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Anarquía del Año XX

En la historia argentina, se llama Anarquía del Año XX La noticia de ese pacto decidió a los federales a tomar la
al proceso político y militar ocurrido entre los años 1819iniciativa, enrolando además en sus filas al exgobernante
y 1823, que va desde la descomposición del Directorio chileno, general José Miguel Carrera, y también un aliado
hasta, una vez desaparecido el gobierno nacional, la esta-inesperado, el ex director supremo Carlos María de Al-
bilización de los gobiernos de las provincias argentinas. vear. De modo que el gobernador de Santa Fe, Estanislao
En sentido estricto, este nombre ha sido aplicado al mis- López, reinició las hostilidades. Francisco Ramírez, go-
Pedro Campbell, jefe del ejér-
mo proceso, pero limitado al año 1820, en la provincia de bernador de Entre Ríos, y
Buenos Aires. cito correntino, se trasladaron a Santa Fe.
Rondeau ordenó al general José de San Martín regresar
con su Ejército de los Andes desde Chile para atacar San-
1 Guerra civil en el Litoral ta Fe, pero este desobedeció abiertamente. Idéntica or-
den recibió Manuel Belgrano, comandante del Ejército
del Norte; este dejó el mando al general Francisco Fer-
Después de la Revolución de Mayo sucedieron al menos
nández de la Cruz, que se dirigió con sus fuerzas hacia el
cuatro gobiernos colegiados en las Provincias Unidas del
sur.
Río de la Plata. La formación del Directorio había sido
una tentativa de estabilización del gobierno argentino, una A principios de noviembre de 1819, Ramírez invadió y
vez establecido que la independencia no había sido una saqueó todo el norte de la provincia de Buenos Aires. Por
situación pasajera. esos mismos días, el caudillo local Felipe Álvarez lanzó
una gran ofensiva en todo el sur de la provincia de Cór-
Pero las tendencias centralistas del Directorio chocaron
doba y tomó el fuerte de Fraile Muerto. Fue sorprendido
con las ansias autonomistas de las provincias, que no se
por el general Juan Bautista Bustos, que le causó 16 ba-
sintieron representadas por los distintos gobiernos, casi
jas el 24 de noviembre de 1819. De todos modos, ocu-
todos ellos formados únicamente por iniciativa de la ca-
pó la posta de Cruz Alta, abandonándola poco antes de
pital, Buenos Aires.
que el Ejército pasara por allí. Mientras tanto, el caudillo
El núcleo más firme de oposición se había formado en las Juan Antonio Guevara ocupaba nuevamente el fuerte de
provincias del Litoral, que bajo la conducción de José Ar- El Tío.
tigas se habían rebelado ante la autoridad del Directorio
y habían formado la Liga Federal, cuyos gobiernos eran,
en la práctica, independientes del gobierno central.
Tras un período en que lograron extender las tendencias 3 Revoluciones en Tucumán y San
federales mucho más lejos, a principios de 1819 queda- Juan
ron sólidamente afianzadas como provincias federales las
de la Provincia Oriental, Corrientes, Entre Ríos, Santa
Fe y Misiones. En esos meses se pactó una tregua entre A fines de 1818, Belgrano había desplazado a todo el ejér-
el directorio y las provincias federales, que a todas luces cito hacia Córdoba, dejando en Tucumán una pequeña
resultaba frágil. unidad de 300 soldados al mando del coronel Domingo
Arévalo. Durante la noche del 11 de noviembre de 1819,
los oficiales Manuel Cainzo, Abraham González y Felipe
Heredia se sublevaron y arrestaron a Arévalo, al general
2 Regresa la guerra civil Belgrano, que estaba de paso, y al gobernador Feliciano
de la Mota Botello.
El 10 de junio de 1819, el Congreso de Tucumán eli-
gió como Director Supremo de las Provincias Unidas del Tres días después, un Cabildo Abierto nombraba gober-
Río de la Plata al general José Rondeau. El nuevo Di- nador al exgobernador directorial Bernabé Aráoz, que era
rector Supremo no solo no cambiaría la política hostil de quien había organizado el motín. El gobernador recono-
sus antecesores ante el federalismo, sino que estaba dis- ció la autoridad del Directorio, pero ―al igual que había
puesto a reforzarla: propuso al general Carlos Federico hecho Güemes en Salta― ignoró por completo su auto-
Lecor, gobernador de la ciudad de Montevideo, ocupada ridad. Y además se quedó con el armamento del Ejército
por Portugal, atacar a los federales hasta el río Paraná, del Norte que había encontrado, que no era poco.
esto es, ceder Entre Ríos y Corrientes a ese reino. En las provincias de Cuyo estaba acuartelada más de la

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2 6 EL TRATADO DEL PILAR

mitad del Ejército de los Andes, esperando el final de las tafesinos y 400 correntinos. Ramírez asumió el comando
campañas navales que permitieran comenzar la campaña federal.
al Perú. Los dirigentes de San Juan estaban cansados de Un grave error táctico de Rondeau permitió a los federa-
ser gobernados desde Mendoza, y la presión fiscal para les vencer con mucha facilidad a Rondeau en la batalla de
financiar el Ejército de los Andes provocaba una fuer- Cepeda (cerca de Pergamino). En alrededor de diez mi-
te recesión económica. Algunos personajes secundarios nutos, toda la caballería directorial fue dispersada, arras-
incitaron a la rebelión a los oficiales del regimiento de trando en su huida a Rondeau.
Cazadores de los Andes.
Ramírez intimó rendición al jefe de la infantería, Juan
El 9 de enero de 1820, el capitán Mariano Mendizábal y Ramón Balcarce, pero este se retiró ordenadamente hacia
el teniente Francisco Solano del Corro dirigieron una re- San Nicolás de los Arroyos. Ramírez prohibió que ataca-
vuelta de oficiales subalternos y sargentos. El movimiento ran a los porteños, argumentando que necesitarían de esos
fue apoyado por los federales de San Juan, que lograron infantes para luchar contra los portugueses.
el arresto del teniente de gobernador, y el cabildo nombró
gobernador a Mendizábal. Así cayó el régimen directorial
en Cuyo, y San Juan pasó a ser provincia autónoma.
6 El Tratado del Pilar
López y Ramírez enviaron una nota al pueblo de Buenos
4 El motín de Arequito Aires, dándole un tiempo de 8 días para deliberar y co-
municarles su decisión a los jefes vencedores. Cumplido
Al mando del general Fernández de la Cruz, el Ejército el plazo, avanzaron hacia la capital, anunciando que no
del Norte se dirigió hacia la provincia de Buenos Aires, iban en tren de conquista, sino a salvaguardar sus insti-
con intención de unirse al ejército de Rondeau y atacar tuciones, dejándolos en plena libertad para que eligieran
juntos a los federales. Pero el 8 de enero de 1820, al llegar el gobierno que les conviniese. Solo esperaban el anun-
a la posta de Arequito, el general Bustos y los coroneles cio de que los porteños se gobernaban libremente para
Alejandro Heredia y José María Paz se sublevaron, acom- abandonar el territorio de la provincia hermana.
pañados por la mayoría de los cuerpos militares. Anun-
Rondeau logró llegar hasta Buenos Aires y se hizo cargo
ciaron a Fernández de la Cruz que se negaban a continuar
de su puesto, pero ya era tarde: el general Soler, jefe del
con la guerra civil y regresaban al frente norte. Explícita-
Ejército de Reserva — formado por viejos, lisiados y no-
mente se declararon neutrales en el enfrentamiento entre
vatos — instalado en Puente de Márquez, exigió al cabil-
los federales y el Directorio, para no ser acusados de ha-
do porteño que disolviera el Congreso Nacional y derro-
berse pasado al enemigo.[1]
cara al Director. El pedido era refrendado por varios jefes
Tras una serie de discusiones, en que casi llegaron a un militares, como Hilarión de la Quintana, Florencio Te-
enfrentamiento, Bustos obligó a Fernández de la Cruz a rrada, Manuel Guillermo Pinto, Manuel Pagola y Ángel
entregarle su ejército y su armamento, y arrestó a su exjefe Pacheco.
y a algunos oficiales.
El 11 de febrero, Rondeau renunciaba a su cargo. El
Al día siguiente, Bustos inició el regreso a Córdoba y es- Congreso de Tucumán se consideró disuelto, y sus dipu-
cribió a Estanislao López y a Rondeau, explicándoles las tados huyeron a sus provincias.
causas de lo ocurrido, y sus planes de regresar al norte.
La presión de López y Ramírez logró que el primer go-
El 19 de enero de 1820 renunció el gobernador cordo-
bernador autónomo de Buenos Aires fuera Manuel de Sa-
bés Manuel Antonio Castro, y un cabildo abierto nombró
rratea, un porteño, antiguo enemigo de Artigas, que había
gobernador interino a José Javier Díaz. Bustos y el Ejér-
venido con los caudillos y a quien estos habían enviado a
cito del Norte fueron recibidos en triunfo. Poco después,
[2] la ciudad a lograr la caída del Director. Este firmó con
Bustos era electo gobernador titular.
López y Ramírez el Tratado del Pilar, del 23 de febrero
de 1820, por el cual se transaba la paz y se convocaba a
las provincias a un nuevo congreso, a sesionar en San Lo-
5 La batalla de Cepeda renzo (Santa Fe). Por una cláusula secreta, se acordaba la
entrega de armamento a los ejércitos invasores.
Rondeau no había hecho nada para repeler la primera in- Pero entre la batalla y el tratado había ocurrido una no-
vasión de Ramírez, ya que esperaba al Ejército de Norte. vedad que cambiaría todo: había llegado al campamento
Una vez que comprobó que este nunca llegaría, justamen- federal la noticia de la derrota de Artigas en la batalla de
te cuando la situación se hacía más crítica para él, decidió Tacuarembó, ocurrida el 29 de enero de 1820, a raíz de
avanzar hacia el enemigo al frente de su ejército de 2000 la cual este había evacuado la Banda Oriental hacia Co-
hombres. rrientes.
El 1 de febrero de 1820 le salieron al cruce 1600 soldados Por eso, en el tratado se dejaba a criterio posterior de los
federales, todos de caballería: 600 entrerrianos, 600 san- firmantes la colaboración en la guerra contra Portugal y
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se invitaba a Artigas — mencionado apenas como gober- Sauce de Luna, Rincón de los Yuquerís, Mandisoví, Mo-
nador de la Provincia Oriental — a adherir al Tratado.[3] coretá, Las Tunas, Osamentas, María Madre, Ábalos y
Poco después entraron a la ciudad los jefes federales, que Cambay. Sus propios oficiales se pasaron a las fuerzas de
se portaron respetuosamente y fueron bien tratados por Ramírez.
los nuevos gobernantes. La humillación de la derrota, cre- En la Bajada del Paraná, Artigas aún contaba con 3.000
yeron, sería suficiente para garantizar la paz en un pie de hombres, principalmente correntinos;[4] en Ábalos se sal-
igualdad. varon 12 soldados, y el propio Artigas escapó en ancas del
caballo de su hijo.
En permanente huida hacia el norte, tenazmente perse-
7 Después de Cepeda guido, el Protector entró en territorio de Misiones. Se
acercó a la frontera con el Paraguay y envió una carta
En Buenos Aires, la entrega del material de guerra acor- al dictador de ese país, Gaspar Rodríguez de Francia, pi-
dado en el Tratado del Pilar hizo enojar a muchos por- diendo asilo. Este se lo concedió, con la precaución de
teños, entre los que se destacaron los jefes con mando alejarlo de cualquier actividad política. Con el exilio de
de tropa, Soler, Balcarce y Quintana. Estos forzaron un Artigas en el Paraguay terminaba el largo período llama-
cabildo abierto, que el 6 de marzo de 1820 nombró gober- do Ciclo Artiguista.
nador a Balcarce. Pero este duró menos de una semana, El 29 de septiembre, Ramírez expidió en Corrientes un
ya que Estanislao López y Francisco Ramírez, los caudi- reglamento con el que fundaba la República de Entre
llos vencedores en Cepeda, le recordaron que aún estaban Ríos; esto es, una provincia federal que deseaba unir-
muy cerca de la ciudad. Balcarce no tenía apoyo suficien- se a las demás en una federación de iguales. Por unos
te para oponérseles, por lo que renunció; Sarratea volvió meses soñó con invadir el Paraguay, para reunirlo a las
al gobierno y López a la provincia de Santa Fe. Provincias Unidas y formar divisiones de infantería para-
En Buenos Aires se sucedieron asonadas y revoluciones guaya para liberar la Banda Oriental.[5] Según José Luis
casi semanalmente: Carlos María de Alvear reunió un Busaniche tenía más de 3.000 hombres y una escuadra
nuevo cabildo abierto, que estuvo por nombrarlo gober- regular para tal empresa, «habría destruido a Francia, in-
nador. Pero una discusión secundaria derivó en un escán- dudablemente, y el Paraguay sería hoy una provincia de
dalo con puñetazos entre oficiales superiores, y el acto la República Argentina».[6]
quedó anulado. En enero de 1821, Ramírez abandonó Corrientes, de-
A fines de marzo de 1820, Ramírez abandonó también la jando como teniente de gobernador a Evaristo Carriego,
provincia, siendo perseguido por Soler; pero los hombres mientras sus tropas derrotaban y expulsaban a Sití, el go-
de Soler se amotinaron y no hubo persecución. Alvear y bernador misionero, que se había insubordinado.
Carrera reunieron cada uno su propio grupo de vetera-
nos, mezclados con gauchos, milicianos, exiliados y ne-
gros libertos, y con ellos acompañaron a Ramírez hasta
Rosario. Desde allí, este regresó a su provincia, acom- 9 Cañada de la Cruz
pañado por algunos oficiales porteños, entre ellos Lucio
Norberto Mansilla. El reemplazo de Sarratea en Buenos Aires, y el retraso
El 1.º de mayo de 1820, falto de apoyo, renunció Sarratea. de esta provincia en enviar sus delegados al congreso que
En su lugar asumió el presidente de la Junta de Represen- debía reunirse en San Lorenzo alarmaron a López, que
tantes, Ildefonso Ramos Mejía. invadió la provincia para obligar a su gobierno a acatar el
Tratado de Pilar, llevando consigo a Alvear y a Carrera.
Al llegar la noticia, el gobernador renunció, mientras el
general Soler se hacía elegir por el cabildo de la villa de
8 Guerra entre Artigas y Ramírez Luján. Dos días más tarde, era reconocido también en la
capital.
Al regresar a Entre Ríos, Ramírez ya estaba prevenido Soler salió con urgencia a la campaña, a defenderse de
contra la posible actitud de Artigas, y sabía que el Pro- López, que avanzaba al frente de 1200 hombres. Le sa-
tector no iba a aceptar el acuerdo que acababa de firmar, lió al cruce con fuerzas equivalentes en la Cañada de la
y que dejaba a los orientales prácticamente desvalidos en Cruz — cerca de la actual Capilla del Señor — el 28 de
manos de los invasores. junio. El ala izquierda, mandada por el coronel Domingo
Tras un violento intercambio de acusaciones en sendas French, quedó empantanada en la inundada cañada, y to-
cartas, Artigas y Ramírez se prepararon para la guerra. da la división fue tomada prisionera. El ala derecha, bajo
El Protector firmó un pacto con los gobiernos de Corrien- el mando de Manuel Pagola, y el centro, al mando del mis-
tes y Misiones, y enseguida pasó al ataque. Obtuvo una mo Soler — que, imprudentemente, había dejado atrás
notable victoria en Las Gauchas, pero luego fue derrota- sus cañones — fueron rechazados. Los porteños tuvieron
do sucesivamente en varios combates: Bajada del Paraná, 400 bajas.
4 11 EL FINAL DE LA ANARQUÍA

Pagola se retiró hacia Buenos Aires, ocupó el Fuerte y se 11 El final de la Anarquía


hizo dar el mando del ejército de la ciudad. Entonces la
legislatura llamó en su ayuda al coronel Manuel Dorrego,
recién regresado de su exilio,[7] que convenció a Pagola
11.1 La resolución de la anarquía en Bue-
de dejarle el mando. En premio, Dorrego fue nombra- nos Aires
do gobernador. Su primera preocupación fue reorgani-
zar los 6000 hombres de que todavía podía disponer la La opinión pública porteña buscaba desesperada la paz.
provincia.[8] Rodríguez y Rosas echaron la culpa de la derrota a la in-
transigencia de Dorrego, y lograron un nuevo llamado a
Mientras tanto, el mismo cabildo de Luján que había ele- elecciones. Con pocas variantes, fue electa una legislatu-
gido a Soler eligió gobernador a Alvear, pero no fue acep- ra casi igual a la que había gobernado durante los últimos
tado en la capital. seis meses, y esta nombró gobernador a Martín Rodrí-
guez el 26 de septiembre. Dorrego se había retirado a San
Antonio de Areco, donde entregó el mando de sus 1400
hombres al coronel Blas José Pico.
10 Batalla de Gamonal Pero las milicias de la capital no estaban dispuestas a ce-
der el poder a las milicias rurales, cuyo jefe era Rodrí-
Dorrego también salió a campaña para enfrentar a López, guez. El coronel Pagola, apoyado por Quintana se alió
pero este se retiró hacia su provincia. Alvear y Carrera se con una parte del cabildo y, poniéndose al frente de las
separaron de él y ocuparon San Nicolás de los Arroyos. milicias, se apoderó del Fuerte el 1.º de octubre. El Ca-
Allí los fue a buscar Dorrego, que atacó la ciudad el 12 bildo, enfrentado a Rodríguez, desconoció su autoridad,
de julio de 1820. Por pura casualidad no se encontraban y secundó a los jefes militares. Reunió un cabildo abierto
allí Alvear ni Carrera, que se habían trasladado a confe- para elegir un nuevo gobernador, alejado del partido di-
renciar con López en Rosario. La defensa quedó a cargo rectorial, que era nuevamente mayoría en la legislatura.
de los coroneles Benavente, Zufriátegui, Vedia, Perdriel, Pero la exigencia de los capitulares, que querían un go-
Vázquez, Iriarte y Anacleto Medina.[9] Dorrego derrotó bernador civil, hizo fracasar el cabildo abierto en medio
completamente a los defensores, y los soldados vencedo- de tumultos.
res saquearon el pueblo, causando más daño después de El 4 de octubre, Rodríguez estaba de vuelta en Buenos
la batalla que durante la misma. Harto de Alvear, López Aires al frente de unos 1800 hombres de las milicias del
lo hizo embarcar hacia la Banda Oriental. sur de la provincia; entre estos se destacaban por su dis-
[13]
Dorrego y López iniciaron conversaciones, que quedaron ciplina los «colorados del Monte», cuerpo organiza-
estancadas cuando el porteño exigió la entrega de Carrera. do y mandado por el comandante Juan Manuel de Rosas.
Entonces avanzó hacia la provincia de Santa Fe, atacando Rodríguez propuso negociaciones, cosa que fue aceptada
a López el 12 de agosto con la ayuda del general Martín por Quintana. Pero los milicianos, temiendo ser dejados
Rodríguez y del comandante Juan Manuel de Rosas. Los de lado y castigados con más severidad que sus jefes, se
derrotó en el combate de Pavón. negaron a negociar nada.
No fue una victoria definitiva; Rodríguez y Rosas se nega- El 5 de octubre, cuando la deserción había mermado las
ron a seguir la campaña, llevándose con ellos las milicias fuerzas de Pagola a menos de 1000 hombres, en su mayo-
rurales. También se retiraron las milicias urbanas de la ría novatos y ciudadanos reclutados a la fuerza, las tropas
capital, aunque Dorrego, que seguía avanzando, recibió de Rosas atacaron a las de Pagola, que se defendieron sin
algunos refuerzos veteranos. Hábilmente, López lo llevó orden de sus jefes. Fueron cruelmente derrotados, y su-
a acampar en un campo de pastos venenosos, que deja- frieron más de 300 muertos. Pagola, Quintana, el alcalde
ron al ejército porteño prácticamente a pie. Dorrego tuvo Dolz y el capitán González Salomón fueron tomados pri-
que retroceder, y los santafesinos fueron detrás de él. La sioneros; este último fue el único fusilado.[14]
operación fue tan rápida que tuvieron tiempo de esquivar Los Colorados del Monte fueron bautizados «restaurado-
al gobernador porteño y tomar Pergamino.[10] res de las leyes», título que poco después quedó identifi-
Dorrego decidió no retroceder para reunirse con los re- cado con el coronel Rosas.
fuerzos enviados desde Buenos Aires, al mando del co-
ronel Domingo Soriano Arévalo.[11] Dorrego fue atacado
por López en su propio campamento, en la batalla de Ga- 11.2 Andanzas de Carrera
monal, del 2 de septiembre: las fuerzas porteñas fueron
envueltas entre dos alas de caballería; al pronunciarse la Cuando Dorrego todavía marchaba hacia Santa Fe, el
fuga, los federales se lanzaron a una feroz matanza, cau- general José Miguel Carrera se lanzó con unos po-
sándoles 320 muertos y 100 prisioneros, casi todos heri- cos chilenos y gauchos a la frontera.[15] Se puso en
dos. El mismo López ordenó detener la matanza, asom- contacto con varios grupos de indígenas, especialmente
brado de la forma en que morían los porteños, sin siquiera ranqueles, y les pidió ayuda para llegar hasta Chile pa-
defenderse.[12] ra deponer a O'Higgins. Logrando reunir mil a dos mil
11.4 La revolución de los apostólicos 5

lanzas[16] (Carrera mismo eleva la cifra a 10 000.[17] o 14 En respuesta, Ramírez decidió lanzarse a atacar Buenos
000).[18] Aires, para obligar a esa provincia a atacar a los portugue-
Durante los primeros meses del año 1820, los caciques ses. Exigió, primeramente, la ayuda de Estanislao López,
habían aprovechado el caos en que estaba sumida la pro- pero este se negó. Ramírez demandó que, al menos, Ló-
vincia para iniciar una serie de ataques a poblaciones de pez lo dejara pasar por su provincia para atacar a Buenos
la frontera sur. Ante el pedido de Carrera, lo ayudaron a Aires; cosa que tampoco consiguió.
hacer un arreo de vacas y caballos de la zona de Arrecifes
hacia la pampa. Y como esto no fuera suficiente para Ca-
rrera, le ofrecieron el botín que se pudiera obtener del 11.4 La revolución de los apostólicos
saqueo del pueblo de Salto. Perdida toda posibilidad de
recabar ayuda a otros aliados, el general chileno aceptó Entre 1820 y 1824 gobernó Buenos Aires Martín Rodrí-
ir como auxiliar de un malón, y mientras los chilenos sa- guez, cuyo ministro Bernardino Rivadavia realizó histó-
queaban el pueblo, los indios se dedicaron a secuestrar y ricas reformas (como la primera ley electoral en 1821,
cautivar a 250 mujeres y niños. aplicada sólo a la Provincia de Buenos Aires) y con el
fin de incrementar las arcas del Estado firmó un emprés-
Desde Salto se retiró hacia el sudoeste, internándose en la tito con la Baring Brothers y se apoderó de todos los
llanura pampeana. Diversos autores lo dieron por acam- bienes que pertenecían a la Iglesia católica en Argenti-
pado en distintos lugares, llegando hasta a mencionar la na y a las órdenes religiosas, incautó los bienes propios
Sierra de la Ventana, aunque esta parece estar demasia- del Santuario de Luján, de los de la Hermandad de Ca-
do lejos para una excursión de meses. Por alguna razón ridad, del Hospital de Santa Catalina y otros.[21] En de-
no creyó que todavía pudiera ser conveniente partir hacia fensa de los bienes de la Iglesia católica en Argentina el
Chile, aunque comenzaba justamente en ese momento la 19 de marzo de 1823 estalló la “Revolución de los Apos-
época de cruzar la Cordillera de los Andes. tólicos” encabezada por Gregorio García de Tagle pero
Si los actos de Carrera resultan difíciles de comprender y fracasó después de varias horas de lucha.
aceptar, la reacción del gobernador Rodríguez fue senci- Tagle logró escapar a la Banda Oriental del Uruguay, con
llamente ridícula. Se lanzó en busca de vengar el ataque, ayuda de Manuel Dorrego (el mismo a quien había des-
bramando insultos contra Carrera, pero dirigiéndose con- terrado injustamente en 1816 a España). El coronel José
tra los indígenas. Y dado que los ranqueles eran muy di- María Urien y el capitán José Benito Peralta fueron eje-
fíciles de alcanzar en el desierto, decidió atacar hacia el cutados, pero el juicio fue suspendido y sus documentos
sur, justamente en la única dirección que era seguro no destruidos por orden de Rivadavia.[22] [23]
había seguido Carrera. Atacó los indios mansos de la es-
tancia de Francisco Ramos Mejía cerca de la actual ciu- Tagle fue arrestado por el gobernador de Montevideo,
dad de Maipú y causó entre ellos una matanza. El ataque Carlos Federico Lecor, que tardaría meses en liberarlo.
encolumnó a todos los indios de la pampa contra las po-
blaciones blancas, que fueron destruidas y saqueadas en
gran cantidad.[19][20] 12 Fin de la República de Entre
Ríos
11.3 El Tratado de Benegas
12.1 Invasión de Ramírez a Santa Fe
Creyendo solucionado el problema con los indígenas, que
en realidad recién empezaba, Rodríguez volvió a Buenos De modo que Ramírez decidió atacar simultáneamente
a los tres participantes del Tratado de Benegas: Buenos
Aires. Enseguida invitó a Estanislao López a firmar la
paz, que fue acordada en la estancia de Benegas, cerca de Aires, Córdoba y Santa Fe. Esta última sería el primer
Pergamino, el 24 de noviembre. Como mediadores actua- objetivo.[24]
ron el coronel Rosas y Juan Bautista Bustos, gobernador Tenía 2000 hombres listos para lanzarse al ataque y co-
de la provincia de Córdoba. Se acordó que se reuniría un menzó la invasión a Santa Fe.[25] El teniente coronel
Congreso Federal en Córdoba, y que Buenos Aires pa- oriental Anacleto Medina cruzó el río Paraná con 200
garía a Santa Fe como indemnización 2000 pesos men- hombres y capturó los caballos que López invernaba en
suales y se le entregarían 25 000 cabezas de ganado. El Coronda. Solo después cruzó Ramírez hacia Santa Fe.
encargado de reunir la hacienda fue Rosas. Desde Rosario fue enviado a su encuentro el coronel
Si el Tratado del Pilar había elevado la importancia políti- Lamadrid, que como primera medida debía reunirse con
ca del gobernador de Entre Ríos, el de Benegas lo dejaba el segundo de López, coronel Juan Luis Orrego. Lama-
simplemente de lado. Y también se olvidaba por com- drid decidió atacar por sorpresa, pero el sorprendido fue
pleto de la cuestión de reconquistar la Banda Oriental, el él, ya que Ramírez lo esperaba y lo derrotó en el combate
sueño de Artigas que había heredado su vencedor, Ramí- de Carrizal de Medina, no muy lejos de Coronda, el 8 de
rez. mayo.
6 12 FIN DE LA REPÚBLICA DE ENTRE RÍOS

El 13 de mayo, el resto del ejército de Ramírez, es decir 12.2 Disolución de la República de Entre
su infantería y artillería, al mando de García y Mansilla, Ríos
atacó la ciudad de Santa Fe y se apoderó de los cañones
que custodiaban el río Colastiné. Mansilla había pedido a
Ramírez que no atacara su provincia. Y decidió que, da- En ausencia de Ramírez, era gobernador delegado su me-
do que no había sido escuchado por este, lo traicionaría: dio hermano Ricardo López Jordán (padre). Al saberse
en efecto, convenció a García de que estaba en una posi- la noticia de la muerte de Ramírez, hizo reunir un con-
ción peligrosa y juntos retrocedieron.[26] La flota fluvial greso general, que debía elegir al sucesor de su hermano,
porteña enseguida bloqueó el puerto de Paraná. cuidando que los candidatos fueran sus partidarios. Se di-
Ramírez había quedado solo, y López, Rodríguez y Bus- rigió hacia Corrientes, donde la población comenzaba a
tos marchaban contra él. El gobernador porteño mandó reclamar autonomía.
nuevamente a Lamadrid a unirse a López, al frente de Pero el principal problema estaba en Entre Ríos, donde
1500 hombres, contra los 600 del Supremo entrerriano. el 23 de septiembre, el coronel Mansilla se levantó contra
Creyendo que esta desproporción era suficiente para ven- López Jordán. Logró reunir una asamblea popular en la
cer, Lamadrid volvió a atacar de frente el 24 de mayo y Bajada, con el apoyo de García, Eusebio Hereñú, recién
se mezcló con sus soldados en la batalla. Sin dirección, vuelto desde Buenos Aires, Pedro Barrenechea y Juan
los más numerosos porteños, fueron rápidamente venci- León Solas. Tenía también el apoyo de Evaristo Carriego
dos. La mitad de las fuerzas, sin embargo, fueron salvadas — pesar de que este dependía de López Jordán para man-
por el coronel Arévalo, que logró unirse con el ejército de tenerse en el poder en Corrientes — Anacleto Medina, y
López. De todos modos, las fuerzas de Ramírez quedaron de Estanislao López, que se instaló en Paraná. Además lo
reducidas a 400 soldados. apoyaba la flota porteña, ahora al mando de José Matías
Así reforzado, López atacó a Carrera al atardecer del 26 Zapiola, que se estacionó en Paraná.
de mayo, encerrándolo entre el río Paraná y sus fuerzas. El 30 de septiembre, falto de apoyo, López Jordán co-
Ramírez comenzó la batalla con ventaja; pero López, há- menzó a huir por el interior de la provincia. Hereñú se
bilmente, lo fue encerrando contra las barrancas del río. lanzó a perseguirlo, y el 20 de octubre lo derrotó en Gená,
Poco antes de medianoche, Ramírez lograba abrirse ca- obligándolo a expatriarse en Paysandú.[29] Tras una breve
mino con unos 300 hombres (entre los que iba su amante, resistencia del congreso provincial, la República fue dada
la Delfina), mandados por los oficiales Medina, Meriles, por desaparecida y Mansilla asumió el gobierno.
Ramírez Chico y Miguel Galarza.[27]
El 22 de enero de 1823 se firmó el Tratado del Cuadrilá-
Sobre la costa del río Tercero, Ramírez se unió al general tero entre Buenos Aires, Santa Fe, Entre Ríos y Corrien-
Carrera, que estaba buscando a Bustos, a quien había ven- tes. En él se llamaba a la reunión de un nuevo congreso en
cido poco antes. Juntos atacaron al gobernador cordobés Buenos Aires, dejando de lado al congreso que ya estaba
en Cruz Alta, pero este se había atrincherado eficazmente reunido en Córdoba, al que llamaba despectivamente «di-
entre el río y varias líneas de carretas y tunas, y no hubo minuto congreso». Esto se hizo por presión de los dipu-
forma de sacarlo de allí. tados porteños, enviados por el ministro Bernardino Ri-
Ramírez se lanzó hacia el norte, separándose de Carre- vadavia, y firmemente apoyados por Mansilla, que tam-
ra, que había decidido partir para Chile.[28] Desde Cór- bién era porteño.
doba había salido a perseguirlo el gobernador delegado, El gobierno de Mansilla fue casi una intervención porteña
Francisco Bedoya; y desde Santa Fe, el coronel Orrego. El en Entre Ríos; se allanó en todo a la política de Rivada-
caudillo intentó pasar entre ellos hacia el norte, buscando via, y si mantuvo alguna autonomía se debió más a sus
llegar al Chaco y desde allí a la costa del Paraná, para re- veleidades de gobernador que a inexistentes ideales fede-
gresar a su República. Pero fue alcanzado por Orrego el rales.
10 de julio en Chañar Viejo (cerca de Villa de María de
Los antiguos partidarios de Ramírez hicieron un último
Río Seco y de San Francisco del Chañar) y completamen-
intento el 29 de mayo, ocupando Concepción del Uru-
te derrotado en la llamada batalla de Río Seco. Cuando
guay. Fueron completamente derrotados en combate de
huía, se detuvo a ayudar a la Delfina, cuyo caballo esta-
Paso del Molino; de los jefes involucrados, escapó el co-
ba cansado y fue alcanzado por una bala y muerto. Sus
ronel Berdún, antiguo oficial de Artigas. Los otros tres
hombres pudieron salvarse y regresar a Corrientes.
jefes fueron capturados: Anacleto Medina y Juan José
El 26 de julio, en Colastiné, la flota de Monteverde fue Obando fueron enviados presos a Santa Fe, mientras que
destrozada por la porteña de Leonardo Rosales, muriendo Gregorio Píriz fue ejecutado. Anacleto Medina tuvo un
el capitán de la flota federal. destino muy distinto: fue enviado a la provincia de Bue-
La cabeza de Ramírez —junto a su bandera— fue llevada nos Aires al frente de dos escuadrones que debían com-
a López, que la hizo embalsamar y, durante algún tiempo, batir contra los indígenas del sur de esa provincia. Fue un
la exhibió en una jaula. insólito caso de venta de tropas de una provincia a otra.
Después de algunos intentos de los partidarios de Ramí-
rez de volver al poder, muy poco exitosos, la provincia
13.1 Caos en Cuyo 7

de Entre Ríos estuvo en paz durante la mayor parte del idea y avanzó hacia Mendoza. Eso causó la renuncia de
gobierno de Mansilla. Al parecer, la intención de este era Luzuriaga, pero de todas formas su vanguardia atacó a
reincorporar a esa provincia a la de Buenos Aires, pe- Del Corro en su campamento de Jocolí. Con el choque
ro este proyecto no fue apoyado siquiera por el gobierno aún indeciso, retrocedió hacia San Juan, donde se enteró
porteño. de que Mendizábal había puesto en libertad a su exco-
El último conato de guerra civil de este período fue la mandante, el coronel Severo García de Sequeira. Lo al-
invasión de Eusebio Hereñú, que remontando el río Uru- canzó y lo hizo asesinar. A sus fuerzas se unió un cuerpo
guay, atacó Concepción del Uruguay el 20 de diciembre venido de Mendoza, también alzado contra Luzuriaga, al
mando de Francisco Aldao, hermano del famoso exfraile
de 1823. Pocos días después, el nuevo gobernador, Solas,
logró separar a Hereñú del grupo invasor. Este quedó al y futuro caudillo, José Félix Aldao.
mando del comandante Pedro Espino, que se sometió a El gobierno de San Juan pasó al cabildo, que se lo encar-
Solas el 3 de enero de 1824. gó al primer alcalde, José Ignacio Fernández Maradona,
que tras largas negociaciones, logró sacarse de encima a
Del Corro, que tras saquear los alrededores de la capital
12.3 La paz en Santa Fe y Corrientes sanjuanina, en el mes de julio hizo una segunda entra-
da a Mendoza. Le salió al cruce el coronel Bruno Morón
En Corrientes, la noticia del alzamiento de Mansilla cata- en Jocolí; no se atrevió a continuar y retrocedió. Hasta
lizó una revuelta provincial. El 12 de octubre, el coronel allí lo fue a buscar el general Francisco Fernández de la
Evaristo Carriego fue depuesto por sus propios oficiales Cruz, el depuesto por el motín de Arequito, con las fuer-
y puesto en prisión. En su lugar fue electo gobernador el zas que pudo organizar en Mendoza y con las milicias de
comandante de armas Nicolás de Atienza, que convocó San Juan, obligándolo a huir.
a un congreso provincial. Este sancionó una constitución En enero, se hizo cargo del gobierno de Mendoza el alcal-
provincial de apuro y eligió gobernador a Juan José Fer- de José Vargas, pero no pudo mantener el orden, alterado
nández Blanco en diciembre de 1821. por las intentonas de Del Corro y sus aliados, y por la sa-
Durante los años siguientes, Corrientes no tuvo conflictos lida de las tropas que logró sacar Luzuriaga hacia Chile.
internos importantes: el único incidente se inició con el En febrero se hizo cargo del gobierno el teniente coronel
motín de los soldados del comandante de armas, Agustín Campos y luego el cabildo mismo. A fines de julio, el ca-
Díaz Colodrero, que se negaron a cruzar al Chaco a ven- bildo, aún dominado por los que habían sido aliados de
gar una invasión de indígenas. El gobierno tardó bastante San Martín, terminó dando el gobierno a Tomás Godoy
en reaccionar, y lo hizo deponiendo a Díaz Colodrero. Cruz, un continuador de la política del Directorio. Este
Pero sus mismos soldados se negaron a aceptar otro jefe, logró dar un poco de orden a la provincia, mientras el
y atacaron la capital de la provincia el 19 de abril de 1824. general Fernández de la Cruz organizaba el ejército, que
Algunos personajes pretendieron unirse a la supuesta re- sería muy útil poco después para derrotar a Carrera.
volución, pero como en realidad no era más que un motín Del Corro logró salir de La Rioja con un pequeño resto
de cuartel, fue derrotada con facilidad. Díaz Colodrero de sus fuerzas, camino de Salta. Pero antes de entrar en
se mudó a Córdoba, donde moriría años más tarde en la esa provincia, la mayor parte de estos hombres deserta-
batalla de La Tablada. ron y regresaron a La Rioja, donde Quiroga los incorporó
La provincia de Santa Fe, la más castigada por la gue- al ejército provincial riojano. Participarían en las guerras
rra civil hasta entonces, pudo disfrutar de una década en civiles de los siguientes quince años. Todavía Del Corro
paz. El único hecho armado fue un intento de revolución logró reunir una especie de pequeña montonera con la
por parte del coronel Obando; pero este fue descubierto que se dirigió hacia Salta, para lo que pretendió cruzar
y ejecutado, mientras sus socios civiles, Manuel Leiva y Tucumán por los alrededores de la capital, pero fue ven-
Cosme Maciel, fueron expulsados de la provincia. cido por las fuerzas del gobernador Aráoz.
En la provincia de San Luis no hubo revolución; su auto-
nomía se originó en las negociaciones entre los goberna-
13 La anarquía en el interior dores Mendizábal, de San Juan, y Campos, de Mendoza,
que dieron autonomía a las tres provincias cuyanas. El ca-
bildo asumió el gobierno local deponiendo en forma re-
13.1 Caos en Cuyo lativamente pacífica a Dupuy, el delegado de Luzuriaga,
y fue nombrado gobernador el alcalde José Santos Ortiz,
La revolución iniciada en Cuyo por Mariano Mendizábal un rico y culto hacendado. Si hubo una guerra civil, fue
no seguía órdenes de nadie; los soldados del batallón de solamente la de la invasión de Carrera, al año siguiente.
cazadores iniciaron su marcha hacia el norte dirigidos por La paz volvió a reinar entre sus habitantes, tal vez porque
el ahora coronel Francisco Solano del Corro, anunciando tuvieron que sufrir mucho en esa época por las invasiones
que volverían a la guerra, a órdenes de Güemes — Del de los indígenas ranqueles desde el sur.
Corro era salteño. El gobernador Luzuriaga exigió la li-
beración de los presos, por lo que Del Corro cambió de
8 13 LA ANARQUÍA EN EL INTERIOR

13.2 En La Rioja te renunció en julio al gobierno, que pasó al hacendado


Baltasar Agüero. No obstante, durante el resto de la dé-
Al saberse la llegada de José Javier Díaz al gobierno cor- cada fue Quiroga quien gobernó de hecho la provincia,
dobés, sus antiguos enemigos, los Dávila, se apuraron a desde el cargo de comandante de armas.
declarar la autonomía de La Rioja; pero se movió más rá- Juan Bautista Bustos, el gobernador cordobés, había
pido el general Francisco Ortiz de Ocampo, que se hizo aceptado pasivamente la secesión riojana para no pro-
nombrar gobernador el 1.º de marzo de 1820. Acusó a la vocar una nueva guerra civil. En su propia provincia,
familia enemiga de fraguar una conspiración, con lo que Córdoba, no hubo por esa época más guerra civil que la
llevó al destierro a varios miembros de la misma, y des- que le llevaría Carrera. Una revolución contra Bustos fra-
pués reprimió la sublevación del mismo personaje que le casó antes de llegar a los hechos. Otra más, dirigida por
había servido para su falsa acusación, que terminó fusila- Faustino Allende y el futuro general Paz, fracasó sin con-
do. secuencias; el mismo Paz parece haber hecho fracasar la
A principios de septiembre de 1820 entró la división de segunda, por su desprecio a las montoneras que partici-
Del Corro en La Rioja, donde el gobernador Ocampo le paban en ella.
negó el paso. El 26 de septiembre se enfrentaron en la
Posta de los Colorados, cerca de Patquía, donde fue rá-
pidamente derrotado el improvisado ejército de Ocampo, 13.3 La autonomía santiagueña
en el que las únicas tropas útiles eran las de Facundo Qui-
roga, comandante del Departamento de los Llanos. El gobernador tucumano, Bernabé Aráoz, había tenido
que anular dos elecciones de capitulares para hacer re-
Del Corro ocupó La Rioja y se dedicó a reunir contribu- conocer su autoridad por Santiago del Estero. Tras mu-
ciones forzosas para sus fuerzas, mientras Quiroga reunía chos roces, el caudillo tucumano logró hacer reconocer
nuevamente sus hombres en el sur de la provincia. Antes por esa región la República de Tucumán.[32] Los notables
de la llegada de Quiroga, su propio segundo jefe, Fran-
de la ciudad siguieron pidiendo mayor autonomía, pero
cisco Aldao, derrocó a Del Corro y lo mandó a la cárcel. después del fracaso de las dos revoluciones de Juan Fran-
No le sirvió de mucho: pocos días después, Facundo en-
cisco Borges estaban acobardados.
traba a La Rioja, derrotando en las calles a Aldao con su
pequeña tropa de 80 hombres; esa fue la primera victoria Pero el 28 de enero de 1820, el comandante de la frontera
del famoso caudillo. del Chaco, coronel Juan Felipe Ibarra, informó al oficial-
mente cabildo santiagueño sobre el motín de Arequito y
El gobernador Ocampo fue reemplazado por el coronel la caída del gobierno directorial cordobés; en la misma
Nicolás Dávila, uno de los emigrados de principios de ese carta informaba que se ponía en marcha sobre la ciudad.
año, que gobernó más o menos en paz por dos años. Sin No se sabe si estaba ya de acuerdo con los autonomistas,
embargo, el final de su gobierno fue, posiblemente, peor pero el hecho es que estos consideraron que había llega-
que el de Ocampo: Dávila pretendió concentrar todo el do la hora de la revolución. La elección de los diputados
poder en sí mismo, eludiendo el accionar de la legislatura. al Congreso provincial tucumano fue escandalosa, lo que
Como su centro de actividades estaba en Famatina,[30] causó la llegada de Ibarra, que tomó la ciudad por asalto,
trasladó la sede de su gobierno a esa localidad, con la acti- expulsando al teniente de gobernador Echauri. El cabil-
va oposición de la legislatura. Esta confió el mando de las do, a falta de otro mejor y previendo la respuesta militar
tropas a Facundo Quiroga, mientras Miguel Dávila apro- tucumana, lo nombró gobernador de la provincia el 31 de
vechaba un viaje del jefe llanisto San Juan para quitarle marzo. También lo ascendió a general.
sus milicias. Cuando los dos bandos estaban a punto de
Los notables santiagueños pensaron en Ibarra solamente
enfrentarse, regresó Facundo y transó una tregua con el como el mandón militar necesario. Los políticos con ex-
gobierno.
periencia de Santiago — los Gorostiaga, Frías, Taboada,
Pero los Dávila no se rindieron y reunieron un ejército pa- Alcorta — confiaron en poder manejarlo... y terminaron
ra atacar la capital. Contaban con que Quiroga la defen- por ser sus subordinados. Ibarra solamente dejaría la go-
dería, y que de esa manera derrotarían a sus dos enemigos bernación el día de su muerte, más de 30 años más tarde,
de un golpe. El coronel Manuel Corvalán intentó mediar excepción hecha de las ocupaciones tucumanas y unita-
entre ellos, lo que fue aceptado por Quiroga. Pero la ne- rias. Ni siquiera se hizo reelegir, como hacían los otros
gativa de Dávila llevó a la batalla de El Puesto, del 28 de caudillos: simplemente, su mandato no tenía término. El
marzo de 1823. Allí chocaron los dos pequeños ejérci- único caso similar era el de Estanislao López, de Santa
tos, mientras Quiroga y Miguel Dávila se enzarzaban en Fe.
un combate personal. El caudillo fue herido, pero Dávila Aráoz, como es natural, amenazó con recuperar la pro-
cayó muerto.[31] vincia rebelde por la fuerza; pero Ibarra y el cabildo alar-
Después de la batalla, Quiroga decidió una amplia am- garon el conflicto en forma de largas discusiones, con ale-
nistía y la legislatura lo nombró gobernador. Terminaba gatos de una y otra parte y numerosos comisionados ante
el período del dominio de las familias ricas de La Rio- el caudillo tucumano. Recién el 27 de abril se declaró for-
ja, y comenzaba el predominio de Facundo Quiroga. Es- malmente la autonomía de la provincia.
13.5 Guerra entre Salta y Tucumán 9

Curiosamente, Aráoz siguió pensando durante meses que su victoria sobre el Ejército de Cuyo, el gobernador pun-
podía volver a la obediencia a Santiago del Estero. Recién tano, doctor José Santos Ortiz, preparaba sus fuerzas.[33]
a principios del año siguiente lanzó una campaña que lle- Carrera regresó hacia San Luis y ocupó la ciudad va-
gó a ocupar la capital, mandada por el exteniente de go- rios días. Una división mendocina, al mando del general
bernador Iramain, que fue derrotado por Ibarra en Los Bruno Morón[34] fue enviada a enfrentarlo en la época de
Palmares, el 5 de febrero de 1821. la invasión a San Luis. Como Carrera había retrocedido,
El santiagueño se había movido con mucha habilidad, y continuó su marcha hacia Córdoba, logrando apoderar-
había convencido a los gobernadores de Córdoba y Salta, se de su tropa de carretas el 7 de julio en el paso de San
Bustos y Güemes, de apoyarlo contra Aráoz. Para ello ha- Bernardo, sobre el río Cuarto. A la mañana siguiente fue
bía apoyado al coronel Alejandro Heredia, que había lle- atacado por el ejército de Carrera en Río Cuarto; allí, las
vado algo menos de la mitad del Ejército del Norte hasta fuerzas de Morón hicieron retroceder a las fuerzas enemi-
Salta, ayudado por Ibarra. gas con una descarga de fusilería. Morón ordenó atacar,
pero sus hombres no lo siguieron, de modo que quedó so-
lo a mitad de camino entre ambas fuerzas. En lugar de
13.4 Campaña de Carrera en viaje hacia detenerse, el caballo de Morón patinó y lo arrojó al piso,
Chile donde fue muerto por los montoneros. Los cuyanos logra-
ron rechazar por segunda vez al enemigo, pero la tercera
carga, dirigida por el coronel José María Benavente, lo-
gró la victoria para el general chileno.[35]
Carrera entró en la ciudad de San Luis, abandonada por
sus pobladores, y allí se comportó en forma inesperada-
mente civilizada.[36] A mediados de agosto inició la mar-
cha hacia Mendoza.[37] Tras capturar unos caballos en
Guanacache, avanzaron hacia la capital mendocina, don-
de el general Fernández de la Cruz había logrado organi-
zar el ejército provincial.
Le salió al cruce el jefe de las milicias mendocinas, José
Albino Gutiérrez, a quien acompañaba el jefe de la caba-
llería de San Juan, coronel Manuel Olazábal. Estos escon-
dieron la infantería detrás de las filas de la caballería, por
lo que cada carga de los montoneros fue a chocarse con
la infantería mendocina. Cuando la energía de los ataques
de Benavente disminuyó, Olazábal atacó con el eficaz es-
tilo de los Granaderos a Caballo, destrozando todo a su
paso.
Los hombres de Carrera huyeron, pero el general fue cap-
turado por uno de sus oficiales. Fue fusilado en Mendoza,
José Miguel Carrera. el 4 de septiembre de 1821, acompañado por Felipe Ál-
varez. Benavente pudo salvarse.
A principios de 1821 había reaparecido José Miguel Ca-
rrera al frente de su horda de bandoleros, exiliados chi-
lenos e indígenas. Avanzó sobre el fuerte de Melincué, y
13.5 Guerra entre Salta y Tucumán
a continuación atacó La Carlota. Allí lo esperaba Bustos,
que marchaba a unirse a los ejércitos que ya estaban pre-
parados para rechazar el inminente ataque de Francisco Después del inicio de la invasión de San Martín al Perú,
Ramírez, y que logró rechazarlo. Siguiendo su camino ha- Güemes vio disminuidos los efectivos realistas frente a
cia Chile, entró a San Luis, perseguido de cerca por el su frontera; era el momento de iniciar la campaña al Alto
mismo Bustos, al que derrotó el 9 de marzo en Chaján. Perú, postergada desde hacía años. Para ello contaba con
Dos días después venció también al ejército puntano al sus gauchos, con los hombres del Ejército del Norte que
mando de Luis Videla en la Ensenada de las Pulgas, hoy había traído Alejandro Heredia y con los soldados que
Villa Mercedes. Después regresó hacia Córdoba en per- le llevaba desde Cuyo el rebelde Del Corro. Pero el go-
secución de Bustos, algo que le sería fatal a largo plazo. bernador de Tucumán, Bernabé Aráoz, no dejó pasar a
Se unió a Carrera el líder montonero de Fraile Muerto, Del Corro y se negó a entregar a Güemes las armas del
Felipe Álvarez, y fracasaron juntos contra el gobernador Ejército tomadas en noviembre de 1819.
cordobés en Cruz Alta. Mientras el jefe de la división Después de meses de insistencia, Güemes lanzó un ulti-
sanjuanina, coronel Ventura Quiroga, entraba en nego- mátum al gobernador y decidió ir a buscar él mismo las
ciaciones con Carrera, que parecía invencible después de armas que tenía Aráoz. Acababa de producirse el segundo
10 13 LA ANARQUÍA EN EL INTERIOR

choque entre los leales a Aráoz con los federales santia- a Eusebio Ruzo. Un acuerdo entre los dos bandos permi-
gueños de Ibarra, por lo que este se puso de acuerdo con tió volver al gobierno a Avellaneda, pero este descubrió
Güemes para atacar Tucumán. que no podía gobernar a su antojo, y terminó renunciando
A través de los Valles Calchaquíes, el coronel Apolinario a principios de 1822 y huyendo a La Rioja. El gobierno
Saravia invadió Catamarca, ocupando la ciudad sin lucha pasó nuevamente a Ruzo, que gobernó en paz con el apo-
y declarando la autonomía. Al mismo tiempo, el ejército yo del partido federal local. Algunos de los jefes adictos
de Güemes marchó desde el norte hacia Tucumán, unien- a Avellaneda, como Manuel Antonio Gutiérrez, debieron
do a las suyas las fuerzas de Ibarra, y exigió la renuncia pasar un tiempo en el exilio, bajo la protección de Aráoz.
de Aráoz. Aunque estaba en desventaja, Aráoz se negó
y se preparó para luchar. Contra él marcharon Heredia e
Ibarra. 13.7 La herencia de Güemes
Tras un breve choque favorable a los salteños, la batalla de Unos días después del Tratado de Vinará, los realistas
Rincón de Marlopa, del 3 de abril de 1821, fue favorable a conseguían hacer su último avance hasta Jujuy y Salta,
los tucumanos. Las fuerzas de Aráoz, al mando del coro- causando la muerte del general Güemes. Las milicias sal-
nel Abraham González, y en el que figuraban oficiales tan teñas, sin su jefe, sitiaron al general Pedro Antonio Ola-
variados como Javier López, el salteño Manuel Arias — ñeta en la ciudad, y poco después lo obligaban a evacuar-
antiguo héroe de la guerra gaucha que se había disgusta- la. El 15 de julio entraban nuevamente los patriotas en la
do con Güemes —, Celedonio Escalada y Gerónimo Ze- capital de la provincia.
larayán, derrotaron completamente a los salteños y san-
tiagueños, que dejaron en el campo a todos sus infantes y Con la desaparición del caudillo, el partido que asumió
artilleros prisioneros, con todas sus armas.[38] el mando fue el que había sido su opositor, ya que Ola-
ñeta había preferido negociar con este sector, en el que
Güemes no solamente no había recuperado las armas en figuraban algunos dirigentes que lo habían llamado para
poder de Aráoz, sino que acababa de perder las suyas, invadir Salta.
salvo las de caballería. Estuvo a punto de volver a atacar,
pero en ese momento se enteró de que había sido depuesto El 15 de julio asumió como gobernador interino el co-
por una revolución de las clases altas en Salta. Regresó a ronel Saturnino Saravia, rodeado de los miembros de la
su ciudad y retomó el gobierno sin problemas. «patria nueva», curioso nombre de los que habían duda-
do de la fidelidad a la Patria porque les costaba mucho
La República de Tucumán se había salvado; Aráoz logró dinero y prestigio. Reunió una junta electoral, que nom-
recuperar también Catamarca, enviando hacia allí a Arias bró gobernador a uno de ellos, José Antonio Fernández
y al coronel Manuel Figueroa Cáceres. Pero este cambió Cornejo.
de bando casi al día siguiente a su victoria y se unió a
Ibarra y Güemes en una nueva alianza. Duró muy poco, Los miembros de la «patria vieja», es decir, el partido
pero estaba claro que Aráoz ya no podría seguir resistien- que siempre había seguido a Güemes, esperaron hasta el
do rodeado de enemigos. Ibarra volvió al ataque, pero fue regreso de los oficiales que habían perseguido a Olañeta,
vencido en dos pequeños encuentros e inició tratados de y el 22 de septiembre derrocaron al gobernador por me-
paz, que Aráoz tuvo que aceptar. El 5 de junio se firmaba dio de una sangrienta revolución. En su lugar colocaron al
el Tratado de Vinará, que reconocía la separación de la más ilustrado y más rico miembro de su partido, el gene-
provincia de Santiago del Estero de la de Tucumán. ral José Ignacio Gorriti, que hizo un gobierno de unión:
nombró al federal Pablo Latorre comandante de armas,
y a Fernández Cornejo de teniente de gobernador de Ju-
juy. Hizo el mismo reparto salomónico para los demás
13.6 La autonomía catamarqueña cargos importantes. De todos modos tuvo que vencer una
revolución en su contra en diciembre.
El fracasado intento de autonomía de abril de 1821 re-
velaba que también Catamarca deseaba separarse del go-
bierno de Tucumán. Solo impulsados por ese deseo au- 13.8 Anarquía en Tucumán
tonómico, el 25 de febrero de 1821, un cabildo abierto
declaraba la autonomía de la provincia de Catamarca. Sin Aráoz nunca llegó a reaccionar ante la autonomía cata-
oposición, el movimiento dirigido por los líderes federa- marqueña, ya que solo tres días más tarde, el 28 de agos-
les Eusebio Ruzo y Manuel Figueroa Cáceres puso en el to de 1821, los oficiales opositores derrocaban a Aráoz,
gobierno al mismo delegado de Aráoz, Nicolás Avellane- dirigidos por Abraham González, un oficial oriental de
da y Tula[39] escasa importancia personal que sin embargo asumió el
Pero Avellaneda pretendió liberarse de la tutela de los gobierno. La causa de su deposición fue una serie de ri-
federales, quitando su autoridad militar a Marcos Figue- validades internas: sobre todo, de los cabildantes contra
roa, el caudillo más importante del oeste. Esto provocó los hacendados que formaban el partido de Aráoz y de sus
una revolución en octubre, que lo arrestó y lo mantuvo oficiales contra los favoritos del gobernador depuesto, es
preso durante más de una semana y nombró gobernador decir, Javier López, Manuel Arias y Gerónimo Zelara-
11

yán.[40] Bernabé Aráoz siguió conspirando en Salta, pero no lo-


Lo primero que debió hacer el nuevo gobernador fue gró reunir tropas suficientes para regresar. Finalmente,
acordar con los oficiales adictos a Aráoz, a los que debió en marzo de 1824 fue arrestado y enviado a Tucumán
sobornar para que no lo atacaran. Si bien logró mante- por orden del gobernador salteño, general Arenales. Fue
nerse en el poder unos meses, al poco tiempo tuvo que fusilado en Trancas el 24 de marzo de 1824. Con ese he-
enfrentar la oposición de varios oficiales partidarios de cho, que no fue realmente un acto de guerra civil, quedó
Aráoz. En noviembre, el coronel José Ignacio Helguero sellada la paz en Tucumán.
reunió tropas en Burruyacú, avanzando hasta cerca de la
capital provincial, pero fue arrestado y expulsado.
14 Consecuencias de las primeras
En los primeros días de 1822, los coroneles Helguero, Ja-
vier López y Diego Aráoz atacaron la ciudad, obligando guerras civiles
al gobernador a retirarse a Lules. La defensa de la ciudad
fue derrotada al día siguiente, 8 de enero, como resultado Como consecuencias de esta larga guerra civil, que duró
de un violento combate en el centro mismo de la ciudad. seis años, se pueden mencionar:
Las tropas rebeldes del general Zelarayán — muerto en
la lucha — quedaron al mando de Javier López, un anti- • La caída del gobierno del Directorio.
guo capataz de Aráoz. González fue arrestado y enviado
a Buenos Aires, donde fue protegido por su hermano, el • La autonomía provincial de las provincias de Co-
después coronel Bernardo González. El gobierno fue asu- rrientes, Entre Ríos y Santa Fe, que ya no depende-
mido por Diego Aráoz, que renunció unos días después rían de la de Buenos Aires.
para dejarle el mando a don Bernabé Aráoz. • La igualación, al menos teórica, de los derechos de
Pero a fines de marzo, Diego Aráoz y Helguero se rebe- autogobierno de los pueblos de cada una de estas
laron contra el gobernador; tras varios hechos de armas provincias.
menores, y fracasados intentos de conciliación, renunció
• La autonomía nominal de la Provincia Oriental; esta
don Bernabé al gobierno, dejando la ciudad en acefalia.
no podía ser aplicada, porque se encontraba invadi-
El 6 de mayo la ciudad fue tomada por López, con ayu-
da por Portugal. Cuando fuera nuevamente aplica-
da del santiagueño Ibarra. El día 11 los derrotó Bernabé
da, por medio de la Guerra del Brasil y los tratados
Aráoz, cuyas tropas saquearon la ciudad. Varios gobier-
que le dieron fin, se convertiría en la Independencia
nos efímeros se sucedieron en menos de un mes, hasta
absoluta de la República Oriental del Uruguay.
que regresó al gobierno don Bernabé, apoyado por sus
[41]
milicias rurales. • El régimen federal de gobierno para toda la Argen-
Apenas un mes más tarde, Diego Aráoz volvió a atacar tina. Este sería ignorado aún unos años por los uni-
la ciudad y ocuparla: asumió nuevamente el gobierno. tarios, pero finalmente prevalecería.
El 24 de octubre, don Bernabé venció en el Rincón de
Valladares[42] a Javier López, Diego Aráoz y el catamar- Esta guerra sería solo la primera de las guerras civiles
queño Manuel Gutiérrez, y volvió al gobierno. La pro- argentinas. La definitiva configuración política de la Ar-
vincia era ya un caos, pero este último gobierno de Aráoz gentina obligaría a sus provincias a combatir entre sí du-
logró una muy relativa tranquilidad, al precio de que la rante otros sesenta años, hasta la pacificación definitiva
oposición se moviera enteramente en secreto, organizan- en 1880.
do la reacción.
En agosto de 1823, López reunió rápidamente a sus hom-
bres y atacó San Miguel de Tucumán. Derrotó a las fuer-
15 Véase también
zas del gobierno en la Ciudadela, y a las tres de la mañana
del 5 de agosto ocupó la ciudad. Se nombró a sí mismo • Historia de la Argentina
gobernador, mientras Aráoz reorganizaba las milicias ru- • República de Entre Ríos
rales; el 25 de agosto de 1823 se dio la batalla decisiva en
Rincón de Marlopa, en el otro extremo del Campo de las • Invasión Luso-Brasileña
Carreras. Tras un duelo de artillería, los 400 hombres de
• Guerra del Brasil
Aráoz fueron derrotados, dejando 40 muertos y 60 pri-
sioneros.
Aráoz se refugió en Salta; no queda claro por qué, si no 16 Notas
tenía aliados allí, y sí en el interior de la provincia. El
gobierno quedó en manos de Diego Aráoz, que lograría [1] El análisis más detallado del proceso que llevó al motín
mantenerse en el poder unos meses; tras el interinato de de Arequito lo ofrece Mario Arturo Serrano, en Arequito:
Nicolás Laguna, volvió al poder Javier López. ¿por qué se sublevó el Ejército del Norte? . Buenos Aires:
Círculo Militar, 1996.
12 16 NOTAS

[2] Núñez, M., Bustos, el caudillo olvidado. Buenos Aires: [12] El monumento a Estanislao López en la ciudad de Santa
Cuadernos de Revista Crisis, 1975. Fe lo representa en el momento en que ordena detener la
matanza de compatriotas en la batalla de Gamonal.
[3] Por primera vez, Ramírez se nombraba a sí mismo gober-
nador de Entre Ríos. Él y López y no firmaron el tratado [13] Los Colorados del Monte tenían su cuartel central en San
como subordinados, sino que aclararon que lo comunica- Miguel del Monte, sede de la principal estancia de Rosas;
rían a don José Artigas. Véase Newton, Jorge, Francisco de allí su nombre.
Ramírez, el supremo entrerriano. Buenos Aires: Plus Ul-
tra, 1972. [14] El fusilamiento de González Salomón resultó de una ya
larga tradición de ejecutar a los oficiales subalternos y per-
[4] Berra, Francisco Antonio (1881). Bosquejo histórico de la donar a sus superiores, que había tenido su máxima expre-
República Oriental del Uruguay. Montevideo: Francisco sión en el fusilamiento del coronel Enrique Paillardell en
Ibarra, pp. 193. 1815, a la caída de Alvear.

[15] En la terminología de los siglos XVIII y XIX en el Río


[5] Ramírez proyectaba invadir Paraguay con 3000 hombres
de la Plata, frontera era la que existía con los indígenas;
bien armados y apoyados por una poderosa escuadra. Su
y también se llamaba frontera, en general, a los territo-
plan era acabar con el aislacionista Francia y recuperar
rios en poder de los mismos, no demasiado alejados de
el territorio paraguayo para las Provincias Unidas (Ri-
las tierras ocupadas por la población blanca. Las fronte-
chard Alan White, 1978. Paraguay’s autonomous revolu-
ras internacionales eran llamaban límites; en ese entonces
tion, 1810-1840. Alburquerque: University of New Mexi-
no eran sinónimos.
co Press, pág. 87). Sin embargo, tras la derrota y muerte
de Francia, López simplemente intento negociar la reaper- [16] Diego Barros Arana (2005) [2000]. Historia general de
tura del comercio, lo cual fue negada y tácitamente acep- Chile: Parte novena: Organización de la república 1820 a
tada por el caudillo santafesino. 1833. Tomo XIII. Santiago de Chile: Editorial Universi-
No fue el único que quiso invadir el Paraguay para de- taria, pp. 259. ISBN 956-11-1785-1.
rrocar a Francia. José Gervasio Artigas, Manuel Dorrego,
Juan Facundo Quiroga y hasta Simón Bolívar proyecta- [17] Francisco Valenzuela (1947). Historia de Chile: La eman-
ron, muchas veces por peticiones de paraguayos exilia- cipación. Tomo I. Santiago de Chile: Editorial Nascimien-
dos en el exterior, invadir el país y sumarlo a las Provin- to, pp. 237
cias Unidas. (Véase Augusto Roa Bastos y Carlos Pache-
co (1983): Yo, el supremo. Caracas: Fundación Biblioteca [18] Martha Bechis (2010). Piezas de Etnohistoria Del Sur Sud-
Ayacucho, pág. 263. ISBN 978-980-276-009-1). Sin em- americano. Madrid: Consejo Superior de Investigaciones
bargo, ninguno lo intentó debido al riesgo de que de in- Científicas (CSIC), pp. 238. ISBN 978-84-00-08739-5.
tentarse los brasileños podrían intervenir también y hasta
anexarse el Paraguay. El que más lejos llegó fue sin du- [19] El pueblo de Dolores, fundado en 1817, fue completa-
da alguna Artigas. Llegó a preparar tropas y hacer planes mente destruido. Solo cinco años más tarde fue posible
para invadir, tanto que Francia llegó a movilizar sus tro- volverlo a poblar.
pas. Sin embargo, en 1817 los portugueses invadieron la
[20] Para el detalle de todo el proceso, véase: Ras, Norberto,
Banda Oriental y tuvo que concentrar sus fuerzas en lu-
La guerra por las vacas. Buenos Aires: Galerna, 2006.
char contra ellos (Ángel Rama, Saúl Sosnowski y Tomás
Eloy Martínez (1972): La crítica de la cultura en América [21] Rivadavia y la expropiación a las órdenes eclesiásticas
Latina. Caracas: Biblioteca Nacional de Ayacucho, pág.
321. ISBN 978-980-276-013-8). [22] Acerca del clivaje religioso en la historia argentina. Sur-
gimiento y disolución de la Unión Católica
[6] Busaniche, José Luis (1938). Lecturas de historia argenti-
na: relatos de contemporáneos, 1527-1870. Buenos Aires: [23] Coronel José María Urien Elías y la Revolución de los
Ferrari hnos., pp. 266. apostólicos

[7] Había sido expulsado del país en 1816, por orden del Di- [24] Newton, Jorge, Francisco Ramírez, el supremo entre-
rector Supremo Pueyrredón. rriano. Buenos Aires: Plus Ultra, 1972.

[25] Diego Barros Arana (2005). Historia general de Chile. To-


[8] Uno de los comandantes que lo apoyó fue el coronel
mo XIII. Santiago de Chile: Editorial Universitaria, pp.
Lamadrid. Véase Lamadrid, Gregorio, Memorias.
262. ISBN 978-956-11-1785-3.
[9] Iriarte, Tomás de: Memorias. Buenos Aires: Compañía [26] Confesado por el propio interesado en: Mansilla, Lucio
General Frabril, 1962. Norberto, Memorias póstumas.
[10] La villa de Pergamino estaba defendida por el coro- [27] Todos estos oficiales llegarían luego al grado de generales.
nel Obando, un oficial santafesino que había seguido a
Mariano Vera y había tomado partido por el Directorio en [28] Una medida de la falta de sentido común que ya dominaba
1818. Véase Newton, Jorge, Estanislao López el patriarca a Carrera fue que había decidido cruzar los Andes en el
de la federación. Buenos Aires: Plus Ultra, 1972. mes de julio, es decir, el más frío de los meses de invierno.
Hoy en día, muy pocos pasos de la Cordillera se pueden
[11] Véase Newton, op. cit. cruzar en julio, y ninguno que pudiera alcanzar Carrera.
13

[29] En Paysandú nacería poco después su hijo, también lla- • Bazán, Armando R., Historia de Catamarca. Buenos
mado Ricardo López Jordán, que sería el último caudillo Aires: Plus Ultra, 1996.
federal.
• Bazán, Armando R., Historia de La Rioja. Buenos
[30] La Rioja había sido fundada en virtud de las existencias Aires: Plus Ultra, 1991.
minerales de la Sierra de Famatina, y tres siglos después, el
espejismo de sus minerales aún dominaba la imaginación • Bischoff, Efraín , Historia de Córdoba. Buenos Ai-
de los riojanos. Bazán, Armando R., Historia de La Rioja. res: Plus Ultra, 1989.
Buenos Aires: Plus Ultra, 1991.
• |enlaceautor=Beatriz Bosch , Historia de Entre Ríos.
[31] Reyes, Marcelino, Bosquejo histórico de la provincia de La Buenos Aires: Plus Ultra, 1991.
Rioja.
• Castello, Antonio Emilio, Historia de Corrientes.
[32] Al igual que la República de Entre Ríos, la República de Buenos Aires: Plus Ultra, 1991.
Tucumán era el nombre legal de una provincia soberana
que pretendía entrar a una federación en igualdad de con- • Gianello, Leoncio, Historia de Santa Fe. Buenos Ai-
diciones, no un estado independiente. res: Plus Ultra, 1986.
[33] Ruiz Moreno, Isidoro J. (2012). Campañas militares ar- • Páez de la Torre, Carlos (h), Historia de Tucumán.
gentinas. La política y la guerra: Del virreinato a la inde- Buenos Aires: Plus Ultra, 1987.
pendencia. Tomo I. Buenos Aires: Claridad.
• Ruiz Moreno, Isidoro J., Campañas militares argen-
[34] Morón había sido ascendido al grado de general en el mes tinas (tomo I). Buenos Aires: Emecé, 2004.
de mayo.
• Zinny, Antonio, Historia de los gobernadores de las
[35] Después de la derrota frente a los carrerinos, el resto del
provincias argentinas. Buenos Aires: Hyspamérica,
ejército mendocino se retiró, dirigido por Ventura Quiro-
1987.
ga.

[36] Véase: Núñez, Urbano J., Historia de San Luis. Buenos


Aires: Plus Ultra, 1980.

[37] No queda claro qué pensaba hacer Carrera hasta que lle-
gara el verano, en que los pasos de la Cordillera quedaran
habilitados.

[38] Newton, Jorge, Alejandro Heredia, el protector del norte.


Buenos Aires: Plus Ultra, 1972.

[39] Nicolás Avellaneda y Tula fue padre de Marco Avellane-


da, futuro gobernador de Tucumán, y abuelo de Nicolás
Avellaneda, quien sería presidente de la Argentina entre
1874 y 1880.

[40] Páez de la Torre, Carlos (h), Historia de Tucumán. Buenos


Aires: Plus Ultra, 1987.

[41] Bernabé Aráoz vivía casi todo el tiempo en el campo, y


sus más importantes apoyos eran las milicias rurales; en
cambio López era el héroe de las milicias urbanas.

[42] El Rincón de Valladares forma parte del Campo de las


Carreras, al oeste de la capital tucumana, cerca de la Ciu-
dadela construida en 1814 por San Martín.

17 Bibliografía
• Alén Lascano, Luis C., Historia de Santiago del Es-
tero. Buenos Aires: Plus Ultra, 1991.

• Álvarez, Juan, Las guerras civiles argentinas,

• Aráoz de Lamadrid, Gregorio, Memorias. Buenos


Aires, 1895.
14 18 ORIGEN DEL TEXTO Y LAS IMÁGENES, COLABORADORES Y LICENCIAS

18 Origen del texto y las imágenes, colaboradores y licencias


18.1 Texto
• Anarquía del Año XX Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Anarqu%C3%ADa_del_A%C3%B1o_XX?oldid=85144644 Colaboradores:
Rosarino, Lfiguero, Pertile, Nerêo, Isha, Muro de Aguas, Nioger, Zeroth, Muro Bot, BOTarate, Marcelo, Héctor Guido Calvo, Quijav,
Mike-hilal, UA31, A ver, Juaniespel, SuperBraulio13, EmBOTellado, Eduardo Martín Schweitzer Benegas, Miguel Villegas Lamberti,
*TikiTac*, Cem-auxBOT, Jorge c2010, Sergio Andres Segovia, Grillitus, Yuyitutiyuya, Anibalcesar, KLBot2, ArkanLokan, Tsunderebot,
Jarould, BenjaBot y Anónimos: 31

18.2 Imágenes
• Archivo:Jose_Miguel_Carrera_Color.JPG Fuente: https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/2/2c/Jose_Miguel_Carrera_
Color.JPG Licencia: Public domain Colaboradores: ? Artista original: ?

18.3 Licencia del contenido


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