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Clasificación de minerales por su sabor

 ¿Qué minerales pueden reconocerse por su sabor?


Solamente aquéllos que son solubles en agua, pues es entonces posible también
disolverlos con la saliva y apreciar su gusto. No obstante, como muchos elementos
solubles son también tóxicos, cáusticos, o simplemente asquerosos, esta
propiedad ya no se usa para la determinación macroscópica.

 ¿Cómo se prueba el sabor de un mineral?


Se procede con mucha cautela y total precaución. Cuando uno cree estar frente a
ese mineral confiable (ya les diré cuál, déjenme crear un poquito de suspenso,
sólo para novatos, ya que los demás seguro ya lo saben) lo primero que hace es
tomar el ejemplar y observarlo bien, bien, bien; por un lado, para asegurarse de
que sea ese mineral y no otro, y por otra parte para ver que no tenga ninguna
asquerosidad agregada por perros, aves, o lo que fuere.

Entonces, y sólo entonces, uno humedece con la puntita de su lengua su propio


dedo meñique (se elige ése porque habitualmente es el que menos contacto tiene
con lo que uno toca), y frota con él el mineral. De esa manera, con tan escasa
humedad, sólo una ínfima porción del espécimen será disuelta y quedará adherida
al dedito. Luego llevará ese dedito a un nuevo encuentro con la puntita, apenas, de
la lengua y probará el sabor.

De esa forma, si la determinación previa hubiera sido errónea, uno de todos


modos estará expuesto a muy poca cantidad de cualquier sustancia que pudiera
ser tóxica, ácida o repugnante.

Son característicos en los viejos manuales, los siguientes ejemplos:

 Ácido: sabor agrio del ácido sulfúrico. (Lo dicen los libros, pero dudo que
alguien lo haya andado probando) Propio del azufre y sus compuestos.

 Alcalino. Parecido al gusto del bicarbonato de sodio, pero con un dejo


dulzón. El ejemplo es el Bórax, de fórmula Na2B4O5 (OH)4 8H2O.

 Amargo: no requiere explicación, y si se combinan con un cierto dejo


salado, se pueden agregar la Epsomita (MgSO4 7H2O) y la Silvina (KCl)
generalmente presente en disolución en el agua de mar.

 Fresco: sabor propio de las arcillas que son también astringentes en


mayores cantidades.
 Metálico: Común en la Calcantita, con fórmula CuSO4 5H2O.

 Picante: se atribuye a la Melanterita, FeSO4 7H2O, y en algún lugar leí que


se parece al sabor de la tinta, cosa que nunca se me ha dado por
probar, de modo que no puedo jurar que sea cierto.

 Salino: además de la halita, lo ostentan otros minerales, como la Nitratina


(NaNO3).

Clasificación por radiactividad


Hoy sabemos que en torno al 80 % de la radiación de fondo que recibimos anualmente
por vivir en la Tierra (en promedio 2 mSv, como un TAC de cabeza) procede de los
minerales que nos rodean, la radiación cósmica y los alimentos que tomamos. Por lo
tanto, no parece caprichoso aprender un poco más de los minerales y de las rocas (que
son mezclas heterogéneas de minerales) que nos irradian a diario.

Aunque los radioisótopos están distribuidos alrededor de la superficie terrestre de una


manera más o menos uniforme, existen regiones en las que por distintas causas
geológicas y geoquímicas, las concentraciones de los elementos radiactivos
son anormalmente altas. Además, en contra de lo que cabría pensar, el uranio y el torio
son mucho más abundantes en la Naturaleza que otros elementos estando en una
proporción casi 1000 veces mayor que el oro, por ejemplo.

Las rocas ígneas (granito, pegmatita, riolita, toba volcánica, etc.), formadas tras el
enfriamiento y solidificación del magma o roca fundida del interior de la tierra, a menudo
contienen elementos radiactivos distribuidos dentro de partículas cristalinas muy finas.
Pero la radiactividad no es exclusiva de estas rocas ya que, a veces, los depósitos de
rocas formadas por acumulación de sedimentos o sedimentarias (conglomerados, arcillas,
areniscas, esquistos arcillosos, calizas, etc.), al ser porosas y permeables alojan bien
minerales de U y Th dando lugar a yacimientos importantes de minerales radiactivos. Las
rocas metamórficas (mármol, cuarcita, esquistos metamórficos, gneis, pizarra, etc.),
formadas a altas presiones a partir de rocas ígneas o sedimentarias, tienden a mantener
el contenido de minerales radiactivos de las rocas originarias.

Los depósitos de fosfatos (roca sedimentaria compuesta por minerales del grupo del
apatito) y carbón (hidrocarburos) tienen una consideración especial ya que tanto los
fosfatos como los hidrocarburos alojan muy bien los enormes cationes de U y Th, por lo
que en algunos casos estos depósitos contienen altas concentraciones de uranio.
Resumiendo, en general, podemos pensar que la concentración de elementos radiactivos
en rocas es:

 Frecuente en granito, pizarra, esquisto, carbón, depósitos de fosfatos,

 Ocasional en andesita, conglomerados, arenisca, gneis,

 Rara en basalto, caliza, depósitos de yeso y sales, cuarcitas, mármol.

En cuanto a los minerales, en la Naturaleza hay cientos con isótopos radiactivos. Algunos
de ellos son realmente estéticos y por eso se exponen en museos públicos y colecciones
privadas. Entre los más representativos que contienen potasio, uranio y torio (además de
sus productos de desintegración) nos encontramos los siguientes:

 Potasio (K): Silvina (KCl) utilizada en fertilizantes y micas (moscovita, biotita,


lepidolita, flogopita), utilizadas en la industria de aislantes térmicos y eléctricos.
 Uranio (U): Autunita, carnotita, pechblenda, torbernita, uraninita utilizadas como
menas de uranio para la industria energética y metalúrgica.
 Torio (Th): Monacita, Torianita, torita utilizadas como menas de torio y tierras
raras para la industria metalúrgica y electrónica.

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