Ser o no ser discípulo, ¿es importante?

Por mucho que insistamos sobre el tema del discipulado jamás

vamos a equilibrar el nivel del descuido en que lo tienen relegado
en la cristiandad; voluntariamente o involuntariamente ya sea por
una u otra cosa, por lo que no deja de ser grave esta situación.

Sobre todo en este tiempo se está haciendo énfasis en la media

verdad del Evangelio el ´´ser salvo´´ descuidando
premeditadamente el concepto del discipulado, debido a esta
maquinación hay resultados que dejan muchas dudas y
perplejidades acerca de la realidad ´´cristiana ´´ que manifiestan.

El manejo de este ´´evangelio´´ es muy sutil, es como el truco de

´´donde quedo la bolita´´ donde le hacen creer a la gente que
encontró la bolita, (´´el ser salvo´´) para que esté contento y se
conforme con eso y le impidan alcanzar el verdadero premio.

Esta ´´obra de ganar las almas´´ no ha de ser muy difícil, si nos

guiamos por la enorme cantidad de gente que responde a estos
evangelios baratos en todo el mundo sin la asistencia del Espiritu
Santo. 1ª Pe 1:12…. las cosas que ahora os son anunciadas por
los que os han predicado el evangelio por el Espíritu Santo enviado
del cielo….

Mas le hago mención que la encomienda del Señor a los Apóstoles

(discípulos enviados) es ´´id y haced discípulos´´ por medio del
Evangelio, entendiéndose que la fe en la obra de la cruz cumplida
por Jesucristo solo ´´introduce´´ al redimido al proceso del
discipulado, siendo este el propósito principal del Evangelio.

Cuando en las escrituras se usa el término ´´salvar ´´ no solo se

considera la salvación del alma de una condenación, el concepto
comprende esto y mucho más; la santificación, también acerca de la
condición del mundo, del poder del pecado, del maligno etc. todo
esto corresponde a la operación por realizarse a través del
discipulado.

¿Qué valor tendrá la ´´salvación del alma´´ en una persona que no

es equipada para la santificación, la victoria sobre el mundo, el
pecado, y el maligno? Como consecuencia de esto es obvio que
tampoco hay un testimonio genuino que glorifique a Dios.

En relación a lo antes dicho, nadie puede vivir cristianamente con

solo ´´una media verdad´´ (con el beneficio de La duda) esta es la
razón por la que se ve tanto pecado, desorden y confusión, dudas
y apostasía en tantas almas. Esto es el resultado de las obras de
los hombres usurpando las doctrinas de Dios.

Es extraño pero en cuanto a la SALVACION, en las iglesias casi no

hay quien dude acerca de la decisión que hizo por Cristo, pero en
cuestión de más conocimiento solo tienen información bíblica que
consideran inoperante en la práctica en sus vidas, salvo honrosas
excepciones.

Este es el indicativo de que viven sosteniéndose de ´´una media

verdad´´ que no les puede ser de mucha ayuda y provecho. Juan
6:35 --- Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene,
nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed
jamás.--- la provisión del Evangelio es para que nunca tenga
hambre y nunca tenga sed, las dos cosas van juntas, de modo
que si nomas tengo una no tendré hambre pero tendré sed, pero
el hecho de tener sed indica que no tengo la verdad completa y
nunca estaré satisfecho con la media verdad que creo tener.

Examínese si tiene y vive conforme a la verdad completa del

Evangelio, es decir la salvación y el llamamiento en Cristo Jesús.

2Ti 1:9 --- quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, no
conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo y la
gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de
los siglos.----- lo que significa que la gracia para salvar y el
llamamiento para ser discípulos estaba dispuesto por Dios desde la
eternidad, de modo que no busquemos atajos y sometámonos
totalmente a la voluntad de Dios.

Conclusión, ¿Qué tipo de cristiano es usted? De la media verdad o

de la verdad completa. Si usted no es un cristiano pleno, tiene
problemas serios, busque la verdad completa, desconfié de todo
aquel que no le manifieste tener la plenitud cristiana, porque ser o
no ser discípulo es la cuestión de tener o no tener la plenitud de la
verdad.

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