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El papel de las víctimas

en la ética de la liberación de
Enrique Dussel
The role of victims in the ethics of liberation Enrique Dussel
Hernán Mauricio Rojas Ramírez
Magíster en Filosofía de la Universidad del Valle. Especialista en Gerencia Educativa con énfasis
en gestión de proyectos de la Universidad Católica de Manizales y Licenciado en Filosofía y
Ciencias Religiosas de la Fundación Universitaria Católica Lumen Gentium. Docente de Ética,
adscrito al Centro Interdisciplinario de Estudios Humanísticos (Cideh) de la Universidad de San
Buenaventura Cali. Docente de Ética y Educación Religiosa en la Institución Educativa Escuela
Normal Superior Farallones de Cali. E-mail: hmrojas@usbcali.edu.co

Resumen
El artículo se plantea una reflexión acerca del papel que deben desempeñar
las víctimas para su autoliberación, desde la perspectiva del filósofo lati-
noamericano Enrique Dussel, cuya postura es contraria a aquellos enfoques
éticos que expresan que la víctima no desempeña un papel definido y solo
le corresponde el hecho de continuar padeciendo pasivamente su dolor,
hasta el momento en que se invierta la balanza y pase a ser victimario.
Palabras clave: víctima, autoliberación, ética, ciudadanía, comunidad
antihegemónica.

Abstract
The article propose to reflect on the role they must play victim to self-
liberation from the perspective of Latin American philosopher Enrique
Dussel.Opposed to ethical positions that expressing the victim does not
have a definite role, and that they only passively corresponds to the fact
continue to suffer pain until such time as the balance is reversed and they
to become victimizers.
Keywords: victim, self-liberation, ethics, citizenship, anti-hegemonic
community
Fecha de postulación: Enero de 2013 Fecha de aceptación: Junio de 2013
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Introducción ético-crítico. Como en los casos anteriores, el


“procedimiento” moral de aplicación es formal:
El presente artículo se fundamenta en el papel es la manera como llevar a cabo la crítica y las
de la víctima desde la perspectiva del filósofo transformaciones necesarias (Dussel, 1998, p.
379).
latinoamericano Enrique Dussel, quien junto
con los filósofos de la generación de los años Con base en la anterior cita, cabe afirmar que
sesenta, partió de la realidad de dependencia las víctimas están llamadas a asumir de mane-
y exclusión del continente suramericano y ra responsable la constitución de comunidades
propuso un nuevo paradigma filosófico que hegemónicas que resistan y transformen la
denominó filosofía de la liberación (Beorlegui, realidad actual de injusticia y opresión.
2004). Por otro lado, Shklar (2010), expresa que la
Desde la visión dusseliana, la ética de la libe- condición de la víctima
ración surge de los que no tienen voz; de los […] es una noción pasiva, como puede verse
invisibilizados, los excluidos y oprimidos por claramente en el origen etimológico de la pa-
las estructuras sociales de injusticia. Es así labra víctima. De acuerdo con el Oxford English
Dictionary, ““víctima”” se refería a criaturas que
como propone la construcción de un nuevo eran sacrificadas y asesinadas en aras de alguna
paradigma u orden ético, un contradiscurso deidad. Solo desde el siglo XVII se ha aplicado a
sobre el orden ético vigente. Esta propuesta gente que era sometida a la muerte o a un trato
cruel y opresivo y, finalmente, se ha extendido a
ética emprende el camino de develar e iden- aquellos de quienes alguien se ha aprovechado
tificar las causas de la negación de la vida o que han recibido menos de lo que les corres-
humana, para crear conciencia e instaurar ponde (pp. 75-76).
una comunidad antihegemónica que impida
Por tanto, las víctimas no desempeñan un
la nefasta y sacrificial muerte de las víctimas,
papel o tienen una responsabilidad en la trans-
desde los ámbitos social, político, económico,
formación de su realidad. Ambas posiciones
pedagógico, religioso e, incluso, erótico, de los
son complementarias en el sentido de que
contextos latinoamericano y mundial.
una puede dar paso a la otra, ya que si bien la
víctima es quien padece la acción opresiva de
La víctima y su responsabilidad otro sujeto (verdugo), no es un ser pasivo que
en la autoliberación simplemente se lamenta de lo sucedido. Por
el contrario, es un sujeto histórico que tiene
Para Enrique Dussel, la víctima es activa y está
comprometida en su autoliberación. Es decir, es en sus manos la posibilidad de promover su
autorresponsable de la aplicación de los prin- propia reivindicación y busca transformaciones
cipios ético-crítico y de liberación, a través de sociales. Finalmente, Dussel (1998) afirma
la conformación de comunidades de víctimas, que la praxis de la liberación debe contar con
de tal manera que al organizarse como bloque la “[…] lucha por el reconocimiento de las
histórico lucharán por el reconocimiento de víctimas mismas excluidas, devenidas sujetos
sus derechos. En este sentido, expresa Dussel: responsables de su propia liberación, porque
¿Quiénes son los responsables de la “aplica- puede echar mano de los momentos material,
ción”? Por todo lo dicho se comprenderá que es la de factibilidad y crítico” (p.460), para lo cual es
misma comunidad constituida por las víctimas de vital importancia que las víctimas agencien
que se autorreconocen como dignas y afirman,
como autorresponsables de su liberación, la transformaciones en su medio sociocultural. Es
encargada de aplicar en primer lugar el principio preciso resaltar la lucha por el reconocimiento
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de sus derechos negados, a través de la orga- forma en conciencia ético-crítica que devuelve
nización de comunidades antihegemónicas a las víctimas su “interpelación” procesada
analítica y racionalmente, según los mejores
de víctimas que desarrollen movilizaciones y “recursos” teóricos, para colaborar en el creci-
frentes de liberación que persigan la consecu- miento del “sujeto histórico” (momentos 7 y 8)
ción de sus objetivos. como “comunidad antihegemónica” de víctimas,
necesitadas de argumentar para alcanzar una
Si Rousseau mostró en Emilio el prototipo de nueva validez más allá de la validez del sistema
educación burguesa revolucionaria –solipsis- de dominación. Ahora deberá igualmente, arti-
ta– de un huérfano sin familia ni comunidad, culado a dichos “sujetos históricos” (el partido
metódicamente sin tradición cultural medieval o político revolucionario, la organización de la I
de la nobleza monárquica, dentro del paradigma Internacional, etc.), comenzar a producir ima-
de la conciencia y bajo la orientación solipsista ginativa y racionalmente alternativas futuras al
de un preceptor, un Paulo Freire, el anti Rous- capitalismo (p. 325).
seau del siglo XX, nos muestra, en cambio, una
comunidad intersubjetiva, de las víctimas de los Este “experto” o intelectual orgánico tiene
Emilios en el poder, que alcanza validez crítica como objetivo trabajar de la mano con la
dialógicamente, antihegemónica, organizando
la emergencia de sujetos históricos (““movi- comunidad de víctimas para articular dos
mientos sociales” de los más diversos tipos), que elementos: aquellos que determinan las causas
luchan por el reconocimiento de sus nuevos de- que generan la victimización, con las luchas
rechos y por la realización responsable de nuevas por la reivindicación de sus derechos. En otras
estructuras institucionales de tipo culturales,
económicas, políticas, pulsionales, etc. Se trata, palabras, el intelectual orgánico imprime no
entonces, de todo el problema del surgimiento solo criticidad a los argumentos, sino que tam-
de la conciencia “ético-critica” (monológica bién promueve futuras alternativas de cambio
y comunitaria, con un superyo responsable y al modelo hegemónico vigente. Al respecto,
creador) como “toma de conciencia progresiva”
(la concientizaçâo), negativamente, acerca de Dussel (2009) afirma:
lo que causa la “negación originaria” (p. 441). Es aquí donde debe situarse la importancia
política de los “intelectuales” creadores de
Las comunidades antihegemónicas son co- explicaciones ad hoc, que tienen gran eficacia
munidades intersubjetivas; es decir, que en en cuanto a la integración social. Para decons-
primera instancia gozan de igualdad en la truir esa cultura hegemónica, era necesario
considerarla detenidamente, y con categorías
participación o participación simétrica de las adecuadas. La filosofía política debía crear esas
víctimas y que poco a poco alcanzan validez categorías estratégicas para iluminar la lucha
crítico-dialógica bajo la guía y orientación de política. La creación de teorías tenía un doble
los “intelectuales orgánicos”. Esta comunidad frente: luchar contra la argumentación de la
cultura dominante y justificar la misma lucha
antihegemónica se organiza por medio de los política de los oprimidos (p. 155).
diferentes movimientos sociales de la lucha por
la reivindicación de sus derechos. Por tanto, Es importante comprender qué significa eso de
la organización de comunidades antihege- “luchar contra la argumentación de la cultura
dominante”. Es preciso, entonces, identificar
mónicas es condición necesaria en la praxis
que la cultura dominante justifica su domi-
ético-política de la liberación.
nación con argumentos falaces o sofismas de
Cabe señalar que esta comunidad antihegemó- distracción, para que la víctima permanezca en
nica está orientada por un “intelectual”, como estado de inconsciencia. Mate (2011) señala
bien lo señala Dussel: uno de estos argumentos:
El experto, el científico, el filósofo (momento 6), Discursos tales como “los sacrificios de hoy son
que había sido movido a la corresponsabilidad la prenda del bienestar en el futuro” no valen,
por la interpelación de las víctimas, se trans- porque está claro que los sacrificios actuales
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van a recaer sobre los de siempre, sin que esté Lo que es más significativo para nosotros,
garantizado que la mejora futura vaya a lograrse pueden haber aprendido de Rousseau y sus he-
sin nuevas exclusiones (p. 223). rederos que sus actos de injusticia les vinieron
marcados por una sociedad injusta que deformó
Apoyados sobre el anterior argumento se han sus sentimientos morales y les privó de apoyo
justificado asesinatos y genocidios de indios, material y moral, de modo que son auténticas
esclavos, soldados, niños y mujeres, con el víctimas. Esto no debe tomarse como una mera
hipocresía, sino como la última de una larga lista
fin de avanzar en “civilización” e ingresar a de argumentaciones que tratan al criminal como
un futuro más próspero, en paz, libre de los a una víctima (pp. 72-73).
“bárbaros” que han sido colonizados. Fanon
(1963), afirma en relación con el maniqueísmo Esta tesis indica que el victimario se torna
víctima, ya que se “culpa” a la sociedad de ser
presente en la ideología del mundo colonial,
la responsable de deformar los sentimientos
lo siguiente:
morales de la humanidad, caso en el cual el
La sociedad colonizada no sólo se define como verdugo no tiene la culpa de haber actuado
una sociedad sin valores. No le basta al colono
afirmar que los valores han abandonado o, mejor
injustamente y causar “daño” a la víctima.
aún, no han habitado jamás el mundo coloni- Es importante señalar –como lo expresa Mate
zado. El indígena es declarado impermeable (2011)– que “no todo el que sufre es víctima”
a la ética; ausencia de valores, pero también
negación de los valores. Es, nos atrevemos (p. 210), ya que la característica principal de
a decirlo, el enemigo de los valores. En este una víctima es que el sujeto sufre en su ino-
sentido, es el mal absoluto. Elemento corrosivo, cencia. Es decir, el sujeto sufriente no fue quien
destructor de todo lo que está cerca, elemento provocó el desenlace de los acontecimientos,
deformador, capaz de desfigurar todo lo que se sino otro (el verdugo), al originar la violencia.
refiere a la estética o la moral, depositario de
Agrega el autor:
fuerzas maléficas, instrumento inconsciente e
irrecuperable de fuerzas ciegas […] Los valores, El concepto de víctima es impensable sin el
en efecto, son irreversiblemente envenenados correlato de verdugo. Por eso, no son víctima,
e infectados cuando se les pone en contacto en sentido riguroso, ni los que sufren violencia
con el pueblo colonizado. Las costumbres del natural (no hay verdugos), ni se es víctima por
colonizado, sus tradiciones, sus mitos, sobre todo el hecho de sufrir. Los nazis condenados sufrían,
sus mitos, son la señal misma de esa indigencia, pero no eran víctimas, como tampoco lo es
de esa depravación constitucional (pp. 23-24). quien muere intentando matar. La inocencia es
su primera característica. Esto no significa que
Con estos raciocinios se defendieron las ma- podamos pasar de largo ante el sufrimiento del
tanzas de los indios en América Latina, ya que verdugo. Todo sufrimiento interpela, pero el de
la víctima de una manera especial porque es
era necesario acabar estos “bárbaros” con el inocente (pp. 210-211).
fin de que la moral y las buenas costumbres
no se desviaran del camino “recto”. Ahora bien, Estamos de acuerdo con esta afirmación,
¿qué tipo de moral y valores éticos justifican ya que este punto de vista permite una de-
lo injustificable, como es arrebatar la vida marcación acerca de quién es la víctima e ir
de alguien? Esto tiene lógica solo desde la avanzando en claridad para no confundir al
perspectiva del dominador, que oculta –obvia- victimario con la real víctima.
mente– profundas perversiones y fundamenta Es claro que que a las víctimas se les dificul-
una estrategia de invisibilización. taría llegar a una praxis de liberación y tomar
Otro argumento de la cultura dominante lo conciencia crítica de su estado si no fuera por
podemos hallar en Shklar (2010): la intermediación adecuada del intelectual
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orgánico,1 quien intentará dar “explicaciones” Los aparatos ideológicos antihegemónicos son
a las “causas” de la negatividad de las víc- una herramienta importante para continuar
timas. Dussel (1983) pone como ejemplo de nutriendo la resistencia de la comunidad
“intelectual orgánico” a Karl Marx y afirma que antihegemónica de víctimas, ya que los me-
este filósofo, a través de la “explicación” de un dios masivos de comunicación en manos del
“nuevo” hecho, a saber, el plusvalor como crea- sistema vigente manipulan la información y
ción impagada del obrero, pone las bases de la desaniman a las víctimas con una visión po-
ciencia social crítica que parte del sufrimiento larizada de la realidad, donde el maniqueísmo
de las víctimas y de su incomprensión de mar- está al orden del día.
ginalidad y exclusión del sistema funcional he- En este sentido, Dussel (2009) indica:
gemónico. Señala que el impacto de la crítica
Las ideologías de la clase hegemónica tienen
(de Marx) fue tan contundente que la ciencia eficacia específica. Son, por una parte, una con-
económica “reaccionó” radicalmente y cambia cepción de la vida y tienen aparatos materiales
el enfoque no desde la categoría metafísica del (tales como escuelas, universidades, medios de
comunicación, profesores, periodistas) con los
valor o trabajo/valor, sino desde “el mercado” que forman sus cuadros. Podríase denominar-
y la teoría del “precio”, con el fin de rechazar los “aparatos de hegemonía”, que organizan
la falsación de Marx. Dussel (1998) retoma a la cultura dominante, formando un tipo de
Focault como segundo ejemplo de intelectual conciencia. Políticamente, estos “aparatos” de
la sociedad civil (Estado ampliado) deben ser
orgánico, ya que este autor hace su crítica a materia de discusión y ejercicio político inevi-
partir de los excluidos de la sociedad y permite table (p. 155).
constatar tanto las estructuras de dominación
Al corriente de lo anterior, es preciso utilizar
como las víctimas ignoradas del sistema. Ade-
los mismos medios para contrarrestar la infor-
más de tener intelectuales orgánicos que dan
mación que se produce y determinar un mayor
criticidad a los argumentos de la comunidad
impacto en el avance hacia el logro de la lucha
de las víctimas, es necesario estructurar una
por el reconocimiento.
estrategía que tenga por objeto la construcción
de unos aparatos ideológicos antihegemónicos
al orden vigente. La víctima no está sola en el
La filosofía de la liberación es por consiguiente proceso de transformación
un “arma de los oprimidos”, piensa y aclara los
temas más urgentes, organiza su racionalidad ya Hasta el momento se ha analizado el papel de
dada, explica sus articulaciones, se transforma la víctima, pero queda por fuera otro elemento
en baluarte de la “lucha ideológica” contra el que Dussel no tiene presente y que contribuye
“discurso dominante” y contra sus “aparatos a la praxis de la liberación. Es importante seña-
hegemónicos”. Evidentemente, este antidiscurso
filosófico tiene necesidad también de ir promo- lar que en todo conflicto existen tres actores:
viendo sus propios aparatos antihegemónicos, el agresor o (verdugo), la víctima y el público
tale3s como escuelas de filosofía, publicaciones espectador, que generalmente es pasivo. En
(libros, revistas, simposios, movimientos). Estos
aparatos antihegemónicos justos reciben la
este sentido, Shklar (2010) pone de relieve que
violencia de la persecución y el sadismo infinito el ciudadano pasivo –o espectador pasivo– se
del dominador (Dussel, 1983, pp. 34-35). puede constituir en cómplice o verdugo por

1. Dussel (1998) plantea que el nacimiento del “intelectual orgánico” o “experto” se da cuando, precisamente, alguien que
está “dentro del sistema” toma conciencia de su complicidad en el daño a la víctima. Al dejarse interpelar por ella, se
convierte en corresponsable por el otro, en contra del sistema hegemónico vigente.
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su actitud de indiferencia y su sordera ética, que aunque no participaron directamente en


posibilitando así que prosperen las injusticias el genocidio masivo, voltearon su mirada para
en las esferas públicas y privadas de la vida no enterarse de cómo desaparecían miles de
social. Señala el autor: personas sin dejar rastro alguno. El silencio
La lección política es que el ciudadano injusto, al de la Iglesia fue contundente frente a la mo-
igual que la injusticia, no ha de ser considerado vilización de inmensos recursos económicos y
solo como alguien violento o codicioso, sino materiales y no cuestionó el objetivo de tales
como alguien remoto y éticamente sordo. Es
responsable de apoyar y servir a malos gobier- desplazamientos, así como la complicidad de
nos y en la vida diaria de permitir el engaño y los que crearon y abastecieron a los nazis con
la agresión. El mal que causa a sus víctimas no el gas Zyklon B, capaz de matar más de dos mil
consiste sólo en asaltarlos directamente, sino personas. Estos “científicos” no se preocupa-
en ignorar sus reclamaciones. Prefiere ver solo
mala suerte allá donde las víctimas perciben ron por saber en qué se estaba utilizado este
injusticia (p. 94). producto. El tiempo en que el olor a muerte
y putrefacción atravesaba los campos, fue el
Por lo anterior, debemos tener una visión más
tiempo en que nadie denunció los hornos de
amplia de lo que es ser verdugo, ya que los ciu-
cuyas enormes chimeneas manaba la ceniza
dadanos pasivos de una u otra manera aportan
que cubría calles y tejados.
a la condenación de las víctimas.
Los ciudadanos pasivos que dan la espalda Tomar conciencia de esta realidad de injusticia
a las víctimas reales y potenciales también nos hace crecer como ciudadanos comprome-
contribuyen con su propio grano de arena a la tidos, contribuyendo así en la construcción de
montaña total de la iniquidad. Este es uno de
los fallos del modelo normal que mira solo a los
un mundo posible, con “sistemas futuros en los
agentes, no a los contribuyentes inactivos de la que las víctimas puedan vivir” (Dussel 1998,
injusticia (p. 82). p. 411). No se habla de sistemas perfectos
Esta falsa ciudadanía, indiferente al dolor porque nunca los habrá, pero sí de un mundo
ajeno, oculta la verdad de que todos somos más humano. Sin embargo, el hecho de tomar
víctimas potenciales y en cualquier momento a cargo a la víctima tiene sus riesgos e incluso
vamos a padecer el sufrimiento del desemplea- puede derivar en el martirio:
do, los rigores del cambio climático, hambru- El que cumple con el deber ético de asumir a la
nas, violencia y exclusión. Nadie está a salvo víctima “a su cargo” ante el sistema ejerciendo
ni seguro en esta cuerda floja en la que se el deber de la crítica se enfrenta a aquella
balancea peligrosamente la humanidad, ya que estructura que causa víctimas, y, por ello, su
como todo en la naturaleza se encuentra rela- mera responsabilidad manifestada en la crítica
cionado. De conformidad con lo anterior, por (que deslegitima) no podrá dejar de recibir el
el hecho de ser habitantes del planeta somos embate “persecutorio”, tal como lo describe
responsables del sufrimiento del otro a causa fenomenológicamente Levinas, en la figura
de nuestra actitud pasiva (o activa) frente a las sustitutoria del rehén. EI responsable de la víc-
injusticias estructurales y cotidianas, ya que el tima ante el sistema es perseguido por el Poder
sistema es un producto humano y solo el ser que la causa. Y es allá, cuando ha ejercido el
humano puede transformarlo. poder de la crítica como reSponsabilidad, que
En el holocausto nazi se evidenció la ceguera queda apresado como víctima “sustitutiva” que
ética de la población alemana y la complicidad “testimonia” (martys, en griego) en el sistema
de amplios sectores de la población mundial, la presencia ausente de la víctima (p. 377).
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La cuestión del martirio es una de las razones Observaciones finales


de la indiferencia del ciudadano, ya que este
reconoce que involucrarse con la víctima alber- El papel de las víctimas es el de consolidarse
ga riesgos potenciales al oponerse a la opresión como el nuevo sujeto histórico a través de la
del victimario. Por este motivo es importante conformación del bloque histórico; es decir, de
destacar el gran valor de la democracia como una organización antihegemónica de comuni-
posibilidad de alzar la voz2 y criticar al sistema dades de víctimas que luchan responsablemen-
vigente. Shklar (2010) expresa: te por su liberación. Ello hará posible un nuevo
orden social que dé paso al reconocimiento de
Aunque la desigualdad sea inevitable, voy a
sostener que la democracia constitucional pro- los derechos, a la participación simétrica de los
porciona la mejor respuesta política a nuestro afectados en la toma de las decisiones y a un
alcance para enfrentarnos al sentido de la consenso libre de todo tipo de violencia que
injusticia. La idea no es poner fin a la injusticia, deslegitima el Estado de derecho.
pues hasta los mejores sistemas políticos gene-
ran fuentes de resentimiento. Pero al menos la En coherencia con lo anterior, esta reflexión
democracia no silencia la voz de los afligidos y
acepta como imperativos de cambio las expre- mira a la víctima como posibilidad de reivin-
siones de injusticia percibida, mientras que la dicación de su condición no por la vía de la
mayoría de los otros regímenes se inclinan hacia negación de su condición deplorable, sino a
la represión (p. 143). partir de la toma de conciencia de su realidad,
Si bien es cierto que las víctimas deben es- para transformarla en baluarte y en una razón
tructurar una comunidad antihegemónica, esto poderosa para salir triunfante en sus luchas por
debe ir de la mano con la construcción de una la reivindicación de sus derechos, la reparación
ciudadanía que viva los problemas sociales del daño causado y el reconocimiento social
y contrarreste la enajenación de los medios como ciudadano.
masivos de comunicación, los cuales se han Así, ser víctima no es sentir vergüenza; es
convertido en el nuevo “opio del pueblo”. Está un motivo para alzar la voz y exigir justicia,
por fundarse una nueva ciudadanía que se reconocimiento y reparación. Ser víctima no
conmueva por el sufrimiento del otro, que deje es cobardía; es fuerza comunitaria que une
su indiferencia, que no aparte la mirada ante voluntades para detener la barbarie, la destruc-
el desfavorecido, que se compadezca y luche ción ecológica y el genocidio. Ser víctima es
solidariamente por las víctimas en el marco de sentirse responsable por el curso de la sociedad
una real política democrática. y condenar un progreso que florece sobre los
Sin duda, el reconocimiento de la víctima como cadáveres de miles de inocentes.
sujeto argumentante es un paso adelante en la A partir de la comprensión de la condición de
lucha por su dignidad, ya que esta está siempre víctima, se deben sellar compromisos reales
por fuera de las decisiones que la afectan y en para que las ellas continúen luchando por el
consecuencia las desigualdades de oportuni- reconocimiento de sus derechos, participen en
dades se van ampliando. las decisiones que las afectan y se promuevan

2. Shklar señala que “[…] la voz de la víctima, de la persona que clama que ha sido injustamente tratada, no puede ser
silenciada, como parte de este principio democrático” (Shklar, 2010, p. 75). Comparto este pensamiento, ya que el sistema
ha silenciado su voz mediante distracciones que él mismo ha creado y que muestran sus padecimientos como género de
ciencia ficción con fines de elevar los niveles de sintonía, pero sin un compromiso real de ayuda. Es importante señalar
que el internet ha servido para que las víctimas se expresen y denuncien las injusticias de las que son objeto.
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condiciones laborales justas y dignas. Y desde __________. (1998). Ética de la Liberación


el punto de vista político se dé una ruptura a la en la edad de la globalización y la exclusión.
lógica de un “progreso” que continua utilizan- Madrid: Trotta.
do al ser humano como medio y no como fin.
__________. (2009). Política de la liberación.
II Madrid: Trotta.
Bibliografía FANON, F. (1963). Los condenados de la tierra.
BEORLEGUI, C. (2004). Historia del pensamien- México: Fondo de Cultura Económica.
to filosófico latinoamericano. Universidad de MATE, R. (2011).Tratado de la injusticia. Bar-
Deusto, Bilbao. celona: Anthropos.
DUSSEL, E. (1983). Praxis latinoamericana y SHKLAR, J. (2010). Los rostros de la injusticia.
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ricano de Ciencias Sociales (Clacso).

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