Professional Documents
Culture Documents
Alguno lanza una piedra: Don Giussani es por eso que en tantas partes
en el Movimiento se canta mal?
“Es un síntoma del decaimiento de la comunidad” dice, sereno, don
Giussani y explica: “Cuanto más se llena la boca de la palabra compañía tanto
más la comunión se ve disuelta. La pertenencia a la compañía, la comunión es
sustituida por una relación afectiva entorno a una personalidad, a lo mejor,
fascinante, pero se termina por estar constituido por una relación psicológica.
En cambio la comunidad nace de la pertenencia al Ser, de una ontología. Sino
desciende del Misterio no es comunidad. Es necesario que se tenga la
conciencia del acontecimiento que sucede aquí y ahora. En cuanto al canto…”
(Se hace un breve silencio, se detienen dejando de sumergir la cucharita en el
flan)… “En cuanto al canto es una carencia general del Movimiento debido al
hecho de que los líderes sienten poco qué cosa es el hombre, qué cosa es el
cristianismo. Este desamor al canto y a la música es síntoma de una gran
decadencia” (Ríe y bromea un poco) “Como yo sé qué es el hombre, exijo el
canto”. Es una pasión antigua aquella de don Giussani. Cuenta que en 1933 él
tenía 9 o 10 años. Su padre escogía del periódico a qué liturgia festiva hacerse
acompañar por el hijo, yendo por toda Lombardía a buscar una misa polifónica.
Había crisis, pero más importante que el pan, era la música. En la casa de los
Giussani en Desio, donde no se desperdiciaba nada, se hacía venir a un trío o un
cuarteto para tocar Schubert.
Don Giussani: “No se mueve a nadie con las palabras, quien pertenece
está para aprender”. A este punto sale a flote la historia del canto en el
Movimiento. No ha nacido cualquier año después con Adriana o con otros. No
ha nacido ni si quiera un minuto después que el Movimiento. Es la misma cosa
que el Movimiento y – se puede decir- su carisma?
(Huellas n. 4/1994)