Juan Carlos Garavaglia
|
‘Construir el estada,
inventar la nacién
El Rio de la Plata, siglos XVIII-XIX
)
pPrometeo)La apoteosis del Leviathan: el Estado
en Buenos Aires durante la primera
| mitad del XIX
1. Introduccién
“Estado" del que todos hablan y a quien todos otorgan el
la cosa fuera tan evidente que no valies
en detalles molestos, Por el contrario, Fesulta obvio que nk
“Estado”, nj sus tan|celebrados aparatos: ideologieo, jur
co, militar ~aparates que parecen tener vida propia hari sido objeto de
vuna discusién seria y pensamos que ya es hora intentar
muy pequefio comienzo.
En este trabajo nos ce
del siglo XIX en Améric
Estado resulta agigantado er
i6- y se desarro
‘ Alpuns de ls trates —por ora parce, de muy buena
oon J ek Saint-Geours, Esadas y nacioes en los Ande
Balvia-Golombla Ee
1686, constinyen an empio
fareinos Sobre uno de los asp
ded ine
uo rants des
feroamerica du-
mente qui
lempre en el
wante en la
por excelen-
independiente
, nadie parece
realmente e3e
rimer lugar de
Ja pena entrar
es obvio, Niel
fico, burocrati-
launque sea un
105 del Estado
Este papel del
jaclo ~0 rena-
de Inde-
dose cop5 Bt hortzonte esata
‘omo consecuencia inevitable, o
res de la guerra el primer lugar del Estado en esas
de ya que los ahos posteriores no fueron avaros én
pareceria que Roca o Porfirio Diaz, si bien iniciafon sus carreras politicas
nse. Somos conscientes que las formas de do-
minacién van mucho més allé del mero ejercicio de la fuerza y hemos |
ido ya el problema de la dominacion simbplica en otros trabajos"; 4
pero, en este articulo hemos querido voluntaria
aspectos meramente coercitives de las formas que adquiere la domina-
ci6n estatal. En tna palabra, retomando una propuesta,de Oscar Oszlale,
veremos de qué modo se verificaba en la época
den” sobre el “progreso”.””
mnte detenemos
lla preeminencia del “or
2. Estado y coercion
dica con éxito el uso legitimo de la violencia fisica y sim
territorio y sobre el conjunto de su poblacién"””. Weber amy
en ese mis volumen. Por supueso,ofos aor
Pilar Gonaslez, Ricard Salvatore y Rad Fradkn se han ocupado tambien de las aspectes,
Gespués un arco de alianzas que exceden
F el Estado y la coercion se resumia
Fel Estado aparecia como “hegemonta acorazada de coercion. Otto Hine
| clon de‘un poder separado en la colectividad humana”
F de un “poder separa
F gue deberia apoyarse en una capa burpcratica. Y por suptesto, si bien el
F Yetemos mas adelante— que posbiitan que éste leve a cabo sus
Fes. Ese es el error de algunos autores, como Jocelyn Holt, quien en sus
Fal Estado como “el aparato administrativo o burocratico”
licos de ia donkinacin en este periodo (consular P. Gonciles “El levantamienco de
irmando un poco mas acdlelante que “El
relacion-de dominio de hombres sobre hombres basada en
ci6n) y no una cosa, un aparato, como decimos habitualment
F por comodidad ~y muchas veces inadvertidamente- la poto leliz metafo-
FT athosseriana, recbida muy probablemente de Gramsci, pero, que este
mas cuidado. Para Gramsci, la relacion entre
aquella frase memofable en la
te,
nacimiento del Estado y el ejercicio de la violenc
Pero, también debemos recordar que
una “historia del Estado” deberia ser la historia del procesp de consttucion
en una sociedad determinada. Poder separado
Estado tequiere la existencia de una burocracia, no| del
Cosa) es ese “poder sepaiado” y otra, las
rocracia 0 como podria ser ellejérc
studios, por otta parte excelentes, sobre Chile en el sigh
yfus, en un estudio comparativo sobre los casos frances,
americano, ha mostrado.cudn compleja es
rocracia, més alla. del
syste politique
wee at moderne,
so de Chile, 1998,
cenomia..
2293. hossonte estat
Dé todos
ymenkal para
in| del arece obvio quk, en el
«aso de los estados tberoamericanos del periodo|considerado, la bhirocra-
cia es todavia mas un “instrumento de poder que un ambito de poder
parafaseando a Dreyfus. Sea como sea, y volviehdo sobre muesird recha
zo al abuso lam ha
bar de la burperacia como de una “instucion' es decir, una ferma de
estructuracién|soctal que tiende a ritualizar conductas y comporiamiens
tos de acuerdo a ciertos codigos compartidos y que, ala vez, exige de la
sociedad ‘wna adecuacion creciente a esos cédigos. Desde ya, ella s6la
funciona de este modo cuando adquiere una fuerte presencia en la socie: |
dad de la que se tate |
Pero, volviendo a Weber y a su definicion, thy que recon:
problema de la legitimidad —que era, asimismo| la preoc
mental de Gramsci- es uno de
acuerdo con Bourdieu cuando dice que “El reconocimiento de la legit
midad no es, como cree Max Weber, un acto libre de la conciencia pura’
Este halle sus races en el acuerdo inmediato em ¢ las estructuras incor
poradas, comvettidas en algo inconsciente...y ls estructuras objetivas” y_
senala.*en realidad, el problema ts que, esencialmente, el
éste instituye no esta en.
doxica frente al orden’
monia también se halla en el centro de nuestras preocupaciones,
apareceté muy parcialmente en este ttabajo.
Pero, parece evidente que existe una relacion entre el Estado y'
monopélico de la fuerza fisica, hacia el exterior, como
dad, "perdidas y sujtciones": “El Estado pr
tende monopolizar la violencia intrasocial, obligando a renunciar a cadé
Fla creacion de un. mercado nacions
star naclon, £1 Ro de la Fe
uno de los socios a
negativa en un Todo
intermedias, castas privilegiad
que pueda resistirse 0 amenazar al monopolio del pod
Bourdieu se
le diferentes especies de ca
tal cultural 0 mejor dic
centracion de lo que Bourdieu
tauracion de una fiscal
iad eficiente para sostener esa fuet
0 en el interior como en el exte
cién de un espacio econémico, es decir,
Ello ha sido tratad
europea. Veremos de @)
lo XIX. Fl trbajo que ahora present
‘un aporte para una tediscusién de estos temas a la luz d
de Tos estados tberoamericanos, centrado especialmente!
estado provincial de Buenos Aires durante ese mismo pe
| 3. Las finanzas del Estado en Buenos Aires y en
Iberica en la primera mitad del XIX
‘Tullo Halperin, en un libro excelente, mostré ya had
los aspectos esenciales sobre los cuales Se apoyaba dui
F mitad del siglo XIX ¢l proceso de construccién y consoli
ierza propia y tendiendo a igualarlos por via
mmogenieo, en el que ya no queden asaciaciones
i ningan otro foco de energia politica
Tambiei
fiere al nacimiento del Estadé como a un “proceso de
ev eigen ins
armada que
Hor y =a largo
Ta tendencia a
en profundi
se ma
le las nuevas naciones de América Ibérica de la
mos quiere ser
Ja experiencia
len el caso det
iodo,
América
algunos aftos
jnte la primera
lacién del Esta-
"opal, pp.
1 babliogafia enropea sobre el tema es inaensa; una Vin ge
Ch, Coercion, Capit
fal comparaiva en
well, Cambridge,
lene, M., Gentse de
BIUtimos aftos del periodo colonial a mayor paite de sus ingn
Caja de Potost (59% de éstos tenfan ese origen én los ais 1791-1805) y
iba én ese mismo pertodo Ta mitad dd esos ingresos en|desem- |
a la defensa
fensa de las frbnteras pampeanas. Peto no resulta claro que
se utilizasen ekclusivamente en el territorio bonaerense y stupon
tario parece bastante logico. |
Desde 1809, el sil va j abrir el comercio a los
ingleses dando emento de la recaudacion
aduanera;
de ese nibro durante el periodo 1816-1819, un 85%, es decir, mas de
millones de pesos, corresponde s6lo a Tos derechos de importacion... Ni
siquicra los cueros y otros productos de la gandderia que entraban desde
Ja camparia pagaban ningin tipo de impuesto (cuando st ocurria eso con
a Buenos Aites para ser posteriormerte re-embarcades)
En los afios 1811-1815, el 63% de los egresos corresponden a gas
militares directos (los indirectos son mis diliciles de evaluar) y solo I
patece corresponder a personal civil del Estado. Desde 1825 en adel
_gastos militares se stam alrededor del 60% d
peewarios y a algunos comerciantes, en tanto son aprovisionadores deh
centrega de provisiones a los euerpos mil =
ejército, de las milicias y de lo que se entregaba en productos agropecuay
et Le fermacin
232
‘ir, ftera de los envios de oro y pl
[ion (came salada, lana, astas, erin
Eto positivo de exps
|. el periodo. Comencemos por'el ejemplo de México
F728 décadas posteriores a la tevolucion de la insurgencla. Un analisis de
las entradas del gobierrio federal mexicano puede darfios una primera
FI Rio de
sige XI
Flog y mercancias diversas a los “indlos amigos". Por supuesto, los que
‘muis ganan son los comerciantes y especuladores que le venden armas y
otros pertrechos al Estado, recibiendo en pago certificados de la deuda
que, en gran parte, se rfan en tierras. Y, nuevamente, los sueldos
Civiles (incluyendo todas las categorias) raramente sobrepasan 10% del
total de los gastos anuales del Estado.
En cuanto a los ingresos, en el periodo 1841-1844,
esos
nes ¥ medio corresponden a la
“entrada maritima” y s6lo unos 11 millones a las *salillas ma
sea, lo que pagan los productos primarios exportados (81% del tot
i
Tos
esos aduaneros). Alrededor de 2 millones correspohden a las “entra-
terrestres", ¢s decir, los productos que las provinelfs envian a la ciu-
dad y al puerto de Buenos Aires para reembarcar hacia Europa. Impuesto
que, repetimos, los productores pecuarios locales’ no Hagan.
Pero, por supuesto, hay que tecordar que este proceso se da en el
marco de un periodo de expansién de las exportaciones bastante acen-
twada. Pasamos de tunos 50,000/70.000 cueros dos a mediados
del XVIML, a unes 700.000 en los aftos veinte del XIX ya casi 1.700.000
} cueros en la década del cuarenta de ese siglo. ¥ si a mbdiados del XVIIL
los cuetos representaban 90% de
exportaciones no Imetalicas -es de-
un siglo mas tarde, a mediados del
XIX, los cueros ~que como dijimos han visto sus cantidades multiplicar-
Ese por 25 en el curso de ese siglo representan alrededdr de 80% de esas
exportaciones; ello quiere decir que ha habido tin pro
que ha actecent
taciones.
de diversifica-
‘ese movimien-
mn de las
'Y esto no parece ser un caso particular en el contextp iberoamericano
inte Jas prime-
idea acerca de Ia cuestion,Cuadro 1: Ingresos del Estado Federal en México 1820-1873*
i | i |
Cae Bea
Aétop Timbre BF CD ore e| Depts Ftamos
13% 108
30% 64
10K 3% 9% 11m BIH
En general, lo primero que se advierte en los primeros afas ind
dientes es una caida muy sensible de los ingresos del Estado con
pacio colonial al Estado metropolitano™* Pero, para etitender mejor es-
ahora analizando, no incluyen las entradas fiscales de los estados de la
confederacion y estamos hablando solamente del estado federal. De todos
‘modos, el descenso de los recursos es mas que evidenie. Pero, lo que a
nosotros nos interesa aqui es la dependencia de los ingresos fiscales del
estado federal de la dupla “Aduana-Préstamos", dupla que, en realidad,
est mucho més éstrechamente ligada entre si de lo que parece a simple
vista, En efecto, en la Memoria de Hacienda de 1841 se lee: “La diferen
de nuestro antiguo erario al actual es digna de lamar Ia atencién. Aquel
tenia su influencia de impuestos interiores, cuando éste se funda en los
mayores 0 menores progtesos del comercio extranjer...” y como dice
Marcello Carmagnani comentando esta fuente: "Por comercio exterior,
{la Memoria] no entendia simplemente los derechos aduaneros, sino més
bien la interaccion derechos aduanetos-préstamps que se determina en
tas cifras debemos recordar que los datos coe 1822, que estamos
a bacaroadel enato New pana yn del imperoesp
E, Méxteo, 1999,
el rea del comercio exterior. Efectivamen
Ingresos estatales de los préstamos, 0 sea, de la anti
cual, el Estado pueda obtener recursos del estamento mercai
bles por medio de la cesion de la recaudacién de los derec
indispensables de este estado federal
como para tocar Tos intereses de los mi
cendados, Agreguemos que las exportaciones mexicanas
empeno bastante irregular hast mediados de siglo| 8X,
Tentamente’y sobrepasando los niveles coloniales rec
afios sesenta.™ No tenemos datos sobre el peso de los gat
el presupuesto federal, pero una buena demostracién a
desastroso resultado de la guerra de Texas,
En el.caso de la Repoblica Federal de Centrodméri
ausencia de una guerra de Independencia dio como re:
sencia relativamente mas débil del ejército, comprobam:
FL Rio deta Pats, sighs
rn
fuerte dependencia de los
jue no poseia la
ineros y los hae
wieron un des-
‘reciendo muy
@ fines de los
fa, en donde la
itado una pre-
que en la épo-
ca de la Republica Federal (1823-1840) el gasto militar Souris del 70a
80% del presupuesto federal y, por
stancial|
federales (ca. 40%)."" Otro tanto ocurre en Guatemala
siguen a la ruptura de la Republica Féderal; la alcabala
exterior sigue siendo el elemento clave de las entradas fis
los gastos relacionados con el ej
initad de los gastos del pais” a mediados
sat ese porcentaje disrante algunos afios.”* Lo mismo suct
de exportacton
de los ingresos
mn los afios que
jore el comercio
neralmente “la
¥ Hueden sobreps-
pata en Ecuador
at
[Colegio de Metico,
Perez Brig .
1693, tomo I, p.
temas 1839-1871,
acon de Fat et ses
235del Estado, y eh los afios 1862/1865 mis de 85% de el
las exportaciones mineras y agricolas estan so.
impuestos.”* En Col de los afos charenta
iglo XIX, Jos ingresos de aduana legaron a repiesentar entre la mi-
tad y los dos tprcios de las rentas del gobiemo"| ingresos aduancios que
gravaban sobre todo las importactones (y especialmente los tes
consumo popular) y no las, Veahnos cual era la
brasilefia, La estructura del
XIX, segin Murilo de Carval
das del comertio exterior representan! un 57% is
era el que vemos en el cuadro 2.
Cuadro 2: Presupuesto federal brasilefio, 1eeL-ia7h
Tee
1e50/1851
1850/1860
1865/1866
is70ns7),
Hay que sefialar que los gastos militares forman parte del rubro “gas- |
tos administrativos”, que constituyen alrededor de 90% del presupuesto |
del estado federal durante el periodo considerado. Es decir, tenemos.
aqut una tendencia similar a la de Buenos Aires en varios sentidos: im-
portancia de los derechos de aduana en el conjunto de la recaudacién,
Y papel menor de los derechos de exportacién’ (aun cuando, en |.
idade") yj de la Guerra del | J
Paraguay presentan, ldgicamente, los porcentajes mas elevados de egresos
ue ol sg KIX", El poder y la
ra colorbiand, Teer Munda Esto |
in mscon, Et Rio de Ia
las exportaciones brasilefias—
pasa de 360 mil arrobas en 1820 a dos millones en 1
‘aco millones de arrobas en 1840. Y el otro ejemplo
sighs
x
res. En cuanto a las
acion hay que recordar que la produe-
lera ~