Running Head: DISCIPLINA ESPIRITUAL 1

Plan Personal de Disciplina Espiritual.

Abraham Bruno

Seminario Wesley en Indiana Wesley University

Disciplinas Espirituales Personales y Corporales – SPIR 570ES

12 de mayo de 2017.

Nota de autor

Director del Seminario Bíblico Wesleyano en el Distrito Este de Norte Carolina.

Este ensayo se hace con el propósito de hacer un plan personal de disciplinas espirituales.

Puede comunicarse al (336) 448 9268 o al e-mail abrajambh@hotmail.com

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Articule en sus propias palabras un claro entendimiento de las disciplinas espirituales.

Es vivir bajo un orden o autoridad espiritual que produce poder espiritual. Es entender

que, estableciendo las debidas prioridades en nuestra vida, éstas nos llevarán a un adecuado

crecimiento espiritual. Es buscar primeramente el Reino de Dios y su justicia. No podemos tener

disciplina sino tenemos un ejemplo. Nuestro ejemplo y modelo es Jesucristo. Las disciplinas

espirituales nos ayudan a ser semejantes a Él. Su objetivo fundamental lo expresa Pablo: hasta

que Cristo sea formado en vosotros.

Richard (Foster, 2009) escribe: Dios ha establecido las disciplinas de la vida espiritual

como los medios por los cuales somos colocados en el lugar en que Dios puede bendecirnos. Las

disciplinas no son leyes. Lamentablemente en muchas iglesias se establece las disciplinas como

obligaciones. Foster añade: Cuando las disciplinas degeneran en leyes, se usan para manipular y

controlar a las personas. Las disciplinas espirituales son los únicos medios que pueden lograr

alcanzar una madurez espiritual y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor.

Describa lo que usted cree ser el papel en la transformación que puede pasar por medio de las

disciplinas espirituales.

Charles Reade escribió: Siembra un acto y cosecharás un hábito. Siembra un hábito y

cosecharás un carácter. Siembra un carácter y cosecharás un destino. Ninguna disciplina nos va a

salvar, pero si nos puede ayudar en la salvación. Ninguna disciplina por si misma nos va a

transformar, a menos que sea un hábito natural. Las disciplinas van a modificar un mal estilo de

vida cristiano para encaminarnos a ser transformados a la imagen del Hijo. El objetivo lo

fundamenta Wesley: lograr el amor perfecto hacia Dios y hacia el prójimo. El viejo hombre
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viciado con sus malas pasiones, dará un nuevo hombre con el carácter de Cristo. Veremos con

los ojos de Jesús, amaremos con el corazón del Padre, y viviremos conforme al Espíritu y no

conforme a la carne. Además, “uno practica las disciplinas como hábitos del corazón, sin

detenerse a razonar o identificar bases teológicas para la práctica”. (Rivera, 2008)

Describa lo que usted cree sobre el papel del Espíritu Santo en la transformación que puede

pasar a través de las disciplinas espirituales.

El Espíritu no va a hacer nada forzado en nosotros. El Espíritu va a responder al esfuerzo

por disciplinarnos. Él nunca apoya la flojera de ningún tipo. Cuando empezamos a disciplinarnos

iniciamos un andar en el Espíritu. De este modo empezamos a experimentar el poder del Espiritu

a través de sus dones y a través de su fruto. Cuando nuestra vida es indisciplinada apagamos y

contristamos al Espíritu. Toda disciplina tiene que ser equilibrada. El Espíritu nunca nos va a

llevar a exageraciones que pongan en riesgo nuestra vida. No hay ningún indicio bíblico que

debemos necesariamente ayunar 40 días, por ejemplo.

La iglesia en Hechos fue una iglesia muy disciplinada en su inicio. Dios premia la

perseverancia. Se dice que Jesús antes de ascender se presentó a más de 500 discípulos, pero en

el aposento alto había solamente como 120. Este grupo estuvo orando por cerca de 50 días

porque sabían que sin el poder del Espiritu no podrían llegar hasta lo último de la tierra. El

Espiritu marcó la disciplina de la primera iglesia. Mientras los primeros creyentes andaban en la

disciplina del Espiritu todo iba bien. Pablo pudo escribir en su momento: Porque el ocuparse de

la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz. (Romanos 8.6) Hoy en día hay

mucha indisciplina en las iglesias porque no quieren sujetarse a las exigencias del Espiritu. Creo

firmemente que debemos reavivar nuestros aposentos altos, y eso se logrará solo con aquellos
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que estén dispuestos a pagar el precio. Un precio como lo dijo Jacob en Peniel: No te suelto

hasta que me bendigas.

Exprese un entendimiento claro y bien pensado de como incorporara las disciplinas

espirituales a su propia vida.

1. Tener un programa personal de ayuno.

2. Motivar a un ayuno grupal una vez al mes, con objetivos y programas variados.

3. Entender la relación entre santidad, salud y ayuno.

4. Recuperar mejores hábitos de estudio.

5. Hacer de mi lugar de estudio un entorno amplio, ordenado, limpio y libre de

distracciones.

6. Compartir con personas que les apasiona enseñar y estudiar.

7. Tener un entorno más simple y menos complicado.

8. Promover el objetivo de ser una comunidad cristiana donde “no haya ningún necesitado”,

por tener todas las cosas en común.

9. Ser sinceramente agradecido en todo.

10. Practicar la disciplina de un nuevo hábito cada 21 días.

11. Tener los cuatro retiros que el autor recomienda, al año.

12. Reevaluar mis metas cada seis meses.

13. Aprender escuchar la voz de Dios en todo.

14. La única forma de enseñar la sumisión a otros es como mi ejemplo.

15. Aplicar los principios de una adecuada confesión: examen de conciencia, tristeza y una

determinación a no pecar más en lo mismo.

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16. Vivir sin tener pecados ocultos.

17. Anhelar más una vida santa y apartarme de toda tentación que me motive a pecar.

18. Tener una vida de adoración más continua.

19. Buscar más la madurez espiritual.

20. Solicitar asesoría de personas con mayor experiencia en el ministerio.

21. Entender que la mejor celebración es cuando obedecemos a Dios en ser medios de

salvación, sanidad y liberación.

22. Promover y practicar diversas formas de celebración.

23. Ser obedientes en todas las disciplinas anteriores.

Examine qué necesita dejar, añadir, o cambiar para poder practicar estas disciplinas

espirituales.

Entiendo que disciplina sin evaluación es pura presunción. Nouwen se evalúa del

siguiente modo: Tras muchos años de esfuerzo por vivir intensamente mi vida espiritual, hoy

sigo haciéndome una serie de preguntas: «¿Dónde me encuentro yo como cristiano?». «¿Qué

progresos he hecho?». «¿Amo a Dios ahora más que en épocas anteriores de mi vida?». «¿Ha

madurado de alguna manera mi fe desde que empecé a recorrer el camino espiritual?» ...

(Nouwen, 2010)

Ser disciplinado implica tomar notas, clasificarlas, guardarlas y practicarlas. Tener

disciplina es tener metas, objetivos, una misión y visión. Un mentor no cristiano llamado David

Valois escribe: Si sigues tus metas, si te comportas como te gustaría ser, si tienes una misión, si

has decidido no engañarte nunca, te gustarás a ti mismo. Y si te gustas a ti mismo

automáticamente gustarás a los demás y te tratarán como tú te valoras. Si quieres ser un diez
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actúa como un diez. Persigue la excelencia. Entonces te tratarán con la cortesía de los que

irradian la excelencia.

La disciplina tiene “frutos visuales”. La gente nos conocerá si somos disciplinados o no.

Toda disciplina se ejercita con excelencia. Esta excelencia se puede perder de muchas formas.

Cantares nos habla acerca de las “zorras pequeñas que minan la huerta”. No son las grandes coas

las que nos hacen caer. Tampoco caemos de la noche a la mañana. Perdemos nuestro primer

amor “resbalándonos”. Nuestra vida devocional se va deteriorando cuando nos ocupamos más en

la obra del Señor, que en el Señor de la obra. Las ocupaciones y responsabilidades de que “las

cosas salgan bien” nos limitan el tiempo de oración. El estrés de esto nos enferma de tal modo

que no podemos “darnos el lujo” de ayunar o hacer vigilias. Preparamos buenos sermones, pero

sin la unción del Espíritu. Llegamos al punto de tener apariencia de piedad, de perder la

integridad, el testimonio, el ministerio y mucho más. Entonces, tenemos que recordar de dónde

hemos caído, arrepentirnos y volver a hacer las primeras obras. Estas obras están escritas en

forma general en la pregunta anterior que reflejan los principales desafíos de las disciplinas

espirituales.

Detalle cómo alcanzará estas metas y expectativas. ¿Cuáles son sus próximos pasos (i.e. corto

plazo, largo plazo)?

En este asunto se deben retomar pasos y decisiones inmediatas. Es un reproceso que

implica restauración, interiorización, transformación, maduración y multiplicarme en otros. Debo

asumir un compromiso serio en las acciones a tomar, tener la convicción que podré lograr todo lo

propuesto, y tener el suficiente carácter para no desanimarme cuando vengan las pruebas. En la

obediencia hay unción.

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A corto plazo: (En tres meses)

1. Iniciar un ayuno mensual.

2. Empezar a orar 15 minutos diarios con un plan de peticiones y oraciones.

3. Reiniciar la elaboración de un devocionario mensual, para acabarlo de aquí a dos años.

4. Seguir con los estudios de maestría.

5. Tener un encuentro quincenal con mi tutor espiritual para asesoramiento y confesión.

6. Formar y entrenar un equipo de tres mentores.

7. Formar y entrenar un ministerio de oración e intercesión y alabanza.

8. Practicar dos formas de celebración de las disciplinas.

9. Empezar a memorizar nuevos versículos.

A mediano plazo: (A partir del cuarto hacia el noveno mes)

1. Evaluar, modificar o ampliar el plan de corto plazo.

2. Lograr un ayuno quincenal.

3. Orar treinta minutos diario.

4. Consolidar los siete ministerios claves en la formación ministerial: (oración, adoración,

comunión, instrucción, evangelización, proyección social y consolidación), los cuales

ayudarán a consolidar las disciplinas espirituales que he iniciado.

5. Iniciar el trabajo de células familiares.

6. Tener un retiro personal y participar de un retiro familiar.

7. Continuar con mi servicio a la comunidad, reuniendo alimentos.

8. Practicar tres otras formas de celebración de la disciplina.

A largo plazo: (A partir del décimo al doceavo mes)

1. Empezar a regalar cosas que no uso y quedarme con lo necesario.

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2. Lograr un ayuno mensual.

3. Participar y dirigir una vigilia mensual.

4. Evaluar lo logrado en los 12 meses con mi mentor, y formular un nuevo plan anual.

Referencias

Foster, R. J. (2009). Celebración de la Disciplina. Buenos Aires: Editorial Peniel.

Nouwen, H. J. (2010). Formación Espiritual. Barcelona: Sal Terrae.
Rivera, R. A. (2008). Introducción a las Disciplinas Espirituales. Nashville: AETH.