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La frase se halla en una parte del escrito donde Marx expone sus ideas en
torno a la religin y su significado para el pueblo. Para su anlisis, es muy
importante apreciarla en su contexto:
Para Marx, la religin implica no solo la miseria real de la vida humana, sino
una forma de protesta contra esta, como si la religin, en cierto sentido, se
sustentara precisamente en la miseria del mundo y de la realidad que
atormenta el alma humana.
As, pues, esta vida miserable solo es soportable gracias a esa promesa que
aliena al ser humano, que lo adormece y lo hace aceptar el orden social vigente
como necesario e irremediable, imposible de cambiar, pues esta ha sido la
voluntad de Dios, obligndolo a postergar los sueos de justicia e igualdad al
mundo divino. Dicho de otro modo: la religin pasa a ser el discurso por medio
del cual se legitiman las injusticias sociales.
Para Marx, por lo tanto, la nica respuesta a ese sistema social que obligaba al
pueblo al sufrimiento y las necesidades era una revolucin que cambiara las
condiciones del mundo y que cumpliera las promesas de un mundo mejor no
en el ms all, despus de la vida, sino en la propia tierra.