Professional Documents
Culture Documents
ARTÍCULOS RELACIONADOS
Dietas milagro, adelgazar sin esfuerzo, características y
riesgos
Dietas peligrosas para perder peso
El test de intolerancia alimentaria, ¿para qué sirve?
85% de agua.
3,5% de grasas. Cuando la leche queda en reposo por largo tiempo,
parte de la grasa se acumula en la superficie formando la nata.
3,5-4% aproximadamente de proteínas (sustancias orgánicas
nitrogenadas) entre los que predomina la caseína. Menos importantes
son la lacto-albúmina (albúmina de la leche) y la lacto-giobulina.
4,5% de lactosa (azúcar de leche).
También cabe destacar su alto contenido en calcio, fósforo y hierro.
En menor proporción, pero cumpliendo las funciones biológicas, se
encuentran las vitaminas A y D, esta última decisiva para la fijación
del calcio en dientes y huesos.
Leche de avellanas
Es un excelente complemento en la alimentación diaria.
Adecuado para cualquier edad y época del año.
Por su buena relación calcio/fósforo es ideal en etapas de
crecimiento. Ideal para embarazadas por su alto
contenido en ácido fólico y su riqueza en fibra
y para hipertensos por su bajo contenido en sodio.
Horchata de chufa
Es rica en minerales, como el fósforo, calcio, magnesio y
hierro. Aporta numerosas enzimas que facilitan la
digestión. No contiene nada de sodio, ni lactosa, caseína
ni gluten.
Leche de arroz
Es ideal para momentos de indigestión, vómitos,
diarreas, postoperatorios... Sus niveles de calcio no son
muy destacables por lo que se intentarán suplir con la
dieta.
Al hacer la leche de arroz se rompe su almidón y
obtenemos un producto que tiende a regular a nivel
intestinal.
Leche de almendras
Es una de las leches más ricas
Su cantidad de proteína la hace idónea para suplementar
las proteínas de origen animal. Es muy rica en ácido
linoleico y oleico muy importantes para el sistema
cardiovascular. Tiene gran cantidad en minerales y
destacamos la relación calcio/fósforo haciendo de ella un
alimento ideal para diversos grupos de población desde
niños, embarazadas a ancianos.
Energía (Kcal
)
316 100 405 327 64 85 38 33 45 62
24,7
Proteínas (g) 2,30 8,10 26 4,20 5 4,50 3,30 3,20 3,20
0
Fibras (g) 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
Ácidos 11,2
monoinsat. (g 1,69 9,49 7,41 0,99 0,31 0 0 0,48 1,09
) 6
Ácidos
poliinsat. (g)
0,97 0,18 0,95 0,62 0,09 0,03 0 0 0,05 0,11
Colesterol (m
g)
110 20 110 80 13 4 1 2 7 14
Potasio (mg) 100 115 100 120 204 210 211 174 166 148
Hierro (g) 0,20 0,40 0,40 0,30 0,10 0,20 0,10 0,10 0,10 0,10
Carotenoides
(µg)
260 70 205 135 16 5 0 0 10 18
Tiamina (mg) 0,01 0,03 0,04 0,04 0,04 0,05 0,04 0,05 0,05 0,05
Riboflavina (
mg)
0,10 0,25 0,50 0,40 0,18 0,25 0,17 0,16 0,17 0,17
B6 (mg) 0,01 0,08 0,08 0,08 0,04 0,04 0,07 0,02 0,02 0,02
Vitamina C (
mg)
0 1,10 0 0 1 1 1 1 1,10 0,60
Vitamina D (
µg)
0,20 0,10 0,26 0,18 0,04 0,02 0,01 0,01 0,01 0,03
Vitamina E (
mg)
0,80 0,15 0,80 0,80 0,09 0,04 0,03 0,01 0,08 0,07
el huevo
El huevo es un alimento que por su versatilidad, su bajo costo
(con respecto a otras fuentes de proteína) y la facilidad de su
preparación se integra fácilmente a la dieta de la mayoría de las
personas. Puede servirse en el desayuno, en la comida o en la
cena, como tal o como parte de deliciosas y variadas
preparaciones.
COMPRA:
El huevo puede adquirirse en establecimientos (supermercado,
estanquillos, misceláneas, tiendas de abarrotes).
Debe procurarse seleccionar huevos limpios, libres de materia fecal o
de otro tipo de suciedad.
Nunca deben comprarse huevos quebrados pues fácilmente se
contaminan, sobre todo con la materia fecal de la gallina y con
microorganismos del medio ambiente. Estas bacterias podrán destruirse
después de hervir el huevo durante diez minutos o de hornearlo (si se
trata de un pastel) durante una hora, por lo que, para mas sabor
seguridad, nunca compre huevos con el cascarón roto.
Pueden adquirirse huevos de cascarón café o blanco. La única
diferencia radica en la raza de la gallina y no en la calidad del huevo, ni
en sus propiedades culinarias o su contenido de nutrimentos.
Las yemas pueden variar de color de un amarillo pálido hasta un
naranja intenso, sin que esto implique ninguna diferencia en sus
propiedades al cocinarse, en su contenido de nutrimentos o en su
frescura.
Es recomendable seleccionar los huevos de tamaño grande pues rinden
más que los pequeños en relación con su peso.
CONSERVACIÓN.
El huevo se conserva adecuadamente de 12 a 16 días a temperatura
ambiente; cuando se refrigera, dura hasta cuatro semanas, por lo que si
dispone de refrigerador utilícelo para guardar el huevo.
Para que el huevo dure más debe almacenarse con la parte ancha hacia
arriba y la angosta hacia abajo. Esto permite que la yema (que es mucho
más perecedera que la clara) quede centrada en el huevo y permanezca lo
más alejada posible de la cámara de aire pues está es la sección del huevo
con mayor potencial para el desarrollo de bacterias patógenas.
El cascaron del huevo es poroso y puede absorber los olores fuertes,
por lo que al refrigerador el huevo es importante mantener tapados los
alimentos que despidan olores intensos.
Inmediatamente antes de usar el huevo (no al almacenarlo), se debe
lavar con agua y detergente para remover la suciedad. Es importante no
emplear agua caliente pues los poros del cascarón se abren con el calor
volviéndose más permeables y permitiendo la entrada de sustancias
ajenas al huevo. Por esa razón se recomienda lavar los huevos cuando se
les guarda, pues se podrían abrir sus poros y permitir la entrada de
microorganismos potencialmente dañinos.
PRODUCTOS DE HUEVO:
Formación de emulsiones.
Coloración natural.
Facilitación de batido.
CLASIFICACIÓN.
PROCESAMIENTO
Bichos.
Acinetobacter.
Alcaligenes.
Hongos.
Proteus.
Grupo Klebsiella-Enterobacter-serratia.
Continuar leyendo
Manifestaciones clínicas:
Cual es el riesgo:
Los huevos, tal como la carne, aves, leche y otros alimentos son seguros si se
emplean de modo apropiado.
Los huevos son más seguros cuando se mantienen en el refrigerador, se
cocinan hasta estar bien cocidos y se comen prontamente.
Mientras mayor el numero de salmonellas en un huevo mayor es la
posibilidad de producir enfermedad. Manteniendo el huevo refrigerado se
previene el crecimiento de las bacterias presentes en el huevo. Al cocerlos
destruimos las bacterias pero una yema aún líquida plantea mayor riesgo
que un huevo completamente cocido.
Tanto la clara como la yema mal cocida se ha asociado con brotes de
infecciones por Salmonella enteritidis. Ambos deben consumirse rápido y no
deben estar a temperatura ambiente más de 2 horas.
25 de febrero de 2004
análisis del lavado preventivo de huevos ha demostrado su eficacia.La
calidad
microbiana de los huevos de consumo ha sido una
preocupación importante desde que la causa principal de
las infecciones de origen alimentario ha sido relacionada
directamente con Salmonella enteritidis y con el huevo de
gallina. La presencia de este microorganismo se asocia con
la existencia de gallinas portadoras, que liberan el
microorganismo en el interior del huevo, y con la existencia
de la bacteria en la materia fecal de los animales.
Medidas preventivas
Aunque el huevo permanezca con su cutícula intacta,
puede ser que la cáscara se encuentre contaminada
externamente. Esta situación nos da un riesgo añadido,
puesto que al tocar la cáscara con las manos, con las
superficies, o al cascar el huevo, puede que parte de los
microorganismos de la superficie pasen a los alimentos, con
el consiguiente peligro.
La manera en como se ha abordado el problema ha sido
diferente según los países. En Estados Unidos, Australia y
posteriormente en Japón, se procedió a permitir medidas de
desinfección de la cáscara, como el lavado con sustancias
desinfectantes e incluso con un posterior parafinado. Este
tipo de actuaciones facilitan la eliminación de
microorganismos al tiempo que la parafina tapona los
poros, por lo que el producto no se deshidrata. No obstante,
esto da lugar a problemas, ya que la presión en el interior
del huevo suele aumentar con el envejecimiento,
produciendo olores extraños.
Sin embargo, en la Unión Europea, no se admite esta
práctica, siendo obligado el desarrollar medidas preventivas
durante la producción animal y la producción de alimentos.
Ante la prohibición de las medidas de desinfección directa,
la Unión Europea ha procedido a estudiar estrategias que
lleven a eliminar la presencia de Salmonella en las granjas
de aves. Para ello, como primera medida, se ha obligado a
que todos los progenitores están completamente libres de
este microorganismo. De esta forma, si no existen
portadores, la descendencia estará libre en el momento de
su nacimiento. Posteriormente, se están llevando a término
los estudios necesarios para recomendar técnicas de
detección de patógenos en piensos y en heces de pollo y
gallina, lo que permite detectar y eliminar a los animales
portadores que se encuentren en producción. Con esta
política se pretende que en un plazo de tiempo razonable
las producciones europeas posean una mínima
contaminación.
El lavado como solución inmediata
Recientemente, varios estudios han mostrado que algunos
desinfectantes del lavado pueden causar daño físico a la
superficie del huevo, rompiendo la cutícula de la cáscara.
Esto conlleva una pérdida de la protección natural, lo que
puede permitir la entrada de patógenos, con el consiguiente
incremento del peligro de contaminación por otros
microorganismos que se encuentren en el entorno del
producto.
A pesar de estas consideraciones, los resultados de los
estudios sobre el lavado son inapelables. Mientras que la
superficie de un huevo normal puede tener un nivel de
contaminación en la totalidad de su superficie de 9500
bacterias totales, tras el lavado, este recuento de reduce
hasta 15 bacterias totales por huevo.
Contents
[hide]
1 Formación
2 Estructura
3 Composición
4 Factores de calidad
5 Almacenamiento
6 Pasteurización
7 Congelación
8 Huevos deshidratados
9 Propiedades
10 En cuanto al colesterol
11 Huevos enriquecidos con Omega 3
12 Huevos de cascarón azul
13 Huevos con doble yema
14 Preparaciones
15 Aporte nutricional aproximado de un huevo de tamaño grande
Formación
Los huevos se producen no para el hombre sino para la reproducción.
Las yemas que contienen la célula germinativa de la hembra se
forman en el ovario de la gallina. Estas yemas caen dentro de la boca
del oviducto, por el que pasan lentamente. En el camino, se cubren de
capas de clara producidas por las células secretoras de albúmina,
luego de tejido de membrana de otras células secretoras de proteína,
y finalmente de calcio y otros minerales de células secretoras de
minerales cerca del fondo del oviducto, y que forman el cascarón.
Esta secuencia ayuda a explicar varios defectos que pueden
encontrarse en los huevos con cascarón destinados a servir como
alimento humano: las yemas fertilizadas producen embriones; las
rupturas en el ovario o en el oviducto pueden producir manchas de
sangre y a veces partículas de carne; las enfermedades del ovario o
del oviducto pueden resultar en huevos infectados de bacterias o
parásitos aun dentro del cascarón intacto. Sin embargo, el contenido
de los huevos (sin romper) de una ave sana, generalmente están
estériles cuando se acaban de poner.
Estructura
La estructura del huevo resulta de la secuencia de acontecimientos
que ocurre en el oviducto. La yema central está rodeada de una
membrana llamada membrana vitelina. Fuera de ésta está otra capa
de membrana conocida como capa quelagiferosa. La yema está unida
a la albúmina densa o firme por dos extensiones de la capa
quelaziferosa llamada quelaza. Vienen luego dos capas de albúmina,
fluida y densa respectivamente, seguidas por otra de albúmina fluida.
Fuera de ésta está el cascarón que tiene dos membranas interiores y,
en su exterior, un revestimiento protector conocido como la cutícula.
El cascarón es poroso, lo cual permite que entren y salgan gases para
el embrión que se está desarrollando, si se trata de un huevo
fertilizado.
Cuando el huevo se envejece, a medida que el aire entra a través del
cascarón, se agranda el espacio lleno de aire en el extremo romo
entre la membrana de la cáscara y ésta; si esta célula de aire está
grande, es un indicio de que el huevo ha estado almacenado y que
está menos fresco.
Cuando se lavan los huevos, pierden el revestimiento exterior o
cutícula, dejando expuestos los poros abiertos de la cáscara. Bajo
estas condiciones, es más fácil que entren bacterias al interior del
huevo a través de los poros.
Composición
Los huevos contienen aproximadamente 2 partes de clara por 1 parte
de yema, en base al peso. El huevo entero contiene alrededor del 65%
de agua, 12% de proteínas, y 11% de grasa. Pero las composiciones
de la clara y la yema difieren considerablemente.
Prácticamente toda la grasa está en la yema, y cuando los huevos se
separan en clara y yema para determinados fines, es importante no
mezclarlas, ya que aun una cantidad muy pequeña de grasa afectaría
en forma adversa la capacidad de la clara de batirse. El 12% de
sólidos de clara de huevo está compuesto casi exclusivamente por
proteínas. La yema es rica en vitaminas A, D , E y K, solubles en la
grasa, y en fosfolípidos, entre ellos un emulsionante, la lecitina. Desde
el punto de vista nutritivo, los huevos constituyen una buena fuente de
grasa, proteínas, vitaminas y minerales.
Factores de calidad
El tamaño de los huevos puede variar mucho, abarcando una amplia
escala de clasificaciones, pero las que se basan en la calidad no
dependen del tamaño.
El método más común de clasificar huevos consiste en sostener y
examinarlos delante de una fuente de luz. Esto revela muchos
defectos, tales como: cáscaras agrietadas, yemas fertilizadas,
manchas de sangre, celdas de aire agrandadas, claras que se hacen
más fluidas al envejecer, y yemas que tienden a alejarse del centro, al
envejecer. El grado de pérdida de frescura se puede ver también en
los huevos sin cascarón.
Los huevos frescos tienen yemas abultadas más bien que aplanadas,
y una mayor cantidad de clara densa y firme en proporción con la de la
clara fluida y delgada. Esto hace que un huevo pasado se extienda
sobre una área mayor que la que cubre un huevo fresco. Las
clasificaciones de calidad de los huevos se basan en gran parte en
estas medidas de frescura, porque los huevos frescos tienen mejor
sabor, son más nutritivos, más fáciles de separar en clara y yema para
fines de fabricación, y responder mejor en las operaciones de batido y
horneado.
El color de la cáscara depende de la raza de la gallina, pero el color de
la yema depende en gran parte del alimento que se le dado. Los
alimentos que contienen muchos carotenoides producen yemas más
oscuras, que son preferidas en algunos mercados y en la fabricación
de los alimentos, a fin de dar un color dorado a los productos
horneados y a otros como los tallarines y la mayonesa.
Cuando el huevo es expuesto a una sobrecocción (ej: un huevo duro
durante más minutos de los necesarios), puede aparecer una
coloración verdosa en la superficie de la yema, es el resultado de
reacciones del azufre y del hierro contenidos naturalmente, y aunque
la apariencia puede desmejorar una presentación culinaria, esto no
incide sobre su valor nutritivo ni su sabor.
Almacenamiento
Los huevos tienen que almacenarse porque se producen en
abundancia durante la primavera. Los huevos frescos destinados a
congelar o deshidratarse también pueden almacenarse antes del
procesamiento. Se conservan mejor a una temperatura muy poco
superior a su punto de congelación. Una temperatura de -1°C en la
bodega es ideal; a fin de reducir al mínimo la pérdida de humedad de
los huevos, la humedad relativa suele mantenerse hasta al 90%. En el
almacenamiento en frío, correctamente regulado, la cantidad que
corresponde a la categoría A puede conservarse hasta por seis
meses. Inmediatamente después de que se les pone y durante el
almacenamiento, los huevos pierden dióxido de carbono a través del
cascarón poroso, volviéndose así más alcalinos. La pérdida de dióxido
de carbono también se asocia con la la pérdida de frescura, y la
estabilidad en el almacenamiento se prolonga si se les conserva en
una atmósfera de dióxido de carbono a fin de disminuir la pérdida de
este gas.
Empero, es más usual bañar los huevos destinados a almacenarse
con un aceite mineral ligero. Este cierra los poros de la cáscara,
retardando así la pérdida, tanto de dióxido de carbono como de
humedad.
Otro método de prolongar su vida de almacenamiento se conoce como
termoestabilización. Los huevos se sumergen en agua caliente o
aceite caliente por período breve a fin de que se coagule una capa
delgada de albúmina por todo el interior de la cáscara, para sellarla. El
calor empleado también mata algunas de las bacterias de la superficie.
Pasteurización
Como señalamos anteriormente, los huevos recién puestos están
estériles. Sin embargo, la superficie de la cáscara puede contener
muchas bacterias, sobre todo si se contamina con el excremento de la
gallina. Aun cuando la cáscara no esté agrietada, puede estar
permeable a la invasión de las bacterias a través de sus poros
naturales. Cuando los huevos se lavan, es fácil que la cutícula de la
cáscara quede eliminada.
Si el lavado no es completo y no se secan los huevos, es
especialmente probable que algunas bacterias pasen junto con el
agua a través de la cáscara. Si los huevos se lavan con agua caliente,
el aumento de la temperatura puede hacer que los gases en su interior
se dilaten y se escapen por los poros. Luego cuando el huevo se
enfría, puede resultar una reducción de la presión dentro de la
cáscara. Eso tiende a atraer las bacterias y la humedad de la cáscara
hacia adentro del huevo a través de los poros. Si hay una cantidad
suficiente de bacterias, el huevo puede pudrirse. Obviamente, el
peligro es mayor cuando las cáscaras tienen grietas.
Debido a la prevalencia de las infecciones de Salmonella, las leyes
que rigen los alimentos en los Estados Unidos, al igual que las de
otros países, requieren actualmente la pasteurización de todos los
huevos que se sacan del cascarón, para fines de fabricación. En
Estados Unidos en el año 1966 se amplio para incluir la clara de
huevo. La pasteurización de los huevos enteros y de las yemas de
huevo se practicaba ya desde hace muchos años, no así la de la clara.
La clara de huevo es especialmente sensible al calor, coagulándose
fácilmente a una temperatura muy cercana a la de la pasteurización, lo
cual había obstaculizado el desarrollo de un tratamiento que lograra la
pasteurización efectiva con un mínimo de daño a la clara.
La téctica actual empleada en la clara de huevo en los Estados Unidos
utiliza el calentamiento hasta una temperatura entre 60° y 61.5° C, y
un período de retención de 4 minutos. Los procesos de pasteurización
pueden variar, pero es preciso que los huevos estén libres de
Salmonella y que cumplan también con otras normas bacteriológicas.
Congelación
Grandes cantidades de huevos, para el uso en la fabricación de
alimentos, se conservan mediante la congelación. Estos huevos no se
congelan en el cascarón, sino en forma líquida, ya sea enteros o
separados en yema y clara o en varias mezclas de yema y clara, para
usos especiales.
Generalmente se combinan las instalaciones de congelación con otras
en que los huevos se reciben, tal vez se laven y se sequen, y luego el
contenido se saca del cascarón. Esto se logra golpeando el cascarón
ligeramente contra el filo de un cuchillo y luego dejando caer el
contenido dentro de una taza para huevos enteros. Si se desea
separar la yema de la clara, se deja caer el contenido de la cáscara
sobre una tacita para la yema en forma de cucharita, suspendida
encima de dos tazas más grandes. La yema en forma de cucharita,
suspendida encima de dos tazas más grandes. La yema se queda en
la pequeña taza, de la que la clara se desborda, cayéndose a la taza
para claras colocada abajo. Sobre la tacita para yema se baja un anillo
que separa cualquier porción de clara que pueda haberse adherido a
la yema. Luego se transfiere la yema a la taza más grande para yemas
que está abajo. Después de haber vaciado tres huevos a la taza, se
les huele en busca de evidencia de descomposición bacteriana. Los
huevos buenos se transfieren a botes recolectadores de 15 Kg.
Se han desarrollado máquinas rompedoras de huevos que pueden
sustituir a 40 operarios, pero su principal inconveniente es que no
pueden oler los huevos descascarados y rechazar los descompuestos,
y un huevo descompuesto puede echar a perder cientos de kilos de
producto bueno. Un tipo de máquina emplea una técnica novedosa.
Las bacterias que se encuentran comúnmente en los huevos
descompuestos generalmente fluorescen bajo la luz ultravioleta.
Por consiguiente, esta máquina enfoca un rayo de luz ultravioleta
sobre los huevos que van pasando; cualquier huevo que fluoresce
queda rechazado en forma automática.
Ahora los huevos enteros o separados se mezclan para lograr la
informidad, se cuelan para eliminar quelazas, membranas o
fragmentos de cascarón, se pasteutizan, y se colocan en botes de 5 o
15 Kg. en que se les congelará. La congelación se hace generalmente
en una cámara frigorífica con aire circulante a -30°C, y suele requerir
entre 48 y 72 horas.
La clara de huevo y los huevos enteros se pueden congelar en su
forma natural, pero la yema no se puede congelar sin aditivos, ya que
sin ellos se pone gomosa y espesa, una condición conocida como
gelación. La gelación de la yema de huevo al congelarse se previene
mediante la añadidura de azúcar o sal al nivel del 10%, o de glicerina
al nivel del 5%.
La yema con azúcar se vende a panaderos, confiteros y otros
fabricantes que pueden tolerar azúcar en su producto final, en tanto
que los fabricantes de mayonesa, por ejemplo, pueden usar yema con
sal. Estos ingredientes se disuelven en la yema durante la operación
de mezcla y antes del colado.
Huevos deshidratados
Las claras, las yemas, o los huevos enteros se pueden deshidratar
después de las pasteurización mediante cualquiera de varios métodos,
entre los cuales están el secado por aspersión, el secado en charolas,
el secado en forma de espuma, y la liofilización. La clara de huevo
contiene rastros de glucosa. Cualquiera que sea el método de
deshidratación empleado, al secarse o durante el almacenamiento
subsecuente, a una temperatura muy arriba del punto de congelación,
la glucosa se une a las proteínas del huevo y tiene lugar la reacción de
Maillard. Esto decolora la clara de huevo deshidratada. Se ha
descubierto que es posible prevenir esta reacción de "encafecimiento"
eliminando la glucosa mediante la fermentación por levadura o
enzimas comerciales. Este paso de la eliminación del azúcar se hace
invariablemente antes de deshidratar la clara de huevo.
Propiedades
El huevo es uno de los mejores alimentos, al ser un alimento
completo y poseer las proteínas de más alto valor biológico.
Un huevo contiene 6 gramos de proteína y 9 aminoácidos de los 10
que son esenciales.
El huevo es una buena fuente de fuente de vitaminas y minerales
de fácil absorción.
Al ser muy rico en luteína, ayudan a combatir la degeneración
macular, además de ayudar a potenciar la visión nocturna por su
aporte de carotenos.
El huevo es esencial para el buen desarrollo del sistema nervioso,
por su aporte en colina.
Para mantener en buen estado nuestro aparato muscular el
consumo de huevo se hace indispensable.
El consumo habitual de huevo disminuye el riesgo de
desarrollar cataratas.Estudios recientes concluyen que las mujeres
que consumían al menos 6 huevos por semana redujeron su riesgo
de sufrir cáncer de mama en un 44%.
Por su contenido de azufre, el huevo favorece el crecimiento y buen
mantenimiento del cabello y las uñas.
El huevo eleva las defensas de nuestro cuerpo, ya que contiene
diferentes inmunoglobulinas(IgA, IgY, IgM, IgG).
En cuanto al colesterol
Durante muchas décadas las personas con el colesterol elevado en
sangre restringían el consumo de huevo, bien por indicación médica o
por creencia popular.
En el año 1972 se propuso una restricción al consumo de huevos,
reduciéndolo a 3 por semana.
Casi un 45 por ciento de los británicos cree que deberían comerse un
máximo de tres huevos a la semana para prevenir riesgos para la
salud.
Sin embargo, el estudio de la nutricionista de salud pública Juliet Gray
y de Bruce Griffin, profesor de nutrición metabólica de la universidad
inglesa, concluye que el consumo de huevo no eleva el colesterol en
sangre.
El profesor señaló que "el público no debe limitar el número de huevos
que consume". "Pueden ser alentados a incluirlos en una dieta sana,
ya que son uno de los alimentos naturales más altamente nutritivos" ,
añadió.
Toda persona puede y debe consumir perfectamente 1 huevo
diariamente, salvo que tenga alguna restricción médica, debido a
alguna enfermedad en particular.
Preparaciones
El huevo puede consumirse de múltiples formas, las más comunes son
las siguientes:
Duro
Frito
Revuelto
Escalfado
En omelette
Como mayonesa
Como ingrediente de pastas
Agregado a sopas
Como ingrediente en la mayoría de las preparaciones de repostería
Nota: Los huevos nunca deben consumirse crudos, para evitar así el
contagio por Salmonella. Al consumir mayonesa, esta debe ser la que
encontramos envasada en el mercado, ya que estas han sido
elaboradas con huevos previamente pasteurizados.
Avestruz: Es el huevo de mayor tamaño y también el que tiene el precio más alto, ya que la
domesticación de este animal es difícil debido a su innata agresividad. Su cáscara se emplea
también como elemento decorativo.
GASTRONOMÍA ANÁLISIS
Mandan los huevos
De uso habitual en las cocinas de todo el mundo por su precio moderado, rápida
elaboración y paladar fácil, el huevo es un alimento completo que aporta proteínas
de alta calidad y bajos niveles calóricos. España es el cuarto productor en la Unión
Europea de esta ovalada bomba alimenticia: la producción asciende anualmente a
12.000 millones de huevos de gallina y genera sólo en nuestro país 10.000 puestos
de trabajo y un volumen de negocio superior a los 800 millones de euros anuales.
Emú: Esta gran ave corredora es
originaria de las grandes planicies
australianas. Antiguamente sólo
tomaban sus huevos los aborígenes,
pero debido a su fácil domesticación su
consumo es normal entre los
australianos.
Un mercado boyante. La
industrialización avícola le debe mucho
al invento de Edison. Antes de la luz
eléctrica las gallinas se guiaban por el
ciclo solar y sólo ponían huevos de
primavera a verano, pero gracias al
engaño de las bombillas pueden estar
activas durante todo el año. Quizás estas
aves no sean muy listas, pero a Codorniz: Es el más pequeño
numerosas y trabajadoras no las gana de todos. Antiguamente eran
nadie. Los datos que maneja el Instituto tan raros que sólo podían
de Estudios del Huevo señalan que en acceder a ellos los nobles y los
nuestro país hay cerca de 45 millones de reyes. Su consumo en España
gallinas ponedoras que bajo el simulado está muy extendido y se usan
cielo eléctrico producen cerca de i2.000 para hacer canapés o en
millones de huevos al año, lo que nos ensaladas.
coloca en el cuarto escalón del ranking
de la Unión Europea por detrás de
Francia, Alemania e Italia, países que, paradójicamente, son clientes de nuestra
boyante industria avícola.
El mito del colesterol. Las estadísticas señalan que el huevo es plato cotidiano para
navarros (con un consumo de 234 unidades por persona y año), riojanos (225) y
asturianos (217); mientras que la materia prima se reduce considerablemente en los
menús de Canarias (107), Murcia (122) y Comunidad Valenciana (i40). En
cualquier caso, la media nacional ronda las 2i2 unidades per cápita, lo que nos sitúa
a la cabeza del consumo en Europa. La cifra es relevante, pero queda lejos de los
300 huevos que los españoles nos llevábamos a la boca a mediados de la década de
los años 80.
Al contrario que en la literatura o el cine, Don Quijote y Sancho, el Gordo y el Flaco, donde
la chispa surge de la disparidad, curiosamente en la cocina la simetría ha unido a esa pareja
de hecho, feliz e indisoluble: el par de huevos fritos. Durante siglos de apasionado idilio
nadie ha turbado su estabilidad, ni tan siquiera los esporádicos huevos de dos yemas que
generaron siempre un sobresalto, como si nos salpicara el aceite. Donde sí se ha producido
una ruptura, una quiebra, es en la calidad de éstos; y sin necesidad de remontarnos a los que
hace dos mil años batía con frenesí mi colega Apicius para la primera tortilla que registran
los libros. O los que, siglos más tarde, inmortalizara Velázquez para que mojen pan los
escoceses (la “Vieja friendo huevos” se exhibe en Edimburgo). Los huevos de hoy son
mucho más acuosos e insulsos que los que disfrutábamos hace apenas tres décadas y su
precio contenido es un flaco consuelo. Ajenos aún para el gran público son los obtenidos por
incipientes y cacareadas granjas que en una apuesta cargada de porvenir ofrecen el producto
de gallinas alimentadas al viejo estilo y criadas en libertad (vigilada). Sabrosos huevos que
rememoran a los genuinos y añorados de corral, siendo excelentes para mi gusto los de Pazo
de Vilane con el único reproche de, y en aras de una yema impoluta y sin engalladuras,
someter a las abnegadas ponedoras a un férreo celibato. Compadezco a las consternadas
gallinas, sin gallos que despierten su libido y el alba.
Huevo envasado
La mala prensa no ha sido el único factor que ha hecho descender el consumo de huevo con
cáscara por hogar. “En los últimos años”, señala Amparo Lobato, del departamento de
comunicación del Instituto de Estudios del Huevo, “han cambiado mucho los hábitos
alimenticios españoles, y los productos preparados y precocinados se han afianzado en el
mercado para formar parte de nuestra gastronomía cotidiana. Por lo tanto, quizás ya no
consumamos tanto el huevo en su formato clásico, pero sí lo hacemos en formas
manufacturadas. De hecho, cerca de un 20% de la producción total de huevos va destinada a
la elaboración de derivados para el sector alimentario y la restauración colectiva, donde el
‘ovoproducto’ es de uso obligado por legislación”. Para la industria de la alimentación, los
derivados del huevo ofrecen muchas ventajas. Son versátiles y baratos, ya que se puede
emplear yema y clara por separado; su manipulación y dosificación es más sencilla; y desde
el punto de vista microbiológico presentan todas las garantías. Eso sí, la seguridad y la
economía tienen un precio que, en este caso, se paga en el paladar, porque, como dice el
nutricionista Francisco Tortuero “el ‘ovoproducto’ es al huevo lo que la leche esterilizada a
la recién ordeñada de la vaca”.
Curiosidades
El 11 de octubre se celebra el día mundial del huevo. ¿Por qué se venden por docenas? Dada
su fragilidad se consideró más conveniente la venta por unidades que al peso. La agrupación
en docenas (una unidad antigua utilizada en el sistema tradicional que permite la división por
dos, por tres, por cuatro y por seis) se reveló más útil que la base decimal, que sólo permite
dividir por dos. Un huevo de avestruz pesa alrededor de un kilo o un kilo y medio. Por
término medio cada gallina pone unos 250 huevos al año. El récord del mundo de yemas en
un solo huevo lo consiguió un granjero americano en 1971. Una de sus gallinas puso un
huevo que tenía nada menos que nueve yemas. El huevo de un colibrí mide entre ocho y 10
milímetros. La clara está formada, principalmente, por agua y proteínas; aporta 17 calorías.
La yema está formada por lípidos y proteínas; aporta unas 59 calorías. Los huevos frescos se
hunden en un vaso de agua salada. A medida que pasan los días, se va evaporando, por los
poros de su cáscara, parte del agua que contienen. Esto hace que aumente la cámara de aire
que hay en el interior y floten más. ¿Es mejor el huevo blanco que el moreno? No hay
diferencias nutricionales entre unos y otros. El color del huevo viene determinado por la raza
de la gallina que lo ha puesto y no tiene nada que ver con su calidad, valor nutritivo o sabor.
Un niño, una persona de tamaño pequeño o mediano, o inactiva, puede consumir entre tres y
cuatro huevos a la semana; una persona corpulenta o físicamente activa, podría consumir
hasta siete en el mismo periodo de tiempo. En España se consume una media de 212
unidades por persona y año. La producción mundial de huevos de consumo sobrepasa los 53
millones de toneladas anuales, producidas por 204 países. El 48,7% de los huevos procede de
China y Estados Unidos. España es uno de los mayores productores comunitarios de huevos,
con aproximadamente el 14% de la producción de la Unión Europea, por detrás de Francia,
Alemania e Italia. Se producen en nuestro país unos 12.000 millones de huevos al año, con
unos 40 millones de gallinas ponedoras. La mayor parte de la producción española se destina
al consumo de huevo fresco (85%), de los cuales el 75% es en hogares y el 25% en
restauración e instituciones; el resto de la producción va destinada a la industria.
Antiguamente estaban tan baratos que lo que era muy costoso se compraba a precio de oro y
lo que a penas valía nada se decía que estaba “a huevo”.