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Likutei Sijot
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En este sentido, que fue por esta actitud que merecieron ser redimidos
y no por algún otro mérito, dicen nuestros Sabios5 que cuando llegó
el momento del Éxodo los judíos estaban desprovistos de mitzvot
que ameritaran salvarlos, como está escrito6 alegóricamente: “Y tú
estabas desnuda y descubierta”7; y no sólo carecían de méritos sino
que, peor aún, pesaba sobre ellos la acusación del Atributo de Rigor
y los Ángeles Ministeriales, exclamando sorprendidos: “¡Estos –los
egipcios– son idólatras, y aquellos –los Hijos de Israel– también lo
son!8 ¿Por qué unos se salvan y otros perecen?”. Por eso les dio Di-s
la mitzvá de Korbán Pesaj, la Ofrenda de Pesaj, y en el mérito de esa
mitzvá junto a la entrega incondicional a Di-s que tuvieron para su
cumplimiento, fueron redimidos de Egipto.
espirituales acordes a los eventos del mundo físico. Esto explica la idea que el Rebe desarrolla
en esta Sijá, que “el mesirut néfesh que tuvieron los judíos produjo la redención”. “Redención”
origina revelaciones Divinas del orden de lo sobrenatural; para que éstas se materialicen,
también los judíos debían exhibir una firmeza interior sobrenatural, o sea, estar dispuestos
a algo “anormal” en su condición de esclavos, entregarse a la Voluntad de Di-s sin temor a
sus amos, los egipcios. Semejante actitud, de índole “sobrenatural” (desde lo terrenal), está
intrínsecamente conectada con lo Divinamente sobrenatural, y por los tanto provocó y produjo
la redención (Celestial). Véase más adelante en esta misma Sijá, sobre el final del párrafo 19,
un concepto similar en relación al mesirut néfesh de Najshón ben Aminadav en ocasión de la
Partición del Mar. Análogamente, el mismo concepto se expresa en relación a Matitiahu y sus
hijos (los Macabeos) en Janucá, en Séfer HaMaamarím Kuntreisim, vol. VI, Kuntrés Janucá
5752, parr. 14, entre otras numerosas citas.
5 Mejilta y Rashi sobre Éxodo 12:6.
6 Ezequiel 16:7.
7 La nación hebrea “cuando llegó el momento de la redención era numerosa en integrantes
y grande en fuerza, pero estaba desnuda, carente de mérito y buenas acciones” (comentario de
Metzudat David, ibíd.).
8 Zohar II, 170b; Midrash Tehilím 15:5. Compárese con las fuentes citadas en la nota 5.
9 Mijá 7:15.
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con el objeto del mismo10, se entiende que las cuestiones y actitudes
que produjeron el Éxodo de Egipto serán las que también traerán
la Redención Futura.
Por lo tanto, tal como el Éxodo de Egipto resultó de la
determinación y el mesirut néfesh que tuvieron los judíos, como
se dijera, así también la Redención Futura llegará por medio de
conducirnos con firmeza y mesirut néfesh.
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debemos dejarnos impresionar si éste reacciona con antagonismo.
Por el contrario, su enérgica oposición misma es la evidencia de
que la cuestión sí lo afecta15. Por lo tanto, debemos hablar con él
una y otra vez, hasta que aquel incorpore los conceptos vertidos16.
Debemos actuar con determinación. Cierto, para que el
mensaje sea acogido debemos hablar de un modo cordial y suave17
(conforme el dicho de mi suegro, el Rebe anterior: “No hay que
‘arrancarle’ la nariz al otro”), pero al mismo tiempo, hacerlo con
firmeza. Y cuando hablemos con suavidad y determinación, con
certeza tendremos éxito.
Y si entretanto no has tenido éxito, debes saber que la culpa no
radica en el otro sino en ti. Cada uno debe saber que el prójimo es
intrínsecamente bueno, pero como de tu parte no fueron “palabras
que brotan del corazón”, por eso faltó la segunda mitad de aquel
dicho – “entran al corazón”18. Si esto sucede, recita un capítulo de
los Salmos y suplica a Di-s para que las tuyas sean “palabras que
salen del corazón”, y automáticamente se producirá el “entran al
4 corazón” del prójimo.
15 Pues la presencia de algún tipo de reacción, siquiera totalmente negativa, indica que la
persona se vio afectada. Por lo tanto, con la estrategia correcta se puede llegar a convencerla.
Véase Kuntrés HaTefilá, cap. 8; Torat Shalom – Séfer HaSijot, 10b.
16 Véase Arajín 16b y Bavá Metziá 31a, acerca de la mitzvá de reprochar a aquellos que
se comportan de manera impropia.
17 Eclesiastés 9:17: “Las palabras de los sabios (que son) habladas con serenidad, son
escuchadas (más) que el grito de un gobernante de tontos”.
18 El Rebe da cuenta (en Igrot Kodesh, vol. 3, pág. 64) que esta máxima (“Palabras que
salen del corazón (del que habla) entran al corazón (del que escucha)” ya aparece en Shirat
Israel (de Moshé ben Iaacov Ibn Ezra; Granada, siglo XI), pág. 156.
19 Véase Éxodo 11:2 y 12:35-6, y Rashi allí. Compárese también con Mejilta sobre estos
versículos, y Berajot 9b.
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sino uno solo”20, e incluso este único que sí quedó, el Faraón,
terminó yendo a Nínive donde también padeció sufrimientos21 – así
también ahora, cuando marchemos con firmeza y mesirut néfesh,
sin dejarnos intimidar por nadie, todos nuestros adversarios serán
neutralizados y la Redención Futura se concretará pronto en
nuestros días.
(de la Sijá de Ajarón shel Pesaj –último día de Pesaj– 5712 1952])
20 Éxodo 14:28.
21 Ialkut Shimoní, Ioná 550.
22 Éxodo 12:1. Es el párrafo bíblico que se inicia con la orden de Di-s de comenzar la
cuenta de los meses, a regir para las Festividades, con el mes de Nisán. En el desarrollo del
tema se mencionan, entre otras, las mitzvot de la ofrenda del Sacrificio de Pesaj en Egipto y la
ingesta de matzá y maror.
23 Es el “pan” elaborado solo con harina de alguno de los cinco cereales (trigo, cebada,
centeno, avena o espelta) y agua, sin permitirle levar y fermentar.
24 Éxodo 12:15.
25 Hoshea 14:3.
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de novillos”. Por otro lado, la mitzvá bíblica26 de comer maror en
la noche del Séder, que originalmente acompañaba a la ingesta de la
Ofrenda de Pesaj, hoy en día sigue vigente pero constituye solo una
obligación de carácter rabínico, mientras que la mitzvá de comer
matzá, también en nuestros días, es una obligación de carácter
bíblico27.
26 Éxodo 12:8.
27 Shulján Aruj, Oraj Jaím 475.
28 Es el nombre que la Torá da a todo producto leudado o fermentado, comestible o no,
derivado de alguno de los cinco cereales: trigo, cebada, centeno, avena o espelta.
29 Como ser jugo de frutas, leche, miel, huevos o vino.
30 Shulján Aruj, Oraj Jaím 454.
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conformadas por las mismas letras, con la salvedad que matzá se
escribe con la letra hei, mientras que jametz lo es con la jet.
La letra hei se parece a la jet. Ambas están formadas por tres
trazos, dos laterales verticales y uno superior horizontal, y están
abiertas en su base. La única diferencia es que la jet está cerrada
completamente en sus tres lados llegando sus trazos laterales hasta
el trazo horizontal superior, mientras que la hei tiene una abertura
arriba, su trazo lateral izquierdo no llega hasta el horizontal superior.
La abertura inferior (en ambas letras) significa, de acuerdo a
la expresión del versículo31, “En la entrada yace el pecado”. El que
los tres flancos, en la letra jet, estén totalmente cerrados, significa
que no hay por dónde salir de la senda que lleva a la “entrada” en
la que “yace el pecado”. Por otro lado, la abertura superior de la
letra hei significa que si bien la persona está expuesta a “la entrada
del pecado”, cuenta, no obstante, con una abertura superior, esto
es, salir de su estado y hacer teshuvá –retornar a Di-s–32.
Y a pesar de ser una abertura pequeña, dicen sin embargo
nuestros Sabios al respecto: “Di-s dice33: ‘Abran para Mí un orificio 7
tan pequeño como la punta de una aguja…” – es decir, “permítanme
que Yo Me acerque a ustedes siquiera en una medida ínfima”, y
por medio de ello Di-s promete: “…y Yo abriré para ustedes una
abertura tan grande como la entrada del Ulám”34. Pues por medio de
un único pensamiento de teshuvá el judío puede transformarse, en
un instante, de rashá gamur –totalmente pecador– a tzadík gamur
–hombre totalmente justo y piadoso–35.
31 Génesis 4:7.
32 Véase Menajot 29b.
33 Compárese con Shir HaShirím Rabá 5:2.
34 El Ulam era el primer recinto del sector cubierto del Santo Templo de Jerusalén. No
tenía puerta, solo un cortinado, y su abertura medía aprox. 20m de alto por 10m de ancho.
35 Véase Kidushín 49b. Véase en Tania, caps. 10 y 11, las definiciones de tzadík y rashá
y sus diferentes niveles espirituales.
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matzá=bitul, y 2) que la abertura en la hei de matzá, inexistente en la
jet de jametz, indica una posibilidad de salida de la senda del pecado–
dependen una de la otra: cuando una persona tiene bitul, se siente
nula, es decir, no es presa de su ieshut, incluso si –Di-s libre– ha
pecado, como es consciente de sus defectos y no se cree perfecta,
alberga eventualmente el pensamiento de hacer teshuvá y revertir su
deplorable condición; pero si su estado es uno de ieshut y soberbia,
nunca reconocerá su error y por lo tanto ni se le ocurre la idea de
teshuvá.
Cuando el judío está libre de sentirse un “alguien”, vive “anulado”
y sumiso a lo que Di-s demanda de él, no busca tener siempre razón
y auto justificarse, de modo que realiza un balance objetivo acerca
de sí mismo, y si ve que su conducta no es la correcta, lo reconoce,
se arrepiente, y hace teshuvá. En contraste, cuando la persona se
engrandece a sí misma, encuentra toda suerte de consideraciones
para justificar todas sus conductas36.
8 8. Es más: no sólo que después de hacer algo incorrecto la
persona dominada por su ieshut encuentra para ello una excusa pues
quiere auto-justificarse, sino que incluso ya desde un comienzo,
cuando se le presenta la oportunidad de cumplir una mitzvá que
le exige doblegarse y hacer un esfuerzo adicional al acostumbrado,
debido a su soberbia encuentra argumentos para eximirse de
tener que hacerlo.
La mitzvá de tzedaká abarca e incluye conceptualmente a todas
las mitzvot37, de modo que es un buen modelo para ejemplificar lo
antedicho. Al comprender esto en el caso de la mitzvá de tzedaká,
ello podrá hacerse extensivo a todas las demás mitzvot.
Cuando una persona que carece de bitul ve a un pobre, argumenta
36 Respecto de todo esto, véase Kuntrés uMaaián (Superando Impulsos, Ed. Kehot
Lubavitch Sudamericana, Bs. As. 2008), Discursos 15 y 16, págs. 153-177. Y en el Discurso
Jasídico que comienza con las palabras Lej Lejá del año 5702.
37 Bavá Batrá 9a; Ierushalmí, Peá (1:1). Véase Tania, cap. 37.
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lo mismo que Turnusrufus esgrimió ante Rabí Akivá38: “Si el Di-s
de ustedes ama a los pobres, ¿por qué no les da su sustento?”.
Es decir, debido a su arrogancia considera que lo que él tiene es
porque se lo merece; peor aún, no sólo considera que él merece
todo lo que tiene sino que en verdad cree que merece más todavía, de
modo que ¿cómo es posible ceder parte de ello? Su propio ieshut no
deja lugar para la existencia de otro. Con gran satisfacción, da por
sentado que el otro no es igual a él, por lo que cree sobreentendido
que el hecho de que su semejante es pobre se debe a que aquel
no merece estar en una situación mejor. Por consiguiente –piensa
él– dado que así Di-s lo desea, siendo esto lo justo, que aquella
persona sea pobre, ¿debe él darle tzedaká?
En cambio, cuando la persona está batel, libre de ego y entregado
al propósito para el cual fue creado, actúa de la siguiente manera:
a) Realiza su propio balance y se juzga a sí mismo, preguntándose
si realmente él es mejor que el otro, y como eso es imposible de
determinar, esta reflexión lo lleva a dar tzedaká, como expresa el
versículo39: “Mishpat (juicio) y tzedaká (caridad) Tú hiciste con 9
Iaacov”, es decir, el mishpat –análisis crítico– acerca de su propia
situación lo lleva a dar tzedaká.
b) Esta persona entiende que aun si la carencia de su prójimo
responde a un castigo Divino, Di-s nos proteja, no duda en ayudarle
de todos modos pues el hecho de que él sí tenga lo que a otro le falta
a pesar de que, como él tiene bitul, no se considera un “alguien” y
sabe que su propio estado espiritual no es asimismo el óptimo, lo
obliga a decir que ante Di-s somos todos como hijos, y cuando el
rey castiga a su propio hijo, y un amigo del rey le hace un favor a
ese hijo, el propio rey está muy contento de ello – exactamente tal
como fue la respuesta de Rabí Akivá al planteo de Turnusrufus38.
Y tal como es su actitud en lo que respecta a la mitzvá de tzedaká,
exactamente así es su actitud respecto de el resto de las mitzvot, pues,
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como se dijera, todas las mitzvot son llamadas tzedaká37.
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Di-s44). Él ya no tiene excusas, y él mismo sabe que es un rebelde,
y sin embargo, “el amor cubre…”, es decir, como ya no puede
desestimarlo siquiera con falsos pretextos, lo cubre con su amor
a sí mismo.
44 Iomá 36b.
45 Rabí Shmuel de Lubavitch, 4to. Rebe de Jabad (1834-1882).
46 Shabat 7:2.
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versículo “Éile hadvarím”47 –“Estas son las cosas...”–. El Talmud
interpreta la hei de la palabra Éile como si fuera una jet48, y así, la
suma del valor numérico de las letras de la palabra Éile resulta 39 en
lugar de 3649.
Esto precisa entenderse. En efecto, es cierto que en el estudio de
los versículos, a veces, letras de una misma procedencia en el cuerpo
humano se reemplazan entre sí, pero… ¿cómo puede interpretarse
la hei como si fuera una jet en un tema en el que lo principal es su
aspecto cuantitativo, numérico?
La explicación es la siguiente:
Las 39 labores mundanas, desde la perspectiva de la Creación
y su llamado a ser, corresponden conceptualmente al ámbito de la
letra jet pues, tal como se explicó antes, por naturaleza, cuando el
hombre realiza dichas labores para traer el sustento a su hogar, tiene
la sensación que todo el éxito y el fracaso de su empeño dependen
absolutamente de él; le falta una mirada más arriba, la conciencia de
la participación de Di-s, la “abertura” hacia lo Alto que caracteriza a
12 la letra hei. Solo por medio de un servicio a Di-s al estilo de “Éile
hadvarím...” –es decir, sintiendo que los trabajos mundanos en verdad
son tareas requeridas para la construcción del Santuario para Di-s
incluso en su propio ámbito terrenal y personal– en ese caso, “seis
días se hará el trabajo”50 (como si fuera que éste se hace por sí
solo51); o sea, con bitul, eliminando la sensación del Yo egoísta que
cree que hace las cosas sólo con sus propias energías, el individuo
introduce en esas labores la presencia de Di-s y las transforma en hei,
47 De Éxodo 35:1, cuando Moshé reúne al pueblo judío e introduce la ordenanza de
Di-s de no realizar trabajos en Shabat con las palabras: “Éstas (éile) son las cosas...”, como
preámbulo de la ordenanza de costruir el Tabernáculo.
48 Las letras hebreas se clasifican según el lugar desde el cual son articuladas (labilales,
dentales, guturales, palatales y linguales). La hei y la jet (además de la álef y la áin) son del
mismo grupo gutural, provienen de la garganta, y ello hace que una pueda reemplazarse por
otra (comentario de Penéi Moshé en Ierushalmí ibíd.).
49 El valor numérico de hei es 5; el de la jet es 8.
50 Éxodo 35:2. El versículo que sigue a “Éstas son las cosas...”.
51 Véase más adelante, Likutéi Sijot (ídish), vol. I, pág. 187, comienzo de Parshat
Vaiakhel.
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elevándolas al espíritu que simboliza esta letra.
Por eso, en el versículo que habla del servicio al que apunta la
introducción de “Éile hadvarím” –“Éstas son las cosas”, es decir,
las 39 tareas originalmente mundanas (“jet”) pero en este caso tal
como se realizaban en el Tabernáculo– figura Éile con hei, pues
mediante avodá –el esforzado servicio a Di-s– las transformamos a
las tareas mundanas en hei.
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las Sefirot, los Atributos Divinos: que el Baal Shem Tov y el Maguíd
de Mezritch son el Atributo de Kéter; el Alter Rebe, el de Jojmá;
el Míteler Rebe, Biná, y así sucesivamente. Y es sabido que en la
dimensión de las Diez Sefirot, cada una de ellas incluye e incorpora
en sí a todas las demás Sefirot, pero esta inclusión es de acuerdo a
como todas las Sefirot confluyen y se manifiestan a través de esta
Sefirá en particular. Así es también con los Rebes de Jabad: por
intermedio del aspecto particular al que cada Rebe se abocó con
especial ardor en su generación (en consonancia con la Sefirá en la
que él estaba), por su intermedio incluye también todos los demás
aspectos de los demás Rebes, y también de los judíos de su generación
que se dividen asimismo en diez, desde los que son “cabeza” hasta los
“leñadores y aguateros”55.
55 Véase Torat Menajem, vol. 14, parte 2, pág. 36, nota 116.
56 La palabra Hilulá significa literalmente “casamiento” (véase Eruvín 54a, en versión
de Ein Iaacov) y alude al supremo grado de unión con Di-s que el tzadík logra el día de su
desaparición física. Véase el Maamar Lehavín Inián Hilulá deRashbí 5719.
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la consecuencia es al estilo de lo que declara la Guemará57: “Una
persona no es caradura frente a su acreedor”, por lo que el favor
material naturalmente influye también en lo espiritual.
En adición a lo benéfico de esa actitud para el dador en caso de
que no vea los resultados positivos esperados, lograr acercarlo a la
Torá y al servicio a Di-s, que es como el Alter Rebe escribe en el
Tania58: “…y aun si no tiene éxito en esto, no ha perdido el mérito
de la mitzvá de amar al prójimo” pues le ayudó con algo concreto –
además, también se logra que en efecto aquel sí regrese a Di-s con
teshuvá para ser como es debido.
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totalmente opuesta a la fe en Di-s61.
61 La reprimenda de Moshé a los judíos, que el Rebe cita en la Sijá, estaba relacionada
con el Pecado del Becerro de Oro y, no obstante su gravedad, de Moshé aprendemos que para
que las palabras correctivas surtan efecto primero hay que acercarse al prójimo con acciones
que demuestren el amor a él. En el caso de Moshé, éste les recordó primero la conquista de
tierras en beneficio de los judíos, y luego les llamó la atención.
62 En el Shulján Aruj, Jóshen Mishpat 525, se tratan las leyes relativas a los herejes,
delatores y apóstatas, a quienes sí “hay que dejar caer y no asistir”.
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adhesión a la ley sino impulsados por un motivo ulterior, y a ello
puede agregarse que tal vez estemos maltratando al prójimo no
porque así lo ordene el Shulján Aruj, sino porque sentimos placer
al hacerlo63.
En este espíritu, vemos que un shofet –juez– debe ser sí o sí
un hombre bondadoso64. Debe ser capaz de encontrar siempre un
atenuante en el prójimo. E incluso cuando el caso inevitablemente
exija que sentencie la aplicación de la pena de malkut –latigazos–,
y a veces la gravedad del crimen lo obligue a dictaminar un castigo
peor – incluso en esas circunstancias no puede él mismo ser quien
ejecute físicamente el veredicto –pese a que éste concuerda con
las disposiciones prescriptas en el Shulján Aruj– porque no puede
soportar el dolor de su prójimo, y en la práctica lo hace un emisario
del Tribunal
–salvo que se trate de un tzadík perfecto como el Profeta Shmuel
que, dado su altísimo grado de entrega y sumisión absoluta a Di-s
carecía totalmente del sentimiento e personal de un Yo independiente
de Di-s y todo su ser consistía exclusivamente en la concreción de 17
la Voluntad Suprema, por lo que él mismo ejecutó personalmente
a Agag, rey de Amalek65–.
17. Los jasidím desean, por supuesto, caminar por las sendas del
Rebe. Debemos ser conscientes de que si bien hay que protegerse
de aquel cuyo nivel espiritual es inferior para que no lo arrastre a
uno mismo hacia un deterioro espiritual, Di-s libre, no obstante no
debemos alejarlo de modo alguno, sino elevarlo, y hacerle un favor
incluso material. A través de ello, será permeable y luego vendrá
también un beneficio espiritual.
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Y entonces –como enseñaran nuestros Sabios66 sobre el
versículo67: “Di-s ilumina los ojos de ambos”– desde lo Alto se lo
ayuda también a él, al benefactor, a conducirse por el camino recto,
y se le provee con generosidad todo lo que necesita, tanto él como
los integrantes de su familia. Se le dispensa de la Bondad Divina
desde lo Alto, que es ilimitada, y se le concede asimismo también el
keli –recipiente– necesario para poder recibir esa amplia generosidad
Divina, conforme la Filosofía Jasídica interpreta68 las palabras de
Salmos69 vehú ijalkeléja (lit.: ‘Él te sustentará’), que también “te
dará el keli (‘recipiente’)” dentro del cual pueda proyectarse este
poderosamente benefactor flujo Divino.
66 Temurá 16a.
67 Proverbios 29:13. Véase Tania, Prefacio del Compilador; Torá Or, Bereshit 1b.
68 Séfer HaMaamarím Kuntreisím, vol. 2, 338b; Séfer HaMaamarím 5688, pág. 28; 5689,
pág. 21.
69 55:23.
70 Véase Séfer HaSijot 5702, pág. 27.
71 Ibíd. pág. 29 y ss., citado en Haiom Iom para el 2 de Jeshván.
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19. En el párrafo que corresponde a este día de Hilulá72, el
aniversario de la desaparición física del Rebe anterior (desde sheiní
–la segunda sub-sección– hasta shlishí –la tercera sub-sección– de la
Sección Beshalaj), se describe el estado y situación de los judíos
poco antes de la Partición del Mar de los Juncos.
La Partición del Mar de los Juncos fue uno de los milagros
más grandes de todas las épocas, como dicen nuestros Sabios73
cuando se refieren a alguna situación que requiere especial asistencia
desde lo Alto: “es tan difícil como la Partición del Mar”. Este
acontecimiento constituye una preparación para la Entrega de la
Torá y también para la Redención Futura.
¿Cómo se llegó a que se produzca este milagro?
Ello se nos cuenta74 en la tercera sub-sección que estudiaremos
mañana, después del aniversario: había un judío, Najshón ben –
hijo de– Aminadav, que hizo un acto de auto-sacrificio y se arrojó
al mar, y de ese modo logró la proyección de ese mismo espíritu de
sacrificio en todos los judíos e “hizo descender” a nuestra realidad
física, aquí “abajo”, el milagro de la Partición del Mar de los 19
Juncos.
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obligados a actuar con mesirut néfesh, el auto-sacrificio les está
prohibido, pues sobre ellos pesa la ordenanza de no derramar
sangre, incluso la propia, como declaran las Escrituras76: “Mas
la sangre por vuestras almas reclamaré”. De esto resulta que a
Najshón, siendo halájicamente un Ben Nóaj, le estaba prohibido
auto-sacrificarse.
Incluso de acuerdo a las opiniones que sostienen que antes de
la Entrega de la Torá los judíos no se comportaban como Benéi
Nóaj, pues ya cumplían ciertos preceptos bíblicos incluso antes de
que la Torá fuera entregada, esto era exclusivamente cuando ello
implicaba asumir una posición más estricta que la impuesta a los
Benéi Nóaj, pero no una más flexible77.
Es que Najshón sabía que cuando Di-s se dispuso a sacar a
los judíos de Egipto, dijo a Moshé: “Cuando saques de Egipto al
pueblo, servirán al Señor en este Monte”78, es decir, que de Egipto
hay que ir al Monte Sinaí para recibir la Torá. Por lo tanto, a él
no le importaba qué hay a mitad de camino. Najshón sólo sabe
20 una única cosa: que hay que ir al Monte Sinaí. Y si entremedio
hay un mar, ello no tiene nada que ver con él y con su objetivo, no
lo intimida en absoluto. Él debe saltar al mar y seguir avanzando
hasta llegar a la Entrega de la Torá.
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cuatro grupos: uno afirmaba “designemos un líder y regresemos
a Egipto”; un segundo grupo sostenía que se debía luchar contra
los egipcios; el tercero argumentó que había que escapar y correr
al desierto; sólo un grupo opinaba, a diferencia de los otros tres, que
en una situación así estaba permitido, o debían, introducirse en el
mar.
Pues entonces, en verdad, de acuerdo a la consideración
de “seguir a la mayoría para tomar una decisión”80, Najshón,
amparado incluso en un razonamiento de kedushá –proveniente del
ámbito de la santidad–, podía titubear si es que le estaba permitido
entrar en el mar o no.
Pero Najshón no quiso ahondar en ningún tipo de análisis
polémico de la situación. Sabía que Di-s dijo que había que ir al
Monte Sinaí para recibir la Torá. Por lo tanto, argumentó que para
alcanzar esa meta, el camino no es retornar a Egipto ni luchar
contra los egipcios o huir al desierto. Para lograrlo hay un único y
exclusivo camino: avanzar por el mar; en consecuencia, es preciso
lanzarse al mar, por medio de lo cual se estará un paso más cerca 21
del Monte Sinaí.
80 Éxodo 23:2.
81 La división judía del Partido Comunista.
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faceta interior de la Torá, jasidut– constituyó un acto opuesto a los
lineamientos del país, contrario al orden natural de las cosas. Para
ello, llevar a la práctica sus objetivos, había que estar dispuesto a
sacrificar concreta y literalmente el alma y el cuerpo.
Y este mismo mesirut néfesh lo exigió también de quienes lo
acompañaban en sus ideales y trabajaban junto a él.
Si bien en el Shluján Arúj –Código Judío de Leyes– no
encontramos ninguna ley que ordene que se debe demandar mesirut
néfesh del prójimo
–en el caso de todas las mitzvot encontramos que se debe
demandar de los demás que las cumplan, pues este requerimiento
está incluido en la mitzvá de “De seguro reprenderás a tu
semejante”82, pero en lo que respecta a buscar mesirut néfesh, no
encontramos en todo el Shulján Aruj algo así–
¿cuándo se dijo esto, que no se puede demandar mesirut néfesh de
los demás? Cuando no se siente que se tiene una misión encomendada
de lo Alto. Diferente es cuando proviene de alguien de la talla y calibre
22 espiritual del Rebe, que por su absoluta sumisión y auto-anulación a
Di-s estaba en un nivel espiritual similar al de Moshé Rabeinu, sobre
quien se dijera: “La Shejiná –Presencia Divina– habla a través de
su garganta”83. Por eso en el Rebe, al estar totalmente anulado a la
Voluntad Divina, su exhortación a sus jasidím –seguidores y alumnos–
a entregar literalmente la vida, era un llamado y misión de lo Alto84.
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vendrá a mis manos esta mitzvá y podré cumplirla?”86.
En cambio, para Avraham Avinu, el mesirut néfesh no constituía
un servicio adicional, independiente. Su misión era proclamar el
Nombre de Di-s en todas partes, como señalan las Escrituras: “Él
proclamó allí el Nombre de Di-s, E-l Olám (lit.: ‘Di-s mundo’)”87,
sobre lo que nuestros Sabios dicen88: “No leas ‘proclamó’, sino
‘hizo proclamar’” – hizo que también otros proclamen, que todos
proclamen no que el Di-s único e invisible es apenas E-l HaOlám –el
Di-s del Mundo, el Amo que gobierna al mundo –lo que implicaría
que si bien la Divinidad y el mundo están vinculados entre sí, son,
no obstante, dos entidades independientes, donde una rige sobre la
otra– sino que proclamaran E-l Olám, “Di-s mundo”: es todo una
misma cosa. O sea, proclamó, y hacía que también otros lo hagan, que
el Universo creado no tiene existencia propia independiente sino que
‘sólo existe en virtud de la Verdad de Su Existencia (la de Di-s)’89. Por
lo tanto, dada esta dependencia inexorable, el mundo no es una entidad
separada de Él (Di-s nos libre de pensar así) sino que toda la Creación
es en verdad Divinidad, de modo que “¡Nada existe fuera de Él!”90. 23
Este fue el servicio espiritual de nuestro Patriarca Avraham. El
no buscó siquiera el excelso beneficio espiritual para su alma al que
se accede por medio de mesirut néfesh como sí lo hizo Rabí Akivá,
sino que, en cambio, su estilo de avodá era de tal compenetración,
entrega y auto-anulación total del Yo interior que si su servicio de
hacer que otros reconozcan al Di-s Único demandaba un acto de
mesirut néfesh, estaba dispuesto a ello. Por ejemplo, cuando por
86 Berajot 61b.
87 Génesis 21:33.
88 Sotá 10a. Véase Likutéi Sijot (ídish) vol. I, Vaierá, párr. IX.
89 Mishné Torá, Hiljot Iesodéi HaTorá 1:1; Véase Likutéi Torá, Tavó 43c; fin del Maamar
Anojí Hashem Elokéja 5673; Bati LeGaní 5711, secc. 8.
90 Véase Deuteronomio 4:35, e ibíd. 4:39, conforme se interpreta en Tania, Sháar HaIjud
VeHaEmuná, caps. 1-3 y 6. Así, E-l Olám, en este contexto, es lo mismo que decir “Di-s (es)
el mundo”, en el sentido de que el universo no es algo externo o independiente de Di-s o, en
palabras del Midrash (Bereshit Rabá 68:9): “Di-s es el lugar del mundo, mas el mundo no es Su
lugar” (es decir, el mundo está contenido en Di-s, aunque Di-s lo trasciende).
Likutei Sijot
orden de Nimrod lo arrojaron al horno llameante91 por destruir los
ídolos de Téraj, el padre de Avraham, eso no significó para Avraham
impedimento alguno, con tal de concretar su avodá de “proclamó,
e hizo proclamar a otros, el Nombre de Di-s, E-l Olám”.
De idéntico modo se condujo el homenajeado de hoy. No
“corría” detrás de mesirut néfesh, no era esa su motivación.
Su pasión era exclusivamente “proclamar el Nombre de Di-s,
E-l Olám”, esto es, difundir Torá y mitzvot tal como estas están
permeadas con Pnimiut HaTorá –la faceta interior de la Torá, la
Filosofía Jasídica– acompañadas por sus costumbres y directivas.
Este era su cometido en la vida, y en aras de ello no se detenía ante
nada, realizando su labor hasta el grado de literal mesirut néfesh.
Por lo tanto, como su objetivo no era mesirut néfesh sino fortalecer
Torá y mitzvot, el Rebe ni se planteó cuestionamientos y debates
legales-halájicos para determinar si en determinada situación
según la ley judía hay que tener mesirut néfesh, o no. Porque
él no está abocado a mesirut néfesh. Está abocado a difundir y
24 fortalecer el judaísmo, y no considera siquiera otras cuestiones.
Nada lo detiene en su tarea.
Por eso tampoco se ve intimidado por los distintos grupos
existentes entre los judíos, cada cual con sus respectivas tendencias
y opiniones. A él no lo afectan todos los argumentos. Sólo sabe una
cosa: hay que acercarse tanto como posible al Monte Sinaí. ¿Y si
entremedio hay un mar? ¡Él se lanza al mar! ¿Y qué será después?
¡Eso es der Oibershtens guesheft, ese es “negocio”, problema, de
Di-s! ¡A él eso no le incumbe! Él debe hacer lo suyo, y a eso está
abocado: ir cada vez más cerca del Monte Sinaí.
91 Pirkéi deRabí Eliezer, caps. 26 y 52; Bereshit Rabá 38:13; comentario de Rashi sobre
Génesis 11:28.
Likutei Sijot
Hacedor”92. Nuestro trabajo es “Ama a las criaturas y las acerca a la
Torá”93.
Este es nuestro cometido, y fuera de eso nada más nos incumbe.
En cuanto a los diversos grupos de judíos existentes, cada cual
con sus diferentes, e incluso a veces extraños, argumentos –éste
grita “designemos un líder y regresemos a Egipto”, el otro pregona
“hay que luchar”, y aquel exhorta “hay que huir al desierto”–,
como nada de esto que han propuesto aquellos es el camino que nos
acerca a recibir la Torá, ese no es nuestro camino judaico.
Nuestra función es marchar cada día hacia el Recibimiento de
la Torá. En la bendición que se recita cada día antes del estudio de la
Torá decimos: Barúj atá... notén haTorá –que da la Torá– en presente
y no en pasado. Y eso, marchar contra viento y marea a recibirla de
nuevo, lo haremos cada día sin ningún tipo de cálculos, sin tomar en
cuenta ningún obstáculo. ¿Hay entremedio un mar? ¡Qué importa,
marcharemos por el mar! ¿Hay entremedio una montaña?
¡Atravesaremos la montaña! ¡Estamos yendo a la Entrega de la
Torá para unirnos con Di-s, y ningún obstáculo o dificultad importa! 25
Y cuando uno cada día marcha para recibir la Torá sin hacer
cálculos, se vuelve a materializar en nuestra vida la respuesta que Di-s
diera a los diversos grupos frente al Mar de los Juncos: “Di-s luchará
por ustedes y ustedes guardarán silencio”94.
Likutei Sijot
Entonces, como dice Tikunéi Zohar97 que cuando haya un único
judío que se comporte como es debido (allí la expresión es “un único
tzadík” –piadoso, recto– pero de hecho esto es aplicable a cada judío
pues “tu pueblo, todos son tzadikím”98), resultará que este judío que
se considera y por lo tanto actúa como Najshón, tal como aquel logró
que se parta el Mar y los judíos reciban la Torá revelada en el Monte
Sinaí, será él el que traerá al Mashíaj y recibirá el Pnimiut HaTorá
–la faceta interior, mística, de la Torá– que revelará el Mashíaj.
Y por medio de ello llegaremos al momento en que se cumplirá
el Az iashír – el momento al que alude el versículo al decir “entonces
cantará Moshé y los Hijos de Israel”99, sobre el que nuestros Sabios
dicen100: “De aquí obtenemos una insinuación en el texto bíblico
acerca de la Resurrección de los Difuntos”, cuando se producirá el
“despertarán y cantarán los que yacen en el polvo”101, y él, el Rebe,
entre ellos, y nos llevará al encuentro del Mashíaj con bondad y
misericordia.
26 (de una Sijá del 10 de Shvat 5716 [1956])
97 Así figura en Maamaréi Admur HaZakén HaKetzarím, pág. 403; véase Zohar Jadash
23d. Véase también Discursos Jasídicos (ed. Kehot Lubavitch Sudamericana, Bs. As. 2013),
vol. 1, Maamar VeAtá Tetzavé, pág. 162.
98 Isaías 60:21.
99 Éxodo 15:1. Tras la milagrosa Partición del Mar, Moshé y los judíos estallaron en un
cántico de gratitud a Di-s; pero cuando la Torá da cuenta de ello, en vez de decir “Entonces
cantó Moshé y los Hijos de Israel...” dice “Entonces cantará...”, en futuro. Ello da pie a la
enseñanza talmúdica a continuación en la sijá.
100 Mejilta y Rashi sobre el versículo; Sanhedrín 91b.
101 Isaías 26:19.
102 Los siguientes son relatos que el Rebe contó acerca de su suegro, pocos días después
de la desaparición de aquel el 10 de Shvat de 5710 (1950).
103 Rabí Shmuel, 4to. Rebe de Jabad (1834-1882).
Likutei Sijot
claridad”. Así está registrado en las anotaciones del Rebe sobre su
encarcelamiento, es decir, dejando un espacio en blanco luego de la
palabra “serás”. De los jasidím escuché que el Rebe Maharash dijo
“serás un Rebe”. Con eso se entiende por qué en las anotaciones
del Rebe anterior hay allí un espacio vacío.
28. En el año 5657 (1897) el Rebe Rashab no estaba para nada bien
de salud, y viajó a Moscú para tratarse. Los especialistas médicos le
dijeron entonces que sólo le quedan algunos meses de vida107. Cuando
104 Rabí Shalom Dovber, 5to. Rebe de Jabad (1860-1920).
105 1855-1915.
106 Posteriormente este fue impreso en en el Kuntrés Bar Mitzvá 5653, pag. 43 y ss.
107 Sin embargo, vivió hasa el año 1920.
Likutei Sijot
el Rebe Rashab escuchó esto, decidió viajar a la Tierra de Israel, y se
lo comentó a su esposa, la Rabanit Shterna Sara.
La Rabanit le preguntó: “¿Y qué harás con tus jasidím y
con el Jasidut?”. El Rebe Rashab respondió: “Se lo dejo a él”
(refiriéndose al Rebe anterior).
¡El Rebe anterior tenía, en ese momento, 17 años!
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