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Portafolio

C l a r i c e L i s p e c to r

AÑO 7 / NÚMERO 369 DOMINGO 10 DE DICIEMBRE DE 2017

A propósito de los cuentos La aeroplana clueca


Sobre la narrativa de Andrés Eloy Blanco

Pintura de Max Erns


tro de los cuales destacaban Miguel Eduardo Pardo, Rufi- rrador viene dada una descripción de evidente orienta-
Celso Medina no Blanco Fombona y José Rafael Pocaterra. Los narrado- ción indicial: «Los avestruces no podrían llevar adentro
res de estos cuentos se sustentan generalmente en la ora- un huevo de este calibre». Para luego develarnos definiti-
lidad, lo que va a justificar que muchos de ellos presenten vamente el contenido del huevo encontrado: «Al acercar-
I. tramas donde lo esencial sea el contar; tal es el caso de «La me al nido, por un agujero de la cascara ha asomado la hé-

L
a narrativa de Andrés Eloy Blanco se puede reducir gloria de Mamporal» o «Noche de Reyes», en lo cuales la lice de un aeroplano chiquitín». La alegoría de este relato
a un libro de relatos publicados en 1935, bajo el tí- historia discurre frenada por las pericias de una voz que está impregnada de un sentido pacifista, que caracterizó
tulo de La aeroplana clueca, y a su novela Los claveles se demora en inventariar sus anécdotas. a los poetas venezolanos de los años 30. En ese particular
de la puerta, de 1922, poco conocida. Aquí haremos Entremos a pormenorizar la estética de esos relatos, pa- puede revisarse la poesía de Otto D' Sola, de Luis Fernan-
alusión al primer libro que inicialmente recogió los cuen- ra arribar al idiolecto de lo múltiple en Andrés Eloy Blan- do Álvarez y de Vicente Gerbasi, en especial el de Vigilia
tos «La aeroplana clueca», «La gloria de Mamporal», «No- co. del náufrago. Goethe al hablar de este recurso retórico lo
che de reyes», «Susiche en Babel», «El niño que apagó la vincula a aquella estrategia que busca lo particular con
vel», «Jesús Napoleón Bolívar», «Toño Estrada vuelve de la II. miras a lo general.
guerra» y «El cazador de Betania». Luego se incorporaría el «La aeroplana clueca», que sirve de título a todo el libro, Andrés Eloy pareciera proponerse un aleccionamiento
cuento «La mosca». es un relato de una clara alegoría. Utilizando una imagen del lector en torno al ambiente bélico que invadía el mun-
Estos relatos están facturados con estéticas y estilos va- que diríamos es futurista, el avión, Andrés Eloy Blanco se do de esa época. Por ello este cuento no podrá calificarse
riados. En algunos de ellos pesa muy poco la anécdota; és- declara absolutamente pacifista, en oposición a las prédi- de fantástico, a pesar de las situaciones imaginarias mos-
ta da paso a atmósferas de ironía y alegorismos. La estra- cas de Marinetti, quien llegó a proponer la guerra como tradas. Lo fantástico queda reducido a lo alegórico. Ese
tegia narrativa también presenta distintos desarrollos. En «sanidad del mundo». alegorismo se construye a partir de una nueva visión de la
síntesis, también en su narrativa, Andrés Eloy Blanco fue La citada alegoría se desarrolla a través de un hábil ma- fábula clásica. Ante ésta, el asombro desaparece. Sus ani-
un eco de muchas voces. Es decir, fue un receptor de múl- nejo del suspenso narrativo, visualizado a través de dos males humanizados no se leen como una literalidad, sino
tiples estéticas. recursos: uno, la presencia de un narrador que se dedica a como otra lectura, que distancia, llevándonos a la funda-
Pero podríamos señalar que el alegorismo y la ironía registrar una especie de diario. Otro, mediante la dosifica- mentación ideológica. Y no deja de estar este texto pleno
son elementos básicos de estos cuentos, exceptuando a ción del enigma en torno al hallazgo que hace el narra- de lirismo. En él abundan las imágenes que van urdiendo
«La mosca», relato de una orientación naturalista muy de- dor-protagonista de un huevo en los alrededores de un ae- un relato que no apura desenlace, sino lección. La imagen
finida. Y puede que esta tendencia de Andrés Eloy Blanco ropuerto. Cada paso de esos enigmas viene confeccionado que organiza el sentido total de la alegoría es el vuelo.
tenga su justificación. Ya en Venezuela se había consolida- con indicios trascendentes: «he encontrado en esta tarde Leemos:
do una escuela de narradores ironistas y paródicos, den- un huevo (...)...gris como de acero». En el asombro del na- ›››Sigue
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›››Viene de Portada soleadita, el Jefe Civil descorría una sábana blanca y dejaba VI.
al descubierto el busto broncíneo de un hombre austero, en- «El niño que apagó la vela» se inscribe en una línea na-
fundado en severa vestimenta ciudadana. El pedestal luce rrativa matizada de aleccionamientos. Responde al inte-
¿Qué culpa tengo yo de que las mujeres no pongan huevos una inscripción sencilla y noble: Mamporal agradecido a su rés de tematizar el asunto de la represión del niño en el
y los hombres no nazcan con alas? Pero el que las tiene, se las Benefactor. medio escolar. Cierto dejo irónico se emparenta aquí a
busca. (...) ¿Qué gloria haberse hecho sus alas uno mismo y una angustia lejana a la comicidad. El niño inocente, te-
volar con ellas! ¿Qué gloria de ser arcángel sobre la tierra! Estamos en presencia de un absurdo «doméstico», que meroso de la luz, es castigado, precisamente porque «apa-
actúa como elemento distanciador de la parodia narrati- gó la vela», en una operación de búsqueda de un vino,
Vuelo y caída van tramando un tema totalizador: el de va. Aquí lo irónico no propende a la denuncia; celebra las que le fuera encomendada por los mayores. Está castiga-
la paz. Y se une a él un trasunto interesante: la guerra es peripecias de los pueblos rivales; para los cuales la heroi- do. Y desde esa visión el narrador explaya su desazón.
una creación de un occidente gastado en todas sus di- cidad es un asunto muy peculiar. Ellos están hermanados No es éste un cuento de ludismo narrativo: su anécdota
mensiones éticas. De allí que resalte esta imagen: por la rivalidad. Andrés Eloy Blanco recurre a una narrati- es transparente y en su telón intencional pareciera estar
Los invasores son hijos de un país sin sol. Son hombres que va intrahistórica; su interés es el micro relato; porque sus la idea de un maestro dolido. O tal vez la «culpa» del niño
viven milenios aprendiendo la guerra en el corazón de una personajes están enmarcados dentro de los llamados ti- sea una alegoría de la situación política que sirvió de en-
selva. Han sabido que esta tierra es ancha y rica y que le llue- pos, cuya capacidad de sorprender es muy limitada. Y hay torno a la escritura de este cuento.
ve un torrente de sol. una justificación para que sea así: lo importante es focali-
zar la narración en la escena, en la situación, más que en VII.
De manera que la lectura final de este cuento no se diri- las cualidades personales de cada uno de ellos. En «Jesús Napoleón Bolívar» Andrés Eloy Blanco retor-
ge hacia la anécdota que protagonizan pilotos y aviones na a una praxis narrativa cercana a la propuesta de Julio
humanizados. Hay lo que contiene toda fábula: una mo- IV. Garmendia. Pero en vez de construirse con gags, este rela-
raleja, una lección ofrecida por un poeta que odia la gue- En «Noche de reyes» la anécdota es una lacerante iro- to juega con los dobles sentidos de las palabras. El perso-
rra y ama profundamente la paz. Y que, además, acusa a nía: los niños están ilusionados con la tradición de dejar naje se llama Jesús Napoleón Bolívar, nominalización na-
occidente de vivir azuzando pugnas en la fraternidad uni- zapatos en las ventanas para que vengan los Reyes Magos da inocente, que configura una crítica al sentido de la he-
versal. a depositarles en su interior regalos. Se parte de una roicidad mayestática de la épica clásica. Estamos, pues,
enunciación representada en la misma historia. Un diálo- frente a un nuevo retorno a la intrahistoria, a la triviali-
III. go va construyendo la trama de un falso Rey Gaspar que dad como fuente de absurdos alegóricos. La risa se asoma
«La gloria de Mamporal» se nutre de microhistorias. No lejos de llenar los zapatos de regalos, se los robaba. El sin aspavientos en las frases que profiere el narrador. Por
tiene una trama focalizadora. Es, más bien, un anecdota- cuento es, además, una excusa para delinear algunas es- ejemplo, se explica el por qué visita a una familia que
rio de la absurda trivialidad. El narrador es un anotador, tampas impresionistas de la ciudad natal del autor, Cu- considera tan tediosa. Hay un agradecimiento: «...un her-
un «abogado consultor» que va inventariando la «tensa» maná. De allí que leamos: moso loro de la casa había sido bautizado con mi nom-
rivalidad entre los pueblos de Manatí y Mamporal. Este Hay dos lunas, la de Cumaná y la otra. Dicen que la de Cu- bre». La risa surge por la inflexibilidad de personajes que
relato nos recuerda "La tuna de oro", de Julio Garmendia, maná da esa transparencia azul por fenómeno de refracción viven al margen del exterior, la vida dinámica choca con
por su construcción a manera de gags. El narrador confie- o de reflexión; no sé; dicen que el polvillo de la sal que arras- la flemática familia.
sa que es el relator de "novedades domésticas", que van tra el viento o el reflejo de las salinas de Araya, produce esa Una arrogancia pesa como fardo sobre ellos. Al héroe
hilvanándose en una variedad de episodios, sin solidari- tonalidad fantástica, buena para la adoración de una esce- (?) «Desde lo alto de la rinconera de carretes, veinte gene-
dad tramática. La estructura del cuento es correlativo con na feérica. raciones le contemplan». Por eso, cuando el protagonista
la temática asumida: digresivo, como lo es el habla oral. decide «andar sobre una mula vendiendo encajes», sobre
«La gloria de Mamporal» no es un cuento a la manera Montada esa escena impresionista, preciosista, luego él pesa un nombre que lo aplasta. Y lo cómico se vincula
criollista. Diría más bien que se ubica en el humor del es- vendrá la verdad, diríamos que expresionista: la del pa- aquí con lo trágico. Por eso cuando el doctor Paúl enamo-
critor norteamericano Mark Twain, para quien la hilari- dre obligado a robarse los zapatos por razones sociales. ra a su hermana y huye con ella, dejándole un mensaje
dad estalla en cada situación en la que se ven envuelto los Leemos el desenlace del citado relato: en el libro El Genio del Cristianismo, debe enmendar la
protagonistas. No es un humor que estereotipa al venezo- Al día siguiente pasaron al Rey Gaspar por la calle del Me- afrenta. No porque surja de su ímpetu, sino porque se lo
lano, visualizándolo no-como un «inocente salvaje», más dio, entre soldados y con las manos amarradas atrás. Se le impele el nombre que lleva como fardo. Leemos en dicho
bien exalta en el su inteligencia y su gracia. Destacan en encontraron seis pares de zapatos y seis hijos. cuento lo siguiente:
los nueve episodios de este cuento la disputa del juego de -¿Piensa usted matar al doctor Paúl?
béisbol y anécdota del héroe. En la primera, el esperpen- El escenario bucólico es aquí «manchado» por un trazo -Si por mí fuera, no lo haría... Pero hay que complacer a
to se erige en juego humorístico, en el que la rivalidad duro, fuerte, que entrevera una moraleja, de las que An- los retratos- y se encogió de hombros como fastidiado. (...).
termina en nada: nadie gana. Pero nadie pierde. La auto- drés Eloy Blanco suele usar con muchísima frecuencia, En la tarde encontró al doctor Paúl. Al primer disparo le
ridad decide la disputa a favor del absurdo: tanto en su narrativa como en su poesía. Esa «mancha» es partió el cráneo.
Bueno, amigos. El hombre de la segunda base no es ao, la distancia. Encierra una preocupación intrautorial: evi- Después le fue metiendo las otras cinco balas por un bolsi-
porque el otro se le atravesó; pero va para la policía. El tar que su lector se obnubile con sus anécdotas. llo del chaleco.
que le dio el batazo al juez es ao y se va también a la poli- El cuento en cuestión presenta como escenario a Cu- El bolsillo de arriba, del lado izquierdo.
cía. Y el juego se suspende por lluvia. Otro día se discutirá maná, su geografía y algunos cantos propios de su folklo- Llegó la policía. El oficial de guardia le interrogó para ins-
el campeonato. re. Pero a pesar de eso, la carga más significativa viene da- cribirlo:
da por el contraste entre un escenario paradisíaco y la -¿Es usted Jesús Napoleón Bolívar Peréz de Quirós?
De igual manera ocurre con la «envidia» que se genera «mancha» que ya señalábamos. Y él respondió:
en Mamporal porque en Manatí, el pueblo rival, va a eri- -Ponga usted: Jesús Pérez, agente viajero.
girse una estatua a su héroe, Julio Rondón. La «Junta de V.
Progreso del Municipio Mamporal» se siente agraviada y En «Susiche en Babel» persiste la ironía, esta vez el per- Estamos, pues, frente a una escritura irónica, que diri-
discute la «afrenta». Y de nuevo la salida es la absurdidad sonaje ironizado es emblemático de la intelectualidad fa- ge su crítica a una sociedad que vive de la gloria falsa, que
doméstica: tua, snobista, capaz de ahogarse en su propia vacuidad. no ha aprendido a vivir en la comunidad de los «comu-
-Hay una cosa... -insinuó socarrón el viejo Teobaldo. Un narrador en primera persona narra las vicisitudes de nes», que ha hecho de lo heroico un esperpento.
-¿Una cosa? ¿Y cuál? una mujer que siente un deseo compulsivo por los hom-
-Pues... un busto... bres que hablan idiomas distintos al español. VIII.
-¿Un busto? ¿De quién? De nuevo estamos ante el llamado «absurdo domésti- «La mosca» es el único de estos relatos que bien pudiera
-Yo no sé. Puede ser de Rojas Paúl, de Andueza... Yo no sé... co». Los personajes son estereotipos, con una única ca- ubicarse en la estética naturalista. Como lo señalamos
Yo no sé. O de Vargas. racterística: buscar siempre el cambio. El narrador con- anteriormente, el mismo fue incorporado posteriormen-
-Pero, ¿a quién se parece? fiesa ser amigo de Susiche, quien quiere impresionarlo te. Eso quizá justifica que su estética se diferencie tanto
-A nadie. Eso sí que lo puedo asegurar. Tiene veinte años presentándole cada vez que se ven novios distintos, que de los otros relatos. Aquí lo grotesco y lo sórdido se her-
en un rincón del cuarto de mi vieja; no sé cómo vino a dar hablan, cada uno de ellos, idiomas variados. Hasta que manan para presentar la imagen descarnada del hacen-
aquí. Pero lo que sí es verdad es que no se parece a nadie. definitivamente queda sorprendido el narrador, cuando dado machista venezolano. Esa sordidez llega a niveles
Susiche le dice: «No (...) nosotros no hablamos... Él me patéticos en la escena donde el personaje se excita con su
Los desenlaces de cada uno de los microrrelatos de este adora... Es un extranjero en la más profunda acepción». «querida» muerta:
cuento configuran una especie de peleas de boxeo que La conclusión a la que arriba es: «El hijo de Susiche será La abrazó. Pero al ceñirla un poco, sintió un ruidito parti-
terminan «tablas». Nadie gana. Nadie pierde. Aquí la tra- mudo». cular, un ruidito de gárgara en el pecho, como un pequeño
gedia se reviste de comedia, de esperpento: Hay aquí una ironía puntillosa, que hiere a la clase so- buche de algo que le subió a la muerta cuando él la estrechó
El 19 de abril, a la misma hora en que los cohetes acogían cial y política que adversó en su agitada vida de hombre en sus brazos. Y al salir a besarla vio, en la comisura izquier-
en Manatí el primer gesto de bronce del coronel Julio Ron- público. Esa ironía será más patética en su famoso poe- da de sus labios, una gotita amarilla, entre amarilla y verde,
dón, el bravo llanero, acá, en la plaza de Mamporal, limpia y ma «Presentación mural del hombre honrado». salpicada de puntitos rojos.
DOMINGO 10 DE DICIEMBRE DE 2017 / CIUDAD CCS / LETRAS CCS 3

“„ En su obra narrativa, dramática y poética


coexisten sin problema alguno numerosas in-

La señal de Sergio Cerchi


fluencias. Pero llama la atención que en su
único libro de cuentos, el criollismo esté au-
sente.

Ya antes ha trazado con rasgos gestualistas al cadáver


de su amante: «...su cara parecía un pudín amarillo (...) Y
allí estaba, amarilla, y puerca, ya para reventarse». Un he- C a r l o s d e N ó b re ga
cho relevante: éste es el único cuento narrado imperso-

Una dupla crítica puntual


nalmente, tal vez para hacerle honor a la estética natura-
lista, tan apegada al objeto observado, tan simuladora de
la neutralidad visional.

IX.
En «Alfonso el Sabio», Andrés Eloy Blanco emblematiza Alberto Rodríguez Carucci (Valencia, 1948). Alber-
la vacuidad y el diletantismo de la intelectualidad que to Rodríguez Carucci ha desarrollado un valiosísimo Alejandro Bruzual (Caracas, 1957). Investigador
merodeaba la sociedad venezolana. Tal vez, esa crítica trabajo crítico, académico y de divulgación literaria en literario, ha venido realizando un trabajo crítico que
apunte hacia aquélla que acompañó y justificó el régi- Venezuela y América Latina. Su obra está dispersa no empalma la reconstrucción histórica y discursiva del
men de Juan Vicente Gómez. La primera frase del cuento sólo en publicaciones literarias dentro y fuera del país, texto con su valoración técnica y estética. En él con-
no puede ser más lapidaria: «El doctor Alfonso está he- sino también en las entradas y artículos que ha redac- fluyen, pues, el arqueólogo, el antropólogo, el soció-
cho, arquitectónicamente para recibir honores, es alto, tado para diccionarios enciclopédicos de literatura ve- logo y el crítico literario. El estudio y la edición críti-
gordo, gordísimo». Luego leemos otra frase que nos reme- nezolana y latinoamericana. Sueños originarios. Memoria co-genética de Cubagua (2014) de Enrique Bernardo
mora a Pocaterra y a Blanco Fombona: «Pero el doctor Al- y mitos en la literatura venezolana (2011) constituye un li- Núñez es un libro por partida dupla: Un clásico de la
fonso no dice nada. Quizá no lo deja hablar la boca». La bro canónico, flexible y abierto de nuestra crítica lite- literatura rehecho y celebrado por un escritor e inves-
parodia aquí no tiene rodeo; horada de frente. Los perso- raria, que se inscribe en una de las líneas de indaga- tigador entusiasta. Más allá de su rigor metodológico
najes construidos no tienen psicología; son seres de car- ción de su autor, ésta es la reconstrucción histórica y li- y técnico, la curaduría, el cuidado editorial y el co-
tón, absolutamente estereotipados. Por eso poco sorpren- teraria del pasado pre-hispánico. Parte de la problemá- mentario crítico y ensayístico delatan una pasión in-
den. Porque en definitiva el interés del humor del poeta tica de la captación y la subsecuente interpretación di- vestigativa (lectora) que rescata y restituye en la me-
cumanés tiene un propósito parodizante. No es una co- versa, transdisciplinaria y polifónica del mito de Ama- moria este título fundamental de las letras venezola-
micidad vacua, sin metas. Por lo contrario, en la tradición livacá: desde el eurocentrismo cristiano del jesuita Fi- nas y el continente.
de los ironistas venezolanos, su preocupación es dejar lippo Salvatore Gilij, deteniéndose en el afán científico El afán cuasi arqueológico que reconstruye el itine-
constancia de la ideología que acompaña al escritor. La y nacionalista de Arístides Rojas, hasta el liberador rario textual de la novela, facilita paradójica y afortu-
evidencia es muy clara en lo siguiente: marxista de César Rengifo incrustado en el Mural de la nadamente un diálogo abierto con los lectores. Res-
Por eso le llaman Alfonso el Sabio. Por eso, el mote no hace Plaza Diego Ibarra. También Rodríguez Carucci realiza pecto al juicio crítico y la trascendencia que nos me-
más que decorar la personalidad. Por eso le haremos Presi- una consideración crítica y sopesada de las aproxima- rece la obra bien curada, además de destacar al igual
dente de la Academia de Jurisprudencia. Y podría ser hasta ciones científicas y etnográficas de Alexander von que Seymour Menton su condición de novela históri-
Presidente de la Academia de la Medicina o de la Lengua. Si Humboldt, la de José Martí colindante con la libera- ca y vanguardista, recalca su concepción no conven-
por mí fuera, le haría Presidente de la Medicina o de la Len- ción política y cultural del continente, e incluso la muy cional del género y la Historia en virtud de su estruc-
gua. Si por mí fuera, le haría Presidente de Paraguay y lo peculiar puesta en escena de Oscar Guaramato en el tura cíclica que vincula a la Colonia con la República
mandaría allá a que los paraguayos lo gozaran. género de la dramaturgia infantil. La primera parte de Petrolera. La introducción novedosa del tema petrole-
este bien ponderado volumen, realiza una exposición ro, a la par del reportaje coral y novelado de Mene, de
X. inmediata y mejor pensada de la metamorfosis simbó- Ramón Díaz Sánchez y la Tetralogía del Petróleo, de Cé-
«Toño Estrada vuelve a la guerra» sigue en la misma lí- lica, ideológica y estética del mito tamanaco patente sar Rengifo, involucra un decidido cuestionamiento
nea los relatos de gags. El protagonista vive enredado en en sus múltiples traducciones y reelaboraciones litera- al Neocolonialismo instituido por la sociedad cómpli-
peripecias que concluyen haciendo una irreverencia ve- rias y artísticas. El fluir dialógico del discurso crítico ce entre Juan Vicente Gómez y las transnacionales pe-
nial al Niño Jesús. Digamos que aquí el humor no persi- propende con seguridad y convicción al buen Decir en- troleras, el cual tendría su continuidad en las gestio-
gue más efecto que la comicidad. La risa no apunta hacia sayístico que acompaña el rigor metodológico. La gen- nes gubernamentales que la sucedieron no en balde
blanco político o social alguno. Los antojos de un niño po- tileza, la transparencia y el tenor respetuoso de la pro- sus muchas idas y pocas vueltas. Específicamente,
bre van urdiendo un anecdotario cómico. sa, no descarta la contrariedad ni la controversia en el Bruzual destaca y contraviene la envilecida política
tratamiento de los temas. El segundo panel de este de concesiones petroleras y, por ende, la imposición
XI. tríptico, se refiere a otra de sus líneas de investigación del rentismo petrolero. Apareja una crítica integral al
El último relato de este libro, «El cazador de Betania», tendiente a la literatura nacional como problemática extractivismo compulsivo —«Es la continuidad de la
revela el sentimiento cristiano del autor. Aquí no hay ni ideológica, tipológica y discursiva: Comenta con ima- lógica colonial de extracción intensiva, que provocó
alegoría ni ironía. Hay más bien una recreación de un tex- ginación inquisitiva el entramado de la producción li- la ruina de Cubagua, y que anuncia el fracaso ineludi-
to bíblico, donde la ética católica se erige en fundamento teraria colonial, ocupación muy poco usual en nuestro ble de la embestida neocolonial» (Núñez)—, que va
esencial. Constituye otra línea temática en la diversidad medio, que se manifiesta específicamente en las Cróni- del Rey Petróleo de Domingo Alberto Rangel al Fantas-
de este libro. Se abandona el humor y se orienta hacia cas de Indias, teniendo la carta colombina a los Reyes ma de la Gran Venezuela, en tanto equívoco desarrollis-
una escritura parabólica, alimentada de la cultura he- Católicos que reseña el tercer viaje además de configu- ta y capitalista de Estado, de Emiliano Terán Montiva-
brea. rar la Tierra de Gracia, como mito fundacional políti- ni. Esta versión de Cubagua está redondeada por su
co-imperial y literario. El intervalo oscurantista induci- diagramación y presentación gráfica que concilia lo
XII. do de este período escritural, se inició en el criterio re- clásico con lo contemporáneo: Tenemos en nuestras
Realizada la glosa de este libro, lo primero que se aso- duccionista del mantuanaje y su proyecto republicano manos un libro gigantesco y un bello objeto cultural
ma en nuestras conclusiones es el carácter múltiple de independentista. No se reparó en mucho tiempo que la que nos cuenta y reencuentra con el país. Aprovecha-
una estética narrativa, donde la ironía y el alegorismo se literatura colonial marginalizada encarnaba una para- mos la ocasión para recomendar otras incursiones
proponen dejar claro el pensamiento ideológico del au- dójica, mestiza e interesante proposición de escritura críticas muy notables de Alejandro Bruzual, las cuales
tor. Andrés Eloy Blanco fue el eco de muchas voces estéti- continental. Cierra el tríptico un ensayo muy revela- comprenden la panorámica histórica, anecdótica y
cas. En su obra narrativa, dramática y poética coexisten dor que homenajea la obra narrativa étnica en lengua valorativa del Premio Internacional de Novela Rómu-
sin problema alguno numerosas influencias. Pero llama wayuu de Miguel Ángel Jusayú. No se trata entonces de lo Gallegos en Utopías en movimiento; el muy sentido y
la atención que en su único libro de cuentos, el criollismo textos hilvanados tan sólo por el vigor cientificista de digitado ensayo biográfico y guitarrístico dedicado a
esté ausente. ¿Por qué? Quizás porque él siente un afecto la crítica, sino también de un objeto apetitoso que ins- Manuel Enrique Pérez Díaz (2001); y el estupendo en-
especial por los temas tratados y el criollismo le pudo ha- ta a una lectura placentera y refrescante sobre aristas sayo Aires de Tempestad. Narrativas contaminadas en Lati-
ber llevado por un camino hacia el estereotipo. Por ello puntuales de nuestro devenir como pueblo, eso sí, a noamérica (2012), una aproximación crítica a la tríada
prefiere continuar la tradición de Blanco Fombona y de contracorriente de las plantillas esterilizantes y opresi- novelística no canonizada: El tungsteno de César Va-
Pocaterra. Y une, al estilo humorístico de Mark Twain, la vas con que nos resecan los Poderes fácticos transna- llejo, Parque Industrial de Patrícia Galvâo y Cubagua de
hilaridad y la seria necesidad de decir algo, sin caer en la cionales. Enrique Bernardo Núñez.
visión maniquea de sus pueblos.
4 LETRAS CCS / CIUDAD CCS / DOMINGO 10 DE DICIEMBRE DE 2017

Portafolio La Librería Mediática


Marialcira Matute

Clarice por sí misma 1er. Encuentro de Lectores de La Librería Mediática,


TVLecturas y Misión Leer y Escribir

[«Hasta hoy no sabía que se puede no escribir». Con tal sentencia inicia Clarice la brevísima crónica «Un Invitamos a los lectores de los libros que comentamos
escalón más arriba: el silencio», y con ella nos confirma que su existencia no tuvo otro fin que el de la litera- hoy a participar el sábado 17 de febrero de 2018 de 9:00 am
tura. La definición de su persona estuvo determinada por la necesidad imperiosa de decir, ser ella misma la a 12:00 m, en la librería Colombeia (CC Bicentenario del
palabra y su eco, en permanente construcción. Irrumpió desde muy joven en la literatura brasileña y se con- CNEH) en el 1er. Encuentro de Lectores de La Librería Me-
solidó como una de las voces más relevantes e influyentes de la narrativa latinoamericana. Leve, como lo que diática, TVLecturas y Misión Leer y Escribir; en el marco
se siente y no se entiende (tal como afirma al término de su primera novela) Clarice Lispector es la autora de del Foro Permanente Educación Crítica sobre Medios de
los estados del alma. No es su obra una secuencia de acciones, sino de emociones que se distienden en las Comunicación.
palabras exactas del espíritu y sus posibilidades. Quizás por ello, su narrativa es la medida de la angustia hu-
mana ante el vertigo de la infinita libertad originaria. La búsqueda de eso otro que está más allá de los límites 1. Cartas Bajo la Manga, novela de Luis Angulo Ruiz (El Pe-
que impone la razón ha hecho de Clarice Lispector una mujer que se da en la creación por la perpetua corazo- rro y la Rana, 2017). Relato epistolar, polémico y polifóni-
nada de que en cada una de sus líneas se entrega a la otredad, se transfunde en ella. Con este propósito escri- co, cuenta la historia de Venezuela entre 1998 y 2003 con
be, desde que se inaugura como escritora con Cerca del corazón salvaje , hasta el manuscrito con pulso con- denuncias y miradas a la Cuarta Republica. Detalles: en la
vulso que le deja a su amiga Olga Borelli días antes de su muerte. entrevista realizada al autor en FILVEN el 12 de noviembr.
Hoy estaría celebrando sus 97 años de no ser por el cáncer que la consumió —al tiempo que la hizo eter- De libre descarga en la web de El perro y la rana
na— un día antes de su cumpleaños, en 1977. 2. El monstruo y sus entrañas, ensayo de Vladimir Acosta so-
Para homenajearla, leámosla.] bre EEUU ( Editorial Galac e Imprenta de la Cultura 2017),
no está disponible en digital pero sí en bibliotecas públicas
Karibay Velásquez y la venta en librerías.
3. Reyes y Dinosaurios, segunda novela de José Negrón Va-
lera (El Perro y la Rana 2017), disponible en papel y de libre
*** descarga en digital. Narración de suspenso sobre la contra-
Sí, ésta es la vida vista por la vida. Pero de repente olvi- información, la manipulación, la guerra mediática y el
do cómo captar lo que sucede, no sé captar lo que existe análisis crítico de medios en Venezuela y el mundo hoy.
más que viviendo aquí cada cosa que surge y no importa 4. Viraje, poemario de Freddy Ñañez (Editorial Acirema,
qué; estoy casi libre de mis errores. Dejo que el caballo li- 2017). Una profunda mirada al viaje, al viraje y al exilio en
bre corra fogoso. Yo, que troto nerviosa y sólo la realidad una selección de poemas del autor de Del Diario Hastío y
me delimita. otros libros. Es parte de un nuevo fondo editorial que va re-
cogiendo voces de Venezuela con camino recorrido y fir-
me, y nuevas propuestas literarias en cuidadas ediciones
*** desde el Táchira.
Como si arrancase de las profundidades de la tierra las 5. Maraña, cuentos de Luis Britto García, disponible en
nudosas raíces de un árbol descomunal, así es como te es- papel y en web de El Perro y la Rana y UBV 2017. Britto Gar-
cribo. cía, doble premiado en Casa de las Américas y ahora en los
Nacionales de Cultura (Primero en Literatura, este año en
Humanidades), juguetón y provocativo, profundo y enlo-
*** quecido malabarista del lenguaje, remonta con este siete
A la duración de mi existencia le doy un significado decenas de libros publicados.
oculto que me sobrepasa. 6. Proyecto multiplataforma #Versame, de Miguel Ángel Pé-
rez Pirela, videopoemas en La Iguana.TV y www TVLectu-
ras.com hacia el poemario POP-EMAS http://www.tvlectu-
*** ras.com/proyecto-v-rsame-de-p-rez-pirela.html El analista
Me voy, dice la muerte, sin añadir que me lleva consigo. de medios es también poeta y se integra a nuestra Televiso-
Y me estremezco con la respiración jadeante por tener ra de los Libros. Además, es autor, entre otros libros, de la
que acompañarla. Yo soy la muerte. Es en éste mi ser don- novela Pueblo, publicada por Monte Ávila Editores hace po-
de se da la muerte, ¿cómo explicártelo? cos años.
7. Buen día Presidente, crónica de entrevistas de Ernesto
Villegas (Nosotros Mismos 2017). Se descarga también en
*** QR. Periodismo en diversos encuentros telefónicos y per-
Renuncio a tener un significado, y entonces un dulce y sonales de Villegas y el Presidente Hugo Chávez, fotogra-
doloroso quebranto se apodera de mí. fías, comentarios, y presentación de Clodosvaldo Hernán-
dez y Adán Chávez.
¿Mi tema es el instante? Mi tema de vida. Intento estar a 8. La Librería Mediática: El Libro. Tomo II, 2010-2017. (Edicio-
su nivel, me divido millares de veces en tantas veces co- *** nes Fundación La Librería Mediática) en digital y en edi-
mo los instantes que transcurren, tan fragmentaria soy y Me es imposible profundizar y apoderarme de la vida ción para papel.
tan precarios los momentos, sólo me comprometo con la porque es aérea, es mi leve hálito. Pero sé muy bien lo que
vida que nace con el tiempo y que crece con él. quiero aquí: quiero lo no concluido. Quiero el profundo Escribir, leer, trascender en ese descifrar el misterio de
desorden orgánico que sin embrago deja presentir un or- las palabras sobre el papel o la pantalla «¿no consiste en
den subyacente. eso el deseo el deseo de pasar a los libros?», se pregunta un
*** personaje de la novela Me llamo rojo, de Orhan Pamuk. Co-
Escribo redondo, enmarañado y tibio, pero a veces frío mo libros vivos, llenos de nuestras palabras y palabras de
como los instantes frescos, agua del arroyo que tiembla *** otros, vamos siendo escritores y lectores en un viaje de ida
siempre por sí misma. Hay muchas cosas por decir que no sé cómo decir. Me y vuelta al que invitamos cada día a más pasajeros desde
faltan palabras. Pero me niego a inventar otras nuevas. nuestras columnas en Letras Ccs.
Las que existen deben decir lo que se consigue decir y lo Todos nuestros programas del año, links a descargas de
*** que está prohibido. Y lo que está prohibido lo adivino. Si libros y vídeos y nuestro plan de inicio de 2018 en www.la-
Quiero no lo que esá hecho sino lo que tortuosamente hubiese fuerza. Mi pintura no tiene palabras: está más libreriamediatica.wordpress.com
aún se está haciendo. Mis desequilibradas palabras son el allá del pensamiento. En ese terreno del se es soy puro éx- Transmisiones desde FILVEN disponibles en youtube
lujo de mi silencio. tasis cristalino. Se es. Me soy. Tú te eres. https://goo.gl/NFrQbs

Director Freddy Ñáñez Coordinadora Karibay Velásquez. Letras CCS es el suplemento literario del Ciudad CCS es un periódico gratuito editado por la Fundación para la Comunicación Popular CCS de
diario Ciudad CCS y se distribuye de forma gratuita | correo-e: informacionletrasccs@gmail.com | la Alcaldía de Caracas | Plaza Bolívar, Edificio Gradillas 1, Piso 1, Caracas | Teléfono 0212-8607149 co-
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