You are on page 1of 1

Amigo James: Parece absurdo obligar a tener un hijo a alguien en caso de violacin;

sin embargo, es injusto condenar a la pena capital a un beb inocente, cuando ni


siquiera el violador es condenado a muerte a causa de su crimen nefasto. Qu dices
t: no te parece injusto? Pinsalo, ponte en el lugar de beb! Pensndolo bien, es
injusto vengar en ste el crimen del padre, puesto que, esto significa una aberracin
ms grave que la propia violacin. De forma que queda claro que la mejor solucin no
es el aborto. Estimado amigo James, en los tu tercer prrafo dice que la vctima
sufrira dos traumas: uno por parte del criminal y otro por el hecho de estar obligado a
tener un hijo, imagen patente del violador En verdad en verdad te digo, que la
ignorancia es atrevida, amigo mo. Cmo puedes creer que el trauma que surge de
una violacin se resuelva con otro mil veces ms grave, como es el asesinato de un
nio inocente e indefenso? Se sabe actualmente y est comprobado cientficamente
que son ms los traumas y sndrome post- aborto que acarrea un aborto que los que
provoca una violacin. Por ejemplo, la mayora de mujeres que abortan tienen
constantes sentimientos de remordimiento y culpabilidad a lo largo de toda su vida,
ella siempre se sentir la asesina de su propio hijo. Adems, aparecen otros sntomas
como estados de miedo, migraas y pesadillas, oscilaciones de nimo y depresiones,
llanto inmotivado, angustia, ansiedad, uso de drogas, prdida de la autoestima, abuso
de frmacos, afecciones psicosomticas y misantropa. Por tanto, yo creo que, ante el
trauma eventual causado por la imagen viva del violador, la madre tambin sabe que
el hijo es inocente y lo mejor que puede hacer soportar dolorosamente los nueve
meses de embarazo y luego podra apartarlo al beb entregndolo a personas que
quieran adoptarlo y as no arrastrar por siempre una carga dolorosa que convertir su
propia vida en un infierno. Bibliografa: Aborto. La verdad sin disfraces. Por qu
debemos defender la vida del no nacido. Tradicin y Accin por un Per Mayor. Lima,
2008. P. 31-34; 63-64.

You might also like