De igual forma, la disminución del tiempo para investigar y la congelación de los ascensos
por mérito y de los aumentos salariales han sido medidas cuyos perjuicios académicos
ponen en entredicho los planes de desarrollo institucional y retención de personal docente
competente. La congelación de plazas a profesores recomendados y reclutados
por los directores y los comités de personal y el deterioro de las condiciones
laborales de la plantilla regular del profesorado, desestabilizan los programas
académicos en la medida que no se garantiza el personal docente requerido
para cumplir con los compromisos programáticos. La docencia trasciende el salón
de clases para incluir mentoría, trabajos en comités, avalúo institucional, comités de tesis
y disertación, investigar, publicar, y divulgar a nivel local e internacional, servicio a la
comunidad etc. Estas, entre otras medidas impuestas desde una perspectiva
organizacional autoritaria y maquiavélica, completan todo un cuadro de violencia
institucional hacia la misión y comunidad universitaria.
Estas decisiones y medidas cautelares no responden a un plan y una discusión
seria y responsable sobre cómo enfrentar la crisis económica. Tal parecería que
el déficit presupuestario en lugar de convocar, unir fortalezas y establecer
planes concertados que salvaguarden nuestra Universidad, les ha sido
instrumental para socavar y aniquilar toda la fibra académica que sostiene la
Universidad, la enseñanza y la investigación de la mano de un profesorado
competente y comprometido con nuestro País. La centralización creciente de las
instancias decisionales también lacera profundamente la gobernanza y participación
democrática de los sectores docentes, estudiantiles y no-docentes en los procesos
académicos y condiciones laborales de la UPR.
1-Exigir a las autoridades universitarias que realicen su función ministerial de defender el presupuesto de la
Universidad de Puerto Rico con el debido insumo de la diversas instancias de participación desde los Departamentos
hasta la Junta Universitaria.
2-Proteger la autonomía universitaria de la intervención indebida de los sectores públicos y privados, esto es,
intervención de los partidos políticos, agencias acreditadoras, empresas, entre otras.
3-Proteger la libertad de cátedra de la inseguridad laboral docente. La precariedad laboral pone en peligro la libertad
cátedra, piedra angular de la gestión universitaria.
4-Reafirmar la participación amplia, democrática en el gobierno universitario. Esto es, que se descentralice la toma de
decisiones y que la aportación de los docentes tenga el peso correspondiente en las estrategias para atender la situación
actual, así como la política institucional.
5-Demandar la participación de los docentes en TODA instancia en que se tomen decisiones que afecten sus
condiciones laborales y beneficios (plan médico, sistema de retiro).
6-Reconocer los méritos del personal docente mediante la restitución de los ascensos en rango.
7-Afirmar que los Departamentos tengan la autoridad de elaborar e implantar un plan de reclutamiento de personal
docente y no docente de acuerdo a sus necesidades particulares y recursos económicos.
8-Exigir la reducción presupuestaria sustancial en los Decanatos sin estudiantes, Rectorías, Presidencia y Junta de
Síndicos. Además, una reducción sustancial en número y salario de la gerencia no-docente y los asesores.
9-Revisar la política institucional de fondos externos. Esto se refiere a una distribución más justa de los beneficios en
bonificaciones y costos indirectos.
10- Nombrar Rectores con demostrada ejecutoria en la defensa de la libertad de cátedra, la autonomía
universitaria, la participación democrática, la descentralización en la toma de decisiones, y los derechos humanos.
Capaz de defender el interés de los/as universitarias en lugar de los intereses políticos partidistas.
Contactos:
Dra. Otomie Vale (787) 409-4135
Dra. Tania García (787) 565-8923