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Absorción:
Es la etapa inicial, el paso del exterior a la circulación dentro del organismo. El tóxico debe
traspasar en ésta etapa las barreras y membranas biológicas, lo cual realiza a través de
mecanismos de transporte como:
Difusión simple, para moléculas polares de bajo peso, preferiblemente hidrófobas, que
depende del gradiente positivo entre el medio contaminado y la sangre (o sistema
circulatorio del organismo).
Transporte Activo, en el que las proteínas transportan solutos de alto peso molecular en
contra del gradiente de concentración, consumiendo energía (Curtis y Barnes, 2000).
Figura 5. Tipos de transporte en la membrana celular.
a
Fuente: Curtis, H & Barnes, N.S. (2000). Biología (6 Ed.). Buenos Aires: Editorial Medica Panamericana.
Los tejidos que recubren el tracto gastrointestinal y el aparato respiratorio, así como la
piel, son las superficies más comunes de absorción, dado que estas son las principales vías
de exposición. Estos tejidos además de estar particularmente expuestos a tóxicos, son
aquellos responsables del intercambio de sustancias vitales para el organismo, siendo
eficientes en este proceso, gracias a su alta irrigación sanguínea, al aumento en la
superficie de absorción (ej. Vellosidades del intestino), al bajo espesor de la membrana
(ej. Los alvéolos pulmonares) y a un periodo prolongado de exposición (O’ Flaherty, 2000;
Peña et al., 2001).
En ésta etapa el tóxico deja de estar en el sistema circulatorio para pasar a ubicarse en
otros tejidos y órganos del cuerpo. Los compartimentos de destino pueden ser órganos de
almacenamiento o el blanco del tóxico.
Los mecanismos de defensa en esta fase, que logran proteger a órganos más susceptibles
e importantes del cuerpo, están dados por la acumulación en órganos especializados y por
la existencia de membranas o barreras de exclusión que impiden la entrada del tóxico.
Como ejemplo de las barreras de exclusión, está la barrera cerebro-sangre o BBB (Blood-
Brain Barrier), cuyo mecanismo de protección consiste en una membrana constituida por
células capilares estrechamente unidas que no permiten la difusión pasiva, dada la
ausencia de poros o espacios, una capa adicional de células gliales, y una baja
concentración de proteínas transportadoras de lípidos (Barile, 2008).
Nota. Fuente: Vallejo, M. (1997). Toxicología ambiental: Fuentes, cinética y efectos de los contaminantes. Bogotá: Fondo
Nacional Universitario.
Metabolismo:
Fase II: Son reacciones de conjugación, en las que el metabolito primario, producido en
la Fase I, es combinado con sustancias endógenas para formar un complejo más
hidrosoluble. Los sustratos endógenos utilizados en la conjugación son el ácido
glucorónico (gluconidación), ácido sulfúrico (sulfatación) y el glutatión.
Excreción:
Etapa final del proceso en la que el contaminante es expulsado del organismo. El tóxico
puede ser eliminado en su forma original o como el metabolito resultante de las fases de
biotransformación (Barile, 2008).
La excreción se da por:
La orina: Los riñones son el órgano más importante en la eliminación de tóxicos, puesto
que remueven los contaminantes de la sangre. La excreción por este medio es
posible gracias al bajo pH de la orina y al aumento de la solubilidad en agua del
tóxico, producto del metabolismo.
Vía pulmonar: Algunos gases y líquidos volátiles son expulsados por difusión simple a
través de la exhalación, su eliminación por este medio es inversa a la solubilidad de
estos en la sangre, así por ejemplo el dióxido de etileno al ser poco soluble en la
sangre es fácilmente exhalado, contrario al cloroformo y al etanol.
Otras secreciones: Las lágrimas, la saliva, el sudor y los folículos del cabello, son otros
mecanismos de eliminación de contaminantes.
Una vez el tóxico entra a la hoja se desplaza por el espacio intercelular donde puede
permanecer en su forma original o cambiar a un estado de mayor actividad, si el tóxico
entra a las células puede ser acumulado, en tejidos como el parénquima, o causar daños
directamente en las membranas, enzimas y organelos de las células, alterando procesos
tan importantes como el de la fotosíntesis. No obstante, la planta a través de sustancias
endógenas, como el ascorbato, logra neutralizar algunos contaminantes. La excreción
puede darse por el aparato estomático y/o por medio de secreciones (Landis & Yu, 2003).
Las etapas y el proceso ADME son análogos en un ecosistema, tomando a éste como un
organismo. El contaminante puede llegar a un ecosistema por medio del aire y/o las
descargas de desechos domésticos e industriales a los cuerpos de agua. Una vez se da la
exposición, el tóxico puede distribuirse libremente a través de los compartimientos del
ecosistema (aire, agua, suelo, flora, fauna) y ser secuestrado por alguno de estos (ej.
Suelos arcillosos), retrasando así sus efectos (Woolley, 2003). De las características del
contaminante, del medio en el que se encuentra y de la magnitud de la exposición,
depende la expansión, permanencia o fácil eliminación del mismo.