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El mito de la identidad.
Otro aspecto a resaltar, según Bartra, es que existe una limitante dentro de este enfoque
puesto que no permite establecer el punto necesario para dar el salto hacia los
significados revelados, para ello introduce el enfoque de “la historia del mito” o historia
de la idea. Con este nuevo enfoque se logra entrar a la dimensión histórica de
construcción de los mitos, es decir, permite hacer una deconstrucción de los significantes
–categorías- del mito (significados dominantes) y establecer por revisión histórica los
hitos, meandros, caminos, fronteras y conexiones que se han ido estableciendo
culturalmente para la configuración del significado actual de dichas categorías. Al
resultado de este análisis Bartra la define como significados revelados.
La crítica bartreana a la identidad es una crítica de la modernidad y de la cultura política
que la sustenta, por consiguiente, en lugar de identificar valores fijos para ilustrar la
condición del mexicano, Bartra escoge la imagen larvaria del axolote como metáfora de
un devenir perpetuo que únicamente puede ingresar a la modernidad de una manera
anómala, al no poder ocultar su arcaísmo, interroga melancólicamente su presente.
Moraña, 2015)
El mito de la ideología
Bartra parte de la propuesta teórica del análisis de poder de Foucault, por consiguiente,
el poder es entendido como una cualidad y no un instrumento, el cual no puede poseerse
sino simplemente ejercerse. Los grupos dominantes más que buscar espacios de poder,
buscan posiciones privilegiadas para el ejercicio del poder. Bartra hace una crítica a la
propuesta teórica de Foucault en su libro “Las redes imaginarias del poder político”, en el
cual establece que efectivamente la ideología siendo una noción abstracta teórica se
concreta sobre las contradicciones sociales y culturales. Rompiendo así la idea del
marxismo sobre la ideología como instrumento de manipulación de las clases
dominantes.
Sostiene que existe una deficiencia en la propuesta teórica de Foucault, puesto que no
permite observar a cabalidad las relaciones contradictorias no reducibles a
antagonismos, Hace una comparación entre los fenómenos obscuros que se encuentran
dentro de la dimensión de lo “normal” -que llama mayoría silenciosa- con los agujeros
negros, estos generan un efecto de implosión, es decir, que los procesos y amenazas de
destrucción se dirigen al propio sistema; Por otro lado, reconoce la entropía propia de la
marginalidad –la capacidad de accionar contenida en los subgrupos marginales y el
desorden que en ella existe-. Estos son los puntos obscuros que en Foucault quedan
traspuestos. Asimismo, Bartra sostiene que estas relaciones de contradicción en el plano
concreto se superan por vía empírica y no por la dialéctica hegeliana.
De ese modo para desmitificar la ideología dominante sostenida por su relación con los
grupos sociales marginales, Bartra procede a establecer las categorías dadas por la clase
dominante, Normal/Marginal. Posterior a ello dichas categorías son decodificadas según
los significantes que la integren y se procede a la definición de los significados de la
época dada, de ese modo, los planteamientos de la ideología dominante como la de los
grupos antagónicos han sido descompuestos bajo los cánones de interpretación de la
ideología dominante. Estableciendo así solamente los significados dominantes de las
partes.
Para Bartra el sistema político crea un puente de “correlación de fuerzas”, este puente se
establece precisamente desde los significados revelados que ya no contemplan el
fenómeno de dominación. La correlación de fuerzas tiene como objetivo el crear la
posibilidad aparente de un trabajo en conjunto entre las partes. Esta forma de eliminar
los conflictos de contrarios según Bartra crea dos efectos negativos específicamente
dentro de los “grupos sociales marginales”:
Bibliografía
Bartra, R. (1996). Las redes imaginarias del poder político. México D.F. Editorial Océano de
México s.a.
Bartra, R. (2000). El método en la jaula: ¿cómo escapar del círculo hermenéutico? Análisis,
n.24, pp. 71-78