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La relación entre la fe y las obras es que las obras son el resultado de la fe.
En la Biblia, la fe y las obras son con mucha frecuencia contrastadas. No son
la misma cosa, y la combinación de fe y obras no trae salvación a ninguna
persona. La salvación es solamente por la fe.
Los sistemas religiosos falsos siempre enseñan que la fe más las obras
de una persona dan como resultado la salvación o que la salvación
después de recibida se sostiene por las obras. Esto es falso, debido a que
nuestras propias justicias son como trapos de inmundicia delante de Dios
(Is 64:6). Por lo tanto, no podemos hacer nada para complacer a Dios por
nuestras buenas obras. Gálatas 2:21 dice: “No desecho la gracia de Dios;
pues si por la ley fuese la justicia, entonces por demás murió Cristo.”
Santiago 2:26 dice que la fe sin obras es muerta, pero de lo que Santiago
está hablando es que la fe muerta no produce obras. El contexto del
capítulo empieza en el versículo 14 donde Santiago dice: “Hermanos
míos, ¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras?
¿Podrá la fe salvarle?” La fe de la que está hablando es la falsa, la cual
más adelante clarifica cuando menciona cómo el diablo también cree en
Dios (v. 19). El Diablo tiene una fe muerta: él solo reconoce la existencia
de Dios.
Así que con un Cristiano verdadero, las buenas obras son el resultado de
la fe salvadora, no un factor que contribuye a la salvación ni nuestras
obras nos sostendrán nuestra salvación. Si éste fuera el caso, entonces
la salvación sería por obras.
Existen muchos principios prácticos en este pasaje bíblico que será bueno
señalar.