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ASTÉRIX EN HISPANIA:
REALIDAD HISTÓRICA O REALIDAD CARICATURIZADA
Resumen.-
Se presenta en las siguientes páginas un estudio sobre la veracidad histórica y los intereses vertidos
por Goscinny y Uderzo en el cómic de Astérix en Hispania. Analizamos los personajes, los marcos
geográficos y temporales, los acontecimientos más relevantes o las identidades socioculturales. Se
indican también las relaciones e intereses que España y Francia guardaban en los años 60.
Riassunto.-
Si presenta nelle successive pagine un analisi sulla veracità storica ed i interessi versati per Goscinny
ed Uderzo nel comic di Astérix en Hispania. Analizziamo i personaggi, i cornici geografici ed temporali,
i successi piú rilevanti oppure le identite socioculturale. Anche si presenta i relazioni ed interesi che
Spagna e Francia custodiavano in anni 60.
INTRODUCCIÓN.
Bien es sabido por todos que el cómic puede ser utilizado como fuente histórica
y como una herramienta auxiliar para la enseñanza de la Historia. En este sentido,
afirmamos que en las historias de René Goscinny y Albert Uderzo cualquier pareci-
do con la realidad histórica es más que una mera coincidencia debido, en parte, a la
grandísima labor de documentación llevada a cabo por sendos autores. Ni mucho me-
nos queremos decir con estas palabras que sus obras sean auténticos libros de Historia
totalmente fieles con la realidad histórica, aunque, no empero, hemos de reconocer
que en numerosas ocasiones el uso de los comics de Astérix en las aulas puede ser
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más que beneficioso por su alto contenido didáctico1. Los autores no pretenden en
ningún momento que sus historias sirvan de libro de cabecera para comprender la his-
toria de Roma. Aunque bastante fieles a los hechos, pues Goscinny y Uderzo cuidaron
hasta el último detalle para ubicar sus argumentos en la realidad histórica de la anti-
gua Roma, consiguieron una “historia paralela” presentando de una forma caricaturizada
dicha historia para acercar de una forma revolucionaria la Historia de Roma al lec-
tor. Por ello, hemos de guardar cierta cautela a la hora de leer e interpretar las historias
relatadas por estos dos autores.
Con este título pretendemos en las siguientes páginas realizar una radiografía de
la veracidad histórica y de los fines e intereses vertidos por los autores en el cómic
de Astérix en Hispania2. Viñeta por viñeta, trataremos en primer lugar de cerciorar-
nos hasta qué punto es fiel la Hispania Romana e Indígena presentada por los autores
viendo con ello qué veracidad histórica guarda el cómic con los hechos acaecidos.
En segundo lugar, analizaremos a los personajes principales de la historia tratando de
despejar el significado y función que guarda cada uno de ellos. En este sentido, tam-
bién analizaremos cuestiones como la veracidad geográfico-temporal, las identidades
socioculturales, la arquitectura y el urbanismo, así como las indumentarias de los prin-
cipales personajes. En tercer lugar, analizaremos las relaciones y los intereses que
Francia y España guardaban a finales de la década de los años 60, es decir, turismo,
industria, fomento o folclore, momento en que fue escrito el cómic (concretamente
en 1969).
Pretendemos, por tanto, obtener una serie de datos y conclusiones analizando dos
épocas, esto es, la vivida por los personajes del cómic y la vivida por los propios au-
tores. Del mismo modo, pretendemos analizar dos marcos geográficos: por un lado
la Hispania del siglo I a.C.; por otro lado la España tardofranquista y la Francia de fi-
nales de los años 60. Intentamos saber también cómo era vista la Antigüedad a
mediados del siglo XX por estos dos países3. Con ello buscamos el poder determinar
la veracidad geográfica y temporal presentada por Goscinny y Uderzo. Para ello nos
vamos a servir del contraste de diversos materiales.
Así pues, realizaremos un análisis comparativo de los personajes del cómic con
los protagonistas y las tendencias más importantes de mediados del siglo XX en
Vid. García Sanz, O., Están locos estos romanos: lecturas de Astérix para el aula y otras
1
experiencias materiales, Madrid 1993; Leoné, S./ Capistegui, F.J., “El uso de los comics para la
enseñanza de la Historia en el aula: algunas propuestas”: Congreso Internacional de Historia Fuentes
Orales y Visuales: investigación histórica y renovación pedagógica (Pamplona 2005), Pamplona 2005.
Se tratan de obras que logran una aportación muy positiva a la divulgación histórica con la no sólo
dependencia de fuentes grecolatinas.
2 Goscinny, R./ Uderzo, A., Asterix en Hispania, ed. Círculo de Lectores, Barcelona 2000.
3 Para estudiar la concepción de la Antigüedad durante el régimen franquista es muy útil la obra de
Wulff, F./ Álvarez Martí-Aguilar, M. (eds.), Antigüedad y franquismo (1936-1975), Málaga 2003.
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4 Blánquez, J./ Roldán, L. (eds.), La cultura ibérica a través de la fotografía de principios de siglo.
6 Vid. Astérix y los godos, Astérix en Bretaña, Astérix en Bélgica o Astérix en la India.
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mente la acción de la historia por ellos narrada. Es decir, el resto de la historia na-
rrada por los autores no es más que pura ficción sin que existan más alusiones a
acontecimientos históricos.
Los protagonistas de esta historia pertenecen a un pueblo de insurgentes situado
en las inmediaciones de Munda y de difícil identificación. Aunque en el cómic apa-
rezcan tanto la Galia de César y el poblado de Astérix, marcos geográficos en los que
no nos vamos a detener, la acción tiene por escenario la Hispania del año 45 a.C. Los
autores interpretan la marítima como la mejor de las vías para llegar de la Galia de
Astérix a Hispania, pues la terrestre en época tardorrepublicana era todavía bastante
precaria y los Pirineos representaban un gran obstáculo que superar. Sería ya con
Octavio Augusto y con la dinastía de los Julio-Claudios con quienes empieza a desa-
rrollarse realmente la red de calzadas en todo el territorio hispano.
Los autores manifiestan en más de una ocasión la precariedad de las vías de co-
municación de Hispania y el esfuerzo de sus gentes por mejorarlas (fig. 1). Si somos
conscientes de que Goscinny y Uderzo utilizan la Historia Antigua como vehículo
para aludir de forma caricaturesca a temas contemporáneos, comprendemos enton-
ces que lo que en realidad se está representando no es sino el estado de las vías públicas
con las que contaba España a finales de los años 60 y sus esfuerzos por mejorarlas
con motivo de los crecientes ingresos que estaban generando el turismo y de cara a
la progresiva industrialización del país7.
El paisaje hispano queda constatado a través de las alusiones a varias ciudades de
la Hispania del siglo I a. C. como los casos de Corduba, Munda, Hispalis, Pompaelo,
Cauca o Salmantica.
En cuanto al poblado indígena que nos presentan los autores, patria de uno de los
protagonistas de la historia, no aparece ninguna viñeta que refleje el interior del po-
blado. Las viñetas se limitan a presentarlo como un poblado amurallado situado en
alto dotado de un foso y varios sistemas defensivos como empalizadas y torres con
hombres vigilando de un lado a otro (fig. 2). En líneas generales, podemos afirmar
que este tipo de asentamientos fueron modestos y seguían programas urbanísticos re-
gulares. La arquitectura era elemental y poco tipificada utilizando zócalos de piedra
sin tallar, ladrillos y techumbres de fibras vegetales y barro. Además, en este tipo de
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asentamientos no existe una clara jerarquía en las viviendas. De este modo no existe
una clara diferenciación de los edificios cívicos y religiosos. Todo lo contrario ocu-
rría en las necrópolis donde sí existía una diferenciación en cuanto al estatus social
del difunto.
La dirección estaba en manos del jefe-fundador, quien era a su vez el máximo res-
ponsable de la defensa y el buen funcionamiento del poblado. No obstante, entre los
habitantes no existe una jerarquía fuertemente marcada. Eran fundamentalmente gue-
rreros, aunque también existían personas encargadas de las labores agrícolas, de la
caza, del trabajo de los metales o de la artesanía. Aunque los autores no entren en de-
talles acerca de cómo eran los poblados indígenas del sur de Hispania, muestran de
una manera acertada como estos estaban situados en pequeñas lomas dotadas de va-
rios sistemas defensivos en los que la arquitectura de las viviendas y la urbanística
era bastante simple y modesta. Además, el número de los habitantes de los poblados
no era muy elevado8. Se presenta así a un núcleo indígena negado a la sumisión del
poder de Roma.
En lo que respecta al urbanismo y a la arquitectura de las viviendas hispanas del
territorio romanizado, empezaremos por analizar el albergue de la montaña en el que
Astérix y Obélix hacen una pausa antes de dirigirse a Pompaelo. Cualquier parecido
de esta construcción con la realidad histórica es pura casualidad ya que esta cons-
trucción guarda más parecido con un albergue alpino actual que con una construcción
típicamente romana. Esta construcción de disposición cuadrangular está totalmente
compuesta de piedra, cuenta con un techo a dos aguas con troncos de madera y cuen-
ta con una chimenea muy pronunciada. Los marcos de ventanas y puertas se ven
reforzados con maderos y toda la estructura se ve reforzada por distintas vigas y pi-
lares de madera. Es por ello por lo que guarda más parecido con una construcción
actual de una casa de montaña que con una casa o granja romana del siglo I a.C.
Otro elemento a destacar es el de los molinos de viento. Podemos afirmar con to-
da seguridad que estos dispositivos no existieron en la civilización romana y que los
autores los utilizan como uno de los elementos más significativos de la identidad es-
pañola.
Son en las viñetas relativas a la celebración de las procesiones donde mejor po-
demos observar la arquitectura y urbanística de las ciudades hispanorromanas9. Aunque
parezcan pueblos andaluces con casas totalmente encaladas, los autores han sabido
plasmar el concepto de ciudad amurallada con calles principales rectas y bien traza-
8 Bendala, M., Tartesios, iberos y celtas: pueblos, culturas y colonizadores de la Hispania antigua,
Madrid 2000, 183-198.
9 Para mayor información consúltense Abascal, J.M./ Espinosa, U., La ciudad hispano-romana.
Privilegio y poder, Logroño 1989; Keay, S. J., Roman Spain, London 1988; Mangas, J., Aldea y ciudad
en la Antigüedad hispana, Madrid 1996.
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das, edificios cívicos y religiosos, y viviendas de varios pisos conocidas en latín con
el nombre de insulae.
Por otro lado, el circo romano que aparece al final de la historia nos recuerda más
a una plaza de toros que a un circo romano tanto por su disposición y composición
como por su funcionamiento (fig. 3).
En el momento en que hablamos de cómo eran los poblados indígenas e hispa-
nos del siglo I a. C., nos vemos igualmente en la obligación de ver cómo era la vida
y el trabajo en estos poblados como realidad sociológica. En el cómic se presenta a
los indígenas como una sociedad guerrera y agrícola, mientras que a la población his-
pana romanizada se la ve como una población rural en vías de desarrollo e
industrialización. Pero ¿era esto así, o han querido trasladar los autores la situación
económica de la población española de mediados del siglo XX al siglo I a.C.? Estamos
dejando patente a lo largo de este escrito que son varios los ejemplos en los que
Goscinny y Uderzo transportan varios aspectos del presente que están viviendo a la
Roma de Julio César. Por ello no vamos a poner en duda si ésta era o no la situación
real de la economía española de la década de los 60. Lo que sí hemos de plantearnos
es cómo y de qué vivían estas gentes en el siglo I a. C., y si la imagen presentada por
ambos autores guarda o no cierto parecido con la realidad histórica.
En el cómic, los miembros del poblado indígena no aparecen trabajando en nin-
gún momento. Solamente vemos a una mujer desempeñando labores agrícolas arando
el campo (fig. 4). Estas gentes subsistían fundamentalmente de las labores agrícolas
y de la caza, aunque los poblados próximos a la costa también vivían de los produc-
tos del mar. La dieta estaba compuesta principalmente de cereales, legumbres, hortalizas
y frutas. También consumían, aunque en menor proporción, carne (fundamentalmente
de ovicápridos) y pescado. El aceite y el vino eran productos que no abundaban de-
bido a su elevado coste optando en estos casos por grasas animales y por una bebida
hecha a base de cereales fermentados parecida a la cerveza.
En lo que concierne a los personajes no vamos a analizar aquí a los del poblado
galo de Astérix o a Julio César y a sus centuriones por haber sido ya objeto de estu-
dio de varias investigaciones10. Nos centraremos, por tanto, en los personajes más
relevantes y pintorescos que aparecen en esta historia tratando de ver lo que los au-
tores han querido decir a través de ellos.
Llama mucho la atención que los personajes de naturaleza hispana presenten en
sus nombres el sufijo ez, que significa hijo de. Como ejemplos, tenemos los casos de
Sopalajo de Arrierez, Acelerez o Fandanguez. En cualquier caso, el sufijo ez sirve pa-
ra confirmarnos que estamos ante un hispano. Al igual que con el sufijo ix en el caso
de los galos, en este caso los autores utilizan un nuevo sufijo para identificar a la po-
Vid. Van Royen, R./ Van der Vegt, S., Astérix y la historia real, Barcelona 2000; Los viajes de
10
Astérix, Barcelona 2003; Astérix en Atenas. A por el oro olímpico, Barcelona 2004.
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blación de origen hispano. Sin embargo, a diferencia del caso galo en el caso hispa-
no no se han documentado nombres que terminen en ez.
El primer personaje que vamos a analizar es el de Sopalajo de Arrierez y Torrezno,
es decir, el jefe del poblado indígena asediado por las tropas romanas de César. Junto
a él también aparecen representados otros miembros del poblado y el hijo de aquél.
Todos ellos guardan el mismo atuendo como si fueran fotocopias de un mismo pa-
trón. La representación del jefe indígena y de los habitantes del poblado hace plantearse
si es o no verídica. El jefe aparece como el jefe-fundador del poblado y director del
buen funcionamiento del mismo. Los autores han acertado presentándolo así, pues
este tipo de poblados contaban con un jefe-fundador (aristos) de quien dependía el
funcionamiento del poblado. Menos acertada, aunque quizás de forma intencionada,
es la indumentaria con la que los autores han querido representar al jefe, a su imper-
tinente hijo y a los habitantes del poblado indígena ya que los visten como si fueran
auténticos toreros (fig. 4). Lo único que corresponde a la indumentaria puramente in-
dígena es la espada que portan todos los personajes del poblado. Ni mucho menos
iban descalzos, llevaban cascos con cuernos de toro o chalecos y mallas como los to-
reros actuales. En realidad, los indígenas del sur de Hispania calzaban sandalias de
esparto, vestían túnicas de lino y lana, así como mantos dotados de fíbulas para su su-
jeción (túnicas cortas para los hombres y largas para las mujeres). Del mismo modo
llevaban complementos de paño y cuero dependiendo del estatus social de cada uno.
Además, las espadas sólo eran portadas por los miembros pertenecientes a las más
altas esferas de la sociedad encargadas de la defensa del poblado11. Por otra parte, la
honda con la que aparece Pepe al comienzo de la historia es más propia de los pue-
blos baleáricos que de los del sur de Hispania.
En cuanto al hijo del jefe indígena, Pepe, no es sino una figuración de la astucia
y la picaresca de un muchacho del momento por conseguir lo que quería. Al igual que
su padre y el resto de los personajes del poblado indígena, comparte las mismas ca-
racterísticas en cuanto a comportamiento e indumentaria. Los autores hacen que este
personaje, al igual que el resto de los habitantes del poblado íbero, pronuncien una
palabra típica del lenguaje español y más en particular de la fiesta nacional, esto es,
olé. Con este recurso, los autores dan de forma humorística claros ejemplos de los tó-
picos existentes sobre los españoles en el país vecino. Además, y al igual que en el
caso galo, entre ellos también son comunes los juegos de palabras12.
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Al igual que en otras historias de Astérix, en este caso también aparecen los pi-
ratas a los que los galos logran derrotar sin ningún problema y gracias a los cuales
logran aprovisionarse. Al parecer estos piratas aparecen en aguas cercanas al Cantábrico
donde era muy probable la existencia de los mismos al estar la situación muy con-
trolada en aguas del Mediterráneo tras la victoria de Cn. Pompeyo Magno sobre los
piratas cilicios en 67 a.C.15.
También desempeñan un destacado papel el conjunto de hispanos residentes en
las ciudades romanizadas. Con estos personajes (pastor, tabernero, posadero, carre-
tillero, pueblerinos, etc.) los autores quieren representar a la población española de
fínales de los años 60, comunidad que ansiaba la modernización de un país que gra-
cias al creciente turismo y a la explotación de las tradiciones populares estaba
consiguiendo unos ingresos que iban a permitir el despegue económico. En lo que
concierne al aspecto estético de dichos personajes, diremos que es muy similar al pre-
sentado por la población de Roma (pues ya estaban totalmente romanizados) aunque,
eso sí, bastante más rurales (en la mayoría de las viñetas los hispanos son represen-
tados como la población rural andaluza de mediados del siglo XX). Estos personajes
ejercen sus labores en el campo, en la restauración y en la reparación de las calzadas.
En realidad, la población hispanorromana de finales del siglo I a.C. desarrollaba to-
do tipo de labores en función de su status social (trabajo en las minas, trabajo rural,
trabajo artesanal, administración, etc.).
Ahora bien, si hay unos personajes por medio de los cuales los autores logran
reflejar el despegue económico y social de la España de finales de los años 60, esto
lo consiguen por medio de los turistas galos, godos o bretones que aparecen en el
cómic. Emulando a sus descendientes franceses, alemanes o ingleses estos persona-
jes, al igual que en la actualidad, buscaban en Hispania precios más baratos que en
sus países de origen, sol, folclore o exotismo sin reparar demasiado en los costes.
Por otro lado, también destaca el grupo de gitanos con los que se encuentran
Astérix y Obélix (fig. 7). Mucho dudamos que ya existieran gitanos en la Hispania
del siglo I a.C., pero a través de ellos R. Goscinny y A. Uderzo han sabido explotar
muy bien distintos elementos del folclore del sur de nuestro país como varios com-
portamientos, la música, el baile o el lenguaje popular.
Los tópicos, los elementos y las tradiciones más significativas de la cultura y del
folclore español quedan patentes en varias viñetas a lo largo de todo el cómic: el en-
cuentro de Astérix y Obélix con un pastor pirenaico; el encuentro con la figuración
burlesca de Don Quijote y Sancho Panza (fig. 8); el posadero andaluz; el grupo de gi-
15 Un papel similar es el desempeñado por los bandidos que asaltan a los protagonistas de camino
al sur de Hispania.
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tanos (fig. 7); los numerosos carros tirados por burros16; la celebración de las fiestas
sacerdotales como si de las procesiones de Semana Santa se tratasen (fig. 9); la cele-
bración de juegos circenses con toros como si se tratase de las corridas de toros
actuales17. Así pues, vemos como a lo largo de la obra existen numerosos ejemplos
de elementos del presente llevados de forma caricaturesca al pasado.
Así pues, a lo largo de la historia aparecen definidas varias identidades sociocul-
turales de forma caricaturesca. Por un lado, tenemos a los romanos (con César como
paradigma de lo romano) como clase dominante ansiosa de tener controlado todo el
territorio conocido y de culturizar y latinizar a toda su población. Por otro lado, con-
tamos con la población romanizada de Hispania quien se ha adaptado con normalidad
a los usos y costumbres romanos y a la población indígena de Hispania como repre-
sentantes de la resistencia contra el orden romano y conservador de las tradiciones18.
Finalmente, uno de los aspectos que más nos ha llamado la atención es la pre-
sencia en el cómic de varias alusiones a la composición de la dieta hispanorromana.
Las gentes de la Hispania del siglo I a. C. consumían preferentemente cereales y los
productos de la tierra, aunque también era frecuente el consumo de carne de cerdo,
ave y pescado. También aparece en el cómic alusiones al consumo de cerveza, hecho
que no es para nada disparatado pues se ha documentado su producción y consumo
en toda provincia romana. Además de la cerveza, en el cómic también existen varias
alusiones al vino como bebida típicamente consumida por los romanos.
EPÍLOGO.
A lo largo de estas páginas hemos comprobado como el cómic funciona como
instrumento pedagógico en distintos medios, pues en nuestro caso los autores han
acercado el mundo de la antigüedad romana a un público muy variado utilizando, pa-
ralelamente, la Historia Antigua como telón decorativo para transportar acontecimientos
y elementos de la contemporaneidad buscando con ello la crítica y la imagen carica-
turesca de la realidad presente. Observamos, igualmente, que los autores esconden
16 Los autores identifican al burro como uno de los elementos más significativos de la identidad
española de la década de los 60. Es posible que los autores hayan querido expresar con estas imágenes
una pequeña crítica de la situación de precariedad con la que contaban varias provincias españolas a
mediados del siglo XX (son muchas las historias en las que los carros aparecen tirados por caballos). En
el cómic no sólo aparecen carros tirados por burros, sino que también aparecen auténticas casas rodantes
tiradas por burros o por caballos simulando a las caravanas de turistas extranjeros que visitan la geografía
española.
17 Astérix actúa como un auténtico torero dotado de capote para burlar al animal. Con este episodio
se logra explotar de nuevo uno de los tópicos más tradicionales del folclore español, es decir, la fiesta
nacional.
18 Valzania, S., “Ai confini dell´imperio” en: Caballo, G./ Fedeli, P./ Giardini, A., Lo spazio letterario
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detrás de las imágenes unos mensajes y unas ideas en ocasiones más valiosas que el
propio dibujo. En el caso de Goscinny y Uderzo han sabido reflejar excepcionalmente
la Roma del siglo I a.C. y sus provincias aunque, eso sí, mediante la explotación de
los estereotipos identitarios y tópicos de las sociedades actuales y mediante la criti-
ca de varios aspectos de carácter social buscando con ello la caricatura del presente.
Es obvio que detrás del cómic existían unos intereses por parte de los autores de mos-
trar a España como un país ansioso por desarrollarse y modernizarse. Aunque todavía
sumergida en algunos aspectos en la precariedad más absoluta, los autores presentan
a España como una tierra rica en recursos y próspera como siglos antes también lo
había sido19.
A finales de la década de los 60 existía un desequilibrio regional ya que varias
provincias españolas seguían económicamente congestionadas en beneficio del desa-
rrollo económico de otras. Igualmente, son momentos en los que España consigue un
desarrollo económico y una progresiva modernización e industrialización gracias a
los planes de desarrollo. Son también años en los que se dio un relativo fracaso del
desarrollo político. Durante este periodo, y en lo que concierne a las relaciones di-
plomáticas entre España y Francia durante la década de los 60, fue Francia quien
marcó la pauta de las relaciones económicas y culturales entre ambos países, pues la
Francia de De Gaulle supo ver el potencial económico con el que contaba España en
aquellos años (turismo, construcción, industria, recursos naturales, etc.). No obstan-
te, se produjo una situación un tanto peculiar entre ambos países. Mientras las relaciones
económicas y culturales se desarrollaban excepcionalmente, las políticas quedaron
estancadas20. Parece ser que todo este panorama social, económico, cultural y políti-
co influyó en cierta medida en la imagen que los autores dieron de España en su obra.
Terminamos esta comunicación expresando nuestra voluntad de interpretar el có-
mic como herramienta auxiliar de la Historia y, como tal, como una manifestación
artística para ser capaces de obtener la mayor información posible de una realidad.
En suma, tenemos que aprender a mirar más allá de las imágenes para poder obtener
la mayor información posible.
19 Para poder profundizar en cuestiones relativas a los recursos naturales y a la geografía de España
en la Antigüedad consúltese Mangas, J./ Myro, Mª M. (eds.), Medio físico y recursos naturales de la
Península Ibérica en la Antigüedad, Madrid 2003.
20 Sánchez Sánchez, E. M., “Franco y De Gaulle las relaciones hispano-francesas de 1958 a 1969”:
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Fig. 1. Goscinny, R./ Uderzo, A., Fig. 2. Goscinny, R./ Uderzo, A.,
Astérix en Hispania, 34. Astérix en Hispania, 7.
Fig. 3. Goscinny, R./ Uderzo, A., Fig. 4. Goscinny, R./ Uderzo, A.,
Astérix en Hispania, 45. Astérix en Hispania, 5.
Fig. 5. Goscinny, R./ Uderzo, A., Fig. 6. Goscinny, R./ Uderzo, A.,
Astérix en Hispania, 43. Astérix en Hispania, 9.
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Fig. 7. Goscinny, R./ Uderzo, A., Fig. 8. Goscinny, R./ Uderzo, A.,
Astérix en Hispania, 35. Astérix en Hispania, 32
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