You are on page 1of 11

PROGRAMA No.

0725

PROVERBIOS

Cap. 4:10 - 5:14

Estamos, amigo oyente, estudiando el capítulo 4, de este Libro de Proverbios, y aquí


estamos en una sección donde encontramos a un joven que ha comenzado en su vida; él
había comenzado primero como un niño pequeñito y al crecer ha “entrado” por así decirlo,
a este gran mundo malo y perverso. Él está recibiendo consejos ahora, para que recuerde
las instrucciones de su padre, como vimos en nuestro programa anterior, así como las
instrucciones que le había dado su madre. Vemos que en el versículo 10, comienza
diciendo: “Oye hijo mío”. Parecería como que Betsabé estuviera hablando a Salomón.
Leamos pues, los versículos 10 al 12, de este capítulo 4, de Proverbios:

10
Oye, hijo mío, y recibe mis razones,
Y se te multiplicarán años de vida.
11
Por el camino de la sabiduría te he encaminado,
Y por veredas derechas te he hecho andar.
12
Cuando anduvieres, no se estrecharán tus pasos,
Y si corrieres, no tropezarás. (Prov. 4:10-12)

¡Qué llamado maravilloso es este para este joven que necesita buscar la sabiduría! Se le
dice en el versículo 13:

TTB 4691 Página 1 de Programa No. 0725


13
Retén el consejo, no lo dejes;
Guárdalo, porque eso es tu vida. (Prov. 4:13)

Notemos el lenguaje utilizado aquí: “Retén el consejo”. Esto es algo que tiene que tener
alta prioridad. Trata de aprender todo lo puedas. Y continúa en los versículos 14 y 15,
diciendo:

14
No entres por la vereda de los impíos,
Ni vayas por el camino de los malos.
15
Déjala, no pases por ella;
Apártate de ella, pasa. (Prov. 4:14-15)

Como ya hemos dicho antes, la advertencia a través de todo esto aquí es contra el hombre
malo y la mujer extranjera. Esa mujer es una prostituta, por supuesto. Y creemos que vemos
aquí también una aplicación espiritual. Luego, se nos dice en los versículos 16 y 17, de este
capítulo 4, de Proverbios:

16
Porque no duermen ellos si no han hecho mal,
Y pierden el sueño si no han hecho caer a alguno.
17
Porque comen pan de maldad, y beben vino de robos; (Prov. 4:16-17)

Aquí tenemos algo que, opinamos, el pueblo de Dios necesita aprender. Uno escucha decir
a veces: “Yo no sé cómo este hombre puede hacer algo así." O uno puede decir: “Yo no sé
cómo esa mujer puede vivir la clase de vida que está viviendo. ¿Cómo puede vivir consigo
misma?” Bueno, permítanos decirle, amigo oyente, que estas personas no podrían vivir con
ellas mismas si no estuvieran haciendo esas cosas. Y usted y yo no sabemos lo desesperado y la
profundidad a la que se puede hundir el corazón humano cuando entra en el pecado. No hay
nada que el corazón y la mente humana no puedan concebir. Esto es algo tremendo que se nos
presenta aquí. Nosotros necesitamos aprender en la vida, que en este mundo en el cual nos

TTB 4691 Página 2 de Programa No. 0725


encontramos hoy no nos enfrentamos a personas que son buenas todo el tiempo. Usted tiene
que tener mucho cuidado con la clase de gente que encuentra. Hay algunas personas que
pueden ser realmente maravillosas.

Creemos que una de las cosas más importantes que nosotros podemos hacer es comenzar
nuestro día con una oración. Podemos decirle al Señor: “Señor, yo me voy a encontrar con
personas nuevas en el día de hoy. Algunas de esas personas podrían ser ayudadas por mí.
Algunos de ellos podrían hacerme mal. Ayúdame Señor a darme cuenta de la diferencia, para
que pueda poner mi brazo alrededor del hombre que necesita mi ayuda, pero ayúdame a evitar a
aquel hombre que pudiera poner su cuchillo en mi espalda.” Creemos que es importante el
poder reconocer que vivimos en esta clase de mundo en el día de hoy. Nos hemos dado cuenta
que hay ciertos hombres que pueden llegar a convertirse en magníficos amigos, y damos gracias
a Dios por eso. Es esta clase de personas la que hace posible obras radiales como esta.

Pero, luego hay aquellos otros que tratan de destruirlo a uno. Aun aquellos que profesan ser
cristianos. A veces es muy difícil, en realidad, poder comprender la clase de pensamiento de
esta gente. Pero no se puede confiar en el corazón humano, y nosotros necesitamos tener mucho
cuidado hoy. Tenemos que ser capaces de distinguir las cosas que son diferentes de distinguir,
y también necesitamos ser capaces de enfrentarnos a la humanidad y tener discernimiento.
Amigo oyente, esto es muy necesario en el día de hoy. Continuemos ahora, leyendo el versículo
18, de este capítulo 4, de Proverbios:

18
Mas la senda de los justos es como la luz de la aurora,
Que va en aumento hasta que el día es perfecto. (Prov. 4:18)

Uno puede encontrarse con maravillosas personas como estas, los maravillosos santos de
Dios que uno encuentra en el día de hoy. Pero en contraste, podemos ver lo que nos dice aquí,
el versículo 19, leamos:

TTB 4691 Página 3 de Programa No. 0725


19
El camino de los impíos es como la oscuridad;
No saben en qué tropiezan. (Prov. 4:19)

Se nos presenta aquí, dos caminos. Uno de estos caminos es el que es recorrido por los
justos. Es una luz brillante, “como la luz de la aurora, que va en aumento hasta que el día es
perfecto”. Y luego existe otro camino – el de los impíos. Alguien quizá diga: “Eso me hace
recordar del camino ancho y del camino angosto del cual habló el Señor Jesucristo”. Bueno, no
creemos que haya habido otra cosa que se haya malentendido tanto como lo que se dice en
conexión con esto. Aún recuerdo que como muchacho se hablaba mucho acerca del camino
ancho y del camino angosto. Y hablando francamente, amigo oyente, si de muchacho, alguien
me hubiera preguntado: “¿Cuál de los dos caminos tú crees sería el mejor para recorrer?”
Bueno, yo hubiera respondido inmediatamente: “Yo creo que hubiera sido muy divertido el
camino ancho”. Y, desafortunadamente esa es la impresión que se ha dado, y no creemos que
eso sea correcto. Y hablando francamente, el cuadro es muy diferente aquí. El camino ancho –
y créanos amigo oyente, es un camino bastante ancho en el día de hoy, ahí es donde se encuentra
la multitud; allí es donde encontramos gran cantidad de gente.

Y permítanos decirle, amigo oyente, que allí es donde ellos se están divirtiendo todo el
tiempo. Allí es donde se realiza el carnaval. Y a propósito, esta palabra carnaval, proviene de
la palabra carnal, que tiene que ver con lo relacionado con las cosas de la carne. Ah!, amigo
oyente, allí es el lugar donde uno puede halagar la carne. Y hoy lo llaman el camino de la
libertad. Escuchamos decir hoy: "Estamos viviendo en una nueva era y hoy uno puede hacer
como le plazca. Es un camino ancho." Y por cierto que es así, es decir, cuando uno comienza
a andar en él. Pero si usted se da cuenta de lo que aquí se dice, en este “camino” es amplio al
comenzar, pero se hace cada vez más angosto. No se ensancha para nada. El camino de los
impíos es como la oscuridad. Es un camino oscuro. Hay luces en la entrada, pero cuando usted
comienza a andar un poco por ese camino, ya no hay más luz. Y ellos no saben con qué están
tropezando. Ese es el camino ancho.

TTB 4691 Página 4 de Programa No. 0725


Creemos que el Señor Jesucristo dejó bien claro esto de que el camino ancho se hace cada
vez más angosto. Es como el entrar por un embudo, uno entra por el lado ancho, amplio del
embudo, y al comenzar a avanzar a través del mismo, se hace cada vez más angosto, hasta que
finalmente se llega a la destrucción. Ahora, el camino angosto comienza de otra forma. El
Señor Jesucristo dijo: “Yo soy El Camino”. No hay dos o tres de ellos. No es ancho: es el
Señor Jesucristo. “Hay camino que al hombre le parece derecho; pero su fin es caminos de
muerte”. Ese es el camino ancho. Pero existe un solo Camino. Y ese Camino es el Señor
Jesucristo.

El Apóstol Pedro había dicho a su Pueblo: “Y en ningún otro hay salvación; porque no hay
otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos”. El Señor
Jesucristo dijo: “Nadie viene al Padre sino por mí”. (Juan 14:6) Amigo oyente, usted no puede
hacer ese camino más angosto que eso. Él dice: “Yo soy la Puerta; el que por mí entrare,” –
¿qué sucederá? – “Hallará pastos y vida eterna” (Juan 10:9). Como usted puede ver, es angosto
cuando uno entra, pero cada vez se hace más y más ancho. Esa es la parte angosta de ese
embudo. Por allí es por donde nosotros necesitamos entrar, por esa parte que está marcada
como "el Señor Jesucristo". Y ese es el cuadro que tenemos aquí, y a lo cual se refiere el
escritor de Proverbios. Ahora, los versículos 20 al 22, de este capítulo 4, de Proverbios, nos
dicen:

20
Hijo mío, está atento a mis palabras;
Inclina tu oído a mis razones.
21
No se aparten de tus ojos;
Guárdalas en medio de tu corazón;
22
Porque son vida a los que las hallan,
Y medicina a todo su cuerpo. (Prov. 4:20-22)

Esta es la Palabra sobre la cual el salmista dijo: “En mi corazón he guardado tus dichos,
para no pecar contra ti;” y estas son Palabras de vida.

TTB 4691 Página 5 de Programa No. 0725


Cierto gran hombre del pasado dijo en una ocasión, que si uno cortaba estas palabras iban a
sangrar. Son palabras "vivientes", si se nos permite la expresión. Y eso es lo que son las
palabras de la Palabra de Dios. Si usted las corta, ellas van a sangrar. Son palabras vivientes.
Ellas le dan vida a usted y también le brindan luz. Le traen instrucción y dirección y gozo.
Todo esto llega a usted a través de la Palabra de Dios. Ahora, en el versículo 23, encontramos
uno de los grandes versículos del libro de Proverbios; leamos la primera parte de este versículo:

23
Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; (Prov. 4:23a)

Esa es una traducción, y hemos notado que de vez en cuando mencionamos esta otra
traducción: “Guarda tu corazón con toda diligencia”. Esta es una de las cosas que usted tiene
que hacer. Y aquí en la segunda parte del versículo 23, dice:

Porque de él mana la vida (Prov. 4:23b)

La vida de la carne se encuentra en la sangre, y es el corazón el que empuja esa sangre.


Usted deberá recordar, que no fue sino hasta cuando Harvey, allá en el siglo XVII, cuando se
estaba dando un baño descubrió la circulación de la sangre, y eso revolucionó a la ciencia
médica. Y aquí, en el libro de Proverbios, muy tranquilamente se menciona esto que
revolucionó la ciencia médica: “Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón, porque de él
mana la vida”. El Señor Jesucristo dijo: “No es lo que entra al hombre lo que lo contamina,
sino lo que sale del hombre.” Y Él dijo: “El corazón del hombre”. Y el Señor dio una lista de
las cosas que salen del corazón del hombre. Y, amigo oyente, algunas de las cosas más malas
en este mundo salen del corazón humano. El corazón es la base de toda la personalidad. Si
usted quiere conocer lo importante que es el corazón, debería tomar una concordancia y mirar las
referencias de la Biblia que están en ese libro y que están relacionadas con el corazón.

Ahora, fue Harvey quien hizo el descubrimiento de que la sangre circulaba en el cuerpo

TTB 4691 Página 6 de Programa No. 0725


humano; y se nos dice en un libro apócrifo, la carta de Bernabé, acerca de un ave mitológica –
Fénix – que se consume a sí misma por fuego y que luego se levanta una vez más en
resurrección. Permítanos decirle, amigo oyente, que esa es una declaración tan falsa como se
pueda concebir. Eso no se encuentra en la Biblia. Eso es mitología griega. Pero aquí tenemos
una declaración en este libro de Proverbios y la ciencia misma ha demostrado que es cierto. Y
en este libro de Proverbios, amigo oyente, usted no encuentra una declaración que no sea
científica o una observación que sea errada.

¡Qué maravillosa es esta declaración que tenemos ante nosotros! Créanos, amigo oyente, que
debemos guardar nuestros corazones con toda diligencia. Es importante que usted escuche eso.
Es importante que usted estudie esto. Y es importante que usted pueda verlo. Porque este
corazón que usted y yo tenemos, no se puede confiar en él. Y nosotros necesitamos reconocer
que de nuestro corazón pueden salir o manar grandes cosas de nuestra vida. Ahora, en el
versículo 24, de este capítulo 4, de Proverbios, leemos:

24
Aparta de ti la perversidad de la boca,
Y aleja de ti la iniquidad de los labios. (Prov. 4:24)

Como usted puede ver, amigo oyente, estas cosas salen del corazón, pero es la boca y los
labios que las pronuncian. Alguien ha expresado este pensamiento de la siguiente manera: “Lo
que se encuentra en el pozo del corazón saldrá a través del balde de la boca”. Y cuán verdadero
es esto, porque tarde o temprano, la boca dice lo que existe en el corazón. La boca es la que
indica cuál es su procedencia; es decir, de qué parte de su país es usted. Y por cierto que nos
descubre ante los demás. Usted recuerda que esto fue lo que le sucedió a Pedro cuando estaba
allá sentado en el patio, contemplando el juicio de Jesús; y alguien se acercó y le dijo:
“Verdaderamente también tú eres de ellos, porque aun tu manera de hablar te descubre”. O
sea, amigo oyente, que la boca nos descubre ante los demás. De modo que tenemos que tener
mucho cuidado con lo que sale de nuestra boca. Luego sigue diciendo algo aquí, que se refiere
a los ojos. Leamos los versículos 25 al 27, de este capítulo 4, de Proverbios:

TTB 4691 Página 7 de Programa No. 0725


25
Tus ojos miren lo recto,
Y diríjanse tus párpados hacia lo que tienes delante.
26
Examina la senda de tus pies,
Y todos tus caminos sean rectos.
27
No te desvíes a la derecha ni a la izquierda;
Aparta tu pie del mal. (Prov. 4:25-27)

Eso es algo que el joven tiene que hacer en la vida; puede arruinar su carrera. Cierto hombre
dijo en una ocasión: “Cuando yo era joven arruiné mi vida al ser arrestado una vez. Ahora
tengo un prontuario policial; y como usted ve eso es algo que se me presenta en mi vida una y
otra vez porque cometí eso cuando era joven”. Amigo oyente, un joven tiene que tener mucho
cuidado en esta vida.

Y llegamos ahora el capítulo 5 de Proverbios; y aquí en este capítulo 5, encontramos


nuevamente esta mujer extraña; esta mujer extranjera. Este capítulo, creemos, tendría que ser
leído muy cuidadosamente por el joven, porque aquí se le aconseja a vivir una vida pura por el
bien de su hogar.

Y de paso debemos decir que esta es la clase de educación sexual que Dios nos da. Ahora,
no sabemos cómo piensa usted en cuanto a esto, amigo oyente, pero nos gusta un poco más que
algunas de las cosas que escuchamos en el día de hoy, aun en las reuniones de los creyentes.
Dios está diciendo aquí que una vida pura debería ser vivida por el bien del hogar más adelante.
Hay muchos de los problemas del hogar hoy, que no comenzaron allí. Comenzaron mucho
antes, en la vida sexual de la persona. Notemos lo que dice aquí. Nuevamente comienza
diciendo “hijo mío”; y aquí lo tenemos otra vez hablándole al joven; leamos los primeros dos
versículos de este capítulo 5 de Proverbios:

1
Hijo mío, está atento a mi sabiduría,

TTB 4691 Página 8 de Programa No. 0725


Y a mi inteligencia inclina tu oído,
2
Para que guardes consejo,
Y tus labios conserven la ciencia. (Prov. 5:1-2)

Lo que está diciendo aquí, es lo siguiente: “Es la sabiduría ahora”, ordenando a este joven
que vaya a su colegio para que pueda aprender algo. Luego, continúa diciendo en la primera
parte del versículo 3:

3
Porque los labios de la mujer extraña destilan miel, (Prov. 5:3a)

En el capítulo anterior vimos al hombre malo, impío, y aquí tenemos ahora, a la mujer
extraña. La mujer extranjera era aquella que había llegado de afuera. Por lo general era una
mujer gentil; era ella una prostituta. Leamos lo que dice la segunda parte del versículo 3, y
continuemos hasta el versículo 6:
Y su paladar es más blando que el aceite;
4
Mas su fin es amargo como el ajenjo,
Agudo como espada de dos filos.
5
Sus pies descienden a la muerte;
Sus pasos conducen al Seol.
6
Sus caminos son inestables; no los conocerás,
Si no considerares el camino de vida.

En una cárcel estaba un famoso criminal, mejor debería decirse, un infame criminal. Uno de
los guardas de ese lugar, contó la historia. Y ese hombre había contraído la sífilis y si esto no se
cura a tiempo, ataca al cerebro y causa paresia que es una parálisis parcial que priva al paciente
de la facultad de moverse. Y en realidad, puede llegar a causar la locura. Y este guarda
contaba que antes de morir ese criminal, se había convertido en simplemente una persona idiota.
Luego, él hizo este comentario: “Ese criminal fue responsable por la ruina de muchas
muchachas. Pero, ¿sabe una cosa? – es interesante; esta gente no puede escapar a las

TTB 4691 Página 9 de Programa No. 0725


consecuencias. Alguna muchacha le contagió a él con esa enfermedad”. Y aquí, amigo oyente,
tenemos nosotros la advertencia contra esta clase de cosas. Leamos esos versículos 5 y 6, una
vez más:

5
Sus pies descienden a la muerte;
Sus pasos conducen al Seol.
6
Sus caminos son inestables; no los conocerás,
Si no considerares el camino de vida. (Prov. 5:5-6)

¡Qué advertencia la que tenemos aquí para el joven! Luego los versículos 7 al 11, nos
dicen:

7
Ahora pues, hijos, oídme,
Y no os apartéis de las razones de mi boca.
8
Aleja de ella tu camino,
Y no te acerques a la puerta de su casa;
9
Para que no des a los extraños tu honor,
Y tus años al cruel;
10
No sea que extraños se sacien de tu fuerza,
Y tus trabajos estén en casa del extraño;
11
Y gimas al final,
Cuando se consuma tu carne y tu cuerpo, (Prov. 5:7-11)

¡Qué cuadro el que tenemos aquí de una enfermedad venérea! Y eso es una condición
epidémica en muchas partes de nuestro mundo en el día de hoy. Y luego, los versículos 12 al
14, nos dicen:

12
Y digas: ¡Cómo aborrecí el consejo,
Y mi corazón menospreció la reprensión;

TTB 4691 Página 10 de Programa No. 0725


13
No oí la voz de los que me instruían,
Y a los que me enseñaban no incliné mi oído!
14
Casi en todo mal he estado,
En medio de la sociedad y de la congregación. (Prov. 5:12-14)

Y Dios, amigo oyente, dice que Él no puede ser burlado. Lo que usted siembra, eso segará.
Y Dios dice que esto es lo que ocurrirá. Nuestra sociedad en el día de hoy está cosechando lo
que ha sembrado; y la inmoralidad crasa del día de hoy es causada por la falta de instrucción en
la Palabra de Dios. Parece que fuéramos chapados a la antigua, ¿no es así? Bueno, ¡eso es lo
que somos!

Y aquí, amigo oyente, vamos a detenernos por hoy. Dios mediante, en nuestro próximo
programa, continuaremos la consideración de este capítulo 5 de Proverbios y le invitamos a que
usted también nos acompañe en este interesante estudio. Será pues, hasta nuestro próximo
programa, amigo oyente, es nuestra oración que sus oídos estén atentos a la sabiduría divina,
para que guarde todo el consejo del Señor. ¡Que Dios le bendiga!

TTB 4691 Página 11 de Programa No. 0725

You might also like