tir napceba de que iva tenia alguna Flac cone asesinto de 8 jae ee Sear ieee ree ae cea eee epee gaara nena ee Sede el teéfono publica de acaqinao el mato por el que dos hombres See eee ene rer eee Raenaree erie preanee sa ere trie ee eee eee ea frente al sto dela verdes, i Pesca que los Genovese contnuaban oentmdo gran poder enfo que se eer eee deer Ce eee eee rene eae ee ears en nearer cee eerie rer ee ee eee reere ee ee eee tn “paris” no escondlan su desdén hacia los Genovete, Un oficial del Ft schain que on 1685, undo os cinco cabeciin dela mata cayton pre- ton Pl Catllano, padrino peror de a intame Comision det Maia de uewe York, vale en carcjadar pr lo wal que vest Eat Tong." [a aie ee eee rene re oe ere errr ea eeerrvey nereeeemerenrnariee ee top aa Edad Media? (No pede ser” Ni siguiera cm el momontp mas ia- tenso de los motines interétnicos ocurridos en los afios sesenta alguien se ha- ee respetaban”. : ‘nn conedora de bienes races que me res intersado en compare cio fut Haron ve cone qua par dl aesto de Fat Toye del ee ee ee ae nonin Seeenere tn rine eerie ‘ments que las sentencias contra I mafia habjan causado tuna recesi6n artifi- cial en el mezcado inmobitiario, ya que Tony y sus socios se habfan apres rado a vender edificios pata cubrit Ios costos de los abogados, Como algo po- sldvo, la mujer me aseguré que desde la cafda de la mafia "ya no hay tanta renuencia a alquilarle a un inquilino negro. A principios de 1988, habfa que respetar las leyes del terrtorio, si me entiendes lo que te quiero decit: Hoy en ia ellos ya casi no le prestan atenci6n al vecindario’. Asimismo, me explicd ‘que la influencia politica de Fat Tony en la Municipalidad habia durado justo Jo suficiente como pata garantizar que los planes de remodelacién urbana de osafios ochenta y noventa, ditigidos a restaurar edificios abandonados y re Dicara familias sin hogar, no arrasaran con las cuadras al este de Ta Segunda Avenida 1a aia perdfasu hegemonta en la calle al sempo que a economia suber nea se empezaba a reo! ntar en vorne a la cocaina y el erack, sustancias que ‘comenzaban 2 suplantar a la herofna como las drogas més lucrativas. En grant ‘media, el vigor de la economfa del crac finales de los afios ochenta y prin- ipios de los noventa surgié como resultado de las nuevas polticas ancidrogas centradas en la represidn del contrabando. Las erecientes medidas de control cen las fronteras estadounidenses dieron Ingar a un proceso de adaptacién en- «we los importadores de marihuana desde Latinoamérica, que en ka primera ‘mitad de los afios ochenta sustiyeron el ingreso de marihuana por el de co- cana, sustancia mucho menos voluminose y por lo tanto mucho més ficil de transportar. Por consiguiente, a partir del dia en gue el gobierno federal i tensificd sus esferz0s en Ia persecicién del nareotraico, las cindades estaro nidenses se vieron inundadas de cocaina de primera calidad a precio de bara Ua, Seginn Ia Agencia Antidvogas de los Estados Unidos (DEA, por sus sighs en inglés), entre 1980 y 1990 el precio de un kilogramo de cocaina cay6 de 880 000 a $15 000.7” Los carteles criminales colombianos, propietarios de un monopolio histé- rico sobre la produccién y el wafico de cocaina, respondieron de inmediato a Jas nuevas oportunidades de mercado esquivando violentamente las vijas re- des de contrabando de la mafia especializadas en el trio de heroina. Los co- lombianos efectuaron una brillante leetura del espirisu empresarial, compo: ente tan vital del suefio americano, y crearon un mercado altamente competitive que a su vez acabé por engendrar el crack, wn producto de enor mes utlidades que no es mis que una mezcla de cocaina y bicarbonate de so- LUNA ISTORIA DE LAS CALLES DE HL BARRIO 101 dio. La. adic det bicarbonate hace que se desprenda e agente psicotsspico dle la cocaine l poneria en contacto con el fiego, lo que converte al crack en Tamable, en contaste con la cocaina en polv, que Saieamente puede aspi- rats oinyecearse. Fato produce un efeto mucho ms rid yefcaz que el de Tn cocafna, ya que los anos capiares palmonares tienen mayor capacidad de bsoreién que las artria del sistema misclorsquelético yas venas de la ne ta Por ota pare, pocos minutos de ingeit ear, el fimaciorsiente un de- {Sco orn de experiment un nuevo éxtais de dos ninatony medio. £1 “vaje nis sti y dlatado de la cocaina en polo ya nol stsface. Eso hace del crack tina mereanefa idealmente flexible. Las doss som baratas asequibles para conmimidores con bajos recurs, pero una persona con dinero puede gsr Somas infnitas en una soa juerga protongads. Et adetanto tecnol6gico y mer- cadotéenico de mezclar cocina con bicarbonato represent una verdadera re ‘olucién en la inner i, y desas la energa de miles de empresaios poten Tes que por supneto extaban mis que dispucstos a emprendet negocios de alto riesgo y alta rentabilda, De at que Tos duefios del San de Jucgos, Juego de adiministar durante ais una esoets tienda de golosnas que vena mmarihuama en bosas de 85, remodelaran ef local a finales de 1985 yf trans formaran en una galeria de videojuegos donde comenzaron a dist crak enampollas de $10. El cy fa coca inauguraron la sguicnte etapa de fa larga cadeta desi cesiones éinicas en la econommisclandestina de Fast Haslem coda dc jJ6venes tenaces, empresarios ddvenedizos aftonorteamericanos, dpainica- nos y puertorriquefios vinieron a Hlenar el vacto dejado por la mafia } rate dé |i movilidad socioeconémica de’ los italianos y el fracaso de sus Iidejes en et negocio de la cocaina y el crack La nueva Incha por el control de fas falls in- vadig incluso las dos cusdras en fl extremo oriental de Hell Gate, otjora bajo el dominio incuestionable de la mafia, ese ala pérdida de poder en East Harlem, la antigua mafia le dejoal vecin- dario un hondo legado ideol6gico e institucional was demostrar quejel delito y ls violencia efectivamente tienen rédito. La sociedad dominante, desde Tego, ada a consolidar esta moraleja con los recurrentes escdndaog en Wall Strect y el resto del mundo finainciero. César aprendi6 la lecci6n y f nevla en prictiea como vigilante del Salén de Juegos:

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